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ESCUELA SECUNDARIA No.

41 “SOR JUANA INÉS DE LA


CRUZ”
TURNO MATUTINO
CICLO ESCOLAR 2010 – 2011

ANTOLOGÍA DE POEMAS

La intención primera de la presente es compartir algunos poemas declamados por


alumnas de tercer grado de nuestra querida escuela durante el actual ciclo escolar y
de esta forma acercar al lector al mundo de la poesía, con el fin de que éste
favorezca el autoconocimiento del individuo.

Marzo de 2011
……………………………………………………………………………………………….....
...

La caricia perdida
(Alfonsina Storni)

Se me va de los dedos la caricia sin causa,


se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,


pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,


si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,


si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Adiós
(Alfonsina Storni)
Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama


dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,


los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,


las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!
¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...
¡de llagas infectas! ¡cúbrete de mal!...
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!


¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más! ...

Dos Palabras
(Alfonsina Storni)

Esta noche al oído me has dicho dos palabras comunes.


Dos palabras cansadas de ser dichas.
Palabras que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba


filtrando entre las ramas se detuvo en mi boca.
Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello
y no intento moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras


¿Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas


que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas.

Tú me quieres blanca
(Alfonsina Storni)

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna filtrado me haya.


Ni una margarita se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas las copas a mano,


de frutos y mieles los labios morados.
Tú que en el banquete cubierto de pámpanos
dejaste las carnes festejando a Baco.
Tú que en los jardines negros del Engaño
vestido de rojo corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto conservas intacto


no sé todavía por cuáles milagros,
me pretendes blanca (Dios te lo perdone),
me pretendes casta (Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques, vete a la montaña;


límpiate la boca; vive en las cabañas;
toca con las manos la tierra mojada;
alimenta el cuerpo con raíz amarga;
bebe de las rocas; duerme sobre escarcha;
renueva tejidos con salitre y agua;
habla con los pájaros y lévate al alba.
Y cuando las carnes te sean tornadas,
y cuando hayas puesto en ellas el alma
que por las alcobas se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

La niña de Guatemala
(José Martí)

Quiero a la sombra de un ala


contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,


y las orlas de reseda
y de jazmín: la enterramos
en una caja de seda.
…Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor:
él volvió, volvió casado:
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas


obispos y embajadores:
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores.

…Ella, por volverlo a ver,


salió a verlo al mirador:
él volvió con su mujer:
ella se murió de amor.

Como de bronce candente


al beso de despedida
era su frente, ¡la frente
que más he amado en mi vida!
…Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor:
dicen que murió de frío:
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,


la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador:
¡nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor!

Me doy cuenta que me faltas


(Jaime Sabines)

Me doy cuenta que me faltas


y de que te busco entre las gentes,
en el ruido, pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo y no estás y no has llegado
y me quedo dormido y terriblemente cansado preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.

La droga
(Jaime Sabines)
Si ya no puedes regresar a tu orilla izquierda, déjate llevar a
donde sea.
Sería bueno olvidarse del brocal del pozo y aventurarse en el
río subterráneo.
El día de ayer se ha ido y el que tú fuiste ayer.
No trates de levantar del polvo ese amor, porque sólo
levantarás jirones y sombras.
Enséñale a tu corazón a caminar de nuevo, como a un niño de
meses.
Te dije estas cosas y respondiste:
- Es que soy la costumbre. He tomado veneno todos los días,
y me hace falta.
- ¿Qué droga tremenda es el amor?

Te quiero a las diez de la mañana


(Jaime Sabines)

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce


del día.
Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en
las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde, o las tres, cuando me pongo a
pensar en nosotros dos,
y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las
diversiones que no tienes,
me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que
guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que
estás hecha para mí,
que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis
manos me convencen de ello,
y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo
vaya, mejor que tu cuerpo.
Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos
desaparecemos un instante,
nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que
tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay
días también, hay horas,
en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de
otro.
Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis
penas.
Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves.
¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?

Vuelo de noche
(Jaime Sabines)

Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma búscame, escúchame.


En algún sitio mi voz, sobreviviente, llama,
Pide tu asombro, tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades.


Tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad tu rostro, qué ternura de luz ensimismada,


qué dibujo de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.


soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
Del suelo, de la sombra que pisas,
Del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.

Tu nombre
(Jaime Sabines)

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre, de escribir


que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto. No quiero que nadie se
entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de
un lado
a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche, lo
grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo, lo digo
incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.

Te quiero a las diez de la mañana


(Jaime Sabines)

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del


día.
Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en
las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a
pensar en nosotros dos,
y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las
diversiones que no tienes,
me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que
guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que


estás hecha para mí,
que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis
manos me convencen de ello,
y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo
vaya, mejor que tu cuerpo.
Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos
un instante,
nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que
tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días


también, hay horas,
en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de
otro.
Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis
penas.
Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves.
¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?

Es una lástima
(Mario Benedetti)
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo


cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha cómo ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo


cuando miro el reloj y son las seis.
podrías acercarte por sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

Táctica y estrategia
(Mario Benedetti)

Mi táctica es mirarte
aprender cómo sos
quererte como sos
mi táctica es hablarte
y escucharte,
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo, ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos,
mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros,
para que entre los dos
no haya telón ni abismos.

Mi estrategia es en cambio
más profunda y más simple,
mi estrategia es
que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Todavía
(Mario Benedetti)

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo


tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto


que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza


y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía


dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro


y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido


mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido
y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.

No te salves
(Mario Benedetti)

No te quedes inmóvil al borde del camino


no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si pese a todo


no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Viceversa
(Mario Benedetti)

Tengo miedo de verte


necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte


preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte


alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

Enamorarse y no
(Mario Benedetti)

Cuando uno se enamora las cuadrillas


del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

Corazón Coraza
(Mario Benedetti)

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía


porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera


pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Arcoiris
(Mario Benedetti)

A veces por supuesto usted sonríe


y no importa lo linda o lo fea
lo vieja o lo joven
lo mucho o lo poco
que usted realmente sea

sonríe cual si fuese una revelación


y su sonrisa anula todas las anteriores
caducan al instante sus rostros como máscaras
sus ojos duros frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe y usted nace


asume el mundo
mira sin mirar
indefensa desnuda transparente

y a lo mejor si la sonrisa viene


de muy de muy adentro
usted puede llorar sencillamente
sin desgarrarse sin deseperarse
sin convocar la muerte ni sentirse vacía
llorar sólo llorar

entonces su sonrisa si todavía existe


se vuelve un arco iris.

¿Por que será?


(Mario Benedetti)
¿Por qué será que uno fabrica sus recuerdos
y luego los olvida?
¿por qué será que uno procede de algún dios
para volverse ateo?
¿por qué será que la luna tiene
una barriga blanca?
¿por qué será que cuando abro el ropero
las mangas me saludan?
¿y que tu boca dice ternuras
tan sólo cuando calla?
¿por qué será que un cuerpo virgen
tiene pezones de burdel?
¿por qué será que si decido
morir nadie me cree?
¿por qué será que los pájaros cantan
después de los entierros memorables?
¿por qué será que si beso tu beso
me siento renovado?
¿por qué será que me haces tanta falta?

Informe sobre caricias


(Mario Benedetti)

1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada

3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria

4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tiene tacto

5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia
6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación.

Hagamos un trato
(Mario Benedetti)
Compañera usted sabe que
puede contar conmigo
no hasta dos o hasta diez
sino contar conmigo

si alguna vez advierte


que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar conmigo

si otras veces
me encuentra huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar conmigo

pero hagamos un trato


yo quisiera contar con usted
es tan lindo saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Reto
(Julio Flores)
Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante ti me quedo
estático de emoción,
sintiendo que el corazón
se va en mi pecho a romper,
piensas que siempre he de ser
esclavo de mi pasión.

Te equivocas, te equivocas,
fresco y fragante capullo
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.
si a la lucha me provocas,
dispuesto estoy a luchar:
tú eres espuma, yo mar
que en sus cóleras confía.
¿Me haces llorar? Pero algún día
yo también te haré llorar.

Y entonces cuando rendida,


me ofrezcas toda tu vida
perdón pidiendo, a mis pies,
Como mi cólera es infinita en sus excesos
¿sabes lo que haría en esos
momentos de indignación?
Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos.

De “Humorismos Tristes”
(Luis G. Urbina)

¿Qué si me duele? un poco, te confieso


que me heriste a traición, mas por fortuna
tras el rapto de ira vino una
dulce resignación... pasó el acceso.

¿Sufrir? ¿Llorar? ¿Morir? ¿Quién piensa en eso?


El amor es un huésped que importuna,
mírame cómo estoy, ya sin ninguna
tristeza que decirte, ven dame un beso.
Así, muy bien, perdóname, fui un loco,
tú me curaste -gracias-, y ya puedo
saber lo que imagino y lo que toco.

En la herida que hiciste, pon el dedo,


¿Qué si me duele? Sí, me duele un poco,
mas no mata el dolor... no tengas miedo...

Segundo Beso
(Manuel M. Flores)

Bésame con el beso de tu boca,


cariñosa mitad del alma mía,
un solo beso el corazón invoca,
que la dicha de dos...me mataría.

Un beso nada más!...Ya su perfume


en mi alma derramándose, la embriaga;
y mi alma por tu beso se consume
y por mis labios impaciente vaga.

Júntese con la tuya!...Ya no puedo


lejos tenerla de tus labios rojos...
Pronto!...dame tus labios...tengo miedo
de ver tan cerca tus divinos ojos!

Hay un cielo mujer, entre tus brazos;


siento de dicha el corazón opreso...
Oh! sostenme en la vida de tus brazos
para que no me mates con tu beso!

Amor
(Salvador Novo)

Amar es este tímido silencio


cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.

Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,


tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.

Ultramarina
(Rafael Heliodoro Valle)

Una nube blanca,


una nube azul,
en la nube un sueño
y en el sueño, tú.

Gaviotas del norte,


luceros del sur,
sobre el mar el cielo
y en el cielo, tú.

Música de errantes
cítaras de luz,
y luz en el alma
y en el alma, tú.

Las ondas me traen


cartas del Perú,
y en las cartas besos
y en los besos, tú.

Tú en la noche blanca,
tú en la noche azul
y en lo misterioso,
dulcemente, tú.

Balada
(Gabriela Mistral)

Él pasó con otra; yo le vi pasar.


Siempre dulce el viento y el camino en paz.
¡Y estos ojos míseros le vieron pasar!
El va amando a otra por la tierra en flor.
Ha abierto el espino; pasa una canción.
¡Y él va amando a otra por la tierra en flor!
El besó a la otra a orillas del mar;
resbaló en las olas la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre la extensión del mar!
El irá con otra por la eternidad.
Habrá cielos dulces. (Dios quiere callar.)
¡Y él irá con otra por la eternidad!

Habrá poesía
(Gustavo Adolfo Bécquer)

No digáis que, agotado su tesoro,


de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso


palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance


las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,


sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen


los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

……………………………………………………………………………………………….....
...

“¡Acuérdate de mí!...Cerca a mi tumba


no pases, no, sin regalarme tu plegaria;
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que has olvidado mi dolor”
Lord Byron

“Amar es este tímido silencio


cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo”
Salvador Novo

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