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H AC IA M U NIC IPIO S AUTO NO M

yOEX
S TENSION
D EL PO DER LOC AL
JUAN B. LAZARTE
Profesor titu lar de "Introdu cción a las
Ciencias Políticas y Social ea ' ,

No hay repúbli ca que haya dejado, de preocuparse, en los últimos cin-


cuenta años por el mejorami ento del régim en muni cipal; al mi smo tiempo no
existe un solo munic ipio, que por este camino s e haya lib erado. Quiero decir
que los deseos de reforma y las prop osiciones práct icas chocan contra algo in-
conmovible qu e es la actual edifi c-ación políti ca y sconómiea d e la sociedad-
De tal manera que para enumerar las bu enas voluntad es de los munici-
palistas se necesitarían docenas de tomos de formato grande y l etra chi ca y por
ello nos vamos a r eferir a unos escasos ej emplos solament e. En nuestro pa :ís
larga es la lista ant erior, que la iniciaremos con don Lisandro de la 'I'orre, el
que a fines del pasado sig lo, habló "de la comuna libre y natural por excelen-
cia, la única que en la historia ha tenido éxito" (1).
Posterio rmente unos cuantos proyectos de leyes se ventilaron, por los
cuales, las ciudades, villas y com unas serían "autónomas" en e l desempeño de
sus funciones sin que los gobiernos provinciales pudieran nombrar agentes, en-
cargadcs o interventores, dejándoles funciones de policía, seguridad, just icia
de paz, vialidad, higiene, beneficencia, registro civil, asistencia soc ial, custo-
dia de cárceles, educació n (*), administración de bienes, esta blecimientos d e
impuestos, etc.
Fue en realidad en la Convención provincial (para dictar la eonstitu-
ciónde la provincia de Santa Fe, sancionada en el año 1921), donde se crista-
lizaron algunas medidas nuevas de a mpliación, Constitución que había sufri
do el fervor de los tiempos nuevos, de las revoluciones europeas y que mejora-
ba lo antiguo aunqu e no ponía término a. los males sin remedio de l régimen
social establecido. Carta qu e al principio no se aplicó por ser laica y que des-
pués adoptara el gobierno, demócrata progresista y eliminar a 'en seguida la
reacción poderosa de las fuerzas oseurantistas coaligada s.
Dividía l os municipios en tres categorías, según el número de sus habi-
tantes; les devolvía sus bienes fiscales situados dentro de sus respectivos lími-

(') DE LA TORRE, Lisandro, Tesis doctoral, Facultad de De recho de la Universidad de


Bs. Aires (Bs . Aires, 1888).
(*) La Con stitución de Mendoz a de 1854 que restableció las "municipa lidades o ca-
bildos" es tablecía : " ... qUe las e scuelas primarias, es tablecimientos de be neficencia, po -
licía de sa lubridad y ornato, la distribució n de las ag uas y la justícía ordinaria d e pri-
mera insta ncia ser ían de su resorte exc lusivo' ' .
teso Entre las atribuciones comunes municipales estaban: "las de su propia or-
gamzación legal y libre funcionamiento, plan edilicio y t odo lo referente a este
capítulo, tráfico, vialjdad, transporte, :comunicac6ones. urbanas, edificación,
servicios públicos urbanos, matanzas, mercados, cementerios, salud pública, mo
ralidad, servicio domé tico, estética. Creación de recursos permanentes o tran -
sitorios, impuestos, tasas, contribuciones de mejoras, teniendo en cuenta el be-
neficio recibido por los que iban a soportalas ". "Recaudar e invertir libre-
mente sus recursos; imponer sanciones, requerir de los jueces las órdenes de
allanamiento que estimen necesarias, declarar de utilidad pública a los efectos
de la expropiación bienes que consideren necesarios, con autorización legisla-
tiva".
Independiente de todo otro poder en el ejercicio de estas funciones SU&

miembros eran responsables ante los magistrados del poder judicial . Votaban
hombres y mujeres argentinos, mayores de edad y extranjeros contribuyentes,
en sufragio secreto. Se descentralizaron los cornicios. Las minorías tenían repre-
sentación. Los miembros de las corporaciones municipales no podían ser dete-
nidos durante el período de sus funciones. En las ciudades, la carta tenía que
ser dictada por una convención municipal, convocada por la autoridad ejecu-
tiva de la ciudad, y establecía otros postulados menores para los municipios
de segunda y tercera categoría.
Esta Constitución, corno dijimos, fue vetada y quedaron de nuevo es-
clavizados los municipios santaf'esinos ; después de haber sido los creadores del
Estado, terminaron por ser sus pobres víctimas, como en el resto del país.
Las medidas tendientes a reformar la situación actual estuvieron en la
mente de nuestros antecesores; entre las más importantes está la anteriormente
citada y alguna otra de la provincia de Santa Fe, en los años 1930 y siguientes.
Algunos proyectos de reforma tuvieron como modelo el gobierno local
americano con sus autoridades urbanas, donde los estados tienen sus sistemas .
y aun en cada Estado hay muchas diferencias entre ciudad y ciudad. Se miró
con simpatía el Township que se caracteriza por su unidad, que existe en los
seis estados de la ueva Inglaterra. Se propagó el gobierno local del condado
de los estados del sur. Hubo entusiastas del sistema mixto vigente en los esta-
dos del centro y noroeste que es un sistema diferente.
Conocido es el hecho de que en muchas comunas de los Estados Unidos
hay asambleas primarias, formadas por habitantes libres que tienen faculta-
des electivas. Ciertas villas son gobernadas por asambleas de electores, resi-
dentes en el territorio, que se reúnen al menos una vez por año; asamblea que
elige los funcionarios y sanciona las ordenanzas.
En el gobierno de ciudades se encuentra en cada una el alcalde, jefe
del poder ejecutivo, elegido directamente por electores de la ciudad. Algunos
funcionarios de los departamentos ejecutivos son elegidos directamente por les .
electores de la ciudad y otros propuestos por el alcalde o elegidos por la le-
gislatura (concejo) de la ciudad. La 'Legislatura (Concejo Municipal) está
compuesta por dos cámaras unas veces, otras por una, elegida por electores .
que también eligen a sus jueces.
Don Enri que Thed y y a lgunos de los que discuti eron en la Conv en-
cion de Santa F e (provincial ), sost uvieron qu e en lo s Estados Unidos, desde
sus orígenes. hasta prin cipios de l sigl o XIX, existió la tend encia d e concentrar
el gobie rno del mu nicipio en una so la autoridad d e origen popular : "El Con-
cejo" que as umía la s fac ultades ejecutivas y las legis lativas. El "Mlayor" sólo
era el presi dente de la cor porac ión. "Durante el siglo pa sado se operó la trans-
formación consistente en la divis ión de los pod eres, que se produce no sin re-
sistenc.a del pueblo y en a lgunas c iudades se man tiene el "Gou ncil Sy stem ",
es decir, el Conce jo como única autor idad. Los inconvenientes de la división
de poderes se percibiero n con la exper ienci a y los norteamericanos trataron
de remed iarlo invistiend o al "Mayor" o Intendente de una s uma considera-
ble de atribuciones que le dieron un rol preponderante espe cialmente en "The
Strong M ayor Type" que coloca a l Conce jo en lugar secundario. Como d ice
MUnTo, al terminar el s iglo XI X el "Mayor" había lograd o la mayoría de las
posiciones y llegado a ser e l jefe del s istema municipal . De manera que aun
conservándose la división d e los poderes, la evolución p olítica tendía a. la con-
centración de las autorida des c omunal es".
"Desde e l com ienzo del siglo ac tual esa tendencia se ace ntúa enérgica-
mente y en los llamados go bierno de Comi sión (Government by Commi ssion) y
de Gerente ( City Manager Plan) que rigen en m ás de se tecie ntas ciudades
america nas, la di visió n de poderes ha d esapar ecido y se han unifi cado en la
comis ión porque cuando hay ge rente, és te es nombra do y r emovid o por aqu é-
lla en cualquier m omento" (2).
Aquí hay una centralización de las funcion es comunal es, deciamos, la
Comi sión o Con cejo nombra al G erente pero lo s epara cuand o. quiere. La tres-
ponsabilidad es pues del Concejo. Ad emás el pueblo ejerce e l derecho d e re-
vocación y pu ede destituir al G erente o a cualquier miembro d e la Com isión.
Las fa cultad es ejecutiva s y admini strativas las ejerce el Ger ente, sin qu e la
Comis ión se inmis cuya en sus fun ciones.
"El referendum", "l a prot esta" y " la iniciativa popular " están in-
corp orados a este sistema... El conflicto entre democracia y eficiencia como
entr e Libertad y Organiz ación no ha, podido s er resuelto p or la incertidumb re
política 0y por la p articipa ción qu e toma en ello la e conomía capitali sta. No
pueden exist ir libertades d e ninguna ' clase, comunal es, obr eras o culturales,
con un Estado en cr ecimiento, ni pu ede haber correcta administración d esde
el punto de vista social, con un r égimen d e propi edad absoluta y privilegio
creciente .
Volvamos a nuestro t ema. "El objetivo esencial del "Council Mana-
ger Pla n" es ensayar, resolver el conflicto aparente entre democra cia y ef iea-.
eia. Los principios democráticos están salvaguardados por la elección d el, su-
fragio universal , sobr e una lista corta de un concej o> restrin gido- suficiente-
mente como para que su fun cionami ento no pa se las fa cultades de compren-
sión del elector . La eficacia está as egurada por el empleo d e un "Manag er"

(2)THEDY Enriqu e, Rég imen mun icipal y su r eforma , (Rosario, 1923) . .


que ha recibido una f ormación técnica, que le prepara para su puesto de ad-
ministrado r. A fin de evit ar la creación de una burocracia que no sería res-
ponsable y que no respondería dócilmente a los deseos de la colectividad, la
duración del mandato del "Manager", ( como decíamos), está librada a la
entera discriminación del concejo" (3).
En gen eral los conce jos de ciudad con "City Manage r" tienen dinco
conceja les elegidos po r representación propor cional . El." City Manager" se
prepara en las universidades de la Unión y Ca nadá como ca rrera e pecia l
Se hacen los planes de la administración de la ciudad y entonces se
busca un "City Manager"; éste y e l Conce jo colaboran en la administració n.
Los conce jales y el "City Manager" (administrador de la ciudad) van a las
reuniones públicas, i nforman y disc uten, reci ben y hacen s ugestiones. Ambos
tienen f unciones admini strativas; "e l City Ma nager" t iene autoridad so bre
el plan adm inistrativo.
En ciudades ame ricanas pop ulosas, millar es de o breros tra bajan en las
funciones propias del municipio y es de reg la genera l que ent re los sindicatos
obreros m unicipales, el "Manager" y e l Conce jo se c reen co nflictos a los
que generalmente no se les da el valor profundo que tienen. Conflictos de na-
turaleza s ocial, pues la Comuna pertenece a una .categoría in stitucional y los
sindicatos a ot ra. En ambas inst ituciones no se ha realizad o la unidad social,
pues ésta es i mposible en el régimen crudamente capitali sta. El muni cipio, en
todo caso, es órgano d e gobierno y administración y patrón empleador, por la
natural eza distinta de sus funciones; perman entemente en este sistema ambos
términos estarán en conflicto vivo o late nte.
Los obreros municipales en t odas las ciudades lucharon por tene r re-
presentación en el Concejo; querían estar representados e n la municipalidad
pero en muy pocas p artes lo consigui eron por tratar se de intereses opuestos.
Quedan viva s las aspira ciones sindi cales de los obreros en general, que
pretenden tener su representant e en los Concejos, como dijimos , y la de los
obreros muni cipales que sostienen semejantes pr etensiones específicas y locales.
Dificultades correspondi entes directamente a su trabajo presentaría esta.
dualidad del municipio o comuna como órgan o: de gobiern o, empleador y ser-
vidor de la col -ectividad, cuando ha de s er una sola entidad: unida d en la
vida económica y social ( •• ).
Dice el pro fesor Ch ester, qu e el rasgo básico del gobierno local britá-
nico consist e en una neta distinción entre el estatuto y las funciones de repre-
sentantes elegidos, tales como Councillor y alderman y los funcionarios locales
como el Town cler o el Treasurer (tesor ero). Estos dos últimos especialmente
el Town clerk aparecen como personaj es revestidos de una gran autorid ad.

(") . Recent Cowncil Manag er Developments, etc. (Docum entos d el Congr eso de Cien-
cias Pol íticas L.G.) .
(**) Para lo s antiguos sistemas ingl eses ver: JENKS Edward, Squise du Gouvernement
local en Anglat erre; W. E&I CK Jackson, Looal Government in England. and Wal es. ¡Peli-
can Books 1945.
"Cada "borough council" debe designar una persona competente co -
mo Town Clerk, Este no puede s er miembro del Conce jo ni acumular las fun-
ciones de tesorero y Town Clerk. Este último tiene las siguientes atribuciones:
1. Es secretario del Con cejo y a este título está encargado d e establecer los
procesos y las actas d el Con cejo y de todos sus comités .
2. Es consejero del Alcalde, en sus funciones d e president e del Con-
cejo Municipal a sí como d el conjunto d e dicho Conc ejo, sobre todas las cues-
tiones tocant es a reglamento intern o.
3. Dirige habitualmente el departamento jurídico del Con cejo y a este
título es el principal consejero jurídi co del mismo e 'intenta toda acción jurí-
dica en su nombre .
4. Salvo dispo sición contr aria es a él a qui en los d epartamentos gub erna-
mentales dirigen toda la correspondencia relativa a l os asuntos del "borou gh".
Se dice a menudo d el Toum cierk que es el principal funcionario a d-
ministrativo o del distrito lo que no siempre significa que sea una suerte de
marutgering (director) y que todos los otros chief-offiJpers y sus subordin ados
están bajo sus órdenes y deben conformarse con sus instruccion es. Cada chief-
offic'e1" es responsable ante el Concejo del cual recibe las instrucciones o más
generalmente delante del comité encargado de los asuntos de s u departamento-
Estos" jefes de secc ión o departamento" son designados por el Concejo y no
pueden ser exonerados más que por dicho Con cejo" (4).
Contribuyeron al esclarecimiento de muchos problemas internos comu-
nales pero se cuidaron en general de tocar el fondo de la cuestión los nume-
rosos co ngresos mun icipales realizados en el orden nacional e internacional,
aunqu e ellos mismos den la pauta d e la necesidad d e la gran r eforma ...
Los postulados de "municipalismo americano" del Congreso reun ido
en Bahía (Brasil) en 1948, fueron los siguientes: 19 Que se promueva una
reorgan izació n de los actuales regíme nes de organización, orientándolos hacia
un sistema de eficac ia compatible con la soberanía po pular (> 1 1< "); 29 Que se ha -
ga efectiva la autonomía de los municipos co n la mín ima ingerencia del esta-
do nacional o regional; 39 Que el deside rátum de esa a utonom ía sólo podrá cum-
plirse mediante los postulados ese nciales formulado s por Wilcox: a) Libertad
de los habitantes de La ciudad para darse su organizM,ión político administra-
tiva lO C JilA (sistema de la carta libr e) ; b) Lib ertad de los habitant es de la ciu-
dad para elegir las aut oridades del gobi erno loca l; c) Lib ertad para que 105
habitante s de la ciudad determinen las atribuciones y esf eras de acción del
gobierno l ocal y el gobierno estatal . ":B-'acultades para establ ecer tasas corres
pendi entes a los s ervicios y actividad es a cargo de l gobierno local; goc e de im-
puestos d e renta, g enuinam ente municipales; facultad d e contraer emprésti-
tos ... ; go ce de un patrimoni o propio e intang ible."

(') CH ES TER D . N., Th e English Borough C ouncil en Bull etin In ternational des Scien-
ces Sociales, V ol. V, NQ 1, año 1953.
(***) Siempre el mi to de la soberaní a popul ar qu e ni r emotamen te se c umple.
"Que se realicen periódicamente conferencias interamericanas de muni-
cipios cuyas recomendaciones sean moralmente obligatorias en todos los estados
americanos; que se cree una "unión de ciudades" de América que funcione
como una dependencia de la Unión Panamericana. Los habitantes de las co-
munas deben disponer del 50 % de cuanto pagan en toda clase de im-
puestos" (****).
Existe en Estados Unidos una organización interamericana de coopera-
eion intermunicipal que sesionó en Nueva Orleans en 1950, de donde salió la
"Carta de Nueva Orleans" y que tuvo su segunda reunión en Montevideo en
el año 1953; esta organización propuso como tema a estudiar: "determinación
de lo que debe constituir materia municipal en la vida contemporánea de Amé-
rica. Las fuentes de recursos municipales de carácter financiero. Coordinación
del planeamiento municipal con el regional y el nacional".
En realidad cuanto se trató en Bahía y en Nueva Orleans es semejante
por no decir lo mismo y en torno a ello se viene hablando desde mediados del
siglo pasado.
El inconveniente está en que los poderes municipales, hoy, no son ver-
daderamente poderes pues el poder es uno y hace lo que decide. Por consi-
guiente los poderes que mandan son los estaduales y nacionales. Para que exis-
ta. una organización de poderes municipales hay que separar los municipios
del estado y si se hace ésto, el estado se disuelve. Los españoles vieron bien,
pues como dejamos dicho, definieron el estado como formado por la "unión
de municipios" (~'**""'¡;'). Es esta unión de municipios la que ha de formarse en
todas partes y empezar desde abajo en cualquier país. Entonces recién se po-
drá hablar de hacerlos eficientes quitando el resabio de la "soberanía" popu-
lar, porque si no el Estado impone su soberanía que es más concreta, pues
lo es de fuerza. La soberanía popular, hay que declararlo, no existe ni existirá;
la soberanía es del soberano, de quien tiene el poder real y las masas o el
pueblo no mandaron ni mandarán nunca. Ni en Rusia ni en ninguna parte
del mundo. No mandarán ni serán soberanas nunca. Podrán llegar algún día
a ser libres, hombres libres que actúen como tales, no habiendo lugar para la
mentira convencional de la soberanía.
La importancia del problema comunal rebasa los estados dictatoriales,
como asimismo los democráticos, pues la comuna libre y organizadora de la
vida colectiva no tiene solución racional en ninguno de los dos sectores. Con
el capitalismo, por actuar en una economía que no le pertenece, y en las dic-
taduras, por ser simple instrumento del poder central, es decir, resorte sin
responsabilidad, libertad o autodeterminación.
Teniendo en cuenta las circunstancias locales, la autodeterminación im-
plica una descentralización material . Claro que casi siempre las leyes del Esta-
do .Q sus órdenes, perturban el funcionamiento; los problemas se complican y
se centralizan automáticamente los mismos servicios y órdenes.

(****) A nuestras comunas se les lleva más del 85 % (Nación y provincia).


(*****) Continuación de la República Española, 1932.
Por ello el ant iguo problema del poder hoy está ubicado en las rela-
ciones entre el poder centra l y el gobie rno local . Sin embargo las relaciones
mutuas entre poderes tan diferentes, son francamente ilusorias si se trata d e
igualdad o semeja nza. No hay relaciones de equi librio entre Estado y Comu na;
hay solamente sujeción o dependencia.
La distribución de las funciones en todo istem a de fuerza las hace el
poder centra l por medio de sus constituciones y la ejecución de dichas funcio -
nes es ob ligatoria para todas las comunas, como lo vemos en la Argentina ; lo
mismo en el orden económico que en e l político -social. Sufri mos una i nmens a
dependencia en lo que se trata de ejecución de funciones, p ues a és tas no las
determinan los municipios sino los estados nacionales y sus satél ites, los pro-
vinciales. Y ello repercute en las relaciones del ciudadano . o productor frente
a la com una. En tal sistema el ciudadano se convierte en ejecutor de órdenes
que no sabe ni de dónde vienen.
Se ha trabajado y escrito sobre las posibilidades de que el poder del
control fuera representativo, mas aunque así fuese, la representación no tiene
función libre sino dirigida.
¿ Cómo puede tener una comuna autonomía come rcial o económica por
así decirlo, si todo su poder se encuentra enajenado?
La concepción liberal del gobierno local fue la de supeditación a los es-
tados provinciales y nacionales. Todo termina en la expoliación comunal . Nues-
tras comunas fueron en los últimos años saqueadas por vía impositiva y tuvie-
ron que conformarse con esta situación de dependencia realizada en nombre
del mito "nacional" .
Experiencias serias en el ordenamiento comuna l no fa ltan en algunos
países del mundo antiguo. Es de notar la nueva organizació n. de las comunas
yugoeslavas, en 1952, con e l ingreso e ingerencia de los comités populares
en la siguiente estructura. Por su artículo 4 9 "El comité popular de dis -
trito se compone del Concejo de distrito y del Concejo de productores; el
comité popular de la ciudad se compone del Concejo municipal y del Concejo
de productores. El Concejo de distrito o el Concejo de -ciudad constituye e l
cuerpo representativo de los productores, csdecir de trabajadores empleados
en la producción, el transporte y e l comercio " que están representados en e l
Concejo proporcionalmente a su contribución a la comunidad social expresada
en su participación respecto al prod ucto social del distrito o de la ciudad".
Art, 59 E l Conce jo de distrito O de ciu dad y e l Conce jo de productores deci-
den en ig ualdad de derechos todas las cuestiones re lativas a la compe tencia de
los comités popu lares q ue se traen a la repartición, a l empleo de la plusvalía de l
trabajo y a todas las otras tareas económ icas. Los concejales del Concejo de
distrito o de ciudad y los co ncejales de l Concej o de productores proceden en
sesión común a l a elección de los organismos d el comité popul ar así como a
otras eleccio nes previstas por la ley que corresponde, de pendiente de los co mi-
tés populares. Art, 7 "El comité popular de la com una y el Concejo de d istri-
to o de ciudades son e legidos p or los ciudadanos de la comuna del distrito o
de la ciudad por sufragio univ ersal igual y directo; y el Concejo de producto-
res es elegido por los trabajadores empleados en la producción, el transporte y
el comercio, sea por sufragio directo sea por intermedio de sus cuerpos repre-
sentativos. Las elecciones de concejales se hacen por escrutinio secreto. El co-
mité popular de la comuna es elegido por tres años. El Concejo. de distrito y
el Concejo de ciudad son elegidos por cuatro años y el Concejo de produc-
tores del comité popular es elegido por dos años".
La idea de comités populares en las comunas forma parte de la gran
transformación de la corriente europea que sopla después del año 1917 y en
realidad podrá ser limitada, pero es buena por ser funeionalmente íntegradora,
en un clima de libertad. La competencia de estos comités populares es dada
por la ley del Estado y aquí está el talón de Aquiles de la reforma, pues el
mismo Estado la desnaturaliza. Serían mejores si se dedujeran de las nece-
sidades de las uniones sociales de los grupos, estableciendo una buena forma
de descentralización o desconeentraeión del poder. Devolución del poder a I> U S
derechos o' fuentes originarias fundamentales. Como organismos representati-
vos de comunas si se les restringe su funcionalidad por ley, su verdadero sig-
nificado popular y auténticamente representativo, queda en la nada. Pero es
un camino en ciertos aspectos dirigido hacia la unidad local y un retorno a la
propia competencia., que en dictaduras o democracias ha desaparecido. El equi-
librio se rompe cuando estas instituciones, los comités, han de realizar actos le-
gales, cuya legalidad está aquilatada o juzgada por el Estado central,' Como
sabemos por experiencia, que lo legal lo determina el Estado a su favor, queda
desnaturalizada una buena parte de la reforma. Esta supervigilancia del co-
mité como de la comuna hay que situarla abajo, no arriba, como hasta ahora
se hizo con malos resultados, planteándose, una vez más, la pregunta de:
¿ quién vigila al vigilantes, ¿ quién vigila al Estado! Salvo que aceptemos que el
Estado sea infalible o indiscutible como un Dios.
Aquí como en todas las instituciones el derecho de una supervigilancia
por la burocracia estatal es malo y al final termina con todas las reformas que
limitan su fuerza o hegemonía. Las poblaciones de las comunas como asimismo
de los organismos productores, deben ser jueces de la legalidad. de sus actos
y más que de la legalidad, de la bondad. Si se equivocan, serán los mismos
gestores de la institución y probablemente lo harán en grado menor que quienes
están alejados de la vida y la realidad local o han perdido algunos aspectos de
la sensibilidad humana como la burocracia en general. En general hay una
tendencia a aceptar que para los actos propios de la comuna, el comité o la co-
muna, son los únicos árbitros frente al poder central.
Esta interpretación parecerá rara. Más insano es el sistema de juzgar
los actos de una comuna de Jujuy o Santa Cruz por gente de Buenos Aires,
a 2000 ó 3000 kilómetros de distancia.
Deben ser árbitros de sus actos propios y en la determinación de éstos
debe dárseles la mayor extensión y universalidad dentro de sus límites, siempre
que no perjudique a terceros. La responsabilidad está en sus propios fines, pero
si se establecen poderes por encima de ella, se pueden considerar liquidadas las
comunas, comités o sindicatos.
No puede haber síntesis entre "selfgovernment" y poder de Estado, ni
entre la comuna y la Nación, por ser dentro del terreno de las libertades , ins-
tituciones contrarias y no complementarias.
Es un grave error; el Estado suprimirá siempre autonomías y liberta-
des comunales. Una comuna o Federación de comunas deber organizar el conglo-
merado social sin intervención estatal, pues el Estado separa al hombre de la co-
muna (5).
La responsabilidad está en la comuna con sus propios fines, pero si exis-
ten poderes más arriba de ella y más fuertes, entonces son los fines de éstos
los que prevalecen, quedando absorbidas, comunas, cooperativas, sindicatos o
concejos y al final los hombres, en su vida de relación y persona.
Algunas experiencias importantes, repetimos, lÍuV¡o ~a humanidad 'en
el último medio siglo y en el orden institucional no fue la menos original la es-
pañola republicana, revolución desnaturalizada y ultimada por las fuerz as del
nazismo" fascismo y sus simpatizantes internacionales .
En este proceso , tan importante, algo se realizó popular y orgánicamen-
te. No podemos referimos a muchos ejemplos -que los hay- sino solamente
a las colectividades agrarias de Aragón, a la organización de las comunas de
Lérida y a la marcha de los servicios de transporte de Barcelona .
Los habitantes de comunas estaban organizados lo mismo que los de ciu -
dades, aldeas y campos; todos o casi todos, llenaban una función útil y nee e-
saria: "vale decir una organización local de todos los factores útiles para la
sociedad que va a entrar en una nueva vida reconstruída como un conjunto
armónico". No son sólo los obreros manuales los que interesan. Son los pro-
ductores, los técnicos auxiliares, los que trabajan en oficinas, los que d espa-
chan mercaderías en los comercios, los agricultores, los criadores de ganados,
los médicos, ingenieros, ma estros, sabios, etc. 'I'odos los que llenan una función
social necesaria. Son éstas las fuerzas qu e deben organizarse -y se organiza-
ron- para reconstruir la sociedad, para hacer de la sociedad una unidad de
intereses, una coordinación magnífica de fu erzas y de anhelos en beneficio
de todos y cada uno" . La verdad era sociedad es. el resultado de los organismos
creados de abajo hacia arriba, por el pueblo desde ¡ los lugares de trabajo. "En
ciertas regiones de España los pueblos se pusieron en marcha para organizar
una vida distinta, para una producción amplia y para una distribuci ón equi-
tativa".
"En mano de la burguesía la comuna fue transformada en una unidad
geográfica política de dignidad , administrativa muerta, con funciones reduci-
das a la recaudación de impuestos y al ajuste político del régimen . Los espa-
ñoles tomaron la tradición sana de la Comuna, reemplazaron su superestruc-

(") FOURlER, El Ealomsterio, al hablar de la expdliacá6n de las comunas dice: "Entre


otros vicios políticos ha producido el de los impuestos a los consumos, verdadero m edio de
separar al pueblo de las municipalidades", pág. 271.
tura burguesa por las funciones sociales útiles, haciendo de ella un órgauo
esencial de la democracia económica funcional" (6).
No habría sido completa nuestra enumeración si olvidáramos algo fun-
damental acontecido en la experiencia de la República Española, en alguna
de cuyas comunas todo estaba colectivizado' y donde las colectividades, crea-
ción genuina del movimiento español, suplantaron a los sindicatos y a los Con-
cejos y si nos fijamos bien estas colectividades son formas evolutivas de co-
munas organizadas y federadas libremente.
"Binefar era ciertamente el centro más importante de las colectivida-
des en la provincia de Huesca. Las condiciones de los habitantes de Binefar
la habían hecho la guía de un círculo de treinta y dos pueblos. De los 32, 28
estaban colectivizadas total o parcialmente. Integramente como Balcarca y
Almunia (dos mil habitantes). Peralta de la Sal contaba 1500 colectivistas
sobre 2000 habitantes, Algayon 401 sobre 504. De 821 familias de agricul-
tores Binefar contaba 700 colectivistas y 121 individualistas".
"La décima parte de los 5000 habitantes de esta localidad trabaj -aban
en la pequeña industria local; molinos, fábricas de galletas, sastrería, zapate-
ría, fundición, oficinas, talleres para la reparación de enseres agrícolas, etc.
Pero esta exigua proporción de operarios de industria no obstaculizaba la exis-
tencia de un movimiento social de cierta importancia" ...
, 'Las dos mil hectáreas de tierras productivas fueron destinadas al cul-
tivo intensivo: forrajes, remolacha de azúcar, hortalizas, olivos, son las prin-
cipales fuentes de riqueza. De estas dos mil hectáreas, la gran propiedad pÜ' -
seía 1200. Las otras estaban divididas en pequeñas parcelas. Cada familia tenía
la suya. Pero 100 de éstas tenían 10 necesario para vivir. Algunos trabajaban
la tierra de los ricos, como colonos o asalariados" ...
"Fueron inmediatamente tomadas las medidas necesarias para la segu-
ridad de cada ciudadano. La cosecha no fue recogida en los campos de los
grandes propietarios que escaparon de Huesea. El comité asume su cargo y
toma la dirección de todos los trabajos para la cosecha. Los trabajadores que
habían cultivado la tierra para los propietarios, fueron convocados en Asam-
blea. Decidieron trabajar en interés de todos. Como en otras localidades, se
constituyeron los grupos que eligieron sus delegados. E tos se reunían todas
las tardes al principio, después en la época de trabajo una vez solamente v"
"Terminada la cosecha fue socializada la industria, más tarde el co-
mercio. "
Reglamento aprobado por la Asamblea Popular:
Art. 19 - El trabajo será ejecutado por grupos de diez personas; cada
grupo nombrará su delegado. El delegado deberá organizar el trabajo y man-
tener las armonías necesarias entre los productores y podrá en caso de nece-
sidad aplicar sanciones votadas por la asamblea.

(6) ABAD DE SANTILLÁN, Diego, El organismo econ6mico de la Revol1wi6n. C6mo vivi-


?n08y c6mo podríamos vivir en España, ed. 3', (1938).
Art. 29 - Los delegados deberán presentar cada día un informe a la Co-
misión de Agricultura del trabajo realizado.
Art. 3 9 - En la Asamblea General de la comunidad de Binefar será
nombrado un comité central compuesto de un miembro de cada ramo de la
producción y dará noticias de la colectividad en el resto de España y de los
acontecimientos españoles y extranjeros.
Art. 4 9 - Todos los dirigentes del trabajo de la colectividad serán ele-
gidos en la asamblea general de la colectividad.
Art. 59 - Cada adherente recibirá una nota de aporte de sus, bienes
a la colectividad.
Art. 6 9 - Los miembros de la colectividad sin excepción tendrán iguales
:y mismos deberes. No podrán ser obligados a inscribirse en una u otra organi-
.zaeión sindical . Basta que acepten las decisiones tomadas por la colectividad.
Art. 79 - Los fondos del activo no podrán ser repartidos. Formarán parte
-del patrimonio, colectivo. Los alimentos serán racionados. Se reservará parte
'en previsión de un mal año agrícola.
Art. 89 - Cuando las circunstancias lo exijan, por ejemplo . para algu-
has trabajos agrícolas urgentes, la colectividad podrá hacer trabajar a las
'Compañeras.
Art. 99 - Ninguno trabajará antes de los 15 años. 'I'ratándose de tra-
bajos pesados la edad establecida es de 16 años.
Art. 10 9 - Por lo que concierne a la organización de la colectividad y
-a la elección de la comisión administrativa, la Asamblea tomará la decisión
necesaria.
"La colectividad comprende la vida social porque se ocupa de la ense-
fianza, sanidad, servicios públicos, etc. En este caso el sindicato juega un rol
completamente nulo". "No existe sin embargo una organización municipal en
'-el sentido estricto de la palabra. Pero sí son las mismas fuerzas que organi-
zaron presente e históricamente los municipios con sus funciones, pudiendo
.liamarse una evolución de la organización municipal".
"El Soviet fue la organización típica de la Revolución Rusa" hasta
'que el Estado y Partido le quitaron todo poder y lo esclavjzaron.
"La colectividad es en general la organización típica de la Revolución
española .", "La producción y goce de bienes, trabajo y participación de pro-
-ductos son cosas conexas. Y los modos de repartición y los conceptos morales
que las conforman influyen sobre la orientación del trabajo. Todo está enca-
denado. La sección de producción estaba engranada en un mecanismo general .
La industria y agricultura tenían una cosa común. No había espíritu corpora-
tivo ni rivalidad, ni salario distinto. Cada rama siendo complementaria de las
otras ramas del trabajo gozaba de la misma consideración. Una comisión ad-
nistrativa ejercía la administración de las actividades".
"La producción industrial fue unificada. Se hacían los trajes de hom-
bres en una sola dependencia; el calzado en otra, etc."
"En la agricultura el primer año se aumentó en un 30%. Cada día el
delegado del grupo agrario o de la sección industrial firmaba en la libreta de
cada uno su concurrencia al trabajo. El control se ejercía sobre todos". "El
pan, aceite, asistencia médica y casa, eran gratuitos. El resto se conseguía
con el salario cuya escala era la siguiente: una persona sola 24 pesetas sema-
nales. Los cónyuges 30 pesetas y además tres pesetas por cada niño de más.
de 10 años. Un grupo compuesto de tres personas adultas de la cual una era
capaz de trabajar y dos niños recibían 45 pesetas. En Binefar como en mu-
chas otras comunas la escala de salarios se adecuaba al número de personas .
según el principio que cuanto mayor es el número de personas competentes ,
de una familia, tanto menor son los gastos por cabeza, El límite máximo era
de 70 pesetas para una familia de 10 u 11 personas. Pero se debía decir que
el valor de la moneda local no sufría como en otras comunas la fluctuación
de la peseta oficial". El teléfono y la electricidad fueron instalados en toda
la comarca".
"Víveres y mercaderías eran generalmente distribuidos en los depósi-
tos municipales. Existían cooperativas, del vino, pan, aceite, tejidos, merce-
ría, lechería (tres), carnicería (tres), una tienda de herrería y una de muebles".
"Capital de comarca era Binefar y centralizaba el intercambio de ~2'
comunas".
"El principio jurídico de la colectividad era completamente nuevo, dice
Carlos Doglio ; todavía estaban más próximos al espíritu comunal que al sin-
dical. La colectividad habría podido llamarse igualmente comunidad como en
el caso de Binefar y constituía verdaderamente un todo en el cual los grupos
profesionales y corporativos, servicios públicos, intercambios, funciones muni-
cipales, estaban subordinados dependiendo del mismo, aunque cada uno gozase
de autonomía en su estructura, en su funcionamiento interno y en la aplicación
de sus objetivos particulares".
"A pesar de su denominación, las colectividades eran prácticamente
organismos libertarios que aplicaban la regla a.cada:U1W según sus fuerzas 'Y'
a cada urno según sus necesidades, ya sea por la cantidad de recursos materia-
les asegurados a cada uno donde el dinero estaba mantenido. El método téc-
nico' difería, pero el principio moral y los resultados prácticos eran los mismos";
"Se extendía continuamente la armonía en la producción y en la coor-
dinación de los cambios así como la unidad del sistema de repartición. La uni-
ficación comarcal se completaba con la unificación regional . La Federación
Nacional había nacido".
"En la base la comarca organizaba el intercambio. Excepcionalmente
la practicaba la comuna aislada, pero bajo la autorización de la Federación co-
marcal que tomaba nota de los cambios y podía interrumpirlos si perjudicaba
a la economía general . Así sucedía con la colectividad aislada de Castilla que
no vendía grano por su cuenta pero en vez mandaba al cliente a la oficina de
granos de Madrid".
"E'n Aragón, la Federación de las colectividades fundada en enero de
1937, cuya residencia central estaba en Caspe, comenzó a coordinar los inter-
cambios entre todas las comunas de la región, como práctica del apoyo mutuo".
"La tendencia a la unidad estaba hecha más clara con la adopción de
un carnet de productor único y de un carnet de consumidor igualmente único,
-que implicaba la supresión de toda la moneda local o no, según la resolución to-
mada en el congreso constitutivo de febrero de 1937".
Con relación a los cambios con otras regiones y a las ventas al exterior
la coordinación mejoraba cada vez más. En caso de utilidades \por diferencia
de cambios o por obtener precios superiores a los precios bases. o excedentes,
la Federación Regional los empleaba para ayudar a las colectividades más
pobres. La solidaridad sobrepasaba el ámbito comarcal" e).
L-a comuna en la experiencia española, desgraciadamente muy corta, y
bajo la presión anormal de la guerra, fue el centro de los servicios públicos:
locomoción, transporte, luz, fuerza, limpieza. Se organizaron en ella sindica-
tos de crédito e intercambio. Organizó el crédito y tuvo depósitos de abasteci-
mientos; sindicatos de industrias rurales funcionaron en su distrito así como
consejos de fábrica y de empresas cooperativas, consejos de estancia, de granjas
y de chacras, de sanidad (maternidad, hospitales, guarderías, servicios de asis-
tencia médica y quirúrgica preventiva y curativa).
Consejo de cultura (primera, segunda enseñanza, instituciones especia-
les, espectáculos públicos, etc.).
Vimos la formación del consejo de la economía y también la existencia
de federaciones comarcales de comunas.
Este movimiento no fue utópico sino real y efectivo; mostró la capaci-
dad del pueblo para su organización y libre administración comunal, unidas
por supuesto en muchos puntos a los sindicatos obreros 'en sus organizaciones
modernas de trabajo. "L'as fábricas creaban sus nuevos organismos adminis-
tratrativos , con su personal total se asociaban en el orden local y formaban
la federación local de industrias. L-a agrupación de todas las industrias consti-
tuía el consejo local de la economía donde estaban representados todos los cen-
tros de producción de relaciones, de intercambio, transporte etc. Se unían esos
dos consejos locales de economía en el orden regional y se unían las federacio .
nes locales de cada industria también regionalmente; luego se establecía una
vinculación de las regiones por industrias y por sus consejos regionales de eco-
nomía" (8).
Con el estudio de este movimiento de comunas (9) como !proceso y es-
tructura se ve cuán importante fue el rol de las comunas libres, la unión de
campo y ciudad, sin lo cual no puede ningún país desenvolverse en equilibnio
y ordenamiento. Al revés de cuanto pasa hoy con las grandes ciudades que es-
tablecen un imperio que podríamos llamar, en nuestro país política imperial
urbana de Buenos Aires.
Las instituciones son viables si dieron buenos resultados en el ensayo
creador, para los pueblos o grupos sociales que las crearon o adoptaron, por

(') DOGLIO, Carlos, L'equiooco de la cittd giardino, en Volonta, (Nápoles, 15/9/53).


LEVAL, Gast6n, Ne Franco ne Stalin ... (Milano 1952).
(0) ABAD DE SANTILLÁN, Diego, i Por qué perdilmos la guerra?, pág. 82.
(") Algo original tuvieron las comunas húngaras. Ver PIERRE GAVINET, La comwna hún-
gara, en "Iman ", (Buenos Aires, 1937).
transplante cultural . En España republicana y en los sectores enunciados, hu,
bo aumento de la producción, mejoramiento del standard de vida se-
guridad, libertades esenciales y conformidad general . De haberse eomproha-,
do el aumento de la población, disminución de la mortalidad infantil y eleva-
ción del promedio de vida hubieran resultado ideales para la humanidad. Lo
último no se pudo comprobar pues faltó tiempo ...
Lo esencial es que la sociedad no estuvo en peligro con el cambio de
régimen; sus relaciones interindividuales y con otros grupos se acrecentó. El
Estado, si no se puede! decir que desapareció (aunque sí en muchas comunida-
des) fue reducido a una mínima expresión, en el mismo momento que en Ale-
mania, Rusia, Italia, etc. tomaba el máximo volumen a través de una buro-
cracia espantosa.
El comercio dejó de ser individual y egoísta para hacerse principal-
mente comunal sin haber por ello desaparecido los intercambios individuales,
La industria unióse a la agricultura, como decíamos, pero verdaderamente, no -
en la letra. Mejor dicho no se divorció de ella.
El campo y la ciudad formaron su unidad complicada, partiendo de
iormas primarias ya superadas por el progreso. Producción y distribución se
integraron y trataron de resolver el problema autárquico del consumo, parejo
a la producción dejando por supuesto camino libre a los futuros intercambios .
con otras federaciones de comunas allende o aquende los mares.
Hay mucho que espigar en la experiencia española y verdaderamente
ese gran sacrificio de este noble pueblo no está perdido.
Comunas libres, colectividades libres, federaciones de comunas agrícolas,
industriales, mineras, ganaderas, ciudades autónomas, etc., como el artista uto-.
piano William Morris en "Noticias de ninguna parte" lo hubiera soñado ...
Los municipios llegaron aquí y allí a tener autonomía efectiva mien-.
tras entre nosotros no podrán tenerla jamás por la naturaleza del régimen es-
tatal que no es de autonomía pues encontramos desde un principio que las par-
tes que forman el Estado no son libres y el Estado con relación a sus partes,
sí, lo es, por cuanto impone o puede siempre imponer su poder. Esto está de-
mostrado en los estados totalitarios habidos y los democráticos que van camino.
de serio.
La mínima ingerencia del Estado nacional y regional también pertenece,
a los credos del pasado, es decir a los milagros. La mínima ingerencia no pue-
de salir de la máxima intervención. N O' queremos ninguna intervención, ni má-
xima ni mínima. Cuando demos entrada a esa intervención habremos perdido
a los municipios. Hace años que se viene repitiendo teóricamente, "máximo de
local y mínimo de nacional", y los resultados son completamente inversos.
Ahora bien, si los habitantes de la ciudad son libres para darse su ad;
ministración local, es de presumir que no querrán una carta de esclavizaoión
y ya podrían empezar a hacerlo, pero el profesor .Wilc9x y demás saben que:
esto es imposible pues las cartas y habitantes de la ciudad, dependen y obede-
cen al Estado y están convencidos que no pueden vivir sin Estado totalitario,
supremo Dios de la nueva creencia en la "Soberanía Popular".
Si los habitantes de una ciudad determinaran la esfera die sus gestio-
nes, claro está no lo podrían hacer nunca en un régimen estatal, pues la fuer-
za se lo impide, (son estructura contrarias) y no pagaran los impuestos nacio-
nales o se quedaran con el 50 % de su producción, ¡, qué confusión se produciría ~
Que comenzara a crearse la unión de comunas sería muy bueno, pero
esto forma parte del fundamento de la futura federación o confederación de
comunas o ciudades y a esta creación habrá de dársele un nueva sentido fede-
ralista de libertad, como vimos. Tales uniones no pueden depender de uniones
estatales sino de ellas mismas y de sus componentes.
Un estudio a fondo llega a la misma conclusión: la determinación de
cuánto es municipal o no', tendrá que hacerlo el municipio mismo, .pues si de-
jamos al Estado la solución de tal cuestión ya lo estamos viendo, ... hasta nues-
tras vidas le pertenecen.
Inventos de mejoramiento y ampliación de funciones son en general in-
objetables, siempre que se separe el poder central que impide sus realizacio-
nes. Si lo mezclamos con el poder estatal hemos perdido lamentablemente el
tiempo, engañando a los hombres de buena voluntad y afirmando, -es lo. peor-
la creencia en el "monstruo" que nos está destruyendo y al cual le rendimos
homenaje; no lo tocamos, lo cuidamos muy bien, y obedecemos en todos los
momentos.
Los verdaderos municipalistas deberán plantear valientemente y de una
vez por todas defender el postulado: Estado totalitario o Municipios libres.
Este es el lema de nuestra generación, que levantará como bandera en sus lu-
chas por las libertades municipales.
Al pasar revista a la posición de los mumcipos en las diversas partes
del mundo vimos a muchas naciones suprimir sus funciones adosándose-
las al Estado, en otras dejándoles unas cuantas menores y finalmente hay
regiones donde comienza el renacimiento de los derechos municipales.
En países en que fueron absorbidas las comunas y gobiernos de ciudad,
por el concentrado estatal se realiza un esfuerzo por ampliar o restaurar las
funciones antiguas.
Esto fue completamente inútil, pues aunque transitoriamente se haya
conseguido algo, al cabo de poco tiempo se nota un retroceso mayor que el del
punto de ·partida.
En regímenes dictatoriales las comunas funcionalmente y desde el pun-
to de vista de la libertad han muerto. No existen ni derechos, ni libertades co-
munales, ni porvenir o vida propia; éstas agonizan o han desaparecido, La
rica tradición está cubierta de una gran capa de cenizas, como la que cubrie-
ra Pompeya después de la erupción del Vesubio-
En algunas nacion es ameri canas queda a lgo de la tradición comunitaria.
Las grandes ciudad es no se cu entan, pues su gobierno lo ej erce directam ente
el Estado por medio de un jefe por él nombrad o. En este campo la nu eva de-
mocracia va librando batal las para -extender el poder comunal aunque susl
resultados sean inciertos y fr ente a la estatización t engan la misma ehance q ue
el grupo anterior.
Queda el tercer conjunto en el cual colocaríamos a los amer ica-
nos del Norte, Canadá, Francia, Bélgica, Nueva Zelandia, Australia, etc. Aquí
es donde principalmente se retorna a creencias y luchas por las libertades co-
munales. Falta saber si en estos países fuertemente estatizad os y en idé ntico
proceso acelerado, libertad es comunales y derechos populares, autogobieruo
y autod etermina ción, no termi nan por morir d efinitivam ente, Somos optimis-
tas y creemos qu e en la rica vari edad societaria humana r esucitarán de sus ce-
nizas las vie jas tradi ciones libertarías d e la cultura de las eiudad e en nue-
vas formas, ambi ente y destin o, hoy abolidas y añoradas por los hombres, pero
por las cual es siguen lu chando y pensando .

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