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Terapia familiar sistemica fo MTL ETA) Dialogos sobre teoria y practica Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Lynn Hoffman y Peggy Penn Amorrortu editores is El modelo de terapia familiar propuesto por Joseolo y Cecchin ejerce un inilujo cada vez ma or sobre la practica terapéutica. De continuo ol formompreecen eUnMCel ETO OMU SRO TeHcCnN ate Condom ORM OMIM UCT mole ter teroneet y(n tos explicativos de sus ideas mas recientes, y es asi como este libro viene a llenar una sensible Ieee Boseolo y Ceechin formaron parte, con Se! vini Palazzoli y Prata, del originario grupo de Milan, que en el empeno de tratar a ninos gra- vemente perturbados descubrieron las investiga ciones que llevaba adelante Bateson en los Es! os Unidos. Segtin este, el enfoque psicodina mico era incorrecto porque se centraba en el in dividuo como contenedor de la patologia: pasa ba por alto los aportes del contexto vincular en que se produeian las conduetas problema. De la mano de esta tesis, los miembros del grupo de Milan elaboraron un método de intervencion que consistia en un pronunciamiento hecho a la fa milia, después de debatir ellos a solas y llegar a MMIC nce en once teen rN Mr U Corerrenir Co sistema, El pronunciamiento podia consistir en una connotacién positiva de la situacién proble ma o en un ritual que la familia debia cumplir: una contraparadoja dirigida a desarticular la lo- a paradojica que estaba en la base del com- portamiento enfermo. Con posteriorid vini Palazzoli y Prata sdicaron a la Investigacion, y Boscolo y Cee chin organizaron su propio instituto de forma- OCT pm enV PouEs econ mort Rent tM aUoO mM KOy MUN Ohi fines de la década di STU HORM ord alumnos no se interesaban tanto por las comple peiones paraddjicas ideadas por sus maestros cuanto por la conducta de los terapeu tas mismos. La inclusion del contexto terapeutt co junto con el contexto de la familia para for- mar un sistema mas amplio es une teristicas salientes de las ideas ela ide las carac poradas por Boscolo y Cecchin en este segundo periodo de apia de Milar 1982, Boscolo y Cecchin propusieron a Hoffman una obra en colaboracion, El Terapia familiar sistémica de Milan Didlogos sobre teoria y practica Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Lynn Hoffman y Peggy Penn Amorrortu editores Buenos Aires “UNIVERSIDAD UE LAS AMERICAS, A.C. BIBLIOTECA 29137 88.55 sl DB irectores de la biblioteca de psicologia y psicoandlisis, Jorge Co- lapinto y David Maldavsky Milan Systemic Family Therapy. Conversations in Theory and Practice, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Lynn Hoffman y Peggy Penn . ©Basic Books, Inc., 1987 Traduccién, Zoraida J. Valcarcel Unica edicién en castellano autorizada por Basic Books, Inc., Nue- va York, N-Y., Estados Unidos de Norteamérica, y debidamente protegida en todos los paises. Queda hecho el depésito que previene laley n° 11.723 ©Todos los derechos dela edicién castellana reser- vados por Amorrortu editores S.A., Paraguay 1225, 7° piso, Bue- nos Aires. Lareproduccidn total o parcial de este libro en forma idéntica o mo- dificada por cualquier medio mecanico o electrénico, incluyendo fotocopia, grabacién o cualquier sistema de almacenamiento y re- cuperaci6n de informaci6n, no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilizacién debe ser previamente solicitada. Industria argentina. Made in Argentina ISBN 950-518-507-3 ISBN 0-465-04596-0, Nueva York, edicién original A los que se forman con nosotros Indice general i 19 St SL 61 121 121 133 221 221 229 299 299 313 Agradecimientos EI origen de este libro Introduccién. Del psicoandlisis a los sistemas Primera parte. El muchacho llor6n Introduccion El caso: consulta y didlogo Segunda parte. La familia que tenia un secreto Introduccién El caso: consulta y dialogo Tercera parte. La boutique anoréxica Introduccién El caso: consulta y didlogo Cuarta parte. La joven adherida a su madre Introduccién El caso: consulta y didlogo Referencias bibliograficas Agradecimientos Los autores desean expresar ante todo su reconocimiento por la obra inspiradora de las doctoras Mara Selvini Palazzoli y Giu- liana Prata, que contribuy6 a formar la matriz en la que se ges- té este libro. Ademas, agradecen profundamente la ayuda reci- bida de los doctores Karl Tomm, Esther Gelcer y Helm Stierlin. Ultima mencién, pero muy importante: la paciencia y la inteli- gencia de Jo Ann Miller, en su trabajo de correccién, contribu- yeron decisivamente a dar forma al libro. J if El origen de este libro Este libro evolucioné al modo de las ciudades antiguas. Par- tid de una feliz confluencia de lineamientos y siguié su curso con planes prometedores y disefios al azar. En 1982, Luigi Bos- colo y Gianfranco Cecchin vinieron a vernos, a Peggy Penn y ami, y nos preguntaron si colaborariamos con ellos en una obra conjunta. Propusimos un libro de entrevistas, al estilo del que Jay Haley y yo habiamos escrito en 1969 (Techniques of family therapy),* y ellos aceptaron prontamente la idea. Nos parecié que la colaboracién tendria el valor informal de acrecentar nues- tra relacién ya entablada con Boscolo y Cecchin. Ademis, la:obra de Boscolo y Cecchin comenzaba a ejercer una influencia cada vez mayor. En talleres de los Estados Uni- dos y-otros paises, ellos presentaban su modelo en elaboracién. Pero no habian publicado casi textos explicativos de sus ideas mis recientes. Nos parecid, entonces, que habia una laguna en ese campo de la investigacién y que era deseable Ienarla. Peggy y yo habiamos trabajado juntas sobre el-modelo sis~ témico en el Instituto Ackerman de Terapia Familiar de Nueva York, y le habiamos agregado nuestras propias innovacione: A Peggy le interesaba expandir \a esfera de accion de las téc cas de entrevista por medio de un plan circular de exploracién con preguntas referidas al futuro e hipotéticas. Yen mi busque- da de una estructura conceptual para la terapia sistémica, yo habia estudiado la pléyade de ideas nuevas que vinculaban la cibernética con las ciencias bioldgicas. Habian influido profundamente en nosotras las ideas de Gre- gory Bateson sobre el desarrollo del movimiento de los sistemas familiares. Buscabamos un enfoque terapéutico que se adecua- Ta a su ética de cautela ecolégica 'y desconfianza hacia las tec- * [Técnicas de terapia familiar, Buenos Aires: Amarrortu editores, 1976. (N. de la T.)] 13 nologias excesivamente fundadas en la intencionalidad. La aten- cién prestada por Boscolo y Cecchin al contexto sistémico de la terapia, asi como el empleo por parte de ellos de técnicas no estratégicas y, hasta cierto punto, no instrumentales (p.ej., el interrogatorio circular), parecian acercar mas esta disciplina a la posicién general de Bateson. He ahi otta razon por la que desedbamos poner a disposicién del publico, en forma escrita, una exposicién de la obra de Boscolo y Cecchin proporcionada por ellos mismos. Este prefacio quedaria incompleto si no me refiriera a mi asociacion con Peggy. Habiamos sido colegas en el Instituto Ac- kerman de Terapia Familiar desde 1976. Decidimos formar un equipo para experimentar con el método de Milan, de reciente gestacién, y asi elaboramos nuestro-propio material, que pre- sentamos en: varios talleres. Cuando me trasladé de Ackerman a Amherst, busqué el modo de mantenerme en contacto con Peggy; preparar juntas un libro en colaboracién con Boscolo. y Cecchin parecia una estupenda oportunidad. Este libro tiene entonces cuatro autores. Primero nos senta- mos todos juntos a observar las videocintas de las entrevistas familiares seleccionadas por Boscolo y Cecchin como represen- tativas de su trabajo. Simultaneamente, grabamos en cintas mag- netofénicas las sesiones familiares y los didlogos que mantuvi- mos los-cuatro acerca de ellas, de manera que los comentarios. quedaron intercalados en el texto. Peggy y yo corregimos los dialogos y escribimos las introducciones; Boscolo y Cecchin pro- veyeron las sesiones familiares y nos comunicaron las ideas vol- cadas en ellas. En general, Peggy y yo nos limmitamos a requerir las opinio- nes de Boscolo y Cecchin con respecto a lo que a su juicio.ha- cian paso por paso en cada entrevista y a las conclusiones gene- rales; teéricas y practicas; que se podian extraer- de los datos especificos. Si hubiésemos utilizado los didlogos como un me- dio de exponer nuestras propias teorias y técnicas, este libro ha~ - bria sido mas bien un texto de practica comparativa. Por lo tan- - to, suprimimos los comentarios no esenciales con un rigor bas- tante despiadado y reservamos nuestras opiniones para las in- troducciones, escritas por nosotras. Las trascripciones iniciales de nuestros didlogos abarcaron mas de veinticinco horas de grabacion. Habia que reducir y re- visar ese material tan cuantioso, y esta tarea, por si sola, nos llev6 casi dos aiios. 14 La necesidad de elegir sesiones conducidas en idioma inglés Constituy6 otra restriccién. Todos los casos utilizados concer- nian a familias entrevistadas en talleres que funcionaban en am- bientes angloparlantes; en consecuencia, todas las sesiones lle- vaban la impronta de las consultas de formacién. Empero, Bos- colo y Cecchin no establecen grandes diferencias entre las en- trevistas familiares, las consultas con terapeutas «atascados» y las-entrevistas con profesionales provenientes de sistemas extra- familiares mas vastos. Todas son variedades de consulta. Ade- mas, ven a cada entrevista en cierto modo aislada, y no engas- tada en un curso de tratamiento segin es tradicional: desde el punto de vista de Boscolo y Cecchin, cada vez que ven a una familia ingresan en un sistema diferente del que vieron en la se- sién anterior. Por lo tanto, el hecho de que todos estos casos fueran consultas no importaba tanta diferencia como la que se habria registrado en el caso de terapeutas que trabajaran de ma- nera menos episddica. Los tres primeros casos fueron los que sirvieron inicialmen- te de base pata nuestros debates. Durante la preparacién del bo- rrador, Peggy vio la videocinta de una sesién familiar que Bos- colo y Cecchin habian realizado en Alemania y le parecié que mostraba, con extraordinaria claridad, el modo en que los Aso- ciados de Milan utilizaban el interrogatorio circular. Las tres primeras entrevistas se habian realizado entre 1978 (cuando ain no se habia escindido el equipo original de Milan, que incluia a Mara Selvini y Giuliana Prata) y comienzos de la década de 1980 (cuando Boscolo y Cecchin ya habian fundado su institu- to de formacién). La cuarta entrevista era de 1984: para enton- ces, se habia simplificado y refinado notablemente la técnica del interrogatorio circular. Por razones de tiempo, sdlo Boscolo 'y Cecchin analizaron y comentaron la sesién; de ahi la diferencia entre estos didlogos y los anteriores. Los didlogos se desarrollaron de manera espontanea, segin Ja inspiracion del material grabado en videocintas; nunca nos impusimos un programa preestablecido. Esperabamos que, tarde o temprano, todos los aspectos del trabajo de Boscolo y Cec- chin serian tratados por los partticipantes suficientemente y des- de diversos puntos de vista. El proceso se asemejaria al interro- gatorio circular empleado en las sesiones familiares. Ninguna «maniobra» es importante; lo que importa es edificar la infor- macién a medida que se superponen, se contrastan y se ponen en juego diversas perspectivas en diversos niveles. . 15 Esta libertad de tratamiento exigia; empero, que cada caso fuera precedido de una introduccién donde se pusieran de relie- ve Jas principales cuestiones abordadas. Peggy se encarg6 de es- ta tarea, en tanto que yo escribi una introduccién histérica des- tinada a situar la obra de Boscolo y Cecchin dentro del contex- to mas amplio del método de Milan. En estas secciones, procu- ramos expresarnos en forma clara y personal. En todo momen- to, pensamos que un trabajo que adoptara una posicién «cien- tifica» u «objetiva» (aun dejando las comillas) no seria fiel al contexto filoséfico mas vasto al que adheriamos los cuatro. De acuerdo con ese contexto, efectivamente, no existe verdad algu- na «ahi fuera» respecto de la cual pudiéramos llegar a ser obje- tivos o cientificos. A diferencia de muchas otras escuelas.de terapia, el método de Milan ha sido el producto de una colaboraci6n internacional entre Boscolo, Cecchin y muchos otros equipos que acttian en diversos paises. La concepcién terapéutica misma suponia desde el comienzo un trabajo de equipos; por tal raz6n, el aprendiza-’ je se podia hacer en otros escenarios, ademas de aquel en que operaban los:creadores del método. No obstante, para que hu- biese cierta coherencia, era importante que Boscolo y Cecchin visitaran de tiempo en tiempo a los equipos filiales. Este enlace: incesante entre los dos hombres y estos grupos nuevos ha traido por consecuencia un-movimiento y un cambio constantes: no bien se codifica una caracteristica, una-nueva técnica se.afiade y la procesién continua. En el lapso trascurrido entre la realiza- cién de las entrevistas aqui presentadas y el momento en que Boscolo y Cecchin las comentaron con Peggy y conmigo, tanto sus puntos de vista como los nuestros habian-sufrido modifi- caciones. Los comentarios incluidos en este libro reflejan en consecuencia la evoluciOn de las ideas de nosotros cuatro y pro- porcionan, al mismo tiempo, una exégesis del material anali- zado. Cuando el lector haya Hlegado a la ultima pagina de este li- bro, se habra desarrollado un nuevo capitulo del dialogo. Po- dria decirse que ese lector experimenta la misma confusién, con respecto al tiempo, que quien estudia la béveda celeste: sabe que la luz proveniente de cualquier estrella representa hechos que, para la estrella, han ocurrido hace varios afios-luz; no obstante usa esos hechos pretéritos para esclarecer procesos actuales. Los cuatro autores esperamos que, del mismo modo, este libro ilu- mine los procesos. misteriosos que se desarrollan dentro de las 16 familias y en sus didlogos con los profesionales que, junto con ellas, pugnan por comprender esos procesos. Lynn Hoffman Se han. modificado todos los nombres de personas, lugares y demas caracteristicas identificatorias de los miembros de las familias que se mencionan o citan en este libro. Introduccién. Del psicoanilisis a los sistemas Este libro trata de la terapia y la ensefianza de Luigi Bosco- lo y Gianfranco Cecchin. Su obra, profundamente contextual en todos sus aspectos, debe ser_situada en el contexto de una evo- lucié... constante en el campo de la terapi: ‘istemas fami- ares. En 1967, Boscolo-y fin se incorporaron a un grupo - “de Ocho psiguiatras, ofanizado [o por Mara Selvini Palazzoli, ana- lista de nifios en Milan. El grupo se proponia tratar nifios gra- vemente perturbados, junto con sus familias; empero, su orien- tacién era psicoanalitica y, al principio, se debatieron con el pro- blema de la manera de aplicar los conceptos analiticos a las fa- milias. Fue un esfuerzo apasionante, pero desalentador. La te- rapia parecia prolongarse demasiado y los terapeutas se sentian frustrados por lo que consideraban decepcionantes resultados. Solo las familias quedaban satisfechas; seguian asistiendo a las sesiones, pese a la ausencia de mejoria. : ._En 1972, el grupo quedé impresionado por:‘los.informes acer- Cadel tratamiento y la investigacion de familias, que se realiza- suaale en los a dos bajo la inspiracion del antropélogo cada de 1950, Bat pattici- alo Alto (Cali- = son: Sobre el grupo de Milan ars ceoneeaenia ela obra del MRI, en particular el libro de Paul Watzlawick, Don Jackson y Janet Beavin Pragmatics of human‘ communication, publica- co era incorrecto porque se. ce ténedor» de la patologia. tesis era que si se conseguufa modificar Jas pautas.de interacci6n V dentro de la familia, Ja conducta problema cambiaria igual-_ . mente. 19 “colo, Prata y Cecchin —que los, jaeeabant incompatibles— se escindieroii déel- grupo a inal, con el propésito de trabajar ex- . mente en un 4 sistema familiar 0, como lo Ila- Maron ellos s después, sistémico. El nuevo grupo fund6 en Milan el Centro per il Studio della Famiglia. En sus comienzos tuvo como consultor a Watzlawick, del MRI.— {Durante la n la mayor parte de'la década de 1970, el grupo actué dividia‘en cinco 5 partes, ~conforme aun ‘plan: reunién previa, en- trevista, intervalo para debate, intervencion, y debate final. En la reunion previa, el equipo formulaba una hipétesis preliminar acerca del problema queja de la familia. Sdlo dos miembros del equipo entrevistaban a esta; Durante Ja entrevista. propiamente dicha, los integrantes del equipo confirmaban, modificaban o sustituian la hipétesis. Al cabo de unos cuarenta minutos, él equi- po en pleno se reunia a solas para discutir la hipdtesis y llegar a una intervencion.{Luego, los terapeutas.que t _Inilia regresaban junto a ella i i “ podia consistir en una co Antes de proseguir, conviene aclarar que un: es un mensaje por-medio_del cual el o “tos (dias pares o impares, wien dela cena, por T las omen - El equipo se dividia en dos parejas hombre-mujer; una de ellas entrevistaba a la familia y la otra observaba la sesion de- tras de una pantalla de vision unilateral. Posteriormente se mo- ‘dificé este método, y cada familia era ‘entrevistada por un solo terapeuta. Al principio, basAndose en la practica de tiempo li- mitado, de Palo Alto, informaban a las familias que las entre- vistarian diez veces. Después desecharon esta regla y se atuvie- ron a Ja pauta temporal de cada caso. Ademas extendieron el espacio entre una sesion y otra de una semana a un mes porque 20 descubrieron que este intervalo (propuesto inicialmente por con- sideraci6n a las familias que debian efectuar un largo viaje) res- petaba el lapso mas prolongado que requeria un. sistema fami- liar para evidenciar un cambio. ‘Cuando empezaron a tt trabajar juntos, Jos integrantes del iipo ¢ estaban de acuerda.en.varias.ideas (Su teoria de de la‘pato- Sogia derivaba, en gtan parte,.del provecto de Bateson.celitiado jcacis loble:wineulo, ejemplificada por los men- rOgenitor.dirigia a un hijo @.¢-, «Mantente apartado mas cerca»).{También seguian a Bateson en describir la cuestién ce central, pé ara.el caso. de las las familias 60 con plo Ja nocién de;que cualquier per- ‘sona puede controlar unilateralmente las relaciones: ¢: es una no- A_que—implica una’ causalidadde sentido i~ —tinleo— en. tanto que la interacci6n es circular 9 reciproca; por correcta y conduce a un-circulo vicioso. Cuan- do una sae intenta establecer un control, hace que otra per- sona se sienta amenazada y, a su vez, procure establecer un control. Comienza asi un juego interminable del que nadie pue- de salir claramente vencedor ° perdedor. La «paradoja» radica der», (Debemos recordar que Bateson empez6 a interesarse por la operacién de estas secuencias de doble vinculo cuando se en- ter6 de que las computadoras primitivas, enfrentadas con una pa- radoja légica como el aserto «Todos los enunciados contenidos en este recuadro son mentiras», entraban en una oscilaci6n in- terminable y «patolégica» entre si. y no.) Influencia del Instituto de Investigacién Mental Aunave el proyecto de del MRI recogié. muchas de las ideas pro- basaban en filosofias dife- ~ rentes, Eli modelo de t > terapia elaborado durante los e-los primeros af afios del MRI adopté una posicién esencialment: tégica», en tanto. que Bateson « erpstinsataba vrofunda descont lanza ‘por el empleo mani sualquic ii investigador . Tay Haley —a quien él mismo habia incorporado a su proyecto en sus comienzos—,-quien sostuvo que en el fon- do del proceso psicoterapéutico habia una lucha por el control ' 21 (Haley, 1976). La disputa nunca se zanjé6, segin lo demuestran posteriores intentos de resefiar la historia del proyecto.* En la época en que el grupo de Milan formulaba sus ideas, el disenso entre Bateson y Haley apenas si era un sordo rumor conocido por pocas personas. Por obra de este desacuerdo ocul- to, en los primeros trabajos del grupo de Milan. hay una contra- diccién implicita entre la influencia:'del MRL.con su enfoque terapéutico abiertamente manipulador, y el respeto de Bateson por la «sabiduria duria sistémica»,:0 sea, por la comprension delas é m lazam con el mundo > natural. Esta contradiccién se nota sobre todo en Paradox and counter- paradox (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1978). ese a esta confusion, el grupo de Milan elaboré sus pro- pias" formulaciones:>— “1. Las familias en transaccioén esquizofrénica (asi Ilamaba el grupo a su poblacion objetivo) participan en «juegos» fami- liares no reconocidos. “> 2. En estos juegos, sus miembros se esfuerzan unilateralmen- te por lograr el control reciproco de las conductas. ~ 3. La tarea del terapeuta es poner de manifiesto estos jue- gos e interrumpirlos. {En sus us técnicas terapénticas,.¢l grupo tomd y amplié algu- nos s de jos “‘métodos-introducidos. parcel. MBI..El.doble vinculo terapé itico (Watzlawick, Jackson y Beavin, 1967) o, como lo liamé el gr grupo de Milan, la «cont ci el nucleo de su terapia; por ejemplo, s¢ connataria. pasitivamente wpe “toda Ia. sifuaciéa. problema y.Se prey * Tiempo después, Bateson formul6 el siguiente comentario con respecto al trabajo de Haley «Development of a theory: A history of a research project» (Sluzki y Ransom, 1976, pag. 106): «Haley trata con excesiva ligereza ciertas diferencias epistemolégicas muy rea- les entre él y yo. A mi modo de ver, él creyé en la validez de la metéfora del “poder” en las relaciones humanas. Yo crefa por entonces —yhoy estoy ain mas convencido de ello— que el mito del poder siempre corrompe, porque pro- ‘pone una epistemologia muy falsa, aunque convencional. Creo que todas estas metéforas (...) son (...) como andar a tientas con un rumbo equivocado, y que tal rumbo no es menos errado, ni menos patégeno desde el punto de vista so- cial, por el hecho de que la ‘mitologia asociada a él sé confirme (en parte) por si sola entre quienes creen en ella y acthan conforme a ella». . 22 cualquier cambio prematurdj/Las. tareas-estratégicas. sugeridas «Por los s investigadores_del MRI.al.término-de..una.entreyista cx ej, que una | persona con enuresis se orinara deliberadamen- te en la cama en determi las fechas), tuvieron su contraparte en el uso de.los.rituales.y por-el.grupo-de-Milincademés, este -formalizé la préctica de. Ja.observacié res ca ieriinos deb oo «coalici «ances», Desde el principio, el grupo de Milan-tom6 a las construc- ciones mentales tan en serio como a las conductas. Su filosofia del cambio estaba ligada a la nocién de que las familias llegan al consultorio del.terapeuta trayendo «mapas» de lo. que les su- cede; el terapeuta, por su parte, trata de modificarlos 0 cuestio- narlos: Ef griipo de Milan‘ también utiliza con ‘fines terapéuti- cos el concepto de Bateson sobre las «premisas», 0 séa, valores de referencia o principios orientadores programados enun nivel profundo, de. la estructura, fuera-del_alcanée’dé1a mente con- ciente. Los miembros del. grupo-de-Milan-buscan.un_«mito» o. «premisa»que parezca mantener en su sitio las conductas vin- culadas a un después tratan.de.enunciarlo en s suis mei _Sajes a. las familiag| Suelen especificar el problema como si es- uviera al servicio de aquel mito. Tienen la esperanza.de que.si 2 remisa (habitualmente colectiva) varia o se. S aucirk Jo que los investigadores del cambio de orden segundo (Watzlawick, -Weakland y Fisch, 1974), pero que podriamos llamar, mas sencillamente, un cam- bio en la premisa. Esto no significa que Boscolo y Cecchin descuiden los cam- bios de conducta. Si-bien pueden impartir instrucciones dirigi- das a una modificacién directa de la conducta, como en el caso de los rituales, suelen encuadrarlas por referencia a:una hipéte- sis acerca de una premisa que los miembros de la familia pare- 38 cen sostener. En la’ Primera parte («El muchacho Ilorén»), se propone a los hijos el ritual de reunirse semanalmente para de- cidirsi.con su conducta problema ayudan eficazmente a sus pa- ‘dres a mantener el mito de que son progenitores perfectos. En los anales del MRI hallamos un ejemplo mas evidente de un cam- bio de conducta ligado a una premisa: se impartié a un perfec- cionista la consigna de cometer deliberadamente un error por dia (Fisch, Weakland y Segal, 1982, pags. 133-4). Por supues- to, de todo esto se infiere que es imposible separar ideas de con- ductas: unas son. aspectos | de las otras. Empero —y esta és una caracteristica privativa, de su.modelo— el grupo de Milan con-. sidera_primario el marco de.sentido,.. ~ Influencia del centro de formacién En 1980, el Centro de Milan:experimenté un cambio en.su_ organizacién: Boscolo y Cecchin se separaron de Selvini y Pra- ta, se dieron la denominacién de «Asociados de Milan» y conti- nuaron centrandose-en la formacion de terapeutas, en tanto que Selvini y Prata se.dedicaban a la investigacién. Como los pin- zones de las Galapagos, los dos pares de terapeutas evoluciona-_ ron en direcciones distintas pero, aun asi, su semejanza reciproca siguié siendo mayor que la existente entre ellos y las:demas «es- pecies». Los constrefiimientos del contexto de formacién influ- " yeron profundamente en el. punto de vista de los dos hombres Porque los terapeutas formados en diversos institutos locales no siempre podian wi las técnicas que aquellos habian apren- dido en el Centro de Milan y en consecuencia debian hallar al- . gun. otro modo de aplicar-las ideas sistémicas. (En la actualidad, el centro tiene diez responsables de forma- cin, varios asistentes y una docena de grupos, pero desde 1977 (afio en que iniciaron el programa) hasta 1982, Boscolo y Cec- chin Ilevaron a cabo el trabajo formativo por st solos. Sus pri- _ _Meros grupos reunian a doce.personas cada uno. Varios de sus integrantes eran enérgicos partidarios del movimiento antipsi- quiatrico, que por entonces ejercia una influencia enorme en Ita- lia y habia ganado una batalla.importante: el cierre de los hos- pitales psquiatricog) Un miembro de uno de los grupos explicé asi las razones que lo habian inducido a solicitar el i ingreso en el centro: «Estamos triunfando en nuestra lucha por cerrar los hospitales psiquiatricos. Ahora tendremos que tratar a los clien- 39 tes fuera de los hospitales. Deseamos aprender terapia familiar, en la esperanza de que resulte mas eficaz que las drogas y la te- rapia individual». El encuentro entre los terapeutas en formacién (la mayoria de los cuales, incluido el que acabamos de citar, ocupaban pues- tos en instituciones publicas) y los maestros, cuyo modelo. ha- bia sido elaborado en su totalidad dentro de una pequeiia clini- ca privada, tuvo consecuencias imprevisibles, complejas e inte- resantes. La orientacién del trabajo cambié de manera impre- sionante: pas6 de Ja familia a las instituciones mas vastas a las que pertenecian los terapeutas en formacién. Estos descubrie- _ ron que, en vez de tratar un sistema familiar, como les habian ensefiado, debian enfrentarse con sus propios sistemas. El tra- bajo sistémico ya no se redujo a Ia terapia familiar sino que se trasform6 en la empresa de introducir nuevas ideas acerca del * tratamiento en un medio en el que los mismos terapeutas en for- maci6n se convertian en los pacientes designados. A su vez, es- tos descubrieron que su primitiva identidad de terapeutas fami- liares se desdibujaba en favor de su identidad de terapeutas orien- tados hacia sistemas mas amplios. Las exigencias de este nuevo contexto dieron lugar.a la elaboracién de abordajes nuevos de trabajo sistémico; el programa de formacién sacé provecho de la imaginacién e inventiva de maestros y discipulos. Esta metamorfosis no estuvo exenta de confusiones y dolo- res del crecimiento. En el momento de iniciarse el programa de formacién, sélo unas pocas instituciones privadas practicaban terapia familiar en Italia; las instituciones publicas la‘ignora- ban por completo. Los terapeutas en formacién apenas si co- nocian la tradicion de la terapia familiar tal como se habia de- sarrollado en-otros paises. La mayoria de ellos habfan solicita- do su inscripcién en el programa tras la lectura de Paradosso e controparadosso. Al principio se mostraron muy entusiasmados pero, al cabo de pocos meses, su entusiasmo se esfum6 y aparecieron sefiales de una frustracién cada vez mayor. Los maestros trataron de formular hipétesis sobre ese-estado de cosas. Lo primero que se les.ocurrié fue que ensefiaban mal o estaban desorientados, pero sus esfuerzos por expresarse con claridad y ensefiar mejor no hicieron mas que empeorar la situacién. Interrogados acer- ca del problema, los principiantes explicaron que su malestar nacia de su relacion con sus compafieros de trabajo en las insti- tuciones mas que de su experiencia en el-centro. Su exposicién 40 de las novedades aprendidas suscitaban oposicién, resentimien- to y miedo entre sus colegas. Por ejemplo, muchos principian- tes crefan que, con el método de Milan, podrian tratar con éxi- to casos dificiles en‘unas pocas sesiones; asi dejaban entender que las diversas orientaciones terapéuticas de sus colegas se vol- vian anticuadas. Su mensaje verbal o no verbal («Puesto que practico terapia familiar, seré mas eficiente que usted») provo- caba inevitablemente una tensi6n. cada vez més intensa entre ellos y los demas profesionales que trabajaban en la institucién. Ade- mas, terapeutas.formados en el método de Milan solian fraca- sar con aquellos clientes que estaban conectados, simultanea- mente o no, con otros -profesionales pertenecientes a organis- mos ptiblicos. Boscolo y Cecchin intentaron corregir estos errores; impar- tieron la consigna de que los terapeutas que asistieran al centro debian actuar-con modestia, ceder en cualquier discusién refe- rente al método terapéutico y hasta poner en duda las nuevas ideas que aprendian. Una vez que estas consignas quedaron ins- tituidas, los terapeutas formados en el centro pudieron estable- cer, desde el principio, un rapport mas fructifero y. cooperativo con las instituciones. donde trabajaban. . (Un segundo motivo de su fracaso fue que estos terapeutas provenian de medios en los que la terapia familiar era algo nue- vo y extrafio. En.los primeros meses de funcionamiento del pro- grama de formacién los terapeutas que concurrian al centro de- nunciaron un porcentaje inaudito de deserciones entre los clientes que atendian en sus instituciones de origen: 90%. La mayoria de esas familias abandonaban el tratamiento después de la ter- cera sesion. La inexperiencia de los. terapeutas no bastaba para explicar unos resultados tan desastrosos. En un debate celebra- do en el centro, se puso en claro que una de las razones de los fracasos era el estigma negativo:implicito en la modalidad de terapia; tratar a la familia, no al individuo, constituia. una ame- naza porque daba a entender.que las familias eran responsables de los sintomas de sus miembros «enfermos». Muchas familias abandonaban el tratamiento y recurrian a otros profesionales de la misma institucién que Jes ofrecian la tradicional terapia individual. \Este problema se resolvié haciendo terapia familiar sin de- nominarla asi. E] terapeuta definia las sesiones familiares como «consultas» en lugar de «terapia», o simplemente proponia ce- lebrar unas pocas «reuniones» para decidir lo que se harfa des- 41 pués. Por supuesto, hoy la terapia familiar goza dé una acepta- cién mucho mayor y, a menudo, las familias rechazan el trata- miento individual o desechan al terapeuta que sdlo atiende al individug} Un tercer error obedecié a que se desatendié el contexto en que operaban los principiantes. Al principio, estos imitaban a sus maestros (lo cual era muy natural) y trataban a las familias), en las instituciones publicas donde trabajaban, como si estuvie- ran enel centro. Con frecuencia, fracasaban. El siguiente ejem- plo mostrara claramente lo que ocurria. Un asesor psicopedagégico sugirié una intervencién a una familia que le habia sido derivada por un maestro. El paciente designado era un nifio de ocho ajios, que faltaba a clase desde hacia seis meses. El psicdlogo connoté positivamente la renuencia del nifio a ir a la escuela, como una tarea: que habia asumido para quedarse junto a su madre, que se sentia sola. Habia visto aplicar exactamente la misma intervenci6n a una familia trata- da en el Centro de Milan, que se hallaba en una situacion simi- lar, y obtener con ello el retorno casi inmediato del nifio.a la escuela: Empero, el infortunado psicélogo fue duramente criti- cado por el director de la escuela, quien no logr6é comprender en absoluto el fundamento de aquel proceder. Mas ain: cuan- do la historia se difundié dentro de la escuela, los maestros ri- diculizaron al psicdlogo; acudian a él-y le preguntaban, en son de burla, si no los.desembarazaria de un alumno molesto por medio de una entrevista a su familia. El «sistema significante» ic Diversas situaciones de este tipo demostraron la importan- cia de las diferencias contextuales; era preciso tomarlas en cuenta para evitar que la solucién terapéutica se convirtiera en el pro- blema terapéutico. Sobre todo, los terapeutas debian conside- rar el efecto que podia producir su intervencién en los clientes, en los otros sistemas significantes vinculados a estos y en ellos mismos. Asi nacié la idea de «sistema significante»: permitia definir la indole del problema con mucha mas exactitud que la noci6n clasica de «sistema familiar»; El sistema significante in- cluye todas aquellas unidades (personas 0 instituciones) que se_ activan en el intento de aliviar los problemas cuya soluci nse solicita a los profesi Lai incorporacién \ de los terapeutas 42 (incluidos los de Milan) al cuadro del tratamiento constituyé un paso importante hacia la conceptualizacion del problema en fun- cién de «sistemas observadores» més que de «sistemas observa- dos». El coneenie. del «sistema significante» acerca. mas el mo- sobre ef problema (Bogdan, 1984) en en lugar de ¢ cién de conductas localizadas en individuos 0 familias sup -tamente disfuncionales 0 .enfermos. CPara el equipo de terapia del centro suele inchuir ef centro. mismo, la familiz sistemas que hacen. intrusion en el abies on tribunales): Con frecuencia, el centro 0 recibe casos graves que ya han sido tratados infructuosamente por otros profesionales. Como estos colegas consideran que los integrantes del grupo de Milan son expertos, se establece una alianza inmediata entre la persona o institucién que deriva el caso y el equipo de terapia. Si la familia en tratamiento regresa junto a quien la derivé y se queja del trabajo efectuado en el centro, aquel suele respon- der: «No hace falta que ustedes.comprendan lo que ellos dicen o hacen. Son los mejores. Vuelvan alli». Muchas veces, las fa- milias soportan experiencias frustrantes y aceptan intervencio- nes extrafias sin abandonar por ello el tratamiento. Para los principiantes, en cambio, la situacién es muy dife- rente. En su mayoria son jévenes y ocupan los puestos mas ba- jos en Jas instituciones en que trabajan; en consecuencia, las fa- milias no.se conectan facilmente con ellos y, a menudo, aban- donan el tratamiento.en busca de otros terapeutas mas presti- giosos. No obstante, su posicion «débil» puede convertirse en un desafio para ellos y obligarlos a hallar soluciones originales: que, ulteriormente, proporcionan material didactico a otros prin- cipiantes y, lo que es mas importante, a los mismos maestros. Por ejemplo, en las instituciones piblicas muy rara vez se solicita unicamente un tratamiento psicoterapéutico. Con fre- cuencia, los clientes piden medicamentos, apoyo econémico, re- habilitacion, pensiones o una combinacidn de todo esto. No bus- can una «cura.de.conversacién». Hay varias maneras de mane- jar esta situacién sin dejar de ser sistémicos.[Una de ellas con- siste en reencuadrar el uso de los pedidos de internacién o me- dicacién como algo que no es una terapia; se trasmite al cliente el siguiente mensaje] «Esto no cambiara nada, en verdad, re- tardaraé cualquier posibilidad de cambio. Sin embargo, tal vez 43 QW sea lo que usted necesita en este momento. Si, mas adelante, decide que quiere recibir una terapia, haganoslo saber y traba- jaremos gustosamente con usted» (Fruggeri, Dotti, Ferrari y Matteini, 1985). Otra disyuntiva se plantea al terapeuta cuando sé le pide que actue mas bien como un agente de control social y procure im- pedir un suicidio o actos de violencia. En estos casos, no hay problema alguno en tanto el profesional indique claramente si acta como «terapeuta» o como «agente de control social». Por ejemplo,- puede decir al cliente «Me pregunto qué ha hecho que me convierta en su guardian, en vez de ser su terapeuta. Quiza debamos averiguar cémo ocurrié eso». En conjunto, Ja formaci6n ya no se centra en ¢l sistema fa- miliar_sino en sistemas mds amplios, y : la familia dentro de contextos mas s complejos.. A medida que in- crementan su experiencia y pericia en 1 el andlisis de las pautas de comunicacién de las redes por las que deben navegar, los prin- cipiantes son capaces de evitar algunos problemas que, al prin- cipio, les causaban frustracién y desilusién. Adquieren la habi- lidad de detectar el efecto que provocan sus acciones €1 pessounsy de calrar [a rélimenéscida proven nte dé | tos como elementos viables en vez de ser despreciados o despe- didos. Esta nueva orientacién hacia «el sistema mas ampliow (in- cluido aquel en que t el tera erapeuta) se se ha puesto de. mani- fiesto en el intento de a| aplicar este ‘enfoque en instituciones pu- blicas;donde resulta di ino imposible, practicar Ja.tera- pia de Milan, David Campbeii y Rosalind Draper, en represen- tacidirde un equipo que ensefia el método-de Milan en la Clini- ca Tavistock de Londres, han publicado recientemente una an- tologia que contiene abundantes ideas para intervenir en los sis- temas mas amplios sin que nos supriman o nos maten a tiros (Campbell y Draper, 1985). A Boscolo y Cecchin les gusta.afir- mar que, si bien Bateson fue, quiza, quien ejercié la primera influencia importante sobre sus trabajos, la segunda provino-de la realimentacién recibida de los principiantes en formacion. Y no hay duda de que este aporte fia modificado radicalmente su ensefianza. Como ha dicho Boscolo, la evolucién conjunta de maestros y principiantes los ha Ilevado a considerarse «consul- tores de sistemas», y no terapeutas familiares. EI fenémeno de los equipos Aunque los terapeutas familiares efecttian casi siempre sus sesiones de practica con un supervisor y uno 0 varios compafie- ros de curso que los observan detras de-una pantalla de visién unilateral, el empleo formal de equipos de observacién sélo co- menz6 cuando el grupo de Milan pas6 a experimentar con su plan de trabajo en equipos de cuatro personas. Los dos tera- peutas que permanecian detras de la pantalla actuaban como contrapeso equilibrador del par que atendia a la familia en el consultorio. La composicién de las parejas variaba de un caso a otro, pero siempre se constituian con un clinico y una clinica, lo que se asemejaba al viejo concepto del modelo de rol de la coterapia marital. Como ya hemos visto, con el tiempo, el equipo de Milan se dividié en parejas. Cuando Boscolo y Cecchin se separaron de Selvini y Prata, desaparecieron las parejas mixtas y-la idea de que dos terapeutas atendieran a la familia en el consultorio. Sin embargo, la desaparicién del equipo de cuatro personas no pa- recié necesariamente perjudicial;- antes bien, se tuvo la impre- sion de que la nueva técnica seria mas econédmica y menos en- gorrosa.|Aparentemente, el unico requisito previo que debia cumplir un equipo de terapia era responder a alguna versién del concepto de Bateson de visién binocular. En tanto hubiese una persona que pudiera sumergirse en la familia y otra que pudiera observarla —o.sea, una persona que sacara el cuerpo por la ven- tana y otra que se sentara sobre sus pies— se podria lograr una dimension de profundidad\ . Si bien la mayoria de quienes aplican el método de Milan trabaja en equipo, ‘algunos lo integran con mas de cuatro per- sonas y otros con menos. Hasta puede haber «equipos» uniper- sonales en los que el terapeuta sale del consultorio para refle- xionar a solas y, luego, regresa con un comentario o idea, o ini- cia la sesién tras haber consultado a uno o varios colegas y dice ala familia que ellos.le han sugerido tal .o cual opinién, mensa- je o carta. Debemos admitir que, a veces, los consultores son imaginarios. A medida que Boscolo y Cecchin viajaron por el mundo or- ganizando talleres, en diversos. paises surgieron equipos for- mados en el método de Milan. Sus miembros tienden a pasar mucho tiempo juntos y hasta pueden mostrarse exclusivistas e intensamente absortos en ellos mismos, con lo cual ofenden al 45 entorno en el que acttian. Esto no significa exactamente que se consideren los exploradores de una frontera de creacién, pero si irradian una sensacién de fervor misionero. Como ya men- cionamos, Boscolo y Cecchin sefialaron posteriormente la im- portancia de mantener una actitud modesta y discreta pero du- damos de que este consejo resulte alguna vez totalmente eficaz. Un grupo de cuatro o mas personas constituye, ipso facto, una presencia politica, por mas discreto que-sea en su proceder. En. Sie sortie, os equinas concen cl-ieseo notencial d.radica i: vocar su propia ‘eliminacion con una ‘conducta imprudente, Las divisiones y cambios son igualmente comunes a medida que los equipos mas veteranos se ramifican para formar otros nuevos. Es frecuente, al’ menos en los Estados Unidos, que los equi- pos de Milan acaben por ser injertados en un patron estratégi- co. Quienes trabajan al estilo del MRI 0 aplican un enfoque ins- pirado en Erickson pueden utilizar a estos equipos para intensi- ficar y mejorar la bisqueda de la tarea o prescripcién milagro- sa capaz de quebrar la conducta sintomatica con un solo golpe de karate. Este espiritu estaba engastado —confesadamente— en la posicién adoptada por los cuatro miembros originales del grupo de Milan. La cantidad de.tiempo y.didlogo que.pucde llevar ta biisque- da de iayalte intervencion. final.amplifica Ja division. entre.la. Lami- icita er risas nerviosas cs acon dela fania jiiobrasy, Adems, el aislamiento la prohibicién de comunicar al cliente los fundamentos de la terapia, impuesta por el enfoque estratégico. Muchas interven- -ciones, entre ellas la-prescripci6n «paraddjicam, fueron ideadas. = OF inariamente con el propdsito de eludir la Hamada «résisten- C jav'de Ja familia. Sé'iemia que, si los mieiabros-de-esta sabia que los terapeutas ‘les. vedaban todo cambio para inducirlos a cambiar, la‘tactica tal. vez no daria resultado: La presencia del equipo ha po completo si asi lo desean, se ha tendido a mantener intacta la frontera del equipo (y su invisibilidad). 46 (_Los equipos de Milén corren eb riesgo de perturbar y encole- rizar a las familias si se aproximan excesivamente a la aproba- cién de un sintoma en el intento de trasmitir una connotacién positiva. Las reacciones han variado desde el abandono del tra- tamiento hasta la amenaza de hacer pleito a la clinica a la que pertenecen los terapeutaS.| Otro problema importante ha sido el manejo de las cuestio- nes relacionadas con los conflictos y el poder. Como no suele haber jerarquia alguna dentro de los equipos, no es facil resol- ver una situacién de empate en las opiniones o frenar una esca- lada que provoque un disenso{I Los equipos de cuatro o mas per- sonas suelen verse.acosados por desacuerdos y alborotos internos: que no sé resuelven enterrando las discrepancias e imponiendo el consenso, por cuanto ello sdlo conduciré a wn descontento soterrado. Pertenecer a un equipo puede ser una experiencia apa- sionante y creadora, pero también difi cil y desordenada. Ave- de Bo Seu la Seonele terapia sistémica, los equipos integrados por dos clinicos parecen ser mas estables y econémicos que los grupos mAs numerosos. Con todo, ek equipo de cuatro 0 mas terapeutas ha resulta- do una bendicién para la labor formativa. Ha desmentido el car- go de ser «antiecondémico» y proporciona a los terapeutas prin- cipiantes una experiencia activa, tanto detras de la pantalla co- mo delante de ella. En su instituto, Boscolo y Cecchin toman grupos de doce personas y los dividen en mitades: seis miem- bros (uno en el consultorio y cinco detras de la pantalla) consti- iuiran ei equipo de terapia o «equipo T», en tanto que ios otros seis formaran el equipo de observacién o «equipo O». La tarea de estos tiltimos consiste en observar y comentar fa relacién en- tre el terapeuta que actia en el consultorio y los cinco miem- bros restantes del equipo T, pero sélo este equipo esta autoriza- do a trasmitir mensajes a la familia. Después de una sesion, am- bos equipos pueden intercambiar observaciones e hipdtesis acerca de la familia y el suprasistema terapéutico. El equipo T podra utilizar estas ideas en la siguiente sesién. Este uso del equipo ha sido un medio inteligente de posibili- tar la supervisién «en vivo» de la terapia familiar en curso por un grupo mas numeroso./Antes del advenimiento de los equi- pos de Milan, la entrevista con la familia y los aportes del su- pervisor beneficiaban tinicamente (al menos en un sentido acti- 47 vo) al terapeuta que actuaba en.el consultoris. El nuevo tipo de equipo ha ampliado la participacion y, en consecuencia, ca- da vez son mas.los terapeutas familiares formados por un equi- po ubicado detrds de la pantalla, y no sdlo en el método de Mi- lan. Este método podra sufrir las mas notables trasmutaciones —y en efecto las sufre en el momento en que escribimos estas lineas—, pero el empleo del «equipo de Milan» como instru- -mento de formacién parece ya establecido. Los equipos de Milan se han caracterizado, curiosamente, por su proliferacién espontanea. Con frecuencia se forman nue- vos equipos después de que una persona o grupo ha recibido la visita de Boscolo y Cecchin o los ha visto conducir un taller. Posteriormente estos equipos suelen obtener la supervision 0 en- sefianza esporadicas de los dos terapeutas italianos, sea hacién- dolos venir a su lugar de trabajo o siguiéndolos a cualquier ta- ller-de cuya realizacién se enteren. Los Asociados de Milan son extraordinariamente sensibles a.este tipo de entusiasmo, y has- ta han regresado varias veces a alguna clinica poco conocida con el sdlo_propésito de ayudar a un equipo bisofio que queria salir airoso. De este modo, enseguida se cred una verdadera red trasa- tlantica de equipos de Milan {Hoy los grupos de esta clase que se han formado por si solos en el método de Milan, 0 los cen- tros organizados en torno de un equipo, abundan en la mayoria de los paises europeos, Australia, Nueva Zelanda, Canada y los Estados Unidos. En este ultimo pais han tardado mas en «pren- der», en parte porque el grupo italiano ha tenido facil acceso a los paises europeos pero, también, porque en el momento en costas de América del Norte, la tera- pia familiar ya se habia estabilizado alli en torno de gurus loca- less A lo sumo lo definieron como una categoria dentro de la terapia «estratégica» y slo en fecha reciente lo han considera- do un punto de vista por derecho propio. Los tinicos lugares de América del Norte dondé ha arraigado este método,son.el Departamento d de Psiquiatria de la Universidad de Calgary (Ca- fiada), dirigido por Karl Tomm, £ Institute Ackerman, de Te- fapia Familiar de } fios, recien emente. fi “Las conferencias esponténeas entre equipos.constituyen un aspecto interesante de este movimiento. Desde 1980 hasta el pre- sente se han celebrado varias bajo patrocinio privado. Se con- curre a ellas s6lo por invitacién y no tienen fines de lucro; su 48 propésito es lograr que los equipos formados en el método de Milan se retnan e intercambien ideas con Boscolo y Cecchin. La mas reciente se efectué en Oxford, en el verano boreal de 1986;-el principal disertante fue el bidlogo chileno Humberto Maturana. Por ultimo, vale la pena mencionar la estructura de la red de equipos de Milan. Estos equipos se distribuyen de manera lateral y no jerarquica; experimentan constantemente en vez de dedicarse a un método establecido, y se caracterizan por la fre- cuencia con que se forman y reforman. El equipo original ha sufrido por lo menos tres cambios desde su creacién y los equi- pos mas recientes Varian también, sin dejar por ello de conside- rarse una parte integral de la red mayor. Estos equipos presentan un radicalismo curioso. El Centro de Milan no actiia como cabeza del movimiento sino, mas bien, como colaborador de otros equipos en un proceso horizontal. Estos equipos, que constituyen una federacién difusa, aparecen y desaparecen como la hierba mala. Con frecuencia resultan mo- lestos para la institucién que los acoge, pero han aprendido a salvarse del exterminio pasando a la «clandestinidad»; aunque no aparezcan brotes en el césped de esa institucién, es posible que las nuevas raices se abran camino hacia el jardin de algin vecino confiado. Conclusién : . Creemos que el método de Milan no es un coniunto de pro- cedimientos que debe trasmitirse de unos a otros como un rece- tario. Lleva programada dentro de si la capacidad de_evolu- _cionar hacia formas nuevas y diferentes.-Es un abordaje en el que «se aprende a aprender», en el sentido que Bateson daba a esta expresion. El vehiculo de este proceso es la red de equi- pos, que proliferan hacia fuera, penetran en muy diversos con- textos y, por naturaleza, son incapaces de reproducirse en for- ma clonal. Ademas este método contiene ideas acerca del cambio que son facilmente adaptables a otros tipos de sistemas sociales, aun- que es cierto que durante estas adaptaciones el método se apar- ta cada vez mas de la terapia familiar tal como se la conoce tra- dicionalmente. La nocién de «terapia» se ha-vuelto demasiado tenue para soportar el peso con que se la quiere cargar; el con- 49 cepto de «sistema familiar»'es inaplicable, porque ya no habla- mos de unidades de tratamiento sino de «ecologias del espiritu». Vaya una Ultima observaci6n: este abordaje, que se identifi- ca con la fascinacién de Bateson por los sucesos-que acaecian en los confines de la imaginacién cientifi ‘ica, desafia a sus s adhe- 50 Primera parte. El:muchacho Ilorén Introduccién Este caso se centra en tres conceptos importantes dentro de la terapia familiar sistémica de Milan: 1) La atencién prestada al contexto del terapeuta, que refleja la preocupacién por simi- litudes entre la dinamica de la familia y la del equipo. El grupo de Milan siempre observa los modos en que la familia «induce» a Jos integrantes del equipo; asi como su capacidad de introdu- cirse en los problemas de organizacién del equipo para provo- car una parAlisis.-En este caso, el equipo utiliza su propio pro- ceso para proporcionar una solucion curativa. 2) El uso del in- terrogatorio circular con el propésito de interrumpir la rotula- cién dentro de Ia familia y trasformar a esta en un proceso inter- activo de manera que los rétulos describan conductas compar- tidas o potenciales dentro del sistema familiar, y no la enferme- dad de uno de sus miembros. 3) La exploracion de los mitos o premisas que la familia elabord en el pasado en respuesta a un dilema, pero que ahora coartan la construccién de una realidad mas flexible y estorban la posibilidad del cambio. En el caso que se expone en esta parte se connotaron positivamente las con- . ductas de. todos los hijos, y no-tnicamente Ia del hijo proble-. ito que parecia adecuarse a la paiticila- ilia“Esta entrevista se distingue de tas idas en ste libro por'el hecho'de que se realiz6:in: -- nite antes de la escisién det grupo origiial y la furida- cién- por Boscolo y Cecchin de sii propio instituto de férmaciba de-terapeutas. El doble contexto: familia y equipo La siguiente consulta presenta varias caracteristicas impor- tantes que la distinguen de las otras tres incluidas en este libro. 51 En primer lugar, es una sesi6n inicial.con una familia que aun no esta bajo-tratamiento. En segundo lugar, el equipo de tera- pia esta integrado por los cuatro miembros originales del grupo de Milan: los doctores Mara Selvini Palazzoli, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin y Giuliana Prata. En tercer término, en la entrevista intervienen un terapeuta varén y una terapeuta mu- jer (Cecchin y. Selvini), en tanto que Boscolo y Prata observan detras de la pantalla. El equipo mismo se mantiene en equili- brio en un momento critico de su existencia, circunstancia esta que termina por provocar un impacto considerable sobre el ca- so. Por ultimo, se trata de una consulta demostrativa del méto- do de Milan, efectuada durante una conferencia y televisada en circuito cerrado. El caso presenta complejidades peculiares. La sefiora Y. lla- mo por teléfono a la clinica y pidié que vieran a su hijo John, de 17 afios, que acababa de pasar tres semanas en el hospital a causa de «un ataque esquizofrénico agudo». La madre tenia varios motivos de preocupacién. La familia no sabia.con certe- za si John habia hecho o no abuso de drogas. Como el psiquia- tra que lo habia atendido se habia negado a hablar con los pa- dres, explicé la sefiora Y., «la familia no tenia la menor idea sobre lo que debia esperar de John». Finalmente, la madre de- seaba discutir si John debia seguir recibiendo la medicaci6n pres- crita en el hospital. El propdsito de la consulta con el equipo de Milan era aclarar la naturaleza del problema de John y dis- cutir un plan de tratamiento con la clinica. La caracteristica mas notable de la familia Y. era su compo- sicion: se trataba de una familia mezclada, que representaba un segundo matrimonio para ambos conyuges; esta «nueva» fa- milia llevaba cinco afios de convivencia. Los esposos promedia- ban los cuarenta y, entre ambos, tenian cinco hijos: Harry (18 afios), John (el paciente designado, 17 aiios) y Barbara (16 afios) eran hijos de la sefiora Y., en tanto que Donna (12 afios) y De- borah (10 afios) eran hijas del sefior Y. Entre los datos obteni- dos en la entrevista de.admisién, hubo uno especialmente nota- ble: el primer marido de la sefiora Y. habia sido, posiblemente, un alcohdlico imprevisiblemente violento. EI equipo de Milaén cometié un error importante en la etapa de elaboracién.de la hipétesis preliminar: supuso que todos los hijos eran de la sefiora Y. y construy6 una hipdtesis de'trabajo acerca de su padre bioldgico; la conjetura fue que uno o varios de ellos tal vez se identificaban con él y/o seguian mantenién- 52 dose fieles a él. El primer trabajo efectuado durante la entrevis- ta fue confirmar esta hipétesis preliminar que era una conjetu- fa acerca del sentido que tendria el problema queja dentro del contexto de la relacion familiar; el trabajo consistié en un pro- ceso de realimentaci6n entre los terapeutas y la familia. Esta re- alimentacién fue importante porque indicé la ajustada coparti- cipacién que habfan alcanzado esos dos sistemas separados. El error falseé por igual, en la primera parte de la entrevista, el procedimiento seguido por el equipo y el interrogatorio. Exa- minaremos detenidamente lo. que ocurria dentro del equipo y su similitud con lo que acaecia en el seno de la familia Y. Cuando descubrié que su primera hipotesis era errénea, y advirtié que los hijos provenian de dos matrimonios, el equipo. de Milan paso a esclarecer las diversas cuestiones planteadas por las familias mezcladas. Examin6 la delicada redistribucién de Pposiciones entre los hijos. Las preguntas brotaron en profusion: équién se mantenia apegado a-su hermano carnal?; ,quién se habia apartado de él, atraido por sus nuevos hermanastros?; jlos hermanos carnales podian mantenerse unidos y, al mismo tiem- po; formar parte del nuevo grupo?; si una «vieja» pareja de her- manos se escindia, zalguno de sus ex miembros se acercaria mas a un.progenitor?; en caso afirmativo, ja cudl?, y asi sucesiva- mente. Estas posibles variaciones de relacién entre los hijos tie- nen una importancia cardinal para la comprensién de una fa- milia mezclada. A lo largo de esta primera entrevista aparecen enmarajiados recordatorios de cambios significativos y confu- sos en las relaciones-entre los hermanos. Ademas, las familias mezcladas llevan dentro de’si el recuerdo de los anteriores fra- casos matrimoniales y, a menudo, sus hijos asumen o represen- tan conflictos procedentes de la familia anterior, sea por leal- tad a sus progenitores precedentes o para proteger la unién de la nueva pareja. Por ultimo, la nueva familia, con sus altera- ciones imprevisibles, impone severas exigencias a cada uno de sus miembros. La discusién que acompaiia el caso de la familia Y. retorna con frecuencia a la cuestion de la estructura del equipo, su fun- cién y sus limitaciones. Un equipo desempefia un doble papel, observador y participante, en el proceso terapéutico, pero care- ce de la capacidad de observarse a si mismo. Se asemeja a un sistema familiar en que posee reglas, historia, intereses, suposi- ciones y lagunas. Si el equipo de Milan hubiese sido capaz de formar un metaequipo o un equipo de observacién durante su 53 £ consulta con la familia Y., quizds ese equipo habria advertido la manera en que la familia organizaba el problema interno del grupo de Milan. A falta de él, los cuatro terapeiitas debieron confiar en que sus propias reglas, mas la constmacion de su pro- ceso de equipo, los salvarian del problema ereado entre ellos y la familia Y. El isomorfismo entre un equipo. sha familia siempre of sig- nificativo. La presente experiencia del grupo de Milan résulta particularmente reveladora porque este atravesaba un proceso de cambio estructural y tedrico, atin incompleto. A poco,déini- ciada la entrevista, los terapeutas observadores notaron que Sel- vini y Ceechin encauzaban el interrogatorio por dos caminos to- talmente diferentes: ella formulaba preguntas acerca del padre biolégico'de los hijos de la sefiora Y.; él rastreaba las actuales secuencias de hechos acaecidos dentro de la familia. Cuando se supo que no todos los hijos habian nacido de la misma madre, como lo habia creido el equipo, Selvini callé y Cecchin adopté subitamente la hipdtesis de ella. Pregunt6 si los tres hijos de la: sefiora Y. seguian manteniéndose en contacto con su padre: glo visitaban?, ,quién lo visitaba mas?, a qué distancia vivia?, yse habia vuelto a casar?, etc. Fue entonces cuando Boscolo llamé a la.puerta y Selvini dejé la sesion para conferenciar con él. Boscolo y Prata percibian claramente que Selvini y Cecchin seguian caminos divergentes. Seguin Boscolo, Mara Selvini era por entonces la jefa oficial del equipo, pero ni ella ni Prata ha- blaban en inglés con tanta fluidez como sus dos colegas mascu- linos y, en consecuencia (ateniéndose siempre a la version de Bos- colo), se sentian un tanto paralizadas. Boscolo llamé dos o tres veces para intercambiar ideas con Selvini porque le parecia que, si llamaba a Cecchin, trasgrediria la jerarquia del equipo. El no era conciente de todas estas consideraciones, comprensibles en ese momento, sino que reaccionaba.como lo haria un miem- bro de una familia..Cecchin se sentia igualmente paralizado; no podia seguir adelante con su propio interrogatorio porque le pa- recia que debia dejarse guiar por Selvini. En un comentario re- trospectivo, Cecchin sefialé que su equipo experimentaba en ese momento un.cambio de organizacién que habria de concluir con la separacién de los dos integrantes masculinos. La familia utilizé inconcientemente estos problemas para proteger su statu quo. Como sistema, fue adaptandose a cada informacién que el equipo introducia en la sesion, aunque, a juicio de Cecchin, este isomorfismo no fue deliberado. 54 Una vez:que Boscolo y Cecchin empezaron a trabajar por su cuenta, en su protocolo de formaci6n se pronunciaron con- tra el uso dé-dossterapeutas, varén y mujer; entendieron que el propésito fundamental de ese modelo de «coterapia» era pro- porcionar a la familia una experiencia correctiva que dependia de la identificacion y la:presentacién de modelos de rol. Deci- dieron en cambio que ef_el consultorio actuaria un solo tera- peuta en vez de dos; esto facilita el uso y desarrollo del interro- gatorio circular, que-depende del refinamiento de una sola hi- potesis por vez y/o la-construccién de.otra. La nueva informa- cion:que crea la nueva hipotesis se basa en las aperturas presen- tadas por la familia. Si fuesen diez, el terapeuta deberé elegir una'y:seguirla, pero es imposible que dos personas se pongan de acuerdo en la apertura elegida. El proceso funciona de ma- nera Optima cuando el terapeuta que trabaja en el consultorio es. quien selecciona las aperturas y desarrolla una hipdtesis, en tanto que el otro permanece detras de la pantalla. Este puede concordar con la eleccién de aquel, en cuyo caso trabajara en el sentido de refinar la hipétesis, o pedira conferenciar con su colega para elegir un nuevo rumbo. El desarrollo simultaneo de varias hipétesis puede confundir a la familia y al equipo. En el'caso que nos ocupa, el grupo aguard6 la discusion fi- nial —o sea, la celebrada al término de la entrevista— para «cu- rar» su sensacién de confusion, en la confianza de que el ritual de su propio proceso de equipo les devolveria la claridad y co- herencia de ideas; y- asi sucedié en efecto. Rétulos versus proceso La rotulacién desempefia un papel importante en este caso. Las personas asignan y aceptan s6tulos en la esperanza de que dotaran de. sentido'a algo mal comprendido y aterrador (p.ej., una enfermedad mental). Por desgracia, Jas mas de las veces, los rétulos son provistos. por expertos y adoptados por. familias: que encuentran cada vez mas evidencias corroboradoras. La fa- milia Y. ya ha llegado a la conclusidn de que los accesos de ner- viosismo extremo de John, su sobreexcitaci6n, el Ilanto, las alu- cinaciones, etc., son otros tantos sintomas del «episodio ésqui- zofrénico agudo» que le diagnosticaron en el hospital. Una vez aceptado un rétulo, todas las conductas ulteriores se relacionan con él y cada accion se convierte en un testimonio en su favor: 55 si John duerme demasiado o muy poco, es excesivamente calla- do o locuaz, etc., todo ello demuestra su esquizofrenia. Los Asociados de Milan han utilizado el interrogatorio cir- cular como antidoto para la rotulacion porque las preguntas, in- vestigan y promueven una distribucién diferente de los rétulos, aun en los casos en que estos son «buenos». Si se define al pa- ciente designado como «sobreexcitado» o «servicial», las pre- guntas circulares obtienen informacion acerca de otros hijos de la familia-que, a veces, se muestran «sobreexcitados» o «servi- ciales». De este modo se pone inmediatamente en tela de juicio la condicién problematica del paciente designado y se empieza a colocar a todos los hijos en un mismo nivel. Si se considera que John es un «enfermo», en tanto que los.otros hijos son «sa- nos», esta diferencia se amplificara con el tiempo: John sera mas enfermo y, por contraste, los otros hijos se volveran mas sanos. Si en cambio, se pregunta «{Quién era el mas “‘sobreexcitado”’, o.“‘nervioso”’ antes de que lo fuera John?», o «ZQuién sera mas servicial en el futuro si John dejare de serlo?», el término «so- breexcitacién» ya no sera prueba de la enfermedad de un miem- bro de la familia sino que se convertira-en una descripcién de conductas compartidas-o potenciales.dentro del sistema. Este abordaje de la rotulacién modifica la orientacién del terapeuta; en vez de-poner rétulos puede deshacerlos, convirtiéndolos nue- vamente:en un proceso interactivo. Anteriormente, Boscolo y Cecchin hacian de los pacientes designados santos o sacrificados en tanto los connotaban posi- tivamente como protectores de la familia. Pero luego, en un exa- men retrospectivo de esta tactica, les pareciéd que a menudo co- rrian el riesgo de afrentar a la familia, sobre todo si el paciente era cronico. En muchos casos, decir que esa persona sacrifica- ba su vida por la familia empeoraba la situacion, porque aque- Ila era una connotaciOn negativa para el resto del grupo. En con- secuencia, ellos ahora recomiendan: «Deben observar las histo- rias individuales y hallar un modo de cambiar la historia fami- liar para que las personas puedan permanecer unidas, separarse y pelear sin correr un peligro tremendo y sin quedar rotuladas». EI mito y las preguntas referidas al futuro El desarrollo. de técnicas de interrogatorio sigue constituyen- do una caracteristica exclusiva de la terapia familiar sistémica 56 aplicada por los Asociados de Milan. Las preguntas referidas al futuro representan una variacién importante dentro de la téc- nica del interrogatorio circular. Las preguntas circulares reco- gen informacion con miras.a construir una hipétesis y una pre- misa problema, en tanto que las preguntas referidas al futuro cuestionan una premisa familiar 0 proponen otra. Las pregun- tas yeferidas al futuro insinuan un mapa familiar diferente y, por lo comin, se emplean ya mas avanzada la entrevista, una vez recogida la informacién descriptiva de las actuales secuen- cias de hechos que envuelven al problema y de las coaliciones existentes en la familia. Las preguntas de este tipo (p.ej., «Cuando su, hija se mar- che al college, gcree.que su vida sexual conyugal mejorara o em- peorara?», «Si, por las noches, tu madre te hablara mas a ti que atu hermano, gcrees que tu padre se quejaria tanto de su sole- dad?») son trasformativas y pueden adaptarse a diversos temas . familiares. Las existenciales y las referidas a la supervivencia, la separaci6n o los castigos, pueden introducir una posibilidad futura totalmente nueva para la familia. Si esta se ha organizado en torno de una premisa que es caui- sante de un probléma, las preguntas por el futuro también pue- :den cuestionar la posibilidad de que esa premisa persista. Con frecuencia, estas preguntas perturban y alertan a la fa- milia. Los Asociados de Milan opinan que las preguntas referi- das al futuro introducen tanta informacién que excluyen casi el-uso de una prescripcion o comentario al término de la entre-- vista. Les parece mejor concluirla con un ritual, porque tal vez regule el ritmo de absorcién de la nueva informacion y devuel- va la calma a la familia. . Las.preguntas referidas al futuro que se utilizaron en la en- trevista con la familia Y. proporcionaron una informacién im- portante, recibida de los hijos conio realimentacién, que sefialé la presencia de un mito familiar compartido segin el cual todos debian percibir el nuevo matrimonio de los progenitores como algo perfecto. Sdlo John no adheria totalmente al mito, pero entonces se descalificé al actuar en el papel de loco. El mito familiar La premisa 0 mito de esta familia —inconciente, y puesta en palabras por los consultores— puede enunciarse asi: este se- 57 gundo matrimonio del sefior y sefiora Y. debia ser «perfecto» para que ambos pudieran recuperar las pérdidas sufridas en sus ~anteriores matrimonios «malos». En particular, cada conyuge queria que sus hijos tuvieran un progenitor mejor qué aquel que habian perdido. Para que los esposos Y. se sintieran satisfechos en la conviccién de que sus hijos disfrutaban de una mejor crian- za, estos debian cooperar: manifestarian una conducta normal y feliz. {Los hijos de padres perfectos no tienen problemas! Esta premisa de perfeccién en el segundo matrimonio con- vertia en mito el pasado de la familia. Era importante que cada progenitor demostrara, una y otra vez, lo malo que habia sido su conyuge anterior, y que los hijos lo creyeran. Un mito rigi- damente construido restringe las posibilidades de todos los miem- bros de la familia de concebir una realidad mas compleja. En este caso, no daba a los hijos oportunidad alguna de tener ideas independientes con respecto a su padre o madre bioldgicos ni les permitia observar y comprender con independencia a su pa- drastro o madrastra. Seguin coment6 Boscolo, este.tipo de mito puede estar relacionado con una psicosis: la persona que se com- porta de una manera psicotica suele ser aquella que-no puede aceptar-el mito y entonces lo cuestiona por medio de su.conducta. Los Asociados de Milan sefialan que, si hablamos en fun- cién de mitos, pasamos a un nivel explicativo mas abstracto que, por ejemplo, el de una explicacin triddica, en la que nos limi- tamos a evaluar coaliciones y a registrar quién queda incluido o.excluido. El mito indica a todos cémo deben actuar, pero, en tanto prescribe una conducta especifica, se convierte en una ver- dadera camisa de fuerza. Hasta es posible que tome algunas ideas prestadas de un tipo légico superior: ei nivel de ia sociedad, en el que el padre gobierna, la madre lo respalda y los hijos coo peran. Es muy dificil mantener un mito como este; llegara un momento en que alguien forzosamente se aparte y, si ello ocu- ire, esa persona puede presentar una conducta aparentemente psicética. El caso de la familia Y. ofrece un buen ejemplo de este tipo de mito. Cuando la sefiora Y. narra la historia del «mal marido y pa- dre» que tuvo en su primer matrimonio, se echa a Horar, y su esposo actual comenta que fue una experiencia tan dura para ella que hasta pensé en suicidarse: Sus lagrimas se convierten en un potente mensaje dirigido a su esposo, sus hijos y los tera- peutas. Las anécdotas sobre el matrimonio anterior constituyen un aspecto importante de Ja fabricacién del mito porque impi- 58 den que la madre supere esto y proporcionan un contraste per- - manente-entre'las deficiencias de aquel matrimonio y la perfec- cién del actual. El sefior Y. tampoco habia sido afortunado en sus primeras nupcias pero, al parecer, habia sufrido menos y gozaba de un poder considerable dentro de su nueva familia.* Se habia hecho cargo de ella, y exigia a los hijos que escucharan ala madre jo, de lo contrario, los castigaria! Aunque esta solu- cién parecia mas beneficiosa para la sefiora Y., era evidente que en ninguna de las dos familias la habian considerado una espo- sa cabal, es decir, en pie de igualdad con su marido. Cada uno de los hijos proporciona variaciones diferentes so- bre el tema de! «matrimonio perfecto». Harry, que esta-por mar- charse del hogar, es uno de los hijos de la sefiora Y. mas apega- do al padre bioldgico. Le han complicado la vida al proponerle que tome el apellido de su padrastro; tanto este como su madre se sentirian complacidos si aceptara el ofrecimiento. Se ha se- parado de su hermano John (este afio no iran juntos a la escue- la) y se ha acercado mas a su hermana Barbara. ,Cémo puede pretehder apego alguno hacia su padre bioldgico y aceptar, al mismo tiempo, el apellido de su padrastro? ,Qué arriesgara si declina el ofrecimiento de este? Barbara ha sido absorbida por la familia del padrastro co- mo madre sustituta de las nifias. Antes era la hermana menor, con dos hermanos mayores varones; ahora es la mayor de fires - hermanas y un miembro prestigioso de la nueva familia, al que : todos piden consejo. Esto la ha apartado de John, pero le per- mite ayudar a su madre de un. modo sumamente positivo. Si ayu- da a la madre a cuidar bien de las nifias, el padre quedara im- Presionado y complacido, y nunca mas acusaran a la madre.de ser loca. La posibilidad de que sobrevengan desastres a la familia se: ha convertido en una obsesién para Donna, la mayor de las dos hijas del sefior Y. En su familia anterior, antes de que la madre. se marchara, era la hija problema y atin sigue siendo aquella por la que mas se preocupa el padre. Su hermana Deborah pa- rece ser la menos perturbada por todo este reordenamiento de la familia. * El hecho de que, al disolverse un matrimonio, la mujer sufre mas ajustes financieros y emocionalés que el hombre, concuerda con-4os tiltimos datos de- mogrAficos acerca de los diversos cambios de status en las mujeres y hombres recientemente divorciados (Goldner, 1985). 59 EI problema de John consiste en que ha cuestionado el mito del matrimonio perfecto. Seguin la hipdtesis elaborada por los Asociados de Milan, el muchacho ha percibido el desequilibrio implicito en el nuevo matrimonio y teme que sea particularmente duro para su madre. Esta se encuentra, una vez mas, en una posicién dependiente, privada de toda autoridad. Ha entrega- do sus hijos a otro padre; él sera mas bondadoso que su primer marido, pero ella sigue siendo vulnerable. En la familia ante- rior, cuando el padre se ponia violento, John y Harry ‘se unfan para ayudar a su madre. Ahora que Harry se marcha del hogar, John no puede corregir ni modificar el equilibrio entre su ma- dre y su padrastro: Ademas, tiene ante si este mito, que ahora encierra una premisa intensificada: «Debemos creer que nues- tros antiguos padres eran malos, o haremos peligrar este matri- monio». En la ultima parte de la entrevista, Cecchin plantea algunas - preguntas referidas al futuro: «Quién sera el primero en dejar el hogar?», «,Quién suele ocupar el lugar de la madre y cuidar de la familia en ausencia de ella?». ;De pronto, Donna comenta espontdneamente que si esta nueva madre muriese, Barbara ocu- paria su lugar! La familia queda aténita y le advierte que no debe pensar asi, pero Cecchin aprovecha la apertura y les pre- gunta «Si su padre muriese, ,quién ocuparia su lugar?». Bar- bara responde «Harry ocuparia su sitio». Esta respuesta ines- perada de los hijos, en el sentido de que estarian dispuestos a ser padres sustitutos si ocurriese un desastre, revela la fragili- dad de la nueva familia. Por otro lado, la idea de que los hijos actuen como padres sustitutos constituye un nuevo cuestiona- miento del mito. Esta idea, combinada con el problema de John, coloca al mito en una posicién abierta a alguna negociacién, John ya no esta solo y aislado.en su percepcién, y puede rein- corporarse a su grupo fraternal. Debate e intervencién del equipo El equipo debe llevar a cabo varias tareas sutiles durante es- te debate: ayudar a la clinica en que se efecttia la consulta a eva- luar a la familia, en lo concerniente a su terapia; prestar aten- cién a su propia involucracién con la familia; responder perso- nalmente a la familia, por cuanto esta sesién es a la vez una con- sulta y una primera entrevista. La intervencién elegida por el equipo es particularmente impresionante porque ofrece a la fa- milia una oportunidad de curarse por si sola y bloquea toda in- ducci6n ulterior de John como paciente designado. Consiste en un ritual que puede hacer innecesaria cualquier terapia futura sila familia accede a cumplirlo. Nos parece interesante sefialar que, después que la doctora Selvini hubo comunicado esta in- tervencion a la familia, John. la estreché entre sus brazos. El seguimiento indicé que la familia no volvié a presentarse en la clinica. El caso: consulta y didlogo Penn: ,Cual fue el contexto de esta entrevista? Cecchin: Nuestro equipo original entrevist6 a-esta familia en una conferencia televisada en citcuito cerrado. La madre habia lla- mado por teléfono a la clinica dos semanas antes para decir que su hijo. de diecisiete afios, John, acababa de ser dado de alta por un hospital situado fuera de la ciudad tras dos.semanas de internacion. Lo habian hospitalizado el primer dia de clase y el médico de guardia habia diagnosticado un ataque esquizo- frénico agudo. El psiquiatra que lo trat6 se habia rehusado a conversar con la familia, la cual, segin dijo la madre, no tenia la menor idea sobre el tipo de conducta que cabia esperar de John ni sobre el modo de conducirlo. Lo tnico que sabia la ma- dre era que su hijo habia sufrido una especie de colapso y lo habian medicado. Por eso habia tanta confusién con respecto aleza del problema. Penn: ;Por qué razén el doctor se negd a comunicarse con la familia? Cecchin: Eso nunca se aclar6. En el formulario de admisi6n se indicaba un posible uso de:drogas: marihuana y, quiz4, LSD. Tal vez los padres ignoraban el asunto y el muchacho pidié al doctor que no les dijera nada. También se indicaba alli que, a juicio del facultativo, la familia presionaba excesivamente al mu- chacho para que triunfara. Quizd supuso que la familia agrava- ba la situacién. Penn: ,Cémo se comportaba el muchacho desde su regreso al hogar? Cecchin: Se mostraba deprimido y angustiado; de regreso de la escuela dormia toda la tarde, y cosas de ese estilo. a 61 Penn: {Quiénes componian la familia? Boscolo: Los padres, ambos cuarentones y casados en -seguin- das nupcias, y cinco hijos: Harry, de dieciocho afios, habia ter- minado el secundario y trabajaba; Barbara, de dieciséis, atin con- curria al secundario; John, de diecisiete, que era el paciente; Donna, de doce, y Deborah, de diez. Iniciamos la entrevista bajo la impresi6n errénea de que los cinco eran hijos de la sefiora Y. cuando, en realidad, sdlo los tres mayores lo eran: Harry, Barbara y John. e Penn: {Qué sabian acerca de los padres? Cecchin: Sélo que se habian divorciado de sus cényuges ante- tiores y llevaban cinco afios casados. En el formulario de admi- sién habja una nota en la que.se decia que el ex marido de la madre era posiblemente alcohdélico y temperamental. Penn: ,Habia terapeutas vinculados al caso? Cecchin: Solo la que habia traido a la familia en consulta. Nos pidié ayuda en relacién con el diagnéstico y el plan de terapia. Dijo que la madre queria saber algunas cosas en ese sentido, especialmente acerca de la medicacién. E] muchacho habia es- tado. bajo tratamiento con medicacién en el hospital, pero ya no recibia medicamento alguno. Hoffman: ,Cuando descubrieron que los hijos no pertenecian todos a la misma madre? Cecchin: En el trascurso de la sesion. Construimos nuestra hi- potesis preliminar sobre una base errénea. Hoffman: ,;Puede explicarnos a qué llaman ustedes «hipotesis. preliminar»? Cecchin: Es ‘una conjetura acerca del sentido que tiene el pro- biema queja dentro dei contexto vincular. Ademas, como entre- vistariamos a una familia de habla inglesa, era util compartir nuestra interpretacién de las circunstancias que rodeaban el ca~ so y decidir los aspectos a que prestariamos atencién. Hoffman: jCuales les parecieron importantes? ‘Cecchin: A nuestro juicio, el-padre biolégico “sobresalia ‘en’ a cuadro general. Le atribuimos una gran importancia porque’su- Ppusimos que todos los hijos eran de él-y qué uno 0 varios. de ellos tal vez experimentaban un sentimiento de identificacién. 0 lealtad hacia él. En la reunidn previa a Ia sesién, ya teniamos algunas ideas sobre las preguntas que formulariamos: qué hijo se parecia mds al padre o cual lo extrafiaba mas. Lamentable- mente, al descubrir nuestro error, debimos modificar todas es-. tas previsiones. . 62 ENTREVISTA FAMILIAR (La psicéJoga que solicité la consulta introduce a Ja familia en el con- sultorio. Sus miembros se presentan por sf solos a los doctores Selvini y Cecchin, que ya estan sentados.) CECCHIN: Querriamos que ustedes mismos nos explicaran cudl és el problema de esta familia en este momento. ¢Quién quiere decir algo? PADRE: Supongo que el problema principal es John pero, gsabe us- ted?, es un problema que puede resolverse. CECCHIN: ¢Un problema que puede resolverse? PADRE: Creo que sf. Lo espero. Se volvid un muchacho verdadera- mente sobreexcitado y acabé en Ia sala psiquiatrica de un hospital. Es- tuvo alli dos semanas. Lo dieron de alta y regres al hospital para reci- bir parte de su ensefianza escolar, durante una semana o un poco mas. CECCHIN: ¢Le daban clases en el hospital? PADRE: Si. Tienen un maestro alli mismo. CECCHIN: ¢Cudndo ocurrié eso? MADRE: Bueno, el primer dia de clase fue cuando acabé en Ia sala Psiquiatrica. . ‘CECCHIN: ¢Dénde quedaba? MADRE: En... (Menciona una localidad.) CECCHIN: {De modo que ese era el primer dia de clase? MADRE: Era un martes, el primer martes de setiembre. Entonces lo Hevamos al hospital local. Primero fuimos a Ia guardia. El doctor nos dio Valium, nos envié de regreso a casa y nos advirtié que trat4ramos de hacerle tomar las pastillas, pero que, si habia algtin problema, lo Haméramos nuevamente. Por supuesto, John no quiso tomar nada. Ha- cia la medianoche tuvimos que telefonear otra vez'al doctor; nos dijo que lo Ilevaramos al otro hospital. Luego de eso, John estuvo interna- do dos semanas. Después, estuvo.una semana fuera del hospital y vol- vid a internarse por otra semana, sdlo para ir a clase. CECCHIN: {Qué quieren decir con eso de que estaba sobreexcitado? ~Podrian describir su estado? : PADRE: Bueno, simplemente no podia quedarse quieto; tenia qué mo- verse constantemente. Tampoco podia seguir una linea de pensamien- to y saltaba de un tema a otro. Creo que ustedes dirian-que tenia aluci- naciones. Oia voces y si el doctor decia algo que no le gustaba, él repli- caba que sabia que otra persona estaba hablando por su intermedio. CECCHIN: Pero esas cosas empezaron antes de que viera al doctor, ,no es asi? MADRE: Asi es. CECCHIN: ;Quién fue el primero en advertir este tipo de conducta? MADRE: Pues... nosotros la.advertimos... bueno, supongo que yo la adverti después de... bueno, algunos de los chicos. Harry, tui lo notas- te la noche antes de que John fuera a... SELVINI: {No ocurrié en la escuela? 63 PADRE: No; ocurrié apenas un par de dias antes de que empezaran Jas clases. MADRE: El dia antes... la noche antes, mantuvo a Harry levantado‘has- ta las cuatro de la madrugada, hablandole sobre como salvaria al mun- do. (Las nifias rien.) JOHN: No, no dije nada. MADRE: De acuerdo... A Ja mafiana siguiente, mientras se preparaba Para ir a Ja escuela, encendia un cigarrillo tras otro. «jCaramba, estés fumando mucho!», Je dije, y él respondié «Estoy un poco nervioso. Es mi primer dfa de regreso al colegio». «Vaya, después de doce afios, uno pensaria que ya te estas acostumbrando a eso», apunté, y él repli- cé «Si, pero Harry no volveré». CECCHIN: éHarry no volvia a la escuela? MADRE: No. Habia terminado el secundario y se habia empleado. CECCHIN: De modo que ese era el ultimo afio para John. MADRE: Si. Los dos se llevan once meses. Bien, John se eché a llorar y yo pensé que, tal vez, tenia un verdadero ataque de nervios. Preparo ‘Sus cosas y se fue al colegio. Esa misma tarde, a eso de las cinco -y me- dia, me telefonedé para preguntarme si podia cenar en casa de un ami- go. Normalmente comemos a Ias cinco y media, y la regla es que si alguien piensa quedarse fuera de casa, debe avisarme.con anticipacién para que yo no prepare comida de mds. Aunque me avisaba un poco tarde, le respond{ «A esta altura, también podrias quedarte alli». Re- gresé a casa cerca de las siete y media. Mi marido y yo estabamos sen- tados en la cocina, distrayéndonos con un juego de mesa, y lo.vimos venir calle abajo con un amigo; los dos charlaban y reian. John entré y ‘pregunté dénde estaba la chaqueta de jean de Harry. «¢ Vas a usarla o a devolvérsela a Harry?», le dije; su tinica respuesta fue arrebatarme Ia chaqueta y echarse a Ilorar. Entonces los dos lo llevamos al piso al- to, pensando que, evidentemente, habia un problema. Enseguida John empez6 a decir «Me. esta pasando algo, no sé qué es. Quizd sea algo bueno, quizé no. Confio en ustedes. No confio en ustedes». Desde en- tonces, siguid actuando asi. “CECCHIN: gEso ya habia sucedido antes? MADRE: No. CECCHIN: John, estas de acuerdo con lo que dijeron acerca de esta conducta? Con todo lo que dijeron? JOHN: No. CECCHIN: Antes dijiste: «Yo no dije eso». Parecias discrepar con ellos. PADRE: Oh, se referia a mantener levantado a Harry... JOHN: Yo nunca dijé nada. CECCHIN: Entonces, no era cierto que él dijera esas.cosas? ;Quién fue el primero en notar este tipo de conducta? (Dirigiéndose a Donna.) éLo notaste ti? DONNA: Si. CECCHIN: ,Al mismo tiempo que los demas? 64 DONNA: Bueno... pues... lo noté una noche en que mi novio me trajo en auto a casa, desde la escuela, y John le pidié que lo jlevara a Ja ciu- dad. El Io levé y después... no sé, me conté que John decia «Yo com- Prendo y tt no comprendes», y otras cosas por el estilo, Después de eso, empecé a notar que actuaba de manera diferente. CECCHIN: (a.Barbara) ;Lo notaste? BARBARA: Si. * CECCHIN: Alguien dijo que eso ocurrié dos o tres dias antes del co- mijenzo de las clases, zno? ;Te parece que tuvo alguna relacién con Ja escuela? BARBARA: Un dia, antes de que empezaran las clases, se puso a char- Jar conmigo. Estaba sentado sobre la congeladora, en el porche trase- To, y anunci6 que queria decirme algo. «Bueno, adelante, dimelo», le contesté, y él replicé «Pues... no puedo», y ahi nomas rompio a lorar. Trataba de decirme algo, pero no sé de qué hablaba. Simplemente, Horaba. CECCHIN: {Lloraba? BARBARA: Queria decirme algo, pero sdlo murmuré que no podia de- cirmelo, Le resultaba demasiado arduo. CECCHIN: (dirigiéndose a John) Todos han dicho que esto constituia un problema. ¢Estés de acuerdo con eso? JOHN: No sé si fue realmente un problema. CECCHIN: ¢Cémo lo ves? Yo pregunté «zCual es el problema?», y. ellos respondieron «Oh, es John». Conque dicen que tt eres un problema. éLo ves de otro modo? JOHN: En realidad, no. CECCHIN: ¢Cémo lo ves? ;Como un problema o como otra cosa? JOHN: Pues... no lo sé. Cecchin: Es interesante. La familia ya define la conducta del muchacho como insensata. Por ejemplo, la madre dijo que su- fria un ataque de nervios; el padre,-que estaba sobreexcitado y tenia alucinaciones; la hermana, que lloraba y no podia ha- blar. Se expresaban en términos sintomaticos y cada vez que yo preguntaba a John si estaba de acuerdo con lo que ellos decian, él me respondia «Pues, no sé... quizd». Hoffman: El le dijo a.la madre que estaba perturbado porque Harry no regresaria al colegio. Luego, rompié a llorar. Cecchin: Lloraba y fumaba mucho. Después fue al colegio y esa misma tarde telefoned y pregunté si podia quedarse en casa de un amigo. La madre le respondié «Deberias avisarme si no vie- nes a casa, asi no preparo un plato de mds». Evidentemente, él trataba de decir algo que nadie comprendid, y ellos clasifica- ban todas estas conductas como sintomas; uno asevera que de- 65 cia insensateces; otro, que «actuaba de manera diferente»; otro, que estaba sobrecxcitado. Hoffman: Primero dice «Yo no hacia esas cosas» y luego dice que, tal vez, las hacia. Cecchin: Lo interesante es que ante mi repetida pregunta «zEs- tas de acuerdo o no con lo que dicen?», él queda totalmente des- concertado. Ya ha entrado en este sistema, en el que es un loco incapaz de expresarse. Tampoco puede hablar conmigo. Se ha dado por vencido. Penn: En este punto de la entrevista, ,qué informacion creian tener acerca de la familia? Se entiende: «informacién», tal co- mo la definen ustedes. Cecchin: La informacién importante parece ser que Harry no volveria a la escuela. Tal vez perturbé o molesté a la familia con su decision de no ir a un college. Sabemos que el padre es un jornalero; es interesante su comentario de que John seguia algun tipo de programa escolar cuando estaba hospitalizado. Quiza John se sentia obligado a realizar algun ideal de la fami- lia en el sentido de que, por lo menos, uno de los varones reci- biera una buena instruccién. Por eso reaccioné diciendo que que- ria salvar al mundo; en realidad, optaba por no regresar-a la escuela. ENTREVISTA FAMILIAR MADRE: Ya en otra ocasi6n nos preguntaron si habiamos notado algo antes. Si miramos hacia atras, la unica diferencia que advertimos es que antes tenia mal caracter, era muy nervioso y cuando uno le pedia que hiciera algo, perdia los estribos. Este verano, si le pediamos que hiciera algo, respondia «Si», y lo hacia enseguida, o preguntaba «;Po- drian esperar un poco, por favor? Tengo otra cosa que hacer». Se vol- vid muy servicial. PADRE: Y después volvia y lo hacia. CECCHIN: Eso fue durante el verano? MADRE: Si. PADRE:;Coémo puede ir usted a ver a un doctor y decirle «A mi hijo le pasa algo malo; ahora hace lo que le piden»? MADRE: Pensamos que, simplemente, estaba madurando.. PADRE: Lo cual era una novedad, gno es asi? Sucedié durante el ve- rano, pero no antes. CECCHIN: Después que terminaron las clases? PADRE: Sf. Desde que salié del hospital y reanud6 los estudios, ha in- terrumpido toda la medicacién. Empezamos a darle esas vitaminas mil- 66 tiples y las cosas empeoraron, por decirlo asi. Dejé de tomarlas. Lue- 80, fue como si invirtiera totalmente su conducta. Empez6 a pasarse el dia durmiendo. Vuelve del colegio y duerme hasta la hora de cenar; Jo hacemos levantarse para la cena y a las siete y media esta otra vez en Ja cama. CECCHIN: {Quien era servicial antes de que John Io fuera? Hoffman: ;,Qué trata de hacer aqui? Cecchin: Nosotros solemos ir tras alguna palabra o frase que usa la familia. Aqui pregunto qué otro miembro de ella era ser- vicial. Por ejemplo, el padre dijo que John estaba sobreexcita- do y nosotros preguntamos «;Qué quiere decir con eso?». Nunca aceptamos al pie de la letra una descripcién de esta indole sino que preguntamos quién lo nota y a quién perturba mas. Ellos dicen que John es un problema; nosotros inquirimos «jEn qué sentido es un problema para ustedes?». De este modo tratamos de convertir estas cuestiones referentes a su enfermedad en cues- tiones de relacién. Penn: Es como si procuraran definir qué coalicién existe en torno de ese tema. Cecchin: Mas que la cuestion de la coalicién nos interesa la cues- tién del mensaje. {Qué tipo de mensaje es la enfermedad? éQuién recoge el mensaje? ,Cdmo reaccionan ante él? ;Por qué usan el término «sobreexcitado»? Qué quieren decir con eso? 4Cémo definen «servicial»? Todas estas Seclaracones parecen otros tantos cuchillos. Hoffman: En todas sus afirmaciones parecen definirlo como «enfermo». Cecchin: Si; «servicial» es sinénimo de enfermo, «sobreexcita- do» es sinénimo de enfermo... El muchacho es atacado por to- das estas personas que tratan de ponerle rétulos. Asi se llega un punto en que hasta el hecho de ser un buen muchacho cons- tituye un rétulo. Por consiguiente, uno ya no es mas un ser hu- mano sino un mero rétulo. Penn: John acaba por aceptar esos rétulos. Cecchin: Esta desorientado, no sabe qué hacer y casi llora. Hasta ser servicial es un rétulo. . Boscolo: Por eso el terapeuta pregunta quién mas es servicial. Hoffman: Para tomar el rétulo y diseminarlo. Boscolo: Si. Se interroga a todos los hijos y, de este modo, se los pone a todos en el mismo nivel. Penn: También rescatan al paciente de la posicién de ser distin- to de los demas. 67 Cecchin: Adviertan que todos rien cuando hablan de la-actitud servicial de John. El nunca deberia ser servicial, no es asi? Hoffman: Es una especie de chiste: «Te estas comportando tan bien que debes estar enfermo». Cecchin: Uno tiene la impresion de que esta familia es un tanto extrafia. Los padres dicen «Si quieres ser bueno, debes rebelar- te contra tus progenitores». Prescriben la rebeldia espontanea. Boscolo: Aqui hacen algo mas. Los padres rien cuando hablan de lo servicial que es John, pero no rien cuando los otros hijos son serviciales. Con el tiempo, esta diferencia puede amplificarse cada vez mas. Hoffman: Al final, John es cada vez mas servicial, mas dispuesto a cooperar, hasta que llega un momento en que empieza a ha- - blar de salvar al mundo. . Boscolo: Una vez que la rotulacién ha sido aceptada por la fa- milia, todas las conductas son referidas a ella. Por ejemplo, a John lo ven bajo el rétulo de «enfermedad». Puede ser o no servicial; puede ser cualquier cosa que a ustedes se les antoje. La enfermedad se convierte en el marcador contextual para su conducta. Los otros hijos, si bien estan en el mismo nivel desde el punto de vista jerarquico, tienen otro marcador contextual: son sanos, y toda su conducta se juzga teniendo en cuenta ese estado de sanidad. La diferencia se amplificara con el tiempo, por lo que creo que, en este sentido, el terapeuta hace algo im- portante: reduce esta diferenciacién creciente entre John y los otros hijos por el recurso de escoger una-conducta (cooperar) y colocar a los demas hijos dentro de Ja misma categoria: «Us- tedes dicen que John coopera. ,Y qué tal los otros? ,Cooperan mas 0 menos?». Cecchin: Siempre me ha impresionado el poder de la rotulacién: «Eres servicial», «Eres bueno», «Eres malo». Es como si nos asignaran un papel en una obra teatral y no pudiésemos zafar- nos nunca de él. Si usted. dice «Me llevo bien con mi hijo; nos divertimos juntos», esta expresando una relacién; pero si dice «Mi hijo es inteligente», utiliza palabras para matar la relacién. Si queremos sacar ese tipo de sistema desu atascamiento, debe- mos introducir un proceso que ayude a las personas a-apartarse de los rétulos... tanto de los negativos como de los positivos. Penn: Es cierto que si se le pone un rétulo a un nifio en sus pri- metas situaciones de aprendizaje, tildandolo de listo 0 de esti- pido, ese rétulo se amplificara con el tiempo. El rétulo es un contexto para comprender todas las conductas del nifio. 68 Cecchin: Por ejemplo, si el nifio rotulado como «esttipido» ac- tia con inteligencia, diran que obr6 as{ por intuicién o por ca- sualidad; con esto se le quita toda posibilidad de ser inteligente. Si lo creen inteligente y comete una estupidez, diran que traté de no manifestar su inteligencia porque es demasiado timido, 0 algo por el estilo. El nifio no puede salir de esa rotulacién. Boscolo: Pero hay algo mas. Cuando una diferencia empieza a amplificarse, como en este caso, el experto que interviene tiende a agrandarla todavia mds por medio de rétulos psiquiatricos, medicaciones y otros mensajes que perpettian la amplificacién. Por eso es tan frecuente que la intervencién terapéutica agrave los problemas en vez de resolverlos. Hay una teoria segiin la cual hacen falta tres generaciones para producir un esquizofrénico. Y bien, hay que ampliar esta teoria y decir que hacen falta tres generaciones y un psiquiatra que provea el rétulo. Penn: Y una institucién que respalde al psiquiatra. Cecchin: Pero no se puede culpar al psiquiatra, porque él es parte de un sistema que busca a alguien que lo ayude a hacer lo que se supone que debe hacer. Hoffman: Usted quiere dar a entender que un psiquiatra es una suerte de acusador sistémico. Cecchin: En cierto modo, si. Pero este negocio de dispensar r6- tulos es una cosa grave. Hay personas que venden cuatro o cin- co diagnésticos por dia y se ganan la vida con eso. No podemos decir que sean malas, porque hay millones de individuos deseo- sos de comprarselos: Boscolo: E] psiquiatra no es el anico que rotula a la gente. Co- mo ustedes pueden ver, en esta entrevista la familia se entrega a ‘una verdadera parranda de rotulaciones. Penn: La gente busca los rétulos cuando se siente perpleja. Al * comienzo de esta enfermedad, hay una gran incertidumbre en la familia con respecto a John. Esta enférmo porque tiene ata- ques de nervios o porque esta sobréexcitado? ,La causa es el cigarrillo.o son las drogas? La terapeuta que presenté el caso dijo que la madre queria tener un diagndstico; queria saber si el muchacho era o no esquizofrénico. Si lo era, ,debian medi- carlo o no? Dentro del sistema existe una necesidad enorme de proponer rétulos, porque eso proporciona una orientacién, un sentido, a algo que, por mal comprendido, resulta aterrador. Cecchin: Pero hay que encontrar un sentido que no encasille a Jas personas ni las encierre bajo Ilave. Aqui existia un fuerte vinculo entre los hermanos varones. Se podria haber propuesto 69 que la familia organizara un ritual en torno de su separacién. Boscolo: En vez de eso, ustedes tuvieron otro tipo de ritual: el del psiquiatra que entra y proporciona un rétulo. Cecchin: Lo malo de estos rotulos no esta en ellos mismos sino en que son eternos; rigen por tiempo ilimitado. Seria interesan- te contar con algin tipo de rotulacién temporaria. Hoffman: Eso sé habria conseguido si se asignaba a los herma- nos varones un ritual que marcara su separaci6n. Ese tipo de ritual tiene por objeto reintroducir el factor tiempo; asi, a la . larga, los hermanos habrian podido seguir cada cual por su ca- mino independiente. En cambio, de este modo, el hermano «sa- no» se queda porque le preocupan los problemas de su herma- no «enfermo». ENTREVISTA FAMILIAR MADRE: Bueno, nunca habiamos tenido problema alguno. CECCHIN: Usted dijo que John era un muchacho muy nervioso... PADRE: Si yo le decia «Corta el pasto», pero él queria salir con sus amigos, preferia irse con ellos. MADRE: Cortaria el pasto. PADRE: Si, lo haria, pero bajo protesta. SELVINI: Pero usted dijo que en el verano fue mds servicial. gY qué me cuenta de Harry? ;Era servicial? MADRE: Harry siempre ha sido bueno. PADRE: Siempre ha sido bastante bueno. MADRE: Creo que no serian normales:si... PADRE: Son muchachos normales. SELVINI: Era mas servicial que John? PADRE: Por lo general, si. SELVINI: Por Jo general, es mds servicial. MADRE: Ademés, por lo general, solemos sentarnos a conversar, man- tenemos debates familiares y, a veces, nos pasamos horas séntados, char- Jando sobre temas intrascendentes. John nunca ha sido verdaderamente capaz de tolerar ningun tipo de critica, constructiva o no, de modo que se marcha. CECCHIN:

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