Para que la sesión cumpla adecuadamente con los propósitos y las competencias que seanotan, es pertinente que el docente tome en cuenta los siguientes criterios: Verificar el nivel inicial de los alumnos, sobre todo en cuanto a la competencia motriz y el desarrollo motor; para ello se deben considerar los intereses y las motivaciones que tienen hacia la sesión, para lo cual cada bloque de contenidos incluye, al inicio, una evaluación diagnóstica de tipo criterial. Sugerir actividades que impliquen un esfuerzo adicional para el alumno y sean cada vez más complejas a fin de observar su capacidad para resolver situaciones, tanto cognitivas como motrices. Lograr que el alumno encuentre sentido a lo aprendido, sobre todo en relación con lo que cotidianamente vive. Estimular en el alumno, en todo momento, el sentido de colaboración, en el trabajo individual y en el colectivo; propiciar el compañerismo, el respeto y la ayuda a los demás. Por ello, la participación desde el inicio será activa, para aprovechar al máximo los recursos materiales y espaciales. Evitará al máximo tiempos de espera prolongados para que los alumnos participen en la sesión, así como las largas filas o las actividades de baja intensidad (actividades pasivas). Proponer recursos materiales variados y garantizar que todos los alumnos puedan utilizarlos en cualquier momento de la sesión. Establecer la relación permanente entre lo aprendido en Educación Física y las otras asignaturas del plan de estudios. Cuidar que la verbalización sea una actividad permanente; es decir, provocar la duda en los alumnos y darles opción a que opinen acerca de sus ideas o formas de hacer las cosas. Tener presente que cuando lo aprendido se platica, adquiere mayor significado.
En todo proceso educativo es necesario verificar los avances y niveles de logro de los propósitos propuestos en cada etapa, y la evaluación educativa nos permite observar cómo se va dando la implementación de estrategias, dirigidas hacia tres vertientes del proceso: a los alumnos, al verificar el aprendizaje obtenido mediante indicadores que demuestren el dominio o la adquisición de las competencias en construcción; el docente, quien observa la enseñanza como forma de intervención pedagógica, reflexionando sobre aspectos globales de la aplicación de estrategias didácticas y el manejo de las competencias expuestas, y la planeación de actividades, donde se analiza el cumplimiento o no de los aprendizajes esperados, y el balance de los elementos que regulan el proceso didáctico en su conjunto.
La evaluación es algo más que la asignación de calificaciones; los elementos que favorecen la intervención del docente son:
El programa orienta sus contenidos a la adquisición de competencias, por lo que será necesario utilizar instrumentos para realizar la evaluación criterial, que busca comparar al alumno consigo mismo, con criterios derivados de sus conocimientos iniciales, a fin de que adquiera conciencia de sus propios avances y atendiendo sus respuestas para que construya nuevas situaciones de aprendizaje.
El docente debe tener habilidad y una adecuada conducción del grupo para dinamizar las estrategias que hacen posible la construcción de las competencias que se busca derrollar; darle un tratamiento adecuado a cada una, observando las conductas motrices que desencadenan las sesiones en sus alumnos, verificar la complejidad de la tarea asignada a cada uno, sus respuestas y el nivel de apropiación de la competencia en cuestión. Con ello, tendrá que determinar el ritmo personal de aprendizaje del alumno y orientar la aplicación de acciones cada vez más complejas; al crear ambientes de aprendizaje se incrementa la posibilidad de predecir futuras acciones en la sesión. Será necesario que el docente lleve un registro anecdótico (diario del profesor) de las conductas que observa en el niño durante la sesión, ya que resulta de gran utilidad para esta parte de la evaluación; compartirla con otros docentes es de gran valor para lograr una intervención pedagógica más significativa.
En este proceso de evaluación, el docente analiza el cumplimiento de los aprendizajes esperados, las actividades, la temporalidad de cada bloque de contenidos, la pertinencia de los recursos materiales y espaciales utilizados, el dominio de la competencia mostrada y las dificultades en relación con la gestión escolar, entre otros. Cada bloque considerará la aplicación de una evaluación inicial, a fin de determinar las experiencias previas de los alumnos respecto a la competencia en desarrollo y, de esta manera, diagnosticar las habilidades del grupo y determinar las posibles dificultades y fortalezas que se podrían presentar en la implementación del siguiente.
Asimismo, al término de cada bloque, se propone aplicar nuevamente un mecanismo de verificación criterial de los aprendizajes logrados. Se sugiere repetir la estructura básica de la primera sesión, para partir de los mismos elementos del diagnóstico.p