Ernst Fischer La necesidad del arte

seleccin.

Es evidente que las personas quieren ser algo ms que ellas mismas, quieren ser Personas Totales. Con el arte, las personas quieren y puede unir su yo limitado a una existencia comunitaria; quieren convertir en social la individualidad. Los testimonios, cada da ms numerosos, muestran que el arte era en sus orgenes una magia, una ayuda para dominar un mundo real pero inexplorado, combinando de forma latente la religin, la ciencia y el arte. Su funcin actual consiste en clarificar las relaciones sociales, en iluminar a las personas en sociedades cada vez ms opacas, en ayudarlas a conocer y modificar la realidad social. En el alba de la humanidad, el arte tena muy poco que ver con la belleza, y nada en absoluto con el deseo esttico; era un instrumento mgico o arma del colectivo en la lucha por la supervivencia. Este vnculo entre arte, ciencia y religin, se fue aflojando lentamente hasta desparecer del todo. Pero incluso despus de esto, el artista sigui siendo un representante o portavoz de la sociedad. No se quera de l que importunase al pblico con sus problemas privados, slo se le juzgaba por su capacidad de reflejar la experiencia comn, los grandes acontecimientos e ideas de su pueblo o de su poca. La complejidad de las sociedades tiende a provocar la ruptura de las relaciones humanas; el enriquecimiento de la sociedad significa en muchos sentidos, el empobrecimiento de las personas. En una sociedad decadente, el arte, si es verdadero debe reflejar su decadencia. Si no quiere perder la fe en su funcin social, el arte debe mostrar el mundo como algo que se puede modificar, y debe contribuir a modificarlo. En este sentido, el arte popular se contrast con todos las dems artes como un fenmeno natural, opuesto a los fenmenos artificiales. Su anonimato se consider como una prueba de su creacin espontnea por una comunidad misteriosa, sin individualidades. El arte popular expresa algo compartido por muchos, y, en ese sentido, refleja las ideas de una comunidad.

Nada es ms decadente, en un mundo descoyuntado, que actuar como si todo estuviese en perfecto orden