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Autores: María L. S. de Ocampo. & María E. García Arzeno.

Titulo: Devolución de información en el proceso psicodiagnóstico.

Años de publicación: 1984.

Referencia:

De Ocampo, M.L.S; García, M.E. (1984). Devolución de la información en el proceso


psicodiagnóstico. Las técnicas proyectivas y el proceso diagnostico. (Pp.390-411).
tomo II. Buenos aires: Nueva Visión.

Ubicación: Colección general.

Tipo de texto: Capitulo de libro.

Disciplina: Psicología.

Área: Entrevista psicodiagnóstica.

Problema de investigación: ¿porqué, para qué, cuándo, cómo y a quienes hacer


devoluciones?

Palabras clave: Entrevista, Diagnóstico, Pronóstico, Devolución.

Hipótesis de la investigación: Es necesaria una devolución de información


diagnóstica y pronóstica discriminada y dosificada, en relación con las capacidades
yoicas del o de los destinatarios.

Análisis de reseña:

Hace algunos años (6 aproximadamente desde la publicación del libro (1984)) se ha


estado estructurando (sistemáticamente) y consolidando la forma en cómo hacer una
devolución en un proceso terapéutico (evaluación psicodiagnóstica), porqué hacerla
(qué implicaciones tiene), y a quienes hacerla. Para esto, se realizaron diferentes
estudios donde se comparaban casos en los que se hacía devolución de información
en contraste con aquellos donde no se pudo llevar a cabo. Hoy en día, se hace
necesario utilizar esta herramienta terapéutica tanto en el ámbito de la práctica privada
así como en el ámbito hospitalario (De Ocampo & García, 1984).

La devolución de información entiéndase como la comunicación verbal discriminada y


dosificada que el psicólogo hace al paciente, de los resultados obtenidos en el
psicodiagnóstico (De Ocampo & García, 1984). Donde lo que se pretende es brindar al
consultante/paciente o grupo familiar, los resultados de dicha evaluación
psicodiagnóstica que el terapeuta hace sobre el consultante/paciente. Seguido, lo que
se tiene como objetivo, es observar las reacciones de estos luego de presentarles los
resultados, esto con el fin de brindar mayor claridad tanto al paciente/consultante
como al psicólogo, de los aspectos, ya sean saludables o poco saludables que
manifiesta la persona que se encuentra en terapia. Cabe mencionar que dicho
ejercicio sirve para también para ubicar al terapeuta, al consultante/paciente o padres
sobre el camino o la forma más adecuada de llevar el caso, hacer un diagnóstico y
apelar a un mejor pronóstico. Para el análisis de las implicaciones de la devolución en
consultantes/pacientes o a padres, el autor se permite tomar en cuenta tres (3) puntos
de vista con el fin de describir desde cada perspectiva sus implicaciones.

En primera instancia, orientándose hacia la devolución desde el punto de vista del


niño, se atribuye gran importancia a la concepción de este como un sujeto activo y
tenido en cuenta como parte esencial en el proceso, se hace referencia a una
comunicación esferal, donde, tanto el psicólogo se comunica con el niño como el niño
lo hace con el terapeuta creando un ambiente dialógico adecuado que permita el
desarrollo de la consulta para la evaluación psicodiagnóstica. Al tratarse de un
proceso, donde se ven implicados aspectos de la identidad, se hace necesaria una
reconexión interna entre los aspectos que el sujeto reconoce como propios (identidad
manifiesta) y otros sobre los cuales actúa pero de forma no consciente (identidad
latente), para lograr una integración adecuada de esos aspectos latentes, el psicólogo
debe devolver al consultante tanto aspectos desvalorizados y temidos, como aquellos
que pueden ser potencialmente adaptativos. En caso de que esto no se dé, el paciente
quedará con la sensación de que se le ha privado de algo suyo. El terapeuta, por otro
lado, puede presentar dificultades para llevar a cabo una adecuada separación,
sembrándose en este ultimo la sensación de culpa, o deuda para con su consultante,
incluso, llega a preocuparse o por el contrario se olvida totalmente de él. Cuando al
niño no se le hace devolución, este se siente excluido de un proceso en el cual él es el
motivo de consulta, vulnerando así sus derechos y no permitiendo una comunicación
de su propia problemática.

Otro aspecto a revisar, son las implicaciones que tiene el hecho de no devolverle al
niño información de su proceso. Se puede presentar que el niño se vea como un
sujeto pasivo sometido a una serie de estimulaciones, donde responderá
someramente sin deseos de colaborar con el psicólogo, lo que obstaculizaría el
desarrollo de la evaluación. Por el contrario, si el niño sabe que se le van a devolver
los resultados del proceso que lleva a cabo, se sentirá mucho mas comprometido
enriqueciendo la información y aportando en su proceso.

Por otro lado, se encuentran aquellos que van remitidos por otro profesional, un
maestro, pediatra, etc., donde la recepción de los resultados se hace un poco
traumática, debido a las implicaciones que acarrea “el ser evaluados”, por ende, este
tipo de devoluciones en estos procesos puede generar en el niño ansiedad
persecutoria, llegando incluso a adoptar actitudes negativas con el fin de evitar la
entrevista de devolución. Por tales motivos, se hace necesario informar al
paciente/consultante de su proceso, para así evitar que éste vea o perciba al terapeuta
como una figura amenazante.

En pacientes adolescentes, se tienen en cuenta estos aspectos y se les suma los


propios de la etapa de su ciclo vital por el cual están atravesando. En estos sujetos, se
encuentran ligados procesos como el duelo por la pérdida de la infancia y la necesidad
de asumir una nueva identidad, es decir, el sujeto está atravesando por un momento
de diversos cambios tanto en su estructura mental como en su aspecto físico, lo cual
lleva a que se vea enfrentado a un desequilibrio, crisis o conflicto propios de la etapa.
En tanto el terapeuta solo haga devoluciones a los padres, y no se tenga en cuenta la
opinión del adolescente, se presentará una escasa colaboración por parte de este con
su propio proceso.

En adultos, la devolución se información se hace mucho más fácil de aceptar, talvés,


debido a la identificación por parte del terapeuta con el consultante como una figura
próxima a él en edad y la adecuada comunicación verbal entre ellos. Esto, asiendo
hincapié en que para hacer la devolución a niños, se precisa ubicarse en su lugar y
captar el lenguaje preverbal.

En una segunda instancia, tenemos la devolución desde el punto de vista de los


padres del paciente. En este aspecto, se hace necesario hacer una adecuada
devolución, ya que si se omite o se hace mal, los padres (quienes llevaron al niño)
incurrirán en fantasías tales como; considerar que si hijo esta realmente grave, o que
tiene una enfermedad incurable, incluso, pueden asumir que el niño tiene un daño
irreparable, produciendo el psicólogo en los padres, una dosis suplementaria de
ansiedad persecutoria. También se hace necesaria la devolución a los padres, ya que
de esta forma se restablece la imagen del hijo actualizada, no concordando muchas
veces con el motivo de consulta inicial, llevando a estos a tomar consciencia sobre la
real identidad de éste (niño = consultante/paciente), los cambios que se sucitan y las
modificaciones que se deben llevar a cabo en el grupo o dinámica familiar como
medida de compromiso con el proceso.
Cuando se trata de un niño, adolescente o adulto psicótico, es un adulto responsable
quien concreta el tratamiento. Se deben considerar los riesgos, ya que si se guarda
silencio sobre el aspecto patológico del consultante/paciente y algún hecho grave
ocurre relacionado con el proceso que lleva a cabo, el terapeuta enfrentará graves
problemas tanto profesionales, como emocionales, en cuanto a la elaboración de esa
pérdida (asumiendo que sea un suicidio).

Si estos (padres) por el contrario, llegan a consulta remitidos y no por iniciativa propia,
se puede utilizar la entrevista como medio por el cual ellos puedan lograr cierto Insight
de la situación real, ayudados por el psicólogo a detectar el conflicto o algún síntoma
que de cuenta de una situación por elaborar. Por otro lado, si se les brinda las vías
necesarias para llevar a cabo un proceso de sanación mental y estos no asisten, se
podría decir que el psicólogo, en este caso, funciona como un agente ansiógeno de tal
magnitud, que la única forma de defenderse de esa amenaza (percibida por los
padres) es la evitación.

Desde el punto de vista del psicólogo, se hace necesaria la devolución para preservar
la salud mental de éste evitando que su tarea se vuelva insalubre. Además de que le
permite elaborar una buena síntesis del caso tratado. También, cabe agregar que el
psicólogo logrará aproximarse a las conductas probables del sujeto cuando se le trate
de incluir lo que habitualmente disocia o niega mediante la interpretación permitiendo
planificar con sentido una mejor intervención y así evitando también exponerse menos
a la frustración. Esto también permite que el terapeuta comprenda lo que realmente
está ocurriendo con el paciente /consultante.
En algunos casos, esta técnica resulta o funciona como objeto persecutorio, lo que
lleva al terapeuta a evitarlo o no poder asumirlo. Por ende, se estima que cuando esto
se presente, lo más prudente es no hacerse cargo de lo que sobrepasa sus
posibilidades actuales de trabajo, señalando que se debería entonces prestar atención
a dichos aspectos que lo movilizan para analizarlos y elaborarlos adecuadamente.
Solo en la medida en que el psicólogo logra mantener intacta su capacidad de pensar,
discriminar, integrar, sintetizar, entre otros., manteniendo su angustia bajo ciertos
límites, solo ahí se podría hablar de la devolución como una herramienta útil en la
terapia.

El psicólogo debe estar en la capacidad de distinguir qué información de su percepción


puede realmente transmitirle al consultante, esto hace referencia al tipo de información
que se devuelve y a la forma en que se devuelve, y también a quienes se le devuelve.
Para esto, es necesario identificar hasta qué nivel de profundidad se puede tratar un
tema y si es conveniente o no y hasta donde es necesario o pertinente hacerlo. Esto,
porque algunos pacientes están en condiciones de recibir cierta información y otros no
están lo suficientemente preparados para asumir lo que se le va a decir. Por lo que si
las devoluciones generan ansiedad y en vez de aportar, lo que hace es convertir la
situación en un hecho traumático, entonces se verá en el paciente/consultante un
despliegue de resistencias y bloqueos que no permitirán el libre desarrollo del proceso
como tal.

Una buena devolución tiene que ver con el conocimiento que se tiene sobre el caso, la
utilización de lo latente y lo transferencial. En cuanto a la devolución en una evaluación
psicodiagnóstica, se debe tener en cuenta, primero; los aspectos adaptativos y sanos
del consultante/paciente, padres o grupo familiar y luego, los aspectos menos
saludables y menos adaptativos. Como no se puede saber si al final se va a aceptar el
tratamiento, se aconseja no movilizar en ellos aspectos más allá de lo que sus
capacidades yoicas le(s) permite(n) manejar o entender (tolerar).

Un aspecto importante a resaltar en la devolución de información, es el aspecto


relacionado con el lenguaje, es decir, técnicamente hablando, se debe hacer una
elección explicativa acorde al caso. Se debe utilizar un lenguaje apropiado y no usar
terminología que confunda al paciente/consultante o a los padres, esto también con el
fin de evitar términos ambiguos o terminología errónea. Otro aspecto a tener en cuenta
es que, así como se le da gran importancia al material verbal en un proceso
terapéutico o evaluación psicodiagnóstica, se le debe dar igual peso al material
preverbal del sujeto y a sus gesticulaciones.

Un aspecto grave que puede darse en la entrevista con los padres es el de forzar al
psicólogo a asumir el papel de juez, mostrándose uno de los padres como el que ha
hecho de todo por su hijo y dejándole la carga al otro culpándolo de no hacer los
fracasos y errores de la pareja.

Se hace necesaria la aparición de crisis, depresión o picos para el pronóstico en una


entrevista, ya que esto da cuenta del sistema tensional, el cual el psicólogo está en la
capacidad de manejar, controlar y contener. De lo contrario, se sospecharía si no se
llegaran a presentar picos en una entrevista de este tipo y se podría llegar a pensar
que las tendencias reparadoras se depositan en el psicólogo maniácamente y el
consultante/paciente, de esta manera, evita sentir el dolor y la culpa propios.

En conclusión, la devolución de información, se hace con el fin de sintetizar aspectos


reparadores y destructivos del consultante/paciente con el fin de llegar a una
comprensión mas completa de la problemática en cuestión o el aspecto que se está
trabajando. Esto con el fin de brindarle claridad al terapeuta para desarrollar un camino
apropiado en la terapia que lleve a resultados eficaces y para brindarle claridad al
sujeto sobre su situación, y lograr que se haga cargo, llevándolo a optar por
transformaciones estructurales de pensamiento más saludables para que de esta
forma se lleve a cabo un desarrollo libre de su persona.

Autor de la Reseña: Andrez Uribe


Cod: 6000053664
Materia: Evaluación Psicológica
Profesora: Adriana Mora Anto

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