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Una hipótesis inicial, apunta a que las principales enfermedades infecciosas de las zonas
templadas, parecen haberse originado en el viejo mundo (África, Asia y Europa); al
parecer de enfermedades infecciosas provenientes de animales domésticos de estos
continentes. Debido a esto, un objetivo de este artículo es reevaluar esa conclusión, a la
luz de estudios realizados en la década pasada. Otro objetivo es extender el análisis a las
enfermedades tropicales. Mostraremos que estas también se originaron principalmente
en el viejo mundo, pero por distintas razones y muchas no provenientes de animales
domésticos. Estos resultados, proporcionan un marco para direccionar la solución a
preguntas no resueltas aún, relacionadas con la evolución de las enfermedades
infecciosas; Preguntas, que no solo son de gran valor para los médicos, sino también
para todos nosotros, victimas potenciales, así como de gran interés para los
historiadores y biólogos evolucionistas. Los historiadores reconocen que las
enfermedades infecciosas han tenido un gran efecto sobre el curso de la historia; por
ejemplo, en la conquista Europea de los habitantes de las islas del pacífico y de los
nativos Americanos, la imposibilidad de los Europeos para conquistar los trópicos del
viejo mundo por muchos años, el fracaso de Napoleón para invadir Rusia y el intento
fallido de Francia para terminar la construcción del canal de Panamá. Los biólogos
evolucionistas piensan que las enfermedades infecciosas como una causa de morbilidad
y mortalidad humana, han ejercido una importante fuerza selectiva en nuestro genoma.
Iniciamos definiendo cinco estados en la transformación evolutiva de un patógeno
animal en un patógeno especializado del humano y considerando por que muchos
patógenos fracasan en hacer la transición de un estado al otro. Luego, revisamos una
base de datos de quince enfermedades de climas templados y diez enfermedades
tropicales de alto impacto evolutivo o histórico y comparamos sus características y
orígenes. Nuestra sección de conclusión plantea algunas preguntas aún no resueltas y
sugiere dos prioridades para investigación. Restringimos nuestra discusión a patógenos
unicelulares. Excluimos los macro parásitos (en el sentido de la referencia 7) así como a
los comensales benignos que causan enfermedad solo en huéspedes debilitados. La
extensa información suplementaria, provee detalles y referencias de las veinticinco
enfermedades, refuerza nuestras conclusiones, habla sobre factores que afectan la
transición entre los estados de la enfermedad, y se refiere a las prácticas modernas que
alteran el nivel de riesgo para la emergencia de nuevas enfermedades.
Etapas evolutivas
El recuadro 1 delimita 5 etapas transicionales (Fig. 1) a través de las cuales un patógeno
que infecte exclusivamente animales (Etapa 1) puede llegar a ser transformado en un
agente patógeno exclusivamente de humanos (Etapa 5). La tabla suplementaria S1
asigna a cada una de las 25 principales enfermedades discutidas (Nota suplementaria
S1) una de estas 5 etapas.
Recuadro 1 Cinco estadios que conducen a enfermedades humanas endémicas
Delineamos cinco estadios en la transformación de un patógeno animal en un patógeno
especializado de humanos (Fig 1). La progresión de los microbios del estadio 1 al
estadio 5 no es inevitable: en cada estadio, los microorganismos pueden permanecer
atascados y los agentes de la mitad aproximadamente de las 25 enfermedades
importantes seleccionadas para el análisis (Tabla suplementaria S1) no han llegado al
estadio 5.
Estadio3: Patógeno de animales que puede sufrir solo unos pocos ciclos de transmisión
secundaria entre humanos, debido a que los brotes ocasionales en humanos iniciados
por infección primaria, pronto desaparecen. Ejemplos: virus Ebola, Marbug y
monkeypox.
Estadio 4: Una enfermedad que existe en animales y tiene un ciclo natural (selvático)
par infectar humanos mediante transmisión primaria del huésped animal, pero también
realiza largas secuencias de transmisión secundaria entre humanos sin involucrar al
huésped animal. Arbitrariamente, dividimos el estadio 4 en tres sub estadios,
diferenciados por la importancia relativa de la infección primaria y secundaria.
Estadio 4 a: Ciclo selvático más importante que propagación humano-humano.
Ejemplos: enfermedad de Chagas, y (mas frecuente transmisión secundaria cercana a
estado 4b) fiebre amarilla.
Estadio 4b: La transmisión selvática y directa son importantes. Ejemplo: dengue en
áreas boscosas del oeste de África y sureste de Asia.
Estadio 4c: La mayor propagación es entre humanos. Ejemplos: Influenza A, cólera, tifo
y enfermedad del sueño del oeste de África.
La literatura discute en gran parte las condiciones requeridas para que una etapa 5
epidémica persista (2,7). En pocas palabras, si la enfermedad infecta solamente
humanos y carece de un reservorio animal o ambiental, cada humano infectado que se
introduzca a una gran población de individuos susceptibles, debe en promedio, dar lugar
durante su etapa infectiva, al menos a una infección en un individuo. La persistencia
depende de que factores como la duración de la infectividad del huésped, la tasa de
infección del nuevo huésped, la tasa de desarrollo de inmunidad protectora del huésped
y la densidad, tamaño y estructura de la población, permitan la persistencia regional del
patógeno a pesar de las extinciones locales temporales.
Poco entendidas están dos de las transiciones críticas entre etapas, discutidas en el
recuadro 2. Una es la transición de la etapa 1 a la etapa 2; cuando un patógeno que
inicialmente está confinado a animales, infecta por primera vez a humanos. El otro es la
transición desde la etapa 2 a etapa 3 y 4 (Ver también nota suplementaria S2), cuando
un patógeno de origen animal que es, transmisible a seres humanos desarrolla la
capacidad de sostener muchos ciclos de transmisión humano a humano, en lugar de
unos pocos ciclos antes de que el brote desaparezca (como se ve en los modernos brotes
de Ebola).
Una mayor proporción de enfermedades son transmitidas por insectos vectores en los
trópicos (8/10) en comparación a zonas templadas (2/15) (p< 0,005, grados de libertad,
d.f. =1). Esta diferencia puede ser, en parte relacionada a la disminución o pausas de la
actividad de los insectos en regiones templadas.
Una alta proporción (p< 0,009) de las enfermedades produce inmunidad a largo plazo
(11/15) en las zonas templadas, mas que en las zonas tropicales (2/10).
Los reservorios animales son mas frecuentes (p< 0,005) en los trópicos (8/10) que en las
zonas templadas (3/15). La diferencia está en la dirección inversa (p=0,1, NS, no
significativa) para los reservorios ambientales (1/10 versus 6/15), pero estos reservorios,
no son de mayor significado, excepto para el suelo, que mantiene las esporas del
Clostridium tetani.
Figura 1: Ilustración de los cinco estados a través de los cuales los patógenos de
animales evolucionaron para causar enfermedades exclusivas a humanos. (Ver el cuadro
1 para más detalles). Los cuatro agentes descritos han alcanzado diferentes estados en
los procesos, comenzando con la rabia (aun adquirida solo desde los animales) hasta el
HIV – 1 (ahora adquirido solo desde humanos)