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INDICE

1. Introducción.

2. Características mas importantes.

3. El Método Socrático: el ejercicio.

4. Glosario.
Introducción

Lo más importante de toda la doctrina de Sócrates es su método o


dialogo, este es una forma de abordar un tema y llegar a la verdad, consiguiendo
siempre dar nuevos puntos de vista.

Para el método socrático se requiere dialogo, un dialogo externo para


poder llevar a cabo la acción de discutir y un dialogo interno para hacerlo
correctamente y con coherencia.
En este dialogo se necesita, por tanto, de presencia física en la que se
pueda percibir correctamente lo que dice el interlocutor, y comunicación,
presentación y comprensión de ideas, relación humana.
Todo el dialogo se torna en un éxtasis de atención y comunicación que se
ven alimentados el uno al otro, conforme se presta más atención, mas
comunicación hay, y cuanto más te comuniques, más interesante será el tema y
más atención se pondrá.

Sócrates concibió el saber como un camino, como la vida, así que no se


podía otorgar saber, solo se puede aprender por uno mismo. Un conocimiento
plasmado en algo sin vida, no es tal, lo que se llaman hoy por hoy contenidos
carecían de sentido para él, porque hace falta la vida de ese contenido y
comprendedlo por ti mismo para poder aprender realmente, y eso no te lo puede
dar nadie, lo ha de poner cada uno.

Para llevar a cabo el dialogo socrático, el “maestro” ironiza y el “alumno”


es humilde, esto es, el maestro debe guiar al alumno a darse cuenta de que no
sabe, y el alumno debe comprendedlo.
No se busca ironizar sobre la propia persona, ya que esto lleva a que se
pueda sentir herida y se cierre, siendo contraproducente, se ironiza sobre el
presunto conocimiento de esta persona, de forma que la humildad le haga darse
cuenta de que no sabe tanto y haga trabajar a la cabeza.
Una vez se ha dado cuenta de su desconocimiento, el alumno pregunta,
el maestro le responde preguntándole si su pregunta no ha delimitado la idea
principal, de forma que le saca de los límites a los que había sujetado la idea.
Ahora que el alumno ha caído en la cuenta, el sabe objetivamente más
que antes, pues acaba de ampliar su campo de visión al advertir su error, amen
de comprender que su error consistía en algo subjetivo, la suficiencia por la que
pensaba saber algo.

He aquí una gran paradoja, el que cree saber, no sabe nada, y el que no
sabe nada y quiere aprender, es el que sabe.
No es lo mismo saber que no querer saber.
El que en lugar de molestarse por la ironía, le abre los ojos a su propio
desconocimiento y acepta su limitación, solo es humilde realmente si
comprende esa ignorancia suya.
Pero el hecho de comprendedla ya es necesariamente un abrirse al deseo
de aprender. El verdadero conocimiento de la propia carencia, del propio “no
saber” es el comienzo del amor a ese saber.
Por lo tanto, lo negativo del no saber, es conmutado por lo positivo del
amar saber, pero amar no quiere anular su objeto, quiere que sea suyo sin que
desaparezca. Esto es, se da cuenta de que para tenerlo debe renunciar a el. Otra
paradoja, real, pero no engañosa, ya que en la renuncia se obtiene la posesión.
Por esto, para Sócrates el verdadero saber es inmanipulable, no está en
mano de nadie disponer del saber o de impartirlo, ya que si se dispone de él o se
consigue enseñar, ya deja de ser saber.
Características más importantes

El método de Sócrates, según se pone de manifiesto en los primeros


diálogos platónicos, se basaba en el dialogo. El dialogo se pone a la elocuencia y
a la retorica de los sofistas, que se encerraban en sus discursos, y sitúa a los
interlocutores en un mismo plano, lo cual puede interpretarse en el sentido de
que la filosofía no es un producto del pensador solitario, sino el resultado de una
tarea colectiva. El método de la conversación de Sócrates tenía dos momentos: la
ironía y la mayéutica. Con la ironía se opone a la opinión infundada y a la
arrogancia de la conciencia dogmática que cree poseer la verdad.

Consistía en hacer preguntas que, bajo la apariencia de tener en alta


estima el saber exhibido por el interlocutor, mostraban, en realidad, la
inconsistencia del mismo y ponían al interlocutor en la tesitura de tener que
reconocer su ignorancia. Con la ironía, Sócrates intentaba minar el obstáculo
para la verdad que representa la seguridad con que el hombre común se apoya
en las ideas triviales. A esta operación se creía con derecho Sócrates, ya que él
mismo partía reconociendo su ignorancia. Es famoso su "Solo sé que nada sé".
Según se cuenta en la "Apología" de Plato, cuando, preguntando el oráculo sobre
quién era el más sabio de los griegos, respondió que Sócrates, Sócrates lo
interpreto en este sentido: que él no era arrogante, que él era el único que
reconocía su ignorancia.

Es ese carácter sagrado del saber verdadero el que explica el duro rechazo
que Sócrates hace de la costumbre sofistica de pedir dinero por la enseñanza.
Sócrates admite dinero de sus benefactores, pero no por la comunicación del
saber en cuanto tal. Es correcto comerciar justamente, y es correcto aceptar un
dinero para vivir, pero no es correcto subordinar el saber a las ganancias. Es esto
lo que Sócrates considera, justamente, como un "sacrilegio"; es, sin embargo, lo
que hacían los sofistas a los que él se lo reprocha.
Otra vez más, se presenta la paradoja socrática: la más alta riqueza y
ganancia, " el saber verdadero", se alcanza mediante la pobreza. Y en este punto
es menester detenerse, pues encierra sin duda un aspecto relevante del
socratismo. Su famosa pobreza tiene dos dimensiones. La primera es la que
hemos visto hasta ahora, y se podría llamar esencial. Es una pobreza que se
aplica a todo, y no solo a los bienes materiales. Consiste en el hecho de que solo
el que en cada caso y en cada actividad se da cuenta y ejercita su carencia, su no
saber y tener, su pobreza, en suma, puede poseer la verdad. En este sentido y a
diferencia de lo que se piensa con frecuencia, la pobreza es la virtud
imprescindible. La pobreza no tiene sentido como un fin, sino como un medio.
Hay otra dimensión de la pobreza socrática, que es la religiosa. La
examinaremos más adelante, al tratar ese tema.
Desde el punto de vista del "maestro" la parte negativa del método
consiste en la ironía. Con ella se ayuda al discípulo. Cambien la parte positiva es
una ayuda: ayudar a dar a luz la idea en la mente del discípulo. A este arte le
llamaba Sócrates "mayéutica", y decía que era semejante al que realizaba su
madre. Si ella era madrona y ayudaba a dar a luz los cuerpos, él ayudaba a dar a
luz las ideas en las almas.
Puesto que nadie sabe nada positiva mente sin el amor, este arte ha de
consistir en despertarlo en el otro, lo cual es difícil si ese otro ser humano no lo
percibe en el maestro. Solo la vida puede encender vida. El discípulo, que gracias
a su humildad se ha abierto al deseo de saber, recibe así la ayuda definitiva. Lo
único que debe hacer es dejarse ganar por el deseo.
Que Sócrates concibe así la mayéutica se prueba por el famoso texto del
Simposio platónico. En él se elige precisamente el simbolismo del amor para
explicar en qué consiste la filosofía. Eros es hijo de Poros (la abundancia) y de
Penia (la pobreza). El amor, como el saber, es rico y es pobre al mismo tiempo.
No es rico por ser pobre (eso significaría una interpretación activa, "positiva", de
la negatividad, típica del pensamiento dialecto) sino con la condición de ser
pobre. El amor es la mayor fuerza y, sin embargo, no es brutal, es "débil". El
saber es la mayor potencia, y, sin embargo, es "ignorancia".
Sin amor verdadero no hay saber verdadero, y viceversa. Se trata de una
continua retroalimentación. En ella, se da a luz la idea, cada idea. Ese generar
implica, al mismo tiempo, novedad y "obediencia" o recepción. La idea es nueva
y, sin embargo, me la encuentro, no es un producto mío. Novedad y obediencia
son dos aspectos indisolubles de la verdad, y se muestran en su autenticidad
cuando la novedad no es ocurrencia caprichosa y la obediencia no es
gregarismo. La ocurrencia no es generar en la verdad y la obediencia gregaria
tampoco. Sócrates propone en su exposición de lo que es el eros toda una tesis
de apariencia bien sencilla y, sin embargo, de muy largo alcance sobre el espíritu
de verdad, tesis que se aplica al saber y a toda la acción humana.
Antes de pasar al siguiente punto, se puede recordar que Sócrates ha sido
comprendido como un autor casi escéptico, por no cerrar nunca la
argumentación, y hasta cercano al interpretacionismo. Pero Sócrates no es nada
de eso, como se ha visto.

-El saber teórico: la definición.

En su escueta y pobre referencia a Sócrates, Aristóteles le atribuye como


uno de sus puntos fuertes el haber descubierto un modo de saber, en concreto, el
definir. En defecto, el uso continuo que en el método se hace del límite (es lo
que continuamente se traspasa y, a la vez, a lo que continuamente se llega y en lo
que se está) se refleja en que el saber consiste en delimitar. La búsqueda no es de
un límite cualquiera, sino de aquel que representa y es la medida fundamental
de cada realidad. Lo que siempre pregunta Sócrates es si ésta, qué es tal cosa o
tal otra. Ese que no es un límite cualquiera, sino precisamente la medida exacta
de la realidad. El qué indagado es, por tanto, lo que se llamo después la esencia.
Hay una novedad fundamental en este planteamiento. A los sofistas les
desconcertaba la pregunta acerca de qué es algo, y, con todo, la entendían. Para
Sócrates no había duda de que ese qué es real, y que dicha realidad es muestra de
que la actitud escéptica es incorrecta, en cualquier nivel en el que quiera
situarse.
El qué es expresa el arcano ultimo de toda realidad y de toda la realidad, a
saber, la unidad de lo uno y lo múltiple, de lo fijo y lo variable. En efecto, el qué
resulta ser siempre universal, uno, permanente: la bondad, la valentía, la
amistad, el numero, etc., tienen siempre la misma e invariable definición (el
mismo limite), que es una y universalmente válida para todos los casos en que se
presenta o aparece; pero el modo particular en que ese universal aparece es cada
vez diferente, y, además, es variable. ¿Cómo es posible que lo mismo sea
diferente y que lo diferente sea lo mismo, y ello sin falsedad, es decir, que es
verdad que en cierto modo es lo mismo y en cierto modo diferente? Todos los
números son números y, con todo, el 3 jamás es el 5 y viceversa. Atacar puede ser
tan valeroso como defenderse y, con todo, atacar no es nunca lo mismo que
defenderse.
Para Sócrates tan falso es sostener que todo es lo mismo y solo parece
engañosa mente ser diferente, de tal modo que el mundo es pura apariencia
engañosa, como mantener que todo es diferente y no hay ninguna unidad
profunda, o sea, que las unidades y relaciones que creemos encontrar son
engañosas. En el fondo las dos posturas revierten exactamente a lo mismo, son
sofisticas, y no se corresponden ni con la coherencia lógica ni con la experiencia
de la conciencia, que nos prueba continuamente la realidad de que lo real es, a la
vez, uno y múltiple, fijo y variable. Esa unidad es y será para nosotros siempre
un misterio, pero aceptar el misterio es una parte del espíritu de verdad. La
definición, en toda su simplicidad científica supone un permanente
reconocimiento del arcano misterioso que es la realidad.
La definición se obtiene a través de un proceso inductivo. Sócrates no
parte de verdades universales para deducir implícitos y consecuencias, sino que
va repasando los casos en los que se hace presente una verdad universal. A través
del análisis de cada caso vamos viendo aquello común que se repite en todos
ellos, y aquello que es particular de cada uno. Lo común es, entonces, lo que
define o delimita lo esencial de ese conjunto de realidades. Lo esencial es el qué
es.
La inducción socrática no es, por tanto, una enumeración de casos
individuales, empíricamente percibidos. La descripción empírica capta
precisamente "lo individual de cada individuo", y no puede comprender la
esencia. Por eso, toda inducción empírica es tan innumerable como la repetición
de todos los casos posibles que se han dado, se dan y se darán en una
determinada clase de la realidad. Ese innumerable infinito no permite ninguna
definición. Por el contrario, los casos que enumera Sócrates son siempre casos
generales, o modalidades. ¿Cuáles son los modos generales de la amistad, de la
belleza, de la valentía, etc.? Los casos de valentía son infinitos, pero no las
modalidades generales de ella. Ellas tienen siempre un número reducido, y
encajan bien entre si. Al analizar esos modos o tipos, encontramos, a su vez, la
constante ultima que delimita o define qué es aquello por lo que nos
preguntamos.
Ciertamente preguntarse por el qué es, construir un saber sobre él,
supone un avance trascendente. La relevancia de esta aportación quiso ser
relativizada ya poco después de ser formulada. Para Aristóteles, por ejemplo, la
ciencia ha de proceder por el estudio de las causas, y él mismo desarrolla una
cuidadosa teoría causal. No se puede infravalorar esta contribución científica,
pero es preciso subrayar que la pregunta por el por qué no es planteable mas que
desde y en el marco del qué es. Parte de él y a él aboca: al conocer las causas
conocemos mejor lo que es algo.
El Método Socrático: el ejercicio

El método Socrático o Método de Elenchus o Debate Socrático es un


método de dialéctica o demostración lógica para la indagación o búsqueda de
nuevas ideas, conceptos o prismas subyacentes en la información. Este método
fue aplicado amplia mente para la examinación de los conceptos morales claves.
Fue descrito por Platón en los diálogos Socrático. Por esto, Sócrates es
habitualmente reconocido como el padre de la ética occidental o filosofía moral.
Es una forma de búsqueda de verdad filosofal. Típicamente concierne a
dos interlocutores en cada turno, con uno liderando la discusión y el otro
asintiendo o concordando a ciertas conjeturas que se le muestran para su
aceptación o rechazo. Este método se le acredita a Sócrates, quien empezó a
engarzarse en dichos debates con sus compañeros atenienses después de una
visita al oráculo de Delfos.
Un dialogo socrático puede pasar en cualquier momento entre dos
personas cuando estas buscan la respuesta a una pregunta si esta la admite
mediante su propio esfuerzo de reflexión o razonamiento. Se empieza
preguntando con todo tipo de preguntas hasta que los detalles del ejemplo son
evidenciados para ser luego usados como plataforma para alcanza valoraciones
más generales.
La práctica implica efectuar una serie de preguntas alrededor de un tema
o idea central, y responder las otras preguntas que aparezcan. Normalmente,
este método se usa para defender un punto de vista en contra de otra posición.
La mejor forma de evidenciar el acierto de un "punto de vista" es hacer que el
oponente se contradiga a sí mismo y de alguna forma apruebe el "punto de vista"
en cuestión.
El termino pregunta socrática, juicio socrático o cuestionario socrático es
usado para describir este tipo de interrogatorio, en el cual una pregunta se
responde como si hubiera sido una pregunta retorica. Ej.: ¿Puedo comer
champiñones? A lo que se contesta con otra pregunta como si la primera no lo
fuera o fuera retorica ¿Acaso no son los champiñones comestibles?
Glosario

● Sofismo:
Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es
falso.

● Ecléctico:
Que está compuesto de elementos, opiniones, estilos, etc., de carácter diverso.

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