FOBIA ESCOLAR

Parece que esta problemática afecta a un 6% de la población escolar. Los temores

suelen consistir en rehusar la asistencia al centro escolar, mareos y vómitos producidos al acudir
al mismo, ansiedad excesiva ante el fracaso escolar y a la separación familiar. Para algunos
niños la fobia es la respuesta a la competencia sufrida al relacionarse con otros niños.

Así mismo, esta situación suele producirse por la conjugación de alguno de estos
motivos:
- Exceso de protección familiar
- Pérdida de la autoimagen por la competencia
- Actuación desacertada del profesor
- Tendencias neuróticas

Los síntomas son: mareos, nauseas y vómitos, dolores de cabeza en lugares cambiantes,
rechazo del alimento, diarreas y colitis y dificultades para conciliar el sueño o insomnio.

PAUTAS DE ACTUACIÓN

Las sugerencias presentadas para el resto de las fobias pueden ser también aplicables a
la fobia escolar. Algunos consejos generales válidos para los padres pueden ser:
• Actitud conjunta de la pareja, acordando las medidas a tomar y llevándolas a cabo de
manera coordinada.
• Mantener una línea de colaboración activa familia-escuela, con contactos frecuentes con los
profesionales que atienden al niño.
• Evitar el sobreproteccionismo. El niño ha de saber enfrentarse a la vida y no es
recomendable evitarle las situaciones difíciles.
• No manifestar externamente interés por el problema a fin de que el niño no capte la
ansiedad de los padres.
• Quitar importancia a los vómitos, mareos o inapetencia.
• Manifestar interés por la escuela y darle importancia su asistencia a ella. Presentársela con
connotaciones positivas, mostrándole lo que tiene de agradable: amigos, recreos, diversión,
dibujos, etc.
• Favorecer actividades de ocio y tiempo libre con otros niños y niñas de su edad
(excursiones, campamentos, visitas culturales, etc.)
• Ayudarle a ganar confianza en sí mismo. Elogiarle, animarle y hacerle sentir que se valoran
sus virtudes, habilidades y logros. Alabar las tareas que realiza en el colegio, dándoles
importancia.
• Facilitar al niño momentos de conversación en los que pueda hablar de sus dificultades en
el medio escolar y expresar sus sentimientos, necesidades, inquietudes y deseos, ayudándole
a comprenderlos y racionalizarlos.