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Dimensión socio-económica:

Debemos aclarar que si bien el análisis de cada dimensión se realizo por


separado consideramos que todas las dimensiones están interrelacionadas e
incluso son interdependientes unas de otras.

1. Educación:

Los indicadores que consideramos relevantes para analizar esta dimensión son
los siguientes:
•% de población que no lee ni escribe;
•% de población con un nivel de instrucción universitario;
•% de jefes de hogares con instrucción menor a primario.

Cabe destacar que aunque el nivel primario es obligatorio en Argentina, su


incumplimiento evidencia diversas situaciones adversas: temprana inserción en
el mercado laboral, escaso patrimonio cultural familiar, lejanía a los
establecimientos educativos, etc., lo que tiende a retroalimentar un círculo
vicioso que disminuye las posibilidades de desarrollo y promoción social de
vastos sectores sociales. En contraposición, quienes culminan sus estudios
universitarios han podido retrasar su edad de ingreso a PEA y están más
representados entre los sectores sociales altos y medios, especialmente
urbanos.
Esta accesibilidad es fundamental a la hora de la inserción en el mercado
laboral y, por ende, en las condiciones de vida.
A nivel nacional es muy mala la situación en el NO, NE y la meseta patagónica.
La única región con bajos niveles es el Gran Buenos Aires porque la
accesibilidad contribuye con la educación básica y obligatoria.
La educación universitaria alcanza sus menores niveles en el NO y NE
argentino.
En el Gran Buenos Aires contrasta la diferencia entre el nivel educativo
alcanzado por la población de Buenos Aires y partidos del primer anillo
conurbano y la del segundo anillo.
En cuanto a la actividad laboral, es el máximo nivel de instrucción alcanzado
por los jefes de hogares particulares la Capital Federal, provincia de Buenos
Aires, Santa Fe, Santa Cruz y Tierra del Fuego. La mayoría completa sus
estudios primarios, pero en el resto del país predomina la educación primaria
incompleta.
Con respecto a la situación local y si llevamos estos indicadores a la planta
urbana, observamos que los menores porcentajes (de 4% a 7%) de población
que no lee ni escribe se encuentran en áreas del centro: fracción 2, radios 4 y
5, y fracción 1, radio 9. los mayores porcentajes se registran en áreas
periféricas: fracción 6, radios 1, 4 y 5; fracción 2, radios 10 y 11. Dada la
estrecha relación entre el nivel de instrucción y las demás variables socio-
económicas, podemos decir que la población que habita en las unidades del
centro, dado su óptima educación han logrado satisfacer sus necesidades
laborales, habitacionales, sanitarias y de asistencia social, logrando un
satisfactorio nivel de vida. No ocurre lo mismo en las áreas periféricas.
Con respecto al porcentaje de jefes de hogar con nivel menor a primario, los
menores se registran en la fracción 2, radios 4, 5 y 6; fracción 1, radio 6 y 9,
ambas céntricas, y también en la fracción 7, radio 1. los mayores porcentajes
se encuentran en la fracción 2, radios 10 y 11; fracción 6, radios 1 y 4; fracción
1, radios 1 y 7. la educación no solo potencia las capacidades para la
satisfacción de las necesidades individuales sino que, por su carácter sinérgico,
tiene efectos altamente positivos en tanto permite la satisfacción de las
demandas colectivas.
En cuanto a la población con nivel universitario o más el mayor porcentaje se
encuentra en la fracción 1, radio 6 y 9; fracción 2, radio 3,4 y 5. Los menores
porcentajes se registran en la fracción 2, radio 1, 12, 10 y 11; fracción 1, radio 1
y 7; y fracción 6, radio 4. El porcentaje de población con nivel universitario o
más es del 2,43% que consideramos una cifra baja.

2. Vivienda/Hogares:

Los indicadores que consideramos para analizar dicha dimensión son:


•% de viviendas deficitarias;
•% de hogares hacinados (más de 3 personas por cuarto);
•% de hogares sin retrete.

Entendemos por “hogares” como “aquel conjunto de individuos que conviven,


comparten gastos, vivienda y forman un grupo de contención social y
emocional, asimismo comparten actividades relacionadas con el ocio y la
recreación” (Guillermo Velásquez).
Los indicadores seleccionados nos sirven no sólo para conocer las
características exclusivas de las viviendas, sino y fundamentalmente nos
ayudan a medir las condiciones sanitarias en las que se desenvuelve la
población que vive en ellas.
Las viviendas pueden ser deficitarias y no deficitarias. Las primeras incluyen
las viviendas tipo A y departamentos considerados viviendas buenas. Las
deficitarias incluyen viviendas tipo B y viviendas inconvenientes. La diferencia
entre estas dos últimas es que las viviendas B pueden ser recuperables por
medio de obras de refacción o completamiento. El resto de las deficitarias
incluyen ranchos o casillas, hoteles pensión, inquilinatos y otras.
En nuestra ciudad, el mayor porcentaje de viviendas deficitarias se localiza en
las áreas periféricas, mejorando las condiciones habitacionales a medida que
nos acercamos al centro. La peor situación la tenemos en la fracción 1, radio 1
y 7; fracción 2, radios 10, 11 y 12. El porcentaje de viviendas deficitarias en
estas zonas varía entre un 30 y un 41 %, lo cual es una proporción importante.
Coincide con áreas de reciente urbanización, tratándose en muchos casos de
villas miseria.
El menor porcentaje de viviendas deficitarias lo ubicamos en el centro de la
ciudad, correspondiente a la fracción 1, radios 5, 6, 8 y 9; fracción 2, radios 3, 5
y 6. También el radio 12 de la fracción 1, que se encuentra más alejado del
centro. Los porcentajes varían entre 0 y un 3,94% de viviendas deficitarias.
Otro indicador que consideramos importante es el hacinamiento, que nos
muestra la relación entre el número de personas que habitan una vivienda y el
número de cuartos de la misma, brindando una medida del espacio habitable
del que dispone cada integrante del hogar. A partir de 3 personas por cuarto se
considera que existe una sobreocupación y por lo tanto hacinamiento.
A nivel país, en cuanto a los hogares hacinados (más de tres personas por
cuarto) en el NO, NE y la Patagonia argentina incluyen a más de la mitad de los
hogares.
Dentro de la ciudad de Buenos Aires y en la mayor parte de la región
pampeana, lo niveles de hacinamiento son bajos.
En cuanto a nuestra ciudad, los mayores niveles de hacinamiento (de un 4 a un
7%) se encuentran en zonas de la periferia: fracción 6, radios 1 y 4; fracción 1,
radios 10, 11, 12; fracción 1, radio 7. Los menores niveles se encuentran en la
fracción 2, radios 4, 5 y 6; fracción 1, radios 5, 6 y 8, ubicados en la zona
céntrica.
La carencia de retrete pone en evidencia el déficit de equipamiento de las
viviendas.
El mayor porcentaje de hogares sin retrete se localiza en zonas de la periferia:
fracción 6, radio 4; fracción 2, radios 10, 11 y 12. Aquí entre un 23,48% y un
33,93% de los hogares carece de retrete. Las mejores condiciones las
hallamos en el centro: fracción 1, radios 5, 6, 8 y 9; fracción 2, radios 3, 4, 5 y
6, y más alejados: fracción 1, radios 11 y 12, en donde el porcentaje de
hogares sin retrete varía entre 0 y un 2,89%.

3. Asistencia social:

Los indicadores seleccionados para caracterizar dicha dimensión son los


siguientes:
•% de población sin obra social ni mutual;
•% de población sin jubilación.

El porcentaje de la población sin cobertura social refleja la población que no


está “contenida” en el sistema de salud.
La salud, en esta investigación, se toma desde el punto de vista del
asistencialismo, sin desconocer la importancia de otros indicadores
fundamentales que se relacionan con la higiene, la nutrición, el acceso al agua
potable y las características de la vivienda.
Tomamos como indicador la accesibilidad a la atención médica, que es quizás
una pauta que puede ser modificada a través de políticas de salud que
contemplen extender esta cobertura y evitar con ello enfermedades y muertes
que pueden prevenirse. Recordemos que la falta de atención médica durante el
parto, por ejemplo, es una de las mayores causas de mortalidad de los recién
nacidos.
Si llevamos este indicador a la planta de nuestra ciudad podemos observar que
los mayores porcentajes de población que carecen de cobertura de salud
coincide con las áreas periféricas. Es del 54,66 al 75,61% (sobre la población
total) en el área correspondiente a la fracción 6, radio 4; fracción 2, radios 10,
11 y 12, y la fracción 7, radio 1. Los porcentajes disminuyen al aproximarnos al
centro en dónde nos encontramos con los porcentajes más bajos: del 11,65 al
23,87% de la población que no tiene cobertura: fracción 1, radios 6, 8 y 9; y
fracción 2, radios 3, 4, 5 y 6.
Otro indicador que nos refleja la población que no está contenida en la
asistencia necesaria para una mejor calidad de vida, es la posesión de una
jubilación. En este caso tomamos el rubro de edad de más de 64 años a
quienes este tipo de asistencia va dirigida. También observamos que en este
caso, la población que carece de esta asistencia se ubica en áreas periféricas
de la ciudad: del 38,07 al 50% de la población de más de 64 años que habita
en la fracción 6, radios 1 y 5; fracción 2, radios 10, 11 y 12. Hay que aclarar que
el mayor porcentaje de población mayor de 65 años se concentra en el centro
de la ciudad (18 al 23% de la población total), y sería la población mayor más
favorecida en cuanto a los beneficios jubilatorios. Específicamente se
concentra en la fracción 1, radios 6 y 8; y fracción 2, radios 3 y 4. también se
encuentra entre las zonas con poco porcentaje de población mayor sin
jubilación la correspondiente a la fracción 1, radio 11, que no corresponde a un
área céntrica sino que coincide con los llamados “barrios obreros” que se
crearon durante la primer presidencia de Juan D. Perón, en donde vive un 8%
de población mayor de 65 años.

Dimensión tecnológica:

Para medir dicha variable se tomaron los siguientes indicadores:


•% de hogares con computadora;
•% de hogares con computadora e Internet.
Conocer el comportamiento de dicha variable nos resultó interesante a fines de
compararla con las demás variables socio-económicas analizadas. Según las
conclusiones del estudio realizado por Josefina Vaca y Horacio Cao “Las
tecnologías de comunicación e información en las provincias”, reproduciendo el
patrón de desigualdad regional, verifican la existencia de una brecha digital con
un importante grado de paralelismo al de la brecha económico-social. Las
provincias más avanzadas son las jurisdicciones de mayor desarrollo relativo,
seguidas por las provincias despobladas, luego las jurisdicciones intermedias y
por último las rezagadas. Esta última clasificación la toman de la clasificación
que utiliza el Banco Mundial para referirse a las provincias argentinas.
La provincia de Buenos Aires figura entre las avanzadas y se caracterizan por
ser las que presentan una concentración de población y un aparato productivo
de dimensiones muy superiores al que se observa en otras áreas del territorio;
constituyen a escala nacional, el sector más dinámico en la evolución de la
estructura económica y social.
Volviendo al ámbito de la ciudad de Dolores observamos que el mayor
porcentaje de hogares computadora (14,41 al 27,71%) se encuentran en la
zona céntrica, específicamente fracción 1, radios 6, 8 y 9; fracción 2, radios 4,
5, 6 y 9. Los menores porcentajes (1,79 al 5,28%) se encuentran en la fracción
2, radios 10 y 11, y la fracción 6, radio 5.
Con respecto a los hogares que tienen computadora y además Internet, el
mayor porcentaje (7,85 al 9,72%) se encuentra en la fracción 2, radio 5; y en la
fracción 2, radio 1. El menor porcentaje (0 a 0,80%) se encuentra en la fracción
1, radio 1; fracción 2, radios 11 y 12; y fracción 6, radio 4.
Las áreas con los porcentajes mejor posicionados en cuanto al acceso a las
nuevas tecnologías se corresponden con las áreas en dónde la población tiene
resueltas las necesidades básicas.

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