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Magaly Muguercia
Ha muerto en estos días el maestro catalán Ricard Salvat. Hace pocos años nos
llevaba con malos tratos como si fuera un inmigrante. Ya dentro del contenedor
impresionante...1
El gusto por el “performance art” está vinculado con el deseo de ver actos
Una mujer baña a un hombre dentro de una tina de sangre, restriega su piel con
un pulpo...
policías le preguntan por qué hace eso y él contesta: "porque tengo hambre". Se lo
llevan preso.3
En Chile, los visitantes de una galería observan una juguera (“osterizer”) llena
Marvin Carlson apunta que, en los años 70 y 80 del siglo XX, el término fue
usado por los teóricos, en esta primera acepción, para designar un teatro que “trataba lo
las fronteras que separan el arte de la vida y desafía al sujeto a intervenir en una
1
Ricard Salvat, “El retorno del teatro político. El renacimiento de las aportaciones de
Piscator”, en Conjunto no. 133, La Habana, 2004.
2
Antonio Prieto Stambaugh, “En torno a los estudios del performance, la teatralidad, y
más. (Notas para una conferencia)”, CRIM, 13 de septiembre de 2002.
3
Antonio Prieto S., “Pánico, performance y política: cuatro décadas de acción no-
objetual en México”, http://performancelogia.blogspot.com/2007/01/pnico-
performance-y-poltica-antonio.html (ca. 2001).
4
Marvin Carlson, “Theories of drama, theatre and performance”, en Oxford
Encyclopedia of Theatre and Performance, Oxford, 2003. t. 2, p. 1359.
2) En la segunda acepción, performance se entiende como un principio de la cultura
enmarcado para desarrollar secuencias vivas de acciones que, sujetas a alguna pauta
designar:
performance en las artes escénicas; pero también en una procesión religiosa, en los
Desde estas dos acepciones del concepto performance — como arte y como
últimos veinte años una mirada que tiende a describir, en el teatro y en la danza, lógicas
Fuera del teatro, los estudios de performance registran la “teatralidad” generada por
1
Richard Schechner, Performance Studies. An Introduction, London & New York,
Routledge, 2002, p. 2.
disidencia. Así, hoy en día son frecuentes los estudios sobre la presentación social
pobre, mujer, indígena, negro, homosexual, joven, proscrito. En este sentido una mirada
En este sentido amplio del término performance, se pueden estudiar desde los
hasta la tradición del encuentro en los cafés de Buenos Aires, los códigos espectaculares
del narcotráfico y el terrorismo, o las formas casi danzadas de tránsito vehicular en las
ellos, sobre el paisaje más desequilibrado del planeta. Las elabora, en el arte, en una
zona donde lo estético quiere derramarse hacia la vida o, en la vida, cuando una
1
Recuerdo aquí un libro precioso: Dans la splendeur d’un après-midi d’histoire (Port-
au-Prince, Henri Deschamps, 1996), del antropólogo francés, recientemente fallecido,
Gérard Barthélémy, en su capítulo dedicado al tráfico en Puerto Príncipe.
describir, en la América Latina, estas identidades múltiples, partidas entre la energía y el
obstante, sigue ahí; a cada tanto repite: “yo no tengo voz”. Su juego alterna con la
todas las prohibiciones que llevan inscritas en el color diferente de su piel (el tema
encuentro de sus deseos. Solo pon más luz y huye de la redundancia. Allí, en el plano de
de las mujeres, trabajo de un actor con la neutralidad aparente. El actor que se mantiene
América Latina y lo latino desde los EEUU. Pero es preciso recordar que en ese país
alcanzó su definición inicial el arte de performance en los años 60, y que también allí
aparecieron, por esta misma época, estudios pioneros sobre las performances sociales.
de Performance y Política, que dirige Diana Taylor. La función de este instituto es,
precisamente, hacer de puente entre artistas y estudiosos de performance radicados en
Tampoco incluyo en esta primera incursión los aportes teóricos realizados por
los artistas latinoamericanos de teatro y la danza. Mucho han contribuido ellos a sugerir
lógicas políticas nuevas, no ideológicas, que han descubierto al investigar con sus
actores desempeños corporales alternativos que afectan una situación de grupo. Pienso
Gómez Peña y Coco Fusco, en Rosa Luisa Márquez y Martorell, en Puerto Rico, o en
Víctor Varela, Carlos Díaz y Marianela Boán, en Cuba (y fuera de ella); en las
Brasil descuella por la variedad y calidad de miradas que analizan hoy aspectos
el director e investigador André Carreira ha venido elaborando desde hace más de una
década estudios sobre las modalidades de teatro popular, teatro de calle y la constitución
del grupo teatral a lo largo de la historia de la escena brasileña del siglo XX. Los
y las disposiciones específicas del cuerpo del actor que se ocupa en estas zonas de la
experimentación teatral. Sus ensayos sobre “El riesgo como un camino material para
reciente “Teatro como invasão”3 nos revelan conexiones esenciales entre formas de
exposición física extrema, ocupación del espacio de la ciudad y estrategias teatrales que
político como re-situación del público sobre espacios conflictivos reales de la ciudad de
Sao Paulo: una cárcel, el lecho y las orillas del contaminado río Tieté, y un albergue
público de la ciudad. “Heridas de la ciudad expuestas”, dice ella, donde los espectadores
la contaminación del trabajo [teatral] por una realidad que no admite ser solo
representada: ella quiere estar allí presente y se impone, creando una sobre-
Para la investigadora esta presencia del espectador en el espacio ajeno debe ser
pactada. Pero una vez establecido el pacto, no hay marcha atrás. Es necesario navegar
interactuar con la “interferencia”, con la reacción imprevisible que viene de los presos,
1
André Carreira, “Risk As a Material Path to Explore Theatricality and Brazilian
Contradictions: A Reply to William Stanton”, TDR (EEUU): The Drama Review,
Volumen 46, no. 4, Winter 2002.
2
André Carreira, “Sobremodernidad y No-Lugares: el teatro callejero como
resistencia”, Revista Conjunto (La Habana), no. 134, 2005.
3
André Carreira, “Teatro de invasão. Redefinindo a ordem da cidade”, en Evelyn
Furquim Werneck, Espaço e teatro: do edifício teatral à cidade como palco, Rio de
Janeiro, 7Letras, 2008, p. 67-78.
4
Silvana Garcia, “Teatro político. Anverso y reverso”, en Territorio teatral (Argentina),
no. 1, mayo de 2007: http://territorioteatral.org.ar/html.2/articulos/pdf/02.pdf
Según Silvana García estos espectáculos se caracterizan porque:
(GIPE-CIT) dirigido por el profesor Armindo Bião, con sede en Bahía, o el Grupo de
Armindo Bião, junto con Chiristine Greiner, fue promotor y editor, en 1998, del
1
Silvana Garcia, “Teatro político. Anverso y reverso”, en Territorio teatral (Argentina),
no. 1, mayo de 2007: http://territorioteatral.org.ar/html.2/articulos/pdf/02.pdf
2
Christine Greiner y Armindo Bião, Sao Paolo, Anna Blume, 1998, p. 8.
3
Armindo Bião, Antonia Pereira, Luiz Claudio Cajaiba y Renata Pitombo, Temas em
Contemporaneidade, Imaginário e Teatralidade, Sao Paulo, Anna Blume, 2000.
espetaculares (mais ou menos) organizados e objeto desta almejada cenologia
Como era de esperar, el área de estudios brasileños sobre danza hoy forma parte
importante de esta nueva perspectiva teórica. Igualmente los estudios etnológicos sobre
hace quince años indagaciones sobre rituales afrobrasileños en los que tomó como eje la
categoría de la “encrucijada”:
Una investigación más reciente de Martins versa sobre las “Performances del tiempo y
tiempo no lineal.
1
Christine Greiner y Armindo Bião, op. cit.
2
Leda Martins, Afrografias da Memória. O Reinado do Rosário no
Jatobá, Belo Horizonte, Perspectiva/ Mazza, 1997.
3
Ibid, p. 28.
4
Leda Martins, “Performances do Tempo e da Memória: os congados”, Revista de
Teatro, Crítica e Estética (Rio de Janeiro), no. 12, 2003.
Los trabajos de la imaginación filosófica y etnológica de Leda Martins
de pensamiento no occidentales.
directores y dramaturgos que, en los últimos 20 años, conforman lo que Jorge Dubatti
memoria histórica. Allí creo que se activa una ética que bebe en Foucault, Deleuze y
Dubatti.
1
Ver Eduardo Pavlosvky, La ética del cuerpo; y Pavlovsky, Kesselman y de Brasi,
Escenas multiplicidad.
2
Ver Ricardo Bartís, Cancha con niebla, Buenos Aires, Atuel, 2003.
3
Jorge Dubatti, Filosofía del teatro I, Buenos Aires, Atuel, 2007.
prácticas artísticas concretas de los últimos veinte años en Argentina que producen una
concepciones estéticas y políticas”1 que él ilustra en sus estudios sobre las poéticas de E.
teatralidad se vive como una ética del cuerpo, en enclaves producidos “fuera” y a
Por último Dubatti se refiere a la performance fuera del arte y habla sobre una
teatro a redefinirse.2
teatro argentino3 y, actualmente, llamar la atención sobre los estudios de Norma Adriana
Scheinin4 sobre teoría del cuerpo y la nueva mirada crítica en el teatro a la luz de los
enfoques de performance.
1
Jorge Dubatti, “A propósito de los 25 años de historia”, octubre de 2008,
http://www.teatroenlaargentina.com.ar/index.php/ensayos-y-estudios/48-a-
proposito-de-los-25-anos-de-historia-.html
2
Jorge Dubatti, “Por qué hablamos de Postdictadura. 1983-2008”,
http://www.salta21.com/spip.php?article1348.
3
Beatriz Trastoy y Perla Zayas de Lima, Los lenguajes no verbales en el teatro
argentino, Publicaciones Universidad de Buenos Aires, noviembre de 1997.
4
Norma Adriana Scheinin, “Hacia una actualización de la mirada crítica del fenómeno
teatral”, en Telón de fondo (Argentina), no. 3, julio de 2006, www.telondefondo.org/ y
“La demasía del cuerpo: un abordaje de la teatralidad”. en Telón de fondo (Argentina),
no. 2, diciembre de 2005.
Una última nota sobre Argentina: es apreciable la gravitación sobre
investigadores y artistas argentinos del pensamiento de Beatriz Sarlo, una figura que
marca pauta en ese país en teoría literaria y estudios de la cultura. Se siente en ellos la
deuda con esta persistente reescritora de la memoria, interesada en distinguir las huellas
iniciaron aquella ronda solemne y peligrosa que fue durante años encarnó la voz pública
contra el régimen. Después vinieron los cacerolazos y el memorable evento del Teatro
Estos últimos son actos de repudio espectaculares contra figuras del antiguo régimen
militar o contra los nuevos depredadores. A este propósito quiero mencionar los estudios
vacía de un cuerpo a escala natural. Esas siluetas amanecían pegadas a los muros de la
los escraches que surgieron después, en los años 90. Estos están animados por
aquellos espacios de la ciudad donde persiste la memoria o la persona real del genocida.
1
Ana Longoni, “El Siluetazo y su legado”, introducción a Ana Longoni y Gustavo
Bruzzone. El siluetazo, Buenos Aires, 2006.
En este procedimiento performativo de revelación de lo oculto, el espacio es cercado y
máscaras y disfraces.
latinoamericano con fronteras con los Estados Unidos, su imaginario político está
marcado por la tensión entre el nacionalismo mexicano y el éxodo masivo de los pobres
poético.
posmoderna y sus rituales. Se debe a Monsiváis Los rituales del caos1, un clásico para
además, con las investigaciones precursoras de Gabriel Weisz en torno al cuerpo. Este
1
Carlos Monsiváis, Los rituales del caos, México, Ediciones Era, 2001.
2
Gabriel Weisz, El juego viviente, México, Siglo XXI, 1986.
3
Gabriel Weisz, Cuerpos y espectros, México, UNAM, 2005.
Internet “Performancelogía”1. Allí puede leerse su “Pánico, performance y política. Una
historia sobre 40 años de arte de performance en México”. Prieto traza allí la trayectoria
de una vocación mexicana de arte no objetual, cuyo origen temprano él sitúa en los años
60, con el teatro pánico de Alejandro Jodorowski y las acciones de Juan José Gurrola.
Para Prieto, el arte de performance reverdece en el México de los años 90, con una
generación donde destacan Jesusa Rodríguez y Astrid Haddad, cultivadoras del llamado
político desde una óptica no partidista [...] que centra su atención en los
Diéguez, radicada en aquel país desde hace casi dos décadas. En su reciente libro
sobre lo que ella percibe como acciones espectaculares de frontera, donde se cruzan
Turner, y la idea de “teatralidades” que operan en la cultura más allá de las artes
escénicas — en la línea de pensamiento que iría del pionero del ruso N. Evreinof hasta
1
Antonio Prieto, Performancelogía, http://performancelogia.blogspot.com
2
Antonio Prieto, “Pánico, performance y política: cuatro décadas de acción no-objetual
en México, en http://performancelogia.blogspot.com/2007/01/pnico-performance-y-
poltica-antonio.html
3
Ileana Diéguez Caballero, Escenarios liminales. Teatralidades, perfomances y política,
Buenos Aires, Atuel, 2007.
las tesis del chileno Juan Villegas, entre otros —, Diéguez describe estas performances
“utopías de proximidad”.1
Mi última estación es Cuba, mi país3. La cultura cubana está atravesada por una
intensa experiencia política revolucionaria, desde sus luchas por la independencia hasta
1
Ileana Diéguez, “Escenarios y teatralidades liminales. Prácticas artísticas y
socioestéticas”, 2009, en
http://artesescenicas.uclm.es/index.php?sec=texto&id=205&PHPSESSID=0d4ea3630
f549e4e358e9e6b21d4b87b
2
I. Diéguez. “Prácticas escénicas y políticas. Teatralidades liminales”, en
www.uninorte.edu.co/publicaciones/falda_huitaca/edicion1/uno/piedras.pdf+subjeti
vidades+ut%C3%B3picas+pero+esencialmente+subversivas&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=
cl
3
La autora reside actualmente en Chile.
imaginario. Los primeros estudiosos de nuestro ancestro africano fueron pioneros de la
fruición. Decimos que nos da lo mismo “un homenaje que un escándalo” quizá para
universitaria.
en los cultos, así como la presencia de las fiestas tradicionales populares en algunas
prácticas teatrales. Su libro más reciente, Wanilere Teatro2, agrupa textos teatrales que
marginado o excluido y hecho poco menos que invisible la importancia de estos temas
1
Inés María Martiatu, El rito como representación, La Habana, Ediciones Unión, 2000.
2
Inés María Martiatu, Wanilere teatro, La Habana, Letras cubanas, 2005. El wanilere
(o güemilere) es la principal fiesta ritual de la santería; tiene carácter público e incluye
la danza.
No ha visto la luz en Cuba un volumen publicado en coedición, en España y
colombiana radicada en los Estados Unidos y la teatróloga cubana Yana Elsa Brugal.
que tienden a ignorar, tergiversar o desacreditar las creencias y conceptos que vienen de
No nos consta que exista una voluntad de desestimar los enclaves conceptuales
actuación (1997), de quien escribe estas líneas, está dedicado a una experiencia sobre
performance y pedagogía alternativa con grupos cubanos adultos. Agotó en pocos meses
1
Yana Elsa Brugal y Beatriz Rizk (ed.), Rito y representación. Los sistemas mágico-
religiosos en la cultura cubana contemporánea, Madrid / Frankfurt, Iberoamericana /
Vervuert, 2003.
2
Lázara Menéndez. “Kinkamaché to gbogbo oricha Folé owó, folé ayé, folé aché”, en
Territorios religiosos y desafíos para el diálogo, Aurelio Alonso,(Compilador), Buenos
Aires: CLACSO, febrero de 2008.
política3, de 2005, también de mi autoría, tiene una edición digital en Argentina y no se
ha publicado en la isla.
Creo que este vacío obedece a una dificultad muy puntual que afecta a todo el
pensamiento social cubano, pero que pesa doblemente sobre los estudios de
nuestra cultura socialista. Las invenciones populares en esta zona resultan tan divertidas
otrora sagaz, el síndrome esópico (la no explicitación del sentido político) se ha vuelto
empobrecedor: evadir los datos concretos del cuerpo social y sus tensiones, acaba por
congelarnos en una metafísica del “ser cubano”, que relega a las entrelíneas la
3
Magaly Muguercia, El escándalo de la actuación, La Habana, Editorial Caminos,
1997. El cuerpo cubano. Teatro, performance y política 1992-2005, Buenos Aires, 2007,
libro digital, en www.celcit.org.ar