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Juan Carlos Delgado

Algunas cuestiones
existenciales y sus
formas en la Pintura
Juan Carlos Delgado
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Última revisión: 15/01/09


Lima - Perú
A todos los que ya no están pero que siempre estarán.
Introducción

Cada vez que alguien se acerca y mira mis cuadros por un momento, un instante a veces, para
luego preguntar “y… ¿qué quiere decir?” me inquieta.

Entiendo que exista cierta timidez y, con la formación escolar de respuestas buenas y malas,
uno no quiera decir algo fuera de lugar. Quiero pensar que la mayoría tiene algo que comentar
pero no lo hace por una serie de motivos que no entraré a detallar, pero cuando es un colega el
que pregunta “y… ¿qué quiere decir?” me es difícil ocultar mi incomodidad.

¿Realmente hemos descuidado tanto nuestra sensibilidad? Con el Internet, la televisión por
cable y la telefonía celular, ¿estamos realmente más informados? A las pocas personas que
tienen la posibilidad económica de comprar cuadros, ¿les interesa el Arte seriamente o buscan
un objeto que simbolice su status social y, además, combine con su sillón?

Estas inquietudes son bastante personales, pero al observar (en días festivos sobre todo)
avenidas y centros comerciales abarrotados de consumidores compulsivos, interesados unos
más que otros por las borracheras de la selección de peruana de fútbol, los escándalos de
Britney Spears o el último hit de Daddy Yankee, me siento bastante aislado.

Este primer ensayo resume algunas reflexiones que me parecen importantes como ser
humano. Empieza cavilando ideas sobre el cosmos, la vida y cómo el budismo zen propone
respuestas, en su filosofía y expresión artística. Luego hago un paralelo con el arte de
Occidente y los roles que puede tener la pintura en el siglo XXI. Finalmente, resumo las
biografías de siete pintores que admiro mucho por hacer del arte un verdadero compromiso
de vida.

Para la presente investigación, debo agradecer las conversaciones con la historiadora de


arte Raquel Castro Carbonell, el PhD José Ishitsuka del Instituto Geofísico del Perú y al
maestro de meditación Alfredo Miñano. También a las bibliotecas de los diferentes centros
culturales, específicamente al Centro Cultural Peruano Japonés, al Instituto Cultural Peruano
Norteamericano, el Centro Cultural de España, la Pontificia Universidad Católica del Perú, la
Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú y el Museo de Arte de Lima.

San Miguel, 30 de diciembre de 2007


Algunas cuestiones existenciales y sus
formas en la Pintura

Comprender el por qué de las cosas ha sido una inquietud inherente al ser humano desde
que adquirió razón y conciencia. Ya sea a través del arte, la filosofía, la religión o la ciencia,
buscamos respuestas a nuestras preguntas existenciales (quiénes somos, de dónde venimos,
a dónde vamos) para vivir más tranquilos en un Universo lleno de misterios. Unos más
fundamentalistas, otros más escépticos, los seres humanos en conjunto somos parte del
instante milagroso de la Vida y nos aproximamos a ella con criterios, dogmas o formas de
expresión muy variadas.

Para entender cómo se originó el Universo, científicos como Stephen Hawking plantean una
Teoría Cuántica de la Gravedad, la cual matemáticamente no necesita de un Dios o un Gran
Creador para explicar un mundo autocontenido e ilimitado, con una serie de leyes físicas
(entre ellas, el principio de incertidumbre – no podemos calcular con certeza nada de lo que
ocurre a nivel subatómico) que lo sustentan.

Sin embargo, como el mismo Hawking señala, los físicos se han preocupado de cómo funciona
el universo pero no del por qué funciona así, por qué somos. Pregunta más compleja y, a su
vez, más interesante.

¿Por qué existimos?

Evidentemente, es más sencillo formular interrogantes que plantear respuestas. Es un hecho


que desde nuestro nacimiento estamos condenados a morir. Esto forma parte de nuestro
“contrato vital” y sería necio luchar contra un destino que compartimos incluso con las
estrellas y las galaxias mismas. Sin embargo, debemos ser conscientes que vivir en la Tierra
(y, más específicamente, en la biosfera) es de por sí un milagro, el único lugar en el universo
conocido donde existe vida. Estar vivos, y disfrutar de la fracción de segundo que nos ha
tocado en el Año Cósmico (se calcula que el Universo tiene 15 mil millones de años) es de por
sí extraordinario.

La Edad del Universo es un punto de apoyo que nos da la ciencia para reflexionar.
Estadísticamente, la Vida es la excepción, lo no explicado en los cálculos y (me gusta pensar)
posiblemente el error. Vivámosla plenamente, seamos felices todos los instantes posibles. No
desaprovechemos nuestro momento.
Si el universo fuera del tamaño de una playa cualquiera,
la Tierra sería mucho más pequeña que un grano de arena.
¿Qué constituye la felicidad? ¿Cómo se es feliz? Definitivamente se trata de una búsqueda
propia del ser humano y uno de los pilares de la sabiduría en todas las culturas. Una de las
vías para alcanzarla (o al menos para evitar el sufrimiento) es el zen.
El zen, así como el budismo en general, tiene sus orígenes en la India. Los místicos del
2000 a.C. trataban de suprimir los conflictos inherentes a la condición dual del mundo (luz-
oscuridad, vida-muerte, bien-mal) a través del ascetismo, el cual incluía ejercicios físicos,
dietas estrictas, meditación y negación del mundo sensorial. Así pretendían alcanzar el Uno
(Brahma).

En el siglo VI a.C., Siddartha Gautama se da cuenta que el exceso de negación reafirmaba la


individualidad del asceta, alejándolo del mundo sensible y de esta pretendida Unidad, por lo
que plantea una práctica que encuentre un equilibrio con la realidad cotidiana, no negándola
sino aprovechándola como lugar de acción para alcanzar la iluminación o condición búdica.
Así es como funda el budismo.

Esta nueva religión se dividió en algunas corrientes. El budismo mahayana, más flexible y
popular, se difundió en el norte de la India, el Tíbet, la China y Mongolia.

El monje Bhodidharma llevó la doctrina budista a China, donde fue adoptada por los filósofos
taoístas. Budismo y taoísmo no se contradecían sino que se combinaron en una nueva
filosofía, denominada Ch’an y que gradualmente derivaría en el término zen.

En 1191 el budismo zen fue introducido a Japón por el monje Eisai, donde se convirtió en
la religión más popular, amalgamándose muchas veces con las prácticas shintoístas en un
sincretismo cultural muy propio de la sociedad nipona.

¿Qué es zen?

El maestro Joshu Jushin (778 – 897) señala que “zen es nuestro pensamiento cotidiano”. Si
bien la explicación parece sencilla, debe entenderse que para alcanzar esa cotidianeidad el
practicante ha pasado por un riguroso entrenamiento de la mente con un maestro zen, hasta
abandonar las formas de pensar engañosas y dejándose llevar más bien por su centro (hara)
para armonizar con el universo. Sólo renunciando al predominio del pensamiento racional es
que puede alcanzarse este nuevo “pensamiento cotidiano”.
Estética

La filosofía o estilo de vida zen, tiene sus propias manifestaciones artísticas, hechas por los
mismos maestros, las cuales poseen algunas características formales precisas:

• Esencialidad. Muchos trabajos son hechos de un solo trazo.

• Vacío. Se le da valor al espacio en blanco, el cual no sólo refleja los silencios de la


mente sino que posee una fuerte carga expresiva, que muchos estudiosos califican
como un “silencio atronador”.

• Atemporalidad formal. Ausencia de la perspectiva renacentista.

• Integración del arte con la vida cotidiana. El arte zen se desarrolla muchas veces
sobre objetos de carácter utilitario (platos, biombos). El uso de la caligrafía es
también muy común para acompañar los trabajos.

• Empleo de materiales de sencilla fabricación. Principalmente papel y tinta.

• Busca provocar un despertar (satori), un choque en la conciencia del espectador.

Para la simbología zen, el círculo representa la perfección y la infinidad de formas.


La primera forma es el triángulo y la segunda, el cuadrado.
Estos valores influyeron gradualmente en el arte occidental, inicialmente a través de la
difusión del grabado japonés en Europa, la Gran Exposición Universal que se dio en París en
1900 y el intercambio de correspondencia entre artistas e intelectuales de Europa y Japón. Si
bien la búsqueda existencial es vocación de algunos hombres sin importar el contexto, no es
casualidad que el aprovechamiento del espacio en blanco o la fuerza gestual de la pincelada se
evidencie en el arte abstracto (geométrico, lírico o expresionista) de aquellos años.

Décadas más tarde, tanto los intentos de Marcel Duchamp (colocando un urinario dentro de
una galería como “obra de arte”), de provocar un choque en los consumidores de arte, como
los del movimiento “Fluxus”, de integrar arte y vida cotidiana (invitando a los espectadores a
incursionar en las obras, quitándoles su rol pasivo) también manifiestan coincidencias con el
espíritu de la estética zen.

En el siglo XXI, con el boom del Internet, las telecomunicaciones y las industrias del
entretenimiento, la Pintura y el Arte en general necesitan reflexionar sobre su hacer,
reinventarse y plantear su rol social con más claridad. Los valores de la estética zen son
un gran apoyo, al menos para proponer alternativas de expresión que canalicen algunos
contenidos existenciales.

Es importante señalar que el discurso contemporáneo, multidisciplinario y pluricultural, no


plantea una definición de lo que es el “Arte”. Para el reconocido historiador del arte Ernst
Hans Gombrich, no existe el Arte sino los artistas. Son ellos quienes expresan, con mayor o
menor profundidad, las cualidades estéticas de un contexto determinado.

Su raíz latina ars, que quiere decir habilidad, hace referencia a la realización de acciones,
como el arte de contar historias, de cocinar, de persuadir a un auditorio, etc. Y si bien la mera
pericia técnica ya puede considerarse un arte, existen artistas con un genio capaz de concebir
de forma original toda una visión del mundo.

El arte de la pintura

En el dominio de las artes plásticas, y más específicamente en la pintura, han existido dos
formas de representación a lo largo del tiempo: la figurativa y la abstracta. Siendo ejemplos
de la primera las pinturas rupestres en las cuevas de Lascaux, los paneles góticos de Simone
Martini o las acuarelas costumbristas de Pancho Fierro; y de la segunda, buena parte del arte
hecho por los monjes zen en Japón, la decoración geométrica en la arquitectura árabe del s.
XVII, las composiciones de Kandinsky en Europa, etc.

Estas dos grandes tendencias o “impulsos antropológicos” (Worringer, 1908), pueden a su


vez combinarse con dos dimensiones humanas complementarias: la racional-matemática y
la emocional-intuitiva. Así, existirá un arte figurativo racional (clásico) y un arte figurativo
emocional (romántico), un arte abstracto racional (abstracción geométrica) y un arte abstracto
emocional (abstracción lírica), con una serie de manifestaciones intermedias.

Con la aparición de la fotografía a finales del s. XIX y con el avance general de las
telecomunicaciones durante todo el siglo XX, el contenido figurativo de la pintura fue
fuertemente cuestionado, siendo el aspecto emocional uno de los valores estéticos principales
en la mayor parte de sus representaciones.
Por otro lado, el arte abstracto, en sus vertientes lírica, geométrica o expresionista, tuvo
un gran impulso a lo largo del siglo XX. En búsqueda del “arte puro” o la “pintura pura”,
sin necesidad de referenciales, artistas como Wassily Kandinsky, Piet Mondrian, Kazimir
Malévich, Jackson Pollock o Mark Rothko dedicaron sus vidas a crear obras universales, que
lograsen integrar, como en la Antigüedad, arte, filosofía y religión.

Es en esta tradición pictórica donde encuentro el mayor potencial para la pintura de nuestros
días. Enfrentarse con el lienzo en blanco e ir descubriendo el cuadro en el hacer mismo puede
llegar más allá de la experiencia plástica para llegar a un hacer existencial e incluso religioso,
entendiendo por religión a “la respuesta formal y elaborada a la existencia del hombre y cómo
puede ser compartida en la conciencia y a la vez del ritual con otros” (Fromm, 1975). Más allá
de cualquier tendencia dogmática, creo que el arte a través de la pintura puede manifestar un
gran canto de interioridades, donde podemos hallarnos todos.

Poner algo en el lienzo en blanco no es fácil. Sin embargo, a medida que trabajas, las imágenes
van surgiendo. La pintura es, en este caso, un proceso estético y de autoconocimiento. Allí es
donde percibo uno de sus mayores aportes para con el aparato social.

En cuanto a formas, si bien la figuración y los patrones de belleza pueden ser reproducidos
por una cámara fotográfica o una computadora, el nerviosismo de la pincelada y aquello que
expresa la pulsación individual, todavía no lo son. Las personas tenemos un ritmo particular,
que lo dicta el corazón, mientras que la máquina necesita una estandarización basada, en el
caso de la tecnología digital, en ceros y unos.

El latido de la Vida y de la Creación está en cada uno de nosotros. Hay diversas formas de
conectarte con esta Creatividad Esencial. El arte es una de las formas más libres, saludables y
placenteras de entrar en conexión.

Empezar el camino es lo más importante. Sostenerse en él, más aún.

El artista e investigador Harold


Cohen ha desarrollado el
complejo software AARON.
Combinando una serie de da-
tos basados en las teorías del
color y patrones de belleza, el
programa puede producir 50
imágenes de gran calidad en
una sola noche. A la izquierda,
un ejemplo
7 caminantes
Georges Seurat (París, 1859-1891)
Uno de los máximos representantes del neoimpresionismo, creador de la técnica del
puntillismo, adelantándose a su tiempo y proponiendo los primeros acercamientos serios
entre arte y ciencia.
Estudió varios tratados de óptica: las leyes de los contrastes complementarios de Eugene
Chevreul, la teoría del tricromatismo del físico inglés Thomas Young y el estudio “Modern
Chromaties” del estadounidense Orden Nicholas Road (1878). Su rigurosidad científica
se refleja también en sus hábitos de trabajar, que incluían horarios fijos y una meticulosa
sistematización de su técnica.

Sus obras más representativas son Un baño en Asnières y Un domingo de verano en


la Grande Jatte, realizadas entre 1883 y 1886. Juntando ambos cuadros, de grandes
dimensiones, “Seurat pensaba crear un gran panorama de su época, en el que se vieran la
luz y las sombras, el rico y el pobre, lo bueno y lo malo, en una gran composición y según los
últimos logros de la ciencia” (Düchting, 2000).

Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte (1884-1886).


Como para la mayor parte de sus grandes cuadros, Seurat realizó numerosos estudios previos
Su obra sería fundamento de la pintura científica.
Vincent Van Gogh (Zundert, 1853 - Auvers, 1890)
Otro genio de la pintura postimpresionista. El atormentado Van Gogh influyó de forma
decisiva en el movimiento expresionista, buscando objetivar lo subjetivo mediante la
pincelada y el color. Su obra es abundante, cerca de 750 cuadros y 1600 dibujos.

Hijo de un pastor protestante holandés, fue estudiante de teología y evangelizador en las


minas de Wasmes, Bélgica. Sus primeras composiciones ponen en evidencia el intenso deseo
de expresar la miseria y los sufrimientos de la humanidad tal y como él los vivió entre los
mineros.
En 1886 fue a París a vivir con su hermano Théo y allí se familiarizó con los nuevos
movimientos artísticos. Influido por la obra de los impresionistas y por la de los grabadores
japoneses como Hiroshige y Hokusai, comenzó a experimentar con las técnicas de la época.
Más adelante adoptó los brillantes matices pictóricos de artistas franceses como Camille
Pissarro y Georges Seurat.

En 1888 se trasladó al sur de Francia con la esperanza de atraer allí a algunos de sus amigos y
fundar con ellos un estudio de pintura, la “Casa Amarilla”. Allí pintó escenas rurales, cipreses,
campesinos y otras características de la vida de la región. Durante ese periodo en el que vivió
en Arlés, empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos
relacionados con obras tan conocidas como La habitación de Vincent en Arlés (1888) y Noche
estrellada (1889). Para Van Gogh todos los fenómenos visibles parecían estar dotados de una
vitalidad física y espiritual.

Las más de 700 cartas que escribió a su hermano Théo (publicadas en 1911) constituyen
un documento extraordinario sobre la vida de un artista apasionado y muy enterado de lo
producido en su tiempo. Su personalidad conflictiva y sus trastornos depresivos lo llevaron a
cortarse la oreja, ser internado en el sanatorio de Arlés y dispararse un tiro el 27 de julio de
1890. Moriría dos días más tarde.

En este autoretrato
realizado entre 1889 y 1890
puede percibirse la
atormentada personalidad
de Van Gogh.
Adelantándose a su tiempo
a través de su abundante
obra, moriría en
condiciones de pobreza.
Paul Gauguin (París, 1848 - Atuana, 1903)
Pilar del arte moderno y padre del simbolismo en la pintura. El aventurero Paul Gauguin
renunció a las convenciones de su época, viajando a Las Antillas en busca de un arte primitivo
y verdadero.
Nació en París. Trabajaba originalmente como agente de bolsa, llevando una confortable vida
burguesa con su mujer, la danesa Mette-Sophie Gad, y sus cinco hijos. En 1874, después de
conocer al pintor Camille Pissarro y ver la primera exposición de los impresionistas, se hizo
coleccionista y pintor aficionado. Participó en varias exposiciones antes de decidir hacer de la
pintura su vida. Se separó de su familia.

Entre 1886 y 1891 Gauguin vivió principalmente en la Bretaña liderando un pequeño grupo de
pintores experimentales conocidos como la escuela de Pont-Aven. Se alejó del impresionismo
y adoptó un estilo menos naturalista, al que denominó sintetismo. Halló inspiración en el arte
indígena y en los grabados japoneses; estos últimos los conoció a través de Vincent van Gogh
en 1888, durante los dos meses que vivieron juntos en Arlés. Su nuevo estilo se caracterizó por
la utilización de amplias zonas planas de colores encendidos (atemporalidad formal), como en
el Cristo amarillo (1889).

En 1891, arruinado y endeudado, se embarcó hacia Tahití escapando de la civilización europea


y de todo lo que le significaba artificial y convencional. Influido por el ambiente tropical y
la cultura polinesia, su obra fue cobrando fuerza expresiva a medida que profundizaba sus
temas, la escala de sus cuadros crecía y sus composiciones se simplificaban. Su obra maestra
es la inmensa alegoría, considerada su testamento pictórico, ¿De dónde venimos, qué somos,
dónde vamos? (1897), pintado inmediatamente antes de su intento de suicidio.

Sus experimentaciones atrevidas con el color constituyen el antecedente directo del fauvismo
y en la posterior escuela expresionista.

En ¿De dónde venimos, qué somos, dónde vamos? (1897) Gauguin retrata de derecha a izquierda los ciclos
vitales del ser humano, desde el naciomiento, la juventud, madurez, vejez y muerte,
acompañadas por los dioses.
Wassily Kandinsky (Moscú, 1866 - París, 1944)
“(…) el Arte no es sólo pariente de la Naturaleza sino que se somete con placer a sus leyes.
Someterse a sus leyes, llegar a ser su mensaje lleno de sabiduría, es la mayor satisfacción
del artista” (revista Cuadernos de arte números 5 y 6, 1935).

Kandinsky es uno de los más grandes maestros de la pintura y del arte abstracto en general.
Pionero en la abstracción lírica, desempeñó un papel fundamental como artista y teórico
moderno.
Nacido en Moscú, decidió convertirse en pintor a los 30 años por convicción moral. Como
la mayor parte de pintores abstractos, se inició en una línea naturalista. A partir de 1909,
después de un viaje a París en el que quedó profundamente impresionado por la obra de los
fauvistas y de los postimpresionistas, su pintura se llenó de color y adquirió una organización
más libre. Hacia 1913 comenzó a trabajar en las que serían consideradas como las primeras
obras totalmente abstractas dentro del arte moderno: no hacían ninguna referencia a objetos
del mundo físico y se inspiraban en el lenguaje musical, del que tomaban los títulos.

“Así como existe una música sin palabras, también existe una pintura con y sin objeto”.

Su influencia en el desarrollo del arte del siglo XX se hizo aún mayor a través de sus
actividades como teórico y profesor. En 1912 publicó De lo espiritual en el arte, primer tratado
teórico sobre la abstracción, que difundió sus ideas por toda Europa. Impartió clases en la
Academia de Bellas Artes de Moscú y en la Bauhaus de Alemania.

Kandinsky hacía mucho énfasis en estar atentos a la necesidad interior del artista.
Ella guiaría un proceso de improvisación, construcción y composición para llegar a las grandes obras.
Piet Mondrian (Amersfoort, 1872 - Nueva York, 1944)
Pieter Cornelis Mondriaan nació en Holanda y llevó el arte abstracto geométrico hasta sus
últimas consecuencias. Como muchos otros artistas de la época, recibió la influencia de la
Sociedad Teosófica de Helene Blavatsky, la cual sostenía que la vida estaba orientada a la
evolución (el arte debía reflejar ese principio) y las investigaciones del matemático Mathias
Schoenmaekers sobre las fuerzas geométricas que dominan la naturaleza. Mondrian llevó su
trabajo a una simplificación radical, donde sólo existirían tres colores (rojo, amarillo y azul),
tres no-colores (blanco, gris y negro), líneas verticales y horizontales.
En 1917 junto con su compatriota, el pintor Theo van Doesburg fundó la revista De Stijl, en
la que desarrolló su teoría sobre las nuevas formas artísticas que denominó neoplasticismo.
Sostenía que el arte no debía implicarse en la reproducción de imágenes de objetos reales, sino
expresar únicamente lo absoluto y universal que se oculta tras la realidad.

Cuando se trasladó a Nueva York en 1940, su estilo había logrado una mayor libertad y un
ritmo más vivo. “No quiero cuadros. Lo único que quiero es descubrir cosas” es una de sus
últimas frases conocidas. Consideraba que el arte del futuro no sería para decorar ambientes
sino para dotarlos de sentido y unidad.

La obra de Mondrian tuvo una gran repercusión a lo largo del siglo XX, en la pintura, la
arquitectura, el diseño industrial y las artes gráficas.

La concepción
de armonías
numéricas de
Mondrian manifiesta
su herencia
holandesa: el triunfo
del espíritu humano
sobre la naturaleza
y la religión
puritana.

En lengua
neerlandesa, la
palabra schoon
comprende las
dos acepciones
de “bello” y “puro”
(Jaffé, 1984).
Kazimir Málevich (Kíev, 1878 – San Petersburgo, 1935)

Pintor ruso. Junto con Piet Mondrian, fue la figura más importante de la abstracción
geométrica.

Llegó a la abstracción a través de la percepción del cuerpo humano. Su obsesión por las
propiedades místicas de la geometría lo harían buscar una proporción ideal que halló en el
cuadrado.

En la última exposición futurista de 1915 presentó su cuadro Cuadrado negro sobre fondo
blanco, acompañado del manifiesto Del cubismo al suprematismo en arte, del nuevo realismo
en la pintura a la creación absoluta.

Según Málevich, el suprematismo tuvo tres fases: la fase negra, donde obedecía el principio
del mínimo esfuerzo del filósofo Richard Avenarius (1876); la fase roja, asociada a la
revolución socialista rusa; y la fase blanca, orientada más a la labor docente y al diseño
arquitectónico (“arte en la vida”) que a la pintura de cuadros. Su última composición
suprematista fue Cuadro blanco sobre fondo blanco (1918). ¿Qué podría pintar después?

“Dentro del suprematismo la cuestión no es pintar. La pintura se ha acabado hace mucho


tiempo” (1920) es uno de los pensamientos de Málevich que se adelantan a las propuestas del
arte minimalista y conceptual.

Cuando se dedicó a la docencia, era curioso ver pasear a Málevich con sus alumnos por las plazas rusas,
todos cargando sus cuadrados negros sobre fondo blanco.
Jackson Pollock (Wyoming, 1912 - Nueva York, 1956)
“Pintar es descubrirse a sí mismo”

Principal representante de la pintura de acción y de la Escuela de Nueva York. Apasionado por


las investigaciones psicoanalíticas de Jung sobre los arquetipos del inconciente colectivo, creó
el expresionismo abstracto, desarrollando obras de gran formato, las cuales trabajaba “desde
dentro de la pintura” (Golding, 2003).
Inspirado en el arte indio norteamericano, inventó la técnica del dripping que consiste en
derramar, dejar gotear o lanzar pintura sobre un lienzo colocado en el suelo.
Genio de personalidad muy compleja, llegó a la convicción de que si bien el arte tenía que
ver con la comunicación, también se ocupaba del descubrimiento de uno mismo. Vivía la
dicotomía entre la búsqueda del yo y el anhelo de identificación con un absoluto, mayor
que el yo.
Falleció el 11 de agosto de 1956 a consecuencia de un accidente de automóvil. Manejaba ebrio.

Lucifer (1947) es una de las primeras obras del expresionismo abstracto que utilizó la técnica del dripping. Si
bien Pollock se encontró como pintor, nunca pudo lidiar con sus demonios internos.
Sus problemas con el alcohol lo llevaron a la muerte.
IN
0_1
Acrílico sobre mdf
70cm x 100cm
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Acrílico sobre mdf
70cm x 100cm
ki
Acrílico sobre mdf
70cm x 100cm
13
Técnica mixta
70cm x 100cm
píldoras
Técnica mixta
135cm x 105cm
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Técnica mixta
244cm x 122cm (díptico)
cópula
Técnica mixta
244cm x 122cm (díptico)
fin
Acrílico sobre lienzo
105cm x 135cm
Referencias

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Arnold, Paul / “Con los sabios místicos de Japón” / Editorial Dédalo / Argentina / 1986

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Dawson, Barry / “Street Graphics: Tokyo” / Thomas & Hudson / Estados Unidos / 2002

Düchting, Hajo / “Seurat” / Taschen / Alemania / 2000

Editorial Sol 90 / “Gran Atlas Universal: (T1 – Mundo)” / El Comercio / Perú / 2002

Gutiérrez, Fernando / “Japón y Occidente: influencias recíprocas en el arte” / Ediciones Guadalquivir /


España / 1990

Hawking, Stephen W. / “Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros” / Alianza Editorial /
España / 2003

Holding, John / “Caminos a lo absoluto: Mondrian, Málevich, Kandinsky, Pollock, Newman, Rothko y
Still” / Fondo Turner de Cultura Económica / España / 2003

Kandinsky, Wassily / “La gramática de la creación” / “El futuro de la pintura” / Paidós / España / 1996

Ministerio de Asuntos Exteriores; Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas; Sociedad


Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEA CEX) / “Feito” / España / 2002

Navarrete Stagnaro, Julia / “Piet Mondrian y la abstracción en pintura: aproximaciones a la idea de un


lenguaje universal” / Pontificia Universidad Católica del Perú / Perú / 2005

Roncoroni, Humberto / “Artware3: software, naturaleza, arte” / Instituto Cultural Peruano


Norteamericano – ICPNA / Perú / 2005

Suzuki, D. T.; Fromm, Erich / “Budismo zen y psicoanálisis” / Fondo de Cultura Económica / España /
1975

Varios autores / “Bit bang” / Centro Cultural de España / Perú / 2001

Varios autores / “El arte abstracto: los dominios de lo invisible” / Fundación Cultural MAPFRE Vida /
España / 2005

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Wiedemann, Julius / “Webdesign: portfolios” / Estados Unidos / 2005

Enciclopedia electrónica “Microsoft Encarta 2007 Biblioteca Premium”

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