Los antioxidantes son sustancias que tienen la capacidad de
inhibir la oxidación causada por los radicales libres. Unos actúan a nivel intracelular y otros en la membrana de las células, siempre en conjunto para proteger a los diferentes órganos y sistemas.
Son clasificados de acuerdo a su trabajo y a su localización.
Pueden ser enzimas naturales, antioxidantes obtenidos en la dieta o antioxidantes farmacológicos.
En el ambiente intracelular tenemos antioxidantes naturales:
catalasa, glutation peroxidasa y superóxido dismutasa. El glutation contiene selenio y ayuda en la prevención de la formación del radical hidroxilo, también regenera la vitamina C, que a su vez regenera la vitamina E.
En el plasma sanguíneo encontramos antioxidantes naturales
(proteínas) como la trasferrina, lactoferrina, ceruloplamina y albúmina. Estos antioxidantes naturales están disminuidos en los pacientes con diabetes.
Otros antioxidantes encontrados en el plasma sanguíneo o suero
son la bilirrubina, ácido úrico, vitamina C, vitamina E, beta caroteno, melatonina, flavonoides y estrógenos. Los minerales selenio y zinc también juegan un papel importante en el organismo como antioxidantes.
Los flavonoides son compuestos polifenólicos encontrados en las
plantas como frutas y vegetales, que son excelentes antioxidantes. Comúnmente se encuentran también en el té (principalmente té verde) y en el vino. En las frutas que fueron cosechadas hasta su maduración se encuentran gran cantidad de flavonoides, carotenoides, licopenes, zantinas, índoles y luteínas, todos con una potente acción antioxidante.