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adolescente
y recursos
disponibles
Estudio sobre las acciones públicas y recursos
disponibles para adolescentes en relación al
embarazo y paternidad/maternidad
Gestación adolescente y
recursos disponibles
Estudio sobre las acciones públicas y recursos disponibles
para adolescentes en relación al embarazo y paternidad/maternidad
Instituto de Asuntos Públicos, Centro de Análisis de Políticas Públicas. Santiago, febrero, 2006.
Claudia Gutiérrez Villegas Daniela Olate Riveros Klaudio Duarte Quapper Daniela Navarro Ortega Juan Carlos Pérez Pulgar
Coordinadora. Socióloga. Centro Administradora Pública. Sociólogo. Académico Socióloga. Asistente Demógrafo. Instituto
de análisis de Políticas Públicas Universidad de Chile Facultad de Ciencias sociales. investigación. Nacional de Estadísticas
Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile Universidad Central
*
objetivos del estudio
ámbitos de estudio Actores público-estatales Mundo académico y ONG
a) Identificar los recursos con los que cuentan
y han contado las mujeres y varones
jóvenes en materia de cuidado y prevención Cubren preferente- Aporta con elementos
del embarazo, durante y posterior a él. mente las acciones en de diagnóstico, mode-
el ámbito de la preven- los de intervención y de
b) Formular orientaciones de políticas públicas ción y atención gestión
desde una perspectiva de protección
integral a la infancia. Las innovaciones consideran
Sexualidad ambos aportes
a Retención e inserción en el
sistema educativo
Embarazo Acciones
transversales
b Prevención del embarazo y las Prevención del embarazo
enfermedades de transmisión ~ Sensibilización
sexual ~ Investigación
~ Docencia
~ Elaboración de
c Programas con una perspecti- material educativo
va integral de la salud sexual ~ Capacitación
y reproductiva, considerando de monitores
aspectos como el amor, el Atención del embarazo ~ Vínculo: Estado-
erotismo y la sexualidad. mundo académico-
sociedad civil
Maternidad-
Paternidad
Apoyo a la maternidad
y/o paternidad juvenil
Índice
Agradecimientos………………………………………… 8
1. Introducción………………………………………..... 10
2. Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud
sexual y reproductiva en jóvenes……………………… 19
A) Políticas, acciones y recursos. Definiciones básicas................. 20
A.1) Marcos internacionales……………………………………………………….. 21
A.2) Educación sexual. Educación en población....................................... 22
A.3) Salud sexual y reproductiva........................................................ 24
A.4) El campo de derechos humanos.................................................... 24
B) Políticas en el contexto mundial y latinoamericano................. 25
C) Algunas experiencias......................................................... 27
C.1) Argentina. Programas de salud reproductiva para jóvenes..................... 27
C.2) Brasil.................................................................................. 28
C.3) Perú. Etapa de vida adolescente................................................... 29
C.4) España: Federación de planificación familiar.................................... 30
D) Políticas, acciones y recursos en Chile.................................. 31
D.1) Programas y acciones. Sociedad civil y ámbito académico..................... 31
D.2) Políticas, programas y acciones. El sector público estatal...................... 32
3. Panorama conceptual....................................... 37
A) ¿Adolescencia y juventud? Hacia una conceptualización de la
población a estudiar............................................................. 38
A.1) Tensión en la conceptualización del ciclo de vida humano: etapas, rangos
etáreos, moratoria y noción de futuro................................................. 38
A.2) Concepciones de adolescencia y concepciones de juventud: Entre naturalizacio-
nes y construcción social................................................................. 41
A.3) ¿Adolescencia o juventud? La conceptualización exige opciones............... 42
B) Construcción de identidades de las y los jóvenes en sectores
empobrecidos...................................................................... 44
B.1) Familia como experiencia de amor y odio........................................ 44
B.2) Escuela y liceo como obligatoriedad y modelamiento........................... 45
B.3) Calle como expulsión y novedad................................................... 47
B.4) Participación social: Agrupaciones de nuevo tipo y tradicionales.............. 48
C) Género y sexualidad. Identidades, deseos y tensiones
(represión–trasgresión)........................................................ 50
C.1) Construcción de identidades de género e identidades sexuales en jóvenes.... 50
C.2) Riesgos como eje de la mirada adulta: Educación, salud, política social e ima-
ginario público............................................................................ 52
D) Embarazo en poblaciones jóvenes ¿por qué es un problema?..... 53
D.1) Salud sexual y reproductiva: Transformaciones conceptuales y enfoque actual... 53
D.2) Maternidad–paternidad de jóvenes en nuestra historia........................ 55
D.3) ¿Desde cuándo el embarazo en jóvenes constituye un problema social?...... 57
D.4) Maternidad en jóvenes............................................................. 58
D.5) Paternidad en jóvenes.............................................................. 59
D.6) Vulnerabilidad sociodemográfica: Los principales problemas que genera el em-
barazo en jóvenes de sectores pobres................................................... 60
4. Conclusiones y recomendaciones........................ 62
A) Sexualidad, embarazo y maternidad–paternidad juvenil:
Acciones y recursos............................................................... 63
B) Maternidad y paternidad juvenil. Quiénes son sujetos de política 67
C) Tendencias y proyecciones de maternidad juvenil.................... 70
D) Políticas, acciones y recursos: Enfoques................................ 72
E) Enfoques de abordaje......................................................... 73
F) Estilos metodológicos........................................................ 76
Referencias Bibliográficas..................................... 78
Agradecimientos
Nuestro agradecimiento a todas y cada una de las personas entrevistadas a lo
largo del estudio.
A aquellos y aquellas que aportaron con sus visiones y recomendaciones:
Dr. Ramiro Molina, Dra. Carmen López, Dr. René Castro, María Cristina Avilés,
José Olavaria, Déborah Solís, Marcel Thezá, Irma Palma, Dra. Ximena Luengo,
Kathya Araujo, Rosa Espínola, Magdalena Kleincseck y Valeria Ambrosio.
Y a quienes compartieron la experiencia de un conjunto de iniciativas que son
identificadas en el capítulo V de este documento.
1
Introducción
Introducción 11
años, ser estudiante del segundo ciclo de enseñanza básica. El desafío está puesto
en no construir desde ella significaciones que refuercen las condiciones de sub-
ordinación de las poblaciones jóvenes y dentro de ello, evitar la construcción de
explicaciones naturalizadoras de las conductas y opciones juveniles.
Una recomendación es desplegar en el Estado y sus diversos Servicios, en las Ins-
tituciones de la Sociedad Civil y otras, procesos que les permitan a sus profesiona-
les, técnicos y otros actores, sensibilizarse y cuestionar las nociones que utilizan
y la incidencia que ellas tienen en sus acciones, por lo tanto en las políticas que
implementan o que evitan implementar. Es decir, no sólo desarrollar capacitacio-
nes para la réplica de contenidos e informaciones, sino construir nuevas visiones
que les permitan modificar los puntos de partida que tienen sus propuestas.
En cuanto a la condición de género que viven las y los jóvenes es importante con-
siderar las diferencias entre hombres y mujeres jóvenes en torno a la sexualidad,
que se han ido volviendo menos rígidas en el transcurso del tiempo. Por ejemplo,
la maternidad ya no constituye el eje tradicional que define y determina su pro-
yecto de vida. En la actualidad muchas jóvenes vivencian una etapa de erotismo
asociado al placer y a la búsqueda de experiencias nuevas. Al mismo tiempo, los
estudios y el ingreso al ámbito laboral forman parte de la experiencia de una cre-
ciente proporción de la población femenina joven. Hemos señalado que desde un
cierto proceso histórico el embarazo en jóvenes es significado socialmente como
un problema. Si bien no hay acuerdo en que se trate, de por sí de un riesgo físico
y de salud para la mujer joven, el eje del conflicto está puesto en evitar embara-
zos mientras no han completado las tareas que los mundos adultos han definido
para las y los jóvenes.
La tarea principal es que completen su educación media y que egresen de ella, ya
sea hacia estudios superiores o que se integren al mercado. Ese es el piso mínimo
que se espera cumplan niñas, niños y jóvenes, para ello se supone que el Estado
chileno está preparado y tiene ofertas adecuadas.
Se han construido un conjunto de explicaciones estigmatizadoras en torno a la
temática, muchos de cuyos argumentos provienen de las concepciones adulto-
céntricas que hemos debatido en este estudio.
Es común que los padres jóvenes suelen tener más edad que la madre y la ma-
yoría de las veces son considerados adultos o al menos mayores de 18 años. No
obstante, en relación con la paternidad en jóvenes, es posible señalar que se
encuentra integrada en la formación de la identidad masculina, ya que aparecer
públicamente como padre tiende a consolidar la imagen de varón heterosexual
con capacidad de reproducirse —rasgo vital en sociedades patriarcales—. Sin
embargo, ello no es tan fundamental como para la mujer es la maternidad, en
virtud de que es posible no asumir las funciones de padre, sin que implique cues-
tionamiento al menos en relación con su condición viril, ya que ha demostrado
su capacidad de reproducirse.
En este sentido, el hombre tiene la posibilidad de renegar de su papel de padre,
cuestión que no le está permitida a la mujer. Si agregamos el hecho de que el
hombre joven muchas veces puede no hacerse cargo de su responsabilidad como
padre, relega en la mujer el ejercicio de ambos roles. Esto fundamenta con creces
la necesidad no solo de incrementar acciones en materia de prevención del em-
barazo no buscado en jóvenes y la promoción de su salud sexual y reproductiva;
sino además visualizar en estos componentes la presencia de los varones. Esto
cobra sentido si, como quedó expuesto en la caracterización de la maternidad
juvenil, seguirá naciendo una cantidad significativa de hijos e hijas que en alguna
Introducción 14
mayoría de ellas, una interpelación respecto del rol que dentro de la iniciativa
podrían jugar estos sujetos y la incidencia formativa que ello podría tener. Es
decir, por ejemplo, si el ejercicio de derechos que se promueve de parte de las
y los jóvenes puede comenzar a vivirse desde la propia experiencia y no es una
expectativa planteada sólo respecto de un afuera de la misma.
Un obstáculo que aparece reiterado y que es necesario señalar es que las eva-
luaciones de las iniciativas tienden a hacerse hacia dentro de las mismas, funda-
mentalmente en cuestiones de funcionamiento interno, cobertura de asistencia
y uso de los recursos económicos. Casi no aparecen indicadores evaluativos que
apunten a los impactos en las poblaciones jóvenes, a las modificaciones de las
realidades en que están insertos, a la sostenibilidad de esos cambios y a las con-
tribuciones de nuevas políticas en este ámbito. Más bien lo que se releva son
algunas metodologías o técnicas innovativas, a las que se les confunde con estra-
tegias y se centra en ellas la replicabilidad de las experiencias. Entendemos que
en muchos casos los recursos económicos inciden en no disponer de evaluaciones
sistemáticas, pero entendemos que aún así amerita un replanteamiento respecto
a cómo observar los reales impactos de la acción que se implementa.
Una recomendación en este sentido es que han de generarse criterios orienta-
dores para el diseño de metodologías evaluativas que incorporen este tipo de
enfoques señalados y que apunten a constatar los tipos y niveles de incidencia
que estas políticas y acciones logran en las realidades en que se desenvuelven.
Sumado a lo anterior, se sugiere considerar la realización de sistematizaciones de
estas experiencias que permita abordar comprensivamente sus enfoques, estilos
metodológicos, estrategias de acción y otros aspectos que aportarían elementos
significativos para pensar su posible réplica.
En estos ámbitos se requiere de un esfuerzo por parte de la política pública que
guíe estas acciones y el tipo de diseño desde el que ellas se realizan, en que se
consideren tanto estos nuevos enfoques como estas premisas mínimas para que
tengan una incidencia mayor en las poblaciones jóvenes.
Políticas, acciones y recursos
2
en sexualidad, salud sexual
y reproductiva en jóvenes
Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud sexual y reproductiva en jóvenes 20
políticos sobre el contenido de dichas políticas(2); por otro, observar la variedad (2) Walt G y Wilson L. Reforming
de corrientes de problemas, soluciones y políticas. the health sector in developing
countries: the central role of
Con el objeto de precisar qué acciones destinadas a niños, niñas y jóvenes en policy analysis. Health Policiy
los ámbitos de prevención del embarazo, atención del embarazo y apoyo a la and Planning. 1994. Cit en
OMS. Transformando los
maternidad/paternidad en relación con la crianza de los hijos/as en la niñez, sistemas de salud: género y
se ha tenido presente las áreas y sectores en el ámbito de la salud, educación y derechos en salud reproductiva.
justicia (derechos). Manual de capacitación para
administradores y responsables
En el siguiente cuadro se presenta un esquema que grafica los énfasis o criterios de programas de salud. Ginebra
de selección de las acciones, al que hemos agregado la ubicación que toman las (WHO/RHR/01.29). 2001.
distintas acciones dentro de los distintos campos de actores.
esquema nº1: acciones y actores
Apoyo
maternidad Atención
y/o paternidad/ embarazo
niñez
Instituciones y
organizaciones sociales Niños, niñas Estado
ONG/Fundaciones/Iglesia/ y jóvenes Ministerios
Universidades/Centros acádemicos/ Servicios públicos
Organizaciones sociales
Prevención
embarazo
A lo que se agrega el cambio de los contextos en los cuales opera esta instancia(8). (8) Idem.
C) Algunas experiencias
C.1) Argentina. Programas de salud reproductiva para jóvenes
En el año 1988, surge en la capital federal de Argentina un Programa de Procrea-
ción Responsable que incluye dentro de su población objetivo a mujeres entre 15
y 19 años. Se orienta principalmente a la planificación familiar, teniendo entre sus
objetivos fundamentales: Garantizar a toda la población el acceso a servicios re-
(22) Fundación Ginebrina para
feridos a la salud sexual y procreación responsable; Suministrar métodos anticon- la Formación y la Investigación
ceptivos; Contribuir a la detección precoz de enfermedades de transmisión sexual Médica. http://www.gfmer.ch.
y VIH/SIDA; Promover la salud sexual de las mujeres y hombres jóvenes(22). (visitada el 17/01/2005).
Luego, en 1993, se constituye la Red de Adolescencia, cuyos objetivos eran: (23) Gogna, Mónica. Programas
establecer intercambios de experiencias entre los Equipos de Adolescencia, y con- de Salud Reproductiva para
solidar la complementación entre los servicios de los hospitales, la organización Adolescentes, los casos de Buenos
de cursos de capacitación, trabajos de investigación multicéntricos, etc. Esta red Aires, México D.F y San Pablo.
Consorcio Latinoamericano de
funcionó hasta el año 1997 momento en el cual se diluye debido a conflictos por Programas de Salud Reproductiva
la atención de jóvenes entre los especialistas de adolescencia y los de pediatría, y Sexualidad. Buenos Aires,
finalmente la Red de Adolescencia se incluye en la Red de Pediatría(23). Argentina. Pág. 30. 2001
En el mismo año surge, a partir del Ministerio de Salud y Acción Social y de reco-
mendaciones de la OPS, el Plan Nacional de Salud Integral del Adolescente, que
postula lineamientos que debiesen ser incorporados en los programas aplicados a
nivel provincial. En el año 2001 veinte de las veinticuatro provincias tenían algún
tipo de iniciativa para jóvenes(24). (24) Ibid. Pág. 28.
El objetivo fundamental del Plan es: promover y proteger la salud integral de los
adolescentes a través de la cobertura creciente, tanto en cantidad como en calidad,
de los servicios, entendiendo la salud como un producto social en el que confluyen
la educación, el trabajo y las condiciones de vida, y adoptando una concepción
holística (bio–psico–social), lo que requiere de una visión transdisciplinaria(25). (25) Ioc.cit. Pág. 29.
El Plan Nacional, reconoce a los y las jóvenes como una población con necesida- (26) Cristina Sánchez Viamonte,
Marcela Pérez y María Dolores
des específicas con derecho a recibir información y servicios que les permitan el
Mora y Arujo. Escuelas
desarrollo de actitudes responsables frente a su sexualidad. Promotoras de la Salud en
En 1997, en el marco de la propuesta de OPS/OMS en la Reunión de Costa Rica, Argentina. 2001. En http://
www.paho.org/Spanish/AD/
se genera la Comisión Intersectorial Salud–Educación a nivel nacional, promovida SDE/HS/EPS_RED_ARG.pdf
a nivel provincial. Su objetivo fundamental es: Promover en la comunidad escolar (visitada el 29 /11/ 2005).
estilos de vida saludables desarrollando las posibilidades que la escuela ofrece en el
proceso de construcción de la persona y en la asunción de la responsabilidad indi-
vidual y colectiva en el cuidado de la salud. Las principales actividades realizadas
son: la realización de talleres de capacitación docente, jornadas de integración y
la elaboración de materiales de apoyo(26).
Dentro de los obstáculos para el desarrollo de programas de atención de salud
integral orientado a jóvenes y de salud reproductiva se han presentado limitantes
tanto políticas como culturales. Uno de los principales obstáculos ha sido la exis-
Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud sexual y reproductiva en jóvenes 28
C.3) Perú: Etapa de vida adolescente (29) (29) Área de Atención integral
de Salud en Perú.
El Ministerio de Salud peruano dispone de un Área de la Dirección Ejecutiva de www.minsa.gob.pe (accesada el
Atención Integral de Salud, que asume la planificación de la atención de la salud 29 de noviembre del 2005).
desde una perspectiva de ciclo vital. En ese orden, cuenta con un componente
definido explícitamente como orientado a la Etapa de Vida Adolescente.
Las acciones realizadas por el área se operan a nivel intrasectorial con las diferen-
tes Direcciones, Oficinas, Etapas de Vida y Estrategias Sanitarias. A nivel inter-
sectorial se coordina con las diferentes instituciones relacionadas con la salud y
desarrollo de los/las jóvenes/adolescentes, tales como Ministerio de Educación,
Consejo Nacional de Juventud, MIMDES, ESSALUD, Fuerzas Armadas y policiales,
Gobiernos Locales, Gobiernos Regionales, Organismos Internacionales y organiza-
ciones de la Sociedad Civil.
El grupo objetivo del Área es la población comprendida entre los 10 y los 19 años
reconociéndose en su interior dos grupos con diferentes necesidades y procesos.
El primero categorizado como adolescencia temprana comprendida entre los 10
y 14 años y el segundo, signado como adolescencia propiamente tal entre los 15
y los 19 años.
Los objetivos del área son: Diseñar y proponer políticas de salud, elaborando
metodologías para su implementación; Contribuir activamente a la implementa-
ción del Modelo de Atención Integral de Salud a nivel nacional, regional y local;
Brindar asistencia técnica a las regiones del país, para la implementación y el
fortalecimiento de los Servicios Diferenciados para la Atención Integral de Salud
de los/las adolescentes; Coordinar intra e intersectorialmente con los actores
institucionales y de la sociedad civil involucrados en la salud y el desarrollo de
los/las adolescentes.
Dentro de los principales logros del Área se encuentran:
• El diseño de los Lineamientos de Política de Salud de los/las adolescentes, con la
participación de profesionales del sector y de la sociedad civil y los/las adolescen-
tes (presentado oficialmente el 14 de Febrero del 2005 en el Ministerio de Salud);
• Elaboración de la Norma Técnica de Etapa de Vida Adolescente, con participa-
ción de representantes del sector salud, sociedad civil y adolescentes (actualmen-
te en su revisión final);
• Intercambio de experiencias exitosas en el trabajo con adolescentes del sector
público y privado con la presentación de 22 intervenciones;
• Generación de servicios diferenciados para la atención de adolescentes;
• Reconocimiento oficial a profesionales que han trabajado por más de 10 años
en la atención de adolescentes;
• Coordinación técnica permanente con los responsables regionales del trabajo
con jóvenes, mediante el boletín electrónico “Comunicándonos” (referente a los
avances logrados y a información sobre el tema adolescente);
• Elaboración del Plan de Trabajo de la Etapa de Vida Adolescente, consensuado
para el año 2005;
• Propuesta preliminar para la implementación de una biblioteca virtual de salud
del adolescente, en colaboración con la OPS;
• Seguimiento en la implementación del Modelo de Atención Integral de Salud
en la Etapa de Vida Adolescente a través de reuniones con representantes de las
redes y hospitales;
Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud sexual y reproductiva en jóvenes 30
ductas preventivas (no sólo para jóvenes, también para profesionales relacionados
con el tema); Atenciones telefónicas (resolución de dudas en forma anónima y
confidencial); Atenciones on–line (servicio de consulta).
Cabe destacar la acción de la Federación en materia de educación sexual para
madres y padres, que tiene como objetivo contribuir a su formación e informa-
ción sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos de los y las jóvenes,
con el fin de facilitarles instrumentos y habilidades para que puedan atender a las
demandas de sus hijas e hijos con relación a la sexualidad y a la reproducción.
La metodología de trabajo con los padres y madres se enmarca en la ejecución de
seminarios/charlas, que toman como premisas fundamentales: la realización de
educación integral, informar sobre métodos anticonceptivos y enfermedades de
transmisión sexual, trabajar una idea amplia de sexualidad, utilizar una metodolo-
gía participativa, trabajar los temores, inquietudes y preocupaciones que poseen
sobre sus hijos e hijas y ocuparse de sus habilidades comunicativas.
establecimientos durante el año 1995 y el segundo a partir del año 2000, se aplica (34) EDUK participa de modo
directo en interrelación con
en ocho comunas del país(34). En esta misma línea de acción se encuentran las
el Ministerio de Educación,
Jornadas de Conversación Comunitaria sobre Afectividad y Sexualidad JOCCAS, Ministerio de Salud, Servicio
implementadas por el Servicio Nacional de la Mujer en base a las JOCAS realizadas Nacional de la Mujer e INJUV (este
en los colegios (1995). último esporádicamente), entre
estas iniciativas. En entrevista a
Posteriormente académicos/as y representantes de ONG e instituciones de investiga- Magdalena Kleinseck. EDUK
ción colaboraron activamente a sentar las bases para la creación del Programa de Sa- (35) Ministerio de Salud, “Plan
lud del Adolescente(35), entre el año 1997–1998, y al Programa de Salud Escolar(36). Piloto de Sexualidad Responsable”.
Pretende, desde el año 2005,
Actualmente existe un debilitamiento de las organizaciones en general y una facilitar y estimular el acceso de
desaparición de las organizaciones sociales, con una fragmentación del movi- la población joven a los servicios
de salud.
miento de mujeres, actoras principales en los procesos de impulsar los temas de
sexualidad desde una perspectiva de derechos y de género. No existe una postura (36) Surgen a partir de una
iniciativa planteada por la
clara frente a los diversos temas, hay dificultad para que las experiencias particu- Organización Panamericana de la
lares puedan llegar a convertirse en políticas públicas, experiencias segmentadas Salud, en el marco de la iniciativa
y locales y en especial posturas conservadoras(37) que no se adecuan al contexto mundial Educación para Todos.
sociocultural. Actualmente no hay sistematización ni un conocimiento de los (37) Fuera de grabación en algunos
resultados alcanzados, no hay evaluación ni financiamiento, finalmente, no se casos y con consentimiento
presenta un interés porque se difundan las experiencias piloto(38). explícito en otros nos fue
señalada la fuerte injerencia
En el ámbito de la atención de los hijos/as de las madres adolescentes se man- de la iglesia católica y sectores
políticos conservadores como
tiene un grupo reducido de instituciones con financiamiento de SENAME en obstaculizador de la incorporación
algunos casos, con carácter asistencial y fuertes restricciones presupuestarias con del tema de la sexualidad
la consiguiente escasa cobertura. dentro del grupo de jóvenes,
especialmente en relación con
D.2) Políticas, programas y acciones. El sector público estatal los métodos de prevención del
embarazo y el autocuidado en el
A comienzo de los noventa el tema de embarazo en mujeres jóvenes se constitu- ejercicio de la sexualidad.
yó en objeto de política pública inserta como una línea programática de la política (38) En entrevista a Rosa
social desde una perspectiva de la salud de las mujeres y en tanto un “problema Espínola. Coordinadora Foro
social” de la juventud(39). Los niños/as y jóvenes, junto a las mujeres, ancianos, Red de Derechos Sexuales y
pueblos indígenas y discapacitados pasan a ser conceptualizados como grupos Reproductivos.
vulnerables y prioritarios. (39) SERNAM. Diagnóstico y
Lineamientos de Política Pública
Han existido políticas y/o lineamientos programáticos que en virtud de sus ob- para la Prevención del Embarazo
jetivos —igualdad de la mujer, educación en sexualidad, orientaciones hacia la no Deseado en Adolescentes.
Comisión Interministerial de
juventud, salud de jóvenes— que han abordado de manera parcial y con grandes Prevención del Embarazo
obstáculos el ámbito de la prevención del embarazo. En educación cabe señalar, Adolescente, Centro de Análisis
una circular desde el Ministerio de Educación para retención escolar de jóvenes de Políticas Públicas–CAPP
embarazadas(40); la Política de educación sexual del Ministerio de educación(41); Universidad de Chile. 2001.
la estrategia JOCAS(42). En salud, destaca la creación del Programa de la Mujer(43); (40) Circular N° 247, Ministerio de
la Política de Salud del Adolescente(44); la creación de una Comisión de salud(45). Educación. 1991.
Otras acciones tales como, Comisión de juventud(46); creación del Servicio Na- (41) MINEDUC. “Política de
cional de la Mujer(47); un diagnóstico de la situación del embarazo adolescente(48) Educación Sexual para el
mejoramiento de la calidad en
que precedió a un número importante de diagnósticos hasta la fecha; el diseño educación”. 1993
de estrategias de prevención de embarazo adolescente.
(42) Estrategia implementada
Las acciones en materia de embarazo adolescente, se inscriben en los programas por primera vez el año 1995 y el
año 1996 la tomó el MINEDUC
de educación sexual y de planificación familiar, elaborados desde sus sectores co-
y la aplicó en 200 colegios,
rrespondientes. Por esta razón en el apartado siguiente se examinan las políticas, posteriormente el SERNAM la
programas en los sectores educación y salud, señalando cuando alguno de ellos implementó en distintas comunas,
ha surgido de una mesa intersectorial. se siguió utilizando como estrategia
y actualmente se realizan en
I. Sector educación algunos colegios. MINEDUC, 1999.
Hasta comienzo de la década de los noventa, en Chile no había existido un pro- Texto guía para la autogestión
de Jornadas de Sexualidad y
yecto educativo que incorporara a la educación sexual en los contenidos curri- afectividad. Versión revisada.
culares(49), a excepción de un programa elaborado entre 1970 y 1973 que no
Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud sexual y reproductiva en jóvenes 33
terminó de implementarse(50). Desde entonces se reformuló el sistema escolar (43) Ministerio de Salud, 1997.
eliminando del currículo todos los contenidos de la educación sexual. A comienzo (44) MINSAL Programa del
de los ochenta se incorpora una unidad sobre reproducción humana para octavo adolescente. 2005. Política no
y primero medio. cuenta con financiamiento por
lo que nunca tuvo carácter de
A comienzo de los noventa se inician los programas de Mejoramiento de la Edu- programa. Operó al alero del
cación, proceso que toma carácter de reforma(51) a partir de 1996 dada la diná- Programa de la Mujer.
mica de retransformaciones de los procesos educativos que se impulsan. En este (45) Nombramiento Comisión,
marco, al comienzo del período, el Ministerio de Educación con la participación 1990.
de ONG, formó una comisión a cargo de elaborar las bases de una política en (46) Nombramiento comisión,
educación sexual, cuyo principal fruto fue el documento “Hacia una política de 1990.
Educación Sexual para el mejoramiento de la Calidad de la Educación”(52). (47) Creación Servicio Nacional
de la Mujer, Ley N° 19.023,
En dicho documento se señala la relación existente entre una formación inade- 1990.
cuada y las transformaciones de las pautas de comportamiento en relación con
(48) Molina R, 1991. Op. Cit.
un empobrecimiento afectivo y de comunicación en el plano de la sexualidad. La
Comisión dio una definición preliminar que debería estar presente en una futura (49) Iriarte, Claudia. Legislación
política sobre educación sexual: y adolescente embarazada.
Corporación de Salud y Políticas
“el concepto de sexualidad, debe tener como fundamento la integridad y dignidad hu- Sociales. Santiago: 1992.
mana, en la expresión de esta en el ser hombre y en el ser mujer, formando parte de (50) Silva, Ana María. La
la identidad personal propia de cada cual en la construcción conjunta de la vida en la planificación familiar en Chile:
sociedad de la humanidad. Esto quiere decir que la sexualidad es sustantiva en la mujer Antecedentes generales,
Planificación Familiar Juvenil,
y en el hombre…”
Educación Sexual y Lineamientos
Los puntos claves de la propuesta, entre otros, se dirigen a proporcionar una para una Política de Planificación
Familiar. Instituto de la Mujer
formación progresiva y adecuada se la sexualidad a través de todo el proceso edu-
(Borrador). 1988.
cativo, logrando el desarrollo de actitudes y valores que favorezcan la integración
social. Si bien se establece la obligatoriedad de incorporar los contenidos sobre (51) Los ámbitos de la reforma
educacional son: Programas
educación sexual, cada comunidad educativa es libre de disponer sus planes y de mejoramiento e innovación
programas en la materia. tecnológica, reforma curricular,
desarrollo profesional de
A partir del año 2000 se profundizan y perfeccionan disposiciones que afectan di- docentes y jornada escolar
rectamente el ámbito de la sexualidad. Dentro de estas acciones se encuentran: completa.
• Ley de permanencia en el sistema escolar(53); (52) MINEDUC. Hacia una
política de Educación Sexual para
• Reglamento a la ley(54); el mejoramiento de la Calidad de
la Educación. 1991.
• Desarrollo de estrategia psicosocial que contribuya a asegurar la permanencia de
actividades como sistema escolar aplicado en distintas zonas del país; (53) Ley 19.688, año 2000
que permite a las adolescentes
• Comisión de educación sexual(55); madres escolares, permanecer en
los colegios.
• Plan regional de retención para adolescentes madres o embarazadas(56).
(54) Reglamento a la ley N°
• Plan de Educación en Sexualidad y afectividad y la creación de la Secretaría 19.688, año 2004.
Ejecutiva.(57) (55) MINEDUC, 2004.
El actual Plan 2005–2010 se basa en el documento de la Comisión de Evaluación (56) Comisión de evaluación
y recomendaciones sobre Educación Sexual (2005) y la Política de Educación en y recomendaciones sobre
Sexualidad (1993). Consagra la legitimidad del rol del Estado en el ámbito de la educación sexual, 2005.
sexualidad cuando está de por medio el ámbito de la salud, la educación y la (57) Plan regional de retención
seguridad de la población. madres para jóvenes o
embarazadas, MINEDUC, 2005.
En el marco del actual Plan Nacional, se implementa el Plan regional de retención.
(58) MINEDUC. Plan de
Iniciativa que se implementó primeramente en 32 establecimientos de la Región Educación en Sexualidad y
metropolitana(58) . A partir del año 2005 se pretende extender a nivel de regiones, Afectividad. 2005.
asignando recursos y bases técnicas en once regiones del país por petición expresa
de las Secretarías Ministeriales de Educación para elaborar políticas regionales de
retención del embarazo y la maternidad. Al interior de éstas se encuentran diver-
Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud sexual y reproductiva en jóvenes 34
A partir del Plan de Igualdad de Oportunidades(63) se determinó las acciones mínimas a (63) CORSAPS–SERNAM.
desarrollar con el objeto de prevenir los embarazos no deseados en mujeres jóvenes: Estrategia para la atención
psicosocial de las jóvenes
• Promover la incorporación en los currículos de los últimos años de la enseñanza embarazadas. 1994.
básica y media, contenidos sobre sexualidad y reproducción e información cien-
tífica sobre prevención de embarazos.
• Crear en los centros médicos programas especiales de atención y educación a jóve-
nes centrados en salud reproductiva, ETS y prevención de embarazos no deseados.
• Promover a través de una adecuada normativa el acceso a métodos anticoncep-
tivos para las personas que por libre elección lo solicitan
• Incentivar la detección precoz de los factores de riesgo para prevenir las com-
plicaciones de salud en la adolescente–madre y su hijo/a a través del oportuno
control prenatal y postnatal integral.
Con base en las acciones anteriores, se abre una segunda línea de trabajo que
consistió en la realización de seminarios de sensibilización e información en torno
al embarazo en jóvenes en las trece regiones del país. Se diseñó un programa de
seminario de un día de duración, convocando a representantes de los sectores
de salud y educación, aunque con la participación de organizaciones juveniles y
representantes de distintas iglesias.
Una tercera línea de trabajo en ese proyecto, fue el Plan Piloto en Sexualidad que
se desarrolló en la comuna de Pudahuel y que tuvo por propósito validar un mo-
delo de intervención que tenía unas determinadas características para enfrentar
la problemática del embarazo en jóvenes.
Las acciones del programa de prevención se implementan gracias al aporte econó-
mico de UNICEF hasta el primer semestre de 1993. Posteriormente, por razones no
explícitas, no se contó con financiamiento y por un par de años el servicio dejó de
trabajar la temática, hasta que a fines del 1994 se re instala el tema, gracias a nue-
vos recursos proporcionados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Se inicia una segunda etapa 1995–1998 aproximadamente. Se lleva a cabo un
nuevo proceso de generación y actualización de conocimientos, de sistematiza-
ción de experiencias, de generación de instrumental para el apoyo al trabajo que
se hace en atención primaria, entre otras acciones. En otra línea está el diseño
e implementación de las Jornadas de Conversación en Sexualidad y Afectividad
–Jocas. Estas últimas originalmente nacen en el marco de este proyecto que era
un proyecto intersectorial, con la participación de SERNAM, el Ministerio de Edu-
Políticas, acciones y recursos en sexualidad, salud sexual y reproductiva en jóvenes 36
Es decir, aquello que fue elaborado como explicación del ciclo vital, ha terminado
siendo el elemento que constituye dicho ciclo, que le da estructura y sentido.
Así, se han construido una serie de explicaciones sobre lo que se denomina niñez
y juventud(72), como etapas primeras de este ciclo, mientras los individuos se es- (72) UNICEF. Adolescencia: una
tán preparando para ser adultos, que es lo que se concibe como el punto máximo etapa fundamental. New York.
2002.
de la línea de tiempo construida con forma de campana.
Por otra parte, y en concordancia con estas concepciones, se ha hecho de la
edad y los rangos etéreos, otra forma de definir a qué etapa de la vida pertenece
determinado individuo. Así, ya no sólo se señalan las tareas esperadas para un
determinado período, sino que también para una cierta edad. Esto tiene un peso
significativo en los imaginarios sociales, ya que se suele demandar de los sujetos
actitudes y conductas de acuerdo a la edad que poseen, en función de lo que se
ha definido, desde las ciencias sociales, la medicina, la educación y otros, como
las tareas que han de desarrollarse.
Panorama conceptual 39
Esto ha llevado a que se haga de la edad un dato que podría explicar la realidad,
pretendiendo dar cuenta de situaciones sociales a partir de la edad que determina-
do sujeto tiene. Es importante considerar la versión de Bourdieu, quien señala que
el uso de la edad para significar una compleja realidad social es una manipulación
que efectúan sociólogos y otros cientistas sociales. Para este autor, “la juventud y
la vejez no están dadas, sino que se construyen socialmente entre jóvenes y vie-
jos. (...) La edad es un dato manipulado y manipulable, muestra que el hecho de
hablar de los jóvenes como una unidad social, de un grupo constituido, que posee
intereses comunes, y referir estos intereses a una edad definida biológicamente,
constituye en sí una manipulación evidente”(73). Vale decir, la manipulación ha (73) De manera deliberada
sido la característica de este mal uso de la edad y de los rangos etáreos. no usamos la noción de
adolescencia, cuestión que
En primer término porque desde ello se ha pretendido construir realidad, se discutiremos en el ítem 3.
asignan conductas o responsabilidades esperadas según edades, nuevamente sin
considerar las especificidades y contextos del grupo social del que se habla. En
segundo término la definición de los rangos ha estado mediada por dichas condi-
ciones sociales, sólo que ello no se enuncia. En este sentido es interesante mirar
lo ocurrido en Chile cuando asume el primer gobierno civil post dictadura militar
en el año 1990, en que el rango etáreo asumido para hablar de jóvenes desde la
política social, se aumentó desde los 15 a 24 años, que se usaba desde hacía más
de dos décadas, hasta los 29 años como margen superior(74). Sin embargo, esta (74) Bourdieu P. La juventud
variación intencionada, no se hace cargo de “la realidad que construye”, en tanto no es más que una palabra. En
Sociología y Cultura. Grijalbo/
quien en 1990 tenía 24 años, se encontró con la posibilidad de vivir una amplia-
CNCA, (Los noventa), México.
ción de su “etapa como joven” al tener cinco años más, mientras se prepara para 1990.
ser adulto. Es necesario señalar que dicha ampliación ha tenido efectos en el
imaginario social, que ya no concibe a sus jóvenes hasta los 24 años sino que les
ha otorgado también esta ampliación decretada desde el Estado chileno. Así, se
tiende a confundir lo netamente demográfico, un grupo de cierta edad en una
sociedad, con un fenómeno socio cultural por ejemplo que es lo juvenil, como
momento de la vida o como actitud de vida.
Un aspecto relevante sobre la edad es que en cuanto a la adolescencia la OMS
utiliza rangos superpuestos que tienen más bien a confundir que a clarificar. Se
llama adolescentes a la población entre 15 y 19 años, mientras que jóvenes serían
quienes están entre los 15 y los 24 años. Es decir, este último sector comprende-
ría a la adolescencia que se transforma en un subconjunto de la juventud. (75) La explicación tiene que
Otra conceptualización muy referida en este ámbito es la que retoma los plan- ver con la cobertura que le
interesaba conseguir al gobierno
teos de Erikson, para quien lo característico de lo que denomina la etapa juvenil de la época, en el marco de la
es la moratoria psicosocial, que la define como un “período de demora que se denominada “deuda social” que
concede a alguien que no está listo para cumplir una obligación, que se impone se tendría con las y los jóvenes
a aquel que debería darse tiempo a sí mismo. En consecuencia entendemos por chilenos empobrecidos que
sufrieron exclusión social durante
moratoria psicosocial una demora en lo que respecta a compromisos adultos, y
la dictadura militar. Cottet Pablo
no obstante no se trata sólo de una demora. Es un período que se caracteriza por y Galván Ligia. Jóvenes: una
una autorización selectiva que otorga la sociedad y por travesuras provocativas conversación social por cambiar.
que llevan a cabo los jóvenes”(75). Educación y Comunicaciones,
ECO. Santiago. 1993.
Diversos estudios han señalado que esta demora no existe en el caso de la juven-
(76) Erikson Erik. “Identidad,
tud de sectores empobrecidos, ella responde a parámetros de jóvenes pertene- Juventud y Crisis”. Paidós.
cientes a sectores sociales de más altos recursos. Aún así, es un concepto referido Buenos Aires. 1977. Página 128.
permanentemente, de manera universal, cuando se aborda el tema juventud y se
(77) Duarte Klaudio. ¿Juventud o
intenta una definición(76). Juventudes?. Versiones, trampas,
pistas y ejes para acercarnos
Para Erikson la juventud es “una etapa intermedia entre la infancia y la edad progresivamente a los mundos
adulta, que se define por la realización de una tarea o función principal”(77). Desde juveniles. En PASOS N° 93, DEI,
esta óptica, la juventud se convierte en un ‘ya no’ saliendo de la infancia, y en San José, 2001.
Panorama conceptual 40
debe dejar de ser una cosa para ser otra, porque ya no son etapas excluyentes del
ciclo humano, sino que constituyen procesos que se van integrando, generando
un entramado de complejidad en la construcción de las identidades.
Desde estas dos tensiones podemos interrogar a los modos de concebir la adoles-
cencia pues se la ha significado como etapa de cambios definitorios en la vida de
cada sujeto. Tanto es así, que se señala que es en este período de la vida donde
se tomarían decisiones fundamentales de la identidad, en especial en el plano de
la sexualidad, que serían para toda la vida. Dos preguntas podemos plantear a
esta afirmación: por una parte, que en contextos de sociedades hipergenitaliza-
Panorama conceptual 42
Lo que existen y que han venido ganando presencia son las juventudes, vale
decir diversas expresiones y significaciones del entramado complejo que surge en
nuestras sociedades desde un grupo social y que se expresa de maneras múltiples
y plurales. Estas juventudes son de larga data,(85) surgen como grupos sociales (85) Duarte Klaudio. ¿Juventud o
diferenciados, con particularidades y especificidades en cada sociedad y en cada Juventudes?. Versiones, trampas,
pistas y ejes para acercarnos
intersticio de ella, entre los espacios de las palabras van emergiendo con distintos
progresivamente a los mundos
rostros, olores, sabores, voces, sueños, dolores y esperanzas. juveniles. En PASOS N° 93, DEI,
San José, 2001.
Desde hace décadas se viene planteando la necesidad de agudizar la mirada, de
reconstruir nuevos paradigmas, de remirar lo que hasta ahora siempre se vio de
una sola forma. Si se la ha construido desde la homogenización, la estigmatiza-
ción y la idealización, entre otras objetivaciones, es posible plantearse el desafío
epistemológico de construirlas desde otros parámetros que humanicen a quienes
viven su vida como jóvenes.
En este sentido es que proponemos hablar de juventudes o de poblaciones jóve-
nes para referirnos al grupo social que nos interesa abordar en este estudio. Ello
más que una moda, es una forma de asumir la construcción de realidades que
hacemos desde determinado uso del lenguaje y que quiere significar la pluralidad
existente en su interior y la disposición a leer sus realidades desde especifici-
dades necesarias de hacer, que en nuestro caso apuntarán principalmente a la
clase social —sectores empobrecidos—, al género —estableciendo distinciones
y semejanzas entre varones y mujeres-, a la localización territorial —urbana y ru-
ral—, a la condición social —estudia, trabaja, participa, etc.— y de ser posible
y necesario a la adscripción sub o contra cultural —que puede tener incidencias
importantes en las opciones que se asumen en temáticas referidas a embarazos,
maternidades/paternidades—.
Panorama conceptual 44
B.2) Escuela y liceo como obligatoriedad y modelamiento 89) Monroy Anameli. Pubertad,
La Escuela y el Liceo en tanto, aparecen como instituciones sociales de las que adolescencia y cultura juvenil.
se espera cumplan un rol como medio de integración a lo que se denomina la En La Salud del Adolescente y
del Joven. Matilde Madaleno y
sociedad adulta. En este contexto, se trata de un espacio social que junto a los Mabel Munist, Editores. OPS.
cambios biológicos y psicológicos “se complementarán para definir una persona Publicación Científica Nº 552.
capaz de desempeñarse eficientemente en un set de roles sociales”(89). El Liceo Washington, 1995.
exige a las y los jóvenes una participación por obligación, que además posee una
Panorama conceptual 46
Lo implícito sería la característica central de esta enseñanza por parte del Liceo,
para lo cual se establece una jerarquización entre estudiantes hombres y mujeres
en la cotidianidad de la sala de clases y en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Un ejemplo de ello estaría dado porque la escuela prepara a los hombres para roles
estelares: la política y lo público, mientras que a las mujeres se les invisibiliza y/o
relega a roles secundarios o de acompañamiento. Así los hombres logran centrar
mayormente la atención de sus docentes, quienes interactúan más con ellos, les
sacan más veces a la pizarra, les brindan más atención e intentan disciplinarles
tratando que estén quietos. El lenguaje es otro ejemplo de esta cotidianidad
implícita y jerarquizada, por medio de él se invisibiliza a las mujeres hablando
todo en masculino, llevando a los varones a sentir que son el centro de lo que se
realiza. Todavía otro ejemplo en cuanto a las calificaciones, ya que si una mujer
obtiene buenas notas se trataría de una actitud de esfuerzo, mientras que si lo
consigue un varón, se trata de un muchacho inteligente.
Los hombres son más valorados o reconocidos que las mujeres en el Liceo, según los
resultados de una investigación realizada en enseñanza media en nuestro país(92). (92) Rosetti Josefina. La práctica
Esto se grafica en que las y los docentes muestran mayor tendencia a trabajar pedagógica discrimina a las
mujeres. Efectos sobre la vida
con los hombres que con las mujeres del curso, les dedican más atención y va-
adulta. En Educación y Género:
loran explícitamente sus aportes. Cuando se trata de situaciones de indisciplina Una Propuesta Pedagógica.
global se tiende a dirigir las acusaciones en mayor medida contra los hombres, Ediciones La Morada–Ministerio
bajo la asociación: hombres = indisciplina y desorden. Esto último lejos de ser de Educación. Santiago. 1993.
un reconocimiento para ellos, constituye dos efectos simultáneos: por una parte,
les victimiza desde la estigmatización, y por otra, refuerza la imagen de que las
mujeres son pasivas, ordenaditas..., señoritas y los varones son activos, revolto-
sos..., rudos. Otro ejemplo lo constituye la fidelidad exigida por los estudiantes
hombres a las jóvenes mujeres, cuestión que de no existir las sitúa en condición
Panorama conceptual 47
de ser objeto de burla por parte de sus compañeros. Incluso a nivel del “deber
ser”, los estudiantes, en sus discursos, logran reconocer igualdad de derechos
para hombres y mujeres, pero no así al nivel de la práctica concreta, ya que ellas
son tratadas como “locas” o “fáciles” si son infieles y no tienen las mismas posibi-
lidades que los hombres en este ámbito.
Sin embargo, la misma investigación releva que no todos los hombres jóvenes
estudiantes tienen concepciones tan tradicionales respecto del estereotipo fe-
menino, incluso algunos reconocen situaciones de discriminación que ellas viven
dentro del Liceo. Junto a esto, aparece como importante la constatación de que
si bien existen jóvenes hombres que adhieren a las versiones más tradicionales
de dichas relaciones, otros están más cercanos a propuestas alternativas, e incor-
poran la valoración de los aportes femeninos y las posibilidades de igualdad en
las oportunidades. Este medio camino —como convivencia de lo tradicional y
lo alternativo— en que se encuentran los hombres jóvenes, parece ser la carac-
terística principal de este tiempo en las relaciones de género y es la que plantea (93) Edwards, Verónica y otros.
El Liceo por dentro. Estudio
desafíos, tanto para el análisis como para el diseño de acciones educativas en el etnográfico sobre prácticas de
mundo juvenil, que se encuentra hoy más abierto y permeable a nuevas propues- trabajo en educación media.
tas de relación entre hombres y mujeres(93). PIIE. Santiago. 1995.
y engloba el proyecto de vida de buena parte de las mujeres de hoy”(116). Estos (116) Íbid. Página 80.
cambios en el estilo de vida de las mujeres jóvenes pueden producir que éstas
se tengan que enfrentar a nuevos riesgos. Se pueden producir “impasses serios
porque la cultura masculina está edificada sobre un cierto orden en las relaciones
entre los géneros que se funda en la expulsión de las mujeres y que los refuerza a
adoptar conductas de riesgo”(117). (117) Íbid. Página 80.
Aún cuando se vislumbran estos cambios que hacen menos marcadas las diferen-
cias entre la sexualidad de las mujeres y la de los hombres jóvenes, se siguen plan-
teando necesidades desiguales para cada cual en cuanto al tema sexual. “La ne-
cesidad sexual diferencial postula que los varones tienen una mayor necesidad de
tener relaciones sexuales que las mujeres. Viéndolo del lado de las obligaciones,
se espera que los hombres siempre estén dispuestos a tener relaciones sexuales
si una mujer está disponible; ello es parte de su condición de varón. Del lado de
las mujeres, su sexualidad estaría fundamentalmente ligada a lo afectivo, siendo
la búsqueda del placer por sí mismo una señal de disfunción o desorden”(118). En (118) Íbid. Página 81.
este sentido, se le adscribe el aspecto emocional a las mujeres, mientras que los
hombres deben reprimir aquellos aspectos relacionados con su emocionalidad.
“Las emociones han sido tradicionalmente definidas como femeninas, siendo un (119) Gogna M. Segundo taller de
investigaciones sociales en salud
signo de debilidad considerado como una amenaza a las identidades masculinas. sexual y reproductiva. CENEP.
Esto involucra a los niños que aprenden disciplinas corporales particulares, donde OMS. Buenos Aires. 1996.
se les enseña a ocultar sus vidas emocionales internas”(119). Página 80.
A pesar de este intento por parte de los adultos de retrasar la expresión social del
impulso sexual, es decir, de caracterizar las relaciones sexuales como impropias para
este momento de la vida de las y los jóvenes, ellas y ellos llevan acabo relaciones de
pareja y en su mayoría con presencia de relaciones sexuales con penetración.
Panorama conceptual 53
En ese sentido, los espacios de socialización como el liceo, los servicios de salud
y otros más globales como la política pública y los imaginarios sociales van repro-
duciendo estos cánones que refuerzan las nociones de prohibición y peligro que
las experiencias de sexualidad encierran.
De igual forma, podemos constatar como el discurso social fluctúa entre la oferta
desenfrenada y sexoide (la zanahoria) y los discursos moralizadores con caracte-
rísticas conservadoras con énfasis en lo represivo y culpógeno (el garrote). En
nuestro país, los grupos conservadores y las jerarquías de algunas iglesias, han
liderado procesos de definición de la política pública de facto que en torno a las
temáticas de sexualidad existen en el país. Recién este año 2005 se vislumbra una
apertura cuando el Ministerio de Educación consiguió instalar un Programa de
Educación en Sexualidad que se impartirá en los establecimientos educacionales
Municipales de enseñanza básica y media del país. Sin embargo, semanas después
se desató una fuerte polémica por la campaña de prevención del SIDA lanzada
por el Ministerio de Salud, en que el uso de preservativos aparecía como una de
las posturas más sugeridas.
Los dos principios fundamentales de la salud sexual y reproductiva son: el desarro- (128) Díaz Soledad. Realidades
y desafíos: Reflexiones de
llo humano y la responsabilidad social. Dentro del desarrollo humano se pretende
mujeres que trabajan en salud
“promover y mantener una sexualidad sana, basada en conductas y estilos de vida reproductiva. ICMER. Santiago,
saludables, así como en fuertes procesos educativos que hacen posible el desarrollo Chile. 1994. Página 15.
integral bio–psico–socio–cultural adecuado, asegurando el ejercicio de los dere- (129) Alberts Joop. Temas
chos humanos y reproductivos en pro de mejores niveles de salud y de vida”(128). de salud pública: en el
nuevo contexto de la salud
En relación con la responsabilidad social, se busca “la equidad y la igualdad entre reproductiva. Santiago, Chile.
hombres y mujeres, entre poblaciones urbanas y rurales, respetando las diferen- 1997. Página 12.
cias culturales, étnicas y de desarrollo”(129), en específico los de clase, género
(130) Íbid. Página 12.
y generacional.
Panorama conceptual 54
con factores socioculturales. Entre éstos se plantean(148): baja escolaridad y bajo (148) Íbid.
coeficiente intelectual de la madre, estado civil soltera e ilegitimidad del hijo/a,
baja edad del progenitor, bajo nivel socio económico, prácticas alimenticias de
la embarazada, abandono del progenitor, características del hogar, de apoyo fa-
miliar, bajos ingresos obtenidos en la actividad laboral de la madre adolescente,
entre otros. Es así como dependiendo del lugar que se ocupe en la estructura
social y de la localización geográfica (urbano–rural), van a ser distintas las causas
y consecuencias que el embarazo pueda generar.
Por otro lado, hay quienes señalan que los embarazos en mujeres jóvenes no
constituyen un riesgo en sí mismo, sino que su evaluación depende de las condi-
ciones específicas, tanto físico–biológicas, como económicas, sociales, culturales
y psicológicas de la posible madre. Cada contexto específico definirá las condicio-
nes que esa futura madre posee para sí misma y para su bebé tanto durante el
embarazo como en el parto, la lactancia y en el crecimiento posterior.
Si se sigue esta última lectura, se puede elaborar una posible tendencia en las
mujeres de acuerdo a su posición en la estructura social, dado que quienes po-
seen menores recursos económicos habrán contado con una alimentación más
deficitaria y con menor acceso a información respecto de su nueva situación, así
como menor claridad respecto del futuro que se les plantea ante el embarazo y
la maternidad.
nos estimulante para la madre, con lo cual ella también le presta menos atención
socio–afectiva, lo que, a su vez, refuerza la pasividad del niño”(164). (164) Íbid. Página 22.
Una de las oportunidades que se ve bastante diminuida para las jóvenes emba-
razadas pobres es la continuación de sus estudios. Las dificultades económicas
aumentan con el embarazo y con la llegada de un nuevo integrante a la familia y,
a pesar de que se han dado avances en el sistema educacional chileno en este sen-
tido, aún existe discriminación y falta de recursos adecuados, que obliga muchas
veces a las mujeres jóvenes a dejar sus estudios o a interrumpirlos para retomarlos
posteriormente en el sistema de educación de adultos.
En definitiva, se reproduce un espiral de pobreza debido a la falta de acceso a
educación, a oportunidades laborales, el hacinamiento en el hogar, la falta de
información o la dificultosa posibilidad de poder aspirar a construir otro proyecto
de vida más allá de tener un bebé.
4
Conclusiones
y recomendaciones
Conclusiones y recomendaciones 63
des juveniles —ni de ningún sector social—. Por esto el desafío es buscar otras
variables que nos ayuden a identificar con mayor precisión a los grupos con los
que deseamos vincularnos, en especial en la implementación de Política Pública.
Entonces más que criterios etáreos, hemos de insistir en usar la posición social
de cada sujeto en la estructura, en este caso por ejemplo en menores de 18 años:
ser estudiante secundario y para los servicios dirigidos a grupos menores de 14
años, ser estudiante del segundo ciclo de enseñanza básica. Ante esta posibilidad,
volver a preguntarse por las fronteras de edad es insistir en que ella explique lo
inexplicable desde la edad. Puede que alguien tenga más de 14 años y esté aún
en enseñanza básica, pero ello no es relevante si lo que interesa es que reciba los
servicios diseñados en este ámbito. Lo mismo por la parte alta del grupo jóvenes,
alguien puede egresar de enseñanza media con 16 años, entonces habrá que pen-
sar en servicios que acojan a ese segmento de la población que cambia su posición
en la estructura, pasa a estudios superiores (Universitarios, Instituto Profesional
o Centro de Formación Técnica), comienza a trabajar, se casa, busca empleo o es
cesante, o varias de las anteriores de manera simultánea.
Cuando esto no es posible, pues la población es un grupo heterogéneo con di-
versas posiciones sociales, sugerimos recurrir a la edad como variable común. Sin
embargo, el desafío está puesto en no construir desde ella significaciones que
refuercen las condiciones de subordinación de las poblaciones jóvenes y dentro
de ello, evitar la construcción de explicaciones naturalizadoras de las conductas
y opciones juveniles.
Una recomendación es desplegar en el Estado y sus diversos Servicios, en las Ins-
tituciones de la Sociedad Civil y otras, procesos que les permitan a sus profesiona-
les, técnicos y otros actores, sensibilizarse y cuestionar las nociones que utilizan
y la incidencia que ellas tienen en sus acciones, por lo tanto en las políticas que
implementan o que evitan implementar. Es decir, no sólo desarrollar capacitacio-
nes para la réplica de contenidos e informaciones, sino construir nuevas visiones
que les permitan modificar los puntos de partida que tienen sus propuestas.
En cuanto a la condición de género que viven las y los jóvenes es importante con-
siderar las diferencias entre hombres y mujeres jóvenes en torno a la sexualidad,
que se han ido volviendo menos rígidas en el transcurso del tiempo. Por ejemplo,
la maternidad ya no constituye el eje tradicional que define y determina su pro-
yecto de vida. En la actualidad muchas jóvenes vivencian una etapa de erotismo
asociado al placer y a la búsqueda de experiencias nuevas. Al mismo tiempo, los
estudios y el ingreso al ámbito laboral forman parte de la experiencia de una
creciente proporción de la población femenina joven.
Los cambios en el estilo de vida de las mujeres jóvenes pueden producir que éstas
se tengan que enfrentar a nuevos riesgos. Se pueden producir tensiones frente a
la cultura masculina, la que está construida sobre relaciones desiguales entre los
géneros. Persisten necesidades desiguales para cada cual en cuanto a la dimen-
sión sexual, lo que debiera reflejarse en acciones diferenciadas que incorporen la
perspectiva de género.
Los argumentos señalados en torno al debate respecto del embarazo en mujeres
jóvenes y la construcción social de que debiera tratarse de una experiencia que
tiene cierta fecha y características esperadas, ha tenido una alta incidencia en
el tratamiento que socialmente se le ha dado a la situación y en específico a las
mujeres involucradas y sus hijos/as.
Hemos señalado que desde un cierto proceso histórico el embarazo en jóvenes es
significado socialmente como un problema. Si bien no hay acuerdo en que se tra-
Conclusiones y recomendaciones 70
te, de por sí de un riesgo físico y de salud para la mujer joven, el eje del conflicto
está puesto en evitar embarazos mientras no han completado las tareas que los
mundos adultos han definido para las y los jóvenes.
La tarea principal es que completen su educación media y que egresen de ella, ya
sea hacia estudios superiores o que se integren al mercado. Ese es el piso mínimo
que se espera cumplan niñas, niños y jóvenes, para ello se supone que el Estado
chileno está preparado y tiene ofertas adecuadas.
Se han construido un conjunto de explicaciones estigmatizadoras en torno a la
temática, muchos de cuyos argumentos provienen de las concepciones adulto-
céntricas que hemos debatido en este estudio.
Es común que los padres jóvenes suelen tener más edad que la madre y la ma-
yoría de las veces son considerados adultos o al menos mayores de 18 años. No
obstante, en relación con la paternidad en jóvenes, es posible señalar que se
encuentra integrada en la formación de la identidad masculina, ya que aparecer
públicamente como padre tiende a consolidar la imagen de varón heterosexual
con capacidad de reproducirse —rasgo vital en sociedades patriarcales—. Sin
embargo, ello no es tan fundamental como para la mujer es la maternidad, en
virtud de que es posible no asumir las funciones de padre, sin que implique cues-
tionamiento al menos en relación con su condición viril, ya que ha demostrado
su capacidad de reproducirse.
En este sentido, el hombre tiene la posibilidad de renegar de su papel de padre,
cuestión que no le está permitida a la mujer. Si agregamos el hecho de que el
hombre joven muchas veces puede no hacerse cargo de su responsabilidad como
padre, relega en la mujer el ejercicio de ambos roles. Esto fundamenta con creces
la necesidad no solo de incrementar acciones en materia de prevención del em-
barazo no buscado en jóvenes y la promoción de su salud sexual y reproductiva;
sino además visibilizar en estos componentes la presencia de los varones. Esto
cobra sentido si, como quedó expuesto en la caracterización de la maternidad
juvenil, seguirá naciendo una cantidad significativa de hijos e hijas que en alguna
medida serán no buscados y/o no esperados, lo que redundaría en condiciones
de vulnerabilidad para ellos.
jóvenes de las áreas urbanas representan en promedio un 14 por ciento del total
de los nacimientos de la población femenina en edades fértiles que reside en estas
áreas en el país, la población femenina de 12 a 19 años de edad que reside en las
áreas rurales aporta poco más del 16 por ciento del total de nacimientos de las
mujeres de 15 a 49 años que habita estas áreas a nivel nacional.
El número medio de hijos/as por mujer en hogares pobres es aproximadamente
de 2.6 hijos/as lo que significa que la fecundidad de las mujeres pobres es un
45 por ciento más elevada que la de las no pobres. Esto reafirma la necesidad
de poner el énfasis en jóvenes en situación de pobreza, en virtud de una mayor
demanda no satisfecha en salud sexual y reproductiva.
Otro aspecto es la demanda de atención por parte de jóvenes debido a embara-
zo, parto y puerperio. En el período 2001–2003, se registra un promedio anual
de 436 mil egresos hospitalarios relativos a la atención de la población femenina.
De ellos, 262 mil, vale decir un 60 por ciento, se asocia a estas causas. Un 18,7
por ciento de las atenciones corresponde a la población femenina de 10 a 19 años.
Por otro lado, del total de egresos por “abortos” un 12.5 por ciento corresponde a
la población en el mismo tramo etario. Aquellos casos cuyo diagnóstico se asocia
a “complicaciones relacionadas con el puerperio y otras afecciones obstétricas”
en jóvenes representa un 22,2 por ciento del total de egresos por esta causa. En
2003, 29 mil jóvenes se encontraban embarazadas o amamantando. De estas, un
25 por ciento presentaba algún estado nutricional fuera del normal destacándose
un 14 por ciento por encontrarse en situación de sobrepeso.
Llama la atención la diferencia porcentual entre los egresos por “parto único
y espontáneo” y por “complicaciones del embarazo y el parto”. En el total de
mujeres es de un 15,6 por ciento, mientras que en la población de 10 a 19 años
de edad dicha diferencia es de un 27 por ciento, lo que habla de grados de riesgo
durante el alumbramiento en madres jóvenes. Podría desprenderse de esto que
existe mayor riesgo del alumbramiento en madres jóvenes, sea por la edad, situa-
ción de pobreza y otras condiciones socioeconómica que determinan la salud de
la madre y del hijo/a.
Es importante señalar que se observa un bajo nivel de control preventivo, espe-
cialmente en el primer embarazo. Durante el año 2003, del millón trescientos mil
jóvenes de 12 a 19 años de edad, solo un 5,1 por ciento habría asistido a algún
control médico, esto es, cerca de 57 mil jóvenes. Ahora, entre las jóvenes contro-
ladas a nivel nacional, un 39 por ciento lo habría hecho por motivos relacionados
con la maternidad y poco más de un 27 por ciento por causas asociadas al parto y
puerperio. Esto revela la falta de accesibilidad a los servicios de salud reproductiva
por parte de las jóvenes. Si consideramos la opinión de jóvenes entrevistados en
el presente estudio, salvo notables excepciones: la carente infraestructura, el
poco personal disponible y el bajo grado de vinculación entre el servicio de salud
y la comunidad obstaculizan el acceso.
Las cifras presentadas y las proyecciones de la fecundidad en jóvenes menores
de 20 años, amerita acciones de intervención de corto, mediano y largo plazo.
En el período 2000–2005 el aporte de la fecundad adolescente será de 15,45
por ciento; en el quinquenio 2005–2010 se reduciría a un 15,07 por ciento. A
partir de entonces esta cifra tendría un incremento de 15,25 por ciento en el
período 2010–2015; volviendo a descender a 15,8 por ciento en el quinquenio
2015–2020.
Las tendencias se explicarían por al menos dos factores combinados, utilizados
como supuesto para la elaboración de las proyecciones.
Un primer factor son los cambios experimentados recientemente (1992–2002)
Conclusiones y recomendaciones 72
E) Enfoques de abordaje
Respecto de los enfoques, hay tres líneas que es necesario relevar desde este es-
tudio. Una primera línea es género, en ella vemos que se carece de perspectivas
que releven las condiciones de género de las poblaciones jóvenes. Lo que más se
ha hecho hasta ahora es vitalizar la presencia de las mujeres y las implicaciones
que ello tiene en las experiencias que se despliegan. Se hace énfasis en la situa-
ción subordinada de las mismas y en la importancia de cambiar dicha situación.
Sin embargo, se reitera una cierta reducción de esa perspectiva de género sólo a
las mujeres, lo que limita las potencialidades que dicho enfoque puede aportar a
este tipo de experiencias.
De igual manera, cuando se analizan las situaciones de vida de las y los jóvenes,
tampoco se incorpora esta dimensión en dicha reflexión. Nuevamente se releva
sólo la situación de las mujeres distando mucho aún de miradas que desplieguen
enfoques de género como categoría relacional de lo femenino y lo masculino en
las realidades cotidianas. Por ello no es extraño que algunas de las experiencias
analizadas planteen que su preocupación por las muchachas jóvenes y ofertas
específicas sólo para ellas, constituyen experiencias de género.
Por otro lado, se observa que son muy pocas las experiencias destinadas a varones
jóvenes y que releven dicha condición como un pilar de sus estrategias, es decir,
aspectos como las identidades masculinas y la incidencia que su construcción
tiene en las experiencias de embarazo, paternidad, prevención, etc., no se ha
desarrollado significativamente aún.
Tal como ya señalamos, otra línea importante es la que releve la condición de
jóvenes de la población destinataria de las acciones de estos servicios. Enfoques
que les conciban como sujetos que poseen capacidades y potencialidades, que
pueden contribuir a la construcción de comunidad, no es lo más recurrente entre
las experiencias estudiadas. Se carece de perspectivas, que sin mesianizar ni idea-
lizar a las y los jóvenes, les conciban como potenciales aliados para el despliegue
de las estrategias por realizar. Se les invisibiliza en los estilos metodológicos utili-
Conclusiones y recomendaciones 74
F) Estilos metodológicos
Aquí se abre otra línea de conclusiones y recomendaciones, toda vez que desde
el mundo adulto se define como participación la asistencia de las y los jóvenes a
determinadas acciones que han sido definidas y lideradas por adultos —muchas
veces con públicos cautivos (obligados en algunos discursos juveniles) de escuelas
y liceos— y en las cuales existe un modelo que tiende a ser reiterado: la forma-
ción o capacitación de jóvenes, desde la entrega de un cúmulo de informacio-
nes, para que repliquen dicha información para otros u otras jóvenes o para que
modifiquen sus actitudes en pos de la prevención de prácticas sexuales de riesgo
—definición hecha por el mundo adulto— o para evitar embarazos tempranos
—plazo también definido por el mundo adulto—.
La discusión la podemos centrar en la epistemología educativa que está detrás de
este tipo de experiencias, ya que se centra en una acción cognitiva de aprendiza-
jes de cierta información que no necesariamente apela a las experiencias vividas
en este plano de la vida y refuerza la acumulación de conceptos. Lo anterior no
necesariamente generará involucramiento para un cambio de actitudes o para
una mayor preocupación personal por lo que se hace o se deja de hacer en este
ámbito. Es decir, podemos lograr que hayan jóvenes que verbalicen manejo de
información, pero no necesariamente que modifiquen sus actitudes a la hora de
tomar decisiones o que la vayan tomando sin necesariamente usar aquello que
se les ha transmitido.
Lo podemos decir así: “este enfoque epistemológico no pasa por el cuerpo de
las y los jóvenes”. Por ello se vuelve externalidad, es un objeto que puede ser
utilizado pero también rechazado y no modifica nada. Más bien recomendamos
poner en discusión las epistemologías —como modos de generación de cono-
cimiento— que están detrás de estas propuestas y apostar por aquellas que se
instalan desde la construcción de conocimientos que buscan relevar y validar las
experiencias —diversas e infinitas— que las y los jóvenes poseen y han vivido.
Ellas están llenas de conocimiento, poseen un alto valor, pero requieren ser escu-
chadas y legitimadas con respeto, aunque para lo “científicamente comprobado”
aparezcan como anormales, ilegales e inmorales, ya que todas esas calificaciones
pueden ser revisadas y debatidas, siendo ese debate un ejercicio de aprendizajes
muy significativo.
Dentro de esa nueva postura, habría que interrogar por las capacidades y vo-
luntades reales que existen en las y los actores adultos para desplegar este tipo
de acciones, sobre todo porque implicarían cambios de actitudes desde quien
socialmente ha sido definido como que lo sabe todo y lo tiene todo claro, hacia
alguien que se dispone a acompañar y apoyar procesos de vinculación horizontal
y democrática con las poblaciones jóvenes. De ninguna manera se trata de inhibir
la palabra adulta y tampoco la palabra que se fundamenta en estudios científicos,
más bien se recomienda disponerse a establecer diálogos intergeneracionales en
que la colaboración y la cooperación sean ejes que identifiquen.
Otro de eje de atención que ya enunciamos es que la participación de las y los jó-
venes es reducida a meros beneficiarios de estas ofertas y no se les concibe como
protagonistas de las mismas. Es claro que este aspecto cruza transversalmente
el conjunto de acciones dirigidas a jóvenes en la política pública de nuestro país.
Conclusiones y recomendaciones 77
Para muchas de las experiencias estudiadas, las y los jóvenes sólo son receptores
de los supuestos beneficios que estas iniciativas les darán. No existen en la mayo-
ría de ellas una interpelación respecto del rol que dentro de la iniciativa podrían
jugar estos sujetos y la incidencia formativa que ello podría tener. Es decir, por
ejemplo, si el ejercicio de derechos que se promueve de parte de las y los jóvenes
puede comenzar a vivirse desde la propia experiencia y no es una expectativa
planteada sólo respecto de un afuera de la misma.
Un obstáculo que aparece reiterado y que es necesario señalar es que las eva-
luaciones de las iniciativas tienden a hacerse hacia dentro de las mismas, funda-
mentalmente en cuestiones de funcionamiento interno, cobertura de asistencia
y uso de los recursos económicos. Casi no aparecen indicadores evaluativos que
apunten a los impactos en las poblaciones jóvenes, a las modificaciones de las
realidades en que están insertos, a la sostenibilidad de esos cambios y a las con-
tribuciones de nuevas políticas en este ámbito. Más bien lo que se releva son
algunas metodologías o técnicas innovativas, a las que se les confunde con estra-
tegias y se centra en ellas la replicabilidad de las experiencias. Entendemos que
en muchos casos los recursos económicos inciden en no disponer de evaluaciones
sistemáticas, pero entendemos que aún así amerita un replanteamiento respecto
a cómo observar los reales impactos de la acción que se implementa.
Una recomendación en este sentido es que han de generarse criterios orienta-
dores para el diseño de metodologías evaluativas que incorporen este tipo de
enfoques señalados y que apunten a constatar los tipos y niveles de incidencia
que estas políticas y acciones logran en las realidades en que se desenvuelven.
Sumado a lo anterior, se sugiere considerar la realización de sistematizaciones de
estas experiencias que permita abordar comprensivamente sus enfoques, estilos
metodológicos, estrategias de acción y otros aspectos que aportarían elementos
significativos para pensar su posible réplica.
En estos ámbitos se requiere de un esfuerzo por parte de la política pública que
guíe estas acciones y el tipo de diseño desde el que ellas se realizan, en que se
consideren tanto estos nuevos enfoques como estas premisas mínimas para que
tengan una incidencia mayor en las poblaciones jóvenes.
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En función del diseño de un Sistema de Protección Integral La presente publicación es parte de dichos estudios y
a la Infancia que asuma como tarea principal la generación sistematizaciones que tienen por objetivo el ser puestos
de condiciones de equidad para todos los niños y niñas, se a disposición de todas las instituciones, organizaciones
desarrolló un conjunto de estudios a modo de preinversión. o personas a las que la presente información les pueda
Para ello FOSIS en asociación con MIDEPLAN elaboraron un ser de utilidad, esperando contribuir con este trabajo a
conjunto de convenios con diversas instituciones tanto del la elaboración de políticas, prestaciones e intervenciones
mundo público como privado, para elaborar investigaciones que protejan el desarrollo integral de todos los niños y
temáticas y sistematizaciones de experiencias en ejecución, niñas que habitan el país.
abarcando distintas realidades y zonas del país.