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MEMORIA Y PSICOANÁLISIS UNA HUELLA DESCIFRABLE DESDE

LA NEUROPSICOLOGÍA

Martin Agreda G., Gleice Arruda de M., Dilcia Arvelo D., Claudia Aybar de O., Carlos A.
Hurtado G. y Christian Zanon

Universidad de Salamanca

Memoria humana. Estructuras y procesos

Dr. Ángel Fernández Ramos

Noviembre 2010
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 2

Introducción

La revelación del paradigma a correlacionar

En los inicios del siglo XX Sigmund Freud dispuso del pensamiento psicoanalítico,

basándose fundamentalmente en la teoría de los sueños, a pesar de que siempre trató de

establecer neurológicamente los procesos que él llamó posteriormente “Psicodinámicos”1, es

claro que tuvo que deshacerse más adelante de una idea de Psicología Científica (Freud, 1889).

Debido a esto pareciera que hoy día no existe una línea directa entre una concepción

psicodinámica y una neurológica, o en este caso neuropsicológica.

Uno de los grandes detrimentos en la teoría psicoanalítica vistos hoy día mas no en aquel

momento, fue el hecho de que no era muy vasto el conocimiento respecto a la estructura y

función del sistema nervioso en esa época, como para sustentarlo totalmente en la neurobiología.

Resulta incluso normal que en ocasiones se pongan en duda los procesos psicodinámicos

que Freud dedujo en cuanto a la nueva visión de las neurociencias, y el hecho del apartamiento

que se ha provocado una de la otra ha causado incluso un cambio de paradigma (Kuhn, 2005) y

que finalmente solo un número reducido de autores han propuesto un camino hacia un punto

indefinido entre estas dos disciplinas sin que a una le perturbe la otra, y además determinándolas

no como antagonistas si no con la visión de que una podría enriquecer a la otra.

Es necesario inicialmente poner un marco de referencia respecto al tema tan delicado que

se intenta determinar, y aun que no es del todo novedoso, se pretende tomar los autores

primigenios de cada disciplina, mostrando así sus atributos teóricos y al final conseguir una

1
Dentro del psicoanálisis, consiste esencialmente en la significación no consciente de las palabras, actos,
producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo (Laplanche & Pontalis, 1996)
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conjunción de conceptos que se puedan explicar de manera específica dentro de los dos

constructos de forma contigua.

Considerando las aportaciones y como iniciadores se tomarán de referencia a Sigmund

Freud y Alexander Luria como pilares principales dentro cada uno de sus campos, ya que

parecieran ser los personajes más significativos dentro de cada área de estudio, y aun que se

lleguen a tocar algunos autores más contemporáneos, es evidente que estos al menos compartirán

las ideas iniciales del constructo básico de su autor. Se escogieron estos dos modelos

relativamente conservadores por dos razones específicas: la primera es que dichos modelos

todavía representan los más completos que se tienen de los dos dominios que se intenta

correlacionar, y la segunda, que estas dos aproximaciones a la mente humana son conceptual y

metodológicamente compatibles (Kaplan-Solms & Solms, 2005a).

Entonces, en este compendio informativo se pretende realizar una conexión intrínseca

entre los conceptos de inconsciente2 desde el ámbito psicoanalítico y de la memoria desde el área

neuropsicológica con lo que se vislumbra concordar en constructos teóricos respecto una de la

otra, además poder encontrar si es posible bases neuroanatómicas, sus conexiones, aplicación, y

razonamientos dentro de casos clínicos.

Finalmente parece conveniente aclarar que el lector tendrá una mejor visión, concepción,

entendimiento y enriquecimiento general de esta comparativa al tener un conocimiento al menos

módico de las disciplinas y constructos teóricos que se exponen.

2
En sentido tópico, la palabra inconsciente designa uno de los sistemas definidos por Freud dentro del
marco de su primera teoría del aparato psíquico; está constituido por contenidos reprimidos, a los que ha sido
rehusado el acceso al sistema preconsciente-consciente por la acción de la represión (Laplanche & Pontalis, 1996).
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Modelos Conceptuales

Freud, Psicoanálisis

S. Freud elaboró combinando esquemas de la psiquiatría dinámica y la filosofía alemana

un pensamiento inédito del inconsciente. Hizo una especie de extracto de los preceptos de J.

Charcot, H. Bernheim y J. Breuer, lo cual lo lleva hacia la construcción del psicoanálisis3 y

posteriormente provee de un fundamento teórico del funcionamiento del inconsciente a partir de

la interpretación de los sueños (Hobson & MITCogNet., 2001).

En sí, de manera muy genérica la teoría psicoanalítica está fundamentada de forma inicial

en el antagonismo de represión4 – placer, en concordancia con las frustraciones (Ello) contenidas

o atrapadas a nivel inconsciente son liberadas de su represión por la mente, mientras la persona

pudiera estar haciendo, actos fallidos, chistes, juegos de palabras, lapsus lingue, y en los

síntomas, o por la vía regia, que son los sueños, amenazando invadir de forma consciente (Yo).

Para censurar los impulsos del Ello y proteger la parte consciente de su invasión, el Yo los

neutraliza mediante mecanismos de defensa, como lo son la condensación, el desplazamiento, la

simbolización, entre otros más arcaicos o bien mucho más “sanos”. A nivel consciente esto

produciría estados de consciencia extremadamente amenazantes o profundos (p.ej. el contenido

manifiesto de los sueños), y cuyos verdaderos orígenes dentro del inconsciente no son asequibles

3
Conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los datos aportados por el
método de investigación y de tratamiento. Freud utilizó primeramente los términos análisis, análisis psíquico, análisis
psicológico, análisis hipnótico, en su primer artículo “Las psiconeurosis de defensa” de 1894 (Laplanche & Pontalis,
1996)
4
En sentido propio: operación por medio de la cual el sujeto intenta rechazar o mantener en el inconsciente
representaciones (pensamientos, imágenes, recuerdos) ligados a una pulsión. La represión se produce en aquellos
casos en que la satisfacción de una pulsión (susceptible de procurar por sí misma placer) ofrecería el peligro de
provocar displacer en virtud de otras exigencias.(Laplanche & Pontalis, 1996)
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a menos que un psicoanalista con cierta pericia ayude al paciente a identificarlos, mediante un

proceso denominado asociación libre, a descodificar o interpretar dichos sueños (o alguna otra,

manifestación inconsciente), es evidente que para llegar a esto es necesario un suficiente tiempo

de relación psicoterapéutica.

De esta manera la rareza de los sueños, es el resultado de una especie de película que

mantiene algunos pigmentos psicodinámicos, pero que en realidad se mantiene apartados

(reprimidos) los verdaderos motivos de alguna conducta desadaptativa o rasgo de personalidad

patológico.

Efectivamente, para Freud el inconsciente se convierte realmente en una instancia en la

cual la conciencia no tiene paso, pero que se le descubre en una serie de formaciones ya

mencionadas las cuales no son aptas a la luz plena del individuo. El inconsciente dentro del

psicoanálisis tiene la peculiaridad entonces de ser a la vez exterior a toda forma de dominio por el

pensamiento consciente e interno al sujeto es decir, a su consciencia .(Hall, 1988)

Freud y la memoria

Dentro de la teoría freudiana la memoria se conceptualiza como la capacidad del aparato

psíquico de almacenar en forma de imágenes (engramas) experiencias psicológicas (Trauma)5.

Los engramas, es decir, las huellas mnémicas, se inscriben en el aparato psíquico, fueran o

no conscientes, son almacenados en forma estable y duradera en el inconsciente, se hicieron

inconscientes por el desarrollo y trabajo del trauma psíquico.

5
Es un acontecimiento inasimilable para el sujeto, generalmente de naturaleza sexual, y que puede parecer
constitutivo de una condición determinante de la neurosis. (Laplanche & Pontalis, 1996).
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 6

El Yo (Consciente y Preconsciente) capta y fija el estímulo (Trauma): sensopercepción

traumática; luego lo almacena como memoria. Así el saber y el trauma ocuparían lugar en la

mente (Cohen, 2009)

Se postula que el desarrollo y trabajo del trauma psíquico haría desaparecer las huellas

mnémicas (traumáticas), para poder adquirir nuevos engramas y dar lugar al aprendizaje. Una de

las funciones del trabajo psíquico del trauma sería borrar la memoria (traumática) para dar lugar a

otra clase de huellas mnémicas.

Las experiencias traumáticas fueron del individuo, ontogenéticas, trauma psíquico sexual

infantil; o de la especie, filogenéticas, protofantasías6: seducción, castración, escena primaria,

nacimiento (Freud, 1918, 1926)

Acontecieron primariamente en el mundo interno: protofantasías y trauma psíquico sexual

infantil fantaseado; o en el mundo externo, y luego se internalizaron, (trauma psíquico sexual

infantil) abuso sexual, violencia.7

Otra conceptualización psicoanalítica de memoria, además del almacenamiento, es de

“facilitación”, Freud adelantándose a la neurofisiología contemporánea, conceptualiza a la

memoria como una disposición especial de facilitaciones (asociaciones por simultaneidad,

simbología, causalidad, etc.) (Freud, 1895 [1950]-a)

6
Las protofantasías son fantasías con contenidos humanos ancestrales, que se heredan de generación en
generación. Son postulados teóricos de difícil demostración empírica solo comprobables por sus manifestaciones
inconscientes (Nunes & Cortés, 2003).
7
El Trauma puede involucrar al Cuerpo Pulsional y luego inscribirse como engramas en la Imagen del
Cuerpo (ej.: cirugía, accidente). Una memoria (traumática) del cuerpo pulsional, sería esencialmente biológica
(memoria de célula, tejido, órgano), y otra memoria de la imagen del cuerpo que sería esencialmente psicológica
(engramas - almacenamiento y facilitación).
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 7

En realidad Freud llega a concebir a la memoria como un sistema auto controlado

constituido por circuitos cerrados funcionando en base a la comunicación intrínseca, donde las

huellas mnémicas están en relación con otras huellas, a través de determinados circuitos.

Así pues, es evidente que ubica la memoria mas a nivel psicopatológico, ya que como se

ha descrito, para él, la “cura” psicoanalítica tenía como finalidad la supresión de la amnesia

neurótica (infantil), es decir, el cegar las lagunas mnémicas. En todo caso no se refiere al hecho

de hacer una rememoración de la totalidad sino al menos de los fragmentos cuya recombinación

permitiría formar una imagen completa en todas sus partes esenciales de los años olvidados y por

consiguiente una “cura” de los síntomas dependiendo de los rasgos de personalidad.

Se da cuenta muy pronto, que esta rememoración choca con un límite y que los primeros

años no podrán se reencontrados aunque se ataquen las resistencias. Sin embargo el psicoanálisis

produjo un cambio total en la concepción de la memoria para la psicología clásica como para la

idea generalizada del olvido, éste es el efecto de que algo no se registró de modo suficiente, que

no hayan quedado huellas bien grabadas, y por lo tanto, se borran con el tiempo.

Sin embargo Freud descubre que se recuerdan sucesos triviales, insignificantes, por

ejemplo en los sueños los restos diurnos, y que en cambio se olvidan hechos altamente

significativos. Es decir, que el olvido no es por falta de registro, ni es un hecho pasivo, sino que

hay un funcionamiento de la memoria altamente particularizado y complejo. El psicoanálisis

explica el olvido por represión, un proceso activo y sometido a la lógica inconsciente.


MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 8

Luria, Neuropsicología

Alexander Luria dedicó su vida a la comprensión y explicación al déficit, de las

capacidades superiores humanas, causado por las afecciones del cerebro, y por consiguiente a la

explicación de la actividad cerebral en sí.

Alcanzó un pensamiento donde es clara influencia de quienes desafiaron los problemas de

su tiempo, dentro de un esquema conceptual cuyo punto medular es la distinción del dualismo

intrínseco entre mente y cerebro. El concepto de neuropsicología de Luria es el desarrollo de una

ciencia que gracias a él empezó a superarse a sí misma, ya que muy probablemente hoy en día se

hubiese deleitado con los avances tecnológicos, como la posibilidad de ver al cerebro en

imágenes, la neurona, otros órganos y procesos hasta su mínima expresión; así pues hubiera

contribuido con nuevos constructos en general para las investigaciones actuales.

Se ha dicho que Luria desarrolló su labor estudiando el cerebro y sistema nervioso

conjuntamente con los procesos psicológicos, concentrándose en el desarrollo cognitivo desde la

integración sociocultural propuesta por Vygotski, en su teoría de la mente. Y esto lo hace de

forma aplicada a los procesos neurofisiológicos del cerebro y sistema nervioso, especialmente en

las enfermedades y/o lesiones del ser humano como son la afasia, los traumatismos

craneoencefálicos, alteraciones en la memoria, la atención y la percepción, así como los procesos

fisiológicos normales.

Su trabajo conduce un excelente ejemplo de lo que constituye el salto cualitativo hacia la

síntesis, la integración y la transformación. Su teoría aporta una visión revolucionaria en una


MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 9

novedosa forma de hacer psicología y neurología (neuropsicología), siguiendo las líneas teóricas

y de investigación establecidas en su tiempo.

Luria y la memoria

Hablando propiamente de la memoria, Luria indica que esta es un sistema funcional

complejo y activo, determinada por el tiempo y que tiene distintos niveles en su organización

(sucesos, experiencias, retención y producción de hechos / huellas mnémicas.8) La memoria

constituye entonces una actividad compleja cuyo resultado está determinado por factores tales

como motivación, formación y retención de un propósito, con la elección de un plan adecuado y

del conjunto de las operaciones necesarias para realizarlo.

Estas son funciones de orden superior que necesitan un sustento biológico primario para la

conservación de las huellas mnémicas. El sustrato cerebral que sirve de base, es necesario para

mantener y asegurar la actividad mnémica, está compuesto por tres sistemas cerebrales:

1. El tono de la corteza cerebral y la regulación de los estados generales de excitabilidad.

2. Los procesos de percepción, codificación y conservación de la información.

3. El hipocampo y sistemas relacionados con él, que regulan y controlan el comportamiento.

Según Luria la memoria humana posee un carácter selectivo y voluntario, que se va

enfatizando según progresa el desarrollo madurativo de la persona y de sus procesos

cognoscitivos, además posee diversas formas de incorporar la experiencia en función del aparato

sensorial implicado (visual, auditivo, táctil etc.) (Luria, 1986)

8
Cabe destacar que de aquí en adelante al referirnos a huella mnémicas es el equivalente a huellas mnésicas.
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 10

Luria realiza una clasificación de los distintos tipos de memoria sensorial en función de su

creciente complejidad y que tienen una gran importancia en los diversos procesos cognoscitivos.

a) Imágenes sucesivas: es el tipo de memoria sensorial más elemental y sencilla, se manifiesta

como respuesta a la excitación sensorial originada. Es una memoria de carácter involuntario,

de tiempo limitado y que no se prolonga en el tiempo voluntariamente.

b) Imágenes gráficas o eidéticas: consiste en la evocación de huellas nítidas y precisas de

objetos percibidos anteriormente. Se pueden conservar y suscitar voluntariamente el tiempo

deseado por el sujeto. Intervienen mecanismos centrales que implican la modificación

selectiva y voluntaria de las huellas mnémicas por parte de la persona.

c) Imágenes de representación: se trata de la memoria sensorial más esencial en la actividad

humana. Este tipo de huellas mnémicas está formado por más de un componente sensorial, es

un complejo fenómeno psicológico, por la codificación, generalización y abstracción. Esta

memoria está relacionada con una elaboración profunda de la imagen almacenada. La

permanencia se prolonga voluntariamente en el tiempo.

d) Memoria discursiva: es el tipo de memoria más compleja. La característica principal consiste

en que la retención selectiva se dirige hacia las ideas de la información discursiva y no a las

palabras en sí. Implicado en el proceso de recodificación.

Este planteamiento que concibe Luria sobre la clasificación de la memoria es

sustancialmente distinto a otras clasificaciones académicas ya que tienden a clasificarla de corto

plazo, largo plazo, e inmediata.

Según él, estos tipos de memoria corresponderían a dos estadios de formación y consolidación

de huellas, y con mecanismos fisiológicos distintos.


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 En la MCP las huellas mnémicas están formadas, pero aún no están consolidadas,

por lo que permanecen en un tiempo corto y limitado. Produce excitación de las neuronas y

aumento del ARN.

 En el estadio de la MLP, las huellas mnémicas, están formadas y consolidadas.

Esto permite que permanezcan durante un largo tiempo, para ser recordadas tras intervalos

temporales. Los mecanismos Implicados son: modificaciones morfológicas sinápticas.

Existen diferencias en el tipo de procesamiento mnemónico. En la infancia la memoria es

una continuación de la percepción que va relacionándose con los procesos del pensamiento. Hay

mayor capacidad para fijar y conservar las huellas mnémicas, es la memoria gráfica la que está

más desarrollada y por tanto la más usada. La memoria no está totalmente organizada y no es

totalmente selectiva ni voluntaria. Los adultos a diferencia hacen uso voluntario de la memoria,

que suele ser representacional y discursiva.

El cambio o proceso madurativo de la memoria no se va a caracterizar por el aumento de

edad, sino por la capacidad funcional, en él hay un aumento de la generalidad de los procesos

mnémicos, el paso de formas directas y naturales a las formas mediatizadas y lógico-verbales de

la memorización (por el uso de habilidades cognitivas y verbales). La memoria mecánica se

transforma a memoria lógica.

Respecto a las alteraciones Luria indica que pueden estar asociadas tanto a las de la

estructura de primer orden (capacidad bilógica del cerebro), como de segundo orden (motivación,

formación y retención). Para Luria existe una relación entre la localización de la lesión cerebral y

el carácter de las alteraciones de la memoria voluntaria. Las alteraciones de las modalidades

sensoriales de la memoria son de dos tipos: específicas e inespecíficas.


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a) Específicas: en las alteraciones en estas modalidades hay lesiones focales de corteza cerebral

del hemisferio izquierdo, están limitadas a una sola modalidad sensorial. p.ej. en alteraciones

de la memoria audioverbal, la localización focal está en la zona temporal izquierda. El sujeto

toma conciencia de su defecto y trata de comprenderlo.

b) Inespecíficas: se relacionan con lesiones del sistema límbico (circuito papez) y se suelen

manifestar en la alteración al memorizar el material de cualquier modalidad sensorial, con

perturbaciones de la consciencia. Estas dos formas de alteraciones pueden estar determinadas

por modificaciones de las condiciones neurodinámicas de la actividad cerebral:

 La debilidad de las huellas a causa de la extinción.

 La alteración de la selectividad en las huellas.

La memoria como proceso psicológico superior es un sistema funcional complejo donde

hay implicadas estructuras corticales y subcorticales. La formación de tal sistema funcional es un

proceso que tiene lugar en el tiempo en el que interviene con fuerza la educación y el aprendizaje

social. La memoria del adulto difiere sensiblemente de la del niño, gracias al tiempo y la

educación (Luria, 1986)

Finalmente, se destaca la importancia de los sectores internos de la zona temporal

(hipocampo), cuerpos mamilares, hipotálamo y núcleos talámicos en la memoria inmediata. Se

concibe la memoria como un proceso que no está ligado por igual a todas las zonas cerebrales y

por lo tanto es posible distinguir las funciones que juegan las distintas estructuras cerebrales en

tales procesos:

1. El hipocampo y giro hipocampal son necesarios para el registro y almacenamiento de

nuevas memorias.
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 13

2. El tálamo (núcleo dorsolateral) es fundamental para la codificación e integración de nueva

información.

3. Lóbulos frontales son importantes para la recuperación de la secuenciación temporal de la

información de la memoria.

Memoria y psicoanálisis. Una huella descifrable desde la neuropsicología

Hablar de psicoanálisis es mencionar algo que pretende olvidarse, pero a medida que se

hace, se va arraigando más en la estructura psíquica de la represión, y se habla de aquella que no

deseamos fundamentar en el olvido, por tanto la propuesta es partir hacia una “ciencia”, que a

pesar de llevar más de 100 años elaborada, continua siendo vigente en la realidad y el aparato

psíquico de cada sujeto que posa sobre la mirada de un analista, y no de un “psicologizador”. El

psicoanálisis a lo largo de los años ha pretendido estudiar y explicar una diversidad de fenómenos

que para algunos pueden ser descabellados, pero para otros, resulta fascinante investigarlo, por

eso en el presente se cree resultaría pertinente realizar un análisis comparativo entre la memoria y

el psicoanálisis. Para ello, es necesario lo que el analista requiere cuando se hace detrás de su

diván, la atención flotante9, aquella que permita dimensionar el aporte, la cuestión, la crítica y el

argumento que gira en torno a esta revisión teórica con sustentos empíricos.

Inicialmente se hará una ruptura epistemológica del concepto del inconsciente para luego

anudarlo y compararlo con la neuropsicología de la memoria.

9
Manera como, según Freud, el analista debe escuchar al analizado: no debe, a priori, conceder un
privilegio a ningún elemento del discurso de éste, lo cual implica que el analista deje funcionar lo más libremente
posible su propia actividad inconsciente y suspenda las motivaciones que habitualmente dirigen la atención. Esta
recomendación técnica constituye la contrapartida de la regla de la libre asociación que se propone al analizado
(Laplanche & Pontalis, 1996).
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 14

El inconsciente Freudiano se encuentra determinado por sistemas latentes, que luego de

haber sido asentados en un diván van a ir aflorando desde la dinámica del señalamiento del

analista frente al discurso que atormenta al sujeto, en este caso sería aquella huella mnémica que

ha comenzado a deconstruirse por la abreacción que el paciente expresa frente a su deseo de

evitar lo inesperado, ese inconsciente que comienza aflorarse desde las capas de lo dinámico,

topológico y económico, comienza a estructurarse como un recuerdo que se vivió, como una

experiencia que en el plano consciente se olvidó, pero que en lo profundo del inconsciente se

reprimió con el objeto de persuadir el daño del dolor psíquico que el sujeto experimentó en el

desarrollo de su ciclo vital, lo que el sujeto desconoce es que al supuestamente “olvidarlo” está

estructurando una huella mnémica del no olvido, que solamente será alcanzable con los actos

fallidos, lapsus lingue o cualquier otra forma de representación inconsciente de los que tanto

nombra y renombra la teoría freudiana.

Ahora bien, para escudriñar en aquella capa inaccesible es necesario impartir un proceso

de escucha, de discurso y dialogo frente al otro, que este en capacidad y disposición de descifrar

aquellos pensamientos y momentos vividos que han mutado en una huella mnémica, o en otras

palabras en parte de una memoria.

En los inicios de la teoría Freudiana10, él mismo comenzó a postularla como un sistema

de neuronas que se localizan en la teoría de las barreras de contacto, la cual sugiere que para

comprender las huellas mnémicas se debe tener un conocimiento pleno del como las neuronas

facilitan sus procesos para que “la fuerza persistente de una vivencia se instaure como memoria”

(Cohen, 2009).

10
Para mayor retroalimentación objetiva los autores sugieren dirigirse a la obra de Freud Teoría de la
Neurona (Freud, 1895 [1950]-b)
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 15

Morgado Bernal, describe los procesos neurales bajo el modelo convencional, señalando

que existen memorias implícitas o procedimentales, que son aquellos recuerdos básicamente

inconscientes en lo que se basan los hábitos perceptivos y motores. Es decir son aquellos donde

no interviene la conciencia para ser ejecutados. De la misma manera, afirma que existen

memorias explicitas, recuerdos deliberados o conscientes que se tienen sobre el mundo o

experiencias personales. Derivando así, la memoria de tipo episódica que se relaciona con

eventos o vivencias personales de cada sujeto, y así, fluctuarse en la memoria semántica con el

propósito de manejar información que no se ha aprendido explícitamente, pero que está inmersa

en el contenido mnémico, debido a su “capacidad inferencial”, (Díaz, 2002).

Con base en lo anterior, se puede inferir que la memoria anudada al inconsciente o a la

teoría psicoanalítica se concibe como sistemas múltiples y heterogéneos, mejor, y en palabras de

Freud: “La necesidad de localizar la memoria en la teoría de las barreras de contacto exige aun

algo más: es preciso que a cada neurona le correspondan, en general, varias vías de conexión

con otras neuronas; es decir, varias barreras de contacto. De ello depende, en efecto, la

posibilidad de selección que a su vez es determinada por la facilitación de que cada barrera de

contacto debe ser independiente de todas las formas de barrera de una misma neurona ” (Freud,

1895 [1950]-a).

Lo anterior coloca sobre la arena que la memoria ha comenzado a ser vista como un

sistema de conexiones e interconexiones que propenden por la selección de diversidad de

estímulos internos y externos, depende de donde se esté desenvolviendo el sujeto. Ahora bien, la

propuesta que se está manejando actualmente en el concepto de inconsciente es más amplio que

el clásico, no con esto, le estamos restando importancia a Freud, al contrario, con esto estamos

colocando una puesta en marcha de que él mismo al parecer fue el pionero en instaurar la
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 16

psicobiología moderna por su descubrimiento sobre el inconsciente, lo cual ha permitido hacer

una conceptualización de la memoria y otros aspectos de las neurociencias frente a tratados del

aparato psíquico.

El inconsciente actual se presenta como un ente con capacidad de hacer inferencias, capaz

de verbalizar lo latente sin necesidad de “resistencias emocionales” como lo plantea Bleichmar:

“inconsciente descriptivo que maneja representaciones que operan con la lógica del sistema

secundario11, y puede hacerse consciente si se activa” (Bleichmar, 2001; Díaz, 2002)

Con esto Bleichmar pretende conectar al paciente con la reviviscencia afectiva, o la cosa

en discurso Freudiano cuando se refiere al dolor psíquico por trauma, buscando de esta manera la

capacidad del sujeto para verbalizar las resistencias emocionales de las que mencionamos

anteriormente, con el objeto de mantener y soportar la energía libidinal que le dé un soporte de

equilibrio a la estructura yoica del sujeto.

Así mismo, es vital y necesario que aquel sujeto que alquila la mente del analista se

encuentre sujeto a encontrar las huellas mnémicas que han sido objeto de significado en su vida,

pero que la pérdida de esta experiencia lo ha llevado a estancarse en su energía libidinal, por eso,

y con razones más analíticas que epistemológicas pasamos a hacer un análisis comparativo de la

memoria y el psicoanálisis contemporáneo.

11
Desde la teoría freudiana, el asentamiento del sistema primario hace relación al uso inaccesible del inconsciente, a
diferencia del sistema secundario, donde toda la información fluye en la capa del preconsciente y consciente. La apuesta de
Bleichmar va direccionada en un aspecto de caja de Derrida, donde el sujeto por medio del diálogo incursiona a lo que puede
acceder. Sin embargo, Freud, nunca ha estado lejano de esta apuesta, su método de asociación libre logró analizar y extraer el
dolor del trauma psíquico en la diversidad de pacientes que manejo en la época victoriana.
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 17

La memoria como hecho precedente del psicoanálisis

Muchos psicólogos, en especial los clínicos comienzan a sentirse expectantes cuando a su

consultorio llega un sujeto con un alta carga emocional que se encuentra estancada en algún lado

de su consciencia, es aquel sujeto que cuando toca a la puerta del analista comienza a sentirse

identificado con su cúmulo de represiones que comienza a aflorar cuando se sienta de frente a su

situación. Es aquí donde la voluntad del analizado y experticia del analizante comienza a

confluir y confabularse para encontrar aquellas huellas mnémicas que han generado un

significado en el desarrollo vital del sujeto, buscando de esta manera un proceso que para Freud

es la asociación libre y que por medio de ella se va a encontrar y enlazar el significado afectivo

de las experiencias pasadas por medio del recordar, repetir y elaborar, para colocar de manifiesto

todo aquello que se encontraba latente en el inconsciente del otro, y así, la descarga emocional o

abreacción afectiva van a generar que se pueda establecer un equilibrio psíquico entre las

estructuras de la dinámica de la personalidad de Freud como el Yo operando bajo el principio de

realidad y concientizar al sujeto de la misma, el superyó para establecer la norma y censura de

aquello que representa amenaza psíquica para el otro, y por supuesto el ello, estancado en el

principio del placer, donde lo único que le queda es camuflarse o mimetizarse para ser aceptado

por las anteriores estructuras.

Entonces, podemos ver que el inconsciente comienza a surgir a través de las capas de lo

dinámico de la asociación libre, o el dialogo que va direccionado por el propio sujeto, donde el

analista atento a su escucha va a estar receptivo para hacer el señalamiento de la huella mnémica,

o en lo posible del dolor psíquico manifiesto del sujeto, así mismo, es necesario resaltar que el

inconsciente se presenta como un proceso que establece conexión con las diferentes capas de la
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personalidad y que en medio de ello se va a presentar de manera consciente un proceso

emocional que va a ser definido para Guidano en 1994 como “matriz conceptual” que se amplía

en un modelo cognitivo que también puede definirse como “matrices inconscientes que generan

por sí mismas información que operan bajo una lógica descriptiva” (Díaz, 2002)

Con base en lo anterior, podemos inferir que todo el proceso que se realiza a nivel

inconsciente para recuperar información latente o reprimida se debe también desde un proceso

neurológico que comienza al parecer desde la excitación de la corteza límbica que modula el

tono cortical y la vigilia del aparato mental de cada sujeto, situación que logra adaptarse a la

objetividad de Cohen y Basili (2009) cuando mencionan que: “la función cerebral que libera la

actividad límbica y estriada (fallo en los procesos de inhibición cortical, liberación etiológica

del trauma). Estos hechos repercuten clínicamente produciendo tormentas afectivas, episodios

depresivos, impulsividad bajo la forma de patrones motores de descarga, que representarían

programas que se desinhiben y se manifiestan como acting - out12”(Cohen, 2009).

Seguido a ello, Mesulam (1998) citado por Kaplan et al. (2005) manifiesta:“los sistemas

mnémicos que ocupan la convexidad córtico – talamica posterior registran y trascriben de nuevo

la información sensorial externa en “directorios” de acuerdo con una gran variedad de criterios

funcionales” (Kaplan-Solms & Solms, 2005b).

Todo lo anterior tiende a generar evidencia de que las áreas13 corticales y subcorticales

que se encuentran comprometidas en el desarrollo de la memoria van anudadas a un proceso de

almacenamiento, codificación y recuperación de la información cuando puede ser necesario, y

12
Actuar que se da a descifrar a otro, especialmente al psicoanalista, en una destinación la mayor parte de las veces
inconsciente. Cuando Freud, habla de este término intentaba recubrir los actos de un sujeto tanto fuera como dentro del análisis;
deja naturalmente planeando una ambigüedad, puesto que recubre dos significaciones: la de moverse, de actuar, de producir una
acción; y la de reactualizar en la trasferencia una acción anterior; lo que no se dice se “actúa” (Laplanche & Pontalis, 1996)
13
Las áreas a las que hacemos referencia frente a la elaboración de la memoria son el lóbulo frontal, temporal, parietal y
occipital acompañados de estructuras diencefálicas como la amígdala, corteza entorrinal y en especial el hipocampo.
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 19

así, recordar eventos específicos en determinados contextos que se confabulan para hacer

consciente lo inconsciente.

Lo cual lleva a pensar e inferir que lo olvidado puede ser recuperado desde las aristas

verbales de Freud, es decir, a través del recuerdo, la repetición y la reconstrucción del

significado. (Arboccó, 2009).

Y ese significado es el recuerdo que se desplaza como una copia (no fiel) de un hecho

pasado, inferimos que el mismo recuerdo tiene su propia eficacia causal, es decir, su método de

construcción desde las capas latentes del inconsciente que operan como un hecho vivido en el

pasado y que se instaura con fuerza en la psique del sujeto.

Ahora, la memoria no solo guarda el hecho, alberga también las emociones que rodearon

a este en su momento de expresión, debido a que el hecho tiende a ser recordado por las

emociones que emergieron como significados de deseo del otro, o lo que en neurociencias seria

explicado como que es la corteza límbica la que logra asociarse con demás estructuras que

permitan la elaboración o acceso al recuerdo latente. Recuerdo que muchas veces es

transformado en la memoria por estas emociones, lo cual lo hace poco creíble.

Freud instaura sus constructos de símbolos mnémicos o recuerdos encubridores como

mezclas simbólicas de recuerdos y fantasías que tienen como objetivo ocultar el inconsciente,

esperando de cierta manera, como lo hace el analista con su atención flotante a que aquel trauma

o dilema psíquico se transforme en palabra abreactiva cargada de excitabilidad emocional y

proyectada en la fantasía del discurso manifiesto del sujeto.


MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 20

Propuesta de posible tratamiento para pacientes con pérdida de la memoria

En esta parte se considerará de manera hipotética el caso de un paciente que ha sufrido

una pérdida de la memoria gracias a un daño orgánico, creíblemente se podría insistir en una

lesión determinada en la corteza entorrinal,14 lo que le podría haber producido una amnesia

retrógrada, es decir falta de la información respecto a los acontecimientos ocurridos antes de la

lesión y proponer un rehabilitación neuropsicológica.

La concepción psicoanalítica de este hecho vendría inicialmente a cuestionar la

posibilidad de un daño orgánico como tal; o sea, que las estructuras neuroanatómicas se

encuentren en buen estado pero que cuente con los síntomas amnésicos, sin embargo, si este se

constata que fue causado físicamente la propuesta de tratamiento psicoanalítico sería meramente

complementaria o revocada. Entonces, si el suceso se da sin motivo físico aparente, se puede

inferir que partió de algún proceso traumático (psicoanalítico), es decir, algún recuerdo o

vivencia en la vida del individuo que gracias a un detonante actual, fue guardado con recelo a

nivel inconsciente, utilizando la conversión de síntomas al cuerpo por la vía de un mecanismo de

defensa como lo es la represión, siendo este uno de los más representativos para llevar huellas

mnémicas a niveles inconscientes profundos.

La propuesta psicoterapéutica para tratar este caso consistiría en una valoración inicial

neuropsicológica, ya descartado algún tipo de daño orgánico, se plantearían una serie de sesiones

psicoanalíticas para determinar cuáles son aquellas causas de la represión que se han dado a raíz

14
Esta zona tiene como función actuar como centro de relevo o redistribución de información desde y hacia el hipocampo
y participa en la consolidación de la memoria y el aprendizaje.
MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 21

del acontecimiento, y buscar así una posible remisión de los síntomas a largo plazo, es decir

trayendo a nivel consciente los mayores recuerdos posibles (Wolberg, 1968).

Entonces se generó un procedimiento inicial de cómo es que sería la evaluación del

paciente y el tipo de tratamiento que seguirá dispuesto de las bases neuropsicológicas y

psicoanalíticas, (véase figura 1).

Fig. 1. Propuesta de posible tratamiento para pacientes con pérdida de la memoria partiendo desde la

neuropsicología y el psicoanálisis, representado en un diagrama de flujo.


MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 22

Conclusiones

Finalmente, hablar de memoria y psicoanálisis es abrir una brecha a una nueva entidad de

explicación epistemológica de asuntos que el mismo Freud diría: “cualquiera que despierto se

comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco” (Freud, 1900-1901), he aquí la

represión del contenido latente para metamorfosearse en contenido manifiesto. Y lo manifiesto es

la memoria.

Memoria condensada en recuerdos que mantiene ausente la experiencia original vivida,

que aunque no esté presente regresa a la mente o al aparato psíquico a través de los recuerdos

encubridores, o mejor, a través del dialogo con el inconsciente.

Una apuesta teórico - empírica como está se visualiza como un aporte para aquellas

ciencias o campos de investigación en psicoanálisis y neuropsicología para que permitan

dimensionar y conocer la realidad de un discurso direccionado desde la memoria como objeto de

estudio, que se encuentra sumergido en nuestra vida mental, y de la que el sujeto no es

directamente consciente. Este aporte es sugerente para abrir brechas epistémicas que estructuren

la simbología del saber y del saber hacer, generando de esta manera un significado

representacional en conocer y explorar aquellos deseos inconscientes que pueden hacerse

conscientes desde la palabra.


MEMORIA Y PSICOANÁLISIS 23

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