You are on page 1of 7

Colaboraciones de Andrés Pérez-

Mohorte en El Balón Ditigal


Un pasillo que duró noventa minutos | 8 de Mayo de
2008

S e había hablado durante toda la semana de ello e incluso Marca estaba dispuesto
(seguirá estándolo supongo) a regalar un póster gigante inmortalizando la imagen
del Barcelona haciéndole el pasillo al Real Madrid. A fin de cuentas fue lo
menos importante de todo el encuentro. El Barcelona, lejos de ser humillado, pareció
más equipo y mucho más digno cuando hizo el pasillo que durante el resto del partido.
En realidad, el pasillo, antaño ocupador de portadas en Madrid, no fue más que una
triste o risoria anécdota (según por donde miremos) del resto del partido, ya que quienes
vimos el partido recordaremos para el futuro el gigante pasillo que los baulgrana le
cedieron al Real Madrid durante los noventa minutos.

Laporta quizá aprenda de una vez a callar la boca y a no soltar tan alegremente que su
Barça le iba a meter 0-5 al eterno rival. Quizá, claro, ya que el problema del Barça y de
su entorno probablemente será el mismo que tuvo el Madrid de Florentino.
Ensimismarse en su plantilla, seguir creyendo que son los mejores y pensar para su
desgracia que esta Liga también la han regalado. 17 puntos avalan lo contrario, y es que,
lejos de haber regalado la Liga, ni siquiera han sido capaces de colocarse delante de los
blancos alguna vez para luego cederle el sitio. Sería caer en una utopía decir que el
Barcelona ha regalado al Liga. El partido de ayer dice todo lo contrario. El resultado,
en realidad, es lo de menos. El 4-1 supone algo más. Recordé cuando el Real Madrid
marchaba 3-0 en el minuto 60' la portada que Marca le dedicó al Barcelona - Real
Madrid de la temporada 2004/2005, cuando el Barça vapuleó al Madrid galáctico. La
situación venía a ser la misma.

Un equipo fúnebre y moribundo deambuló ayer por el Bernabeú con ningún espíritu,
más allá de la lucha de Henry contra los elementos y contra sí mismo. Extraña
temporada la del francés si ayer fue su mejor partido, que lo fue. El único que pareció
correr y no querer perder, más allá de las tres genialidades de Messi o de las escasas
paradas de Valdés. El resto miraba. Y quizá se miraba a sí mismo en un espejo,
ridiculizando su situación y en lo que el mejor equipo antaño del mundo se ha
convertido. Una feria, quizá, un desastre, seguro. Un detalle, faltaban Deco, y Eto'o,
Ronaldinho las tres piezas claves del gran Barça de hace dos años. Si algunos
anunciabamos hace tiempo el cambio de ciclo el partido de ayer supuso la
confirmación. Ahora toca despedir a Rijkaard (no lo considero el culpable) y hace runa
limpia con cabeza. No vale tener miedo y vender a Gudjohnsen y Thuram. Ellos no
son los culpables. Pero eso, ya será el culebrón del verano.
Cuatro equipos, tres finales, una plaza | 14 de Mayo
de 2008

P robablemente no haya drama más doloroso en el fútbol como jugar para no


descender. Sin embargo, a pesar de saber que es el peor castigo que un equipo y
una afición puedan recibir, la lucha por el descenso suele estar ecplipsada por la
larga sombra que la lucha por el campeonato de Liga desprende cada jornada. Sin
embargo, cuando la mediocridad de una temporada provoca que el campeón de facto se
supiera tiempo atrás, la lucha por el descenso, de repente, cobra un protagonismo
inusitado y es entonces cuando, si somos aficionados de otros equipos, miramos hacia
abajo y comprobamos cómo efectivamente, por muy mal que le haya ido a nuestro
equipo siempre hay situaciones peores. Y así están 14 equipos de primera división.
Porque dos están descendidos. Y sobretodo, porque cuatro se juegan a vida o muerte la
supervivencia en un sólo partido.

Quizá nadie merezca realmente bajar. ¿Quién podría objetivamente afirmar que un
equipo merece más que otro quedarse en la máxima categoría del fútbol español? Si
partimos de la base de que la objetividad no existe la respuesta es nadie. Y sin embargo
ahí está. El descenso existe, es algo real, y el drama te pasa factura cuando en junio
todavía no has hecho los deberes. Y nadie en las altas esferas del fútbol se acuerda de
eso. O nadie quiere recordarlo. Es la batalla perdida, la gloria robada, la épica olvidada,
el mérito frustrado. Salvarse con una plantilla parca de recursos tiene más mérito que
ganar la Liga tras haber desmbolsado 200 millones de euros. Pero eso nadie lo
recuerda. Y ahí reside parte del drama de los equipos que el próximo fin de semana se
juegan la vida en una final.

Son concretamente tres finales, una de ellas aderezada al ser un enfrentamiento directo
entre dos candidatos al descenso. Si actualmente hubieramos de señalar a alguien para
caer a Segunda División acertaríamos al nombrar al Zaragoza. Aunque suene raro.
Aunque a principio de temporada creyéramos que el Zaragoza iba a estar en Uefa o
Copa de Europa. Aunque sea el mayor drama que La Romareda haya contemplado
jamás. Sin embargo el Zaragoza, como el Valladolid, como el Recreativo y como el
Osasuna, se salva ganando. Depende de sí mismo y debería ser suficiente. A fin de
cuentas todos dependen de sí mismos gracias al partido que enfrenta a Recre y
Valladolid. Ya no vale hacer pronósticos, ya no vale jugar a ser mago. No vale porque
son tres finales. Poco importará lo que cada equipo haya hecho cada jornada, poco
importará cuanto valga cada plantilla. Es como una final de Copa. Si ganas obtienes la
gloria sí o sí, si pierdes no. En el caso del Zaragoza es una final exacta, clavada a
cualquiera final de Copa que haya ganado o perdido. Prima la experiencia. El resto se
salva si pierde el Zaragoza, pero también lo hace ganando. Más de 27 combinaciones
posibles. Agarren el transistor. Asistan al drama de no descender. Probablemente al año
que viene no volvamos a recordar que esos equipos se juegan tanto, hasta mediados de
mayo, de nuevo.
Marca y Cristiano Ronaldo | 23 de Mayo de 2008

L eo las sucesivas portadas que Marca ha ido dedicando esta semana al caso
Cristiano Ronaldo y me estremezco. La prensa deportiva tiene un serio
problema, pensé la primera vez que ví esta vergonzante portada. Al parecer para
Marca la noticia no era que el Manchester hubiera ganado la Liga de Campeones tras
un emocionante partido ante el Chelsea. Eso es secundario. La noticia, en realidad, no
dejó de ser las dudosas verídicas palabras que el director deportivo mancuniano le debió
dedicar, supuestamente y siempre según Marca, a Ramón Calderón: "Ramón, no me
jodas con Ronaldo... [¿No te lo irás a llevar?]". Más allá de la lamentabilidad del
periódico, y entrando dentro de lo que es Marca, podríamos analizar detenidamente lo
que David Gill, comentó supuestamente a Ramón Calderón tras la final de Moscú.

Bien, imaginen que son ustedes aficionados o directores deportivos del Manchester
United. Tras ganar la Copa de Europa. Lo último en lo que pensaría sería en si Ramón
Calderón quiere llevarse a Ronaldo o no. Pero eso es secundario. Lo mejor sería
imaginarse la expresión de David Gill en inglés, a saber: "Ramón, don't break my
balls with Ronaldo" o: "Ramón, don't fuck me with Ronaldo". Ambas se antojan
algo inverosímiles tras una final de Champions en la que tu equipo gana. Quizá Gill
jurara en contra de Calderón debido a su impertinencia, o quizá jurara en contra del
periodista de Marca obsesionado con el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Madrid.
Quizá dijera tantas cosas. La fuente de Marca es un tipo que estuvo allí presente, pero
pretenden que nos creamos que esa es la noticia fundamental de la noche, y no el
penalty fallado por el pobre Terry. Poco más se puede decir de un periódico tan, por
decirlo suavemente, lamentable.

Y es que Marca ha perdido el rumbo de nuevo. Se enfrasca en batallas perdidas por los
nuevos fichajes mediáticos del Madrid. Como si no hubieran tenido suficiente con los
galácticos. Como si necesitaran vender más todavía de lo que venden, a costa de
sacrificar el periodismo y una profesión que cada día está más manchada de intrusismo
y poca calidad. Marca este verano decía que quería cambiar de imagen. Duró poco.
Esta semana ha sido un carrusel de portadas dedicadas al fichaje de Cristiano Ronaldo
por el Madrid. Más allá del interés o no, el sensacionalismo más puramente amarillista
de The Sun que de cualquier periódico español, impregna el Marca cada mañana. Sin ir
más lejos, la portada de hoy está de nuevo dedicada a Ronaldo. Probablemente si
Ronaldo ficha por el Madrid, Marca se apuntará el tanto. No me extrañaría, medio
fichaje sería suyo. Y no sería de extrañar que de los 80 millones anunciados hoy, Marca
pusiera 30. Tal y como lo venden.
Crónicas de un español descreído (I) | 11 de Junio de
2008

M ás allá del resultado, más allá de los tres goles de Villa e inclusive más allá
del juego desplegado por momentos brillante en la segunda mitad, lo que más
me sorprendió de España fue la actitud que posó sobre el terreno de juego.
Resultaba un tanto extraño ver a España jugar anoche sobre el terreno de juego. Parecía
otra selección. Parecía una Alemania o Francia de la vida. Un equipo serio, que sabe a
lo que juega y que hasta con cierto porcentaje de suerte es capaz de intimidar al rival
como pocos lo saben hacer. Rusia jugó bien, fue un rival digno, pero se fue a su hotel
pensando qué narices había hecho tan mal para merecer tanto castigo. En absoluto
Rusia jugó como para acabar goleada, pero finalmente, fue goleada, y eso, el intimidar
y dejar la sensación a tu rival de no haber hecho tanto como para terminar tan herido, es
lo que diferencia a los equipos grandes de los pequeños. A las selecciones que ganan de
las que caen en cuartos.

Y ahora sí, es conveniente de nuevo echar el freno. No debemos crear la euforia


desmedida que tendemos a crear entre todos cuando un partido nos sale bien. Es cierto
que la actitud, no ya el juego insisto, fue espléndida. España tuvo la certeza de tener
todo bajo control y ninguno que viera el partido podría imaginar que el combinado
nacional no supiera realmente que estaba haciendo. Es cierto, sí, España se adaptó a la
forma de jugar de Rusia en lo que significa la mejor noticia del partido, pero no
debemos lanzar ninguna campana al vuelo. Son tres puntos y era Rusia. Todo esto,
sobre el papel precioso y casi pintado de colores fosforitos, ha de demostrarse cuando
Italia, Francia u Holanda estén enfrente, en los ya fatídicos cuartos de final que no
somos capaces de superar desde el 84. Hay motivos para creer pero no debemos caer en
la euforia desmedida que siempre consigue que seamos los más desgraciados del
mundo.

Eso sí, si España juega como jugó anoche, con espacios, al toque rápido y vertical, y
caemos ante Italia en cuartos, no habrá reproches. Porque habremos sido nosotros
mismos y por una vez en la vida volveremos a casa con la moral alta. Por una vez. Ni
robados ni desgraciados, simplemente perdedores en un juego en el que hay que ganar y
hay que perder para saborearlo en toda su magnitud. El partido dejó todas las lecturas
que uno pueda querer hacer, sin embargo me gustaría centrarme en los aspectos más
negativos. Por un lado Marchena, por momento Marchenov, ya que su ineptitud para
sacar el balón jugado se transformó en pases dificultosos a Casillas y en numerosos
regalos de balón. Estuvo notable en defensa y al corte pero jamás hay que darle al balón
a Marchena. Las transiciones defensa-mediocampo son lentísimas con él y corremos
peligro de sufrir ante un equipo mejor que Rusia. Por otro lado hay que destacar el
mediocre partido de Ramos, superado siempre por Zhirkov y Bilyaledtinov. Y
finalmente, las jugadas a balón parado, donde sufrimos mucho más de lo debido. En
definitiva, destacable juego y encomiable actitud, una actitud que suele llevar lejos. Eso
sí, no debemos desatar la euforia ya que es una enfermedad como la peste, y corremos
peligro de morir por el contagio.
Crónicas de un español descreído (II) | 15 de Junio
de 2008

C uando España peca de horizontalidad suele pagarlo. Ibrahimovic controló, dejó


a Ramos en el suelo y Casillas inexplicablemente no fue capaz de para el balón
que mansamente se introdujo en la red de la portería española. Los suecos,
provenientes de su lejana península helada del norte, plantearon un partido físico y sin
fisuras atrás. Me sorprendieron, para que nos vamos a engañar. Me esperaba de Suecia
un equipo más ofensivo, a pesar del confirmado mito de que es un equipo diseñado para
jugar a la contra, al más puro estilo danés de toda la vida. Suecia no mereció nada, pero
España acusó en exceso la falta de brillantez de ambos delanteros. Ni Villa ni Torres
hicieron el partido de su vida a pesar de que ambos marcaron y de que ambos lucharon
todo lo que pudieron o supieron.

Ganamos, sí, en el último minuto, sí, como los grandes, dicen algunos, vale. No me lo
creo. Un error del central sueco permitió a Villa batir a Isaksson tras 92' minutos de
juego poco fluido y sin profundidad. A España le faltó velocidad y movilidad arriba. Se
demostró, por enésima vez, que un partido sin defensas abiertas y sin espacios al más
puro estilo Rusia no nos conviene en absoluto. A pesar de tener la pelota. A pesar de no
perderla. E incluso a pesar de jugar al toque, decentemente y en ocasiones
brillantemente. Me gustó Fábregas, he de decirlo, ya que demostró que su único
problema en la selección es la alargada sombra de un Xavi que ayer desapareció. La
entrada de Fábregas revitalizó al equipo que jugó mejor pero sin mucha idea de cómo
replantear el partido ante la inmóvil defensa sueca. En favor de España, he de decir que
jamás un error en defensa valió para tan poco. ¿Alguien sabe qué fue de Sergio Ramos?
Antes de la Eurocopa era probablemente el mejor valuarte de España y ahora no deja
de ser un agujero en defensa y un jugador menos al que pasarle el balón. Por cierto,
segundo pelotazo de Capdevilla segundo gol. Eso sí es suerte.

España está en cuartos. Se enfrenta a su historia y a su propia leyenda en lo que va a


suponer una prueba de fuego para esta generación, sabedora de la importancia de un
éxito -pasar de cuartos es un éxito, sí, somos así, no nos engañemos- como el que
pueden conseguir en esta Eurocopa. Quizá del partido contra Rumanía, Italia o
Francia se deposite el futuro de una excelente generación que puede pecar de falta de
verticalidad y velocidad, pero no exenta de calidad. España, es cierto, duerme y amansa
al rival haciendo lo propio con el balón. Pero no es menos cierto que una genialidad de
cualquiera de los nuestros resuelve el partido. Y jamás hemos tenido ese factor. He de
suponer y de esperar para la selección que será Rumanía quien se enfrente a los pupilos
de Aragonés en cuartos. Bien, puestos a elegir me quedo con ellos. Primero porque el
partido sería un éxito de audiencia en España, segundo porque quizá un equipo sin
renombre sirva de estímulo para cumplir el objetivo de las semifinales, y tercero porque
ni a Francia ni a Italia les quiero ver ni en pintura. Especialmente a Francia, contra
quien la historia, pesa más que nunca.
Visiones diferentes | 11 de Noviembre de 2008

H iguaín marcó cuatro goles el sábado a eso de las 20:00 y Eto'o, tras comenzar
el partido que enfrentaba al Barcelona contra el Valladolid, se dispuso a hacer
lo mismo. Ambos marcaron cuatro goles, y ambos mantienen a día de hoy una
relevancia inusitada para la prensa primero, la afición después y el equipo en última
instancia, aunque pueda parecer aberrante y de nulo conocimiento futbolístico afirmar
esto último. Para la prensa porque crear héroes siempre mola. Se venden periódicos a
raudales y se escriben ríos ventajistas de tinta sobre las habilidades siempre latentes en
el jugador de turno, ya vista de blanco o baulgrana. La afición crea héroes pero de una
manera diferente, sin ánimo lucrativo, o al menos no más allá del puro espectáculo y
gozo de su equipo. Y sí, en última instancia el equipo, para quien cuatro goles siguen
siendo cuatro goles los marque quien los marque. Dicho sea de paso, otro día los
marcará otro y así sucesivamente. A pesar de ello, a pesar incluso de que alguno prepare
ya la retahíla de insultos, no niego que ambos dos protagonistas tuvieron un día de
gloria.

Pero con connotaciones diferentes, y me gustaría hacer hincapié en esto ya que desde la
siempre simpática prensa madrileña se comienza a vender la figura de Higuaín como la
respuesta a todos los males del Madrid, que no son pocos. Higuaín es un jugador con
futuro, rápido, con desborde y hasta hace un par de meses con una inutilidad crónica a la
hora de encarar con asiduidad a la portería. De golpe eso ha desaparecido. De golpe
Higuaín ha marcado cuatro goles fruto de la desesperación de su equipo, de la
necesidad del Madrid de Schuster de creer en dioses y en héroes ante su fatal
coordinación táctica sobre el terreno de juego. Los goles de Higuaín son el fruto de un
grito desesperado de un equipo que tan sólo sabe actuar cuando se aferra a la épica,
cuando está todo en contra, cuando lo paranormal llama a sus puertas. El Madrid
necesita hoy héroes y el argentino lo fue por una noche marcando todos los goles en el
Bernabeú para vencer a un mucho más digno Málaga y mantenerse arriba. Higuaín no
debe ensombrecer el verdadero motivo de sus goles. Una desidia latente atrás y un
desorden generalizado. Anarquía. Es por ello por lo que se recurre a la épica.

Tras Higuaín llegó el todopoderoso y fogoso Barcelona para dar la réplica al Madrid.
Lo hizo, como lo lleva haciendo toda la temporada sin rubor alguno, sin vergüenza y sin
compasión. Dos años de sequía y sobre todo de desesperación total han reconvertido al
Barça en un animal insaciable que tan sólo encuetra cierto alivio a su dolor en unas
goleadas que, sin llegar a ser históricas, destacan por su cantidad en el calendario.
Almería, Atlético de Madrid, Basilea, Valladolid, Málaga y probablemente me deje
alguno por el camino. Muchos goles, muchos de Eto'o quien se tomó la actuación de
Higuaín como si fuera algo personal y quien personifica la voracidad de su equipo.
Tiene gracia recordar cómo hace tres meses estaba defenestrado y con pie y medio fuera
del equipo por culpa del que hoy mismo es el nuevo mesías culé, Guardiola. Una
gracia inmensa. Lo de Eto'o es diferente. Sus cuatro goles son la consecuencia del
fútbol semi-perfecto del Barcelona. No de la épica. Es fruto de la lógica.
Probablemente estos tres párrafos supongan un razonamiento inocuo a lo largo de la
temporada. Pero temo que los cuatro goles y los motivos de su consecución, sean en
mayo las metáforas perfectas de la temporada que nos abandonará.
Odiosas comparaciones | 17 de Diciembre de 2008

L eo en EBD que el Real Madrid pretende fichar a Lassana Diarra y no puedo


evitar ponerme a escribir un nuevo post, a pesar del tiempo pasado desde el
último. Las comparaciones por lo general suelen ser odiosas e injustas, pero no
puedo resistirme a comparar la filosofía de los dos equipos más laureados en su
competición doméstica de las grands Ligas de Europa. Hablo del susodicho Real
Madrid y de la Juventus. Comenta Gaby Ruiz en su blog, muy acertadamente, que la
verdadera diferencia entre el Real Madrid y la Juventus no es en esencia el fútbol
practicado, el estilo en sí mismo. Estilos, como colores, hay muchos y están ahí para
elegirlos. La Juventus ha tenido y tendrá siempre un mismo estilo, tan identificativo,
que le sirve para salir de las peores situaciones tirando de historia y de filosofía al más
puro estilo italiano. El Real Madrid lo tenía, pero a día de hoy, derrotado en el Camp
Nou, en puestos de UEFA y a doce puntos del líder en la Liga, no lo tiene. No es
cuestión de jugar mejor o peor. Es cuestión de saber a qué jugar o no saber a qué jugar.
Mientras unos los saben, otros lo desconocen.

Por tanto el problema del Madrid no se arregla única y exclusivamente con jugadores
medios que despunten en una determinada época del año. Por muchos Diarra que el
equipo ostente en su vestuario, mientras la filosofía de trabajo y de juego no esté clara,
o como mínimo, siquiera se haya planteado, no servirá absolutamente para nada. Las
carencias en el estilo, en el plan, en un equipo, se suelen suplir con megaestrellas del
firmamento mundial cuya luz ilumina a la humanidad y demás calificativos en los que
se prodigan los plumillas del periodismo deportivo español. Digo que se suplen con
ellos y la prueba que refuta esta teoría es el mismo Madrid de hace cinco años, el de los
galácticos que ganó la última Liga de Florentino. ¿Plan? En el 2000 el equipo estaba
desquiciado en Liga, de hecho terminó quinto, pero la Copa de Europa y jugadores
superiores como Seedorf o Redondo suplieron las carencias de un conjunto que no se
comportaba como tal. Llegaron los galácticos, el plan siguió siendo inexistente, se
ganaron dos Ligas y una Copa de Europa gracias a las genialidades de tipos como
Zidane, Figo o Ronaldo y todo fue jauja y golosinas.

Sin embargo descubrimos el error de fondo cuando la pieza que unía defensa y ataque
se sintió mal tratada y despreciada. Se marchó Makeléle y el equipo mostró unas
carencias hasta la fecha desconocidas, esto es, una falta de plan, de estilo, de filosofía
determinada alarmante. Esa carencia, esa falta de plan, no se solucionó jamás con la
llegada de Calderón, que se limitó a tapar parches y a tirar de heróica para conquistar
dos Ligas. Hasta hoy. La Juventus venció el domingo al Milan y pudo golearle. Si
repasamos su alineación titular, restando a Nedved y Del Piero, jamás hubiéramos
deducido que tal equipo se trataba del juventino. Probablemente el equipo de Turín
tenga más bajas en la enfermería y menos estrellas que el de Madrid. Allí, no se quejan.
Saben que el trabajo, la planificación y un estilo, en resumidas cuentas, saber a qué se
juega, consigue solventar cualquier problema de calidad que el equipo ostente, por muy
grande que sea. Las diferencias, en efecto, son odiosas.

You might also like