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Daniel Medvedov

ASEVERACIONES
TEMERARIAS

MADRID
2009
ESPAÑA

La Ministra de Igualdad, Bibiana Aido, aseguró en


estos días (Mayo, 2009), que un feto de 13 semanas “no es
un ser humano”. La declaración se ha hecho pública luego
de la pregunta de un ciudadano referente a la duda acerca
de “si el feto es un ser vivo, o no”. La respuesta de la
ministra fue la siguiente: “un ser vivo, claro, lo que no
podemos hablar es de ser humano, porque eso no tiene
ninguna base científica”. Por otra parte, el Presidente
Rodríguez Zapatero defendió en estos mismos días que las
adolescentes de 16 y 17 años puedan abortar sin el
consentimiento de sus padres, para evitar que estos tengan
una “interferencia determinante” en una decisión que,
insiste el presidente, debe ser “libre e íntima”. ¡Correcto!
La lectura ontológica de estas dudas y declaraciones
es fruto de una confusión: por una parte, una cosa es el
“ser humano” y por otra parte, otra cosa es el “aborto”.
¿Qué habrá querido decir Heráclito, hace unos 2500 años
atrás con las siguientes palabras:
“No hagamos conjeturas a la ligera sobre las cosas más
importantes” (Fragmento 47)
Y qué quiso decir con estas otras palabras:
“Aguárdenles a los hombres, al morir, cosas que ni
esperan ni creen” (Fragmento 27)
Hay gente que sabe. Saben, no por haberlo leído en
alguna parte, ni porque alguien se los haya dicho.
Simplemente “saben”, por la sabiduría. Y el saber es
saber todo. Decía Gurdieff que “no saber todo, es no saber.
Y para saber todo, antes hay que saber mucho.”
¿Cómo saber mucho? Antes de “saber mucho”, hay
que “saber poco”. Estos juegos de palabras de los sabios
nos dejan atónitos en el mundo de hoy.

2
Hay que saber que el Ser es un Ser desde siempre. No
hubo un instante en el cual el Ser humano no haya sido
Ser, ni antes, ni después de nacer y de morir. El Ser
Humano es eterno, perpetuo, inmanente. Quisiera ver a la
ministra del Ministerio de la Igualdad de la Mujer en el
momento de nacer, escuchando a alguien diciendo lo
siguiente: “es que esa niña (supongamos que ya se sabía
que iba a ser una niña), “no es un ser humano todavía”.
Podemos aceptar el aborto, pero la responsabilidad es
de la madre misma, puesto que su espacio de la gestación
le incumbe, le corresponde, es dueña y máxima autoridad
de su propio cuerpo y es ella quien va a llevar la carga
ética de su decisión. En eso Zapatero está en lo cierto,
pues lo prefiero frente a Bush, un perdido en el bosque.
Con la declaración de zapatero hemos avanzado en la
óntica del nacimiento y este es el futuro de la humanidad:
la responsabilidad existencial. La mayoría de la gente,
científicos o legos, no sabe nada de la existencia.
Están todos ciegos y perdidos, esperando una luz en
la oscuridad. Es francamente temerario decir que un
embrión no es un ser humano. ¿Qué sabes tú, ignorante de
la vida, qué sabes tú lo que hay antes y después de la vida?
¡No sabes absolutamente nada, aunque pertenezcas al
combo del Vaticano, aunque seas el papa! La postura de
Heráclito es mucho más decente que la de aquellos que
pretenden tener autoridad para decidir si un embrión es, o
no es, un ser humano.
No hay ni una fracción de segundo en la cual el ser
humano no esté “vivo”. Aún después de morir, el ser
humano está vivo, ¡Créanme! Al morir, acto seguido, una
mujer queda embarazada en el mundo. Es la próxima ruta
del finado. Que nazca negro, esquimal o australiano, para
el cosmos da lo mismo.

3
Es que tardaremos siglos para entender que todo esto
es un programa existencial que maneja sin miramientos los
nacimientos humanos. Nadie tiene derecho de meter la
mano en el proceso de la gestación – decía Paracelso, hace
unos 500 años atrás. Y éste sujeto sabía lo que decía, no
era ningún mequetrefe. Había visto heridas, mujeres dando
a luz, enfermos desahuciados y demás horrores de la
enfermedad. A través de su experiencia clínica y
existencial, Paracelso seguía la ruta de Heráclito.
Hasta que el ser humano no alcance comprender su
condición de entidad eterna y perpetua, no vamos a salir
de este laberinto de conjeturas acerca de la vida.
¿Sabe alguno el hecho espeluznante que en el mundo
entero las violaciones tienen relación estrecha con los
abortos? Un ser humano tiene un destino escrito
genéticamente y nadie es capaz de intervenir en el
desarrollo de su acontecer. He aquí la declaración más
elegante y científica que alguien haya dicho alguna vez:
“Este Kósmos, el mismo para todos, no lo hizo ninguno
de los dioses o de los hombres, sino que siempre fue, es
y será Fuego siempre viviente, que según medidas se
enciende y según medidas se apaga.” Lo dice el mismo
Heráclito, en su Fragmento 30. Esto último sierra la boca
de todos los científicos de ayer o de hoy.
Todos estos datos pertenecen a la lógica óntica, la
ontología necesaria para la ciencia, que los antiguos
llamaban episteme- la epistemología.
Pero nuestra ciencia carece de una visión filosófica
de la existencia, no tiene una ontología, es huérfana de ello
y muchas cosas nuevas y sorprendentes vendrán a poner
su sello en la actual visión del ser humano. La genética no
toca al Ser, es tan sólo la vestimenta del Ser.

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