La anorexia nerviosa y la Bulimia son trastornos de la alimentación conocidos desde
hace siglos, cuya incidencia ha aumentado sensiblemente en los últimos años a
consecuencia de múltiples factores socio-culturales.
El diagnóstico de la anorexia nerviosa se basa en la presencia de los siguientes
síntomas:
• Rechazo a mantener el peso corporal en el valor normal de acuerdo con la
edad y estatura; • Temor exagerado al incremento de peso o a la obesidad • Exagerada importancia del peso en los criterios de autoevaluación • Amenorrea (falta de período menstrual)
Son síntomas comunes la ingesta alimentaria, los atracones, el uso de purgantes, los vómitos provocados, enemas y uso de diuréticos.
El diagnóstico de bulimia se basa en la presencia de:
• Ingesta compulsiva alimentaria (atracones)
• Sensación de no poder parar de comer (comilonas) • Necesidad de control de peso por el uso de purgantes, provocación de vómito, uso de diuréticos, y práctica intensiva de ejercicios físicos.
Las dos patologías pueden presentarse en períodos alternantes de Anorexia y Bulimia
La dificultad de asumir los roles correspondientes a la madurez psíquica y sexual normales del individuo adulto serían el origen básico de la problemática psicopatológica de estas afecciones. El diagnóstico de estas enfermedades requiere de una cuidadosa evaluación psicológica, psiquiátrica y clínica. Son síntomas comunes las manifestaciones depresivas, la hostilidad y los rasgos obsesivos-compulsivos.
El tratamiento se centra en la recuperación física producto de la normalización
alimentaria y la estabilización emocional a través de una psicoterapia individual, el tratamiento familiar y tratamiento psicofarmacológico teniendo como objetivos lograr la regulación del peso, la normalización del ciclo menstrual, y una evaluación adecuada de la imagen corporal que permitan una relación satisfactoria consigo mismo y con su entorno.