Titulo original: INTIMATE BEHAVIOUR Traduccién de JOSE M. M. PARICIO Portada de A. MUNTANOLA © 1971, Desmond Morris tc 1974, PLAZA & JANES, 5. A., Editores Virgen de Guadalupe, 21-33 Esplugas de Llobregat (Barcelona) Printed in Spain Impreso cn Espafa Depésite Legal: B. 6629-1974 ISBN; 84-01-44103-X GRAFICAS GUABA, 5, A, = Virgen de Guadalupe, 33 Esplugas de Lilebregat (Barcelona)INTRODUCCION Intimidad significa unién, vy quiero dejar bien claro, desde el principio, que empleo esta palabra en su sentido literal. Por consiguiente, de acuerdo con este sentido, la intimidad se produce cuando dos individuos establecen contacto corporal. La naturaleza de este contacto, ya sea un apreton de manos o un coito, una palmada en la es- palda o un cachete, una manicura o una operacién quirir- gica, constituye cl objeto de este libro. Cuando dos per- sonas se tocan fisicamente, algo especial se produce, y es este algo lo que he querido estudiar. Para ello, he seguido el métoda del zodlogo experto en etologia, es decir, en la observacién y el andlisis del com- portamiento animal. En este caso, me he limitado al es- tudio del animal humano, imponiéndome la tarea de ob- servar lo que hace la gente: no lo que dice o lo que dice que hace, sine lo que hace en realidad. El métedo es bastante sencillo —simplemente, mirar—, pero la tarea no es tan facil como parece. Esto se debe a que, a pesar de ia autodiscipliaa, hay palabras que se em- peflan en entremeterse e ideas preconcebidas que se cru- zan reiteradamente en el camino. Es dificil, para el hom- bre adulto, observar un fragmento de comportamiento hu- mano como si lo viese por primera vez; pero esto es lo que debe intentar el ctdlogo, si quiere arrojar una nueva luz sobre cl tema. Desde luego, cuanto mas conocido y vulgar es el comportamiento, mas se agrava el problema; ademas, cuanto mas intimo es el comportamiento, tanto mas se Ilena de carga emocional, no sélo para sus actores, sino también para el observador. Tal vez es ésta la razon de que, a pesar de su impor- tancia ¢ interés, se hayan efectuado tan pocos estudios sobre las int ades humanas corrientes. Es mucho mas eémodo estudiar algo tan ajcno a la intervencién huma- na como, por ejemplo, la costumbre del panda gigan-8 Desmond Morris te de marcar el territorio por el olor, o la del acuchi verde de enterrar la comida, que examinar cientifica y objeti- vamente algo tan «conocido» como el abrazo humane, el beso de una madre o la caricia del amante. Pero, en un medio social cada dia mds apretado ¢ impersonal, impor- ta muchisimo reconsiderar el valor de las relaciones per- sonales intimas, antes de vernos impulsades a formular la olvidada pregunta: «¢Qué le ha pasado al amor?» Con frecuencia, los bidlogos se muestran reacios a emplear la palabra «amor», como si ésta no reflejase mas que una especie de romanticisme culluralmente inspirado, Pero el amor es un hecho biolégico, Los gaces emocionales, sub- jetivos y la anguslia que le son inherentes, pueden ser profundos y misteriasos y dificiles de explicar cientifica- mente: pero los signos externos del amor —los actos del amor— son perfectamente observables, y no hay ninguna razon para no estudiarlos como otro tipo cualquiera de comportamiento. A veces se ha dicho que explicar el amor es destruirlo, pero esto es totalmente incierto. Segan como se mira, ¢s incluso un insultg al amor, al presumir que, como una cara vieja y maquillada, no puede resistir el cscrutinio bajo una luz brillante. Y es que en el vigoruso proceso de formacion de fuertes lazos afectivos entre los individuos no hay nada ilusorio, Es algo que compartimos con mi- llares de otras especies animales: en nuestras relaciones paterne-filiales, en nuestras relaciones sexuales ¥ cn mues- tras amistades mas intimas. Nuestros encuentros intimes incluyen elementos verba- jes, visuales ¢ incluso olfatorios, pero, por encima de todo, el amor significa tacto y contacto corporal. Con frecuen- cia hablamos de cémo hablamos, y a menudo tratamos de ver cémo vemos; pero, por alguna razdn, raras veces tocamos cl tema de como tocamos. Quizds el acto es lan fundamental —alguicn lo Ilamo madre de los sentidos— que tendemos a darlo por cosa sabida. Por desgracia, y casi sin advertirlo, nos hemos vuello progresivamente me- nos tdctiles, mas y mds distantes, y Ja falta de contacto fisico ha ido acompafiada de un alejamiento emocional. Es como si el hombre educado moderno se hubiese pues- to una armadura emocional y, con su mano de tereiopelo en un guante de hierro, empezase a sentirse atrapado y aislado de los sentimientos de sus mds proéximos compa- heros. Es hora de mirar mas de cerca esta situacién. Al ha- cerlo, procuraré reservarme mis opiniones y describir el comportamiento humano con la Gptica objetiva del zodlo- go. Confio en que tos hechos hablardan por si solos, y que lo haran con bastante elocuencia para que el lector se forme sus propias conclusiones,