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a) La Antropología Criminal tiene por objeto el estudio del hombre delincuente; investiga
las causas biológicas del delito; se le denomina también Biología Criminal. Esta ciencia,
de muy antigua raigambre, adquirió un enorme desarrollo con los estudios del positivista
italiano César Lombroso, quien en el año de 1876 publicó el libro titulado "El Hombre
Delincuente". Para este autor, el criminal congénito o nato es un ser atávico, con
regresión al salvaje. La doctrina lombrosiana descansa en tres puntos fundamentales
explicativos de la delincuencia, a saber: el atavismo, la locura moral y la epilepsia; los
delincuentes natos representan el tipo criminal, tan discutido en nuestro tiempo.
Las doctrinas de Lombroso han caído en desuso, por haber sido objeto de incontables
rectificaciones que han venido a demostrar la naturaleza heterogénea del delito, con
exclusión de un solo elemento causal, pues surge como resultante de múltiples factores.
Debe sin embargo reconocerse que merced a las investigaciones del sabio positivista
italiano, se han desarrollado los estudios del factor personal en la producción del delito.
Para el primero, el delito es el resultado del "ello"; es decir, del instinto, que triunfa sobre
el "súper yo", o sea la conciencia moral. Según Bernaldo de Quirós, el "ello" es un vocablo
pintoresco y feliz que no puede sustituirse y sirve de signo a la energía vital de la carne,
con todas sus apetencias. Para Freud no sólo el delito, sino todos los fenómenos
humanos, tienen una fuente de producción de tipo sexual. Es la freudiana, una doctrina
eminentemente pansexualista. Merced al empleo del psicoanálisis intenta descubrir los
llamados "complejos", o sea los conflictos entre el "ello" y el "súper yo"; tales conflictos
son siempre de tipo sexual, resultado de actos fallidos o mal logrados.
Los complejos más comunes son el de Edipo (amor sexual hacia la madre y hostilidad
hacia el padre o a quien lo represente), el de Narciso (enamoramiento de sí mismo, por
exaltación de las propias cualidades, físicas, o de otra índole), el de Electra (amor sexual
hacia el padre y hostilidad hacia la madre), el de Diana (relativo a la continencia sexual de
las doncellas; recuerda la leyenda según la cual Diana, en defensa de su castidad, mató a
Orion y transformó a Acteón en ciervo), etc. El psicoanálisis consiste en escudriñar la
subconciencia por medio de las palabras y de los símbolos que emite el sujeto a estudio.
Nótese que tanto el pansexualismo freudiano como la tesis personalista de Adler, son
doctrinas eminentemente positivistas (como el materialismo histórico, para el cual el delito
no es sino la resultante de las desigualdades económicas), pues aquellas teorías
conciben el crimen como consecuencia.
f) Dos son las principales, mas no las únicas. Ciencias Auxiliares del Derecho Penal: La
Medicina Legal y la Criminalística. La primera tiene por objeto poner al servicio de la
administración de la justicia penal los conocimientos y las técnicas médico-quirúrgicas. Es
sabido que en la investigación de infinidad de delitos y en el tratamiento de los
delincuentes, se requiere el auxilio de médicos forenses, sobre todo con relación a los
llamados delitos dt sangre, así como en los de tipo sexual. El médico legista no sólo
examina a los sujetos activos, sino también a las víctimas y procura establecer, dentro de
las posibilidades de la ciencia, el nexo causal entre el autor y el resultado; ayuda con ello,
en forma inestimable, a hacer realidad la aplicación del Derecho Penal.