?TALAVERA ? DOMINGO 14 DE JUNIO DE 2009 DOMINGO 14 DE JUNIO DE 2009 ? TALAVERA?

4Delegado de la Junta
1996. En abril de 1996, José
Francisco Rivas ocupa su pri-
mer cargo político al ser nom-
brado delegado de la Junta de
Comunidades en Talavera.
4Elecciones 1999. Elegido
candidato de PSOE-Progresis-
tas, gana las elecciones el 13 de
junio de 1999. Consigue la ma-
yoría absoluta con 14 conceja-
les, frente a 11 del PP.
4Alcalde, 1999. Rivas toma
posesión el 3 de julio. En su pri-
mer discurso reivindica más re-
cursos y competencias para los
ayuntamientos y aboga por re-
bajar la tensión política.
4ETA golpea, 2000. El al-
calde vive junto a la familia del
guardia civil José Ángel de Je-
sús, asesinado por ETA, el mo-
mento más intenso desde su
llegada al Ayuntamiento.
4Sí al AVE, 2003. La Cumbre
Hispano-Lusa del 8 de noviembre
confirma que Talavera será la pri-
mera parada del AVE Madrid-Lis-
boa. El alcalde celebra la noticia
más esperada.
4Más mayoría, 2003. El 25 4FEMP, 2005. El 21 de abril de 4Tercera victoria, 2007. El
de mayo Rivas logra sus mejores 2005 es elegido presidente de la 27 de mayo de 2007, Rivas sale
resultados. En sus segundas mu- Federación Española de Munici- airoso de su tercera prueba en
nicipales amplía su mayoría a 15 pios y Provincias en Castilla-La las urnas. Consigue 14 conceja-
concejales y el PP, con Carmen Mancha. Es reelegido el 22 de oc- les y suma tres mandatos con
Riolobos, se queda en 10. tubre de 2007. mayoría absoluta.

Diez años en la Alcaldía de Talavera. 1999-2009

LA DÉCADA
RIVAS> Diez años de la victoria electoral. El 13 de junio de 1999, contra
todo pronóstico, José Francisco Rivas ganó por mayoría absoluta las
elecciones municipales. Diez años después, ha cambiado poco

C. S. JARA ca. Su imagen estaba vinculada a la del ex alcalde del CDS, colaboradores más cercanos, básicamente dos: Carlos Gil
FOTO: MANU REINO Luis Antonio González Madrid, compañero en la ense- y Carlos Ángel Devia. Con el primero mantiene quizás la

«M e veo igual que ayer y espero que igual que maña-

na», decía cuando apenas llevaba una semana
instalado en el despacho con vistas a la plaza Padre Juan
de Mariana, que diez años después ha pasado a resultarle
muy familiar. José Francisco Rivas Cid (Talavera, 1953)
acababa de convertirse en el séptimo alcalde de Talavera
en veinte años de democracia. Viéndole hoy parece que
nació en la Alcaldía y ni su partido ni los que tendrían que
tener aspiraciones a disputársela parecen dispuestos a
arriesgar otro nombre que no sea el suyo para ocupar ese
sillón.
Han olvidado quizás cómo empezó todo, para quién
ha llegado a convertirse en figura indiscutible, después de
disputar tres asaltos consecutivos ante las urnas con un
desgaste mínimo. Pero la noche del 13 de junio de 1999 no
hubo que pagar ninguna ‘porra’, porque sólo en broma se
podía apostar por una mayoría absoluta del candidato so-
cialista, que concurría a las elecciones bajo la marca PSOE-
Progresistas. Se logró y con un concejal extra.
Ese día el voto de los talaveranos condenó a la oposi-
ción al PP de Florentino Carriches y dejó fuera del Ayunta-
miento a Izquierda Unida y a Acción por la Comarca de
Talavera, el partido del ex alcalde socialista Pablo Tello.
Dos salidas inesperadas, como la arrolladora victoria de
Rivas.
Conocido en la ciudad por su faceta de docente y, en
especial, por su etapa de director en el Instituto Juan An-
tonio Castro, había frecuentado foros próximos a la políti-
ñanza en la antigua maestría industrial en un momento
en el que los independientes cotizaban al alza en política.
Sin carné llegó a la Delegación de la Junta en Talavera en
abril de 1996, en lo que ya se interpretó como la prepara-
ción para que ocupara el cartel electoral del PSOE.
El calentamiento duró tres años, porque el candidato
no renunció a la proyección que le ofrecía el otro despa-
cho de la plaza del Pan hasta el inicio mismo de la campa-
ña electoral, la más esforzada de las tres que ha vivido.
Con poco apoyo, Rivas protagonizó una campaña de ex-
trema austeridad. Una caseta que él mismo se ocupaba de
montar en cada traslado y su presencia a cuerpo en la ca-
lle son sus herramientas. Se impone lo que pasa a acuñar-
se como «el talante Rivas», en contraposición al polémico
perfil de su predecesor Florentino Carriches.
Rivas, el hombre tranquilo, se convierte en alcalde un 3
de julio, en una mañana calurosa y plena de expectación.
En su discurso lanza claves políticas que mantiene vigen-
tes: defensa a ultranza del municipalismo y la preocupa-
ción por el empleo: «No habrá un minuto de sosiego en
mi quehacer mientras Talavera siga siendo una de las ciu-
dades de Castilla-La Mancha con los índices más altos de
paro». En este aspecto, no ha tenido oportunidad para el
sosiego, sino para la inquietud.
Su discurso, complicado e indirecto, y su forma de de-
fenderlo han variado poco en este tiempo. Igual que su
carácter: «El alcalde electo se ha vuelto a replegar sobre sí
mismo para asumir desde dentro la responsabilidad que
se le ha venido encima», narraba una crónica de este dia-
rio pocos días después de las municipales de 1999. Con
escasas excepciones, José Francisco Rivas es un personaje
introvertido, inasequible más allá de la esfera política, una
clave que no suele abandonar más que en su círculo de
confianza más estrecho.
El esquema de sus gobiernos es el reflejo de una des-
confianza creciente y de una fidelidad de hierro hacia sus
relación más personal entre los integrantes del equipo de
Gobierno y en el segundo ha acumulado las áreas de ma-
yor responsabilidad, despojando a la mayoría de los con-
cejales de la púrpura.
Esa introversión y la falta de confianza le ha ocasiona-
do en el ámbito interno el mayor desgaste personal, con
algún abandono sonado y cierto distanciamiento genera-
lizado de no pocos concejales que se quejan de que las de-
cisiones de gobierno, incluidas las que les afectan, se to-
man entre tres.
A pesar de su solvencia electoral, por desinterés propio
o de quienes controlan el ‘aparato’ socialista, Rivas tam-
poco se ha convertido en un hombre de partido. Su pro-
yección como alcalde sí se ha premiado con la Presidencia
regional de la FEMP, un puesto que defiende con una con-
vicción y una solvencia fuera de toda duda.
Diez años después de que llegara a la Alcaldía, hay co-
sas que no han cambiado y José Francisco Rivas sigue
siendo su mejor activo. El político hermético se transfor-
ma en la calle en un hombre cercano. No ha dejado de pi-
sar Talavera, además de garantizar la presencia del alcalde
en cuantos actos se le requieren, a excepción de un perio-
do extraño que él mismo reconoció y dio por superado
hace tiempo. A pie de calle, Rivas es capaz de borrar cual-
quier distancia con el ciudadano que se cruza, ayudado
por una memoria prodigiosa que le permite archivar ros-
tros, fechas y circunstancias personales de sus paisanos.
Esa facilidad natural para que le visualizaran como un ta-
laverano más fue sin duda una de las claves que le encum-
braron a la Alcaldía con una comodidad que nadie espe-
raba. Y la parte más intangible de la fórmula que le ha per-
mitido renovarse en el cargo sin perder frescura.
Desde 1999, José Francisco Rivas ha ganado un hijo,
adoptado, y una nieta. Ha perdido por ley de la naturaleza
pelo y por elección propia el bigote que le había acompa-
ñado desde la juventud. Pero en sus misterios, lastres y
virtudes se le sigue viendo básicamente como él quería.
Cómo la víspera de aquel 13 de junio de hace ya diez años.

José Francisco Rivas el pasado jueves en el

patio de butacas del teatro Palenque,
durante un acto organizado con motivo del
25 aniversario del colegio Clemente Palencia.
?TALAVERA ? DOMINGO 14 DE JUNIO DE 2009 DOMINGO 14 DE JUNIO DE 2009 ? TALAVERA?

FOTOS: MANU REINO, RODRIGO MACHO, VERÓNICA R. DURÁN Y PEÑA