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0 isaac Asimov Como las respuestas que tengo que dar dependen de las preguntas que formulan los lectores, los ensayos 20 se reparten uniformemente pot todo el campo de la cien- Gia, Por alguna razén, los lectores se hallan profunda- mente interesados por Ia fisica tedrica, siendo especial- mente numerosas las preguntas acerca de la velocidad de Ja luz y de las particulas subatémicas. De ahf que exista cierta duplicidad entre las respues- tas, asf como algunas omisiones flagrantes, Ambas cosas tienen sus ventajas. Las duplicidades pro- vienen, en patte, de que he intentado hacer las respues- tas lo ‘més completas posible. El lector puede consultar por tanto cualquier cuestién que se le venga a la imagi- nacién y leer el libro en el orden que le plazca. YY en cuanto a la qué hay de malo en dejar que susciten_ una sa ? Si es suficiente- mente sana, envfe su propia pregunta a Science Digest. Si tengo ocasién (y sé Io suficiente) Ia contestaré, y de aqui a ocho affos podria haber material bastante para publicar un libro titulado «Isaac Asimov sigue expli- candos. Cien preguntas basicas sobre la ciencia 1. 2Qué es el método clentifico? Lear i todo cientfico 5 el métode que Evidentemente, el método,cientfico es el métode que método: coe act ar In existencia de-un problems, como: pue desert, por ejemplo, In cuestién de por qué ‘los objetes se mueven como lo hacen, acelerando en ciertas nes y decelerando en otras. 2 Sema sag 1 dese obit por empl, 10 Sia tts Soe eae = les del a. El olor de un objeto, por ejemplo, no “Juega nin, in papel en su movimiento. inciden ir_todk tiempos antiguos y ™ imple al acién sagaz de la naturaleza, coonte tal istfa. A ‘de los tiempos modernos we ess ‘entrevese la posiilidad de ayudar « la oat 1 2 Isaac Asimov spo st aE raleza en ese sentido, Cabfa planear deliberadamente una | situacién en la cual los objetos se comportaran. de una | manera determinada y suministraran datos relevantes | para el problema. Uno podia, por ejemplo, hacer rodar | tna serie de esferas a lo largo’ de un plano inclinado, va. riando el tamafio de las esferas, la naturaleza de su su- | perficie, Ia inclinacidn del plano, ‘etc. Tales situaciones | deliberadamente planeadas son experimentos, y cl papel | del experimento 3 tan capital, para [a ciencia moderna, | que a veces se habla de «ciencia experimental» para dis: | tinguirla de Ia ciencia de los antiguos griegos 4, Reunidos todos los datos elabérese una generali | satkin-provsonal que fos deciba «todos ellos de Tams fnefa mds simple posible: un enunciado breve o una re- | Naeén matemitia, Esto ex una bindess,— | 5. Con la hipétesis en Ta_mano se pueden _predecir | Radar de experine | los _tesi 19s. que no se nos hablan | ‘Scurtido Raste-envonees. Intentar hacerlos y mirar si a hipstesis es vil naturale. de_una_teor ii ley ral» . Est claro que ninguna ni_ley natural_tiene_| cardcter definitive. ET —— se rere tuna y otra vez. | finuamente se hacen y obtienen nuevos datos, nue- | vas observaciones, nuevos experimentos. Las viejas leyes | | naturales se ven constantemente superadas por otras mis renerales que explican todo cuanto explicaban las anti- a a | ‘odo ‘esto, como digo, es una versiGn Weal del méto- do cientifico. En Ia prictica no es necesario que el cien- tifico pase por los distintos puntos como si fuese una setie de ejercicios caligréficos, y normalmente no lo- hace. Mids que nada son factores come la intuicién, la sa- idad y la suerte, a secas, Ios que juegan un papel. La istoria de la ciencia estd Ilena de casos en los que un cientifice da de pronto con una idea brillante basida en datos insuficientes y en poca o ninguna entacién, Legando asi a una verdad util cuyo descul Cien preguntas bsicas sobre la ciencia B 24 bubiese requerido afios mediante Ia aplicacién directa y estricta del método cientifico. ' F. A. Kekulé dio con la estructura del benceno micn- tras descabezaba un suefio en el autobis, Otto Loewi desperté en medio de la noche con la solucién del pro- blema de la conduccién sinéptica. Donald Glaser conci- bié la idea de la cémara de burbujas mientras miraba ociosamente su vaso de cerveza. ~Quiere decir esto que a fin de cuentas todo es cues- tin de suerte y no de cabeza? No, no y mil veces no. Esta clase de «suerte s6lo se da en los mejores cerebros; sdlo en aquéllos cuya cintuiciéne es la recompensa de tuna larga experiencia, una comprensin profunda y un pensamiento disciplinado, 2. zQuign fue, en su opinidn, el clentifico mds gran- de que jamds existid? Si la pregunta fuese «{Quién fue el segundo cientifico mis grande?» serfa imposible de contestar, Hay por lo menos una docena de hombres que, en mi opinién, po- drfan aspirar a esa segunda plaza. Entre ellos figurarian, por ejemplo, Albert Einstein, Ernest Rutherford, Niels Bohr, Louis Pasteur, Charles Darwin, Galileo Galilei, J. Clerk Maxwell, Arguimedes y otom Incluso es muy probable que ni siquiera exista eso que hemos Ilamado el segundo cientifico mds grande. Las credenciales de tantos y tantos son tan buenas y la difi- cultad de distinguir niveles de mérito es tan grande, que al final quizd tendrfamos que declarar un empate entre diez 0 doce. Pero como la pregunta es «¢Quién es el mds grande? », no hay problema alguno. En mi opinién, la mayoria les historiadores de Ia ciencia no dudarian en afirmar que Isaac Newton fue el talento cientifico més grande que jamds haya visto el mundo. Tenia sus faltas, viva cl cielo: era un mal conferenciante, tenia algo de cobar- de moral y de Horén autocompasiva y de vez en cuando

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