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COLEGIO SANTA BARBARA I.E.

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“Comunicación para la vida y el conocimiento”
Campo de pensamiento: Comunicación – Español (Mister William B.)

Nombre: _______________________________ Curso: _______

Logro: Reconocer el significado de la palabra mito y los principales mitos en la literatura indígena pre-colombina.

Mito de bachué, la Madre del Género Humano

Uno de los mitos chibchas de la creación de los hombres es el de Sue “El Sol” y Chía “La Luna”
Bachué, la madre del género humano. Las narraciones mitológicas
muiscas indican que en las regiones cercanas a Tunja existía la En el comienzo era la oscuridad. Todo estaba sumido en las tinieblas.
Laguna de Iguaque, de cuyas aguas emergió Bachué, nimbada de La tierra era blanda y fría y nada crecía en ella. No había ni plantas, ni
una luz que hizo resplandecer la tierra. animales, ni belleza. Todo era desolación. No había hombres. Los
únicos seres vivos sobre la tierra eran el dios Nemequene, su mujer y su
hijo. Nemequene quiso crear la vida y la belleza sobre la faz de la
tierra. Así, tomando un poco de barro blando y frío modeló las figuras de
La diosa femenina sacó consigo de la mano a un niño de tres años los hombres y de los animales. Trabajó muchos días en su obra, pero
con quien bajó la serranía y en el llano, en donde posteriormente los muñecos que hacía no tenían vida. No podían moverse ni respirar.
surgió el pueblo de Iguaque, construyó una choza, la cual se convirtió Pasaron años y más años, y todavía no había sobre la tierra más que
en la primera vivienda de los muiscas en Boyacá. Cuando el niño Nemequene y su familia.
creció en su desarrollo. natural, Bachué se casó con él, realizándose
así el primer matrimonio chibcha. Esta unión fue tan importante y la
mujer tan prolífica y fecunda, que en cada parto tenía entre cuatro y
seis hijos, con lo cual muy pronto se llenó de gente la tierra. Este es el origen Por último Nemequene llamó a su hijo y lo envió al cielo para que iluminara la tierra. El hijo
Chibcha/Muisca del género humano en su cultura. de Nemequene llegó al cielo y se convirtió en Súa, el sol, para iluminar de pronto el mundo
oscuro. Los brillantes rayos de Súa inundaron la tierra. El frío barro se calentó. Comenzaron
Bachué y su hijo y esposo viajaban por todas partes, dejando hijos en todas ellas. Cuando a crecer hierbas, árboles y plantas. En donde antes había habido desolación, hubo lozanía
ya estaban viejos llamaron a sus descendientes y fueron acompañados hasta la laguna de y verdor. Comenzó a correr el agua, formando ríos y lagos. Y el cálido sol puso vida en
Iguaque, su lugar de origen. Allí Bachué les hizo una plática final, exhortándolos a la paz, los muñecos de barro que Nemequene había hecho. Algunos de ellos se convirtieron en
después de la cual se despidieron y se convirtieron en dos grandes serpientes que se pájaros, que volaron y anidaron en los árboles de los bosques; otros se convirtieron en
sumergieron en la laguna, que desde entonces se convirtió en santuario chibcha. Los peces, que nadaron por las aguas; otros se convirtieron en animales y. otros en seres
muiscas hacían peregrinaciones a los "Bohíos sagrados" dedicados a la diosa Bachué y a humanos. Sin embargo, las gentes creadas por Nemequene no eran del todo felices, pues
su esposo, que en algunos cronistas aparece como Iguaque o Labaque. Estos dos bohíos la luz y el calor que Súa les prodigaba les llegaban solamente algunas horas. Cada noche,
de adoración se comunicaban uno con otro. En uno de ellos se adoraba la figura de un niño mientras Súa descansaba, volvía a reinar la oscuridad. Entonces las gentes acudieron a
de tres años, puesto en pie y de oro macizo, y una piedra de moler maíz, también de oro Nemequene y le pidieron ayuda. Nemequene amaba a los seres que había creado y
macizo. En los bohíos, los españoles encontraron numerosas ofrendas: mantas de algodón quería ayudarlos. De manera que subió al cielo y se convirtió en Chía, la luna. Así
finas y bien hechas, oro fino en pedazos de barras, tejas y centillos, figuras antropomorfas y compartió la tarea de iluminar el mundo con su hijo Súa. Súa derramaba sus rayos de luz
zoomorfas llevadas como ofrendas. sobre la tierra de día, y Chía de noche. Desde entonces, las gentes creadas por
Nemequene quedaron contentas, y nunca olvidaron de darle las gracias.
Extraído de: http://www.tunja.gov.co/?idcategoria=804&pag=1
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