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PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN PARA LA ENSEÑANZA DE

COMUNICACIÓN Y MATEMÁTICA PARA PROFESORES DE II Y III


CICLOS DE
EDUCACIÓN BÁSICA REGULAR
“Mejores maestros, mejores alumnos”
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL NÚMERO
Mg. James Wilfredo Huamán Gora
1. Tipos de conocimientos
Siguiendo a Piaget (1972), podemos describir tres tipos de conocimiento
en el ser humano: el físico, el lógico y el social. Los dos primeros están
relacionados con fuentes externas para su adquisición, mientras que el tercero
se relaciona con procesos internos de construcción. El conocimiento físico
surge como una abstracción simple de las propiedades observables de los
objetos; el conocimiento social se adquiere a través del contacto con otros y
tiene significado dependiendo del modo en el cual es transmitido por su cultura,
de allí su carácter arbitrario basado en el consenso social; mientras que el
conocimiento lógico - matemático se construye al relacionar los datos
obtenidos por el conocimiento físico, esta relación no es observable, se
construye mentalmente.
El conocimiento lógico matemático, desde la perspectiva de
Labinowicz (1995) se caracteriza por: (a) no ser enseñable directamente,
debido a que el propio sujeto lo construye a través de su experiencia; (b) se
desarrolla en sentido ascendente hacia la búsqueda de la coherencia y el
equilibrio; (c) una vez que se construye no se olvida. En la medida en que se
experimenta con los conocimientos físico y social, mejor se estructura este
conocimiento.
A partir de la interacción con los objetos y personas que le rodean, el niño
o niña puede establecer semejanzas y diferencias o crear un ordenamiento
entre ellos. Estas relaciones son las que sirven de base para la construcción
del pensamiento lógico-matemático en el cual, de acuerdo con Piaget (1972),
están las nociones lógicas como clasificación, seriación, correspondencia
término a término y noción de número.
2. Correspondencia término a término
Para Escalante (1991) la correspondencia término a término se genera
cuando el niño o niña hace corresponder dos grupos de objetos que
generalmente van juntos, por ejemplo, tazas y platos, medias y zapatos. Esta
es una noción prenumérica, ya que la correspondencia no depende de la
noción de número, no hay conteo, sin embargo es una base para comprender
tal noción. Cuando se cuenta se hacen pares más abstractos entre números y
objetos; por ello la multiplicación se consideraría una correspondencia entre
varios conjuntos.
3. Clasificación
La clasificación constituye una serie de relaciones mentales en función de
las cuales los objetos se reúnen por semejanzas, se separan por diferencias,
se define la pertenencia del objeto a una clase y se incluyen en ella subclases.
Dentro de las propiedades de ésta, se encuentran las nociones de comprensión
y extensión de los objetos (Maldonado y Francia, 1996). La comprensión está
dada por las relaciones de semejanzas y diferencias y la extensión por los
elementos con características comunes que pertenecen a una misma clase de
objetos.

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Este proceso también pasa por tres estadios. El primer estadio
corresponde a la Colección Figural (aproximadamente 4 años), en donde el
niño o niña elige un elemento, luego toma otro que encuentra parecido al
primero y lo coloca al lado, luego toma un tercero que se parece en algo al
segundo y así sucesivamente, sin plan preestablecido ni intenciones de
clasificar todos los elementos. El segundo estadio constituye la Colección no
Figural, en la cual el niño o niña empieza a formar pequeñas colecciones
separadas en donde toma en cuenta las diferencias entre ellas y las separa.
Este estadio a su vez se divide en dos subestadios, en el primero, el niño
agrupa los objetos que tienen características comunes y, en el segundo, ya el
niño o niña los distribuye haciendo subclases. El tercer estadio se denomina la
clase lógica o clasificación operatoria, en donde ya el niño o niña ha logrado
clasificar objetos por semejanzas, diferencias, pertenencia e inclusión. Se logra
aproximadamente a los 7 años de edad (Kamii, 1987).
4. Seriación
Por otra parte, Labinowicz (1995) concibe la seriación como la capacidad
intelectual para ordenar un grupo de elementos de acuerdo con una o varias
dimensiones dadas, al coordinar relaciones transitivas sin recurrir al ensayo y
error. Implica una coordinación mental de relaciones transitivas reversibles y se
basa en la comparación de unos objetos con otros, permitiendo desarrollar el
sentido del orden, el cual se inicia con la comparación de los extremos de la
serie. Además, implica la comprensión de los números en sentido ordinal;
cuando el niño o niña empieza a comprender la noción de orden en su mundo
físico puede comenzar a observar el orden de los números abstractos.
Posee las siguientes propiedades: a) Transitividad: Consiste en poder
establecer deductivamente la relación existente entre dos elementos que no
han sido comparadas efectivamente a partir de otras relaciones que si han sido
establecidas perceptivamente. b) Reversibilidad: Es la posibilidad de concebir
simultáneamente dos relaciones inversas, es decir, considerar a cada elemento
como mayor que los siguientes y menor que los anteriores.
Esta noción se desarrolla en tres estadios (Escalante, 1991). En el
primero, el niño puede alinear objetos por orden de tamaño, pero con pocas
cantidades, de igual manera podrá construir torres de tacos de distinto tamaño
pero lo hará a tanteo y descartará los elementos que no logre ubicar. En el
segundo estadio, el niño construye series pero por el método de ensayo y
error. Esto lo logra a través de ir probando el tamaño de cada uno de los
objetos y posteriormente decide si va delante o detrás del anterior (comienza a
establecer diferencias entre "más grande que" y "más pequeño que"). Es en
este estadio, el momento propicio para comenzar a manejar la reversibilidad
propia de la seriación (relaciones en sentido inverso), como son por orden
creciente y decreciente. De igual manera, se inicia el proceso de transitividad,
la cual supone establecer una relación de comparación entre un elemento de la
serie con el que le sucede y del anterior con el siguiente, para poder llegar así
a establecer la relación entre el primero y el último (Kamii, 1987). En el tercer
estadio, el niño ordena objetos de manera creciente o decreciente de
acuerdo con las características que se le presente, bien sea por color, tamaño,
etc. En este estadio el niño o niña utiliza el método operatorio, ya conoce los
pasos para hacer una serie y la realiza de manera sistemática porque ha

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construido las dos propiedades fundamentales descritas en el estadio anterior
como son la reversibilidad y transitividad. Cuando el niño está ubicado en este
estadio logra establecer relaciones de tamaño ("más grande que", "menos
grande que") y además establece relaciones inversas.
5. Noción de número
Para Piaget, el número es un sistema de operaciones y de ideas lógicas,
que se alcanza cuando el niño o niña es capaz de integrar organizadamente las
nociones lógicas antes descritas (Labinowicz, 1995). Se construye a través de
un proceso de abstracción reflexiva de las relaciones entre los conjuntos que
expresan número.
Según Piaget, la formación de la noción de número es el resultado de las
operaciones lógicas como la clasificación y la seriación; por ejemplo, cuando
agrupamos determinado número de objetos o lo ordenamos en series. Las
operaciones mentales sólo pueden tener lugar cuando se logra la noción de la
conservación, de la cantidad y la equivalencia, término a término. Consta de las
siguientes etapas: a) Primera etapa: (4 o 5 años): sin conservación de número,
ausencia de correspondencia término a término. El niño o niña no puede hacer
un conjunto equivalente cuando compara globalmente los conjuntos. b)
Segunda etapa (5 a 6 años): Establecimiento de la correspondencia término a
término pero sin equivalencia durable. c) Tercera etapa: (a partir de los 6
años), el niño puede hacer un conjunto equivalente y conservar la equivalencia.
Hay conservación del número. El niño o niña de este estadio maneja la
identidad numérica de los conjuntos, la reversibilidad y la compensación.
6. Estrategias y/o sugerencias
• En el desarrollo de cada situación la educadora debe realizar estrategias a través
de las cuales los niños y niñas puedan clasificar, seriar y establecer
correspondencias término a término.
• Animar a los niños y niñas a descubrir y coordinar la relación entre todas las clases
de objetos, personas, sucesos o acciones.
• Alentar a los niños y niñas a formar conjuntos con objetos móviles.
• En casa, pueden “poner la mesa”, deberá relacionar la cantidad de miembros de la
familia con la cantidad de platos, vasos y cubiertos a utilizar.
• Jugar a la rayuela, a las canicas, a embocar distintos objetos, palitroque, etc.
• Se les presentan a los niños y niñas la harina y dos vasos o tarros transparentes de
diferente diámetro y tamaño, se coloca el material en una y se les pide que lo
trasvasen al otro recipiente y luego se los interroga: ¿Hay más o menos que antes?
¿Por qué? Vamos a colocarlo en el primer tarro. ¿Ahora hay más que antes o igual
que al inicio? Es importante interrogar siempre el por qué, para ir observando los
procesos mentales que realizan.
• Otra variante es sustituir el segundo recipiente por otros dos más pequeños. Se
repite el trasvasamiento y luego se interroga sobre si en los dos tarros pequeños
hay la misma cantidad que en el tarro grande. Se repite varias veces la operación
en ambos sentidos y luego se puede discutir entre todos lo que ha sucedido y por
qué.
• Otra opción es cambiar el tipo de material por otro de tipo discontinuo, que podría
ser un juego de naipes. Los naipes son un excelente recurso a la hora de trabajar
en forma lúdica estos tipos de nociones.

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• Se les presenta un mazo completo y luego se le quitan cinco cartas, se los interroga
sobre qué podemos hacer para obtener la misma cantidad de cartas que había al
inicio; se repite la operación variando la cantidad de cartas e intentando comprobar
las operaciones mentales que van realizando.
• Otra variante es presentarles diferentes colecciones de cartas, por ejemplo dos
palos (oro y espadas) y comprobar mediante el conteo que tienen la misma
cantidad; luego uno se presenta en forma de pila de cartas y el otro extendido;
seguidamente se los interroga sobre donde hay más cartas, si hay más o menos o
las mismas. Se puede ir variando la disposición espacial de manera de presentar
diferentes esquemas perceptivos para comprobar si la noción ha sido construida o
no. Es importante permitirle volver a la situación inicial para que comprueben que la
cantidad no ha variado.
• Se pueden utilizar los materiales cotidianos de los chicos para realizar diferentes
ejercicios de clasificación y correspondencia.
• Por ejemplo podemos utilizar la cantidad de sillas de las que dispone el aula; se
forma un círculo con las sillas y cuidando de que haya la misma cantidad de sillas
que niños, se los invita a sentarse cada uno en una silla; en un segundo momento
se agrega una silla y se les pide a los chicos que comprueben si hay más sillas o
niños. Ante esta situación se les pide que justifiquen su respuesta. ¿Hay más sillas
o chicos? ¿Por qué?
• Se pueden ir variando la cantidad de sillas o pedir a uno de los niños que abandone
la sala por un momento y luego que ingrese y compruebe la situación.
• Una estrategia interesante para trabajar con bloques u objetos geométricos es
colocar en el centro una gran caja con elementos y pedirle a cada niño o niña que
elija uno diferente; luego se les pide que cada uno busque en el montón, otro objeto
igual al que tienen en su banco, luego se los interroga acerca de por qué han
elegido ese objeto y no otro, en el caso de que no hayan elegido un objeto igual se
les interroga sobre el objeto elegido y sobre el primer objeto conduciéndolos a que
comparen los objetos para analizar sus características.
• Otra opción es jugar al solitario, colocando cada palo manteniendo un orden
numérico y poniendo diversas opciones.
• Jugar con los bloques lógicos, haciendo grupos por colores, formas, tamaños.
• Salir al campo y recoger diversos objetos; en el aula agruparlos o clasificarlos de
acuerdo a uno o más criterios.
• Ordenar piedritas de acuerdo al criterio “del más chico al más grande” o a la
inversa.
• Jugar a la cocinita, y servir tazas con correspondientes cucharitas, haciendo
coincidir la relación “uno a uno” (correspondencia biunívoca).
• Distribuir libros uno a cada niño o niña, estableciendo las relaciones
correspondientes: “faltó un libro”, “hubo tantos libros como niños”, “3 niños se
quedaron sin libros”, etc.
• Agrupar objetos acorde a las indicaciones de los docentes: “solo verdes”; “solo los
que tienen tres lados”, “todos los azules”, etc.
Nota: Absolutamente todos los niños y niñas incorporan la noción de número
en forma concreta, de nada sirve hacerles repetir una serie o una escala de
memoria. No olvidemos de proporcionarles la mayor cantidad de material
concreto.

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