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corresponde el 45% de los casos. De este valor, el 50% es debido a errores en los
detalles constructivos: o son detalles erróneos o hay ausencia de ellos. En este caso,
generalmente, se improvisa en obra por parte de personal no idóneo. Las cifras son
elocuentes respecto a la importancia del problema, a pesar que no hay estadísticas en
nuestro país.
1. PROYECTO ARQUITECTÓNICO
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Algunas partes de lo que se expondrá están basadas en el texto de Ercio THOMAZ,
referencia [2], que compartimos plenamente, y se acuerdan con lo indicado antes,
con el agregado de la temática de la calidad.
Es una tarea compleja encarar un análisis crítico de proyectos, y más difícil si son
arquitectónicos. No se trata sólo de estudiar materiales, técnicas, procesos
constructivos, costos, etc., sino además y, principalmente, ideas, simbolismos,
sensibilidades; en suma, es una tarea de creación. Como consecuencia, no existe la
posibilidad de establecer una lista sistemática y universal de verificaciones de
proyectos arquitectónicos.
Las grandes etapas, sucesivas, del proceso del proyecto arquitectónico, en cuanto a
diferentes grados de elaboración del producto final, son:
Esbozo (o croquis, o esquicio), donde se establecen los datos básicos y la idea rectora
del proyecto. Debe contener aquellos aspectos necesarios para definir las
características esenciales, y debe poderse tomar decisiones sobre aspectos
funcionales, técnicos y financieros.
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Anteproyecto, donde culmina la elaboración de la idea rectora, con nivel de detalle
que permita la comprensión de la misma, pero insuficiente para la construcción de la
obra.
Proyecto, donde están completamente indicados todos los aspectos técnicos de tal
modo que puedan ejecutarse las obras. Se compone, en general, de: planos, detalles,
planillas, memorias.
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2. LOSAS
a)
Uno de ellos es el trazado de los diagramas de momentos flectores. CZERNY [3],
para una relación de luces de 1,5 y distintas condiciones de apoyo, indica diagramas
simplificados (ver [4]). En este apartado no se considera el decalaje y los anclajes.
Véase la figura (1).
b)
El otro tema se refiere a las esquinas de las losas, y nos basaremos en HAHN [5],
véase la figura (3). En los vértices donde concurren dos lados libremente apoyados
hay una tendencia al levantamiento. Para resistir la fuerza de descarga hacia arriba
debe disponerse un elemento estructural adecuado y debidamente anclado en los
extremos, o disponer de un peso suficiente para contrarrestarla.
Perpendicular al plano α-α actúa un momento flector positivo. Por ello, la armadura
inferior del ángulo (armadura de torsión) tiene la dirección de la línea α-α. La
armadura superior debe ser colocada perpendicularmente a esta dirección. Se grafica
esta organización (véase la figura a), y una variante más sencilla (véase la figura b)).
Consultar el apartado 51.2.5.5 de la norma UNIT 1050:2001 [6].
Suponiendo dos situaciones extremas puede resultar para un apoyo interno de dos
losas, resistiendo cada una de ellas en dos direcciones. A trazos discontinuos (véase
la figura (4)) se indica una situación intermedia.
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Una tradición en nuestro medio es establecer una prescripción general para la
organización de armaduras para losas: cantidad de barras dobladas y sus cotas,
prolongaciones de barras de una losa a la contigua y sus cotas, etc. Todo ello según
se trate de un apoyo extremo o interno.
Para apoyos internos, una de las prescripciones generales utilizadas indica que
doblan una de cada dos barras (el 50%) al quinto de la luz menor de la losa, y se la
prolonga hasta el cuarto de la luz menor de la losa vecina (véase la figura (5)).
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Para ambas hipótesis para el momento de apoyo, resulta más crítica la organización
consistente en doblar dos barras de cada tres, si se utiliza para ambas la misma cota
de doblado.
Se comentarán dos casos de patologías, relacionadas con las esquinas de losas que
corresponden a apoyos sin continuidad.
El primer caso de la figura (7) es menos frecuente, y se puede ocasionar por falta de
elemento que resista la fuerza en la esquina o, existiendo, no está debidamente
anclada en el extremo superior.
El otro es un caso muy frecuente (véase la figura (8)) y, para edificios en altura,
puede aparecer la fisura en varios niveles. Frecuentemente se observa en obras
terminadas, por lo que no se investiga si además la fisura está presente en la cara
superior. El trazado de la fisura es recto, de ancho uniforme y de labios abiertos. La
causa no se debe buscar en razones estructurales, pues la dirección de la fisura no se
corresponde, en cara inferior, con las solicitaciones. Muy probablemente, las causas
sean de retracción, más acciones de temperatura en algunos casos.
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En [7] se la tipifica como fisura por retracción en los ángulos de las losas. “Cuando
las losas de techo se apoyan en sus bordes sobre un muro, se observan
frecuentemente fisuras oblicuas en los ángulos. Como el desplazamiento de la losa
está impedido en las dos direcciones perpendiculares, la losa se fisura en forma
oblicua, haciéndolo a menudo en toda la extensión.”
Esa fisura aparece en una zona que, en general, posee poca armadura si se doblan las
barras, cual es la cara inferior de la esquina de la losa.
Para esta solución deben cuidarse los anclajes extremos de las barras pues,
generalmente, los apoyos son de poca profundidad.
Para comentar el caso de este apartado resulta conveniente hacer un poco de historia.
Durante muchos años en nuestro país se utilizó un sistema de losas nervadas con la
utilización de moldes perdidos de yeso y doble lositas de hormigón, denominado losa
DOUBLEX. Con ello se posibilitaba salvar medianas y grandes luces, con la losa
resistiendo en una sola dirección, y se permitía obtener hormigón visto en el
cielorraso. El sistema se aplicó hasta mediados de la década del 60, cuando se
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encareció por la utilización del yeso. En ese período se proyectaban losas macizas
hasta unos 13 cm de altura, como máximo. Las tablas del sistema DOUBLEX
aconsejaban dimensiones (altura, distancia entre nervios, ancho de éstos, espesores
de lositas, etc) que resultaron adecuadas.
Una patología frecuente son las fisuras por retracción en las lositas inferiores, que se
marcan por el pasaje del agua encerrada en los huecos. Véase la figura (11).
Una situación extrema, en relación a las dificultades de ejecución de este sistema, fue
la realización, en contados casos, de losas resistiendo en dos direcciones, y con
hormigón premezclado y bombeado.
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Este sistema, de doble carpeta, se aplica en pocos casos actualmente. Hay muchos
ejemplos ejecutados, por lo que se hace necesario su conocimiento , además, pues
puede tener utilidad práctica cuando haya actuación profesional frente a ellos
(reformas, ampliaciones, etc).
Un sistema muy aplicado en nuestro medio, en los últimos años, es el de losas sobre
apoyos puntuales. En el apartado 52.5.5. Disposiciones constructivas, de la norma
UNIT 1050:2001 [6] se advierte que “... se debe prestar mayor atención a la
resolución de las instalaciones que en otros tipos estructurales, por lo cual es
aconsejable un estudio integral desde la etapa del diseño, de las condiciones
tecnológicas.”
Las dimensiones finales del entrepiso terminado están muy determinadas por la pileta
de patio y el espesor de la losita.
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Por otra parte, el rebaje se realiza para contener cajas y caños de sanitaria, por lo que
la zona queda expuesta a contener agua por posibles pérdidas. A ello se agrega que,
en general, en el nivel inferior existen baños también, que constituyen ambientes
interiores sometidos a elevadas humedades y condensaciones, cambiantes en el
tiempo.
Esto último es lo que presenta aspectos similares con lo indicado en el caso de losas
nervadas de doble carpeta, con la diferencia que aquí el fenómeno del marcado de las
fisuras (si ocurren) puede producirse si hay pérdidas de agua sobre la losa rebajada.
En este caso el tiempo actúa como factor desfavorable.
c)
Se comentará un tema complementario en relación al anterior.
En la figura (13) se muestra una planta parcial, donde se realizan las siguientes
observaciones:
Las dos últimas observaciones requieren estudio muy particular y cuidadoso, con
justificaciones y demostración de la viabilidad estructural.
3. DISPOSITIVOS DE FUNDACIÓN
3.1 Plateas
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La instalación sanitaria de evacuación normalmente se dispone debajo de la platea.
Los caños se ubican en la zona del suelo granular o tosca compactados, y se rodean
en algunos casos, de suelo cementado. Véase la figura (15).
- los caños se ubican en una zona que sufre la acción de las cargas sobre la
platea;
- ante desperfectos de la instalación, es muy complicada la reparación, dado
que se ubica debajo de un elemento estructural;
- probables fugas de agua perjudican el suelo bajo la platea, con los
consiguientes daños al elemento estructural; el proceso de deterioro es
acelerado puesto que las pérdidas de agua alteran la humedad del suelo que, a
su vez aumenta de volumen, lo que perjudica a la cañería, etc;
- un inconveniente adicional es el escaso espesor de la platea, que difícilmente
resista probables movimientos de la construcción; esto es factible dado que,
por tratarse de una cimentación esencialmente superficial, está sujeto a los
movimientos del suelo.
Está implícito en el esquema que la zona de baños debe ubicarse en el perímetro del
volumen construido, lo cual no siempre es posible. Otra observación es la irregular
forma del elemento estructural (platea) que puede ocasionar solicitaciones y
tensiones localizadas de compleja determinación en las cercanías de la irregularidad
formal.
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Conjunto de viviendas COLORLOFT. Proyecto y Dirección: arqs. J. Mántaras y S.
Somoza. Contratista: ing. CAMPIGLIA Construcciones. Estructura: arq. H. Chamlian.
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“HUECOS.
Salvo estudio especial, no se realizarán huecos en las losas de cimentación,
evitándose las conducciones enterradas bajo las mismas.”
Otro problema serio son las canalizaciones exteriores de las instalaciones cerca del
perímetro de la platea. Es desaconsejable su trazado principalmente si son extensos y
paralelos y cercanos al perímetro edificado. El problema mayor se produce en
evacuación de aguas residuales, pero puede presentarse con instalaciones eléctricas;
la foto (véase la figura (18)) muestra un caso de este tipo, junto al local comunal de
un conjunto habitacional.
- preparación del terreno bajo la platea (limpieza con eliminación del suelo
vegetal, colocación del suelo granular compactado);
- barrera de control de la humedad, con colocación de planos horizontales y/o
verticales aislantes, para proteger la platea de la humedad del suelo;
- diseño de la platea en sí: espesores, dimensiones en planta (fuera del
perímetro de la planta del volumen proyectado), hipótesis y análisis
estructural, recubrimientos de la armadura, etc.;
- conexión con la superestructura, a efectos de lograr un comportamiento
estructural conjunto; previsiones del proyecto y de la ejecución para ello;
- diseño adecuado de la superestructura; entre otros aspectos: soportes (muros
portantes y pilares), estructuración de la disposición de muros y detalles de
los vanos.
Los componentes del sistema de vigas y riostras de cimentación pueden cumplir una
o varias funciones, algunas de las cuales se mencionan a continuación:
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- resistir las cargas de los muros del nivel inmediato superior;
- en caso de ser necesario considerar la acción del viento sobre el edificio,
integrarán la estructura resistente del conjunto;
- constituir un sistema eficiente a efectos de resistir posibles desplazamientos
horizontales de los dispositivos de cimentación (arriostrado según dos
direcciones);
- constituir un “punto fijo” para acortar la luz de pandeo de los pilares de
cimentación; para ello deben ser adecuadamente diseñadas, calculadas y
detalladas las vigas o riostras que correspondan.
En el caso que se presenta en este apartado, las dos últimas funciones no se cumplen
para los pilares P2, P3 y P4. Un posible diseño que corrige las observaciones
anteriores, puede ser el que se indica en la figura (20).
Para los apoyos perimetrales de las vigas y riostras muchas veces no se hacen
indicaciones particulares de detalles de armaduras, resultando de lo que se deduce de
las planillas de vigas el esquema mostrado en la figura (21), que puede resultar
insuficiente para el anclaje (figura a)). De acuerdo a lo expuesto antes, deben
preverse anclajes adecuados (figura b)).
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Según CALAVERA [12], la pieza de atado, para que no requiera comprobación a
pandeo, debe tener una esbeltez menor o igual a 35. Siendo b la dimensión menor de
la sección rectangular, para un tramo biarticulado lo anterior equivale a : b > L/10.
Para un tramo biempotrado, sería b > L/20 (en este caso debe tomarse la precaución
de corroborar que la doble fijación de los extremos del tramo se produce realmente).
Otro criterio de diseño y cálculo de las riostras entre pilares puede ser el mostrado en
la figura (22).
La solución tradicional es: encofrar las vigas en los costados, hasta más abajo de la
cara inferior, colocar arena, hormigonar las vigas, desencofrar, retirar la arena,
colocar ladrillos para mantener hueco debajo de las vigas, rellenar los costados, etc.,
(véase a) y b) de la figura (23)).
Esta solución es sensible a los movimientos de los ladrillos, por varias causas:
proceso de rellenado de los costados y su compactación, variaciones volumétricas del
suelo, etc., comprometiendo el mantenimiento del hueco debajo de la viga.
Puede ser más segura la solución c), de disponer bloques de hormigón con los huecos
hacia abajo, evitando los posibles inconvenientes de la solución anterior.
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Este sistema de descalce de vigas es tradicional en nuestro país, y se establece en la
Memoria Constructiva General para Edificios Públicos, del Ministerio de Transporte
y Obras Públicas, Dirección de Arquitectura. Esta Memoria es muy reconocida e
indica que “si el suelo fuera de tierra o arcilla, la parte inferior de las vigas no debe
estar en contacto directo con el terreno. Para ello se dejará un vacío de 10cm
protegido en ambos lados por ladrillos u otro procedimiento que evite que el relleno
de tierra invada el espacio o vacío mencionado”. Más adelante se aclara que la
prescripción es para evitar la subpresión.
4.1. Portantes
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Conjunto Habitacional CHM12 en Libertad, San José de 42 viviendas. Proyecto:
Departamento de Promoción Pública del BHU (Banco Hipotecario del Uruguay). Estructura:
arq. H. Chamlian.
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En esta ponencia se tratarán algunos temas puntuales que han merecido algunas
observaciones de diseño.
a)
Como primer punto a comentar tenemos que, generalmente, en este tipo
estructural hay ausencia o escasas prescripciones y/o detalles. Por ejemplo, tipo
y resistencia de los mampuestos, normas de ensayo, tipo de morteros, espesor de
las juntas, prescripciones de procedimientos de ejecución, controles a realizar.
b)
Un documento bibliográfico de importancia respecto al tema es el DTU 20.1 francés
[14]. En este documento, entre muchos otros temas, se reglamenta sobre los
encadenados horizontales y verticales, conocidos en nuestro país, como carreras y
pilares de traba (PT), respectivamente.
b.1)
Respecto a los encadenados horizontales, sintéticamente, se prescribe lo siguiente:
b.2)
Las funciones de los encadenados verticales (pilares de traba) son varias. Puede
constituir una posible solución para reforzar el muro portante en zonas de aplicación
de grandes cargas, generalmente, concentradas. En las esquinas donde concurren dos
lados sin continuidad, su adecuada presencia evita el “levantamiento”, pues resisten
la descarga hacia arriba. En este caso, deben poseer la armadura correspondiente para
resistir la solicitación, correctamente anclada en la losa de techo. Véase el apartado
2.1.b) (HAHN [5]).
Para cumplir esta función pueden ocupar solamente el piso superior. En el nivel
inferior la función de evitar el levantamiento la resisten las acciones verticales del
piso superior (losas de techo y muros del nivel superior).
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Los pilares de traba deben disponerse, en planta, por lo menos, en los ángulos
salientes y entrantes.
La solución tradicional de traba del PT con el muro es disponer, entre los dos
elementos, barras de acero de 6 mm cada 40 cm, con mortero de junta de
arenaxcemento = 3x1. Se ha demostrado que, en caso de movimientos de la
construcción, aparecen fisuras entre hormigón y cerámica. Se debe ser, además, muy
cuidadosos con el proceso constructivo, que es más complicado pues debe operarse
con dos tipos de mortero de toma para las juntas.
c)
Para el apoyo de un techo compuesto de losas inclinadas, a veces se plantea un
detalle como el de la figura (28), donde los apoyos son planos inclinados de la parte
superior de los muros.
Estos últimos son aptos para resistir descargas perpendiculares a su plano, P1. El
diseño debe complementarse con elementos que resistan la descarga P2, lo cual
presenta ciertas complicaciones.
El diseño que se recomienda es que las losas inclinadas se apoyen sobre los
muros portantes según planos horizontales de éstos (véase la figura (29)).
d)
Algunos temas complementarios que conviene destacar son :
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considera los efectos de sismos. Por ejemplo, para cantidad de PT y ubicación, es
muy diferente a lo que hemos indicado antes.
a)
El primer tema a comentar es el del acuñado. Un antecedente del problema lo
encontramos en BLEVOT [15]. (Véase la figura (30)).
Este problema puede producirse en otro sistema estructural muy aplicado en los
últimos años (losas sobre apoyos puntuales), o en casos de losas con vigas incluidas.
El fenómeno ocurre en todos los tipos estructurales, pero en los indicados, dada su
relativamente mayor deformabilidad, adquiere relevancia.
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Si se acuña iniciando desde los niveles inferiores, a medida que se acuñan los
sucesivos niveles superiores, éstos van cargando sobre los inferiores, que ya están
apoyados en los muros (por el acuñado). Por lo tanto, con este procedimiento, los
entrepisos inferiores serán los más comprometidos. Ello puede traer aparejado
mayores deformaciones de las losas, fisuras en los muros, etc.
En síntesis, con el procedimiento recomendado se trata que cada nivel resista sus
propias cargas y que, en lo posible, lo mínimo se descargue hacia los niveles
inferiores. La deformación de cada elemento estructural (losas, vigas), la instantánea
y parte de la diferida, se produce para un porcentaje grande de la carga total.
Principalmente para la sobrecarga, que actúa cuando ya se produjo el acuñado total,
los niveles inferiores son los más cargados.
En la referencia [16], el autor indica: …“Al expresar nuestra opinión sobre la causa
de una fisuración en tabiquerías de una planta baja, y tras comprobar los altos ritmos
de construcción que se habían producido tanto en la ejecución de la estructura como
de la tabiquería, el encargado nos señaló, asintiendo a que era evidente la causa que
establecíamos. “Es que las prisas son malas. Además ya decíamos antes que en los
edificios debía construirse, la estructura de abajo a arriba, y sus tabiquerías y
cerramientos de arriba abajo.””
El acuñado tradicional puede ser catalogado como rígido. En algunos textos hay
indicaciones sobre acuñado flexible, recomendado para casos de estructuras muy
deformables, o para paredes muy extensas, o en casos de paredes muy debilitadas
por la presencia de muchos vanos. En estos casos se recomienda [17] y [18] que la
junta superior esté compuesta por material deformable, con molduras o sellantes, en
sus extremos. Se complementa con una fijación al elemento estructural superior con
barras de 6 mm cada 2m, aproximadamente.
b)
Otro tema a tratar es el de los encuentros entre muros. Esto tiene importancia tanto
para el arriostrado general, como para mejorar el comportamiento resistente (pandeo)
de los muros portantes.
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Todos los muros se levantarán trabados entre sí: los portantes y los no
portantes. Los muros no portantes se levantarán trabados y conjuntamente con
los portantes, pero se acuñarán una vez desencofradas totalmente las losas,
desde niveles superiores a inferiores.
c)
Tradicionalmente, la traba entre muros en el caso de muros dobles con cámara de
aire y ladrillo visto exterior se realiza con una barra de acero común de 6 mm de
diámetro, según se detalla en la figura (31).
Algunas patologías observadas son: humedades en la cara interior del muro interior,
por la razón antes indicada, por ejemplo, en un conjunto de viviendas con más de 25
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años de construido, en ocasión de realizar obras de reparaciones en fachadas
construidas con muros doble con cámara de aire, se observó un alto porcentaje de
barras de traba corroídas y, muchas de ellas, en dos partes.
En el DTU 20.1 [14] se prescribe, entre otros, trabas de acero galvanizado, con
diámetro mayor de 3 mm, para espesores de cámara de aire menores de 5 cm. El
diseño se indica en la figura (32)). Algunos inconvenientes indicados se resuelven,
otros no, y se agrega la probable disminución de la adherencia entre el alambre liso y
el mortero.
5. OTROS TEMAS
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5.2. Temas sobre organización de armaduras
Desde hace muchos años la normativa es clara en el sentido que el zunchado debe
reservarse para piezas cortas, sin posibilidad de pandeo, o para refuerzos locales por
ejemplo, apartado 36.3.2, referencia [6]. Para los anclajes extremos, en [20] se
expresa: “Los extremos de la armadura de zunchado deben terminarse en el interior
de la masa del hormigón para asegurar su anclaje. En el caso de emplearse cercos,
deben ser cerrados y anclados.”
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imagen clara respecto al problema se visualiza imaginando un resorte cargado
excéntricamente.
En [22] y [23] se indican detalles que aseguran lo anterior (véase la figura (36) a)).
Para pilares con sección de diámetro mayor de 60 cm, en [24] se indica el detalle b)
para los estribos.
En las figuras (37) y (38) se indican dos casos reales, donde no se cumple con las
recomendaciones anteriores.
En el caso presentado del soporte, el problema fue más complejo pues el proyecto era
con una longitud (altura del piso) de 3,50m. En este caso, deben indicarse
precauciones para la altura de llenado de hormigón, y criterios para asegurar la
compacidad.
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5.3 Dibujos con computadora
Como criterio general, se aconseja revisar no solamente sobre la pantalla del PC, sino
en una impresión sobre papel. Aquí es donde se tiene una visión completa del plano,
tal como será en la etapa final.
En casos de plantas similares (no iguales), por ejemplo, niveles de planta tipo y de
azotea, en que se parte para dibujar ésta, de la primera, y se introducen las variantes,
es frecuente que aparezcan en la planta de azotea elementos que no corresponden y
que son de la planta tipo; a veces son elementos notoriamente incorrectos, pero otras
veces no, y estos casos son los de cuidado.
Para el caso de planillas de vigas, por ejemplo, se aconseja entregar al operador del
PC el borrador con las mismas dimensiones de la planilla final. La revisión se hace
entonces, una vez hecha la primera impresión, revisando cada columna doblando
varias veces el borrador y emparejando cada vez ambas láminas.
En nuestro país, desde 1942 (1ª. versión de la Norma UNIT 5) está normalizada la
redacción de proyectos de estructuras de hormigón armado para edificios. La versión
actual es de 1990 [25], y recoge las variaciones que se produjeron debido a los
nuevos diseños de estructuras, a los nuevos aportes realizados por los profesionales,
etc..
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Para casos corrientes se indican planillas de elementos estructurales (pilares, vigas,
patines). Últimamente se utiliza también la presentación de la armadura en base a su
despiece, detallando barra por barra, proporcionado por adecuados software.
a)
En el apartado 4.7.3.2 de la norma hay una prescripción para dibujo de pilares en
planta, pero se recomienda la indicada en la figura (39). De este modo el dibujo de
los pilares (y muros) tiene una expresión unitaria dentro de la sección, y es mejor
reflejo de la realidad. Otras ventajas de la propuesta son por una parte la mejor
expresión de las transiciones de forma de los soportes, cuando son diferentes las
dimensiones de las secciones y/o formas de un nivel a otro (lo que establece la norma
lleva a confusiones, por lo que se observa en sus páginas 14 y 15 de la norma, a pesar
que se trata de casos sencillos); por otra parte, los muros (soportes con secciones
alargadas, o en ele, o con formas en u) cuando comienzan o terminan
constructivamente, no resultan con expresiones finales adecuadas a una fácil
comprensión.
b)
La indicación de losa maciza del apartado 4.5.2.1.2 está hecha para barras en las dos
direcciones, pero se dibuja solamente según el sentido de lectura principal. Se
propone el símbolo indicado en la figura (40), que se lee para los dos sentidos
(principal y secundario) según sea la dirección de la barra. El mismo criterio se
aconseja para losas nervadas. Esto es coherente con la numeración de las vigas, en
planta, que se hace para los dos sentidos de lectura de los planos.
c)
Respecto a la planilla de vigas, se recomienda completarla con nuevas columnas,
correspondientes a cada tipo de barra, con las profundidades de los apoyos
(figura(41)). Resulta una planilla más completa y más dificultosa para rellenar, pero
que ayuda mucho para la comprensión y control de la colocación de la barra en la
obra. Compárese con la figura tercera del inciso 5.2.2.2 de la Norma UNIT 5 [25].
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6. PRINCIPAL BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
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