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Antoine’s Versión 0.

1 Observatorio Tecnológico

“Breaking Out of the Innovation Box”


John D. Wolpert

Partiendo de la observación de los ciclos ascendentes y descendentes que ha seguido la


inversión en innovación durante las últimas décadas, Wolpert señala la necesidad de
incorporar la innovación en el conjunto de procesos de negocio (al igual que la calidad) de
cualquier organización empresarial. Una propuesta que se justifica por la irracionalidad tanto
de la euforia inicial, como del escepticismo final, que han marcado la creación (en épocas de
bonanza económica) y destrucción (cuando toca exprimir los presupuestos) de numerosos
proyectos de innovación en multitud de empresas. En este sentido, podemos decir que se trata
de buscarle un sitio a la innovación en el núcleo del negocio1 , para dotarle así de cierta
“estabilidad” como proceso de negocio.

Cuando se habla de innovación, se hace en un sentido amplio, y a la vez estricto del


término, es decir, no se trata de mejorar productos (servicios) ya existentes, ni de proponer
innovaciones puramente técnicas; se trata de perseguir nuevas oportunidades de negocio y
de afrontar cambios en el núcleo del mismo, adoptando cualquier nueva tecnología que
pueda proporcionarnos las capacidades necesarias. Afrontar el proceso de innovación así
entendida, supone adoptar una actitud abierta que nos permita aprovechar ideas provenientes
de un rango muy amplio de fuentes, tanto internas como externas, a la propia empresa o al
negocio. Este aspecto lleva al autor a exponer una de las mayores deficiencias de los
esfuerzos innovadores que se han documentado en las últimas décadas: el empeño por
encerrar esas iniciativas en el interior de las fronteras organizativas, a fuerza de imponer
una política de secretismo como único camino hacia la ventaja competitiva. No resulta trivial
materializar un proyecto de innovación en unos resultados alineados con las expectativas del
negocio; y es muy habitual que se acaben generando una serie de proyectos “huérfanos”
dentro de las grandes empresas que, en el mejor de los casos, acabarán constituyendo un spin-
off con pocas posibilidades de supervivencia.

Puesto que ninguna organización es impermeable ante la influencia del entorno ni al


resto de actores en escena, el efecto de las relaciones con partners, competidores, instituciones
académicas, aliados, divisiones de capital de inversión que buscan capitalizar ideas externas o
los propios empleados, se verá reflejado en su dinámica interna. Pero ninguna de las
anteriores puede considerarse una fuente fiable para la búsqueda de nuevas ideas. Llegados a
la conclusión de que no hay empresa alguna capaz de perseguir todas las oportunidades
que se le presentan, ni de sacarle todo el partido a las mismas, debemos aceptar que
necesitamos tratar ese elemento innovador como un objeto susceptible de entrar a formar
parte del entramado de relaciones comerciales que se establecen entre los diferentes
organismos empresariales presentes en cualquier ecosistema socioeconómico. Hay que
encontrar formas de que dos o más empresas puedan intercambiar ideas, tecnologías y
capacidades desde las etapas más tempranas de un proyecto, y con la suficiente periodicidad
como para que no se pierdan iniciativas ni oportunidades nuevas debido a las fluctuaciones en
el interés o la capacidad de inversión de una organización individual. Como caso ejemplar se
cita el caso de alphaWorks, de IBM, que en 1996 inauguró un sitio Web a modo de zoco de

1
Peter Drucker en su clásico “The Discipline of Innovation” ya destacaba como una de las características
específicas de la innovación el hecho de que era una actividad que definía el carácter de emprendedor de
cualquier empresa.
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ideas al más puro estilo OpenSource 2 del que los desarrolladores de otras empresas se podían
bajar el código con una licencia temporal de prueba.

La propuesta de Wolpert pasa, en línea con su planteamiento comercial, por la


introducción de intermediarios independientes como facilitadores en el proceso de
intercambio de información sensible entre las diferentes compañías, que interaccionarían
en una especie de red de innovación. Una labor de intermediación similar a la que realizan
los cazatalentos (headhunters) en el reclutamiento de recursos humanos, y que adoptaría una
dinámica parecida a la de los intermediarios financieros 3 . Se pueden perfilar también como
intermediarios las consultoras de negocio y/o estratégicas, aunque su labor entraría en
conflicto con los principios que se supone deben regir la práctica de la consultoría. De la
misma manera se proponen como posibles intermediarios otros actores que se encuentran en
la órbita de los procesos de innovación, como los abogados, los inversores de capital riesgo o
agentes promotores como los organizadores de encuentros de emprendedores o incubadoras.

Wolpert hace al final del artículo una especie de ejercicio de prospectiva que perfila
un escenario bastante interesante como punto de partida de una reflexión más profunda sobre
el tema: una red de intermediarios formada por miembros de esa legión de prejubilados
aficionados al golf y que atesoran una cantidad de conocimiento tácito, tanto tecnológico
como económico y de negocio muy difícil de abarcar. Ejecutivos, científicos e ingenieros que
con la adecuada formación e Internet como medio de comunicación y colaboración, podrían
constituir los agentes ideales para operar una red de intermediación. Evidentemente el
posicionamiento de estas redes es crítico en el desarrollo de su labor. Unas redes cuya
evolución podría llevarlas a incluir en la red, de forma automatizada como un servicio Web,
ciertas funcionalidades relacionadas con el intercambio de información o la explotación de la
misma en busca de oportunidades.

Quizás esté en lo cierto John D. Wolpert, actualmente a cargo de Extreme Blue 4 ,


cuando afirma que “La mayor innovación que verá el mundo de la empresa en los próximos
años, tendrá lugar en el propio proceso de innovación”.

Desde un punto de vista personal, el concepto de red de innovación, como sistema de


intercambio de ideas, operado por una red de agentes independientes, es una idea estimulante
para el desarrollo de nuevos modelos de innovación. Supone una oportunidad a desarrollar
dentro de una supuesta estrategia tecnológica para BBVA; y plantea un reto interesante a la
hora de definir el posicionamiento de los agentes implicados y las relaciones de confianza
correspondientes. ¿Podría BBVA constituir u operar una red de intermediarios como la que
plantea Wolpert, beneficiándose de su posición como socio financiero preferencial en las
iniciativas que se emprendan? ¿Interesa replantear la Innovación Tecnológica dentro de
BBVA como parte integrante del negocio?

2
Iniciativa del Universo hacker de Internet que propugna la libre distribución del código de los desarrollos
software entre la comunidad de usuarios.
3
“Information Markets: What Businesses can Learn from Financial Innovation” de Wilhelm y Downing es una
buena referencia en este sentido, que el propio autor menciona.
4
Una incubadora de ideas que ha fundado IBM en Austin, Texas.
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