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Daniel Medvedov

MONARQUÍA, HOY
DISCRETOS COMENTARIOS SOBRE
EL VALOR DEL CARGO REAL EN LA
ACTUALIDAD

MADRID
2009
A UNA CORONA LE HACE FALTA UN REY
A UN REY NO LE HACE FALTA LA CORONA

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Prefiero decir algo sobre este tema escandaloso, pero
no deseo herir a nadie. ¿Cómo hacerlo? Lo haré con
simpatía y sinceridad.
Hoy día, me parece una frivolidad hacer recepciones
reales del tipo que he presenciado por la TV, en la visita
del presidente de Francia, en Madrid.

R E L I
D A D

Mi reverencia para con todos los reyes actuales.


También me gustan las reinas y los príncipes, y las
princesas. Son todos buena gente, pues damas y caballeros
hay por doquier. Pero el discurso y la manipulación de la
llamada crisis actual y actualizada en cada momento, nos
ha sacado de nuestras casillas.

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Yo también soy el rey de ALMATERIA, país
imaginario, casi como la Isla Barataria, pero no soy
gobernador, ¡Soy el Rey! Mis arcas están vacías, es cierto,
¿Pero qué más da? No hago fiestas, ni entrego premios
internacionales, no recibo a nadie en audiencia, ni viajo en
yates, o aviones privados, y menos viajo en helicópteros.
¡Qué bella palabra griega, esta última!
El kanji WANG, significa en China y Japón - “rey”, y
está formado por tres líneas horizontales, paralelas, el
Cielo, el Hombre y la Tierra,, unidas en el medio por una
línea vertical. Se pregunta, a si mismo, Tong-Chong-Chu:
“ Este papel de intermediario, situado entre los tres
mundos y pasando por ellos, para servirles como liason y
para coordinar sus hazañas, participando de ellas, ¿Quién
podría acaso, jugarlo, sino el Príncipe mismo? El hombre
de rancia y celeste prosapia es regalado con esta virtud que
proviene de si mismo.” Así puede concebirse el sentido del
Rey y del Poder Real, entre los chinos y los japoneses.
El Rey, heraldo de un mandato celeste, azul celeste,
habita en el centro mismo del mundo. su virtud está
radiando hacia todas las direcciones cardinales.
Las funciones esenciales de este señorío central, están
dadas por el establecimiento de la justicia y de la paz, de
la armonía en el mundo. Un “pata´en el suelo” como
Chávez no se atreve a responderle al Rey de España, pues
se le ha helado la garganta. Luego habla, por los codos,
hace de las suyas y, entre chanzas y veras, sigue igual,
irrespetuoso y chabacano. Allí, en aquella situación se vio
claramente cómo están las cosas en el día de hoy. Un
vulgar arrimado al poder, habla de tú a tú, con el Rey.
Muy bien, cerramos estos ojos, no digo nada, sólo
comento lo que he visto.

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El poder del Rey inspira respeto, sus metas son
impolutas, sus juicios, decisiones y veredictos llevan la
impronta de la justicia y de la bondad. El rey de España
inspira eso, ¿Por qué no reconocerlo?
El rey es un artista marcial pero ya no está en el
combate, y sin embargo, como dicen los irlandeses, no
puedes ganar una batalla sin un rey, pues su presencia es
necesaria e imprescindible.
Recuerdo aquí a Heráclito, de estirpe de reyes, que
renunció a sus privilegios y se retiró en los bosques.
Era de la familia de Codru, rey de Eféso. Entre la
sombra, Heráclito hizo más por la humanidad que estando
sentado en un trono. Darío, rey de los persas, lo llamó a su
corte, ofreciéndole todas las riquezas. Con el debido
respeto, aunque apócrifa, la carta que le mandó el filósofo
decía que, por su parte, tenía lo que le apeteciera y
también unos asuntos privados que resolver. Estaba
ocupado con la investigación de si mismo.
El rey moderno está constreñido por una multitud de
interdicciones y obligaciones. Para los romanos, las
interdicciones eran para los súbditos, no para el rey.
Es bella la carta escrita por el Rey de España a su
hijo, mientras el príncipe estudiaba en los EEUU. Tomé
sus consejos para mi.
La presencia del rey es indispensable para mantener
la coherencia social, debido a su papel de guardián del
equilibrio y de gran dispensador. El rey es el Gran
Consolador también. ¿Qué es consolación? - pregunta mi
niña, al pasar por delante del colegio de la Madre Molas
del Padre Damián, y al leer el gran aviso puesto sobre la
puerta – ¡150 años de consolación! No se qué decirle.

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Para consolar, es necesario un dolor y si la
consolación dura 150 años o 50, algo no anda con esa
consolación.
El Rey es una proyección del Ser interno, un ideal
que tiene que ser realizado. Su sentido histórico llega a ser
un valor ético y óntico. Su imagen de autonomía y
gobierno de si mismo, de consciencia y conocimiento
integral son de gran utilidad para los jóvenes de hoy.
Me he deslizado sin querer hacia una posición de
gran respeto para con la idea de tener un rey, cuando mi
intención era criticar las frivolidades de la corte. pero no
quiero ser un peñáfiel más, no me interesan las nimiedades
de la corona. Me sorprende, sin embargo, la continuada
actitud social de las reuniones, aunque todo parece tener
su lógica, no lo dudo. Sarkoszy y Carla Bruni son
simpáticos, pero al lado de ellos, Letitia, “de origen
humilde”, se ha tomado el papel demasiado en serio:! Ya
cree que es una “princesa”! Hoy día ya no hay príncipes,
ni hay princesas, Leticia, sólo son palabras vacías, nada
más. ¡No prestes oídos a las críticas, se natural, no te
congeles en la sorna de las obligaciones cursis de la corte!
¡Estás demasiado seria en tu papel de consorte, se como
éras, sé como eres, se tú misma, tu mateixa!
Se que los consejos no pedidos suenan como crítica,
pero estas palabras son meras sugerencias y evocaciones
de métodos cualitativos que se pueden usar para salir del
reino de la cantidad.
Hay un signo famoso entre los tetragramas de la
geomancia, llamado ciertamente LAETITIA en latín, la
“alegría”. No pierdas tu alegría, Laetitia, parece que han
quebrado tu alegría de vivir. El signo opuesto de
LAETITIA es TRISTITIA, la “tristeza”. Nunca estés triste
bajo el Sol, dice Dante Alighieri.

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He aquí os dieciséis signos famosos, llamados
tetragramas:

1 2 3 4

. .. .. .
. .. . .
. .. . .
. .. . ..

7
5 6 7

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. . . . .
. . . .
. . .. .

8
8 9 10

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. . . . .
. . . .

9
11 12

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. . .
. . .
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10
13 14

. . . .
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. . . .

11
14 16

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. . .
Uno de estos dos de arriba es LAETITIA: ¡Adivina!

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