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Mareas, de David Corona

David Corona. De la serie Mareas. Cortesía Galería EDS

David Corona es un autor cuyo nombre ya se conoce y se respeta en el ámbito de la

fotografía artística mexicana. Tuvo una educación dentro de las artes visuales (en la Escuela

Nacional de Artes Plásticas) y participó en Fotoguanajuato, un exitoso programa de

educación artística y profesional para fotógrafos. Ha recibido becas de varias instituciones

estatales y ha expuesto su obra en diversos espacios en México y el extranjero. Su trabajo

participa de una tendencia que se ha hecho consistente en la fotografía contemporánea

mexicana: la construcción de narraciones soportadas por una iconografía ambigua,

densamente simbólica y cargada de dramatismo.


En el caso de David Corona, el centro de esa iconografía es el espacio urbano, que él

representa como un espacio irreal, o mitológico en última instancia. Son escenas que

parecen anunciar la llegada de nuevos cultos, de nuevas ceremonias, de una ritualidad

alternativa. O son sitios ocupados por la arquitectura y por los artefactos, o por estructuras

que a veces resultan imponentes y en las que siempre hay un residuo de decadencia, como si

la ruina fuera el inevitable destino de la utopía. No pueden mirarse esos espacios sin sentir el

peso de una cultura visual marcada por referencias apocalípticas. Eso es lo que da el tono

premonitorio a muchas de estas representaciones, extraídas, no de la vivencia inmediata,

sino de la imaginación.

Un punto que me ha parecido de los más originales en ese tratamiento del paisaje urbano es

justamente la ambigüedad entre el paisaje y el pasaje. Muchas de las fotos de David Corona

muestran espacios de tránsito y, sobre todo, lugares de transición o de paso: grandes

portones, pasillos, escaleras, calles o carreteras, puertas de entrada o de salida. No son

lugares donde se está, sino todo lo contrario: son espacios donde el estar es una imposibilidad

o un absurdo. Tienen todas las características resumidas en el concepto de “no lugar”, que

popularizó Marc Augé, y que cada vez es más adecuado para entender la relación de la

representación fotográfica con la experiencia espacio-temporal del sujeto contemporáneo.

David Corona. De la serie Mareas. Cortesía Galería EDS

Los sitios representados en la serie Mareas tienen todos esos rasgos de absurdo y de

imposibilidad. Tienen también un aura de catástrofe y de momento irremediable. El autor no


llega a esas representaciones por medio de la reproducción de lo real, sino más bien

reproduciendo un mecanismo de intervención en lo real, totalmente asimilado por el arte

contemporáneo. En tal sentido es tanto una propuesta de intervención como de simulación.

La mirada del fotógrafo ya no busca recordar para reproducir (y reproducir para volver a

recordar), sino que busca intervenir, modificando el recuerdo. De ahí se entiende que estas

fotografías dejen tan poca oportunidad para la nostalgia. Porque el agua aquí parece ser, en

última instancia, un elemento que borra el pasado y que aniquila cualquier posibilidad de

retorno.

Juan Antonio Molina

Mayo, 2009

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