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Universidad Marista de Guadalajara

Licenciatura en Ciencias Religiosas

FE Y RAZÓN
Pbro. Jaime Arturo Franco Esparza

SÍNTESIS DEL LIBRO


UNA FE CRISTIANA Y LIBERADORA ENTRE MUCHAS
CREENCIAS
Autor: Joâo Batista Libanio

Ma. Cristina Jurado Calvillo


Primer Grado

Este libro trata de una re-visitada al territorio de la religión de un modo conciente,


explicito, de manera que se pueda creer más convencida mente en la revelación y
ayudar en ese proceso de introspección de nuestra fe.

CAPITULO PRIMERO
Punto de partida

Para el cristiano creer se convierte en la actualidad en un desafío, hay un interés por


justificar su Fe, busca profundizar en sus convicciones religiosas. La Teología
fundamental se ocupa de la Revelación como primera fuente de la fe cristiana. La
teología cristiana nace del judaísmo, en él se afirma el monoteísmo “un solo Dios
verdadero Yahvé”.

Para el Cristianismo quedaba de manifiesto y era indiscutible que Jesucristo venia del
Padre, había muerto y resucitado, que era verdaderamente el Hijo de Dios, que eran
los Apóstoles los depositarios de la Fe, quienes habían recibido al Espíritu Santo. Al
inicio de la era Cristiana se vivieron fuertes momentos ante el paganismo que existía
en Roma principalmente, confrontándose con la incredulidad al anunciar el Evangelio,
esto llevo a los Primeros Padres a luchar contra las herejías que iban surgiendo, ellos
se encargaban de justificar la fe cristiana.

Ya San Agustín decía que su fe exigía momentos de profundización por medio de la


razón. Aparece la Suma Teológica de Santo Tomas con una nueva forma de hacer
teología, en contra de los gentiles que no profesaban la fe cristiana. En el siglo XVI
surge la reforma protestante que acabo con la idea de que la iglesia era única y
verdadera. Su fundador seria Martín Lutero que reprobaba los abusos que había en la
iglesia con el asunto de las indulgencias. Se cuestionaba el si la religión era realmente
una verdad revelada impuesta por una autoridad divina, si realmente el cristianismo
era un ente concreto, histórico. Se protestaba contra todo el edificio de la fe en
nombre de la misma naturaleza humana de la fe.

La Teología fundamental se convirtió en una Teología de la Revelación sirviendo como


defensa de la fe, pues existía la necesidad de comprender mas claramente el
fundamento de la fe cristiana. Tenemos como apologetas modernos a Teilhard de
Chardin, H. Küng, Karl Rahner y otros que con sus obras intentan responder a la
interrogante de cómo ser creyente honestamente en el mundo moderno. En el
Concilio Vaticano II la teología fundamental reflexiona sobre el misterio de Dios y su
plan salvífico y como abarca la historia de la humanidad. Las grandes cuestiones
socio-políticas, económicas, culturales y religiosas de la actualidad forman parte de la
historia de la salvación, que tienen que ver con los temas de la teología fundamental.

El Ser humano esta siempre construyéndose a si mismo dentro del momento actual,
cultural y social. Es necesario un cambio de paradigma ya no podemos seguir con los
mismos esquemas de un concepto de revelación obsoleto que ya no dice nada ni
responde a las problemáticas del mundo actual. Estamos cada vez más convencidos
de que nuestras decisiones fluyen desde nuestro interior, apreciamos nuestro mundo
particular, lo mío, el individualismo esta impregnándose en nuestra sociedad como un
valor, el comercio se convierte en parte de nuestra cultura, el materialismo parece ser
que es la que nos da la felicidad. La fe del cristiano se halla cuestionada por un mundo
de injusticia y opresión. Ante esta realidad ya no se puede pensar en una Revelación
impuesta sin relación con anhelos, deseos y preguntas del Ser humano. Se trata de
trata de saber como unir la manifestación libre de Dios y la autonomía de su creatura
y de entender la singularidad del cristianismo en medio de un océano de religiones.
CAPITULO SEGUNDO
La construcción de la Fe

La persona vive una continua transformación de su propio ser interior, igual sucede
con la fe, en su proceso va construyendo su propio yo y va acogiendo el llamado de
Dios. Hay una lucha entre la voluntad de Dios y la propia voluntad del ser humano, la
modernidad somete al individuo a una aceleración del nivel de la conciencia, de
libertad, de voluntad de decisión de autonomía, de independencia, dificultando así la
capacidad e decisión. Se busca un escapar de la realidad con mecanismos de huida,
esto afecta tanto al individuo como a la sociedad, podemos nombrar el autoritarismo,
la destructividad, etc. según estudios hechos por Erikc Fromm que se encuentran en
su libro “El miedo a la Libertad”.

Las prácticas religiosas pueden entrar en el juego de los mecanismos de huida, la fe


rechaza tal situación pues implica un nivel de libertad de diálogo. Un llamado personal
se acoge en la libertad, sin embargo algunas formas religiosas pueden sofocar la
libertad de la fe cuestionando al fiel que la esta viviendo. Surge la pregunta ¿cómo
puedo acoger la revelación sin renunciar a mi libertad personal? esta pregunta surge
de las personas que vivieron en una determinada cultura podríamos decir machista,
donde la autoridad suprema era el hombre que imponía su voluntad y todo giraba en
torno a él, sin diálogo y con imposición de ordenes. Ahora ya no sucede así la
sociedad va cambiando y junto con ella la cultura, existe diálogo en lugar de ordenes.
Va surgiendo poco a poco un cambio de mentalidad.

La propia decisión es el más alto nivel de conciencia y llega hoy al campo religioso. La
reforma protestante enfatizo más la subjetividad de la fe. La iglesia católica enfatizó el
polo opuesto del dogma, de la autoridad del magisterio y de la tradición, y así siguió
una actitud de dependencia, de una menor conciencia de autonomía. La historia de la
modernidad seguía con los avances de la conciencia de libertad y autonomía, dentro
de la Iglesia brotaban movimientos que tomaban esta conciencia por ejemplo el
movimiento kerigmatico, el movimiento del los laicos comenzó una lenta superación
de un clericalismo arraigado y prepotente, el movimiento ecuménico ayudó a una
aproximación con los hermanos evangélicos. Estos movimientos desembocaron en el
Concilio Vaticano II la entrada de una vivencia más personal de la fe.

La liberación social de la injusticia fue tan urgente y grave que llevó a descuidar el
aspecto espiritual y religioso de la gente del pueblo. Con la caída del socialismo y
muchas otras razones condujo al hombre a abandonar la vida de compromiso y
entregarse al individualismo. Estalla una segunda ola de subjetividad individualista,
narcisista, con cierto escepticismo, desilusión y fatiga. Este momento presente exige
claridad y discernimiento para que el cristiano no se engañe confundiendo la explosión
religiosa con la fe cristiana.

Necesitamos una nueva subjetividad que recupere la dimensión histórica, el ser


humano con su propia identidad, posee riquezas y valores que lo identifican, se sabe
persona libre y consiente al relacionarse con la demás personas. La sociedad hace a
la persona y él hace la sociedad. La persona humana crea y es creada en su relación
con la cultura y la sociedad.
Se busca una recuperación de la historia, la religión combina el espíritu presente,
aquieta las angustias, consuela los corazones, satisface los sentidos, despierta laceres
elevados, tiene mucho que ver con el momento presente. Se inserta en la larga
historia de la salvación. Jesús nace dentro de la historia. El pasado enseña y el
presente prueba, el futuro habré experiencias utópicas. La fe es escatológica porque
anticipa en el presente el futuro de Dios. La revelación no violenta nuestra intimidad,
nuestra interioridad, nuestro mundo personal. Mas bien lo ilumina, le da consistencia,
explica deseos y búsquedas que quedarían en la oscuridad sin la luz de la Revelación.
Esta se da dentro de la historia humana como un proceso mayéutico, cuanto más
profundicemos en ella, con mas claridad vemos la trama de la existencia del los
hombres y mujeres.

El Antiguo Testamento es revelación de Dios, existe una palabra de Dios que ilumina al
pueblo hebreo, en el Nuevo Testamento Jesús el Hijo de Dios irrumpe en la historia,
fue dando sentido a las experiencias humanas que vivió y compartió. La historia es
donde vivimos la fe que se empobrece si esta solo se vive de manera individualista y
descuida su dimensión histórica y social. La fe bíblico cristiana nació en el interior de
la historia de un pueblo y de una comunidad.

CAPITULO TERCERO
Creer en un mundo Religioso

Pareciera que con el modernismo la creencia en Dios iba desapareciendo e iría


apareciendo el ateismo y solo quedaría una pequeña población de cristianos, pero han
ocurrido fenómenos contrarios como es una religiosidad excesiva en la sociedad
actual, aunque esta de manera individualista y utilitarista, hay un misticismo difuso,
ecléctico, esotérico que comúnmente se llama la Nueva Era. Este tipo de religiosidad
ofrece una salvación aquí y ahora que se tiene que experimentar por medio de la
integración personal, el bienestar corporal, psíquico y espiritual, en pocas palabras se
le da un culto especial al cuerpo. Por otro lado se perfila un nuevo paisaje religioso,
tenemos así al pentecostalismo que ofrece una oferta de esperanza con promesas de
bendiciones de Dios en cosas materiales, se acude al templo en busca de soluciones
inmediatas a los problemas físicos, psíquicos y económicos. Algo así como un
pensamiento mágico de Dios, donde se le ve como un mago que tiene la obligación de
resolvernos nuestros problemas.

La vida moderna con su trabajo monótono y su competencia enloquecida perjudica


mucho a las personas. Hay una sed de trascendencia aunque no necesariamente de
Dios, es más bien el ser humano que quisiera expandirse hasta el infinito si le fuera
posible. Se mezclan prácticas orientales y chamánicas antiguas y procedimientos
modernos como drogas químicas que facilitan la experiencia religiosa y aumenten la
capacidad de interiorización y concentración. También se da la mística cósmica que
quiere recuperar una relación más pura con la naturaleza y las cosas que rodean al
individuo buscando la armonía.

El Neopaganismo surge de las tradiciones indígenas y africanas con la denominación


de cultura cristiana, son sincréticas paganas con elementos cristianos, más pagana
que cristiana, quiere satisfacer la sed del misterio fuera del esquema cristiano.
Interviene también aquí el pensamiento religioso mágico. Otra tendencia neopagana
es en varias formas de gnosticismo con carácter esotérico, de ritos ocultos, de los
cuales tiene que cumplir con algunos requisitos impuestos por el grupo religioso. Se
recurre también a las llamadas técnicas de meditación trascendental que buscan
alcanzar un equilibrio psíquico y desarrollar una sabiduría humana, también se usan
técnicas de respiración.

Una explicación a estos fenómenos podría ser que ante el panorama tan triste y
desgarrador de nuestra realidad resultado de las guerras, de los contaminantes, de la
pobreza, de la urbanización y aceleración del mundo globalizado, industrializado esta
generando un vacío, una angustia y nausea exixtencial. Ante este panorama ¿qué
podemos hacer los cristianos? Dice M. Eliade, “la estructura de la conciencia humana
es tal que el hombre no puede vivir sin buscar el sentido y el significado.”
Las expresiones técnico-científicas y racionalistas de la sociedad moderna expulsan lo
sagrado de muchos ámbitos, pero no los suprimen.

Al principio el cristianismo fue Kerigma, anuncio de la buena nueva del evangelio, se


mostró un Dios bueno, misericordioso, salvador de toda la humanidad en su Hijo que
murió y resucitó. En torno a esto de organizo a la comunidad, creando ritos, símbolos y
celebraciones, redactando doctrinas y recuperando las enseñanzas de Jesús, a medida
que el mensaje de salvación iba extendiéndose se comenzó a escribir la vida de Jesús
en los evangelios. Después fue la conversión del imperio Romano. Con el tiempo se
fueron dando unas concepciones erróneas sobre la revelación. Se creaba un miedo
infundido sobre el infierno, amenazas terroríficas. En el cristianismo la fe gira entorno
a la revelación de Jesús, Él da sentido a la existencia del cristiano. La fe se vincula más
con la inteligencia y la razón, con la verdad, y la religión con los sentimientos, la
emoción y el gozo. El fenómeno religioso en el interior de la iglesia. Se da una crítica
carismática o del movimiento carismático, ya la da San Pablo en la carta a los
corintios.

CAPITULO CUARTO
Creer en un mundo en Crisis de la razón.

Encontramos aquí como a inicios de Iglesia los cristianos eran tachados de incultos,
irreligiosos, con una doctrina bárbara y absurda como una locura mística de oriente.
Aparece San Justino, Atenágoras y Orígenes como apologetas queriendo demostrar la
congruencia entre Fe y Razón. En la edad media surgen las ordenes mendicantes
poniendo en relevancia a los pobres y dan un sentido más evangélico a la pobreza,
una mayor exigencia de pureza, ascesis y un espiritualismo hasta el éxtasis.

Viene luego un momento de armonía entre fe y la razón con las aportaciones de San
Agustín que parte de la experiencia humana para conocer. Decía “la razón sirve para
regar, nutrir y robustecer el germen de la fe.” Y de Santo Tomas que lleva la reflexión
de la revelación a la madurez y consigue una mejor armonía entre fe y razón. Dios
infunde en nuestra razón la fe, nos da signos visibles para que por nuestra razón
logramos conocerlo. Estos signos o señales dejan lugar para nuestra libertad y para la
gracia de Dios, estos son los milagros, la belleza, y la santidad. Es fácil entender
porque la razón y la fe se armonizan porque es el mismo Dios quien se revela y quien
crea nuestra razón. Viene la ruptura entre fe y razón.
Como podemos ver la fe ha cambiado de sentido ya no forma parte de nuestro mundo
racional.
Directamente habla de salvación y de cosas de otra vida. La ciencia moderna dice
acerca de la fe que esta fuera del universo de la realidad objetiva, fuera de la verdad
sobre la cual la inteligencia se pronuncia. La razón conoce la verdad de la fe, pero
estamos distantes de la época de la armonía entre la razón y la fe, sea por el exceso
de racionalización de la razón, sea por las realidades y creciente de la verdad. Las dos
realidades tomaron caminos opuestos y la separación tiende a crecer. En los primeros
siglos de distanciamiento entre la razón y la fe, el escenario parecía maravilloso. La
razón se libera de la realidades autoritaria de la Iglesia y de su clero.

La razón moderna en sus representantes mas famosos Feuerbach, Hegel, Marx,


Nietzsche y Freud estuvo en contraposición de la revelación y de la fe, argumentando
que la razón humana era autosuficiente y no necesitaba de la fe. El catolicismo nunca
acepto una fe ajena a la razón. Sintió que la fe debía enfrentar el problema de la razón
moderna. Hace un examen de conciencia ante la realidad religiosa y se pregunta si el
cristiano puede ser fiel a la fe y al mismo tiempo vivir en el realidad de la modernidad.

Los avances tecnológicos, de la informática, la modernidad avanzada, el universo de lo


científico van conformando un panorama en donde el hombre se convierte en el centro
de todo, egocentrismo, narcisismo, individualismo, etc, el hombre pretende ser Dios.
El reencuentro de la razón con la fe no será nunca posible sino se abandonan los
caminos que han seguido en la modernidad. la razón no acepta la trascendencia de
Dios sino del Ser humano con la realidad de la auto-suficiencia . El cristiano no tiene
problema de aceptar la trascendencia que la fe descubre en las realidades humanas.
El cristiano ve aun mas. Sabe que el principio de esta experiencia de la trascendencia
en las cosas creadas radica en la gratuidad de Dios que se deja experimentar en las
realidades humanas.

CAPITULO QUINTO
La Fe y la Comunidad

El cristiano se ve llamado a dar testimonio de su fe. Como acto del ser humano implica
racionalidad, libertad, decisión. Se constituye en relación con Dios, en una comunidad.
La trinidad nos impulsa a ser comunidad humana y de fe. Todo en nosotros clama a
Dios. La fe humana se fundamenta en la credibilidad que le otorga la persona en quien
se confía. San pablo describe así la cadena de la fe: escucha, mensajero, envío. La fe
viene de la predicación y esta por la palabra de Cristo. nadie puede comunicar la
gracia actuando dentro del otro. En el interior de las personas solo actúa Dios. Santo
tomas enseña que la gracia no suplanta la naturaleza, sino la perfecciona y suple sus
defectos. La inteligencia tiene una luz natural con una fuerza finita capaz de penetrar
la verdad, Dios potencia esa luz con una fuerza interna para que penetre más en el
conocimiento de las cosas que la sobrepasan. La luz de la fe eleva el intelecto y lo
hace apto para dar su asentimiento al Dios que revela y trasciende.

Fuimos creados por el Dios Trino, nuestra estructura humana fue modelada por este
Dios, todo lo que somos refleja el origen trinitario, comunitario. Si todo en nosotros es
comunitario también lo serán nuestras vivencias de fe. Donde todo es gracia la
trinidad marca aun más su presencia. La dimensión comunitaria se ubica al principio y
al fin del proceso humanizante. Tanto más sana es una persona cuanto más capaz es
de relacionarse con los demás.

Al lado del individualismo moderno se da el fenómeno paradójico del internet que


refuerza el aislamiento real de las personas, no tenemos idea de cómo llegará a
repercutir todo esto en las vivencias religiosas y de la fe. Surge un nuevo tipo de
sexualidad que responde mucho al narcisismo actual que se basa fundamentalmente
en el autoerotismo. ¿Cómo conciliar ese mundo virtual con la fe cristiana, en extremo
exigentes de la presencia física de las personas?

La fe exige un movimiento de gracia, la salida de sí en dirección a Dios y a los


hermanos. La fe es comunitaria y eclesial, se celebra en torno a la memoria de Jesús,
esta fe se recibe en la Iglesia y se desarrolla a lo largo de la vida por la acción
catequética, sacramental y pastoral de la Iglesia. El cristiano exterioriza la fe con los
ritos, signos y conductas a lo largo de su vida. Solo puede ser exteriorizado lo que
tiene una realidad objetiva. La transmisión de la fe mediante la cultura se realiza casi
espontáneamente como si fuera algo natural.

El sujeto que cree no esta solo sino que tiene la comunidad, esta no se opone a la fe
personal al contrario es el espacio nutricio donde se vive. La trinidad económica se
revela en la historia, Yahvé es Dios Padre, principio de la historia de loa salvación,
Jesús es el Hijo de Dios donde se cumple la salvación, y el Espíritu Santo es el que
actúa en el interior y hace que esta historia continúe. La trinidad , Dios en nosotros
(existencial), Dios para nosotros (económica), Dios de si (inmanente) .

CAPITULO SEXTO
Creer y seguir a Jesús

Nuestra fe se alegra con la herencia de Israel y se intenta acentuar la continuidad del


Nuevo Testamento con el Antiguo sin descuidar la originalidad del mismo Jesús, en el
se cumplieron plenamente las promesas hechas al pueblo de Israel. Dios hace a David
fundador de un linaje real, con frecuencia escuchamos en el evangelio al referirse a
Jesús como el Hijo de David. La pasión de Cristo si se ve bajo el telón del Siervo de
Yahvé se comprenderá mejor este misterio. La originalidad máxima del Nuevo
Testamento se refleja en el hecho de reconocer en Jesús al Hijo de Dios.

Mateo hace referencia del Antiguo testamento al comparar a Moisés con Jesús, que
con su autoridad reformula la ley, y propone la superioridad de Jesús sobre Moisés,
Jesús es el nuevo Moisés. Marcos nos presenta un Jesús que desdemoniza el mundo, el
cristiano es llamado a rehacer en si mismo el camino de Jesús. Lucas pinta una figura
paradójica de Jesús, nos presenta su gran misericordia, a un Jesús salvador, libertador
de los pobres. Lucas radicaliza el seguimiento a Jesús cargando la cruz cada día. Pablo
presenta a Cristo como anterior de la creación y como su autor. La preexistencia de
Cristo, Él es la cabeza de la Iglesia. Lo que Jesús dice y hace es Dios quien lo hace. Es
fundamentalmente palabra reveladora, salvadora y amorosa de Dios Padre que tanto
amo al mundo que le entrego a su Hijo único.

En el concilio de Nisea (a. 325) se define la divinidad de Jesús con la palabra


“consubstancial” o sea de la misma naturaleza del Padre. Los docetas decían que
Jesús era pura apariencia, que Él no sufrió verdaderamente ni murió, la cruz sirvió para
engañar a los incrédulos. Por otro lado se negaba la divinidad de Jesús. El Jesús que
actúa divinamente tiene que ser divino.

Vivimos una profunda crisis de sentido, esta se debe a la proliferación de pequeños


sentidos y a la carencia de un sentido mayor. Los modernistas no aceptan que Jesús
pueda interpelar de modo absoluto al ser humano en su identidad y plenificación. La
caída del socialismo provocó un vacío de sentido mayor. Por su parte el capitalismo se
muestra incapaz de ofrecer un sentido mayor que plenifique la vida. La cultura ya no
transmite los símbolos y valores cristianos, y se habla de una re-evangelización o
nueva evangelización. Debemos apoyarnos no en nosotros mismos, sino solo contar
con Dios para nuestra vida, felicidad y salvación, optamos por ser pecadores
agraciados. Decisión que se renueva cada día.

El acceso del fiel a Jesucristo tropieza con la historia que separa a ambos. Debido a
esto el creyente cae fácilmente en los dos extremos, o se olvida de la distancia y se
refugia en una lectura literal de la vida de Jesús o se olvida de su historicidad y se
queda con la figura tradicional de Jesús. En ambos casos se descuida lo más
importante, entrar en el misterio del Jesús histórico y dejarse cuestionar por Él. Los
valores del Reino son vida, solidaridad, opción por los pobres, justicia, misericordia,
perdón de los enemigos, libertad nacida del amor a Dios y al hermano, la supremacía
del ser humano sobre la ley. Ahí están las bienaventuranzas, las parábolas del reino.

CAPITULO SÉPTIMO
Escritura y Tradición

La fe cristiana es fundamentalmente adhesión a la persona de Jesús, que se nos revela


en la Escritura y en la Tradición, las palabras vuelan, los escritos permanecen. Sin la
escritura no tendríamos acceso a loa revelación. Vivimos en una historia humana en
donde se conjugan las libertades humana y divina, acciones hechas por inspiración y
ayuda de Dios y acciones contra Dios, realizadas por una creatura rebelde y pecadora.
La Escritura es inspirada. La inspiración es un fenómeno que afecta a todas las
culturas y generaciones. Tiene una dimensión humana que se expresa bajo forma
artística, como poesía, escultura, música, etc. la inspiración bíblica tiene formas
especificas: profética y escriturística.

La unidad del canon en reflejo de la unidad de conciencia de la comunidad primitiva


que se ve retratada en él. El canon constituye la objetivación de la conciencia eclesial,
no en sentido teórico, sino porque tiende a reflejar la experiencia entera de la nueva
comunidad en la nueva situación. Por la misma Tradición conoce la Iglesia el canon
completo de los libros sagrados. La verdad en la Biblia esta siempre ordenada,
orientada y dirigida a nuestra salvación. No basta la razón para descubrir el sentido
pleno de la Biblia sino también debe ser leída e interpretada con el mismo Espíritu con
que fue escrita.

La Tradición en la Iglesia participa de la necesidad antropológica que toda cultura


tiene de vivir de y en una tradición. Los seres humanos crean tradiciones y las
tradiciones los crean. Creamos la tradición insertamos en ella elementos nuevos. La
hacemos progresar o retroceder, transformamos la Tradición, ella no se opone al
progreso, pues esta siempre en proceso de ser creada, garantiza estabilidad cultural,
dado que en ella el idioma, los símbolos y signos se vuelven inteligibles. En la Iglesia
es el cuerpo todo el que transmite, en este cuerpo existe la instancia del Magisterio
que goza de cierta autenticidad, garantizada por una gracia de Dios. La Sagrada
Tradición y la Sagrada Escritura constituyen un solo Sagrado deposito de la Palabra de
Dios confiado a la Iglesia.

La presencia del Espíritu apunta a la continuidad de la Tradición de la Fe. Él dará


testimonio de Jesús y posteriormente de los apóstoles. La Iglesia es por lo tanto el
sujeto principal de esta continuidad de la Tradición garantizada por la acción del
Espíritu. Para explicar la evolución y el crecimiento de la Tradición del dogma de la
verdad de la fe: Raciocinio, conceptualización y una visión de totalidad. La Tradición
Cristiana esta llamada a un diálogo interreligioso con las iglesias ortodoxas y
evangélicas y a una apertura hacia las otras formas religiosas.
CAPITULO OCTAVO
Creer en un continente que nos desafía

Un clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una liberación que
no les llega de ninguna parte, desde los albores de la colonización del siglo XVI, junto a
la esclavitud del negro y el genocidio de los indios, nuestros países de América latina
vivieron una alarmante injusticia social. Las clases dominantes mantuvieron una
estructura social que hace a muchos de nuestros países campeones en la pésima
distribución del ingreso. Esto significa una degradante pobreza. La novedad de los
pobres esta en que son multitud con millones de miserables acumulados. En ultimo
análisis era una cuestión más teológica que socio-política. Entonces ¿Dios es el ultimo
responsable de la pobreza?, sin embargo gracias a Marx, esta teología de deshizo. El
decía que la gente es pobre a causa de las relaciones sociales que el sistema global
impone entre las naciones y dentro de las naciones, entre clases.

La avalancha concientizadora penetra en la Iglesia se forman los grupos de Acción


Católica, surgen las comunidades eclesiales de base, también se creo un grupo de
excelentes teólogos, religiosos y religiosas que emprendieron experiencias pastorales
populares y de vida inserta en estos medios. Ante estas cuestiones se reúnen los
obispos de Latinoamérica (CELAM) en Medellín, Santo Domingo, Puebla y
recientemente en La Aparecida en Brasil.

La conciencia critica se ha debilitado como consecuencia del capitalismo en la etapa


del neoliberalismo. El norte rico y fuerte crece, el sur pobre se empobrece, basta
recordar las crisis que sufrieron México y Brasil con los cambios de las coyunturas
económicas mundiales, mientras que Estados Unidos salió fortalecido. El nuevo
nombre de la denominación de exclusión es el mercado, estar fuera del mercado es
estar fuera de todo, cada vez es más difícil el tipo de existencia rural. El numero de los
excluidos crece en todo el mundo. Enormemente en los países pobres. Gustavo
Gutiérrez realizo un torbellino de trabajos teológicos en torno del pobre. “ La pobreza
significa muerte, destrucción de las personas y de los pueblos y sus culturas y
tradiciones. Ser pobre es también una manera de sentir y de conocer, de pensar, de
hacer amigos, de amar de crecer, de sufrir, de celebrar, de orar.”(G. Gutiérrez).

El cristiano esta llamado a ser profeta que implica una doble acción la denuncia y el
anuncio
Denuncia: El neoliberalismo se anuncia como muerte de la ideología en nombre de la
ciencia, pero en realidad es una nueva y sutil forma de ideología. Por eso toca al
cristiano desenmascarar este engaño.
Anuncio: La manera de oponerse a la muerte es la vida, toca al cristiano el anuncio de
una nueva forma de vida en la sociedad. En términos teológicos un anunciar la
esperanza, en términos políticos una utopía.
Praxis: Ponerse al lado de los pobres, la fe cristiana responde a su vocación profética
creando una cultura de solidaridad comprometiéndose en los nuevos movimientos
sociales, estas creadas desde la fe, tejiendo nuestra vida cotidiana en fraternidad.
La fe del cristiano de vive en el corazón de la historia, nace dentro de la sociedad,
intenta actuar en ella para transformarla. Nos toca pues mantener encendida la
dimensión profética en este movimiento. Seguir denunciando toda violación contra las
libertades individuales y contra los derechos sociales.

COMENTARIO

Realmente disfrute la lectura aunque fue un poco apresurada, con ésta se completa de
alguna manera la del libro anterior, me deja muchas inquietudes y ganas de realizar
con una convicción más profunda mi ser cristiano, mi ser profeta. Me plantea a
grandes rasgos la historia de mi mundo, de la Iglesia, de la realidad actual y me invita
a buscar nuevas formas de evangelizar de anunciar la revelación según mis
posibilidades en donde me toque vivir.

Me cuestiona, me abre los ojos, cambia mi panorama, y me invita a profundizar más la


Palabra de Dios tanto de las Escrituras como de la Tradición, soy conciente de que se
requiere una disponibilidad mayor, un mejor esfuerzo, y le pido a Dios su gracia para
que esto que me propongo no se vaya con el tiempo o las preocupaciones de la vida
ordinaria, le pido también que aumente mi fe para captar su presencia en los
acontecimientos.

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