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CONCEPTUALIZACIÓN
Para muchos, el campo del comportamiento del consumidor es una ciencia social
aplicada. En consecuencia, el valor de los conocimientos generados debe ser
juzgado en términos de su capacidad para mejorar la eficacia de la práctica del
marketing. Sin embargo, algunos investigadores argumentan que el
comportamiento del consumidor no debería tener un enfoque estratégico; el
campo no debería ser un “sirviente de los negocios”, sino que más bien tendría
que enfocarse en la comprensión del consumo por sí mismo y no para que los
mercadólogos apliquen estos conocimientos para obtener ganancias. La mayoría
de los investigadores de los consumidores no tienen esta perspectiva extrema
pero ha motivado a muchos a ampliar el ámbito de su trabajo, más allá del
enfoque tradicional del campo de la compra de bienes de consumo como
alimentos, aparatos y automóviles para abarcar problemas sociales como las
personas sin hogar o la preservación del ambiente. ¡Ciertamente ha provocado
algunos debates acalorados entre la gente que trabaja en este campo! (Solomon).
Por ahora debe quedar claro que el campo del comportamiento del consumidor
abarca muchas cuestiones, desde la simple compra de un empaque de leche,
hasta la selección de un complejo sistema de redes para computadora; desde la
decisión de donar dinero a la caridad, hasta los planes malintencionados de
afectar a una compañía (Solomon).
El Consumidor.
Una de las premisas fundamentales del campo moderno del comportamiento del
consumidor es que a menudo la gente no compra productos por su utilidad, sino
por lo que significan. Este principio no implica que la función básica del producto
no sea importante, sino que los papeles que los productos tienen en nuestras
vidas van más allá de las tareas que desempeñan. Los significados más profundos
de un producto pueden ayudarlo a destacar de entre otros bienes o servicios
similares; si todo lo demás es igual, los individuos elegirán la marca que posee
una imagen (¡o incluso una personalidad!) que sea consistente con sus
necesidades subyacentes (Solomon).
1.2.1 ECONÓMICA
Esta teoría asume que el hombre busca siempre maximizar su utilidad; por lo
tanto, siempre tratará de adquirir el producto que más utilidad le dé en función del
precio que pagará por él. En otras palabras, el hombre siempre tratará de
maximizar la relación costo-beneficio en cada actividad de su vida (Arellano).
1.2.2 PSICOLÓGICA
1.2.3 SOCIOLÓGICA
Muchos autores modernos, entre ellos algunos grandes críticos del sistema de
consumo moderno, como Thorstein Veblen (la teoría de la sociedad del ocio),
sostienen que la principal razón que guía el comportamiento de las personas es su
necesidad de integración en el grupo social. Así muchas personas adoptan
comportamientos de poco o ningún trasfondo económico o psicológico, pero que
están destinados fundamentalmente a quedar bien con los demás (Arellano).
El efecto más claro de esta situación parece ser el fenómeno de la moda, pues en
ella se observan comportamientos inexplicables a la luz de las teorías anteriores.
Desde un punto de vista económico, la moda es altamente ineficiente, ya que, por
ejemplo, nos lleva a desechar prendas nuevas sólo porque ya no se ve bien
usarlas. Desde la perspectiva del aprendizaje, la moda presenta cambios
inexplicables en los gustos de las personas (lo que gustaba ayer, no gusta más
hoy). Finalmente, la visión psicoanalítica no basta para explicar el hecho de que se
quiere influir a personas del mismo sexo o incluso, a miembros de la familia
cercana para que usen lo que está de moda (Arellano).
Sin embargo, todos conocemos algunos individuos que contra lo indicado, buscan
diferenciarse de los demás. Paradójicamente, el deseo de diferenciación también
parece ser resultado de la necesidad de identificación social. Así, en el caso de los
individuos que se comportan de manera inusual o se visten de manera
estrambótica, la motivación de fondo es la de hacerse remarcar por el grupo
social, es decir, en el fondo, aun cuando no lo acepten conscientemente, el
reconocimiento social les interesa tal vez mucho más que a una persona de
mentalidad conservadora (Arellano).