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Defensor
del
Pueblo
CARTELES DEL DEFENSOR DEL PUEBLO
IMPRESIÓN: xoxoxoxoxoxo
El Defensor del Pueblo tiene como mandato constitucional de velar por la promoción y
divulgación de los derechos humanos y para avanzar en la construcción de una cultura
de respeto y equidad. A inicios del 2000 implementa un cuerpo de políticas y estrategias
de comunicación que se trabajan desde una lógica integral para potenciar los recursos
y resultados, combinando la acción multimedia masiva, grupal, e interpersonal; lo
audiovisual con lo escrito y lo oral, así como acciones de ida y vuelta, complementarias
y acordes con las realidades locales y regionales, desde una perspectiva de unidad
nacional, con particular énfasis en acciones de comunicación interactiva: jornadas masivas,
ferias educativas, eventos culturales, ciclos de cine, conciertos, visitas a establecimientos
educativos, centros de salud, establecimientos penitenciarios, instituciones estatales y
una serie encuentros con la gente del campo y las ciudades para lograr el conocimiento
progresivo y creciente de los derechos humanos.
Sin embargo, casi todos los afiches institucionales siguieron largos procesos de creación
conceptual y validación con distintos grupos de jóvenes, adultos y niños/as en distintos
puntos del país, tanto de capitales de departamento, ciudades intermedias y áreas rurales;
que nos dejaron una serie de enseñanzas como la importancia de trabajar bases conceptuales claras y puntuales para
optimizar todos los recursos persuasivos que configuran la propuesta gráfica como el uso de imágenes, tipografías,
atractivos cromáticos, formatos y texturas, pero sobre todo, respetando por sobre todo a los y las destinatarios,
evitando el sexismo, la infantilización en textos, ilustraciones y formatos, así como cualquier tipo de estigmatización.
Por ello en sus mensajes visuales el Defensor del Pueblo ha querido y quiere destacar por sobre todo el valor expresivo
y comunicativo de un rostro, de una sonrisa o la belleza de una mirada, por ello nuestros mensajes han querido
convertirse en instrumentos emancipadores de los derechos humanos para que conquisten las paredes de nuestro
país de escuelas, parroquias, postas, oficinas municipales o de las sedes sindicales de las comunidades rurales; y
también para que transiten por las calles, oficinas estatales o privadas, centros culturales o universidad de las ciudades,
incluso compitiendo con llamativos calendarios y carteles de un sinfín de productos comerciales.
Así mismo hemos buscado que los mensajes institucionales sean útiles, atractivos y que tengan una permanencia en
el tiempo. En aquellos mensajes de información general sobre derechos humanos la experiencia durante los distintos
procesos de validación nos mostró de manera contundente que no debíamos utilizar dibujos infantiles ni caricaturas,
ni textos básicos, casi elementales. Evidenciamos que las personas adultas particularmente se sentían subestimadas
y ofendidas ante propuestas elementales, tratadas como si fueran niños, así no sepan escribir o leer bien el castellano.
Constatamos que por lo general los dibujos y las caricaturas son estereotipados y que incluso pueden llegar a denigrar
la condición humana, no hay que olvidar que el lenguaje textual, gráfico o cualquier tipo de imagen, es el primer
vehículo de la discriminación. Estos elementos nos obligaron a preguntarnos primero: ¿cómo me gustaría recibir
una información?, ¿no será que esa imagen contiene elementos caricaturescos que en lugar de enriquecer el contenido
lo subalternicen?, ¿por qué los sectores populares tienen que ser sometidos también a la discriminación formal de
cualquier tipo de impresos?, acaso en las ciudades a los banqueros, a los maestros o a los/las oficinistas les gusta
recibir material poco serio si aborda temas serios?
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En varias de las entrevistas que realizamos durante los procesos de validación con distintos grupos focales las personas
jóvenes y adultas, sobre todo de zonas populares y rurales, afirmaban que muchos de los materiales que se distribuían
en estos contextos incluían dibujos, ilustraciones y caricaturas discriminadoras y de manera recurrente la pregunta
era: ¿por qué nos discriminan hasta en los materiales?, queremos lo mismo que a ustedes les gustaría recibir para
leer, para instruirnos sobre distintos temas. Es así que evidenciamos que muchos de los recursos gráficos, particularmente
las ilustraciones y las caricaturas le restaban seriedad a los contenidos educativos, particularmente en derechos humanos
y para que comprendamos estos puntos de vista venturosamente muchos de los cuestionamientos venían con
explicaciones complejas sobre el uso de las imágenes en las culturas originarias que se traducían por ejemplo en la
diversidad de tejidos, en la complejidad de policromías utilizadas en cada trama o en las ricas y difíciles abstracciones
que se visualizaban en el los awayos, axus, bolsas, taris o talegas, que iban desde descripciones míticas hasta síntesis
de momentos actuales, complejidades que sin duda nos llevaron a repensar permanentemente en el cómo encarar
procesos de difusión masiva a través de materiales impresos.
Las lecciones durante los procesos de validación fueron sin duda la mejor escuela para que el Defensor del Pueblo
elaborase mensajes respetuosos, llamativos y atractivos, en cualquier soporte, por ello desechamos ilustraciones o
caricaturas si íbamos a dirigirnos a personas adultas y a públicos diversos.
Cada vez que asumíamos el reto de elaborar un afiche sabíamos que cada imagen, cada fotografía cobraba sentido
en el contexto del mensaje y que los nuevos significados se conjugaban con los textos específicos sobre derechos
humanos, pero por otro lado estábamos convencidos, apelando a los legados de Walter Benjamín, Susan Sontag o
Marshal Mahlujan, que “una imagen vale mil palabras”, puesto que no se trata de un elemento únicamente estético.
Constatamos que cada imagen, cada fotografía contenía valiosa información y que en el contexto de un material
sobre derechos humanos configuraba sentidos y significados que merecían tratarse con el mayor respeto, porque con
nuestros mensajes, sean radiofónicos, televisivos o impresos queríamos llamar la atención, informar y en con menor
pretensión, convencer e incluso educar. Eso si, queríamos que cada uno de los carteles del Defensor del Pueblo llamase
la atención incluso a distancia.
Hoy con el paso del tiempo reconocemos con orgullo, aunque con humildad, que algunos de nuestros materiales
impresos, particularmente en el contexto rural, tuvieron gran éxito justamente por la forma respetuosa con la que se
trabajaron como el Convenio 169 o el afiche sobre la Declaración Universal de Derechos Humanos, al igual que los
afiches “Los derechos humanos son derechos de todos”, así como la serie contra la discriminación, especialmente
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aquel cartel que incluye a personajes fundamentales de nuestra historia, pero que fueron víctimas de discriminación.
Todos ellos a la fecha llevan varias ediciones y es alentador recibir cotidianamente solicitudes de distintas regiones
del país que demandan este tipo de material.
Las ilustraciones cuidadosas, sin caricaturización de las personas adultas, sin agresión visual, son válidas especialmente
para un público adolescentes y niños/as, siempre y cuando respondan también a las tendencias estilísticas que se
utilizan. Hoy los recursos gráficos digitales nos dan la posibilidad de contar con una serie de recursos visuales
maravillosos, que pueden optimizarse con talento, creatividad y una buena justificación conceptual; todo ello para
alcanzar la máxima calidad formal optimizando fotografías, tipografías novedosas, intensidad de color, porque hoy
gracias a los medios de difusión masiva los mensajes llegan fundamentalmente a través de los sentidos y de manera
cada vez más vertiginosa, a veces vemos pero no leemos.
Por otro lado, no debemos olvidar que los carteles educativos deben competir con afiches publicitarios de un sin fin
de productos comerciales tremendamente novedosos y llamativos, doble desafío para los mensajes educativos pues
tienen que compartir y competir por las mismas paredes e incluso por la intimidad de las paredes domésticas.
Competencia dura con empresas publicitarias que invierten millones de recursos en renovación e innovación, sobrepasando
culturas, idiomas y edades; pero que permanentemente posicionan eficazmente un sin fin de productos, pero también
modos de vida, ideales de felicidad o éxito con los mismos recursos gráficos. No en vano la publicidad ha revolucionado
el mercado del consumo y el –posicionamiento institucional-, la llegada y el impacto a los consumidores, y cada vez
con mayor sofisticación, de la que debemos aprender a la hora de elaborar materiales educativos que también buscan
impacto y llegada eficaz a las personas.
Si vamos por el camino que se transitó en los años setenta con materiales poco estéticos, poco cuidadosos, seguiremos
reforzando las miradas paternalistas y de subalternización. No hay que olvidar, como afirmaba Marshal Mac Luhan,
que LA FORMA HACE AL MENSAJE.
Hoy no hay excusa para la austeridad creativa y estamos seguros que los entramados comunicacionales a los que ha
apelado el Defensor del Pueblo, en muchos casos, resultaron eficaces para difundir los derechos humanos y los afiches
fueron fundamentales para apoyar los procesos informativos y de contacto directo con la gente, tanto a través de ferias
educativas hasta talleres de capacitación, porque en muchos casos contribuyeron a facilitar, aclarar o anclar la
información y sin duda, han enriquecido los procesos edu-comunicativos; el aprendizaje acumulado en la vida institucional
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nos ha mostrado que la mejor ruta para difundir los derechos humanos es la sinergia entre distintos soportes
comunicacionales: audiovisuales, impresos, artístico/culturales, música, pero siempre antecedidos por el contacto
personal
Sin embargo, cada creación ha sido producto de una responsabilidad compartida, cada uno de los carteles o afiches
del presente catálogo le debe fundamentalmente a la creatividad, profesionalidad y compromiso de cada uno/a de
las artistas que legaron al Defensor del Pueblo innovación, talento, largas jornadas de trabajo, bocetos que fueron y
vinieron muchas veces hasta concretarse en propuestas maravillosas, dotadas no sólo de esfuerzo, sinó también de
compromiso generoso con la institución y con los derechos humanos. A cada una y uno de ellos nuestro sincero
homenaje y agradecimiento.
Los trabajos que presentamos en este catálogo configuran la memoria visual de nuestros procesos edu comunicativos
y esperamos que sean parte del patrimonio documental del avance de los derechos humanos, un camino en el que
aún nos queda mucho por recorrer respetando la diversidad cultural, multiétnica y pluricultural, así como de nuestras
cosmovisiones.
Con esta compilación hemos querido compartir una experiencia comunicativa exitosa, aunque somos conscientes que
aún quedan muchos desafíos para que configuremos una verdadera cultura de los derechos humanos, con permanente
innovación y que alcance a todas las esferas sociales.
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DERECHOS HUMANOS
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DERECHOS HUMANOS
DE LAS PERSONAS MIGRANTES
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DERECHOS HUMANOS DE LA
POBLACIÓN CAMPESINA E INDÍGENA
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EXTINGAMOS LA DISCRIMINACIÓN
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