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Bien puede ser que ustedes, amables lectores, no conozcan a Richard

Matheson, que su nombre no les diga nada...pero conocen su obra,


oh, sí que la conocen. Richard Matheson les ha estremecido,
aterrorizado, asombrado y emocionado durante las seis décadas de
su vida profesional.
Los más afortunados, han podido leer novelas como Soy Leyenda,
Casa infernal o Pide al tiempo que vuelva y colecciones de cuentos
como Shock 1, 2 y 3 y disfrutado de la obra de un escritor que se
pasea con comodidad por el terror, la fantasía o la ciencia ficción y
que ha hecho interesantes mezclas de todos estos géneros.
Los demás, han apreciado a Matheson en el cine o la TV, ya sea
debido a las numerosas adaptaciones cinematográficas de su obra
(El increíble hombre menguante, El hombre omega, Más allá de los
sueños)o a sus numerosos guiones de cine y TV, entre los que
podemos contar decenas de episodios de La dimensión desconocida,
Duelo –la primera película de Steven Spielberg-, o las adaptaciones de
Edgar Allan Poe filmadas por Roger Corman en los ’60 y
protagonizadas por Vincent Price: La caída de la casa Usher, El pozo y
el péndulo y El cuervo.
Pero lo destacable es que en cualquiera de sus facetas este escritor
nacido en 1926 ha descollado desde un principio como el gran talento
que es. Su primer cuento, Nacido de Hombre y mujer(1950) ya causó
impacto y fue aceptado de inmediato en The magazine of Fantasy
and Science fiction, la revista de fantasía y ciencia ficción más
sofisticada de la época, al narrar en primera persona la historia de un
monstruo encerrado por sus padres en el ático.
Esta primera narración marcaría dos tópicos de su estilo: el uso
predominante de la primera persona al narrar y la ambientación
cotidiana de sus relatos, convirtiéndole esto último en uno de los
primeros maestros de la fantasía moderna y una influencia rasteable
en la obra de escritores como Stephen King, Peter Straub, Anne Rice o
Neil Gaiman.
Soy leyenda(1954), la única novela de ciencia ficción de Matheson, es
el relato en primera persona de Robert Neville, el único hombre vivo
en una Tierra dominada por los vampiros, y además de esmerarse en
dar una explicación científica del vampirismo –reducido a una
infección viral-, es la historia de la cotidianeidad del más solitario
hombre de la literatura desde Robinson Crusoe. Además de ser su
primera novela, ha sido de una influencia enorme por la cantidad de
estándares que impuso, empezando por la idea de un desastre
biológico que elimina a la mayoría de la humanidad, seguido por la
racionalización y explicación científica del origen de una criatura
clásica del terror o la transgresión de transformar al humano en la
anomalía y al monstruo en lo normal. Todas las películas modernas
de zombies tienen su origen aquí, así como novelas como
Apocalipsis/La danza de la muerte (The stand, 1978) de Stephen King.
El último día, por poner otro ejemplo, es un cuento que toma el viejo
tema del holocausto final que mata a toda la humanidad, pero
centrada en una familia y en las últimas horas que pasan juntos, de
una forma elegante, pausada y dramática, y que termina con una
bella escena del hijo y su anciana madre viendo juntos el último
atardecer. Lo que en otros autores es una aventura, para Matheson
es una oportunidad para explorar el corazón humano.
Stephen king, en su fabuloso ensayo Danza Macabra, hace notar
también su admiración por Matheson y analiza en profundidad la
novela El hombre menguante. Esta obra, narrada en una serie de
flashbacks, cuenta el empequeñecimiento continuo de Scott Carey,
quien cada día pierde 4 centímetros de estatura, y que descubre que
la casa puede ser el lugar más peligroso para el hombre si hay gatos,
arañas y otras alimañas. Además, retrata también el sufrimiento de la
familia del protagonista, pues al pasar del tiempo cada uno de los
roles económicos, sociales y afectivos que cumplía se hacen
imposibles para él, incluyendo el sexo marital. .“Matheson fue una
figura pionera y muy importante al momento de establecer el derecho
de la fantasía y la ciencia ficción de hablar sobre sexo de una forma
realista y sensible”, dice King, quien además reconoció su influencia
al afirmar que “si no hubiese existido Matheson, yo no estaría acá”.
Con esta obra, escrita en un período aciago para Matheson –sus
intentos de escribir para la industria audiovisual, mucho mejor
remunerada que la literatura, no daban resultados- que de alguna
manera se refleja en la sensación de impotencia de su protagonista,
Matheson logró concretar su sueño, al encargarse él mismo de
realizar el guión de la versión fílmica.
Esto le abriría las puertas para trabajar como guionista de series
televisivas del oeste y más importante aún, para trabajar junto a Rod
Serling en La dimensión desconocida, serie para la cual creó capítulos
tan recordados como Terror e 10 mil metros, donde durante un vuelo
nocturno un hombre ve que un demonio está destrozando los motores
de las alas (Fue el único episodio reversionado para la versión
cinematográfica de la serie, y parodiado en un especial de Halloween
de Los Simpson). Luego vendrían las adaptaciones de Poe para
Corman, algunas películas de la Hammer y el recordado telefilme
Duelo, de Spielberg, donde un conductor es perseguido durante
kilómetros por un camión con intenciones asesinas a cuyo chofer
nunca logramos ver.
También de su autoría es Kolchak, personaje creado en el telefilme
The night Stalker y que obtendría una serie de TV que fue la
inspiración reconocida por Chris Carter para Los archivos X.

Interés por la metafísica, somewhere in time what dreams...

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