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BIOGRAFÍA.
ODAS:
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BIOGRAFÍA
Quinto Horacio Flaco nace en Venusia, una colonia romana situada entre Apulia
y Lucania, el día 8 de diciembre del año 65 a.C. del calendario juliano (23 de enero según el
cómputo ab Urbe condita).
Su padre era al parecer un esclavo público, que, al conseguir la libertad, adoptó el nom-
bre de Horacio de la tribu Horacia a la que estaba adscrita la ciudad. A pesar de un patrimonio
humilde adquirido como recaudador de impuestos, le costeó a su hijo una cara educación supe-
rior en Roma y en Atenas con los hijos de las mejores familias romanas.
En esta última ciudad estudió filosofía y retórica en los jardines de la Academia, y se su-
mergió en las fuentes de la literatura griega. También allí, como muchos otros jóvenes aristócra-
tas filorrepublicanos, se unió al ejército de Bruto, uno de los asesinos de César. Pero aquél fue
derrotado en la batalla de Filipos el 42 a.C. y Horacio, con el rango de tribuno militar, tuvo que
buscar su salvación en la huída.
Con relativa rapidezhizo Horacio quesus escritos fueran conocidos yapreciados. Ape-nas
un año después de conseguir su primer trabajo remunerado, Virgilio y Vario lo presentan a
Mecenas, protector de artistas y amigo y consejero de Augusto. Recibido al principio con cierta
reticencia, no tardó mucho en introducirse en su selecto círculo ni en alcanzar la aureola de in-
dispensable, hasta el punto de recibir la donación de una finca en la Sabina por parte de Mecenas
y de poder rechazar sin ofender a Augusto el cargo de secretario personal que éste le ofrecía.
En el año 23 a.C. aparecieron publicados los tres primeros libros de las «Odas», y en el
17 a.C. se cantó el «Canto Secular» que había compuesto para los Juegos Seculares. Desde la
publicación de aquéllas trabajó en el primer libro de las «Epístolas», que estaría concluido hacia
el 20 a.C.; a éstas añadió las tres del libro II, escritas del 19 al 14 a.C. Del 17 al 13 a.C. compu-so
por fin su libro cuarto de «Odas».
Y, por fin, el 27 de noviembre del año 8 a.C. murió Quinto Horacio a los cincuenta y siete
años de edad, pocos meses después que lo hiciera su amigo Mecenas, junto a cuya tumba en el
Esquilino fue enterrado.
Según parece por su propio testimonio, era pequeño y obeso. En cuanto a su carácter, era
tranquilo aunque irritable por momentos, humilde, leal, afectuoso pero independiente, perspi-caz,
meticuloso, amante del campo y de los placeres. En la esfera de lo religioso, él mismo manifiesta
haber sido «parco y poco asiduo adorador de los dioses» en sus días jóvenes, pero más devoto
de ellos en su madurez. Un hombre, en fin, en la encrucijada de dos mundos, como todos los de
su época; y en la entrevía del placer y la virtud, o mejor dicho, en los dos caminos simultá-
neamente.
ODAS
Brevedad de la vida
Se diluye el intenso invierno con el grato retorno de la primavera y del Favonio 1,
y las grúas arrastran al mar las quillas secas,
y ya ni el ganado halla placer en los establos o el labrador junto al fuego
ni los prados albean con la blanca escarcha.
Ya Venus Citerea 2 dirige las danzas a la salida de la luna
y, junto a las ninfas, las encantadoras Gracias 3
baten el suelo rítmicamente, mientras las fatigosas fraguas
de los Cíclopes visita el ardiente Vulcano.
Ahora es el momento de coronar la perfumada cabeza con verde mirto
o con la flor que producen las tierras ya liberadas,
ahora es el momento de sacrificarle a Fauno 4 en los umbríos bosques
ya sea una cordera —si la pide—, ya sea un cabrito —si lo prefiere—.
La pálida Muerte pisa con el mismo pie las cabañas de los pobres
y los palacios de los reyes. Oh feliz Sestio,
la breve duración de la vida nos impide alentar una larga esperanza:
de repente te envuelven la noche y los Manes 5 —sobre quienes todos hablan—
y la yerma morada de Plutón, donde, así que hayas llegado,
no podrás sortear a los dados la presidencia del banquete
ni admirar al tierno Lícidas, por quien arden los jóvenes
ahora y en seguida se inflamarán las muchachas.
(I,4)
1
Viento del Oeste que anuncia la primavera.Los griegos lo conocen como Céfiro.
2
Sobrenombre por su nacimiento cerca de la isla de Citeres.
3
Son tres diosas del cortejo de Venus,hijas de Júpiter y Eurínome.
4
Dios protector de los rebaños.
5
Espíritus de los muertos.
Agradecimiento a Melpomene
A quien tú, Melpomene 6, recién nacido
lo hayas contemplado con benigna mirada,
no le hará famoso como púgil
la competición ístmica 7, ni un infatigable caballo
le conducirá vencedor en carro aqueo,
ni sus empresas bélicas lo presentarán
ante el Capitolio como general engalanado
con las palmas delias 8 por haber aplastado
las arrogantes amenazas de algunos reyes,
sino que las aguas que discurren por la fértil Tíbur
y las espesas frondas de sus bosques
le harán célebre por el canto eolio.
Los hijos de Roma,la primera de las ciudades,
se enorgullecen en colocarme
entre los coros de los poetas dignos de consideración,
y ya me roe menos el diente de la envidia.
Oh, Piéride 9, que de tu aúrea
lira los sones dulcemente moderas,
que incluso a los mudos peces,
si quisieras, otorgarías un canto como el del cisne,
...neque res bellica Deliis / todo esto es un don tuyo,
ornatum foliis ducem.../ ostendet y si el dedo de los transeúntes me señala
Capitolio como tañedor de la lira romana,
si estoy inspirado y tengo éxito
—si lo tengo—, don tuyo es.
(IV,3)
Sencillez
Detesto, muchacho, los lujos de los persas
y me desagradan las guirnaldas trenzadas con tilo,
así que deja de buscar en qué lugar una rosa
tardía se mantenga en flor.
No te esfuerces, solícito, en añadir nada
al simple mirto: pues ni de ti, mi copero,
desdice el mirto, ni de mí, que estoy bebiendo
bajo una frondosa parra.
(I,38)
A la fuente de Bandusia
¡Oh fuente de Bandusia 10, más clara que el cristal
y digna de suavizar el vino!, no sin flores
6
Musa de la tragedia y de la lírica.
7
Los Juegos Ístmicos se celebraban en honor de Posidón en Corinto.
8
Es decir,con laurel,signo de victoria y planta de Apolo,nacido en Delos.
9
Epíteto de las musas,que tenían una de sus sedes en el monte Pierio.
10
Fuente existente en la finca sabina de Horacio.
recibirás mañana un cabrito de ofrenda,
cuya frente, abultada por unos cuernos
incipientes, lo destina a Venus y sus combates.
Pero en vano, pues en honor tuyo de rojo teñirá
las gélidas aguas con su sangre,
retoño de una grey lasciva.
A ti la hora implacable de la ardiente Canícula 11
ignora cómo alcanzarte; agradable frescor brindas tú
a los bueyes, fatigados por el arado,
y al ganado que pace errante.
También tú llegarás a ser una de las fuentes célebres
cuando yo cante a la encina que crece sobre las hueras
peñas desde donde, rumorosas,
saltan tus aguas.
(III,13)
11
Constelación cuyo orto coincide con la época más calurosa del verano;su estrella más luminosa es
Sirio.
Del griego P8`0 (chloe),«brote,retoño».
12
13
De la Getulia o Numidia,en África.
14
Lucio Manlio Torcuato, cónsul el 65 a.C., año del nacimiento del poeta.
15
Famosísimo vino del monte del mismo nombre, en la Campania.
socráticos, horror suficiente para rechazarte,
pues incluso del vetusto Catón 16 se cuenta
que a menudo animó su virtud con el vino.
A Baco
¿A dónde me arrebatas, Baco 20, ebrio
de ti? ¿A qué bosques o a qué cavernas me conduce
velozmente mi nuevo estado? ¿En qué
antros se me escuchará cuando me proponga incluir
la eterna gloria del egregio César21
entre las estrellas y la asamblea de Júpiter?
Proferiré palabras insignes, inauditas, todavía
no dichas por boca alguna. No de otro modo en las cumbres
se queda extasiada la insomne Evíade22
al contemplar el Hebro 23 y la Tracia 24,blanqueada
por la nieve, y el Ródope 25, hollado
por un pie bárbaro, como a mí, apartado del camino,
me place admirar sus riberas
y sus bosques solitarios. Oh señor de las Náyades 26
y de las Bacantes, que pueden
con sus manos abatir los altos fresnos,
nada frívolo o en tono menor,
16
Marco Porcio Catón el Censor (234-149 a.C.), conocido por su severa rectitud.
17
Sobrenombre griego del dios del vino, Dioniso; significa «el que relaja».
18
Epíteto latino de Dioniso; significa «libre».
19
Epíteto de Apolo; significa «el Brillante». Es la personificación del Sol.
20
Nombre con el que también es conocido Dioniso.
21
Se refiere a Augusto, adoptado como hijo por Julio César.
22
Las evíades o bacantes acompañaban a Baco en su séquito.
23
El Hebro es un río de Tracia, llamado hoy Maritza.
24
Región montañosa de Grecia por donde penetró Dioniso en el país por primera vez.
25
Monte de la misma región griega.
26
Espíritus femeninos que habitaban las aguas.
nada perecedero expresaré. Dulce riesgo es,
Leneo , seguir al dios
27
Volubilidad de Pirra
¿Qué delicado muchacho, perfumado con olorosos
ungüentos, te abraza entre abundantes rosas,
Pirra, en una plácida gruta?
Viejas glorias
Hasta hace poco he vivido apto para las jóvenes
y en ello he militado no sin gloria,
pero ahora mis armas y mi lira, cumplido en el combate
su servicio, las acogerá esta pared
que el costado izquierdo de la marina Venus
27
Epíteto de Dioniso que significa «el de los lagares».
28
O Neptuno, dios del mar, o Venus, diosa del amor y nacida de su espuma.
protege. Aquí, poned aquí las encendidas
teas y las palancas y las ganzúas
que amenazaron a las puertas que se les oponían.
Oh diosa 29 que posees la afortunada Chipre
y Menfis, carente de la nieve sitonia,
reina, con tu poderoso látigo
azota al menos una vez a Cloe por despreciarme.
laevom marinae qui Veneris latus/custodit.
(III,26)
Contra Cloris
Esposa del sin fortuna Íbico,
modera de una vez tus prodigalidades
y tus escandalosas andanzas;
deja, tú, próxima ya a la muerte,
de jugar entre las vírgenes
y de nublar las cándidas estrellas.
No porque algo sea apropiado para Fóloe
lo es también para ti, Cloris 30:
es más lógico que tu hija sea quien asalte
las casas de los jóvenes
como una Tíade 31 fuera de sí por el ritmo del timbal.
A ella su amor por Noto la obliga
a retozar semejante a una cabra juguetona;
pero a ti son las lanas tonsuradas junto a la ilustre
Luceria 32 lo que te convienen, y no las cítaras
ni la flor púrpura del rosal
ni los jarros apurados hasta las heces, vejestorio.
(III,15)
A Fauno
Fauno, amante de las esquivas ninfas,
atraviesa benévolo mis propiedades
y mis soleados campos y abandónalos indulgente
con sus pequeñas crías
si, a fin de año, cae sacrificado un tierno cabrito
y no falta en la crátera, compañera de Venus,
abundante vino. Tu antiguo altar humea
con numerosos aromas
y todo el ganado retoza en el herboso campo
cuando regresan las nonas de diciembre, a ti consagradas;
los campesinos, de fiesta, vagan ociosos en los prados
29
Venus.
30
Del griego P8TD\H (chlÇrís), «oropéndola»; también recuerda al adjetivo P8TD`H, «verde;
pálido», que hace mención a algo no maduro (es decir,"joven", aquí con evidente ironía) o al color de la
muerte.
31
O bacante.
32
Ciudad de Apulia famosa por sus lanas.
al lado de los indolentes bueyes;
el lobo deambula entre osados corderos,
el bosque esparce en tu honor su agreste follaje,
y el cavador se alegra al golpear tres veces
con su pie 33 la odiada tierra.
(III,18)
Lección de la primavera
Se han retirado las nieves y ya vuelven las hierbas a los campos
y el follaje a los árboles;
cambia la tierra de aspecto y los ríos, con caudal menguante,
transcurren por sus cauces;
una Gracia, acompañada por las Ninfas y sus dos hermanas, osa
dirigir desnuda la danza.
33
Es decir, de bailar.
34
Eneas, hijo de Venus, es el antepasado mítico de los Julios y de Rómulo, el fundador de la Urbs;
Tulo Hostilio y Anco Marcio son el tercer y cuarto rey de la Roma antigua.
35
Uno de los jueces del Infierno, junto con Radamante y Éaco.
no te harán revivir, Torcuato, tu linaje, no tu elocuencia,
no tu integridad,
ya que ni siquiera Diana 36 libera de las tinieblas infernales
al casto Hipólito37
ni Teseo 38 tiene fuerzas para arrancar de las cadenas leteas
a su querido Pirítoo.
(IV,7)
A la nave de Virgilio
Que la poderosa diosa de Chipre39
y los hermanos de Helena 40, refulgentes estrellas,
y el padre de los vientos 41, bien sujetos todos excepto Yápige 42,
te guíen, oh nave que me debes a Virgilio43
a ti confiado, para que de la tierra ática
—te lo suplico— incólume me lo traigas
y protejas al que es la mitad de mi alma.
Madera de roble y una triple coraza de bronce
...pulvis et umbra sumus rodeaban el pecho de aquél que confió, el primero,
una frágil barca al cruel Océano
y no tuvo miedo del Ábrego 44 en su violenta
lucha contra los Aquilones,
ni de las funestas Híadas 45, ni de la cólera del Noto,
máximo soberano del Adriático
cuando quiere encrespar o amansar las olas.
¿Qué cercana muerte hubo de temer
el que vió con ojos secos los monstruos marinos,
el que vió el mar turbulento y
los funestos escollos de Acroceraunia 46?
En vano separó una deidad
previsora las tierras del insociable Océano
si, de todas formas, las irrespetuosas
naves atraviesan mares que no debieran ser transitados.
Temerario para arrostrarlo todo,
36
Bajo su forma de Hécate, divinidad de la magia y los hechizos.
37
Hijo de Teseo que murió por instigación de su madrastra Fedra, despechada porque rechazó su
amor incestuoso.
38
Mitológico rey de Atenas que mató al Minotauro; bajó con Pirítoo al Infierno, pero sólo él pudo
ser rescatado de allí por Heracles.
39
Venus.
40
Cástor y Pólux, protectores de la navegación, pues con su apelación de Dioscuros («hijos de
Zeus») eran llamados los fuegos de San Telmo de dos puntas, considerados por los marinos como de buen
augurio. Su hermana Helena es la que ocasionó la guerra de Troya.
41
Eolo.
42
Viento del NO, ideal para ir de Bari a Grecia.
43
Publio Virgilio Marón (70-19 a.C.), el más insigne poeta en lengua latina.
44
El Ábrego es el viento del SE; el Aquilón, del NE; el Noto, del S.
45
Estrellas de la constelación de Tauro cuyo orto y ocaso coinciden con la temporada de las lluvias.
46
Acantilados de la costa del Épiro.
el género humano se pierde por sus sacrílegas
/desobediencias.
Así, el audaz hijo de Japeto47
proporcionó el fuego a los hombres mediante
/perverso
engaño,
y, después que de la etérea mansión el
/fuego
fue sustraído, la penuria y un nuevo cúmulo de
/males ...finibus Atticis / reddas incolumem precor
se abatieron sobre la tierra,
y la ley fatal, antes lenta, de una lejana
muerte apresuró el paso;
Dédalo conoció la vacía atmósfera
con alas no concedidas al hombre;
y en sus trabajos Hércules irrumpió en el Aqueronte.
Nada es demasiado difícil para los mortales;
el mismo cielo ambicionamos neciamente y no
permitimos por nuestros crímenes
que Júpiter deponga sus iracundos rayos.
(I,3)
«Carpe diem»
Tú no indagues —pues es sacrílego saberlo— qué fin me han otorgado
los dioses y cuál a ti, Leucónoe 48, ni consultes los horóscopos
babilonios.¡Qué mejor que hacer frente a lo que haya de ser!
Tanto si Júpiter nos ha otorgado muchos inviernos o es el último
el que ahora debilita, contra los escollos que se le oponen, al mar
Tirreno, sé inteligente, filtra los vinos y para tan breve intérvalo
no alimentes una larga esperanza. Mientras hablamos, habrá huido la edad
envidiable, así que aprovecha el día sin confíar lo más mínimo en el porvenir.
(I,11)
Tu ne quaesiris...
47
Prometeo.
48
Significaría algo así como «ingenua», ya que parece estar compuesto por el adjetivo griego
8gL6`H (leukós),"blanco", y una forma relacionada con el verbo <@XT (noéÇ), «pensar».
Resignación frente a la muerte
¿Qué recato o moderación ha de haber en la añoranza
de persona tan querida? Inspírame cantos
lúgubres, Melpomene, a quien el Padre concedió
una melodiosa voz con la cítara.
¿Es verdad, pues, que a Quintilio lo oprime
el sueño eterno? ¿Cuándo el Pudor y la inquebrantable Lealtad,
hermana de la Justicia, y la Verdad desnuda
encontrarán a otro parecido a él?
Ha muerto digno de ser llorado por muchos hombres buenos,
pero ninguno con más merecimientos que tú, Virgilio.
Tú, en vano —¡ay!— piadoso, les reclamas a los dioses
a Quintilio, que no con esta idea les encomendaste.
Pues, ¿qué? Si con más dulzura que el tracio Orfeo
pulsaras la lira, a la que los propios árboles prestaban oídos,
¿acaso volvería la sangre a su inane sombra
una vez que con la espantosa varita
e insensible a los ruegos para escapar de su destino
la haya empujado Mercurio hacia la tenebrosa grey?
Es duro, pero la resignación hace más soportable
lo que nos está prohibido enmendar.
(I,24)
La llegada de la primavera
¿Ves cómo el Soracte 49 se alza blanco por la espesa
nieve, cómo ya no soportan su peso
los agobiados bosques y cómo con el agudo
hielo se han detenido los ríos?
49
Monte situado a unos 40 Km. al norte de Roma.
sirve ese vino de cuatro años,
Taliarco 50, de la jarra sabina,
y confía el resto a los dioses, pues nada más
calmar ellos a los vientos que pugnan con el tempestuoso
mar, ya ni los cipreses
ni los viejos olmos se agitan.
Qué vaya a suceder mañana evita preguntártelo, y,
cada uno de los días que te otorgue el Destino, apúntatelo
como una ganancia y no desprecies, muchacho,
los dulces amores ni las danzas
mientras de tu lozanía se mantiene alejada la penosa
canicie. Ahora el Campo de Marte y sus plazas públicas
y los suaves susurros al anochecer
has de buscar a la hora adecuada;
ahora también las risitas que, placenteras para el oído, delatan
desde un rincón apartado a la muchacha que allí se esconde,
y la prenda arrancada de su brazo
o de su dedo con poca resistencia.
(I,9)
Diálogo de enamorados
«Mientras yo te gustaba
y a ningún otro preferías para que con sus brazos
rodease tu blanco cuello,
me ufanaba más dichoso que el rey de Persia»
«Mientras más por otra
no te inflamaste y Lidia precedía a Cloe,
yo, esa Lidia de tan gran renombre,
me ufanaba más famosa que la romana Ilia 51»
«Ahora me subyuga la tracia Cloe,
conocedora de suaves melodías y experta en la cítara,
por la que no temería morir
si los hados permitieran sobrevivir a mi amada»
«A mí me consume con correspondido fuego
Calais, el hijo de Órnito de Turio,
por el que dos veces sufriría la muerte
si los hados permitieran sobrevivir a mi amado»
«¿Y qué pasa si regresa la Venus de antaño
y con broncíneo yugo junta a los que se separaron,
si me desembarazo de la rubia Cloe
y se me abre la puerta de la rechazada Lidia?»
«Aunque él es más hermoso que un astro
y tú más voluble que el corcho y más inmoderado
que el borrascoso Adriático,
50
«Rey del banquete».
51
Sobrenombre de Rea Silvia, la madre de Rómulo y Remo.
contigo anhelaría vivir, contigo moriría de buen grado»
(III,9)
52
O Ábrego, viento del SO.
53
Lugar de procedencia de la madera empleada en la construcción de naves, pero también de
Eneas, antepasado mítico de los Julio, a cuya familia pertenecía Augusto.
54
Por el mármol blanco que producían.
55
Quinto Delio era un personaje inconstante que en la contienda civil tras el asesinato de César pasó
con frecuencia de uno a otro bando.
56
Vino famosísimo y muy apreciado en la Antigüedad.
y las flores demasiado efímeras del agradable rosal
mientras tu posición, tu edad y los aciagos hilos
de las tres hermanas 57 lo permitan,
ya que abandonarás las tierras que adquiriste,y tu casa
y la villa que baña el rojizo Tíber también
las abandonarás,y un heredero se apoderará de las riquezas
que acumulaste a montones.
Que tú, rico y del antiguo linaje de Ínaco58
o pobre y de ínfima condición, demores tu estancia
bajo el cielo, poco importa:
víctima serás del Orco 59, que de nada se compadece,
57
Las Parcas o Moiras, que tejen el destino de cada mortal.
58
Río de Argos y fundador de la más antigua genealogía heroica de Grecia, con descendientes como
Perseo y Hércules.
59
Otro nombre para designar al Hades o Infierno.
60
En la nave de Caronte, el barquero de los Infiernos.
61
«Tierra del Ocaso», donde se pone el sol; aquí se refiere a Italia en relación a las tierras de los
par-tos, que nombrará a continuación.
62
Jefes partos que derrotaron a Craso el 53 a.C. en Carras,y a M.Antonio el 36 a.C.
presa de las discordias, el dacio 63 y el etíope 64,
temido éste por su escuadra, mejor
aquél en disparar flechas.
Unas generaciones fértiles sólo en crímenes empezaron
por manchar el matrimonio, su linaje y su hogar:
de tal fuente brotó el desastre
desbordado contra la patria y su gente.
Así,se complace en aprender las danzas jonias
la joven casadera, se forma en las artes
cuanto antes y planea amores
deshonestos desde su más tierna infancia;
en seguida se busca unos amantes más jóvenes
entre los que beben con su marido, y no escoge
a quién dar los placeres prohibidos
furtivamente, tras retirar las antorchas,
sino que, tras ser solicitada y no sin la complicidad de su marido,
se levanta a la vista de todos, tanto si la llama un mercader
como el capitán de un navío hispano,
compradores a buen precio de sus deshonestos favores.
No fue una juventud nacida de semejantes padres
la que tiñó de sangre púnica los mares
e hizo caer a Pirro 65 y al gran
Antíoco 66 y al cruel Aníbal,
sino la descendencia varonil de unos soldados
rústicos, educada para cavar los surcos
con azadas sabélicas y para, al arbitrio
de una severa madre, acarrear la
/leña
que había talado cuando el sol cambiaba de posición
la sombra de los montes y liberaba de sus yugos donec templa refece-
a los rendidos bueyes, trayéndoles ris / aedisque...
unas agradables horas al marcharse con su carro.
¿Qué es lo que no ha hecho degenerar el dañino paso del tiempo?
La generación de nuestros padres —peor que la de nuestros abuelos— nos
procreó a nosotros más corruptos y a punto de alumbrar
una progenie todavía más viciosa.
(III,6)
Melancolía
Ay, Póstumo, Póstumo,fugaces
se deslizan los años y no pondrá freno tu piedad
a las arrugas ni a la inminente vejez
63
Tribus dacias cruzaron el Danubio, pero fueron rechazadas.
64
Por egipcio. Haría referencia al ejército de Cleopatra y Marco Antonio, derrotado en la batalla
na-val de Accio (31 a.C.).
65
Caudillo epirota que invadió Italia y fue derrotado por Roma el 275 a.C.
66
Rey de Siria que dió asilo a Aníbal.
ni a la indoblegable muerte,
ni siquiera si cada día que pase,
amigo, aplaques con trescientos toros
al inconmovible Plutón 67,que al tres veces ancho
Gerión 68 y a Ticio 69 retiene
con la funesta corriente por la que inevitablemente todos
los que nos alimentamos de los dones de la tierra
habremos de navegar, seamos reyes
o miserables colonos.
En vano nos libraremos del sangriento Marte
y del quebrado oleaje del ronco Adriático,
en vano cada otoño nos protegeremos
del Austro, nocivo para la salud,
pues tendremos que ver al negro Cocito 70 discurriendo
con lánguido fluir y al infame linaje
de Dánao 71 y, condenado a un eterno
tormento, a Sísifo 72, el hijo de Eolo;
habrá que abandonar el mundo, la casa y la amada
esposa, y de estos árboles que cuidas,
excepto el odioso ciprés, ninguno
te seguirá a ti, dueño efímero;
y un heredero más apropiado terminará con los Cécubos73
...praeter invisas
que tienes guardados bajo cien llaves y teñirá
cupressos
el pavimento con un vino soberbio,
más apto para las cenas de los
pontífices.
(II,14)
La «aurea mediocritas»
Con más prudencia te comportarás,Licinio,no
aventurándote siempre hacia alta mar ni,por temer
cautamente las tempestades,ciñéndote en exceso
a un litoral no fiable.
Quienquiera que la aúrea moderación
escoja,a su amparo desconoce la sordidez
de un techo ruinoso y,en su sobriedad,la envidia
que causaría un palacio,
pues más a menudo azotan los vientos al pino
más alto y con peores consecuencias caen
las torres elevadas y hieren los rayos
67
Dios de los Infiernos.
68
Gigante de tres cuerpos unidos por la cintura al que mató Hércules en Iberia.
69
Gigante que había intentado violar a Latona, la madre de Apolo y Artemisa.
70
Río del Hades.
71
Las hijas de Dánao asesinaron a sus maridos en su misma noche de bodas.
72
Condenado por haberse burlado varias veces de la Muerte.
73
Vinos de una ciudad del Lacio con el mismo nombre, y también muy reputados.
las cumbres de los montes.
Conque en la adversidad espera y en la felicidad teme
un cambio de la suerte el espíritu bien
preparado,ya que,si bien Júpiter nos trae cada año
espantosos inviernos,él mismo
los aleja;y,si ahora nos va mal,no será también
así en el futuro,pues a veces despierta Apolo
con su cítara a la silenciosa Musa y no siempre
tiende el arco.
Así que en las dificultades muéstrate decidido
y fuerte,e,igualmente,repliega
con sensatez unas velas hinchadas por un viento
excesivamente favorable.
(II,10)
A Augusto
Cuando me disponía a relatar batallas y pueblos
conquistados, Febo me reprendió con su lira
para que no desplegara unas velas diminutas
en el mar Tirreno. Tu siglo, César,
ha devuelto las mieses fecundas a los campos
y ha restituido a nuestro Júpiter las enseñas
arrancadas a las arrogantes puertas
de los partos; libre de guerras,
ha clausurado el templo de Jano Quirino 74; a la licencia,
desviada del buen camino, le ha puesto
freno; ha erradicado el delito
y ha reinstaurado las antiguas costumbres
que acrecentaron el nombre del Lacio y la fuerza
y la gloria de Italia y que extendieron
la majestad de su imperio desde donde nace
el sol hasta su lecho en Hesperia.
Mientras César nos cuide al Estado,ni la discordia
74
Este templo estaba abierto en épocas de guerra y se cerraba en tiempos de paz.
civil o la violencia desterrarán nuestro sosiego,
ni la ira, que forja las espadas
y enemista a las desgraciadas ciudades;
no quienes beben del profundo Danubio
infringirán los edictos julios, no los getas 75,
no los seres 76 y los pérfidos persas,
no los nacidos a orillas del río Tanais 77.
75
Pueblo de Tracia.
76
Pueblo de la India oriental, o, incluso, los chinos.
77
Río de Escitia; hoy se le conoce como Don.
78
Diosa que preside los funerales.
79
Río de los alrededores de Venusia,ciudad natal de Horacio.
y por donde Dauno 80, escaso de agua, reinó
sobre agrestes pueblos, que yo, partiendo de la nada,
fui el primero en trasladar el verso eolio81
a los ritmos itálicos. Así que hazte cargo de mi orgullo,
nacido de mis méritos, y cíñeme benevolente
los cabellos, Melpomene, con el laurel délfico 82.
(III,30)
80
Rey de Apulia, región en la que se hallaba Venusia, y padre de Turno, el rival de Eneas en Italia.
81
De Safo y Alceo, poetas eolios.
82
En Delfos tenía un santuario Apolo, dios protector de la poesía y la música.