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TEMA 1 : LA SOBERANIA
Muchas veces nos asalta la duda acerca de si una determinada persona tiene competencias sobre esto o sobre lo otro, esto es, si
cuenta con las atribuciones para decidir sobre algo puntual. En el colegio, cuando los alumnos cuestionan las decisiones
disciplinarias o académicas de un profesor señalan "¿con qué derecho?", o "¡no tiene derecho a...!". Lo que están cuestionando en
el fondo es su autoridad o la capacidad de mandar, que en teoría política se denomina soberanía. Este concepto lo entendemos
como el poder para tomar decisiones, ejercido por una persona singular o colegiada, a la que se le reconoce la competencia para
decidir y la capacidad para hacer cumplir las decisiones que toma.
Desde el punto de vista jurídico, se puede definir la soberanía como la facultad que tiene el Estado para tomar decisiones y
hacerlas ejecutar dentro del territorio, como asimismo para relacionarse en un plano de igualdad jurídica con los demás estados.
TEORIAS DE LA SOBERANIA
En el intento por precisar en quién reside la soberanía, cuál es su principio y en qué se fundamenta, así como la legitimidad del
ejercicio del poder estatal, se han desarrollado diferentes teorías explicativas. En ellas podemos apreciar cómo varía el concepto
de soberanía de acuerdo a los contextos históricos que dieron origen a cada modelo.
Surgida en el siglo XVII, la teoría del Derecho Divino de los reyes, planteaba que la soberanía emanaba de Dios, quien la depositaba
en el monarca, que era considerado su representante en la Tierra. Esta teoría fue sostenida principalmente por los pensadores
franceses Bodino y Bossuet, y sirvió de fundamento teológico para sostener y validar a las monarquías absolutas.
En este modelo de gobierno se consideraba que la palabra del rey era ley, aunque esta no alcanzara al monarca. En la persona del
rey se concentraban todos los poderes del Estado: como los súbditos debían obediencia ciega a su rey, no cabía cuestionar las
determinaciones de la Corona; todo acto de insubordinación o desobediencia era sancionado por el poder político, lo cual se veía
respaldado a su vez en la noción de pecado que imponía el poder eclesiástico. El máximo exponente del absolutismo, donde el
monarca era la personificación de la soberanía, fue el rey Luis XIV de Francia, a quien se le atribuye la célebre frase "el Estado soy
yo".
Este planteamiento surge como contrapartida a la teoría del Derecho Divino, y es desarrollado por Santo Tomás, los teólogos de la
Escuela de Salamanca y, posteriormente, por la Doctrina Social de la Iglesia. Sostiene que el poder emana de Dios, quien lo
deposita en el pueblo y este determina quién debe ejercerlo.
Esta teoría, formulada inicialmente por Juan Jacobo Rousseau en El contrato social y desarrollada en el curso de la segunda mitad
del siglo XVIII a partir de los planteamientos de la Ilustración, representa una reacción crítica ante la monarquía absoluta por
considerar que este régimen atentaba contra los derechos del hombre. Como contrapartida al absolutismo, sostiene que el poder
de mando del gobernante emana de la unión de las voluntades individuales mediante un contrato. Según esta concepción, la
soberanía emana del pueblo, el cual para poder vivir en sociedad estructura un pacto, a través del cual la comunidad de hombres
libres (cuerpo político) toma las decisiones por mayoría, lo que representa la voluntad general. Dado que no es posible la
democracia directa, Rousseau acepta la democracia representativa, en la que el cuerpo político elige a sus representantes, los que
toman las decisiones en su nombre. En caso de que el mandatario no cumpliese con esa función, el pueblo tiene el derecho a
revocar la delegación del ejercicio de la soberanía, deponiéndolo y eligiendo a otro representante.
La teoría de la Soberanía Popular servirá de inspiración a la revolución francesa (1789), a la independencia norteamericana (1776)
y a los movimientos independentistas latinoamericanos ocurridos durante el primer cuarto del siglo XIX.
Esta teoría también se elaboró durante el siglo XVIII y tuvo como principal representante al francés Emmanuel de Siéyes, quien la
enunció en su obra ¿Qué es el Tercer Estado? (1788). Se diferencia de la teoría de la Soberanía Popular, al suplantar el concepto
social de "pueblo" por el concepto jurídico de "nación". Como su nombre lo indica, postula que la soberanía encuentra su fuente en
la nación, la cual es concebida como una persona moral que se organiza política y jurídicamente en el Estado. La nación, que es
depositaria de la soberanía, delega su ejercicio en representantes que gobiernan en su nombre.
Las teorías de soberanía popular y nacional presentan importantes diferencias en cuanto al tipo de sufragio, al mandato y la
capacidad de ejercer control sobre los representantes. En tanto que la teoría de la Soberanía Nacional se estructura en base al
sufragio censitario (votan sol o aquellos que tienen cierta cantidad de bienes o ingresos), el mandato representativo y la ausencia
de control de los representantes por parte del pueblo, la teoría de la Soberanía Popular se estructura a partir del sufragio universal,
el mandato imperativo y el control que ejerce el pueblo sobre sus representantes.
Tema 2 : GOBIERNO
El gobierno hace referencia a un grupo de individuos que comparten una determinada
responsabilidad en el ejercicio del poder y son depositarios de una autoridad legítima; protegen y
dirigen, tomando y ejecutando decisiones que satisfagan las necesidades de la comunidad política.
Podemos definir el concepto de gobierno como el conjunto de poderes del Estado que rige la vida
política de una nación, siendo estos poderes el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
También se entiende por gobierno al conjunto de magistraturas públicas encargadas de dirigir y orientar la acción del
Estado hacia el bien común, mediante el ejercicio de la soberanía. En esta definición queda de manifiesto que los
gobernantes poseen el mandato de orientar y dirigir la acción del Estado, para lo cual disponen de la autoridad y la
legitimidad para mandar y el poder o la fuerza para hacerse obedecer por la sociedad civil, atributos que están
consagrados constitucionalmente.
A partir del siglo XVIII, desde que Montesquieu enunció su teoría de separación de los poderes del Estado en la
obra El Espíritu de las Leyes, se considera que en el gobierno debe existir una clara separación de los poderes.
Este planteamiento surgió como una reacción ante el poder ilimitado que detentaban los reyes absolutistas y con
el tiempo se ha consolidado como un elemento definitorio en las modernas concepciones de gobierno.
• La función ejecutiva es la ejercida directamente por el Presidente de la República y por los funcionarios en
quienes este ha delegado algunas de sus atribuciones, como los ministros que conforman su gabinete y sus
representantes en el gobierno regional y provincial.
• La función legislativa radica en el Parlamento, un organismo colegiado y representativo de la voluntad
nacional, que en Chile corresponde al Congreso Nacional (de carácter bicameral, integrado por senadores y
diputados). El contenido de la función legislativa es la ley. orientada al bien común o aun fin público.
• La función judicial es cumplida por los Tribunales de Justicia, los que tienen a su cargo la resolución de
conflictos jurídicos y la sanción de delitos o infracciones cometidos por los habitantes del país. sean estos
nacionales o extranjeros, conforme a lo señalado en la legislación vigente.
Ahora bien, si el monarca solo desempeña las funciones de jefe de Estado, de carácter formal y protocolar,
estamos en presencia de una Monarquía Parlamentaria. En este sistema, el rey se constituye en el símbolo de la
nación y su papel es más bien representativo, ya que las responsabilidades ejecutivas recaen sobre el jefe de
Gobierno o Primer Ministro, quien da cuenta de su gestión al Parlamento, y debe además contar con el apoyo de
la mayoría de los legisladores para poder ejercer sus funciones.
Ejemplos característicos de monarquías parlamentarias actuales encontramos en el gobierno español, donde el
rey Juan Carlos es jefe de Estado, y Zapatero es Primer Ministro, y en la monarquía inglesa, donde la reina
Isabel II es jefa de Estado y Tony Blair es el Primer Ministro.
La República es la forma de gobierno más extendida en el mundo actual. En ella el jefe de Estado y
las demás personas que ejercen el poder, son mandatarios que han recibido el ejercicio de la
soberanía por parte de la nación. Esto explica que al Presidente de la República se le llame también primer
mandatario. Aparte de la división de poderes y la autonomía del poder judicial, esta forma de gobierno se caracteriza
por el poder temporal y responsable que detentan los mandatarios. Estos asumen su magistratura por el período
contemplado para ello en la constitución de cada país, y responden jurídica y políticamente de los actos realizados en
el ejercicio de su mandato.
Los orígenes de la República como organización político-social se remontan a algunas polis de la antigua Grecia,
como Atenas, y más tarde a Roma, en el período que media entre la expulsión de los etruscos y la implantación del
Imperio (509-31 a. de C.). Sin embargo, es preciso señalar que en ambos casos no hay más que un alcance de
nombre o coincidencia de términos: aunque en estas experiencias de gobierno se sentaron las bases de la República,
solo con desarrollos posteriores se llegaría al concepto republicano actual. Si bien este modelo de gobierno germinará
como tal solo en el siglo XVI -con la crítica a la monarquía y la doctrina de la soberanía popular-, ya en las primeras
ciudades italianas es posible encontrar efímeras repúblicas a fines de la Edad Media.
Aunque en los gobiernos de Venecia y Florencia aparecen claros rasgos republicanos, las primeras organizaciones
políticas que merecen este nombre son la instaurada en Estados Unidos, con la Constitución de 1787, y la
implantada en Francia en 1793, tras la caída de Luis XVI. La expansión de las ideas liberales y socialistas, junto a la
necesidad de organizar la vida política de los países americanos que recién se independizaban, contribuyeron a
afianzar el modelo republicano a lo largo del siglo XIX.
En el siglo XX, tras la crisis de la Monarquía, la República se impuso como gobierno democrático en muchos países
europeos. También surgieron las repúblicas socialistas, que pretendieron anular el carácter burgués del régimen
republicano y derivaron hacia regímenes totalitarios de partido único.
Teniendo en cuenta esta evolución histórica, es posible distinguir entre República Aristocrática y Democrática. Aun
cuando hoy en día esta distinción no es operativa para describir la realidad política actual (ya que el concepto
contemporáneo de República lleva implícito la noción de Democracia), resulta ordenador conocerla para aclarar los
conceptos desde su origen.
a) Cuando una minoría goza de los derechos políticos estableciendo un régimen oligárquico (gobierno de unos
pocos), rige una República Aristocrática. Este tipo de gobierno tuvo nuestro país durante la República Conservadora
(1831-1861), ya que la Constitución de 1833 establecía una forma de sufragio restringido a la posesión de bienes,
denominado sufragio censitario.
b) Si, por el contrario, es la mayoría la que goza de los derechos políticos o ciudadanos que le permiten participar en
el gobierno de su nación, estamos ante una República Democrática.
Las Repúblicas Democráticas se distinguen a su vez, de acuerdo a quién o quiénes ejerzan la soberanía.
En los gobiernos directos son los ciudadanos los que ejercen la soberanía por sí mismos, como en el caso
de las antiguas polis griegas; en los gobiernos semidirectos, los ciudadanos eligen a sus representantes para que
ejerzan soberanía, reservándose el derecho a participar en la toma de decisiones a través de los referéndum y de los
plebiscitos, como es el caso de los cantones suizos, donde la ciudadanía tiene un alto grado de participación en las
decisiones políticas por medio del sufragio; en los gobiernos representativos, por último, los ciudadanos eligen
periódicamente a sus representantes o mandatarios, delegando en ellos el ejercicio de la soberanía; los mandatarios
pasan a representar a toda la nación y no solo a sus electores. Si bien en este tipo de gobierno también existe la
posibilidad de decidir en plebiscito, este se realiza solo cuando se deben tomar decisiones fundamentales, como sería
la aprobación de una nueva Constitución, o por iniciativa de los propios gobernantes, cuando se presentan conflictos
entre los poderes del Estado.
En el gobierno republicano podemos reconocer dos modalidades o sistemas de organización del Estado, de acuerdo a
quién o quiénes ejerzan las funciones de jefe de Gobierno y jefe de Estado, y a quién o quiénes controlen la actuación
del gobierno. Siguiendo estos criterios, podemos distinguir entre repúblicas parlamentarias y repúblicas
presidenciales, sin perjuicio de la existencia de otras, como son las repúblicas semipresidenciales (Francia,
Portugal, Finlandia), y repúblicas directoriales (Suiza).
- Las funciones de jefe de Estado y de jefe de Gobierno recaen en una misma persona: el Presidente.
-Los ministros de Estado están sujetos a la confianza del Presidente de la República y son responsables frente a él.
Como es facultad de Presidente designarlos, es él mismo quien está capacitado para remo verlos de sus funciones.
-El Parlamento posee funciones legislativas y de fiscalización de lo actos del poder ejecutivo. En nuestro país, la
Cámara de Diputados e la encargada de fiscalizar los actos del gobierno. Para ello puede solicitar antecedentes al
gobierno, y hacer observaciones al Presidente d, l a República cuando lo estime pertinente; además debe resolver la
acusaciones en contra del Presidente, ministros de Estado, intendentes y gobernadores.
La forma de gobierno del Estado chileno corresponde a una República democrática Presidencialista.
Tema 3:REGIMENES AUTORITAIOS Y TOTALITARIOS
En términos generales, podemos decir que los regímenes autoritarios o
totalitarios se desarrollan cuando la democracia se torna inefectiva y se debilita
internamente. En estas circunstancias, las crisis sociales y económicas,
sumadas al desgaste del orden institucional y al surgimiento de grupos
antidemocráticos, actúan como factores desestabilizadores, que favorecen la aparición de gobiernos de
este tipo, en los que el control ilimitado del poder estatal es ejercido por un individuo, una camarilla o
un grupo pequeño.
Tanto en los regímenes autoritarios como en los totalitarios, se sobredimensiona el rol del Estado,
privilegiando los intereses de este por sobre los derechos de las personas.
b) El totalitarismo es una forma de gobierno propia del siglo XX, que ha involucrado ideologías
tanto marxistas (en la URSS) como fascistas (la Italia de Mussolini), ya que en ambos casos se
busca el control absoluto de todas las actividades humanas a través de la ayuda de los
instrumentos que proporcionan la tecnología de las comunicaciones, del transporte y de los
armamentos. El totalitarismo requiere de un complejo sistema coercitivo y represivo; en países en
vías de desarrollo a veces ha aparecido reproduciendo algunos de sus procedimientos, pero como
estos no cuentan con la tecnología adecuada para obtener un control absoluto del país, han
pretendido acceder a ella a través de un vigoroso impulso de la industrialización.