Professional Documents
Culture Documents
1. Introducción.
4. Glosario.
Introducción
He aquí una gran paradoja, el que cree saber, no sabe nada, y el que no
sabe nada y quiere aprender, es el que sabe.
No es lo mismo saber que no querer saber.
El que en lugar de molestarse por la ironía, le abre los ojos a su propio
desconocimiento y acepta su limitación, solo es humilde realmente si
comprende esa ignorancia suya.
Pero el hecho de comprendedla ya es necesariamente un abrirse al deseo
de aprender. El verdadero conocimiento de la propia carencia, del propio “no
saber” es el comienzo del amor a ese saber.
Por lo tanto, lo negativo del no saber, es conmutado por lo positivo del
amar saber, pero amar no quiere anular su objeto, quiere que sea suyo sin que
desaparezca. Esto es, se da cuenta de que para tenerlo debe renunciar a el. Otra
paradoja, real, pero no engañosa, ya que en la renuncia se obtiene la posesión.
Por esto, para Sócrates el verdadero saber es inmanipulable, no está en
mano de nadie disponer del saber o de impartirlo, ya que si se dispone de él o se
consigue enseñar, ya deja de ser saber.
Características más importantes
Es ese carácter sagrado del saber verdadero el que explica el duro rechazo
que Sócrates hace de la costumbre sofistica de pedir dinero por la enseñanza.
Sócrates admite dinero de sus benefactores, pero no por la comunicación del
saber en cuanto tal. Es correcto comerciar justamente, y es correcto aceptar un
dinero para vivir, pero no es correcto subordinar el saber a las ganancias. Es esto
lo que Sócrates considera, justamente, como un "sacrilegio"; es, sin embargo, lo
que hacían los sofistas a los que él se lo reprocha.
Otra vez más, se presenta la paradoja socrática: la más alta riqueza y
ganancia, " el saber verdadero", se alcanza mediante la pobreza. Y en este punto
es menester detenerse, pues encierra sin duda un aspecto relevante del
socratismo. Su famosa pobreza tiene dos dimensiones. La primera es la que
hemos visto hasta ahora, y se podría llamar esencial. Es una pobreza que se
aplica a todo, y no solo a los bienes materiales. Consiste en el hecho de que solo
el que en cada caso y en cada actividad se da cuenta y ejercita su carencia, su no
saber y tener, su pobreza, en suma, puede poseer la verdad. En este sentido y a
diferencia de lo que se piensa con frecuencia, la pobreza es la virtud
imprescindible. La pobreza no tiene sentido como un fin, sino como un medio.
Hay otra dimensión de la pobreza socrática, que es la religiosa. La
examinaremos más adelante, al tratar ese tema.
Desde el punto de vista del "maestro" la parte negativa del método
consiste en la ironía. Con ella se ayuda al discípulo. Cambien la parte positiva es
una ayuda: ayudar a dar a luz la idea en la mente del discípulo. A este arte le
llamaba Sócrates "mayéutica", y decía que era semejante al que realizaba su
madre. Si ella era madrona y ayudaba a dar a luz los cuerpos, él ayudaba a dar a
luz las ideas en las almas.
Puesto que nadie sabe nada positiva mente sin el amor, este arte ha de
consistir en despertarlo en el otro, lo cual es difícil si ese otro ser humano no lo
percibe en el maestro. Solo la vida puede encender vida. El discípulo, que gracias
a su humildad se ha abierto al deseo de saber, recibe así la ayuda definitiva. Lo
único que debe hacer es dejarse ganar por el deseo.
Que Sócrates concibe así la mayéutica se prueba por el famoso texto del
Simposio platónico. En él se elige precisamente el simbolismo del amor para
explicar en qué consiste la filosofía. Eros es hijo de Poros (la abundancia) y de
Penia (la pobreza). El amor, como el saber, es rico y es pobre al mismo tiempo.
No es rico por ser pobre (eso significaría una interpretación activa, "positiva", de
la negatividad, típica del pensamiento dialecto) sino con la condición de ser
pobre. El amor es la mayor fuerza y, sin embargo, no es brutal, es "débil". El
saber es la mayor potencia, y, sin embargo, es "ignorancia".
Sin amor verdadero no hay saber verdadero, y viceversa. Se trata de una
continua retroalimentación. En ella, se da a luz la idea, cada idea. Ese generar
implica, al mismo tiempo, novedad y "obediencia" o recepción. La idea es nueva
y, sin embargo, me la encuentro, no es un producto mío. Novedad y obediencia
son dos aspectos indisolubles de la verdad, y se muestran en su autenticidad
cuando la novedad no es ocurrencia caprichosa y la obediencia no es
gregarismo. La ocurrencia no es generar en la verdad y la obediencia gregaria
tampoco. Sócrates propone en su exposición de lo que es el eros toda una tesis
de apariencia bien sencilla y, sin embargo, de muy largo alcance sobre el espíritu
de verdad, tesis que se aplica al saber y a toda la acción humana.
Antes de pasar al siguiente punto, se puede recordar que Sócrates ha sido
comprendido como un autor casi escéptico, por no cerrar nunca la
argumentación, y hasta cercano al interpretacionismo. Pero Sócrates no es nada
de eso, como se ha visto.
● Sofismo:
Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es
falso.
● Ecléctico:
Que está compuesto de elementos, opiniones, estilos, etc., de carácter diverso.