LA MALA EDUCACIÓN

Suena curioso pero la visión que tiene la mayoría de los funcionarios de gobierno
respecto de la educación en Chile es relajada, se va por buen camino, un optimismo
bastante parecido a la estupidez la verdad. Estas ultimas semanas en donde una
generación de secundarios combativos vive el proceso de la PSU, conviene revisar las
razones de este galopante optimismo.
Pues comprendo de cierta manera la visión optimista respecto de los asuntos, pero una
cosa es el optimismo como un elemento instigador del cambio y el otro es el optimismo
como elemento normalizador casi silenciador.
Me explico.
Hace más de un año se vivió en el sistema educacional una de las peores crisis, producto
del paro estudiantil, una movilización que invitaba a la ciudadanía y al gobierno a
repensar la educación como un derecho. El gobierno, los apoderados y ciudadanos de la
fértil provincia desoyeron, lo único que deseaban era que estos cabros chicos volvieran
a clases a estudiar, “para eso es que están” admitieron por donde se les viera.

La salida al conflicto se logró mediante la creación de una mesa de trabajo entre las
partes involucradas, es decir una comisión. Esto me recuerda una frase de Napoleón
(uno de los estetas históricos del modelo estatal moderno), quien decía: “Cuando quiero
que algo no se resuelva convoco a una Comisión”. Mucha razón tenía pues por lo visto
en números la brecha entre estudiantes de colegios privados y municipalizados sigue
aumentando, a pesar de esta reforma de segunda mano que se ha implementado, a pesar
de las nuevas técnicas de evaluación de ingreso a la Universidad, a pesar de todo, si se
continua con esta segmentación educacional nunca se logrará una equivalencia de
oportunidades, nunca tendremos seres felices en sus puestos de trabajo.

La UNESCO hace solo unas semanas comprobó, en un estudio mundial sobre educación
que en nuestro país las diferencias existentes entre los grupos privatizados y los
municipalizados es tremenda, además de efectuar una dura crítica por el poco número
de profesores por estudiantes y a su vez la diferencia existente en la paridad de los
géneros. Todas estas vallas parecen ser saltadas por el gobierno a través de su eterna
frase “hemos crecido mucho”, las autoridades no saben decir otra cosa, se lo pasan en
inauguraciones de edificios para instaurar una idea de progreso, mientras tanto lo único
que tenemos son un montón de semi-analfabetas en modernas salas. Estos
inauguradores incansables sólo desean apiñar alumnos en los salones, eligen las
cacareadas cifras de alfabetización para la aprobación de créditos, para la aprobación de
tratados. Toda una estructura que basa la educación de manera utilitaria a nivel macro
para lograr inversiones, prestamos y así seguir aumentando el horror de no saber

¿Quién era Napoleón?

O
¿Qué mierda está pasando aquí?

La educación, entiéndalo de una vez, es un carruaje sin fronteras donde todos estamos
involucrados, en todas partes (hasta los políticos diciendo barbaridades en la TV
retrasan lo aprendido por los chicos en sus juegos). La Educación es el mayor problema
que puede presentársenos como humanos y creo que el gobierno lo está solucionando de
una manera bastante fácil, al menos de la manera que más le conviene.