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RAPUNSEL Y EL PRINCIPE

Hace más de un siglo en un gran castillo habitaba una joven y hermosa doncella con su padre y
su madrastra. Como el rey era muy anciano decidió que dejaría el reino a su hija cuando esta contrajera
matrimonio, así podría retirarse a descansar.

La madrastra que no quería dejar el poder decidió llevar a cabo un plan con su consejero,
encerrarían a la princesa en la torre más alta, así no podría conocer a ningún caballero y no tendría
oportunidad de casarse, entonces ellos seguirían gobernando.

Rapunsel, que así se llamaba la princesa, fue engañada a la torre y una vez allí la dejaron
encerrada haciéndole creer a su padre que había partido en un largo viaje.

El tiempo pasaba y la hermosa joven continuaba sola y triste en aquel lugar con la única compañía
de las aves, viendo pasar el día y la noche desde su ventana y peinando su larga y rubia cabellera que
día a día crecía aún más.

Pero quiso la suerte que un apuesto príncipe llegara al palacio y viera un retrato de la hermosa
criatura que inmediatamente lo cautivó. El rey por cortesía lo invitó a recorrer el lugar pero cuando
llegaron a la puerta de la torre la malvada madrastra y el consejero con argucias no les permitieron
entrar. Esto despertó sospechas en el joven que fingió marcharse, pero regresó para ver qué había en
la torre.

Cuando la princesa se asomó como de costumbre por su balcón, el joven estaba allí

¡Que alegría tan grande! ¡Por fin alguien acudía en su auxilio!

¿Cómo podré alcanzarte? ¡Si al menos tuvieras una cuerda para que trepara por ella podría
liberarte! -dijo el joven abatido.

En ese momento la princesa tuvo una gran ocurrencia... Arrojaría su trenza para que el príncipe
suba por ella.

Así el joven pudo llegar a rescatarla y juntos descubrieron los malvados planes de la madrastra y el
consejero ante el rey, que en recompensa dio una gran fiesta en la que los jóvenes anunciaron su
compromiso y colorín colorado este cuento ha terminado. FIN
UN MARCIANITO EN MELODY

En una noche de tormenta, entre truenos y relámpagos, una pequeña nave espacial
descendió en el lejano pueblito de MELODY, que recibía ese nombre porque a todos sus habitantes les
encantaba la música.

Esa noche había una orquesta y se había armado una fiesta con la gente del lugar.

El marcianito, no sabía lo que sucedía y ante tanto barullo decidió esconderse en un granero. Los
animales se despertaron sobresaltados con la presencia del extraño, pero como éste tenía poderes
especiales, se comunicó con ellos para saber qué significaba lo que hacían los humanos.

Entonces los animalitos, con el toque especial del marciano formaron su propia orquesta.

El cerdo tocaba el bajo, la vaca la guitarra y la cabra el violín, las ovejas miraban y murmuraban...

la música sonaba tan linda, que la gente comenzó a rodear el granero con curiosidad y asombro

El marcianito comprendió enseguida la alegría que la música proporcionaba a quienes la escuchaban,


por eso decidió llevarse a un grupo de músicos con él, para que todos en su planeta disfrutaran de ese
placer.

Los músicos se espantaron con esa idea, pero enseguida resolvieron el problema:

Le dieron al marcianito un compact disk y todos quedaron contentos. FIN

VAMOS A LEER
DIVIERTETE
EL PEQUEÑO DINOSAURIO

El pequeño Dinosaurio salió por primera vez solo, sin darse cuenta se alejó demasiado siguiendo a un
ave. ¡Todo le llamaba la atención!

El sol comenzó a bajar, entonces preocupado trató de buscar al resto de la manada.

Escuchó unos ruidos y se dirigió al lugar de donde provenían, pero cuando se asomó entre las rocas vio
a dos dragones peleando, trató de acomodarse para ver mejor, entonces:

¡Uno de los dragones lo escuchó y se dio vuelta lanzándole una bocanada de fuego!

Dino se asustó mucho y salió huyendo, su corazón latía muy fuerte mientras corría, hasta que
encontró refugio entre unos árboles y vencido por el cansancio se quedó dormido mirando la luna.

Al amanecer los rayitos del sol lo despertaron, y su asombro fue muy grande al ver por
primera vez una mariposa multicolor volando de flor en flor.

Trató de seguirla pero se le perdió entre la vegetación, fue cuando... ¡Un monito
saltó desde una rama y lo espantó!

Tanto susto y corrida le dieron sed, con tristeza vio como una lagrimita rodaba desde sus
ojos y caía en el agua del lago, cuando se inclinó a beber.

Pero... ¡Qué alegría! Cuando volvió a mirar, en el agua se reflejaba el rostro de su mamá que se acercó
a beber a su lado.

Por algún tiempo, el pequeño Dinosaurio no se volvería a alejar del grupo, pero luego como todos los
cachorros que crecen, saldría con más fuerzas y más ganas a conocer el mundo. FIN

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