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EDITORIAL
El tema de la equidad en la educación es un tema de derechos humanos y de justicia social del cual
ningún gobierno debe sustraerse. El concepto de equidad educativa permite ir más allá que la noción
de igualdad para ir hacia más justicia. Tradicionalmente se consideraba que lo que era igual era justo.
No siempre es así, pues no todos necesitan lo mismo para desarrollarse integralmente y en función
de sus propias demandas y necesidades.
Se requieren más políticas de discriminación positiva que amplíen los esfuerzos para ofrecer mejores
oportunidades de educación a nuestros niños, niñas y adolescentes de los sectores más
empobrecidos y que carecen de los recursos más elementales para acceder a una educación de
calidad tal como lo concibe la UNESCO.
Una estrategia probada por sus exitosos resultados para llegar a esos sectores es a través de
Proyectos de Innovación, que constituyen un excelente medio para mejorar la calidad educativa a
partir del esfuerzo concertado de la comunidad educativa: Docentes, directivos, estudiantes, padres
de familia y organizaciones de la sociedad civil.
Los proyectos innovación educativa que actualmente se vienen ejecutando en nuestro país por
iniciativa de organismos del estado, de la sociedad civil y del mundo empresarial, con gran éxitos en
muchos casos, son la mejor prueba de que sí es posible mejorar la calidad educativa desde los
sectores más pobres. Ahí están las experiencias del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación
Peruana en desarrollo de capacidades comunicativas y del Banco Continental en la producción de
textos contextualizados para desarrollar la comprensión lectora, entre tantas otras experiencias.
Por otra parte, si estas experiencias y proyectos son debidamente sistematizados y compartidos,
pueden aportar a la educación peruana valiosos modelos de enseñanza-aprendizaje en el marco de
una educación de calidad. Esperemos que así sea y se sumen más entidades a estos esfuerzos por
darle a la educación pública del Perú la calidad que por justicia se merece.
Wilfredo Rimari Arias
Este proyecto tiene como promotores a los docentes Cecilia Maribel Ríos Garabito, Carlos Bladimir
Avendaño Guarnizo, Carmen Victoria Jiménez Quinde y Alicia Calle Troncos, y como participantes a
todos los docentes y alumnas de la Institución Educativa.
El proyecto se realiza con la finalidad de elevar el rendimiento académico de las alumnas, así mismo
crear una conciencia ambientalista que ayude a la valoración, el cuidado de un ambiente saludable
dentro de la Institución y la Localidad como parte del proceso formativo y buscando soluciones a los
problemas ambientales que se vienen generando a nivel local, regional, nacional y mundial, y que
conlleve a la identificación con nuestro medio ambiente dentro de la Institución y la comunidad.
Hoy en día las actividades que realiza el hombre como: la industria, la explotación minera, tala de
bosques, producción y utilización de agroquímicos, polímeros, hidrocarburos, etc. producen una
fuerte contaminación ambiental, desertificación de suelos, cambios climáticos, desequilibrio de los
ecosistemas, los cuales traen como consecuencia los hacinamientos humanos y la reducción de los
espacios ecológicos cómo es el caso del incremento de basura que se encuentra expuesta en la vía
pública, que causan enfermedades y epidemias. Es por esta razón que los docentes y alumnas de la
Institución Educativa vienen impulsando el desarrollo de actividades ecológicas para el cuidado
conservación y preservación permitiendo el beneficio de las condiciones ambientales dentro de la
Institución y la localidad.
DÍA DE LA TIERRA
“La tierra espera tu colaboración, ella desde que naciste te proporciona el aire que respiras, el agua
que apaga tu sed, el alimento que te mantiene, la vivienda que te protege. ¿Y tú que le ofreces como
pago?”
En el mes de junio y en el marco del día mundial del ambiente realizarán el “I juego floral 2009” y un
“Conversatorio sobre la problemática ambiental en Ayavaca”, así como un “concierto de Trova” que
tendrá como tema eje la defensa del medio ambiente; y la “Creación de la feria ecológica” para el 24
de junio.
En los demás meses tienen como actividades: “Visita al bosque de Yantuma”, “Programas radiales”,
“Encuentros ambientalistas con otras instituciones y Exposición de videos”, “Visita al bosque de
neblina de Cuyas y a los Páramos de Ayavaca”.
RESULTADOS ESPERADOS
Acciones como estas, deben ser emuladas por las demás instituciones educativas de todos los
niveles en la Provincia, Región y país, para así contrarrestar el calentamiento global y asegurar un
planeta donde practicar el buen vivir, porque otro mundo si es posible.
CONTENIDO
Un principio comúnmente aceptado es que ante la Ley todos somos iguales, al margen de las
condiciones sociales, económicas y culturales de cada quien. No importa si una persona es pudiente
o pobre, procede de un pueblo ribereño o urbano, sea mujer o varón, alfabeto o analfabeto, el hecho
es que ante la ley todos tenemos las mismas prerrogativas, más allá de que en la práctica aquello no
funcione realmente. Pero, por lo menos tal entendimiento es como un cheque por cobrar, cobrable,
que más temprano que tarde debe hacerse efectivo en forma total.
Igualmente, se podría considerar como medio igualador de las personas al logro de la competencia
que te habilita acceder al conocimiento codificado existente ya sea en formato científico, literario o
artístico. Dicho de otro modo, la capacidad de conducirse en los laberintos del saber letrado con
cierta destreza. En tanto que una persona no tenga problemas para entender el lenguaje escrito, y, a
la vez, puede hacer uso de ella, hay más seguridad de que, al margen de ciertas determinaciones
humanas, podrá relacionarse de igual a igual con cualquier individuo del orbe, y no solo del ámbito
nacional. El conocimiento es universal y su interpretación no depende de arbitrariedades personales
sino de la lógica de la razón y la objetividad. Una operación aritmética arroja el mismo resultado en
cualquier lugar del planeta, no importa que suceda en la china o en Holanda, o en cualquier otro país.
Equivalentemente, el goce estético no tiene frontera, al igual que el literario.
Es por ello que creemos que la tarea principal de la escuela es garantizar que un o una estudiante al
término de sus estudios básicos esté habilitado para entrar al mundo del conocimiento, de modo que
pueda extraer las respuestas a los problemas que la realidad le planteará, sean éstos laborales,
académicos o culturales.
Hay saberes que se pueden aprehender en distintos ámbitos y no sólo en la institución escolar. Por
ejemplo, la dimensión valorativa y actitudinal de las personas se gesta en plena interacción en la
comunidad y el entorno. La escuela por sí sola no puede garantizar que una persona sea virtuosa. Es
más, una persona puede desarrollar una extraordinaria nobleza fuera de la influencia del centro
educativo. Pero, quiérase o no, los escolares, especialmente, los que proceden de ámbitos sociales
deprimidos, sólo en la escuela podrán llegar a dominar la competencia lectora, pues su entorno
familiar y social no tiene cómo hacerlo, por obvias razones.
Y, aquí hablamos de una aptitud lectora que exige más que saber silabear las palabras. O, que va
más allá de interpretar mensajes simples como los que se leen en algunos periódicos populares.
Inclusive, que supera la lectura superficial y fragmentada de las separatas, utilizada ampliamente en
muchas universidades nacionales y privadas, lo cual afecta la calidad de los profesionales que
egresan de sus aulas. En realidad, nos referimos a la capacidad de poder manejar información
especializada, compleja y vasta, que requiere de un riguroso entrenamiento lector.
Por todo ello, la escuela tiene que constituirse como esencialmente desarrolladora de la lectura, de la
producción escrita, y de la habilidad para poder comunicar fluidamente las opiniones, lo que se
puede definir, en general, como competencia comunicativa.
Ubicar esta macro habilidad como centro de la actividad escolar modifica los roles y las funciones
que deben realizar docentes, y las autoridades de todos los niveles de gobierno. Según las instancias
1
Ver: http://vocesdevida.blogspot.com/
Adicionalmente, la institución educativa puede establecer la lectura obligatoria de una serie de títulos
en todas las áreas y grados. De esta forma, tendríamos estudiantes en las escuelas públicas con un
amplio recorrido lector, y habituado a interactuar con una diversidad de textos. Cualquier egresado de
la educación básica regular puede fácilmente haber leído alrededor de cien textos como mínimo, lo
que significa participar de antemano de un extraordinario universo cultural, que será fundamental
para, luego, orientarse con solvencia en las siguientes etapas de la vida.
Es cierto que una persona no se forma automáticamente por la información que posee. Podemos
reconocer a muchos a los que se podría considerar individuos instruidos que, literalmente, han
hundido al país. Pero, es evidente que una persona informada, habilitada para aprender en forma
permanente, pueda resolver sus problemas con un mejor conocimiento de causa, a la par de ser
sujeto de desarrollo económico. En este sentido, la comprensión lectora es nada más y nada menos
que la caña de pescar, y no el pescado, como se diría utilizando los términos de aquel antiguo
precepto.
Desde luego, es posible conseguir logros respetables en el aspecto comunicativo en las instituciones
educativas públicas. Sólo se necesita el apoyo concreto de las autoridades, especialmente en la
dotación de textos literarios y científicos. El Estado debe compensar, a través de la institución
educativa, las desigualdades socioeconómicas que restan las condiciones de educabilidad de la
población. Hay recursos económicos disponibles. Las autoridades han mostrado innumerables veces
que cuando quieren sacar adelante un proyecto lo hacen, incluso transgrediendo las buenas
costumbres. Por tal razón, la sociedad civil debe exigir con más fuerza la reorientación del gasto
fiscal: inversión en los centros escolares, principalmente, en el fortalecimiento de las capacidades
docentes y en la dotación de materiales de trabajo para la lectura.
La escuela no puede hacerlo todo. Pero, centrándose en torno a las competencias comunicativas,
contribuirá enormemente a la tarea de generar condiciones humanas que igualen a las personas en
lo que se refiere a oportunidades educativas que, a la postre, serán fundamentales para generar
bienestar en la población.
CONTENIDO
La herramienta principal del coach son las preguntas poderosas (que en educación llamaríamos
"peguntas generadoras") que formula al cliente para que éste descubra sus posibilidades y realice
acciones de cambio que le acerquen a sus metas. El coach no dice qué hacer, no receta fórmulas ni
soluciona problemas; sólo hace preguntas. Con estas preguntas, el coach, 1) muestra el camino en el
que el cliente se halla; 2) ayuda a descubrir las opciones posibles y a tomar una nueva dirección; 3)
ayuda a persistir en el cambio. (O'Connor, Joseph, 2004).
El coaching es, pues, una metodología para el cambio y el coach un facilitador de procesos de
cambio en las personas. Y como en cualquier otro enfoque moderno de facilitación, el coach se
abstiene de opinar, dar respuestas o proponer soluciones. Es la persona la que decide el camino a
seguir, al igual que en un proceso de trabajo en grupos tradicional, es el grupo mismo el que define
sus conclusiones. El coach es tan solo un facilitador pedagógico del proceso de cambio. Pero a
diferencia de los procesos de facilitación de trabajo en grupos ya conocidos, el coaching se enfoca
claramente en los individuos (aún si es un coaching grupal o empresarial), en su potencial, en sus
sueños y metas. John Whitmore, uno de los autores más reconocidos en este campo, lo define como
"el método para mejorar el rendimiento de las personas".
¿Por qué acudir a un proceso de coaching? La respuesta de Joseph O'Connor y Andrea Lages es
cautivante: "El coaching es un juego de apuestas altas: nada menos que la felicidad. La gente acude
al coaching porque quiere ser feliz o más feliz" (Coaching con PNL. Guía práctica para obtener lo
mejor de ti mismo y de los demás. Barcelona, Ediciones Urano, 2005). Pero no es una terapia, como
suele confundirse, en donde un psicólogo profesional analiza a un paciente; ni es un proceso de
tutoría o mentoring, en donde alguien "mejor" que uno le orienta por el camino a seguir.
Se dice que el proceso de coaching está soportado en tres ideas básicas, como las tres patas de un
taburete: objetivos, valores y creencias. Primero, el coaching se centra en lo que el cliente desea y en
cómo conseguirlo; segundo, el coach estimula al cliente a conocer sus valores y vivirlos en el logro
de sus objetivos; y tercero, el coach cuestiona las creencias limitadoras que impiden al cliente a
conseguir sus objetivos y a vivir sus valores.
Una gama de herramientas simples pero efectivas ayudan a llevar al cliente a través de un proceso
de introspección, mediante el cual descubrirá los valores y creencias que están detrás de sus
objetivos. La rueda de la vida, la rueda de valores, las metas increíblemente poderosas, entre otras,
son los utensilios típicos de un coach experimentado.
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Publicado en Boletin REDEM, 31/07/09. Ver:
http://www.redem.org/boletin/boletin310709g.php
Liderazgo educacional
Y es desde este enfoque hacia el liderazgo en donde podemos encontrar un punto de llegada
nutritivo para el coaching. Con métodos de coaching podemos construir liderazgos educacionales
como los que propone Jay Robertson.
Una implementación práctica podemos verla, entre muchos ejemplos posibles, en el modelo que
propone Pelayo Arango (de la Asociación Española de Coaching y Consultoría de Procesos). "A
menudo en el centro educativo no existen muchos profesionales a los que se pueda recurrir en
demanda de ayuda. La mayoría de las ocasiones, los alumnos no poseen una gran interacción con el
equipo docente, el equipo docente no la tiene, a su vez, con los padres y estos buscan
desaforadamente la implicación de sus hijos en el Proyecto Educativo del Centro. El coaching
educativo pretende descubrir el talento de los seres humanos implicados en dicho proyecto para así
mejorar y optimizar su desarrollo personal y profesional". De tal modo, un proceso de coaching
aplicado a la escuela tendría la siguiente estructura:
Coaching Familiar. Formación de padres y madres implementando las herramientas del coaching
para que les ayude en la misión de educadores.
Son muchas las posibilidades y variantes que ofrece el método del coaching cuando se aplica a la
educación, y puede conectarse fácilmente con ideas pedagógicas modernas, muy en boga en la
educación latinoamericana.
HABLEMOS DE COACHING
Chiavenato (2004), al tratar el Coaching como estrategia esencial para la cuestión del talento
humano, señala la labor actual del coach, en un mundo moderno en constante cambio, como una
tarea clave y conectiva entre las demandas organizacionales y las responsabilidades formativas y
educativas. Según este leído autor, existen hay en las organizaciones necesidades que la excelencia
educativa debe satisfacer desde sus propios contextos. Como decía Senge (1986), las
organizaciones que aprenden logran mejores resultados pero deben imprimir una nueva cultura de
cambio y así mismo una nueva gestión. Ello pasa por efectivizar y actualizar varios procesos de
transformación, entre ellos el coaching como herramienta. Desde la escuela puede concretizarse este
propósito preparando a niños y jóvenes a una mejor calidad de vida y bienestar psicológico. El
coaching puede ser una estrategia útil para favorecer desde la tutoría y orientación, satisfacción en
cuatro ámbitos, en los que los educandos pueden experimentar el saber ser, saber hacer, saber
conocer y saber convivir con otros. Estas necesidades del tutor como educador y formador pueden
ser satisfechas en base a un proceso vital de coaching, e impulsadas como generalizadas en su
labor de liderazgo: necesidad de productividad, necesidad de gestionar y promover el conocimiento,
necesidad de impulsar personas y equipos y la necesidad de renovar organizaciones, en este caso
como instituciones educativas.
El Coaching se basa en la idea propia de la psicología positiva y racional de que todos podemos
cambiar. Modifica en su relación interpersonal la actitud del coaché (pupilo), desde el "¿Qué logro
con ello?" al ¿Qué logramos todos?" (Cook, 2006). Dentro del ámbito educativo debe ser capaz de
establecer y desarrollar una sociedad colaborativa y de aprendizaje, capacitando a todos en el
reconocimiento y la reflexión cognitiva, en la definición de objetivos y pasos específicos para la
acción en el desarrollo de la inteligencia emocional y la búsqueda de resultados extraordinarios tan
necesarios en nuestros espacios educativos en la perspectiva del desarrollo de competencias y
talentos. Siguiendo a Wolf (2004), más que un entrenamiento es entendido como una disciplina, un
arte, un procedimiento, una técnica y también un estilo de liderazgo y conducción. Es decir, es un
procedimiento constructivo y resiliente de aprendizaje, que desde esta óptica puede ser más efectiva,
útil y real promoverla en los ambientes educativos. En esa línea, el Coaching Educativo puede tener
como coachés a tutores, directivos, profesores de aula, coordinadores de área, padres y
especialmente a los alumnos.
Siendo el perfil del Coach Educativo definido en base a sus competencias de impulsador, orientador,
preparador y líder renovador es posible, siguiendo a Bayon y otros (2004), establecer algunas
competencias del Coach Educativo eficaz. Desde el plano psicológico son necesarias habilidades de
inteligencia emocional (Vallés, 2003) y fortalezas resilientes de resistencia (o "robustez") y
afrontamiento (compromiso, control, reto) que, según las perspectivas de Kobasa, puede desde
acción modeladora, ayudar a las personas a ser menos vulnerables en el plano adaptativo.
Emocionalmente, el coach debe ser capaz de lograr manejar de manera efectiva su autoconciencia,
el equilibrio afectivo, optimismo y creatividad, así como saber interpersonalmente establecer
relaciones basadas en la empatía, asertividad y ayudar a otros, expresar un nivel de CE (Coeficiente
Emocional) esperable en nivel alto en el Coach Educativo. Como bien afirma Chiavenato (2004),
siguiendo a Goleman, estas capacidades socioemocionales que permiten un coaching efectivo,
pueden aprenderse y desarrollarse, favoreciendo otras herramientas de liderazgo transformador
esenciales para el proceso de coaching y sus fases: capacidad de escuchar, capacidad de
contextualizar las situaciones - problema del coaché, capacidad de endosar (reforzar, incentivar) y la
capacidad de desarrollar comportamientos más adaptativos (p.e. afrontar el estrés),
Finamente, resulta valioso resaltar que el Coach educativo es un espacio de esencial proyección
para la eficacia de la labor profesional del psicólogo Educativo, como líder valioso de instituciones
educativas que promueven y buscan alcanzar niveles de liderazgo y excelencia educativas. Su labor
de modelo de aprendizaje y conocimiento formativo en este espacio pueden inspirar a personas y
grupos al desarrollo y al bienestar. Ello nos motiva a precisar sus objetivos y funciones, con el
compromiso de explicar una futura contribución algunas propuestas en cuanto a las estrategias e
impacto del Coaching Educativo:
Objetivos:
Funciones:
- Liderazgo inspirador.
- Seleccionador de talentos.
- Entrenador y capacitador de equipos educativos.
- Acompañamiento y apoyo en "trabajos de campo".
Se ha reflexionado y dejado constancia por escrito que el descubrimiento del Nuevo Mundo se debió
a una lectura decisiva, la del libro “Mis maravillas” de Marco Polo, obra turbadora y apasionante que
al leerla conmovió profundamente e iluminó de manera capital a Cristóbal Colón.
Podemos figurarnos el momento en que absorto en sus páginas encontraba el gran almirante el
camino imaginario —y después real— a su tremenda y fascinante aventura. Pero todo fue primero
frente a las páginas absortas y embelesadas de un libro.
Túpac Amaru II, quien encabezara el movimiento más vigoroso y heroico de rebelión, que
estremeciera hasta su médula a la más grande potencia del orbe, como era España en el siglo XVIII,
fue sabiamente influenciado por un libro: los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega, de
quien fue asiduo, atónito y ensimismado lector.
"hasta diríamos que en los Comentarios Reales se halla la Biblia secreta de esa revolución".
Ejecutado el caudillo, la corona española prohibió la circulación y lectura de dicha obra, porque sin
duda "excitaba la conciencia de nacionalidad", al decir de quienes han sopesado la influencia de lo
que ese libro produjo, por lo que en él se cuenta, refiere y valora.
El libro también fue decisivo para forjar el movimiento emancipador de las nacientes y agitadas
repúblicas del Nuevo Mundo, con el Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau izado como emblema
y estandarte soñado. ¡Era un libro!
Por eso, han sido primero los libros y después las espadas quienes nos abrieran el camino para ser
libres. Y serán los libros los que al final hagan posible que fundemos aquí y ahora sociedades dignas,
solidarias y felices.
Así próceres como Toribio Rodríguez de Mendoza, Bartolomé Herrera o José Faustino Sánchez
Carrión forjaron primero voluntades y luego sus sueños en los libros, divulgándolos primero en la
cátedra y luego en la plaza pública donde alzaron su tribuna de adoctrinamiento. El sueño de nuestra
libertad surge a partir de los libros que consumieron desvelados esos hombres preclaros consumidos
por la esperanza de forjar un nuevo porvenir para nuestros pueblos.
3
Tomado de: http://letras-
uruguay.espaciolatino.com/aaa/sanchez_lihon_danilo/la_vida_del_libro_en_el_peru.htm
Otro gran sendero fulgurante es José María Arguedas, quien se define cuando un día lee las
primeras narraciones sobre los "indios". Tan adulterada y falsa presentaban la imagen del hombre
andino que por contraposición se impuso el compromiso de escribir sobre la verdad y la belleza de
aquella realidad que él tanto había gozado y sufrido, develándonos así un universo escondido.
Sin embargo, en nuestra historia, el libro al mismo tiempo que un rol positivo ha desempeñado un
papel casi nefasto, cuyos rezagos quedan impregnados y se agitan pululantes y que es importante
hacer conciencia de ello porque afectan y repercuten negativamente en la plena adopción y en la
clara relación que podemos establecer con la lectura.
En la historia cultural del Perú el libro no siempre ha sido un elemento que haya desempeñado un
buen papel. Muy pronto fue utilizado como arma de dominación, para sojuzgar y avasallar. Nuestra
auténtica cultura, en contraposición a aquellas desarrolladas con la escritura, se contiene y se
trasmite más bien a nivel de expresión oral.
Allí están las canciones quechuas, los mitos y leyendas andinas y amazónicas, la herencia magnífica
de la artesanía transmitida prácticamente por vía sanguínea, vertebrando nuestra esencia cultural, la
que pervive heroicamente.
La ciencia, la gran ciencia incaica se trasmitía por vía oral. No era necesaria la escritura. La
organización, la gran organización del imperio incaico no requirió de la escritura, quizá con ella se
hubiera enquistado la burocracia y la corrupción.
El libro, llegado a nuestras tierras fue, en muchas ocasiones, vehículo y medio de dominación,
instrumento que manejaban los señores, los hombres de las ciudades, los poderosos para abusar y
mentir. Las clases dominantes lo utilizaron para avasallar, y actuó conformando la tríada de la
dominación y conquista, cuales son: la espada, la espuela y el libro.
4. ¡Santiago, al ataque!
Hay un hecho que ilustra simbólicamente este fenómeno: cual es el acto de la captura de Atahualpa y
el derrumbamiento del imperio incaico en Cajamarca, por mano del capitán Francisco Pizarro y sus
soldados, en donde fue el libro el protagonista central de la escena y en donde le cupo jugar un rol
desventurado.
– Esta es la palabra del Dios verdadero que te insta a hacerte cristiano y someterte al Rey Carlos V,
aceptándolo como tu rey y soberano.
– ¡ Santiago, al ataque! –que era la consigna que tenían los españoles para desatar el infierno.
Entonces los arcabuces apostados alrededor de la plaza, uno de ellos en el cerro Apolonia, disparan,
se desboca la caballería y arremeten los soldados a pie estando a punto de matar al Inca que
Francisco Pizarro defiende hiriéndose el brazo con una espada que cae, consumándose de este
modo la conquista y con ello el desmoronamiento del imperio incaico.
Fue el arma que mejor manejaron los "extirpadores de idolatrías". Pero paradójicamente en ella
recogían lo que aparentemente demolían para siempre. Así tenemos el libro Dioses y Hombres de
Huarochirí en donde el funcionario destructor de idolatrías, el cura Francisco de Ávila, recogía lo que
según él quedaba abolido para siempre. Y que hoy nos sirve para extraer de allí los mitos y leyendas
que nuestros niños necesitan.
En el tiempo presente él se identifica, en él mundo andino, con el abogado y el letrado, con el político
y el doctor, consecuentemente con el abuso, la explotación y la injusticia.
En las ciudades hay dos actitudes contrapuestas frente al libro. Si su lectura constituye una vía de
escape o evasión, al sustituir problemas verdaderos por preocupaciones falsas, hay actitudes hacia
él de condescendiente desprecio. O bien de entretenimiento con él en un goce ocioso, banal o
malsano.
Pero cuando presenta la realidad sin ambages y denuncia los mecanismos que la sostienen, se lo
identifica con la subversión, con el peligro público, con la alteración del orden y hasta con el atentado
terrorista.
En este último caso entonces no se lo edita, se hace lo posible por acallarlo, o sencillamente se le
requisa y quema, y se persigue implacablemente a sus autores.
Es de necesidad hacer conciencia de estos hechos, analizar objetivamente qué causas que motivan
el recelo, la desafección y la indiferencia respeto al libro.
Estas ideas soterradas en el fondo de nosotros mismos, y que aparecen siempre a través de
manifestaciones solapadas o sutiles, deben ser develadas y analizadas críticamente.
Tenemos que adoptar una actitud en la que se consideren los problemas del libro como realmente
son problemas del alma; raigales, decisivos y trascendentales.
Es a partir de ellos que se determina nuestro poder de iniciativa en el desarrollo técnico, científico,
cultural y social.
Ellos condicionan en gran medida la supervivencia de nuestra cultura y de nuestra posibilidad de ser
sociedades efectivamente libres.
7. Continuidad y cambio
Veamos a continuación cuál es el proceso de desarrollo del libro vinculado todo ello a nuestra historia
social y cultural:
Eran, como objetos, en cierta forma análogos a como ahora los conocemos, aunque logrados en ese
entonces en base a un paciente esfuerzo de artesanía.
Gregorio Marañón en ocasión de visitar la exposición del milenio del libro español, manifestó que
nada da idea de la excelencia del libro, como –y aunque parezca paradójico– su incapacidad para
progresar.
La historia del libro es la historia de un proceso. Si bien es cierto que en la crónica de su formación
han intervenido personajes célebres como Johannes Guttemberg, el de los caracteres móviles.
Pero también son hitos en este proceso; Frederick Ivés, a quien debemos el fotograbado; Otto
Mergenthaler, quien inventó la máquina del linotipo que moldeaba líneas enteras de letras con plomo
caliente; Ira W. Rubel quien en 1900 idea el proceso básico del offset; Kris Colmes quien en 1985
impulsa la tipografía digital. Y tantos otros que dieron su aporte en los múltiples aspectos del arte
gráfico y dándonos contribuciones de base para la función editorial.
Pero, no puede dejar de reconocerse que como toda creación humana es más bien la sociedad la
inventora del libro y de la imprenta. Ambos son el resultado de una cadena de realizaciones cuyos
eslabones se enlazan con el anónimo hombre de la China, quien el año 102 D.C. descubre el papel.
Más aún, la historia pasa por el fundidor que logra el metal adecuado por su resistencia para ser tipo
de imprenta. O transcurre por el hombre que tala los árboles para fabricar la pulpa de papel. O por el
químico que produce la tinta para la impresión de las páginas temblorosas o vibrantes.
Tanto para la invención y fabricación de los aparatos como para la perfección de los materiales e
insumos se ha requerido de la participación ingeniosa y devota de numerosos hombres en distintos
tiempos y lugares.
Es decir, al Perú llega en la etapa de "libro impreso". Y es él una de las armas o instrumentos
manejados con mayor eficacia y agresividad por el conquistador para imponer su dominio y su
cultura.
Dos actitudes contrapuestas se suceden en nuestra historia con respecto al libro. Primero fue
utilizado para avasallar a la masa indígena imponiendo leyes, religión y costumbres.
En la conquista española el libro fue presentado de la peor manera: oscuro, autoritario y amenazador.
Los evangelizadores encargados de introducir la doctrina cristiana inculcaron temor acerca de él y de
su contenido. Ahí estaba nuestra condenación.
Y fue tomado consiguientemente como depositario de magia y sortilegio. La Biblia era "sagrada", allí
estaba amenazadora la "palabra de Dios".
Más tarde el libro se convierte en objeto de persecución y mordaza, que se desata por ser admirable
portador de un mensaje de renovación. Y forjador del sentimiento de liberación desde los albores de
nuestra independencia.
De allí que, entre otras causales, el libro no tenga raíces profundas en el hábito y en la vida de
nuestros pobladores. Desde las ediciones de Garcilaso, prohibidas de circular después del
levantamiento de Túpac Amaru, pasando por la feroz requisitoria de que eran objeto los criollos ante
la sospecha de que poseyeran ejemplares de los enciclopedistas franceses.
Hasta en época reciente, los libros han sido motivo para desterrar y encarcelar a sus autores.
Con toda propiedad puede afirmarse que la historia del libro en el Perú es también la historia de
nuestra dominación, pronto de la sublevación, para pasar ahora a ser un símbolo que encarna
nuestras opciones y luchas populares más auténticas.
Apenas a trece años después de la batalla de Otumba, que fue el comienzo de la aventura de
Hernán Cortez en México, ya el Obispo Fray Juan de Zumárraga apela ante Carlos V a fin de
establecer una imprenta y un molino de papel en la Nueva España.
Tan pronto se establece en México la primera imprenta de América, en 1539, la travesía de este
rústico y maravilloso artefacto traza una línea recta hacia la capital del Virreinato del Perú.
Lima que en aquel entonces se elevaba como la otra gran ciudad del imperio español recibe la
imprenta el año 1580.
De México la imprenta nos la fue traída por un impresor italiano llamado Antonio Ricardo, nacido en
Turín y muerto en Lima en 1605. Él antes trabajó como tipógrafo en la que fuera ciudad de los
emperadores aztecas.
Antonio Ricardo, quien ha conseguido un sitial casi legendario en la historia por traer la imprenta a la
América del Sur y más concretamente al Perú, en 1580, llegó hasta nosotros en forma casi furtiva
trayendo sus útiles de imprenta a bordo del barco "Santa Lucía".
Las dificultades que encontraron y tuvieron que vencer para hacer funcionar su maquinaria de ilusión
fueron inmensas y por momentos parecían insalvables.
Pero, al fin, al comenzar 1581 habían logrado instalar su tipografía ignorando que una Real Orden
prohibía en el virreinato la impresión de libros.
Antonio Ricardo se valió entonces del Cabildo y del claustro universitario solicitando su intervención
para conseguir la licencia indispensable.
La Real Audiencia de Lima recién el 12 de agosto de 1584 lo autorizó para que pudiera imprimir:
…la Doctrina Christiana y catecismo para instrucción de los indios y las demás personas, que han de
ser enseñadas en nuestra santa fe... traducida en las dos lenguas generales de este rei¬no quechua
y aymara: Ciudad de los Reyes, Antonio Ricardo 1584.
Reza así el epígrafe de la primera edición del primer libro dado a luz en esta tierra de infortunios pero
a la vez de inatajable promisión.
Sin embargo, José Toribio Medina, erudito y bibliógrafo, ha demostrado que la edición de la
Doctrina... se suspendió momentáneamente.
En su lugar se estampó un opúsculo titulado Pragmática sobre los diez días del año que sería la
primera obra impresa en la América meridional.
Allanado el camino, Ricardo fue llamado por los jesuitas que poseían el gran Colegio de San Pablo,
en donde quisieron que funcionara una imprenta a fin de poder editar los libros necesarios para la
evangelización de los indios aborígenes de este reino.
Es necesario tomar en cuenta que ha sido casi siempre la iniciativa de los de abajo, impedida incluso
al principio por el poder formal, el que ha dado curso a los grandes eventos en el Perú.
Después de trabajar un tiempo con los jesuitas Antonio Ricardo se independizó instalando su
imprenta en la calle Mantas, en un inmueble de su propiedad.
Allí imprimiría numerosas obras, entre ellas el Arancel Real por orden del Virrey y a fin de que se
diera cumplimiento al pago de las alcabalas adeudadas a la corona.
Una de ellas fue la victoria de don Juan de Castro y de la Cueva, en el estrecho de Magallanes, el
mismo que destrozó al pirata Juan de Aquines. Estas Relaciones se hacían con cierta periodicidad.
Balaguer quedó autorizado para perennizar este acontecimiento mediante la imprenta. El Virrey
recomendó que la impresión se hiciera por Antonio Ricardo de Turín.
La descripción del acontecimiento naval en Tierra del Fuego, en quince hojas en octavo, es el folleto
más antiguo que se publicó en el Nuevo Mundo, significando ser el germen o la crisálida de los
periódicos modernos que hoy circulan en nuestro continente.
Los servicios de Ricardo no estuvieron exentos de peligro. En 1596 por publicar la obra del poeta
Pedro de Oña, que había prescindido del trámite del examen de su obra por el Ordinario, estuvo a
punto de ser preso y hasta excomulgado.
Para librarse de ésta y otras penas tuvo que acogerse a la costumbre del asilo, refugiándose en las
moradas religiosas, protegiéndose bajo la sombra del convento de San Francisco.
A partir de entonces fue la imprenta cobrando auge en Lima, la cual contaba en el siglo XVII con
10,000 habitantes, cinco Colegios, uno de ellos especial para los indígenas. Y la esplendorosa
Universidad Real de Lima, hoy San Marcos, con ochenta profesores.
Hacia 1637 funcionaban a la vez tres talleres de imprenta. Pero a esto, y por mucho tiempo, quedó
reducido casi todo.
Cierto es que se conocen por lo menos cuatro libros que llevan el pie de imprenta del pueblo de Juli,
a orillas del Lago Titicaca, que fuera denominada la Roma o El Vaticano del Nuevo Mundo, donde los
jesuitas habían fundado un colegio, y que en tiempo de la Colonia fue un centro desde donde se
irradiaba el poder religioso hacia el ámbito de la América del Sur.
De la imprenta de Ricardo se hizo cargo más tarde Francisco del Canto establecido en Lima como
librero, quien la amplió y mejoró tanto que llegó a, imprimir en dos colores: el negro y rojo.
En lo que respecta a los grabados, según el historiador Torres Revelle, los primeros son los que
ilustran la Relación de la Exequias de la Reina Margarita, impresa por Pedro Merchan Calderón en
1613.
Como vemos los primeros incunables del Perú, fueron libros de carácter religioso y libros de
enseñanza y libros oficiales de la administración y de la vida social del poder colonial.
Una característica que merece tenerse en cuenta es que la imprenta llega al Perú cuando se habían
incorporado en la edición, la ilustración xilográfica y el grabado en cobre, es decir al aguafuerte.
Es por eso que gráficamente el libro hecho en ese entonces abunda en letras iniciales con
ornamentos y también en viñetas colocadas al principio o al fin de página.
Esta tradición, que se refleja hasta el presente, viene desde antiguo. Y que es aquello que le imprime
un sello muy especial a los libros editados en nuestro medio, particularmente a los de creación
literaria, y que sin conocer este punto no nos explicaríamos a qué se debe.
Los libros indispensables para su instrucción. Los libros de ficción en el nuevo continente estaban
teóricamente prohibidos, aunque en la práctica su circulación era tolerada.
Si bien es cierto que ya se imprimían distintos documentos en el Perú a partir de 1584, muchos libros
se tuvieron que importar de España y en grandes proporciones.
Como se ha especificado:
"…cajas llenas de libros publicados por el editor de Sevilla Cromberger pasaron a tierra de América, y
no hubo navío que no cargase libros en sus bodegas".
Sin embargo, la publicación y comercio del libro a lo largo de la época colonial estuvieron sometidos
a diferentes restricciones.
Así, en la segunda mitad del siglo XVI se estableció que los jueces y justicia de las indias
Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, no consintiesen la impresión y publicación de
cualquier libro sobre los datos de los territorios conquistados, sin el permiso del Consejo Real de las
Indias.
Los impresores que incurrieran en la falta serían penados con la multa de doscientos mil
maravedises, más la pérdida de los impresos y los instrumentos que hubieran servido para el trabajo.
Los libros sobre vocabulario y lengua de los indios tampoco se podían imprimir sin que previamente
estuvieran examinados por el Ordinario, sin perjuicio del examen practicado por la Real Audiencia.
Los Virreyes, Oidores y Gobernadores, no debían permitir que se imprimieran o circularan "los libros
de Romance", que se ocuparan de cosas profanas, fábulas o historias puramente imaginativas.
Para esto los previsores de los prelados estaban autorizados para ingresar a las naves a fin de
cerciorarse de los libros prohibidos que podían traer con fines de tráfico ilícito.
El privilegio de imprimir los catecismos y libros de oraciones lo tenía el Monasterio de San Lorenzo.
Cuando este precepto era violado le cabía intervenir directamente al Oidor más antiguo de las
Audiencias Reales.
En síntesis, todo autor o impresor de libros previamente debía recabar licencia del Consejo de Indias
para proceder a imprimirlo y estaban obligados posteriormente a enviar veinte ejemplares para que
los miembros pudieran examinar la fidelidad de su contenido.
19. Entre nosotros el comercio del libro fue antes que su producción
Este aspecto de la circulación de libros es muy importante para nosotros, porque de la publicación
del primer libro en Europa, en 1451, a la aparición del primero en el Perú, en 1584, transcurre apenas
133 años, ni siquiera siglo y medio.
Esto desequilibra nuestra balanza de comercio exterior que cada día pesa más y más a favor de
nuestros proveedores externos dejándonos a nosotros el triste rol de consumidores de papel
impreso.
Así, la primera obra verdaderamente nacional, como son Los Comen¬tarios Reales de los Incas, de
mestizo cuzqueño Garcilaso de la Vega, se editó fuera de nuestra patria, lo cual traza ya un signo
exilio para nuestras letras.
Es decir, la edición de la obra cumbre del más claro de nuestros ingenios fue hecha en Lisboa y data
del año 1609. Sólo muchos años después se editaría recién en el Perú.
La Santa Inquisición vigilaba celosa toda esta inquietud. Sólo en las postrimerías de este largo
período se fueron infiltrando libros portadores de ideas que menoscababan el poder y el orden
instituido.
Muchos títulos pasaron a ser condenados en el INDEX, que era la lista negra de las obras prohibidas
de circular elaborada por la Santa Inquisición, institución temible en todo el reino porque sus órdenes
abarcaban desde azotes hasta ejecuciones por apaleamiento como ser quemados en hogueras. Y no
los libros sino sus lectores.
Comprobada la posesión por parte de una persona de un libro anotado en los "expurgatorios de la
Santa Inquisición" costaba cargar por mucho tiempo el San Benito, soportar muy buenos flagelos o
en casos extremos ser conducidos a la hoguera.
Como caber suponer, durante la época colonial los libros fueron patrimonio exclusivo de los altos
funcionarios del estado, gentes de claustro y en algunos casos de los nobles. La propiedad y uso de
ellos era signo de poder político y alta clase social. El pueblo estaba lejos de hacer uso de ellos y
menos de poseerlos.
Fue recién en 1758 que José Eusebio de Llano y Zapata, en carta al Arzobispo de Charcas, expresa
su idea del establecimiento de una biblioteca pública de la Real Universidad de Lima, servicio que
sería fundamental en la difusión del libro y de las ideas independentistas.
La carta de Eusebio de Llano vendría a ser la primera semilla de la Biblioteca Nacional del Perú,
creada oficialmente el 8 de febrero de 1822, después de proclamada la independencia y mediante
Decreto firmado por Torre Tagle.
Cuando Carlos III dispone la expulsión de los jesuitas en 1767 es concedida, por Real Orden del año
siguiente, la biblioteca que éstos poseían en el colegio San Pablo a la Universidad Real de Lima,
Esta aparente represión fue de efecto contrario puesto que al ser abierta como biblioteca al acceso
de los ciudadanos que lo requerían, ello significó, en aquel tiempo, una democratización de la cultura
y apertura de los libros a favor de las capas ilustradas y de los ideales de libertad.
En aquel entonces se editan libros, revistas y sueltos que conllevan sobre todo un mensaje político y
una inquietud de búsqueda de una identidad nacional.
Un detalle importante que debemos destacar es la traducción que se hizo de esta colección al idioma
alemán, en el año 1808, lo que nos revela el nivel académico y el gran prestigio que llegó a alcanzar
en su tiempo y para un ámbito tan exigente como era el de Europa.
1810 es otro hito en la historia del libro en el Perú por la apertura que se da a la libertad de
pensamiento y la supresión del Tribunal de la Santa Inquisición, decretada por la Constitución de
Cádiz de aquel año, acontecimiento que diera margen a una abundante circulación de impresos.
Iniciada la lucha por la emancipación de España, resulta característico de los periódicos y demás
publicaciones de aquella etapa el ser reflejo circunstancial de los acontecimientos que se iban
suscitando. Esto es: una trayectoria más bien efímera como proyecto editorial, pues su propósito era
servir a una causa, en condiciones más o menos clandestinas.
Es fácil suponer el enorme trajín en que debieron verse envueltos autores, impresores y libreros
patriotas. El libro impreso era urgente y peligroso. El libro debió ser objeto de todo un cuidado y un
rito, como cosa preciosa y confidencial.
Sobre todo la agitación de las llamadas imprentas volantes que sirvieron para imprimir textos
ideológicos y mantener informada a la población simpatizante de los acontecimientos militares y
políticos.
Muchas de esas prensas fueron botín de guerra que se arrebataban los ejércitos. Y que se echaban
a funcionar diligentes en manos del vencedor, imprimiendo el parte victorioso y las órdenes que se
daban a la población civil.
Consta que la expedición libertadora de Don José de San Martín traía en uno de sus barcos una
imprenta, la misma que al llegar a Pisco el 8 de septiembre de 1820 imprime la proclama que lleva
por título: "A los habitantes del país".
En esa imprenta se editaron manifiestos, decretos, bandos, noticias de los frentes de guerra, casi
siempre en hojas sueltas e impresas por un solo lado.
Se ha dejado constancia, asimismo, de un dato curioso, cual es: que la Imprenta de los Niños
Expósitos, establecida en el año 1749, carecía en 1824 de sus mejores prensas “…por haberse
dotado de ellas a los ejércitos patriotas”, datos por los cuales se nos revela quién apoyaba a quién.
Entre nosotros ocurren cambios en los procesos sociales, en cambio en Europa acontecen
innovaciones en los procesos de edición, los mismos que demoran entre nosotros en ser adoptados.
Así: en 1814 aparece en Europa la máquina de imprimir a vapor y surge en 1866 el procedimiento de
impresión por rotativa. Veinte años después en 1886, empieza a funcionar la linotipia.
Inventor de este nuevo instrumento fue un relojero alemán instalado en Washington: Otto
Mergenthaler, quien logra sustituir el trabajo del cajista, que letra a letra formaba una línea, por un
mecanismo de teclas que producen líneas de plomo con grabación tipográfica en la matriz.
Es así que las características de los procesos de edición en nuestro país también se ven
transformadas al adoptar las innovaciones que se producen en Europa. E incluso la presentación
física que hacen los distintos impresores sigue los modelos establecidos en el viejo mundo.
Así por ejemplo, en Francia y aquí se eliminan inmediatamente las ilustraciones cuando Gustavo
Flaubert en 1868 pone en tela de juicio las estampas de las obras de literatura porque considera que
ellas llenan el vacío de lo "alusivo", cumpliendo una función que al lector le gustaría realizar por sí
solo, dado que la obra literaria está para estimular su imaginación.
Esto hace que en Europa y luego en América se olviden por un tiempo de las ilustraciones en las
obras literarias. Hasta que llega el fotomontaje y el offset, en donde hay un retorno al libro ilustrado
como fueron los primeros modelos.
A mediados del siglo pasado los periódicos en Europa empezaron a publicar capítulos de novelas por
entregas semanales o mensuales, a manera de folletines. Idéntica función se realiza en el Perú. De
tal modo, Javier de Montepín y Benito Pérez Caldos eran leídos por el público de Lima a través de El
Nacional, que por muchos años ofreció en esa forma las primicias novelísticas de Europa.
Dentro de este panorama de copia y calco, que caracteriza nuestra historia de repúblicas ya
emancipadas, hay en el siglo XIX y XX algunos hechos singulares, como es el caso de la invención
de la "máquina de componer" o linotipia que hiciera en 1876 el peruano José Arnaldo Márquez,
adelantándose diez años al descubrimiento de Mergenthaler.
Márquez vivió entre1830 y 1903, y fue poeta, periodista, escritor y maestro. Imperdonable sería
olvidar este instante que compete a nuestra historia del libro y de la imprenta pese a que el invento
nunca llegó a tener aplicación práctica.
Márquez observó que el arte de las impresiones había dado un avance enorme con la veloz rotativa,
pero la composición tipográfica aún se realizaba en forma manual y por lo tanto era muy lenta y
antieconómica. Su "máquina de componer" unía en su delicado manejo los tres procedimientos
fundamentales de la tipografía: teclado, distribución y fundición, todo ello operado en cuestión de
segundos.
Basadre nos refiere que Martín García Merou, escritor argentino en su libro Recuerdos Literarios,
escrito alrededor de 1887, evoca a José Arnaldo Márquez en y de imprimir con un nú¬mero reducido
de tipos:
"Concebida la idea del invento —refiere García Merou— había tenido que ponerla en práctica, para lo
cual se dirigió a Europa. Permaneció algún tiempo en Barcelona haciendo fundir las piezas del
aparato que esperaba iba a darle gloria y fortuna. Se asoció con uno de esos agentes que manejan
negocios sospechosos a quién, por un raro contagio, convenció de la grandeza y provecho de su
descubrimiento. Para construir la máquina chocó con toda clase de inconvenientes. Tuvo que
rehacerla mil veces buscando una perfección inaccesible. La historia de Claudio Larcher, el héroe de
L'Oeuvre de Zola, se reprodujo para él de una manera dolorosa. Agotados los capitales empezó la
miseria triste, sombría, sin atenuaciones ni subterfugios. Por defenderse del hambre vendió la
traducción de algunos dramas de Shakespeare a la casa editora que publica la biblioteca de 'Artes y
Letras'. Pero nada bastaba para el arreglo y fundición de las piezas defectuosas, todo lo consumía
aquel monstruo insaciable en cuyas aras sacrificaba fuerza, inteligencia y vida. El final de la historia
se adivina. Un día se vio forzado a huir de Barcelona, salvando únicamente del naufragio su
quimérico invento y yendo a escollar en París, empecinado en su idea fija, verdadero monomaníaco
de una perfección ideal…”
Y prosigue García Merou refiriendo acerca del empeño y el delirio de José Arnaldo Márquez:
“Me es imposible describir (la máquina) en este lugar. Los años pasados y la misma compilación
de las piezas han borrado de mi memoria muchos detalles esenciales. Recuerdo que, en mucha
mayor proporción, tenía un vago parecido con la máquina de escribir norteamericana. Creo recordar
que para componer se daba vuelta a un manubrio que giraba alrededor de los alfabetos e iba a
incrustarse en una matriz que hacía el efecto de componedor y de cliché para la estereotipia. La
composición de la pasta maleable de la matriz era también uno de los secretos de Márquez. Nos
pareció cruel desengañar a un hombre fanatizado por el influjo de una idea fija, pero nuestra
impresión unánime fue que aún le faltaba mucho para llegar al invento que había soñado (...)
Márquez no se daba por vencido. Atribuía su fracaso a la pérdida de alguna pieza que debió refundir
en París cuando ya sus recursos estaban agotados, haciendo prodigios de economía y gastando
prodigios de ingenio".
No sabemos hasta qué punto es cierta la imagen de precariedad que nos presenta García Merou,
extensamente citado. Lo que sí se sabe es que la aspiración de Márquez fue la de industrializar su
invento. Para el efecto realizó viajes, a fin de exhibir su linotipo, a las ferias de New York, España y
Buenos Aires. Incluso alcanzó a patentar su invento en New York.
En los primeros años del siglo XX aparecen distintas publicaciones de carácter científico y
tecnológico dedicadas al estudio de las ciencias naturales, animadas indudablemente por la corriente
positivista que insufla los espíritus de aquella época.
Así, aparecen el Boletín del Cuerpo de Ingenieros de Minas y las distintas series del Boletín del
Ministerio de Fomento, correspondientes a sus direcciones de: Fomento, Obras Públicas y
Salubridad.
Se recuerda también que la librería más importante que se inauguró en Lima, en los primeros años
del 900, estuvo ubicada en el jirón de la Unión, naturalmente.
Fueron unas señoritas de apellido Rosay las que estaban al frente de ese centro de cultura y
comercio.
Algunos editores que aparecieron en las primeras décadas de este siglo fueron las casas "Prince",
"Antonio Gil" y "Sanmartí", que servían para que los pocos intelectuales que preferían su país para
residir, editar y vivir con honor e identidad, lo hicieran.
Las ediciones eran costosas, escasas y desatendidas por la crítica que más bien tenía puestos los
ojos y oídos de lo que sucedía en París, Londres, Madrid o Roma.
En sentido general, e igual a lo que ocurrió en el siglo XIX, las editoriales en el Perú no hicieron más
que trasladar pautas de producción, de gusto y de prestigio de los países europeos cuya producción
se trataba siempre de imitar.
Artistas, hombres de letras, científicos, desplegaron su labor lejos de nuestra patria, enriqueciendo
otras industrias editoriales con grave perjuicio y consunción de la nuestra.
En cambio otra fue la política de algunos gobiernos latinoamericanos que en vez de expulsar
acogieron.
Con la acogida que dan a los refugiados toman la posta principalmente dos países latinoamericanos:
Argentina y México.
No por este motivo sino que obedeciendo a razones más intrínsecas y profundas se inicia en el Perú
una etapa señera que fuera copnducida por un movimiento generacional que sí logró aportar ideas,
modelos propios e impulsó con vigor la actividad editorial.
Ese movimiento, ese contingente de hombres de la cultura están agrupados en lo que en el proceso
de nuestra cultura se conoce como la generación indigenista.
Es en este momento donde se construye toda una visión del mundo y un ideario social, formalizado
en un estilo y una preocupación por integrar cultura y realidad nacional.
En lo que respecta a función editorial: se innovan formatos, cambian los centros de producción y
modos de distribución, se amplía el mercado.
Todas las obras de la corriente indigenista tienen un sello particular, desde la tipografía hasta las
ilustraciones, tan copiosamente empleadas.
En cuanto al aspecto gráfico, que siempre fue remedo de lo que se hacía en otros países, recién en
ese momento alcanza expresividad propia y en base al arte de la xilografía.
Esta expresión la practica, cultiva y promueve José Sabogal y todos los fervorosos seguidores de la
escuela indigenista.
De xilografía es la carátula, el logotipo o pie de imprenta, las páginas interiores, las ilustraciones y
hasta la viñeta del colofón de los libros.
Junto a este hecho cabe considerar también la aparición de la revista Amauta y el periódico Labor,
dirigido también por ese ser endeble de cuerpo y colosal de espíritu, José Carlos Mariátegui.
"…Mariátegui al concebir la idea de concurrir a la fundación del socialismo en el Perú, una de las
primeras preocupaciones que tuvo en relación con su plan ideo-político fue la de crear una editorial
(…) Ahora bien el antecedente inmediato de esta empresa la tenemos en el intento de Mariátegui por
establecer la Sociedad Editorial Obrera Claridad, en colaboración con un grupo de estudiantes y
trabajadores, pero este proyecto no pudo prosperar debido a la implacable persecución que efectuara
el gobierno de Leguía contra sus organizadores… La Editorial Minerva realizó en gran parte el
programa trazado por Mariátegui y luego de cinco años de creciente actividad cultural, se truncó la
empresa con el fallecimiento (en 1930) del incomparable suscitador de inquietudes espirituales y
sociales''.
Como anotamos anteriormente, un rasgo importante del movimiento indigenista es que no sólo se
editó en la capital sino también en provincias donde se implementaron pequeñas casas editoras.
Funcionaron casi artesanalmente pero produciendo ediciones trabajadas con mucho arte. Se animan
grupos culturales como el de Orkopata en Puno, Resurgimiento en Cuzco, La Bohemia Andina en
Arequipa, o el grupo Norte en Trujillo.
A partir de entonces surgieron otras casas editoras que han continuado con el esfuerzo por activar la
producción editorial en el país.
Florecieron en aquella época, como la Librería Internacional, con la Editorial Cultura Antártica; Jorge
Falcón con la Editorial Hora del Hombre; Julio Mendoza Bravo con Escuela Nueva; la Editorial y
Librería de Domingo Miranda; la Editorial Studium de Andrés Carbone; la imprenta y editorial de
Pablo Villanueva; y la trayectoria ejemplar del editor y librero Juan Mejía Baca. Comenta al respecto
Bettina Summeers:
"En la provincia es poco lo que ha avanzado la industria editorial. Hay tres ciudades que mantienen
una producción constante, aunque poco nutrida. Son en Arequipa la imprenta y editorial El Deber; en
Cuzco, la editorial H.G. Rozas; en Trujillo, la imprenta y editorial La Industria. En otras ciudades las
ediciones son esporádicas".
Ello constituyó una experiencia y un aporte valioso no sólo en el ámbito nacional sino, por primera
vez, con verdaderas proyecciones y extraordinarias repercusiones en el ámbito continental.
Este fue un movimiento que se gestó por los años cuarenta, tuvo su maduración en etapas sucesivas
y escalonadas y significó una diáspora que fue replicado a niveles de provincia y región, siendo que
su influjo y reflejo viene durando todavía hasta el presente.
Un verdadero forjador de este tipo de ediciones fue el profesor de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos Manuel Beltroy, quien editó en la década del cuarenta volúmenes de una serie titulada
"Antología Peruana", Selecciones de Escritores Peruanos, destinada a dar a conocer al público las
creaciones literarias de nuestros escritores más representativos.
En la década del cincuenta toma la posta el escritor Enrique Congrains con sus libros publicados bajo
el sello "Círculo de novelistas".
Cubriendo el ámbito de la poesía cabe considerar en esta lid al poeta Javier Sologuren con su taller
"Ícaro" y su colección de libros de poesía “La Rama Florida”. Si bien es cierto produce en tirajes
limitados, su labor se ubica dentro del movimiento de las ediciones populares, por la cantidad de
títulos editados (más de cien), como por la elaboración artesanal de las ediciones que contrariamente
a lo que sucede en los países desarrollados, en donde lo artesanal es un lujo, en nuestro país
conlleva el signo de lo popular.
Pero las ediciones populares propiamente dichas, y bajo ese nombre, son inauguradas a fines de la
década del 50 y principios del 60 por Juan Mejía Baca y Pablo Villanueva, actuando a la vez como
director de la colección el poeta Manuel Scorza.
Es así que se editan libros como: El Mundo es Ancho y Ajeno (I y II) de Ciro Alegría; Los de Abajo de
Mariano Azuela; Matalaché de Enrique López Albújar; Martín Fierro, de José Hernández; Cuentos de
Amor, de Locura y de Muerte de Horacio Quiroga; Huasipungo de Jorge Icaza; una antología de Los
mejores Cuentos Americanos; y Doña Bárbara (I y II) de Rómulo Gallegos. De cada tomo se
lanzaron 50,000 ejemplares, cifra desusada hasta ese entonces.
También en 1958, Juan Mejía Baca lanza una colección de literatura infantil denominada "Nuevos
Rumbos", que dirige José Bonilla Amado. Se publican libros como El Pájaro niño, de Carlota Carvallo
de Núñez y Antología Universal del Cuento, de Javier Sologuren.
El punto culminante de esta historia lo alcanzan las ediciones del Patronato del Libro Peruano que se
iniciaron con una primera serie en diciembre de 1956, bajo la dirección e inspiración de Manuel
Scorza con el concurso de Manuel Mujica Gallo, quien tuvo la actitud ejemplar de poner su fortuna al
servicio de la cultura del país, gesto y acción que deben ser imitados y seguidos.
Se editaron en esa primera serie diez títulos entre los cuales figuraban Narraciones y Leyendas
Incas, de Luis E. Valcárcel; Historia de la Florida, del Inca Garcilaso de la Vega; Tradiciones
Peruanas, de Ricardo Palma; Ensayos Escogidos, de Manuel González Prada; Poemas Humanos,
de César Vallejo; Ensayos Escogidos, de José Carlos Mariátegui; entre otros.
En pocos días se agotó la primera serie de dicho festival. Expresaba Mujica Gallo, respecto a este
hecho:
"La multitud desfilaba ordenadamente por el espacio cívico de la Plaza San Martín adquiriendo por
tres soles cada libro, en actitud de quien emite tácitamente un voto en favor de la cultura".
Hasta diciembre de 1958 se había alcanzado ya el quinto Festival del Libro, habiéndose impreso en
total un millón de volúmenes. Se editaron obras de autores nacionales, y aquellas obras clásicas de
la literatura de otros paí¬ses latinoamericanos:
Las obras de Ricardo Güiraldes: Don Segundo Sombra; de Alejo Carpetier: El Reino de este Mundo;
de Rómulo Gallegos: Cantaclaro; y muchas otras vieron la luz por primera vez en Lima.
A continuación damos las cifras progresivas de los tirajes alcanzados en los distintos festivales del
Patronato del Libro Peruano:
Con estos hechos el Perú fue escenario de una verdadera explosión del libro de bolsillo.
Pronto este fermento fue trasladado al resto de países de América Latina. Para ello Manuel Scorza
crea la Organización Continental de los Festivales del Libro, en donde cuenta con el concurso de
Jorge Icaza (Ecuador), Carlos Pellicer (México), Alberto Zalamea (Colombia), Juan Liscano
(Venezuela), Alejo Carpentier (Cuba), y se organiza la colección "Biblioteca Básica de Cultura
Latinoamericana".
Se realizan festivales en todos estos países con tirajes tan altos que sobrepasan en total algunos
millones de ejemplares.
Debemos mencionar también en esta relación al Patronato del Libro Universitario que surgió en el
seno de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como reflejo del Patronato del Libro Peruano
y esto, conscientemente o no, para equilibrar con un nivel académico las ediciones populares.
También fue promotor de este movimiento Manuel Mujica Gallo. Los volúmenes aparecieron como
una "Biblioteca de Cultura General" y su propósito era no sólo presentar textos cuya lectura era
indispensable, sino también dar una orientación fiel y facilitar la función de enseñanza-aprendizaje.
Su vocación era pues pedagógica, hecho que justificaba la presencia en cada volumen de noticias
bibliográficas, resúmenes cronológicos, notas explicativas y comentarios al texto.
Los distintos títulos que aparecieron en la "Biblioteca de Cultura General" constituyeron las siguientes
series:
– Literatura - Historia
– Cultura Cívica
– Defensa de la Salud
Otro proyecto editorial digno de ser destacable en la década del sesenta son las Ediciones Nuevo
Mundo que dirigió José Bonilla Amado con una inspiración muy parecida a los Festivales del Libro
Peruano.
Manuel Scorza repite años más tarde, pero en la misma década, su experiencia editorial con los
famosos Populibros que .adquiere iguales o superiores ribetes de éxito al de sus anteriores
ediciones.
El 14 de enero de 1966 se emite la Ley de Promoción Editorial 15975, por la cual se exoneraba de
impuestos a la importación de maquinarias, insumos y materia prima para incentivar la producción de
artículos culturales.
Si bien no rindió totalmente los frutos esperados, se propició con dicha ley el establecimiento de un
moderno equipamiento de maquinaria de impresión y, en general, de infraestructura para poder
desarrollar todo el proceso de producción de publicaciones.
Es así cómo el sistema de impresión offset se generalizó hacia casi la totalidad de imprentas durante
la segunda mitad de la década del sesenta.
Esta tendencia ha continuado hasta el presente pudiendo afirmar que el parque instalado de la
industria gráfica en el Perú está en capacidad de producir por lo menos diez veces más de lo que
actualmente se edita.
Entre 1973 y 1975 se dio un fenómeno digno de tomarse en cuen¬ta y relevarse, cual es una suerte
de publicación de libros por "entregas" o en capítulos que aparecían en los distintos diarios de
circulación nacional; reviviendo en cierto modo la antigua tradición de publicación de obras en
folletines que tuvo tanta vigencia en el siglo XIX.
Se trata ahora ya no de libros de ficción sino del libro técnico o del ensayo sociológico que abordaba
temas de la más variada especie: desde la educación, historia, política, cultura, arte.
Programas así logran elevar los niveles de lectura en la población y dando oportunidad a los autores
para el desarrollo de temas de interés nacional en los medios de amplia difusión, como son los
periódicos.
Así se pudo leer en periódicos obras que después se convirtieron en libros, como los trabajos en
torno a la educación de Augusto Salazar Bondy. Incluso el Instituto Nacional de Cultura publicó
posteriormente varios libros que en sus inicios vieron la luz concretamente en las páginas de los
diarios.
A modo de ejemplo: en el diario Expreso de Lima se publicaron primero como artículos dos obras que
después se convirtieron en libros: Cultura y Liberación, de César Arróspide de la Flor y Campesinado
y Revolución, de Pierre de Zutter.
Otro hecho de gran relieve y significación en la historia del libro en los últimos años es la continuidad
y relevancia de las Ferias del Libro, la más importante la Feria del Libro Ricardo Palma, que se
realiza desde el año 1973 de manera continua, la Feria Internacional del Libro de Lima, que llega a
su 14ª versión y la Feria del Libro de Trujillo en su 4ª versión.
Un antecedente notable de estos eventos lo encontramos en 1947 cuando la Biblioteca Nacional del
Perú, entonces bajo la dirección de Jorge Basadre, organizó la primera Feria del Libro.
Ese acontecimiento lamentablemente no tuvo continuidad porque advino a la vida política nacional
una etapa oscurantista para la cultura del país, al instaurarse la dictadura militar de Manuel A. Odría,
que propiciaba la quema de libros, la discriminación de las fuentes proveedoras y la persecución de
escritores.
Es importante rendir homenaje a Julio César Flores quien desde la Cámara Peruana del Libro fue el
gran impulsor de la Feria del Libro Ricardo Palma y de las primeras versiones de la Feria
Internacional del Libro que ahora alcanza su 14ª presentación.
Hay dos presencias más aparentemente contrapuestas pero que corresponden a la misma realidad,
cual es la del librero ambulante, por un lado, y la del librero anticuario, por otro. Ambos son en una
ciudad como Lima, presencias vivas, enriquecedoras del acontecer del libro y la lectura.
En el Perú en tiempo de la colonia fue importante el papel del librero ambulante en la propagación en
las ideas libertarias distribuyendo bajo capa los libros de los filósofos franceses o publicaciones
tipificadas como heréticas, pues ellos tenían más facilidad de esconderse que los libreros fijos.
Sin embargo aquí y en otras partes más de un buhonero fue azotado en la plaza por habérsele
sorprendido en este oficio especialmente prohibido.
En la actualidad, los editores por un lado, y la fuerte corriente migratoria del campo a la ciudad, por
otro, han propiciado el comercio fuera de las tradicionales librerías.
Tampoco podemos dejar de mencionar en este recuento a los libreros anticuarios que en Lima han
tenido un domicilio perenne desde los primeros días de la República.
Concomitante a ello es importante resaltar dos editoriales emblemáticas en nuestro medio, una es la
Editorial Bruño, establecida en el Perú el año 1926 y que representa bien el lazo con el ámbito
internacional puesto que ella forma parte de un conjunto que involucra diversos países, pero desde
una posición de gran identificación con nuestra cultura y su destino.
Y la otra es la Editorial San Marcos de Aníbal Paredes, creación heroica de un hombre sencillo que
ha logrado la proeza de hacer de ella la más grande y genuina editorial representativa de nuestro
país.
Debemos finalmente concluir que los libros deben florecer en su propio suelo; es decir: es menester
que respondan a las necesidades e intereses reales y actuales de los lectores de un tiempo y
espacio determinados. De allí que la importación de libros nunca cubrirá cabalmente la expectativa
de los lectores y, por supuesto, es humillante cuando ellos reemplazan a los libros que nosotros
debiéramos hacer y presentar.
Lo que viene sucediendo en nuestro país es que producimos menos del 10 % de lo que consumimos
en materia de lectura y lógicamente, como cabe suponer, la presencia del libro peruano es nula en
todas las ciudades del mundo. Ello se debe a que no existe una política orgánica, ni la atención
adecuada, estatal o privada, al problema de la producción, ni mucho menos al de difusión y
promoción del libro. Tampoco hay un programa coherente que aliente los hábitos de lectura.
Este panorama, deprimente a simple vista, alarma a quienes logran comprender su gravísima
significación. Ya es hora de superar retardos, salir adelante en este aspecto de nuestro desarrollo,
editando la imagen del Perú publicando nuestros libros. Para ello contamos con el acervo riquísimo
que nos ofrece la cultura peruana en todo su proceso. Tendámosle los canales necesarios.
Hagamos una literatura de las técnicas artesanales, de la música, del arte, de la religión de los
grupos nativos de costa, sierra y selva.
Editemos por fin a nuestros escritores y científicos. Pongamos por escrito las experiencias de
nuestros maestros, el testimonio de nuestros luchadores sociales, Podemos autoimpulsarnos y
alcanzar mediante medidas efectivas un lugar destacado en el consenso de la cultura
latinoamericana, lugar que nos corresponde si queremos ser fieles con la civilización al aportar lo que
nuestros antepasados supieron crear y lo que el hombre andino ha sabido defender.
Nuestro pueblo, depositario de una de las culturas más admirables que ha tenido la humanidad, tiene
una enorme responsabilidad que cumplir en la historia al ser heredero de legados tan ricos como el
de Chavín, Nazca, Tiahuanaco e Inca. Debemos aportar estos elementos culturales y hacerlos
presentes con brillo singular, en la civilización contemporánea.
Todavía no hemos orientado nuestros esfuerzos por ese derrotero y la creación de nuestros
antepasados duerme o apenas es revivida. No hay solo un libro sobre la época precolombina que
haya sido editado en el Peri todos se hicieron en el extranjero. Y casi siempre por estudiosos di otros
países. Y es el libro quien perenniza y actualiza la historia. Gracias a él podemos recomponer
nuestro pasado, responder al presente y trazar una perspectiva para el futuro.
1. Lima fue la primera ciudad de la América del Sur que contó con imprenta, y su auge en las
décadas posteriores a su instalación fue enorme. Si ese liderazgo ha existido es posible recuperarlo.
2. El primer libro impreso en el Perú fue un catecismo trilingüe; vale decir que el propósito inicial fue
imprimir para el pueblo y en su lengua nativa. Recuperemos la senda de volver a editar en quechua,
aimara o pano.
3. Antes que se imprimieran libros en otras capitales importantes de América del Sur, ya aparecían
obras con pie de imprenta en algunas provincias, como en Juli, a orillas del Lago Titicaca. Que se
vuelva a editar en forma profusa al interior del país.
4. Los primeros libros editados en nuestro suelo tenían la finalidad primordial de servir a la
instrucción y educación de los "indígenas", si bien es cierto utilizándolos modelos y contenidos
hispanos. Editemos en función de la educación y la cultura.
Es urgente encontrar mecanismos que aceleren nuestra producción y distribución de libros. Esto es
aún más grave y perentorio solucionarlo, debido a que en el presente se comprueba verdadera
necesidad de lectura en todos los niveles de nuestra, sociedad. Nuestro país debe esforzarse en
crear una industria editorial vigorosa que cubra los requerimientos que en materia de obras
científicas, técnicas y de lectura central, exigen las generaciones recientes y exigirán las
generaciones futuras que el Perú tiene que formar,
La actividad editorial tiene valor estratégico en un país cuya, condición económica y social está
determinada por su capacidad de respuesta, con decisiones propias, a los desafíos de la
modernidad. Es importante porque ella actúa sobre todo en la conciencia de las personas, haciéndola
indestructible. Como tal es arma eficaz en la consecución de un hombre nuevo en un orden nuevo.
Los beneficios de la imprenta y por consiguiente de los libros tienen que ser utilizados al máximo en
la urgente Tarea de crear y consolidar, por un lado, una conciencia nacional y un compromiso con la
cultura genuina, que pugna por ser rescatada y, por otro, para apoyar el desarrollo, la capacitación y
transmisión de conocimientos. Y para, preparar el surgimiento de una tecnología propia en todos los
niveles y actividades.
Ya en uno de los primeros libros impresos en Alemania se elogiaba a aquella nueva función, que hoy
reconocemos como actividad editorial, como la "madre común de todas las ciencias". Siendo así
reforcémosla para que haya la ciencia, la técnica y el arte pertinentes entre nosotros para poder
desarrollar entonces plenamente.
Pero, aún más el libro entre nosotros ha de ser medio eficaz para lograr cambios profundos en la
conciencia nacional, ha de contribuir, asimismo, a lograr la integración en nuestro país, cuya
naturaleza desigual, multiétnica, con aportes culturales diversos y contradictorios en muchos
aspectos, plantea un desafío. El libro ha de ser uno de nuestros mayores aliados en esta lucha y uno
de los más sólidos consumadores del ideal de una nacionalidad integrada.
¿Qué significan estos términos y que implican para los docentes que conducen proyectos de
Innovación Educativa? A continuación permítanme responder esta pregunta, partiendo de las
definiciones que aportan los autores y documentos que cito a pie de página.
Relevancia y pertinencia5
Dos palabras muy utilizadas en ámbitos educativos son “relevancia” y “pertinencia”. Se dice que la
educación es relevante cuando promueve aprendizajes significativos desde el punto de vista de las
exigencias sociales y de desarrollo personal de sus beneficiarios. Esto sólo se logrará si la
educación es, además, pertinente, es decir, si toma en cuenta las diferencias para aprender de cada
persona, las cuales están condicionadas por el contexto social y cultural en el que viven.
La relevancia también está relacionada con las finalidades que se le asignan a la educación, en tanto
proyecto político y social, en un momento histórico y contexto dados.
La pertinencia de la educación implica que ésta sea significativa para personas de distintos estratos
sociales y culturales, y con diferentes capacidades e intereses, de forma que puedan apropiarse de
los contenidos de la cultura, mundial y local, y de esta forma constituirse como sujetos en la
sociedad, desarrollando su autonomía, autogobierno, su libertad y su propia identidad.
4
Ver: en: http://www.innovemosdoc.cl/publicaciones/Diversidad.pdf
5
Roberto Maldonado, en:
http://www.huellasdigitales.cl/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=2782&Itemid
=2
Los proyectos de innovación que impulsamos desde el FONDEP tienen una fuerte incidencia en
aprendizajes significativos que parten del reconocimiento de los saberes personales y locales y la
cultura local y regional, así como su valoración e incorporación en el currículo. Estos saberes son y
deben seguir siendo recogidos, recreados y enriquecidos en la ejecución de los diversos proyectos
de innovación (teatro, títeres, radio, recopilación de cuentos y mitos, etc).
En nuestros proyectos consideramos la centralidad del estudiante como el sujeto que aprende, crea,
investiga, se comunica con libertad, seguridad y coherencia, utilizando distintos recursos personales
y materiales. Aspiramos a forjar estudiantes que se valoren a sí mismos, valoren su medio natural y
cultural, y se expresen con libertad, creatividad, seguridad, confianza y alegría.
Equidad Educativa6
El concepto de equidad educativa permite ir más allá que la noción de igualdad para ir hacia más
justicia. Tradicionalmente se considera que lo que es igual es justo. Pero, no siempre es así.
Podemos aceptar ciertas desigualdades porque son más justas que la igualdad. Esta noción de
justicia coincide con la noción de equidad: la equidad, en su principio, autoriza ciertas desigualdades
porque son consideradas como justas.
6
Igualdad, justicia, equidad educativa : varias definiciones. Ver en:
http://www.mag.ulg.ac.be/schoolequity/docpdf/Groupe_1_D%C3%A9finitions_es.p
df
Eficacia y eficiencia7
Ahora bien, en las organizaciones modernas no es suficiente con ser eficientes, hay que buscar
también la eficacia. Cuando un equipo alcanza las metas u objetivos que le encarga la institución,
decimos que es eficaz. O sea que la eficacia se refiere a los resultados en relación a las metas y
objetivos organizacionales.
Todo proyecto de innovación tiene como propósito principal mejorar procesos y resultados, logrando
que éstos sean de mayor calidad, se obtengan con el menor costo posible y optimizando al máximo
todos los recursos que se ponen en movimiento. El trabajo en equipo, así como la gestión
responsable y transparente que vienen realizando los Comités de Gestión de Proyectos son una
prueba de ello.
En conclusión, puedo afirmar que los proyectos innovación educativa, debidamente sistematizados,
pueden aportar a la educación peruana valiosas experiencias y modelos exitosos de enseñanza-
aprendizaje en el marco de una educación de calidad concebida bajo el enfoque de Derechos
Humanos, como lo propone la UNESCO.
CONTENIDO
7
Ver:
http://vinculando.org/empresas/caminando_entre_titanes_sime_enfoques_escuela
s_eficaces.html