Professional Documents
Culture Documents
EL NACIONAL
SOCIALISMO
ALEMAN
2
INDICE
A modo de introducción 3
El punto de partida:
La República de Weimar 4
El Tratado de Versalles
5
Adolf Hitler 7
Evolución de la República 11
El Putsch de Munich
12
La llegada al Poder 14
Quemando etapas:
Consolidación de la dictadura
21
Apéndices 35
Bibliografía 38
4
A MODO DE INTRODUCCION
1
Chistian Zentner, en el prólogo de su obra El III Reich formula las
siguientes preguntas:
¿Cómo pudo buena parte del pueblo alemán sentirse a gusto en el Reich de
Adolf Hitler hasta bien entrada la guerra?
¿Cómo pudieron transcurrir los primeros años del Reich de éxito en éxito
hasta el derrumbe final?
LA REPÚBLICA DE WEIMAR
3
6
EL TRATADO DE VERSALLES
5
WIKIPEDIA.: La república de Weimar.
6
OGG L. y Otros.: Crónica del Siglo XX. Madrid. Ed especial para Diario 16. 1986. Pág. 242.
8
Los aliados tampoco quedaron muy conformes con las soluciones aportadas:
En Estados Unidos el Congreso se negó a aceptar en tratado impuesto a
Alemania y el economista inglés J.M. Keynes, miembro de la delegación
británica en la conferencia de paz de París, se mostró en desacuerdo con la
imposición de reparaciones a Alemania y dimitió por ello. En su libro “Las
consecuencias económicas de la paz” (1919), advirtió que los términos del
tratado eran injustos y no garantizarían una paz duradera: “Si las
condiciones del tratado se aplican de manera estricta, en Alemania se verán
desalentados tanto el capital como el trabajo”. 7
7
WIKIPEDIA.: Tratado de Versalles. 1919.
8
BERTIN C. y KRIEG E.: Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial. Madrid. Edilibro. 1984.
Prólogo.
9
WIKIPEDIA.: Tratado de Versalles. 1919.
9
ADOLF HITLER
10
CHURCHILL W.S.: Memorias. La segunda guerra mundial. Cómo se fraguó la tragedia.
Barcelona. Plaza & Janes. 1963. Pág. 23.
11
GIMENEZ CORES P.: Hitler al descubierto. Madrid. Nowtilus. 2006. Pág. 44.
12
GIMENEZ CORES P.: Hitler al descubierto. Madrid. Nowtilus. 2006. Pág. 21.
13
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 41.
10
un tono violáceo. Los meses que así transcurren puede que agriaran su
visión de la humanidad en su conjunto. Más tarde pudo trasladarse a una
Residencia de Hombres subvencionada por familias burguesas (entre ellas
los Rothschild) en la que se albergaban burgueses empobrecidos más que
vagabundos. Allí permaneció tres años copiando cuadros y postales que
unos amigos judíos vendían a una clientela también predominantemente
judía.14
14
BURLEIGH M.: El Tercer Reich. Una nueva historia. Madrid. Santillana. 2002. Pág. 116.
15
GIMENEZ CORES P.: Hitler al descubierto. Madrid. Nowtilus. 2006. Pág. 30.
16
GALLEGO F.: De Munich a Auschwitz. Una historia del nazismo, 1919-1945. Barcelona.
DeBolsillo. 2006. Pág 46.
11
“¡Todo ha sido inútil! ¡Inútiles los sacrificios, inútiles nuestros dos millones
de muertos! ¡Todo está perdido! Sólo los imbéciles, los criminales, los
traidores pueden esperar indulgencia del enemigo”. Así se expresaba el 11
de noviembre de 1918 al conocer la capitulación de Alemania. Como
muchos otros alemanes culpabiliza a la recién estrenada democracia por
haber tolerado semejante afrenta. Mas tarde escribiría en su Mein Kampf:
“desde aquél día mi destino se me ha aparecido claramente, yo debía
dedicarme a la política”.17 Tras recibir el alta se ofrece como voluntario para
hacer guardia en un campo de prisioneros de guerra en Traunstein, pero en
enero de 1919 ya no quedan más prisioneros.
17
BERTIN C. y KRIEG E. : Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial. Madrid. Edilibro. 1984.
Prólogo.
18
LUMSDEN R. Historia secreta de las SS. Madrid. La esfera de los libros. 2003. Pág.19.
12
El partido de Hitler es, desde luego, un partido popular que moviliza a las
masas. Para ello, agita las cuestiones sociales con una intrepidez y una
precisión notables. Las dificultades económicas de la postguerra, de un lado,
y de otro, las ideas sentimentales de grandeza y de revancha unidas al odio
racial contra los judíos, están obrando el milagro. Lanzaba a los cuatro
vientos ideas como que Alemania era un pueblo superior y, sobre todo,
aportaba una sensación de seguridad a millones de personas en unos
tiempos proclives a recibir este tipo de mensajes.20
La campaña antijudía había sido relanzada en Alemania antes del
nacionalsocialismo por Alfred Rosenberg. Este hacía sus campañas en el
Volkische Beobachter (El observador popular), periódico que comprarán los
nacionalsocialistas en 1920 para convertirlo en órgano de difusión del
partido. Además Hitler encuentra en Rosenberg un valioso e íntimo
colaborador. El arquitecto Rosenberg, que en 1928 escribirá El mito del siglo
20, del se publicarán millones de ejemplares, tendrá una repercusión
enorme y suscitará grandes polémicas, es el gran optimista del partido, y
dispone de una fantasía demagógica eficacísima.
En enero de 1920 se constituye el Nationalsozialistische Deutsche
Arbeiterpartei - NSDAP- (Partido Nacionalsocialista Alemán de los
Trabajadores) y el 25 de febrero, en el primer congreso del recién creado
partido, Hitler da lectura a los veinticinco puntos del programa del NSDAP
(Apéndice 2) que, redactados por Hitler y Dexter, no serán cambiados
nunca: expulsión de los judíos, establecimiento y defensa de un cristianismo
positivo, gobierno en beneficio del interés general sobre el particular,
imponer el orden y acabar con el tratado de Versalles son, a grandes rasgos,
sus consignas.
En otoño de 1921 Hitler alcanza el control del partido y Drexler tiene que
contentarse con el puesto de presidente honorario, siendo marginado por
Hitler y sus seguidores.
El que nadie, más allá de los límites urbanos de Munich, conociese a Hitler
no significa que éste no contase con ricos mecenas, sobre todo entre las
damas. Tal es el caso de la esposa del fabricante de pianos Beschtein.
También logra obtener dinero de los fondos secretos del ejército del Reich. El
fracasado golpe de estado de noviembre de 1923, del que trataré más
adelante, es financiado con cien mil marcos oro por Fritz Thyssen, gran
accionista y presidente del consejo de administración del mayor consorcio
alemán del acero. Thyssen ayudó a Hitler económicamente y por otras vías.
En conjunto se supone que aportó a la causa nacionalsocialista un millón de
19
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 149.
20
GARCIA HERNAN, D. Historia Universal. XXI capítulos fundamentales. Madrid. 2007. Pág.:
746
13
EVOLUCION DE LA REPUBLICA
21
ZENTNER C. y otros. El III Reich, Historia total de una Época Decisiva. Barcelona. Noguer
1974. Tomo 1, pág 30-31.
14
Los problemas que afectan a la economía alemana van mucho más allá de
las deudas acumuladas durante la guerra y las exigencias de reparación: La
guerra también ha dañado la capacidad industrial de Alemania, sus reservas
de materias primas y bienes están esquilmadas. A esto se añade el alto
coste de conseguir que el funcionamiento bélico de la economía pase a ser
el de una economía de paz, una dificultad especialmente compleja por el
alto desempleo existente. El problema se agrava a su vez, por el hecho de
que en 1920 todavía hay que mantener a 660.000 soldados de los que, para
cumplir el tratado de Versalles, 560.000 deben ser desmovilizados e
incorporados, de algún modo a la mano de obra alemana.22
EL PUTSCH DE MUNICH
22
HARRAN M. y otros.: Crónica del Holocausto. Alcobendas. Libsa. 2002. Pág. 23.
23
BACELLS A. y Otros.: Historia Universal. Vol. IX. Barcelona. Salvat. 1980. Pág. 99.
15
Goering consigue escapar pero Hitler es detenido tres días después junto
con otros miembros del partido. Se ilegaliza el partido Nacionalsocialista y
se cierra el periódico Völkischer Beobachter. En la cárcel, Hitler sufre una
depresión y es necesario que sus amigos intervengan para que no se
suicide, pero cuando escucha que él y sus compañeros conspiradores van a
ser procesados, siente que su gran oportunidad ha llegado: el juicio será la
plataforma perfecta para llegar a los jueces y a la opinión pública más allá
del juzgado. Hitler declara abiertamente sus intenciones, pero rechaza de
plano la acusación de alta traición. A partir de este momento el acusado se
tornará en acusador y, en lugar de defenderse, asumirá toda la
responsabilidad de sus actos reivindicando el papel de salvador de la Patria.
El plan funciona a la perfección. Hitler se convierte en la estrella del juicio y
Ludendorff y el resto de los amotinados pasan desapercibidos. Ya es el
Führer del Partido, aunque todavía no lo sea del pueblo alemán.
Tras el golpe de Estado, Gregor Strasser es elegido líder del movimiento nazi
y utiliza la argucia de presentarse a las elecciones cambiando el nombre al
partido por el de Comunidad Popular Gran-Alemania para burlar la
16
Los dos grandes enemigos de Alemania, son los judíos de los que dice que
están conspirando para adueñarse del poder mundial, y los bolcheviques a
los que combatirá a muerte por todos los medios a su alcance para
“erradicarlos de la faz de la Tierra”. El otro gran tema es el viejo sueño
alemán: el Lebenraum o espacio vital que necesita el gran pueblo alemán
para poder cumplir su “destino histórico”. Sus intenciones están claramente
explicitadas y está dispuesto a llegar a la guerra para conseguir los
objetivos marcados.
El libro tiene una difusión muy reducida hasta 1933 en que la llegada de
Hitler al poder hace que se vendan millón y medio de ejemplares de una
sola vez y a partir de ese momento se convierte en la biblia del pueblo
alemán hasta el punto que cada pareja que contrae matrimonio recibe una
copia. La 500ª edición sale a la calle en 1939 y en 1945 ha vendido diez
millones de ejemplares y ha sido traducido a 16 idiomas haciendo de Hitler
un hombre rico.24
24
Wikipedia: Mein Kampf.
17
LA LLEGADA AL PODER
25
CHURCHILL W.S.: Memorias. La segunda guerra mundial: Cómo se fraguó la tragedia.
Barcelona. Plaza & Janes. 1963. Pág. 82.
18
tienen que esperar, la fruta no está madura y hay que seguir la vía de la
legalidad.
Hitler exalta la idea, que hará mucha fortuna, de Ein Volk, ein Reich, ein
Führer (un pueblo, un imperio, un jefe). Es una ideología radical, sin fisuras,
que va ganando adeptos, sobre todo entre quienes buscan una salida a la
desesperanza.27 Esta llamada, junto con la de ¡Deutschland, erwacht!
(¡Alemania, despierta!) traen la promesa de un nuevo amanecer unidas a un
símbolo y un hombre. Millones de personas están preparadas para entregar
su lealtad incondicional a cualquier hombre que les prometa lo que más
necesitan: ley y orden, un rumbo y, sobre todo, creer en ellos mismos. Adolf
Hitler aparece como el hombre que puede darles todo eso. Él mismo se ve
como el salvador de un mundo al borde del desastre y esa es la imagen que
cultiva. El provinciano de Baviera ha llegado a ser un líder nacional.
A lo largo de estos años Adolf Hitler hace campaña sin parar, prometiendo la
anulación del Tratado de Versalles y la restauración del orgullo y la
prosperidad alemanes. El electorado, desesperado, responde. En las
26
GARCIA HERNAN, D. Historia Universal. XXI capítulos fundamentales. Madrid. 2007. Pág.:
745
27
GARCIA HERNAN, D. Historia Universal. XXI capítulos fundamentales. Madrid. 2007. Pág.:
746
28
WIKIPEDIA. Heinrich Brüning.
19
29
BURLEIGH M.: El Tercer Reich. Una nueva historia. Madrid. Santillana. 2002. Pág. 171.
20
31
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 383-384.
21
acompañado por el hijo de Hindenburg, Oskar, y por Otto Meissner, jefe del
equipo presidencial. Es el 18 de enero y están en el domicilio de Joachim
von Ribbentrop. También asiste Goering. La táctica que allí se negocia
consiste en presentar una alternativa con un Hitler canciller, debidamente
controlado por Papen como vice canciller y un gobierno conservador en el
que los nazis estarían en aplastante minoría (solamente dos ministerios:
Frick en Interior y Goering como ministro del Interior de Prusia) y con el
ministerio de Defensa en manos del general Blomberg, aparentemente de
fiar. Papen irradiaba confianza en que se podría controlar, marginar y
derribar a Hitler y que luego, el gobierno volvería a las manos de la derecha
conservadora. Hitler insiste en que su partido se haga cargo de los
ministerios del Interior prusiano y del Reich, lo que le proporcionaría el
control de la policía y de las próximas elecciones. Papen logra convencer a
Hindenburg con esta propuesta y, salvadas las reticencias finales de
Hugenberg, que no puede soportar la presión de su propio partido, el
destino está trazado:32Schleicher que sin el apoyo nazi ha visto
desmoronarse toda su estrategia política y cuyas medidas socializantes,
heredadas de Brüning, le han valido el enfrentamiento de la industria
pesada alemana,33se ve obligado a dimitir y el 28 de ese mes abandona la
cancillería pronunciando las siguientes palabras “Sólo he permanecido
setenta días en el gobierno en los cuales me han traicionado setenta veces,
que no me hablen más de la fidelidad alemana”. 34
33
BURLEIGH M.: El Tercer Reich. Una nueva historia. Madrid. Santillana. 2002. Pág. 182.
34
ZENTNER C. y otros. El III Reich, Historia total de una Época Decisiva. Barcelona. Noguer
1974. Tomo 1, pág 39.
35
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 377.
36
Citado en GALLEGO F. De Munich a Auschwitz. Barcelona. Plaza & Janés. 2006. Pág. 242.
22
37
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 434.
38
FEST J.: Hitler. Una biografía. Barcelona. Planeta. 2005. Pág 546.
39
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 435.
40
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 437-438.
41
GALLEGO F. De Munich a Auschwitz. Barcelona. Plaza & Janés. 2006. Pág. 254.
42
FEST J.: Hitler. Una biografía. Barcelona. Planeta. 2005. Pág 551.
23
policía ha muerto: un brazalete blanco, una porra de goma y una pistola van
a legitimar, a partir de ese momento, las detenciones incontroladas y los
abusos de la milicia del partido como acciones de tipo legal al servicio del
Estado.
Durante esta primera orgía de violencia estatal, Hitler asume el papel de
moderado. Su habilidad como actor sigue incólume. Da la impresión al
gabinete de que radicales del movimiento están desobedeciendo sus
órdenes, pero que los pondrá bajo control y pide paciencia y que le dejen
disciplinar a los sectores del partido que se han excedido.43
La noche del 27 de febrero de 1933 se produce el incendio del Reischtag en
Berlín. En el mismo lugar de los hechos es detenido el ex comunista
holandés Marinus van der Lubbe. Balbuceaba las palabras “¡Protesta!
¡Protesta!”, no dejaba de hacer gestos de triunfo y tenía todo el cuerpo
bañado en sudor. Cuando Goebels comunica la noticia a Hitler, que se
encontraba esa noche en su casa, éste lanza un grito espontáneo “¡Ahora sí
que los tengo!” y, a continuación ambos se desplazan al lugar de los hechos
a toda velocidad. Allí se encontraba ya Goering con algunos de sus
colaboradores y en la gran sala del parlamento, Hitler se dirige a los
reunidos gritando: “Ahora ya no debe haber compasión; el que se nos cruce
en el camino será aniquilado. El pueblo alemán no se mostrará comprensivo
ni tendrá piedad. Es preciso que se fusile a todo funcionario comunista en el
mismo lugar donde se encuentre. Esta misma noche deben ser colgados
todos los diputados comunistas. Hay que detener a todos los aliados de los
comunistas. ¡Tampoco habrá perdón, a partir de ahora, para los
socialdemócratas y el Reichsbanner!”44
Esa misma noche son detenidos unos cuatro mil funcionarios, en su mayoría
comunistas, así como algunos escritores, médicos y abogados no gratos al
régimen45
Los nazis culpan a los comunistas de haber provocado el incendio que sería
la señal de partida de una rebelión sangrienta y el comienzo de una guerra
civil. Hitler y von Papen visitan a Hindenburg y consiguen que firme un
decreto de emergencia que servirá para invalidar todos los derechos
fundamentales, ampliando de forma considerable el campo de aplicación de
la pena de muerte.46 El camino para la destrucción de todas las fuerzas
políticas y sindicales está abierto: el partido comunista es prohibido y
detenidos sus dirigentes, las organizaciones de derechas se hunden por sí
mismas y el partido socialdemócrata es disuelto y sus miembros obligados a
exiliarse. Los sindicatos, pese a su tentativa de colaboración, son
incorporados al Frente del Trabajo (organización del partido), se suprime la
43
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 447.
44
Reichsbanner: Coalición de centro derecha.
45
FEST J.: Hitler. Una biografía. Barcelona. Planeta. 2005. Pág 558.
46
ZENTER, C. y Otros.: El III Reich, Historia total de una época decisiva. Barcelona. Noguer.
1974. Pág 47:
47
BACELLS A. y otros.: Historia Universal. Volumen IX. Barcelona. Salvat. 1980. Pág. 118.
48
Se ha polemizado sobre la autoría del incendio. Los nazis culparon a los comunistas, que
siempre lo negaron. Se extendió la creencia de que fueron los propios SA los que originaron
el incendio para tener una excusa y sacar a los comunistas y otros opositores del contexto
político. Recientemente, historiadores de la talla de Ian Kershaw o Joachim Fest han llegado a
la conclusión de que el único responsable fue van der Lubbe. Lo que está meridianamente
claro es que a los nazis les hizo un gran favor que supieron aprovechar. Nota del autor.
49
FEST J.: Hitler. Una biografía. Barcelona. Planeta. 2005. Pág. 560.
50
GALLEGO F. De Munich a Auschwitz. Barcelona. Plaza & Janés. 2006. Pág. 255.
51
CHURCHILL W.S.: Memorias. La segunda guerra mundial: Cómo se fraguó la tragedia.
Barcelona. Plaza & Janes. 1963. Pág. 95.
52
OGG L. y otros: Crónica del siglo XX. Madrid. Ed. especial para Diario 16. 1986. Pág 459
25
QUEMANDO ETAPAS
CONSOLIDACION DE LA DICTADURA
A partir de que Hitler obtiene la confianza del Reichstag para gobernar por
decreto, los acontecimientos se van a desarrollar de manera que el poder
del estado nazi, el Tercer Reich, va a ir en aumento desafiando a todo y a
todos y consolidando una dictadura de partido que terminará por llevar a
Alemania al desastre total.
La concepción pagana, racista y materialista del Tercer Reich se comprende
mejor al analizar las medidas de política social aplicadas por el partido nazi
apenas subió al poder. En orden a la higiene de la raza, Hitler pronto sacó
leyes que prescribían la esterilización de los deficientes, de los anormales,
de los alcohólicos, de los ciegos, de los sordomudos, de los pobres y de
todas las personas «racialmente inferiores». Se instituyó «el tribunal para la
salud de la estirpe», que tenía poderes absolutos. Sobre la base de la
pertenencia a la raza aria, se decidía si se dejaba nacer o se abortaba un
niño hasta el sexto mes de embarazo. Para el matrimonio era necesario un
certificado de «arianidad» que impedía las uniones con las razas inferiores.
También las relaciones sexuales con personas de otras razas se convirtieron
en delito que se perseguía penalmente. La discriminación racial no se
detenía en la mutilación del cuerpo con la esterilización sino que llegaba
incluso a la eliminación física, primero con medidas como la eutanasia y
después con los hornos crematorios de los campos de la muerte. En tres
años, el régimen nazi esterilizó a 225.000 personas entre discapacitados,
esquizofrénicos, epilépticos, ciegos, sordos, alcohólicos y disminuidos. A
partir de 1939, Hitler no se contentó con esterilizar a aquellos que
«envenenan la pureza de la sangre aria» y comenzó el programa de
eutanasia forzada.
26
“El 24 de marzo de 1933, sólo estaban presentes 535 de los 747 diputados
del Reichstag. La ausencia de algunos no fue excusada, estaban en custodia
protectiva en campos de concentración. Sometido a todo el peso de la
presión y el terror nazis, el Reichstag aprobó una ley habilitante conocida
como "Ley para la Protección del Pueblo y el Estado", con 441 votos a favor.
Esta ley marca el verdadero momento en el que los conspiradores se
hicieron con el control político. El Artículo 1 decía que las leyes del Reich
podrían ser aprobadas por el Gabinete del Reich. El Artículo 2 decía que las
leyes nacionales aprobadas por el Gabinete del Reich podían no respetar la
Constitución. El Artículo 3 indicaba que las leyes nacionales aprobadas por
el Gabinete del Reich serían preparadas por el Canciller y publicadas en el
Reichsgesetzblatt. El Artículo 4 decía que los tratados del Reich con otros
Estados que afectaran a cuestiones de legislación nacional no requerían el
consentimiento de las partes legisladoras. El Gabinete del Reich tenía poder
para elaborar las leyes necesarias para la ejecución de estos tratados. Así,
los nazis adquirieron el control político total, libre completamente de los
límites de la Constitución de Weimar.”
Se acaba aquí la independencia del Poder Judicial que queda
automáticamente subordinado al Poder Político. A partir de este momento
53
http://www.conoze.com/doc.php?doc=3978
54
HARRAN M. y otros.: Crónica del Holocausto. Traducción de María Herranz y otros.
Alcobendas. Libsa. 2002. Pág. 56.
55
http://www.nizkor.org/hweb/imt/tgmwc/tgmwc-01/tgmwc-01-03-07-sp.html
27
Hitler encuentra en las iglesias tal vez el único adversario interno que no
puede destruir ni asimilar. Después de los intentos de compromiso que
culminaron en la firma del Concordato, buena parte del catolicismo opuso,
a partir de 1934, una resistencia compacta a la ideología
nacionalsocialista.56
Tras su muerte en febrero de 1939, le sucede Pio XII, figura que ha sido muy
controvertida por su relación con el nazismo y el holocausto, sin que los
historiadores se hayan puesto de acuerdo sobre su actuación. Fue acusado
de ser el Papa de Hitler por no haber hecho nada para evitar lo que estaba
ocurriendo, aunque recientemente, la investigación en los archivos del
Vaticano parecen demostrar que intentó salvar todas las vidas que pudo, sin
poner en peligro las de los propios sacerdotes y religiosos.
Tras el fracaso del putsch, las SA fueron prohibidas pero subsistieron bajo el
nombre de Bahnfront y siguieron haciendo proselitismo. Röhm emigró a
Bolivia como asesor del ejército de ese país y no volvió hasta que fue
llamado por Hitler en 1931 para reasumir sus funciones. En estos momentos
ambos personajes empiezan a disentir en torno al uso que hay que hacer de
las SA: Röhm las considera como una organización militar que debe apoyar
la pendiente revolución socialista y el ajuste de cuentas con la burguesía
republicana responsable del desastre de la primera guerra. Hitler,
escarmentado por el fracaso del golpe de 1923, no quiere salirse de la
legalidad y prohíbe a Röhm realizar acciones por su cuenta. En ese
momento, la misión de las SA es la de una fuerza de acción rápida contra
los comunistas. Cuando, en 1932 los nazis se acercan al poder, las SA son
de nuevo “oficializadas” aunque su imagen (camisa parda y brazalete con la
svástica después del putsch de Munich) nunca se había dejado de ver en
Alemania. Fue gracias a ellos, a su labor de propaganda y a su
enfrentamiento con los comunistas (el enemigo más evidente aún no eran
los judíos) que Hitler puede conseguir 230 escaños en julio de 1932. El 5 de
marzo de 1933, con Hitler ya en el poder, las SA desfilan oficialmente en
Berlín. El 22 de febrero un decreto las había encuadrado como auxiliares de
la policía. Cuando el 27 de ese mismo mes se produce el incendio del
Reichstag se da vía libre a la caza de comunistas y las SA junto con las SS,
protagonizan las operaciones. Las SA deciden cobrarse todo aquello a lo que
creen tener derecho: detienen a todo aquél en el que ven un opositor,
establecen campos de concentración y cometen todo tipo de tropelías,
amparados en la práctica impunidad que parte de Hitler y Goering. Las
élites alemanas que aún conservan el poder económico y militar se
inquietan porque estos SA no se recatan en afirmar que todavía hay que
57
http://www.elgrancapitan.org/portal/segunda-guerra-mundial/la-noche-de-los-cuchillos-
largos.html
30
Con todo, el peligro real para Röhm llega cuando la Reichswehr no quiere
hacerse cargo de las SA porque no están seguros de poder dominar un
movimiento revolucionario de ese calibre. En abril de 1934 Röhm declara en
un discurso “Nuestra revolución es nacional socialista. Sobre todo
socialista”. En junio, Franz von Papen reclama que se ponga fin a las
amenazas de la SA. Lo que realmente pesa en la opinión de Hitler es la
posibilidad de una revolución del gran capital y del ejército. Para entonces
grandes industriales y consorcios como Hugenberg, Siemens, Krupp y otros
tenían parte en el gobierno, y la Reichswehr manifiesta discretamente su
apoyo a von Papen.
Finalmente, tras mucho dudarlo por recordar que en el fondo debía a Röhm
el poder, Hitler accede: Las SA serían puestas fuera de juego y, en el mundo
nazi, eso significaba la plena eliminación de los elementos considerados
peligrosos.
Las SS son armadas por el ejército y prevenidas para entrar en acción ese
día junto a elementos militares y de la policía. Hitler y Goebels se dirigen a
Munich mientras Goering y Himmler centralizan la represión en Berlín.
59
Encarta, enciclopedia Microsoft. Noche de los cuchillos largos.
32
En el año 70 d.C. los romanos bajo Tito asesinaron y/o dejaron morir de
hambre al menos a 600.000 judíos en Jerusalén. Durante los primeros años
del cristianismo, los teólogos dijeron que, puesto que los judíos habían
rechazado a Jesús como Mesías, merecían ese sufrimiento. Como
consecuencia, se extendió la violencia contra los judíos durante siglos. Los
judíos fueron expulsados de Inglaterra en 1290, de Francia en 1306 y de
España en 1942, después de que la Santa Inquisición hubiera trabajado lo
suyo en nuestro país.
60
HARRAN M. y otros.: Crónica del Holocausto. Trad. de María Herranz y otros. Alcobendas.
Libsa. 2002. Pág. 18.
33
En estos primeros meses se aprueban leyes anti judías casi a diario que, si
bien no pueden materialmente ser aplicadas en sentido estricto, van
restringiendo de una u otra manera la vida religiosa, educativa, cultural y
profesional de los judíos: Prohibición del ritual judío de preparación de la
carne, los alumnos judíos de las escuelas y universidades no pueden
superar el 1,5 por ciento, los médicos judíos no pueden entrar en los
hospitales de la seguridad social sanitaria, los judíos no pueden optar a
licencias para farmacias, los abogados ven restringidas sus prácticas, los
judíos son expulsados de las asociaciones deportivas… Entre 1933 y 1939
se aprueban más de 1.400 leyes contra los judíos.
Los años sucesivos constituyen más de lo mismo, los derechos de los judíos
van siendo castrados progresivamente hasta conseguir que los no judíos
alemanes los consideren una raza inferior.
62
www.wsg-hist.uni-linz.ac.at/Auschwitz/HTMLesp/Rassegesetze.html.
34
Los nazis alegan que los mismos judíos han sido los responsables de lo
ocurrido e imponen a la comunidad judía alemana una multa de mil millones
de marcos (sobre cuatrocientos millones de dólares de la época). El Reich
63
OGG L. y otros: Crónica del siglo XX. Madrid. Ed. especial para Diario 16. 1986. Pág 545
64
HARRAN M. y otros.: Crónica del Holocausto. Traducción de María Herranz y otros.
Alcobendas. Libsa. 2002.Pág. 132
35
confisca todos los pagos que las compañías aseguradoras debían hacer a los
propietarios judíos cuyos negocios o casas habían sido saqueados o
destruidos, y los hizo personalmente responsables de sufragar el costo de
todas las reparaciones necesarias.
65
UNITES STATES HOLOCAUST MEMORIAL MUSEUM. Enciclopedia del Holocausto.
Kristallnacht. www./ushmm.org.
36
El concepto de Hitler sobre la conquista del poder fue uno de los elementos
realmente propios y originales de su encumbramiento, a pesar de todo
cuanto tomó prestado, en dicho sentido, de la práctica del golpe de Estado
experimentado por los bolcheviques y, especialmente, por los fascistas. En
su forma de producirse, la toma del poder por los nazis sigue constituyendo
el modelo clásico del avasallamiento totalitario de las instituciones
democráticas desde el interior, es decir, con la ayuda y no con la resistencia
del poder estatal.67
66
WIKIPEDIA. República de Weimar.
67
FEST J.: Hitler. Una biografía. Barcelona. Planeta. 2005. Pág. 549.
68
GALLEGO F.: De Munich a Auswitch. Barcelona. Plaza & Janés. 2006. Pág. 247.
37
Los instrumentos de intimidación con que contaron los nazis, tras su llegada
al poder fueron poderosos. Grandes recursos para la propaganda, incluida la
utilización masiva de la radio de una forma desconocida hasta entonces y,
también, de un fondo económico muy generoso. La violencia callejera
ejercida por las unidades de asalto contra los “rojos” no desautorizaba, sino
que prestigiaba a quien la utilizaba. Si se puede hablar de una sociedad
paralizada por el terror, hay que referirse también a una mayoría que, no
solo autorizaba su ejercicio, sino que estimulaba lo que consideraba un acto
de purificación elemental para salir de la crisis.70
La fachada “legal” que rodeó la toma del poder llevó sin duda a muchos
ciudadanos respetuosos con la ley, debido a su acatamiento de las normas
legales, a dar su aquiescencia a lo que estaba ocurriendo. Puede que
muchos prefiriesen pasar por alto el carácter revolucionario de los hechos,
en especial después de que los radicales quedaran dominados tras la purga
de junio de 1934. Esta purga permitió que el “alemán apolítico” considerase
las instituciones nacionalsocialistas como parte integrante de su normalidad
69
KERSHAW I.: ¿Por qué nos sigue obsesionando Hitler? EL MUNDO. 30 de enero de 2003.
70
GALLEGO F.: De Munich a Auswitch. Barcelona. Plaza & Janés. 2006. Pág. 251-252.
71
KERSHAW I.: Hitler, 1889-1936. Barcelona. Grup editorial. 2007. Pág. 449-450.
38
Hasta aquí hemos hablado del cómo fue posible y de las circunstancias que
pudieron impedir la llegada de Hitler al poder, de cómo fue capaz de
convertirse en dictador absoluto de Alemania y de cómo pudo arrastrarla al
cúmulo de desastres que llegaron a continuación, pero sigue en el aire la
pregunta fundamental: ¿Por qué?
Pero, para conseguir el objetivo anunciado había que pagar un precio. Había
que sacrificar a los judíos y demás elementos antisociales para purificar la
raza aria, había que unificar a toda la población de habla alemana en un
pangermanismo pendiente de épocas anteriores, había que conseguir el
“espacio vital” a base de la anexión de Checoslovaquia, la invasión de
Polonia y, sobre todo con el asalto a Rusia. Esta postura queda muy bien
reflejada en la película Vencedores o Vencidos, de Stanley Kramer, cuando
el juez Emil Janings, acusado de crímenes de guerra declara “…una fiebre
se apoderó de la nación, una fiebre de desgracia, de indignidad, de hambre,
teníamos una democracia, sí, pero corrompida por elementos que la
componían. Por encima de todo, existía miedo, miedo al presente, miedo al
futuro, miedo de nuestros vecinos, miedo de nosotros mismos. Solo cuando
hayan comprendido esto comprenderán lo que significó Hitler para
nosotros, porque entonces él nos dijo: Alzad la cabeza, sentid el orgullo de
ser alemanes, entre nosotros hay diablos, comunistas, liberales, judíos,
gitanos; cuando consigamos acabar con ellos se acabará también vuestra
miseria. Era la vieja, la viejísima historia del cordero propiciatorio, ¿qué
pasó con los que lo sabíamos perfectamente?, los que sabíamos que esas
palabras eran mentira, peor que mentira, ¿por qué nos callamos? ¿por qué
participamos? porque amábamos a nuestra Patria. A fin de cuentas, ¿qué
importa que pierdan sus derechos unos cuantos políticos extremistas? ¿qué
importa que unas minorías raciales pierdan sus derechos? Sólo es una fase
pasajera, una etapa por la que tenemos que pasar. Tarde o temprano será
72
GELLATELY R.: La Gestapo y la sociedad alemana. Barcelona. Paidós Ibérica. 2004. Pág. 29
73
Citado en: SALA R.: “En qué creían los nazis”. Muy Especial, Nº 68 (2005), pág 35
39
Apéndice 1:
75
WIKIPEDIA.: http://es.wikipedia.org/wiki/Woodrow_Wilson
42
Apéndice 2:
18. Exigimos lucha implacable contra aquellos que, por su actuación, perturben los
intereses de la colectividad. Pena de muerte para los usureros y explotadores del
pueblo.
19. Pedimos que se sustituya el Derecho romano por un Derecho colectivo alemán.
20. El Estado proporcionará medios a todos los alemanes capacitados de lograr una
cultura superior y poder ocupar puestos directivos. Los planes de enseñanza de
todos los establecimientos docentes han de acomodarse a las necesidades de la
vida práctica. La idea del Estado debe explicarse en la escuela a los niños al tener
uso de razón. Los niños pobres capaces y aptos para el estudio deben ser auxiliados
por el Estado.
21. El Estado se ocupará de modo preferente en la sanidad pública, protegiendo a
las madres y niños, favoreciendo la cultura física del pueblo por medio de leyes que
hagan el deporte y la gimnasia obligatorios y ayudando de un modo decidido a las
sociedades y corporaciones que fomenten el desarrollo físico de la juventud.
22. Pedimos la desaparición de las tropas asalariadas, y la formación, en su lugar,
de un ejército del pueblo.
23. Exigimos sea perseguida de modo implacable por la ley la mentira política
intencionada. Y para posibilitar una Prensa alemana pedimos:
a) Que todos los redactores y colaboradores de los periódicos que aparezcan en
lengua alemana sean ciudadanos alemanes.
b) Los periódicos no alemanes han de estar por completo de acuerdo con el Estado.
Y no podrán imprimirse en alemán.
c) Prohibición de que los no alemanes influyan económicamente o idealmente en los
periódicos. La infracción debe castigarse con la suspensión del periódico y la
expulsión inmediata del interesado.
Debe prohibirse toda publicación que perjudique el bienestar público. Lucha contra
las tendencias artísticas o literarias que produzcan efectos desintegradores en la
vida de nuestro pueblo.
24. Queremos libertad para toda clase de creencias religiosas dentro del Estado,
siempre que no supongan un peligro o estén en oposición a las costumbres y moral
de la raza germana.
El partido en sí es positivamente cristiano, sin puntualizar una creencia
determinada. Luchará contra el espíritu materialista judío, convencido de que la
salvación de nuestro pueblo llegará a base del siguiente principio: el bien comunal
antes que el bien individual.
25. Para la realización de todo esto, queremos la formación de un Poder central del
Estado. Autoridad del Parlamento político central sobre el resto del Estado y su
organización. Formación de Cámaras corporativas y profesionales para su actuación
dentro del margen que permita el Estado.
Los directores del partido prometen poner en juego todos los medios que sean
precisos, incluso sus propias vidas, para llegar a la realización de los Puntos
anteriormente expuestos.
Munich, 24 Febrero 1920.» 76
76
LEDESMA RAMOS R.: “El nacionalsocialismo alemán. El partido de Hitler”. La Conquista
del Estado, núm 2. Pág 5. 21 de marzo de 1931.
44
BIBLIOGRAFÍA
BURLEIGH M.: El Tercer Reich. Una nueva historia. Madrid. Santillana. 2002.
FLASHMAN H.: La noche de los Cuchillos Largos. Portal Historia Militar. 2006
http://www.artehistoria.jcyl.es/batallas
http://www.conoze.com
http://www.elgrancapitan.org/portal/segunda-guerra-mundial
http://www.nizkor.org
http://www.wsg-hist.uni-linz.ac.at/Auschwitz/HTMLesp/Rassegesetze.html.
45
LUMSDEN R. Historia secreta de las SS. Madrid. La esfera de los libros. 2003.
OGG L. y otros: Crónica del siglo XX. Madrid. Ed. especial para Diario 16.
1986
SALA R.: “En qué creían los nazis”. Muy Especial, Nº 68 (2005)