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Utilizar Internet para buscar información es algo que casi todos hacemos ahora.
Internet reboza* de sitios de información – como los de canales de televisión, de
revistas, etc. – , “home page” (MSN, Yahoo, etc.) donde se encuentran las ultimas
noticias del día y también sitios especializados como Wikipedia y Google donde se
encuentra todo (según los jóvenes). Mucha información podría ser un problema si
tomemos todo en cuenta sin hacer ninguna distinción, hay que saber escoger y el papel
de los padres de familia et de los educadores es ayudar y enseñar a los jóvenes como
sacar la mejor información.
Cada año, mis alumnos tienen que organizar la Feria de Francés: es una feria que dura
un día y en la cual los alumnos tienen que animar unos stands y presentar diferentes
países donde se habla francés. Esa feria representa meses de trabajo antes. Primero, los
alumnos tienen que buscar las informaciones esenciales en español (para que puedan
entender de que se trata porque sólo estudian el francés un año) en Internet, ver
diferentes fuentes para poder hacer su propio resumen y su propia presentación sobre el
tema. Luego, tendrán que traducir sus textos en francés. Cada año, encuentro el mismo
problema: la mitad de los equipos me entregan copias del Wikipedia francés aunque
saben que no revisaré este tipo de “trabajo”!
A mi, me parece que en muchos de los casos, los jóvenes (¿o los padres?) se crean
necesidades que no son. Por ejemplo, creo que es totalmente inútil que un niño de 8
años tenga un celular. ¿Para qué? Marcar a su mamá a la salida de la escuela y para
avisarla que si la esta esperando?! El problema es que ahora el celular no sólo es una
herramienta de comunicación sino un artículo de moda, de reconocimiento social. Es
igual para la computadora e Internet en casa como lo era para la televisión y luego el
cable con sus 10000000000 canales: no tener televisión en casa (o cable) estaba raro
hace unos años.
Otra vez, el papel de los adultos es canalizar el uso de las nuevas tecnologías para que
los jóvenes no sean dependientes de ellas y también que la vida real vale la pena.