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I'RESENTACION

lil lunes 4 de noviembre de 181L,la apacible vida cotidiana de


!i,ur Salvador fue alterada por una muchedumbre que llegó a
grltar improperios al intendente Antonio Gutiérrez, para
rlmrpués derrocarlo y sustituirlo por un nuevo gobierno.
A partir de aquel día quedó interrumpida la vida colonial
Irrrlinaria de Centroamérica. Como de la nada, aparecieron
frtt'ciones, partidos, clubes y rivalidades regionales de los que
¡ul¡rmente los muy enterados tenían noticias anteriores. La
lrl¡¡is del sistema colonial, ya presente en otras regiones del
urtr tinente, llegaba a Centroamérica.
l,a gente que recorrió las calles de San Salvador ese lunes, y
quc al día siguiente depuso al gobierno, había sido empujada
¡lrr los insistentes rumores que aseguraban que varios sacerdotes
n r¡ rriderados subversivos serían detmidos. El malestar despertado
pr aquellas noücias se juntó al que ya existía debido a la penuria
eruttómica que padecía toda América Cenbal.
Con el tiempo habría de hacerse evidente la importancia de
er¡ttcl acontecimiento, pues se convirüó en el primero de los
tttuvimientos políücos que darían lugar a la formación del
l{st¡rdo de El Salvador. Aunque en su momento todavía no
Ittvr¡ indiscuübles perfiles nacionales, fue la primera acción
r¡ttc involucró a los principales centros urbanos de lo que
rlenpu{s sería la República. Esa acción política estaba
lslncionada con los conflictos que sacudían a Europa, con la
rrlslu de la corona española, con la lucha continental por la
hrtlependencia americana y con la situación conflictiva dél
I pln() centroamericano.

13
, lor- sucesos políticos de 1gL1 son incomprensibles sin rlt,rrocados. Como fuente principal de esta úlüma parte se
ubicarlos en ese contexto; por ejemplo,las invoáciones
que se rrtilizaron los juicios que las autoridades coloniales siguieron
hicieron al rey Fernando iuando se estaba constituyenáá-".,
ln contra de quienes participaron en la acción de 18L1 y que se
gobierno autónomo en San Salvador, parecerían simples
r'ncuentran recogidos en los Procesos por infidencia contra los
manifestaciones conservadoras en medio áel estallido pop
u, I t'óceres salaadoreños del clásico Diccionario histórico enciclopédico
si no se las vincula a las proclamas similares que sé rricrun
,h,c{on Miguel Angel García.
coüdianamente en España y en América.
[n el último capítulo (IX) están las conclusiones respecto a
Los acontecimientos de 1g11 son el tema de Los primeros
fnH causas y naturaleza del movimiento, así como a los
patriotas. La obra es el resultado parcial de una investigación
general hecha con el propósito de estudiar los princ"ipales I'rotagonistas y a los objetivos que persiguieron, con-
It ontándolas con las interpretaciones que se han formulado en
movimientos político-sociales de la historia de El sálvadór.
objetivo de esa investigación ha sido la sistematización de las
¡l ItrrPor¡¿¡¡ss estudios que se han ocupado del tema.
I,os primeros patriotas está concebido como la parte inicial de
características fundamentales de esos movimientos, así como
tttr csfuerzo dirigido a esbozar una propuesta sobre la
la determinación del papel que han desempeñá¿o A rrrrlrrraleza, las características y los objetivos que determinaron
desarrollo políüco del país. "" lrrs fenómenos políticos que se han convertido en fun-
Iaos-prímeros patri.otas corresponde al estudio del primer
rlnnlentales para configurar lo que ahora conocemos como la
periodo de la historia de El salvador, el de la formaci'ón del
lrñ I ria.
Estado, y trata de.ofrecer el panorama general en el que
se l,a investigación se hizo con el apoyo del programa de
inscribió el movimiento de 1gr.1, lo cual permité una It+'r',rs de la Confederación Universitaria Centroamericana
aproximación a las condiciones en que se góstó la Inde- (t'SUCA), con sede en Costa Rica, del Centro de Estudios
pendencia políüca de América Cenhal y, mas páticularmente,
I'r,ntroamericanos de Relaciones Internacionales (CECARI),
a las características del proceso patriótico salvadoreño.
rlr, México, del Programa Regional de Investigación sobre El
La obra ha sido diseñada pensando en satisfacer la h'rlv¡rdor (PREIS) y de Tendencias, a quienes expreso mi
curiosidad y en despertar el interés de los jóvenes que, por ,rolrrndo agradecimiento, especialmente a Breny Cuenca, así
f
primera vez, deben estudiar el proceso de Independéncia en
r lnro a los que me ayudaron y alentaron comprensivamente
El salvador. Con esa idea, en los primeros capítulos se presenta
un resumen de la situación general que se vivía en Espana y en ¡,u'¡r publicar este libro. Ellos no tienen responsabilidad en
illlf¡ r,rrores o imprecisiones; tampoco en mis simpatías.
América y más adelante, en la segunda partÉ, de lae
características sobresalientes de Centroamérica; por tanto,
quienes conocen el tema pueden ahorrarse la lectuia de esag
pá¡¡inas.
, A partir del capítulo v, se detalla la evolución porítica que
vlvló snn salvador en noviembre de l.gl.L, desde el estallido
Inlclal. hnsta que llegaron los nuevos gobernantes nombrado¡
pttr el cnpitán General para sustit.rir a los funcionariol

L4 15
PRIMERA PARTE:
tOS AÑOS FINATES DE tA COLONIA

' l 'i''

'.r i, ni
rl' i¿s ,
r. r.A cRIsIs DE LA MONARQUTA

lil ¡ño de 1808 fue terrible para la monarquía española. El país


ue invadido por tropas francesas, mientras la figura def rey
f
('nrlos IV estaba envuelta en el desprestigio debido a la
culrrlrdinación a Manuel Godoy, quien era su primer ministro,
r,l favorito de la reina y el político más repudiado por el
I'rrt'blo. Aquel mismo año también fue de orgullo y heroísmo
¡ro¡rular, pues los españoles emprendieron una gesta nacional
rk, rcsistencia a la ocupación francesa.
lil siglo XIX había iniciado con nuevos desafíos para todos
hrr ¡;obiernos europeos. La monarquía española hibía hecho,
pn todo el siglo anterior, esfuerzos por renovarse y enfrentar
fru rctos, pero la empresa había quedado inconclusa, dejándola
vrrlrrerable frente a la poderosa Inglaterray alaFrancía joven
y rt,volucionaria.

I,n¡ reformas borbónicas

lhr la segunda mitad del siglo XVIII, el rey Carlos III, que
grrf rt,rnó de 7759 a 1788, se propuso modernizar a España y
t'rrlrlrmar las relaciones con América. Puso en marcha un
Itt'occso que pretendía restaurar la debilitada posición de
lisP,tña en América y en Europa, mediante un conjunto de
Itt¡,tlidas que buscaban el desarrollo económico interno y una
f ilrr yor centralización político administrativa.
lil propósito de las reformas de los Borbones, según dice
llrrrothy E. Anna, era el establecimiento de un "nuevo
Ihr¡x,rialismo", o sea la realización de una "segunda conquista
rle Arnérica".l En la España de buena parte del siglo XVIII, el
rlpst,o de renovar todo, país y gobiemo, había sido obsesión de
Irtlrrirtros, de economistas y de empresarios. "Sus métodos
IttlrrciPales tendían a depender de la ampliación de las
far'trltncles del Estado: la centralización administrativa, la

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racionalización fiscal y la recuperación de la economía iban de llrrningo, Cuba, Puerto Rico, Trinidad y Margarita, así como
la mano", señala Brian Hamnétt.2 prrlrc éstos y España. En 1774, fue autorizado el intercambio
Las reformas transformaron por completo las relaciones pr¡lrc Nueva España, Guatemala, Nueva Granada y Perú. En
entre la metrópoli y América. La primer medida que sacudió a l7tl6, Ios americanos quedaron autorizados para comerciar en
los territorios americanos fue la éxpulsión de la óompañía de elrrlr¡rrcaciones propias con los puertos españoles. Las
Jesús, ordenada en 1767. El extráñamiento de los jesuitas r'onccsiones llegaron tarde; un mes después, España entró en
apuntaba a la consolidación del poder real, erosionándo el gulrra contra Inglaterra y las rutas navales quedaron bajo el
poder religioso, que tenía en la Compañía a uno de sus mejores r'ntrlrol casi absoluto de la segunda. Los conflictos europeos
representantes. La medida tuvo que ser ejecutada con uio de Inurlificaron la intensidad, las formas y las rutas tradicionales
la fuerza militar. En México, las protestás fueron aplacadas rh'l intercambio'comercial con América y, como señala Arcila
represivamente, como demuestra la cantidad de sentencias Frrllirs, los que "rrtayor provecho sacaron de la grave situación
que fueron pronunciadas: 85 personas colgadas, 73 azotad,as, eqlrr¡f\el¿ y de sus liberalidades forzosas fueron los navegantes
117 desterradas y 674 condenadas a prisión. "El nuevo estado y trtt.rcaderes de Estados IJnidos". Según Arcila, Estados
borbónico nació como moriría mái tarde, en medio de la lllritlos se apoderó de "casi todo el comercio extranjero en los
violencia y del derramamiento de sangre,,, señala al respecto rfrlrrinios de España". Durante el primer semestre de 1799
Brading.3 attllr,rron a Veracruz "30 naves extranjeras, de las cuales 25
La ampliación de las libertades comerciales entre ra ef rttt norteamericanas, 2 francesas, L dinamarquesa y 2
metrópoli y América fue una de las medidas más espectaculares il¡'lll lllas".5
que impulsó Carlos III, y que se concretaba en lalpertura de lil gobierno metropolitano también se propuso aumentar
los puertos españoles al comercio americano, consérvando ra faa rt'caudaciones que lograba en América f, con ese fin,
prohibición de comerciar con extranjeros. Eduardo Arcila Farías nlrrlificó el sistema impositivo. Varios impuestos comenzaron
señala que el "sistema de libre comercio,, no era tal cosa, y que a q+.r't'obrados directamente por funcionarios nombrados para
lo que en realidad abarcaba era: ,,primero. Libertaa u ias rlill. r'r.rrrrplieran esa atribución, anulando los encargos y
provincias americanas para ejercer el comercio recíproco. sin i rlrr't'siones establecidos anteriormente por la Corona a favor
embargo, esta libertad no fue al comienzo ni completa, nl rh, ¡rt'rsonds o gremios/ como el de comerciantes. Además,
geler.al, pues algunas vastas e importantes regiones quedaron f lr't'nn cstablecidos monopolios reales en la producción y venta
excluidas de su goce hasta fines del siglo; además, no toda
clase de frutos y géneros de comercio podían entrar en el 'L'l lrrb¡lco, los juegos de cartas y la pólvora. La pretensión de
'tu(l.rr más ingresos, implicó que la Corona acabara con los
ifir
llamado 'régimen de comercio libre'. Segunáo. Franquicia a todon . llrros indirectos que efecfuaban personas comisionadas que
kls puertos habilitados de España para el cometcio de Indias, ,rlrl1,¡¡i,¡¡1 un porcentaje de los fondos logrados. La reorientación
lcvantándose así el monopolio de sevilla y Cádiz.Tercero, libertacl qlÍlt'ma fiscal fue completada con la reestructuración de la
'lt,l
n krs cspañoles americanos para navegar desde los puertos de lar frr¡¡¡¡¡ 1fs gobierno. EnL786, fue establecido el sistema de las
l¡tr,lia¡¡ Occidentales a los puertos
habilitados de h Fenínsula,,.{ irrlr,rrrlt.ncias/ con el cual los gobiernos provincianos, como el
l¿ liberalización comercial comenzó a partir de octubre de , iltil'HJroñdiente a San Salvador, serían encabezados por
l7fi,5, nl nutorizarse el comercio entre loi puertos de Sanhl tlrrr ior'¡¿lrios nombrados en Madrid. Iunto a los intendentes

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llegaron a América otros funcionarios menores que
integraban l,as reformas produjeron algunos de los resultados que
los nuevos equipos burocráticos y centraliruaq.lr.uffi.ru
ru I'trscaban; se registró un incremento del intercambio comercial
sumó la- emigración de nuevos comerciantes que arriüaban
aprovechando las condiciones recientemente establecidas ,rrrr América, de tal manera que entre L782y 1796,'el valor
en anual de las
el comercio colonial. I'tomedio exportaciones fue 400% más elevado
La reforma político administrativa se dirigió a reforzar rlrf . cn 1778" .10 Sin embargo, en otros aspectos las previsiones
ra n,trrrltaron fallidas, como fue el caso de la agricultura y la
presencia de la corona en América. Tal objótivo
sóro podía Inrlrrstria nacional española, que fuvieron cambios notables
lograrse mediante el debilitamiento de los póderes tocatás;
asi
lo entendieron los gobernantes penins.rluru, q". i;;1"_ ¡l,r'{) que no alcanzaron un nivel sostenido y suficiente de
mentaron un conjunto de medidas que produjeron,
Lr,o 'rrrrsolidación. La "revolución en el gobierno sin duda fue
"o-o
de sus efectos más notables, el despiurá-ierrÍo de los f
rrutluctiva", dice D. Brading, ya que, solamente de la Nueva
criollos lia¡r¡¡¡¿ (México) la Corona obtenía 14 millones de pesos
de los.centros de poder colonial. Mark A. Burkhola*
y ó. S. állt,rles, que le permitían cubrir los gastos de otras zonas y
Chandler' han documentado admirablemente el procáso de
incorporación y desplazamiento crioilo de las audiencias ih'flllzar utilidades por 6 millones de pesos.lr
americanas. lil siglo XVm Pierre Vilar- fue para España "un
grrrn siglo colonial", -diceen el que se produjo una "pequeña
Los criollos, aprovech¿ándose der sistema de venta de
car- rrvolución industrial", aunque insuficiente para alcanzar los
gos que hacía la corona, habían copado aquellos tribunales.
Entre 1'687 y 1712, setenta y siete ae los 15b nombramientos rrlrfr,livos de restauración imperial y de reinserción española
para ocupar cargos en las audiencias, recayeron en americanos.z elr r.l vigoroso capitalismo europeo. "En la práctica, esas
Sin embargo, a partir de lTS0,,,la pieára fundamental del ttrprlitlas fracasaron ante la extensión de la reforma a realizar.
gobierno español fue el ,poder,, -la ,autori d.ad,', el res_ |zn l7tl7, había aún en España diecisiete ciudades, dos mil
tablecimiento y expansión de la autoridad real en menoscabo lt'¡r'it.ntas cincuenta y ocho villas y ocho mil ochocientos
de los derechos adquiridos por las sociedades coloniales, rffer'krcho pueblos sometidos a la jurisdicción de los señores;
atrincheradas en sus privilegios desde mucho tiempo atrás,',i lr¡r¡ r'itrdades, cuatrocientas dos villas y mil doscientos ochenta
Los criollos fueron desplazados de las audiencias l, t tpl krs sometidos al'patrocinio eclesiástico' de las órdenes".
12
y
r

se
encontraron con que su poder se reducía todavía más cón la 1,,1 "revolución en el gobierno", como llama D. Brading al

implantación de las intendencias, las que invariablementg f


,rrxt.no de las reformas, fue rentable para el sistema borbónico,
fueron encomendadas a los peninsulareJ. Entre 1751, y lg0g, l,*¡ro rrl costo de agrietar irremediablemente todo el edificio
r lkrrinl. Dejó una América llena de conflictos latentes que, tal
s.lamente fueron designados 62 criollos (23 por cientoj de u¡l
trtal de 266 nombramientos de ministror puü hs audiéncias,t lurn ocurrió, estallarían en la primera oportunidad que se
L¡r Corona consiguió teforzar su presenciápohtica y aumentat irri'qr.nt¿lra. Los grupos de propietarios criollos estaban
¡u¡r bcneficios económicos, pero ló hizo al cósto de áesarticul¡¡ iearrrrlitlos por el costo material de la reforma; los intelectuales,
laa nlinnzas en que basabJsu dominio en América. En unol l,rt r.l (lcsplazamiento administrativo que habían sufrido; los
cuánton nños más, los resentimientos que había dejado F¡tnrlr'('iantes, por ciertas medidas de defensa dictadas a favor
tler¡rlaannric.to criollo serían recordados con vehemeicia.
{ rlc lns pnrductores; los religiosos, por la pérdida de privilegios,
r
l' h r¡ nrlcsanos, jornaleros e indígenas porque seguían sumidoe

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23
en la miseria. La Corona quedaba así
débil y desprotegida, rrrxiciones del gobierno porque representaba una última
gran parte del apoyo que los grupos
P:td:r.
brindaban en las provinciis.- '
de poder ¡lrriiLrilidad para que continuaran las medidas reformistas,
a lr¡rvés de alguien que no estaba comprometido con
ttltt¡iuna de las facciones, ni con la reformista ni con los
Los conflictos europeos
llnrlicionalistas. "El ascenso de Godoy, así pues, surgía
rf p r¡n contexto: representaba una clara decisión del rey y
En la última década del siglo XVIII, las
alianzas políticas de rlr, lrr reina de dejar fuera a los tradicionalistas en primer
gobiernos europeos sufrieion modificaciones
y dislocamien In¡1nr, y en segundo lugar la necesidad de gobernar con
como resultado de la revolución francesa.
El gobierno r la t'ooperación inmediata o institucionalizada de la más
de Carlos IV se vio enfrentado u ur, dilema:
acuerpar el alln rtobleza. Godoy era el hombre sin partido, que trataba
conservador anüfrancT q": se gestaba
E;;ü^b; *le r'onservar el terreno intermedioz.14 1s
implicaba fortalecer. a Gran Bretaña, ""
su gran adversaria en U,n 1796, mediante un tratado, España selló su alianza con
comercio con América, o bien mantener
gobierno revolucionario de parís, aunque
vínculos con ll¡nttcia y, de esa forma, optó por el enfrentamiento con
eso significara t htgl,rterra. España decidió desplazarse hacia el bloque francés,
especie de traición a los vínculos famiiiares
existentes des hu¡r'¡rndo contrapesar el poder británico, que había sido
de siglo entre los monarcas borbones
lT:tqt::
países.l3 En un primer periodo de
d"-i";; +erlplinido como el peligro principal para sus dominios
su reinado, Carlos IV enlruri¿rles. La consiguiente guerra con Gran Bretaña fue casi
ta
::_::::1ll-"r- .atianza con los franceses que había fo rtfllcsastre para la economía española, ya que en el combate
y que involucró a España;;;
!3rlo¡ llt ñ;; (r;;:;; dc linn Vicente perdió su flota, lo que permitió que, a partir de
l?3..9^"::::_Gran
la
Bretaña. Éerotas alianz"as r"
guerra entre ambos vecinos se hizo i"*lt"uü;ri*;
_;pi;;; ahtf l tlc 1797, se estableciera el bloqueo británico sobre Cádiz,
el ¡rrlrrcipal puerto comercial con América. Como consecuencia,
contra los deseos de la corte española, Luis
XVI f"u l,¡""" t ¡t ntr llretaña aumentó su presencia en los puertos americanos,
en París y fue proclamada la repriblica.
vltlrtr,r¿tndo los vínculos iberoamericanos. Madrid mismo fuvo
Los conflictos extemos de España se enredaron
mantenían las facciones políiicas internas.
con los ltte nrf mitir su debilidad al autorizar, en noviembre deI797, el
Floridablanca, que represeniaba la continuación
El conde erlntercicl con los países neutrales. "Esta concesión marcó el
de la refor
ilustrada del gobiernó de Carlos III, f;; sustituido ¡r ltrr'lpio del fin de los esfuerzos de los Borbones de transformar
en el r a Fa¡rrrtla en la metrópoli económica efectiva del imperio de
por et.conde de Aranda, que era
Í:..1¡lf: lcretafg
flexible. A Irérlca ", estima Hamnett.16

"l -ry: opiniones


tanto Floridablanca
sobre la revoluciO. fru.,""ru. n
como Aranda fracasaron en sus planes
lun gastos de guerra y la pérdida del flujo comercial con
Attrérlca agravaron la situación fiscal española. Según señala
concertar un pacto exitoso con Francia. Fue
qre f f aurrrt.tt, en1796,los gastos del gobiemo eran de L 070 millones
produjo el ascenso de Manuel Godoy, miembro ""to..L,
¿e U due¡ de rpnlt.s, en tanto que las entradas llegaban a los 730 millones
Armada y quien llegó a ser más conocido po,
relaciones con la ,"]^: gle por sus dotes
,", ds n,nles.rz En tal caso, el gobierno corría el riesgo de la
"-rf".üal
de estadista. Sln dervnkrrización de los "vales reales", que eran los documentos
embargo, a juicio de B. R. Hamnett, Godoy alcanzó
las pJ**¡
_{itrt Fr! t.mitían para respaldar los préstamos que obtenían las

24
25
arcas de la Corona. A partir de septiembre de 179g, lr'nlrtblecer los vínculos con América. Por otra parte, los
el
adoptó la política de apropiars" du los bienes ecl nrr,rcados americanos eran uno de los factores que más influía
pala v_elderlos y obtener ingresos que respaldaran a los ,,val ;rrr fir guerra comercial francobritánica. La paz restringió el
reales". La continuación delas rros-tinaaaes europeas
ob[gá r runcrcio de la Gran Bretaña en Europa, ya que tenía vedado el
una mayor extensión de esta política; fue así despuéi Irrprr'¿rdo francés. Además, Francia podía alcanzar una buena
reiniciarse la guerra con Gran Bretaña en 1g04,"o-ó,en dióiernr comercial en América. "Como las mercancías
Iruelción
del mismo año se extendió la apropiación a América. E r nhr¡riales eran uno de los objetos esenciales del tráfico, era
política tensó las relaciones entre la iglesia y la Corona y, Italrrr¿rl que Francia recuperara las Antillas que la pazlehabía
América, desbarató el sistema de créáitos. ia consoli rfr'fdtlr)", señala al respecto G. Lefebvre.20 "Más inquietante
estableció la apropiación de ros fondos de la Iglesia y, también,
lrnrn los ingleses era la perspectiva de ver a los franceses
el cumplimiento de todas las hipotecas constituidas a su fuvor, erlnlrlccerse de nuevo en la Luisiana, desde donde podrían
Dado que en América la Iglesia era una de las más importan rl¡llrinar el comercio de contrabando con la América
fuentes de crédito, era cosa normal que los agricultor Fr¡r6¡.r¡uz.'1 A fin de cuentas, la guerra militar y económica
constituyeran hipotecas a su favor para garantizar los quc llbraban Inglaterra y Francia era la de dos imperialismos,
préstamos que recibían para levantar r.tr cosu"Áus. La política etrlrr. krs que quedaba aprefujada una España en crisis. España,
de desamortización de la Corona le dio vuelta por completo rl usar las palabras de Lovett, estaba cogida "irreme-
a Fat
esas formas de crédito y obligó al cumplimiento fo.zoso r.rnente entre la espada francesa y la pared británica".22
de df nlrf
varios compromisos que dejaron arruinaáos a un gran número Af rompersela paz de Amiens, la nueva fase de la guerra
de propietarios. Como señala T. E. Anna, ,,el Decreto de Eutulx.¡r condujo a otro periodo de suspensión de los vÍnculos
Consolidaciónfue como una amargapíldora que los americano8 erillrpn'iales tradicionalmente eústentes entre España y América.
se fuvieron que tomar. La oposición a él resulta patente
en lag I o¡ rr¡lucrzos españoles por conservar la neuhalidad en la guera
peticiones o actos de los consejos municipales de las ciudade¡
F¡i r I In ron vanos y costosos. En 1 803, Francia aceptó la neutralidad
importantes o de los gobiernos virreinal^es,,.18 Doris M. Ladd Ef ,nnola pero imponiéndole a cambio el pago mensual de seis
anota que en México, el obispo "Abad y eueipo estimaba qut
etlllu¡rt,s de francos. Aun cuando España cumplió con su
entre 10 *il y 12 mil haciendas y ranchoi del virreinato *llgnci(rn no pudo mantenerse al margen de los combates, debido
pertenecían a particulares. De éstos,la mitad podría conseryar a r¡tru lue atacada militarmente por Gran Bretaña.
su tierra (...) La otra mitad, es decir, unos cinco o seis rnll f u¡r términos de la paz y las condiciones de la guerra
hacendados y rancheros tendrían que vender sus tierras,,.leL! ggirlf lr'irron nuevos desastres para España: el2'J, de ocfubre de
entrada en vigor de la consolidación en América coincidió con lHtft, Hritn parte de su flota quedó aniquilada en Trafalgar, perdió
la ola de desprestigio que ya cargaba sobre sí la casa reinanF Eltutrt'rcio con América y quedó subordinada a la políüca de
cnpañola y, como Ladd ha hecho notar, se convirtió en la queft &st¡tlrnrtc. La precaria situación de la Corona en América quedó
prlncipal de los propietarios en los albores de la Independench,
l¡faatttntfn en las cifras del comercio: "paru L807 rruás del97% del
Ln concertación de la paz entre Gran Bretaña y Érancia,
ln ¡r*tpn'kl de exportación de Veracruz había pasado a manos
Amlens, cl 25 de marzo de r.802, dio un respiro a ia atribuladl i-lll!nlt,ñ".7
C'ronn cspañola. Sin embargo, fue demasiado corto prn Ftt rx'tubre de 1807, Francia y España suscribieron el Tratado

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27
de Fontainebleau, por medio del cual las lar ¡xrsibilidades de someter definiüvamente a España. En el
tropas
quedaron autorizadas para transitar
1

por el territorio t'r wrrmiento de Napoleón, España era una pieza funáamental
¡ en
Napoleón tenía en la ñra a portugaf
;;; ,ilJiil" íi
de Inglaterra; de acuerdo al Tratajo,'lu's
lq lrrt'ha corrtr-a Inglaterra. Representabala posibilidad de la
' r'f itución de un poderío naval que fuera iapa, de desafiar
rf
t opus francesas
marcharan hacia portugal transitaán el rk nninio británico. Pero esas perspectivas exigian un gobierno
por-nspaña y
reforzadas con efectivoá ae este país. f rr¡'r k' y estable, que los Borbones españoles
A cambio, Na no podíañ ofrecer
prometió a Godoy una parte del teiritorio ,lelrkkr a sus crisis. Además, todávía estabán frescas las
po.rugíer;t;; r clrrirlndes de Godoy que, en 1806, trató
fl-*^t*1", q:: errnieto de Carlos rV^. Lur;.;;";;, de acuerpar una
Napoleón no ocurtaban ra subordinu.io"
au rffií"," p"rio, ''¡rllt'ir1n antifrancesa, junto a portugal, prusia, Rusia e
de Carlos IV había queáado ,o*uu¿á l.glnterra. Así pues, Napoleón se deJidió a actuar; entre
:Y"f"_1,_:1e"!i"rir
los designios de Bonaparte. La alianza que
España ha 'f f,l'rrrbre de 1807 y mayo de 1.808, más de 100 mil hombres
,lel plrlrcito francés entraron en el territorio español. En
marzo,
HtI^:,:3:l^.-1",il:..rá,yseconvirtióenunprocesograd
de sometimiento a los intereses frunceses. lJar,,le(rn exigió el traspaso de las provincias norteñas
üiT;,;"f;;
la que se produjo en las rropas napoleónicas: f:e|rrÍtr¡ y la concesión de privilegios en el comercio con
de
ti::]91!_"
aliadas pasaron á ser invasorás. {nrérit'¿r. El ultimátum de Bonaparte puso en movimiento a
las fdr'ciones de la corte: Godoy concentró tropas en Aranjuez
Los pleitos de una familia r rre't)¿lró el traslado de la familia real hácia Andalucía;
l'errrrrrtlo, por su lado, no sin razóry veía en aquello una
La crisis de la monarquía era tan irremediable ''rrb|l.r'¿lción para perpetuar su desplazamiento yLnular las
que
consumía a la- propia familia real. La .trinidad ¡*ullrllidades de consolidar sus relaciones con Bonaparte.
,"'rru"ui;;
formaban Carlos rv, la reina y Godoy | :*lry, e.n efecto, planteó el desplazamiento
i"r"*""i"*"1n de la familiá para
"."1"i" alefat st' r-le las posiciones de fuerza de Napoleón. pero Fernándo
::lT:'f :TTl""Fernando.Esteseú;;;;;rp;;;;il;
su padre, tratando de ganarse a Bonaparte.
El 1L déoctubie rl:'r itlió a acfuar y puso en movimiento a sus partidarios.
'1.807, =e
le escribió a Napoleór, propo.,iérrdose en ma f'el,s r'necesitaron de mucho para agitar a la póbhción en
, rltl I d. t lc' Godoy, de manera
que consiguieron sus propósitos
:il:Tru^"lil1llu,.-r1_ru"|dad,Fernandoprocurab""o.,rugut,
*"Ooleón para desplazar a ," p"ár" y p.r*,pJñ3"t, ' ll rplrrtiva facilidad. Los fernandistal difundieroi
:tjTT.O"
a Godoy. "it,r-o,y
=r,f¡p ¡,¡ traslado de la familia real, ordenado por Godoy,
Cuando Carlos fV seenteró del mensaje enviado .r,n¡lHrricron movilizar a la población.
por Fernandq
decidió respaldar a Godoy y ordenó el apresamienü
auf p.fr,ápl ln rrtrche del 17 de marzo de 180g, una multitud atacó
!'f i**rr, la casa de Godoy y exigió después la abdicación de
heredero. Con esas decisiónes, Carlos rüaumentó
er despresti$o
dc s.u. reinado y el odio que se concentraba ,"ur" t arl,s lV. Dos días más tarde, Carlos IV abdicó en favor de su
éti-"y. in
cnmbio, Femando logró capitalizar el rencor
que existía conha h irii' l¡c'r'rrundo vII. Fernando fue recibido en Madrid con un
polftlca del gobiemo y co.,ú" Godoy y se convirtió cfrfrtslrr¡¡no popular que pocas veces se había visto; sin em-
m un símboro
naclurrnl, en.la esperanza de la granÁayoría
de los l,aign, ril concentró su atención en los franceses, esperando
Al tnnkr de aquelras disputaJescandáosas, Naporeot"rp"not"s.- ,e tlrll r.l pronto reconocimiento de Napoleón. De esa^manera,
evaluah

28 29
Bonaparte se encontró tn*u uportunidad favorable par fr'rrrr'ús sobre España no se traduciría en el rompimiento con
So1
sus aspiraciones expansionistaEs. .lrrrririca; Usted "...supone como infalible que la España perderá
titO a Carlos y Fernando a I
ciudad de Bayona y ahí no se ¡alduvo con miramientos. =ils r'()lonias;yyo,al contrario, tengo esperanzas muy fundadas
ministros de Fernando debat{¡eron sobre el traslado de
'h'r'onseryarlas. No crea V. que yo me he dormido. Tengo
monarca, ya que no descartarse que Napol lrllli¡¡cncias en la América española",2ale dijo Napoleón a uno
-podía
aprovechara la ausencia de Fqrrando para- imponLr *lt' krs consejeros de Fernando. Pero Napoleón se equivocó en
condiciones. Todavía en la froq¡¡era se mantenía la indecisi lillu(,se refiere a América. Francia no tendría capacidad para
pero Femando, que consideraba elreconocimiento de Napol rk,alrl¡rzar la lealtad de América hacia la península, ni para
como una garantía indispensa\plepara su gobierno, opió p.
=||lr¡¡¡¡¡ a Inglaterra en el comercio, que para aquel üempo ya
asistir a la cita. El mismo día qlue iernandó ilegó a la^ciuáa tsl.r un socio de primer orden de los americanos.
francesa tuvo conocimiento ,oqu, Nupoleón ésperaba q
renunciara al trono porque habiiía ilispuésto q.re seiía o"r1pá i a gucrra de Independencia
por uno de los miembros d¡ la {¡¿q,r1ia Bonaplrte. Fernanáo
negó a complacer a Napoleón,,,pufo no tuvo capacidad . I ururtkr se supo en España lo que había pasado en Bayona, se
mantenerse en su posición. Adkrrár, Napoleón ónsiguió
EtsnÉt',llizó la resistencia contra los franceses. El dos de mayo
Carlos IV y su mujer lo apoyara¿^en.o.i.u de Fernanldo. rle ltt0U, el pueblo de Madrid se enfrentó como pudo a las
En mayo de L808,la situacióX¡ de la monarquía no podía f irr¡16¡ francesas. Con piedras, cuchillos, agllahirviendo y con
peor/ pues, el día 6, Fernando_drprrotrrió la Coróna a su padre,
i{n rr¡t ilrmas, los madrileños atacaron a los invasores. La noche
la que éste había renunciado degdr un día antes, pu.u sitirfuc, ánlrlt'lor habían llegado a Madrid las noticias sobre lo que
las exigencias presentadas perr Bonaparte. posteriorment ftelrf¡r ocurrido en Bayona. LaJunta que había dejado instalada
Napoleón impuso a su hermarhofosé.o-o rey de España f-eltattdo descartó lá resistencia, páro los grupos patrióticos
I mantuvo cautivos tanto a Carlgs lV como a Fernando VII. t*r f ut.ron de la misma opinión. El pueblo de Mad¡id casi veneraba
crisis de la monarquía llegaba hasta el fondo: el rev Fern a htr rr,rndo y estaba exasperado por la ocupación militar fiancesa;
no tenía capacidad para resis!¡ir a los planes de Napo el állrrro popular no requería de mucho para que se tradujera en
mientras el pueblo español se r lanzaba u lu g,re.ru pu." ¿r!hrn(,|i. El dos de mayo se produjo el combate;los soldados
fender a Su monarca. La nu€va¡ situación cambió las alial fiátr*'¡t.s se encontraron acosados por destacamentos populares
europeas y habría de ser determ¡in¡fite en la suerte que cor ql no tenían armamento, ni disciplina, demostraron un
'frtF
América. Napoleón se equi;1yqcó por compleio en ¿ullu y valor extraordinarios. Sólo el hecho de enfrentarse a
consideraciones. A partir de lq¿ Uebiíidad de ios mon lcc lnrPns que se habían paseado victoriosas por casi toda
creyó que era fácil dominar a 1q6 península; nunca esperó ¡iuulrrr, decía bastante sobre los sentimientos españoles.
las tropas francesas serían combq¿¡¡¿s con ardor y q,r" uqu Fl fr.ft'de las tropas francesas, el duque de Berg, creyó que
condiciones ofrecerían una opo\lttnidad de oro a l,os i rr¡rrrlld cra la oportunidad que esperaba para acabar de una
quienes no las desaprovechutg4. y estuvieron prestos aási¡üt rF+ r'on los opositores. Al final del día, el duque de Berg
con dinero y con tropas a los in¡sqrgentes espaholes. Tambll¡ ,llrlgtrr l¿rs acciones represivas que sofocaron la rebelión. Sin
se equivocó en cuanto a Américqa. ggún Napoleón, el domir{€ enrllr¡'¡r,¡¡, el alzamiento madrileño se convirtió en una

3oo
31
declaración de guerra que fue acuerpada ,"ll¡.rPondería a la Central y sobre el tratamiento mutuo que
con fervor en toda
península' La guerr a de ra rndepenáencia =r, I'r ilrdarían.
." había comenzado
dice Pierre Vilar.2s lil t'jército francés había empujado a la |unta Central hasta
La resistencia
a. las tropas francesas se generalizó iier,tll,r, lo cual no significaba que hubiera conseguido un
comenzaron a establecerse juntas locales ¡lrrllrlrrio indiscutible sobre el territorio español. La guerra en
a" goüu*;q*
j::lfb"l independientes y a"poriturius de la soberan l- rlur, estaban enfrascados los dos ejércitos regulares era
debido a la ausencia del * nnrl)nñada por la de los grupos guerrilleros que florecieron
ffii:l que se integró la junta -oiur.i u furu, del 25 a" rr,ul ,rl lotlos lados. Los franceses tuvieron que hacer frente a esa
a"ó"iáo, hs juntas loc;l* f
convirtieron en las nuevas autoridades. ,,lr'r Fiuerra, que los sorprendió y para la cual no estaban
Cada una de el
ejercía el gobierno de resistencia en l¡rri1tnt'¡rdos. Napoleón no alcanzó a prever que aquella corte
su jurisdicción, pr
ninguna centralizaba el poder. Fue hasta e=¡r¡¡fl1¡l¿, dominada por las intrigas y los pleitos familiares,
zs au ,"p
se formó y comenzó a reunirse la "í .¡r*' lr,rbía sucumbido ante su dominio, se convirüera en el
1ug Junta Supremá
^""*y':l
chocaban con la Ft p:b:: y las activiauáu, de la Junta eelnlrrl¡rrte de una lucha de alcances nacionales. Pero eso fue lo
de sevilrá, que dejó biei craras ,¡u:' nlrrrrió. "El movimiento es profundo; arrastra (...) a todas
sus intenciJ
al autodenominarse-co-o ;S.rprema lae lrl'ovincias y es sensible en todas las clases, aunque el
Junta de Gobiemo
España y de las Indias,,. i**r¡r¡¡l¡1¡ no sea igual en ellas", comenta P. Vilar.27 Nobles,
nombre rimbomban ¡r¡u ¡""tu tánía algo más que , álrlr('$inos, sacerdotes, liberales y bandoleros engrosaron un
victoria a¡*^j(^r^ ^ lt? ::,"t"b.u^"^o"- el prestigi-o dejado por
rrinrnrio española ¡lrf rlio movimiénto de resistencia que, por lo mismo, tuvo
el 20.de ;.iriál
"1.!11Í", y obligajas
francesas fueron derrotadas "i,"ilJ.ir;#;; .nlrrul¡rciones políticas diversas y contradictorias. La tradición
a capitular. Tambi
yentaja de su poderío-econó"mico y de sus tradiciona ¡ hre nlrrtimientos religiosos fueron unos de los componentes
'"."fu lu a-l munáo.americano. rrráa ltrrPortantes. "El combatiente medio lucha contra el francés
]:::*tfTimothy
señala "l Anna, el objetivo Es iidiscutibb ;;;;;; ¿lerr', tJna vez más triunfa el agitador religioso. El guerrillero
sevillano era la ,"".r..,,,i
'?ip*?decirlo con mayor , á r rlrir.rto de imágenes piadosas. Y la virgen del Pilar 'dice
1"1.:::::P 1T.'i"1lo del
el monopolio
:::,lp:l-lt
srgro/ cuanoo el antiguo monopolio
poder que había p";áilJñf;l :¡rF rlu r¡uiere serfrancesa'. Sin embargo, este aliento religioso-
del comeicio americano n4' hrrrrl no es conformismo pasivo".28 También utiliza las
habría transferido a-Cádi2".26 ^En ros inicios
la funta central hafia emergido
a"r ,ig;;ik,
"n"aorfii.,"ni.,
icu¡l,rrci¿rs a Fernando para atacar a la nobleza y a las injusticias
el poder h* alpn,
lnglaterra, que se había conve-rtido "o-o
en el principut upoyo *uL I rrs f trncionarios franceses comprendieron que necesitaban
rial y político de la resistencia, respaldó .le rrrr vnsto esfuerzo político para desintegrar todos los hilos
a la ient al,
la dc.sevilla padeció las consecu""éiur ^i""t a,
áu rus derrotas militarer, ie l:r rt,sistencia. En contra de esos propósitos estaba la
t¡uc la bajaron del pedestal al que la había r,ln,lrlntl de los comandantes militares, que no andaban con
subido gail¿n. pir
f atlo, araízde la rendición ¡¡¡i*atrrit'ntos para exigir a los pueblos las contribuciones
'trrr de Madrid u"tu ñup-oruá",.rr
tir .ú"Tlros de la Centralhuyeron ná"i" s"íiih, fi'¡¡¡¡s¡1¡¡, lil representante francés en las Provincias Vascongadas,
:l.u¡,::?l?
crn l. cunl ros dos gobiernos convergieron Ln el mismo *'ianr l$rr de Amorós, impulsó medidas conbainsurgentes con el
sitio /
He ¡rtrsit,ron de acuerdo sobre lá preeminencia ñn rlc, ¡1rrnurse a la población, pero terminó viendo desolado cómo
qua-lf

32 33
sus esfuerzos eran minados por el comandante
militar Thiébat junta que se había constituido en aquella ciudad.
'r,r, Inrnas la
. L1 península
f
entera eJtaba convertida en un ll rlc febrero Ia Regencia también se había dirigido a los
14
*tlitar y político. Las juntas locales a"";t;
l1ll1l
frorecreron al amparo- de la exaltación
goüiu. .ril!¡,r lt',lnos, diciéndoles que eran "hombres libres", que sus
patriótica. Las=notic .feclftros "ya no dependen ni de los Ministros, ni de los
sobre la resistencia de Madrid se
griio; ii¡eyt,s", sino que "están en vuestras manos". Era una
guerra que se extendierorr por toda "orr.rirti"ro.,
la penínsulu y"r,q,.i" ai" elLtrlt'rá andanada de declaraciones que hasta invitaban a
paso a verdaderos actos heroi.or, los que,á p.oa"¡",
"o*ó
en,Zaragoza. La crisis de la monarquía ¡r*.er,riguiera el ejemplo de elegir gobiernos representativos,
y tu g""r.u á; ,rntu r¡(,había hecho en Cádiz.
Independencia generaron las condiciones para que
todos I lrrq cxhortaciones peninsulares provocaron un remolino
conflictos internos se manifestaran. La lucha entre .'iltlh'o cn toda América. La incertidumbre sobre la suerte de
tradici
nalistas y liberales consumía a la
Junta Central en torno a =ftdnn (lespués de la derrota de Sevilla se combinaba con las
convocatoria¡ara que se reunieran las Cortes. Las agrupaci
políticas debatían entre unas cortes tradicionales
rfrrrr'lrrtivas y resentimientos políticos y económicos
integraran a la nobleza, al clero y al tercer estamentG_ - rmrrl,rclos a lo largo de tres siglos. En poco tiempo quedaría
r,
v lelliuulrndo que el sistema colonial había quedado herido de
convocatoria general. Los conflictos políticos eran
manifestación de otros tantos de naturareza sociar: las
rri*itlr., como resultado de las reformas, la crisis de la
ref y la guerra española de independencia.
borbónicas en España quedaron a medias, los grupos
bu4 'ilrft'u'(luía
sin haberse desarrollado suficientement-e y to, gi,rp
estamentales sin haberse extinguido .Er2g de eíero :;;f¡5
a" ístó,
Junta Central emitió la convoiatoria, adoptando et princip
i ; rrri y I i. Anna, España y la Independencia de América, p. 35.
3" :." diputado representante por cada 5b mil habiiantes',
rl I r

haciéndola extensiva a los territorios americanos. La


€*;rrr lllnnnett,Lapolítiaapañalamunaépocarewlucionmia,lTg0-1820,p.32.
I
J t' ,f llr¡rrling, MinerosycomerciantesenelMéxicoborbónico(1763-1810),p.a9.
Central, sin embargo, casi inmediatamente después del F f r¡errf rr Arcila Farías,ReformaseconómicasdelSigloXVII.l, Ideaseconómicas,
deá
ltrg_-
ql" emprender una marcha apresuraáa hacia ='*f ,,rl V rltinrcn de libre comercio,pp.L2S y ss.
t lerri
fue tomada por los franceses U f a" febrero y, ¡r¡r, 146 y ss.
*"lt?
días después, comenzó el sitio sobre Cádiz. En esta
I | .1 llrrlhhrrlder y D. S. Chandler, De la impotencia a Ia autoridad.
. iÉnr
constituyó una Regencia para sustituir a la "i"aua |lr, 4ti y ss.
Junta Central ri:.1 r ||().
se había desintegrado. *.:.1 ;{¡r¡r¡¡1li¡;e I, p.203.
El traslado aCádiz produjo un incremento del poder e ! lalrnr'lt, ob. cit., p. 23.
los, comerciantes que residían en aquella ciudad +t 4 lllrrrling, ob. cit., p.52.

c¡uienes dorrúnaban el intercambio con Américá. iEn


i, q"" - ,E¡rF
Vllrf r', Ilistoria de España,p.78.
=r
rey rlp lrrnncia, Luis XVI, y el de España eran primos.
ciucl.ad, e1l_ué puerto, en qué ángulo por remoto (...) que iilrrrtrll, oh. cit., pp.43 y ss.
no tiene Cádiz ahí un corresponsal, un pariente o .rr, ámi ¡.'rell l¡rrrrbión estima que Godoy representaba una posibilidad de no
l'.r todo el universo se extienden nuestras relacioneE ,:,tt
l,st llr lo por ninguno de los bandos rivales, buscando al mismo tiempo
. =;.'rar In
comcrcio, de amistad o de sangre,,,30 declaraba en una dg ¡osicirln negociadora de España ante Francia. "Es un hecho el
: .= ll ltr¡n ¡lrtt's de la muerte de Carlos III, el príncipe y la princesa de

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