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Espar, X.
1) INTRODUCCIÓN.
El entrenamiento en balonmano, como en el deporte en general, es el proceso por el cual buscamos que
los jugadores consigan aumentar su rendimiento y algunas veces alcanzar su máximo potencial. Esta
aspiración de conseguir unos óptimos resultados en las competiciones sólo está asegurada cuando todos
los factores que intervienen en el rendimiento competitivo se encuentran optimizados a un alto nivel para
que actúen sinérgicamente en el momento de la competición.
Los responsables de dirigir este proceso somos los entrenadores, o grupo de entrenadores si es el caso.
El primer paso al diseñar el proceso de entrenamiento consiste en realizar un profundo y exhaustivo análisis
del balonmano, con el objetivo de descubrir el mayor número de distinciones y matices que nos permitan
una atención selectiva hacia lo que debe ser ense ñado, entrenado o corregido.
Posteriormente, debemos analizar "cómo son los jugadores" y "porque mejoran cuando entrenan", cuáles
son los mecanismos específicos que les permiten progresar y ponerse en forma.
Sólo después de estas reflexiones podremos establecer pautas metodológicas exactas para conseguir su
máximo rendimiento.
Con el fin de poder sobre-estimular los diferentes aspectos que afectan a la consecución del éxito
deportivo, los entrenadores, al estudiar nuestro deporte, agrupamos los enfoques de esos distintos
aspectos que proporcionan las diferentes ciencias (Fisiología, Biomecánica, Pedagogía, Psicología,
Motricidad, etc.) en cinco grandes grupos para los que hay diseñadas metodolog ías espec íficas de trabajo.
En cada una de estas agrupaciones ubicamos los elementos que queremos enseñar o entrenar. Todos
conocemos las metodologías específicas para hacer evolucionar selectivamente los niveles de estos
factores; esta forma de trabajo debe ser una de las preferentes en la formación de los jugadores y de los
equipos.
Pero, para obtener el máximo rendimiento del jugador y del equipo, deberíamos crear la capacidad de
resolver los problemas específicos que se le plantean durante la competición, entrenando mediante
situaciones lo más parecidas al hecho competitivo. Esto es, solicitando que efectúen sus acciones, con la
intervención de los diferentes factores mezclados entre ellos y de manera simultánea.
Esta metodología específica, que nos permite acercarnos al rendimiento máximo a través de una
simulación lo más parecida a la competición posible, es lo que denominamos "Entrenamiento Integrado".
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3) OBJETIVOS Y APLICACIONES DEL ENTRENAMIENTO INTEGRADO.
Como hemos apuntado, el principal objetivo del entrenamiento integrado es acercar las condiciones de la
competición a la práctica de los entrenamientos. Esta estructuración del trabajo es la que más en forma
pone a los jugadores.
Además hay otros objetivos, secundarios si se quiere, entre los que señalamos las posibilidades de:
dar variedad al trabajo físico, y
fijar aprendizajes técnicos en condiciones de fatiga.
Para conseguir este primer objetivo, entrenar en condiciones próximas a la competición, hay que ser
realmente precisos. Aunque parezca que en ésta todo aparece mezclado, con el paso del tiempo y de la
reflexión hemos ido descubriendo que existen relaciones preferenciales y que "no se puede integrar todo"; o
mejor dicho, que la integración del entrenamiento debería seguir algunas pautas que permitan extraer de
este concepto el máximo provecho.
Fuerza y t écnica.
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4.3. Resistencia y sistemas de juego.
La especificidad de los estímulos que soporta un jugador de balonmano, hace que el sistema idóneo de
entrenamiento de la resistencia sea el sistema continuo variable. Así, y como ejemplo, para el
entrenamiento de la resistencia anaeróbica describimos la siguiente forma de entrenamiento.
Tabla 1: Ejemplo de diseño integrado para el trabajo de la Capacidad Anaeróbica Láctica: tiempo total del
entrenamiento: 21 minutos; trabajo en bloques de 1 minuto a intensidad sub -máxima y 2 minutos (de
recuperaci ón) a intensidad media.
Como vemos en el ejemplo de la Tabla 1, la clave al realizar el trabajo de resistencia consiste en hacer
aparecer los contenidos "integrados" en el substrato energético que aparecen durante la competición. En el
caso del ejemplo (como tarea de resistencia), las tareas deben ser predominantemente de
desplazamientos.
La tarea que se coloque en el tiempo de intensidad media, basta que tenga el desplazamiento o el pase (en
grupos numerosos de jugadores) como contenido principal. El problema suele presentarse al "integrar"
contenidos en las tareas de alta intensidad; un exceso de carga técnica o cognitiva puede hacer decaer el
nivel de exigencia de la tarea. Si la perspectiva principal de la tarea (por cuestiones de diseño del
microciclo) es táctica no hay demasiado problema, pero si por el contrario, el objetivo es físico, habría que
colocar el "sprint" como tarea de alta intensidad, integrando el trabajo solamente en la tarea de intensidad
media.
Como hemos visto, el entrenamiento integrado es una herramienta que posee el entrenador para proponer
tareas. No es un fin en sí mismo, sino que sirve para poner en forma a los jugadores cuando lo
necesitemos.
Por tanto, el mejor uso que podemos hacer del entrenamiento integrado aparece cuando necesitamos
compilar el microciclo de entrenamiento. El bloque básico de planificación en balonmano es el microciclo
(¡no la sesi ón!); en el transcurso de una semana tenemos tiempo suficiente para prestar atención a todos
los contenidos necesarios para preparar la siguiente competición con garantías, mientras que esta amplia
perspectiva suele perderse cuando preparamos la semana sesión a sesión.
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Un ejemplo de diseño estándar de semana, para un equipo que entrena tres veces a la semana, podría ser
el siguiente (Tabla 2):
El sistema de ataque (lleno de matices que son necesarios recordar) debería estar colocado
"cognitivamente" cerca del día de la competición, por ello es aconsejable ponerlo el viernes.
El entrenamiento del sistema defensivo puede ir el miércoles ya que ese debe ser el día de mayor
intensidad de la semana y además es un contenido que puede integrarse fácilmente con el
entrenamiento de la resistencia, por tanto, ésta puede aparecer en el día central a última hora
(especialmente si se ha jugado el domingo), dejando la velocidad para el viernes.
El resto de los contenidos necesarios para ir mejorando o puliendo los aspectos individuales y
grupales pueden colocarse en los espacios que quedan.
Una vez distribuidos los contenidos, podemos decidir cuales son los contenidos que nos interesa trabajar
integradamente y cuales no.
Cuando queramos subrayar la orientación física, hemos de prestar atención a que se cumplan los
requerimientos físicos, bajando si es necesario las exigencias técnico-tácticas y/o la cantidad o
calidad de la oposición.
Cuando busquemos primar la faceta técnico-táctica, el contenido físico actuará como complemento,
y si es preciso detener el ejercicio no debe preocuparnos demasiado, ya que los objetivos son otros.
Sin embargo, las relaciones preferenciales que hemos expuesto deberían mantenerse, sobre todo en
lo referido a los tiempos de intervención y tipo de tareas más adecuadas para la integración óptima
del entrenamiento.
6) CONCLUSIONES.
Sirve para poner en forma a los jugadores y al equipo, pero no debemos olvidar el nivel basal de los
jugadores que aumenta más cuando las diferentes preparaciones son estimuladas, en primer lugar, de
manera selectiva. Un paso posterior con entrenamiento integrado permitirá al jugador poder usar esa
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mejora de forma correcta e idónea en la competici ón.
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