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La determinación
de los precios
de producción
L a característica común a todas las criti-
cas que, desde finales del siglo pasado,
se han dirigido incesantemente al
procedimiento de la llamada transformación de
las magnitudes de valor de las mercancías en mag-
nitudes de precio, basadas en el supuesto de una
tasa de beneficio uniforme para todas las indus-
trias —procedimiento expuesto en el capítulo 9
del libro III de El Capítalde Marx—, es la ausencia
de transformación de las magnitudes de valor de
los medios de producción y de la fuerza de trabajo
Paolo Giussani (los inputs). Cuando se corrige esta aporía, argu-
mnentan todos los críticos, se ve inmediatamente
que las dos ecuaciones fundamentales de la trans-
formación marxiana (suma de los precios suma =

de los valores; suma de los beneficios = suma de


(Traducción: Diego Guerrero) los plusvalores) no pueden mantenerse simultá-
neanuente, con lo que resulta que la tasa general
de beneficio no puede ya calcularse según la ley
del valor de Marx, y las propias magnitudes de va-
br dejan de desempeñar función alguna en el cal-
culo de los precios de produccíon.
Se trata de un resultado que deriva directa-
mente del supuesto de que los precios de los
productos y de los medios de producción
deben necesariamente determinarse de forma
simultánea, supuesto que ha sido siempre acep-
tado acrítica y pasivamente por la mayoría (in-
cluidos muchísimos marxistas), sobre todo tras
la consolidación entre los economistas «de iz-
quierda» de la teoría de los precios y de la dis-
tribución de la renta de Sraffa ¼ pero que está
mucho menos fundamentado de lo que pudiera
parecer. Una vez demostrado que este presu-
puesto (que no se encuentra en Marx) es irra-
cional y debe salir de Ja escena, todas las críti-
cas hechas a la determinación marxiana de los
precios de producción y de la tasa de beneficio
pierden toda razón de ser.

1. La determinación simultánea
de los precios

N ingún tratamiento de los precios de


producción aparecido hasta el mo-
mento —y el de Sraffa de 1960, me-
nos que ninguno— se ha preocupado de ofrecer
una justificación teórica del procedimiento de

Paolo GiussaniUniversidad de Greenwich, Londres.


Política y Sociedad, 14/15 (1993-1994), Madrid, (PP. 235-244).
calculo simultáneo de los precios de los inputs y (reproducción simple), deberá verificarse que el
de los outputs; sin embargo, existe un tipo de ra- sector A cambia su producto total por una parte
zonamiento entre los iniciados según el cual «los del producto de E y de C, y precisamente por la
precios deben ser necesariamente precios simul- cantidad E,, + Ca, mientras la mercancía E
táneos, ya que los precios de todas las mercan- deberá cambiarse por Ab + Ch, y la mercancía
cías se basan, no en los costes de producción (o C-C~ por A~ + B~. Se tendrá por tanto la siguien-
en el trabajo) habidos en el pasado, en la época te serie de ecuaciones (de las cuales la última es
en que se produjo la mercancía, sino en los cos- una identidad simple, pues la cantidad C se
tes (o cantidad de trabajo) actuales». Cualquier consume en el interior de la misma industria en
observador atento percibirá fácilmente que se que se produce):
trata de un razonamiento completamente circu-
lar. Si los precios se determinan por los costes
A = E, +
actuales, hay que establecer cuáles son estos cos-
E = Ab + Ch (2)
tes actuales, pero puesto que éstos son a su vez
C - C~ = Ca + Ch
precios (de los diferentes inputs), todo desem-
boca en ~a proposición de que los precios (ac-
tuales) están determinados por los precios (ac- Como puede observarse, las mercancías que
tuales). entran en los intercambios entre los diversos
Otra idea, expresada también por Joan Ro- sectores productivos son solamente los autputs,
binson, es mucho más elemental, casi trivial. o sea, las que se encuentran en el lado derecho
Puesto que las mismas mercancías poseen el de las expresiones (1), mientras que los inputs
mismo precio tanto como output que como in- (lado izquierdo) se intercambiaron en el perio-
put —se afirma—, un precio (desconocido) igual do precedente. Como es obvio, ningún output
para las mismas mercancías debe aparecer tanto puede intercambiarse por un input, ya que no
en el lado izquierdo como en el derecho de las pueden existir valores de uso que operen simul-
ecuaciones que sirven de base para el cálculo de táneamente como input y como mercancía. Si
los precios. Por desgracia, este razonamiento ol- un determinado valor de uso productivo, por
vida, como veremos, que una mercancía deter- ejemplo el petróleo, se encuentra en la función
minada no puede actuar simultáneamente como de input, esto significa que está en la función de
ínput y como output. En realidad, el procedi- capital productivo y, por tanto, que en ese mo-
miento de cálculo simultáneo de los precios no ¡nento no puede encontrarse en la de (capital)-
puede basarse en ningún fundamento teórico: es mercancía.
un puro axioma que funciona sólo en tanto no se Las ecuaciones (2) registran cambios directos
demuestren las consecuencias absurdas a que da de mercancía por mercancía; si transformamos
lugar y/o su evidente contradicción con los he- estos cambios in natura en cambios por la mer-
chos. Para observar si esto es así o no, suponga- cancía-dinero, la situación se agrava. Los out-
mos un sistema de producción compuesto por puts Ea + C,,, Ab + Ch, Ca + Ch deben ahora ex-
tres industrias (A, 13, C) cada una de las cuales presarse y realizarse en dinero, esto es, en una
usa solamente inputs productivos procedentes cuarta mercancía, antes de poder emplearse
de las otras dos, y en el que el sector C produce como capital productivo. Suponer el cálculo si-
el bien que opera como salario real consumido multáneo de los precios de los inputs y de los
por todos los trabajadores. La estructura mate- outputs implica precisamente la eliminación de
rial de este sistema se representa con ayuda del esta necesidad, operación que se justifica a veces
siguiente esquema: con el pretexto de que «compras, ventas y pro-
ducciones suceden siempre simultáneamente
para todos los sectores y capitales individuales,
~a + La A
sin interrupciones en el paso de una fase a la si-
Ab + Lb E
+ C + L~ -.
(1) guiente». La objeción es decididamente irrele-
vante, ya que si partimos de un determinado con-
C=Ca+Cb+Cj~LB+Lb+L e =L
junto de inputs para obtener un determinado
conjunto de outputs, como en el tratamiento de
Si, por comodidad, suponemos ahora que el Sraffa y en todos los modelos de producción lla-
sístema se reproduce en una esacala inalterada mados lineales, para estos conjuntos las fases de

POLPTICSp
venta/compra y de producción no pueden clara-
solución exige el conocimiento previo de la mag-
mente tener lugar de forma simultánea. Las dife-
nitud r (la tasa de beneficio) que forma el coefi-
rentes producciones se desarrollarán simultá- ciente (1 + r). O bien, considerando r como una
neamente unas respecto de las otras en el función desconocida de t (o sea, r~+1), una ecua-
interior de los diferentes sectores, y después de
ción adicional para la determinación de r<~,
esto se podrán intercambiar todos los produc- ecuación que es imposible construir dentro del
tos 2 Dejar de lado este «pequeño» detalle equi- marco de la teoría sraffiana, es decir, sin añadir
vale a presuponer que la circulación no es un
otras magnitudes.
elemento constitutivo de la economía mercantil,
o sea —análogamente a lo que hace Ricardo con
su teoría cuantitativa de la moneda—, que en el
proceso de producción entran inputs sin precio 3. El excedente físico
para salir de él con un precio, es decir, que los
productos no asumen la forma de mercancías.

2. Las ecuaciones lineales


L os economistas de la escuela sraffia-
na muy raramente dejan pasar la oca-
sión de afirmar que la categoría de
plusvalor es superflua para la determinación de
simultáneas la tasa y del volumen de los beneficios moneta-
ríos, bastando para ello el excedente en térmi-

L
nos físicos; no por casualidad, gustan de carac-
a moderna teoría sraffiana de los pre- terizar su propia corriente teórica como «basada
cios y de la distribución se ve clara- en el surpius approach». Habrá que valorar por
mente constreñida por sus propios tanto si este concepto de excedente material es
presupuestos a suponer la determinación simul- en efecto un concepto suficientemente definido
tánea de los inputs y de los outputs. Si lo que se y a la altura de las funciones que sus defensores
pretende es obtener los precios de producción a le atribuyen.
partir de los datos conocidos en relación con la Hasta los niños saben que el concepto riguro-
técnica productiva, junto con las llamadas varia- so de un excedente en términos puramente físi-
bIes distributivas (por ejemplo, la tasa de cos es un absurdo, pues la cantidad de materia
salario), sin auxilio de otras magnitudes (entre (y/o energía) del universo es constante, y no se
las que destaca el «valor» de las mercancías), es ha descubierto, al menos hasta ahora, ninguna
necesario suponer el mismo índice temporal fuerza capaz de hacerlas variar. Puede que se
para los precios de los inputs y de los outputs, trate entonces de otro concepto de excedente,
pues en caso contrario no se podría determinar del excedente en cuanto exceso de valores de
la tasa de beneficio. uso utilizables por el hombre en relación con los
Para ilustrar este hecho elemental, suponga- consumidos individual o productivamente. Pero
mos un sistema de dos industrias, A y E, cada ¿cómo determinar la medida de este excedente?
una de las cuales produce un input productivo, La tarea parece trivial. En un lado se pone el
siendo E la mercancía que se usa como bien sa- conjunto de valores de uso consumidos produc-
larial. Fijando un desfase temporal entre el pre- tivamente en un cierto periodo, y en el otro el
cio de los inputs y el de los outputs (desfase re- conjunto de los valores de uso producidos en el
presentado por los indices t y ¡41), el sistema de mismo periodo: la diferencia entre ambas mag-
los precios de producción se presentaría de la si- nitudes nos da el excedente físico. Sin embargo,
guiente forma: procediendo así, muy pronto observaremos que
la operación es imposible; en el sustraendo de la
diferencia están presentes elementos que no se
[E,, + ~ ~b
1 (1 + r) = encuentran en el minuendo, en panicular todas
(3) las entidades y fuerzas naturales (los elementos
[Ab P,, + Eíb b,] (1 + r) + E
que alberga la corteza terrestre, por ejemplo)
que son valores de uso utilizables a todos los
El (3) es un sistema de dos ecuaciones linea- efectos, incluso absolutamente indispensables,
les en diferencias finitas de primer orden, cuya pero que no pueden tener un precio porque no
238 Paolo Giussani

son mercancías. Esta circunstancia es suficiente otros ~, parece haber conseguido una aparente
para aclarar que el concepto de un excedente de cuadratura del círculo, manteniendo las dos
valores de uso es en sí y para sí quimérico; habrá igualdades de Marx gracias a una nueva defini-
que recurrir, pues, a un tercer concepto de exce- ción bien del valor de la fuerza de trabajo, bien
dente o producto neto. del conjunto de mercancías al que se refieren la
Por fuerza, no puede quedar otro que el de un suma de los precios y la suma de los valores.
excedente constituido por la diferencia entre los Duménil y Foley se oponen a la concepción
conjuntos de bienes que tienen un precio y que, tradicional del valor de la fuerza de trabajo (el
por tanto, son los únicos bienes para los que valor de los bienes de consumo que forman el
puede calcularse la diferencia entre las rentas salario real de los trabajadores), prefiriendo la
brutas embolsadas por los capitalistas producto- del valor correspondiente a la suma de dinero
res de las mercancías y los costes de producción recibida por los trabajadores (valor del salario
a los que deben hacer frente estos mismos perso- nominal), basándose en el argumento de que los
najes. Sin embargo, si tanto los outputs produci- trabajadores pueden gastar como mejor les pa-
dos como los inputs utilizados cambian en el rezca esta suma de dinero. Partiendo de la pri-
tiempo sus características físicas y técnicas, ya mera definición del valor de la fuerza de trabajo,
no será posible calcular un excedente en térmí- variando la cantidad y composición de las mer-
nos materiales, aun conociendo cuáles son los cancías consumidas por los trabajadores asala-
que tienen un precio y cuáles no, ya que en el ríados, debería variar también la tasa de plusva-
lado derecho de las ecuaciones de la producción lía, con independencia total de las variaciones
aparecerán términos no homogéneos con los en la productividad, mientras permanecería
que están presentes en el lado izquierdo y que constante de acuerdo con la segunda definición
deben reemplazar en los ciclos productivos si- del valor de la fuerza de trabajo.
guientes, con el resultado de disolver el exceden- Ahora bien, es evidente que con esta nueva
te material como base para la determinación de definición del valor de la fuerza de trabajo, el va-
los precios y de la tasa de beneficio. Ésta es una br de esta mercancía particular termina por de-
consecuencia necesaria del cálculo simultáneo saparecer y no se limita simplemente a cambiar
de los precios de los inputs y de los outputs, sus características. En lugar de la magnitud de
puesto que, como se vio antes, este tipo de cál- valor de un conjunto preciso de bienes —el
culo presupone implícitamente que los valores salario real consumido por los trabajadores—,
de uso se encuentran simultáneamente en las aparece una suma de dinero determinada sin co-
dos posiciones de capital mercancías y capital nexión alguna con el valor del salario real ni con
productivo, lo que constituye una pretensión im- ninguna otra cosa. Puesto que los precios de
posible. producción de las mercancías no son ahora co-
nocidos en el momento en que se fija esta mag-
nitud de dinero que debería representar el
salario, no hay nada que garantice que, una vez
establecidos los precios, dicha magnitud permita
4. La última «solución» propuesta efectivamente a los trabajadores comprar el con-
junto de mercancías que constituye en ese mo-

E s conocido que de todas las solucio-


nes del problema de la transforma-
ción de los valores en precios pro-
mento el nivel fijado socialmente de los consu-
mos necesarios de los trabajadores asalariados,
y, por tanto, que permita al sistema económico
reproducirse adecuadamente. Esta presunta nue-
puestas hasta ahora ninguna es capaz de mante- va definición del salario como pura magnitud
ner simultáneamente en vigor las dos igualdades monetaria no es en absoluto nueva, ya que equi-
marxianas (suma de los valores = suma de los vale precisamente al salario nominal que encon-
precios; suma de los plusvalores = suma de los tramos en Sraffa, y que tantos problemas causa a
beneficios), y ninguna ha conseguido tampoco su teoría. Problemas que no pueden menos que
emplear las magnitudes de valor como base ne- reaparecer en la formulación de Duménil y Fo-
cesaria para la determinación de los precios de ley. Si, por el contrario, esta suma de dinero que
producción. Sin embargo, una nueva solución, equivale al salado se fija en relación con el pre-
propuesta recientemente por Duménil, Foley y cio de la mercancía compuesta consumida por

PDLI!!¶¶t
La determinación de los precios de producción 239

los trabajadores, habría que preguntarse inme- 5. La determinación


diatamente de dónde puede surgir este precio, de los precios de producción
desde el momento en que los precios deben ser
el resultado final de la transformación, y en nin-
gún caso su presupuesto. En este segundo caso,
recaeremos en la sencilla formulación sraffiana
del sistema de precios con salario real, a la que
se anade, de forma totalmente arbitraria, la afir-
9 es necesario introducir un desfase
¡

temporal entre los precios de pro-


ducción de los inputs y los precios
de producción de los outputs, para tener en
macíón de que el salario nominal total percibido
cuenta el proceso de circulación —lo que sería
por los trabajadores y el valor de las mercancías igualmente inevitable incluso en el caso de un
compradas por ellos son una única e idéntica
tiempo de circulación de las mercancías igual a
cosa.
cero ~—, el sistema para la determinación de los
Pero la nueva definición del salario es prácti-
precios de producción se presentaría, suponien-
camente cuanto hace falta para lograr la cuadra-
do relaciones input-output idénticas a las de las
tura del círculo del respeto a las dos famosas
ecuaciones (3), de la forma siguiente:
igualdades. De hecho, basta con añadir que el
producto total al que corresponde la igualdad [E,,+B,] ~b (l+r~+1)
entre suma de valores y suma de precios no = AP,,1,1 (4)
puede ser el producto bruto, como se creía has- [Ab P,, + Eí~ ~b1] (1 + r~+1) + E
ta ahora, sino el producto nno, con el fin de
evitar una presunta doble contabilización de las Como ya se ha dicho, este sistema de ecuacio-
mercancías que vuelven a entrar como inputs nes no tiene solución por sí mismo; para que
en un proceso de producción posterior. Si la tenga alguna utilidad, hay que dotarlo de ecua-
suma de los precios de las mercancías que cons- ciones adicionales, que proporcionen un sentido
tituyen el producto neto del sistema económico preciso al factor 1+r~, o sea, a la tasa uniforme de
se hace igual a la suma de los valores de estas beneficio, y es precisamente para eso para lo que
mísmas mercancías, se obtiene únicamente uno sirve la teoría marxiana de los valores de cambio
de los infinitos numerarios posibles del sistema de las mercancías en cuanto determinadas por
sraffiano de los precios de producción, y si, los tiempos de trabajo necesarios para producir-
como se declara con la nueva definición del las.
salario, la suma de los salarios es forzosamente La teoría marxiana sostiene que la magnitud
igual al valor de la fuerza de trabajo total, se de valor de cada mercancía está determinada
desprende inmediatamente que la suma de los por la suma del valor de Los medios de produc-
beneficios, o sea el beneficio total, resultará ción consumidos en su producción (capital
igual a la suma de los plusvalores, o sea el plus- cotístante fijo consumido y capital constante cir-
valor total, puesto que el producto neto se re- culante consumido) y por el valor añadido por la
parte entre salarios y beneficios. No sólo todo fuerza de trabajo en el proceso laboral (que se
esto puede obtenerse directa y sencillamente reparte en valor de la fuerza de trabajo y plusva-
del sistema sraffmano para el cálculo de los pre- br). En términos de nuestra formulación, esto
cros de producción, usando las oportunas defi- significa que las magnitudes de valor de las mer-
niciones ad hoc, sin tener que presentar la cosa candas A y B (que representamos por X,, y Xb
como si se hubiese desvelado un misterio que respectivamente) están determinadas por el si-
esperaba desde hacía siglos a ser descubierto, guiente sistema:
sino que con esta operación se cae en el peligro
de definir un numerario inaceptable por no ser E,,Xb +1 —A)>.,,
neutral respecto a los precios relativos, como AbX,,+lb=BXb (5)
ha aclarado brillantemente Stamatis (1990) en
su demostración de que los numerarios consti- Ahora bien, sustituyendo las magnitudes de
tuidos por una mercancía compuesta no pue- valor en el momento t del capital constante em-
den garantizar la invariabilidad de los precios pleado y consumido en el sistema (5) por los
relativos en relación con la elección del propio precios de producción en t, obtenemos el sistema
numerario en los sistemas lineales de produc- de los que podemos llamar precios 1b),directos
sistema(y in—
de-
clon. signar con las magnitudes II,, y ‘
dispensable para obtener la ecuación de la tasa miento de la solución de un sistema como el (4),
uniforme de beneficio: completado por la ecuación (7), es totalmente
independiente de la fijación de cualquier condi-
BP
ab, + l=AH
,,,
ción inicial.
1b = Eflb
Ab ~a
1+
(6) Cualquiera que sea la condición inicial que se
desee fijar para el sistema (4)-(7), ésta será nece-
Los precios directos expresan la magnitud de sanamente igual que la que se adopte para el sis-
valor total (bruto) creado en cada sector produc- tema de los valores (5). Tanto si partimos de los
tivo, en cuanto formada por el precio del capital albores de la producción mercantil, como del hi-
constante consumido y el nuevo valor añadido, potético pasaje de la producción mercantil sim-
pero todavía no redistribuida entre los propios ple —directamente regulada por las magnitudes
sectores según el criterio de una tasa temporal de valor— a la producción basada en el capital
uniforme de beneficio sobre el conjunto del ca- —regulada por los precios de producción—, el
pital anticipado. Estos precios, lejos de ser una punto de partida debe ser común a los tres siste-
magnitud ficticia o un simple paso intermedio en mas de valores, precios directos y precios de
el procedimiento de cálculo de los precios de producción, o sea, a los sistemas (5), (6) y (4)
producción, constituyen las magnitudes a las que respectivamente; en consecuencia, la suma de
tenderían los precios de venta de las mercancías los precios en un periodo dado será necesaria-
si dejara de actuar el mecanismo permanente de mente siempre igual a la de los valores en el mis-
transferencia de los capitales monetarios de un mo periodo, como es fácil de verificar a partir de
sector de la producción a otro en busca de la las soluciones de los tres sistemas. En cada pe-
más elevada tasa de beneficio ~. Naturalmente, nodo, la magnitud que se redistribuye entre los
los precios directos de las mercancías coincidi- diferentes (dos, en nuestro caso) capitales viene
rían con las magnitudes de valor si los precios de dada por
las mercancías que actuan como capital constan-
13~ + B¡b) ~bt
te en (6) fuesen iguales a los valores de estas Ial + l~3~ (
-
mercancías.
donde (E
En este punto, es fácil llegar a la ecuación de 1 + Blb) ~bt constituye la cantidad del
la tasa uniforme de beneficio. Dados unos pre- valor producido que va a la fuerza de trabajo.
cios iniciales de las mercancías que forman el Probablemente, es esta última magnitud lo que
salario real total en los dos sectores (E dejará perplejo a los marxistas deseosos de res-
1,, ~bí + Bíb
petar en todo y ante todo lo que Marx dejó di-
~bt) y las magnitudes de los nuevos valores crea- cho. Pero con la expresión (8) no nos desviamos
dos, obtenemos la ecuación para la tasa unifor-
lo más mínimo de la teoría de los precios de
me de beneficio,
producción y del valor de la fuerza de trabajo de
1b~ — (E Marx.
+ 1,, + Bíb) ~b, La magnitud representada aquí por ~ + Bíb)
(7) Pbt es el precio de producción del tota? de las
AbP,,, +E,,Pb, + El2 ~b, + BI,,Pb,
mercancías consumidas por los trabajadores
(salario real global) en el momento t, resultado a
que podemos insertar en cualquiera de las dos su vez de una redistribución de la cantidad de
ecuaciones del sistema (4) a fin de obtener los trabajo efectuada en el periodo precedente so-
precios de producción P,, y ~b 6 bre la base del criterio de una tasa de beneficio
Nuestro sistema de ecuacíones (4)-(7) no igual para todos los tipos de producción capita-
puede tener una solución completa antes de que lista; como tal, éste es el precio de producción
se fije una condición inicial (P,,0, ~b0)- Se puede de la fuerza de trabajo en el momento t. Procede
pensar que la condición inicial venga dada por la ahora preguntarse qué papel desempeña la mag-
magnitud de valor de las mercancías en el mo- ititud de valor de la fuerza de trabajo en el proce-
mento t=O, o sea el momento del tránsito de la so de transformación: ¿no termina por desapare-
producción mercantil simple a la producción ca- cer sic et simpliciter? Esta magnitud de valor
putalista, o bien se puede adoptar cualquier otra cumple exactamente el mismo papel que las de-
alternativa; el hecho es en sí y para sí irrelevante, más magnitudes de valor de las mercancías en el
ya que se puede observar cómo el comporta- proceso global de producción y circulación del

PPP,mfl~Ap
La determinación de los precios de producción 241

capital, siendo continua e incesantemente redis- ce en el proceso laboral no es transferir el valor


tribuida entre los diversos capitales; no cabe si- de los medios de subsistencia al valor del pro-
no considerar que el valor y el precio de la fuer- ducto, sino recrear ex-novo un valor igual al de
za de trabajo no son el valor y el precio de una los medios de subsistencia (más un excedente,
especial entidad metafísica, sino el valor y el obviamente), repartiéndose la jornada laboral
precio de un preciso conjunto de valores de uso. entre trabajo necesario y plustrabajo en cada pe-
Es completamente evidente que el precio de nodo en función del precio de producción del
producción total de la fuerza de trabajo en el salario real, de modo que una eventual diferen-
caso general se desvía en cada periodo de la cia cuantitativa entre el valor y el precio de pro-
magnitud de valor total de la fuerza de trabajo, ducción de la fuerza de trabajo pierde toda rele-
como observa el propio Marx con absoluta pre- vancia, circunstancia que se expresa en la
cisión en su tratamiento de la transformación de fórmula (8) que nos da el monto total del plusva-
los valores en precios: br producido (y redistribuible entre los diversos
capitales) en un periodo dado. De lo que se des-
«Como para el capital variable, también el prende automáticamente que en cada periodo
salario medio diario es ciertamente igual al concreto (circuito del capital) la suma de los
producto en valor del número de horas que el plusvalores producidos en los diferentes secto-
trabajador debe trabajar a fin de producir los res no puede diferir de la suma de los beneficios
propios medios de subsistencia necesarios; percibidos por los diferentes sectores.
sin embargo, este número de horas viene modi-
ficado él mismo por el hecho de que ¡os precios
de producción de los medios necesarios de sub-
sistencia divergen de sus valores». (Marx 197 7c, 6. Características
p. 248; cursivas mías, PO). de las soluciones del sistema
«Es por tanto posible que también las mercan- de precios de producción
cías producidas por los capitales de composi-

S
ción media presenten una diferencia entre su
precio de costo y la suma de valor de los ele- i bien el sistema de ecuaciones (4)-
mentos de los que se compone esta parte de (7) se presenta formalmente como
sus medios de producción. Supongamos que un sistema no lineal, es fácilmente
Ja composición media sea de 80c + 20v. Es Jinealizable. En el caso, prácticamente irrelevan-
posible que en los capitales reales que tengan te y por tanto de escaso interés, de coeficientes
esa composición, 80c sea superior o inferior técnicos y cantidades unitarias de trabajo cons-
al valor de c, capital constante, por el hecho tantes en el tiempo, sus soluciones (para los dos
de que c está constituido por mercancías, precios P y P , y para la tasa de beneficio, r~)
cuyo precio de producción difiere de su valor. son todas ¿bsol4tamente estables y convergentes
hacia un punto de equilibrio que se alcanza a
Igualmente, 20v podría diferir de su valor,
partir de un cierto t, cualesquiera que sean las
cuando en el consumo de los obreros entren
condiciones iniciales. Si, por el contrario, se ha-
mercancías cuyo precio de producción difiera
ce variar en el tiempo los coeficientes y las canti-
de sus valores; el obrero para recomprar tales
dades de trabajo, se obtienen soluciones también
mercancías (o sea para sustituirle) debe traha-
jar por un periodo de tiempo mayor o menor del estables pero, en el caso generai, no convergen-
tes hacia un determinado punto de equilibrio ~.
que sería necesario si los precios de producción
Es interesante que la solución de equilibrio
de los medios de subsistencia necesarios coinci-
del sistema (4)-(7) con coeficientes y cantidades
dieran con sus valores». (Marx 1977c, p. 253;
de trabajo constantes, además de ser indepen-
cursivas mías, PO).
diente de las condiciones iniciales, sea idéntica a
la solución del correspondiente sistema algebrai-
Lo que Marx afirma aquí es que la diferencia
co sraffiano de determinación simultánea de los
entre la magnitud de valor y el precio de produc-
precios de los inputs y de los outputs; circuns-
ción del salario real total es completamente irre-
tancia ésta que podría hacer pensar fácilmente
levante para los fines de la transformación de los
que ambos tipos de sistemas son a fin de cuentas
valores en precios. Pues lo que el trabajador ha-
242 Paolo G¡ussani

equivalentes y que, por tanto, no valdría la pena 1.0686, y la correspondiente tasa de beneficio, r
adentrarse en la búsqueda de algo nuevo en rela- — 1.2139. Hagamos variar ahora para tres peno-
ción con la ya conocida, cómoda y sencilla teo- dos sucesivos todos los coeficientes técnicos y
ría sraffiana. Esto sería, sin embargo, un notable comparemos en cada caso los precios y la tasa
error. Los dos sistemas son equivalentes (sólo, de beneficio obtenidos en nuestro sistema dis-
como se ha dicho, en la hipótesis de coeficientes creto (P,,, ~b’ r~) con los que resultan del sistema
técnicos y cantidades de trabajo fijas) sólo des- sraffiano estatico (P,,, ~b, r).
pués de alcanzado efectivamente el punto fijo del Los símbolos A % p y A % r indican para cada
sistema discreto (4)-(7), mientras que en los pe- periodo las desviaciones porcentuales de los
riodos precedentes los valores numéricos de los precios y de la tasa de beneficio discretos res-
precios de producción obtenidos por los dos sis- pecto de los precios y tasa de beneficio estáticos.
temas son diferentes ~. Eliminado el supuesto re-
lativo a la constancia de los coeficientes técnicos 1.
y de los inputs de trabajo, y haciendo variar la 7;Blb 7;116
Ab=8;E,,z4;BI =
técnica adoptada, o sea, suponiendo el caso más
“a1 /~b
general de acumulación de capital, los dos siste- 1 = 1.0089 ~ 1.0427
mas no sólo dejan de ser la misma cosa y, por = 1.4721 r = 1.6082
tanto, de ofrecer soluciones numéricas iguales,
síno que se manifiestan además como cualitati- A % p = -3.242%
vamente diferentes. Nuestro sistema discreto de A % r —8.463%
=

los precios de producción y de la tasa de benefi-


cio, (4)-(7), proporciona un medio claro para
determinar las magnitudes que interesan pasan- 2.
do de un periodo a otro, mientras el sistema al- Ab=6;B,,3.5;BI 7; Eíb = 5; 1 = 12
gebraico de tipo sraffiano —de naturaleza mate-
mática intrínsecamente estática— debe terminar ~a2 /~~h2 1.2670
= P,, / P1, = 1.1667
por descomponerse en tantos nuevos sistemas = 2.2216 r = 2.3341
independientes cuantos periodos de cambio téc- A%p=+8.597%
nico se consideren en el tiempo, sin proporcio- A % r —4.820%
=
nar el modo de pasar directamente de un perio-
do al siguiente, de un circuito de capital
productivo a otro [P...P’], movimiento que está 3.
mediado por el circuito del capital-mercancía
[MM’] y por el del capital-dinero [D...D’f. Ab5;B,,3.5;BI = 5; Bíb = 4;110
Un ejemplo numérico de los efectos de una ~a3 /‘~b3 1.0320
= p,, / ‘~b = 1.1149
variación continua de las técnicas y de la pro- = 2.9903 r 3.4326 =
ductividad del trabajo servirá bastante mejor que
un razonamiento general para ilustrar esta im- A % p = —7.436%
portante circunstancia. Teniendo presente la for- A % r = —12885%
ma simultánea (srafflana) del sistema (4)-(7),
que es la siguiente:

(E,, + E1 ~b (1 + O = APa 7. Conclusiones


(AbP,, + BIPb) (1+r) = EPb

podemos atribuir a los diversos coeficientes


estos valores numéricos iniciales:
E n este artículo se ha mostrado cómo
la teoría de los precios de produc-
ción de Marx, más conocida como
7;l,,+lbl=20 «transformación de los valores en precios», no
Ab=10;B,, ~~S;B,a =lO;Blb = solo no presenta ninguna laguna lógica, sino que
Para estos valores de los coeficientes técnicos, es dinámicamente superior a la universalmente
los precios relativos sraffianos y los precios rela- difundida y aceptada formulación sraffiana,
tivos del sistema (4)-(7) son iguales a Pa/Pb siempre que se exprese en los términos matemá-
La determinación de los precios de producción 243

ticos que le corresponden, y que no pueden ser Véanse Duménil (1983), Foley (1982) y Giick-Ehrbar
los utilizados habitualmente por los economistas (1987).
El mismo Marx reconoce implícitamente la necesidad
de la tradición estático-lineal. En el marco de un de un desfase temporal en la fa¡mulación del proceso de
sistema dinámico discreto, necesario si se quiere formación de los precios de producción sobre la base de
desarrollar la función desempeñada por la circu- los valores cuando, en el capitulo 9 dei libro III de El Capi-
lación junto a la producción, las cantidades de tal, habla de <error cuantitativo en el pasado» a propósito
trabajo gastadas en los distintos sectores produc- de la posible desviación entre el valor del capital constante
y variable usado en la producción y su precio de produc-
tivos, y por tanto la producción de valor, son ab- ción (véase Marx 1977c, p. 252). Ulteriores exposiciones
solutamente indispensables para poder definir la de este argumento se encuentran en Freeman (1984) y en
tasa general de beneficio, mostrando que los Cardechi (1991), mientras Kliman y McGlove (1989), que
precios de producción no son sino valores redis- se adhieren a un punto de vista similar al de este trabajo en
relación con el problema de la transformación de valores
tribuidos entre los diferentes capitales inverti-
en precios, no explican por qué razón entre los precios de
dos. El hecho de que las soluciones de equilibrio los inputs y los precios de los outputs debe existir un des-
de un sistema dinámico discreto y las soluciones fase temporal. Ellos invocan la <dialéctica» y el «método
de un sistema estático de precios de producción dialéctico» de Marx como opuesto al método convencional
sean ídénticas cuando los coeficientes técnicos de los economistas burgueses, pero esto recuerda la histo-
ria de Don Quijote y Sancho Panza, que veían los mismos
son constantes, aparte de tener escasa relevancia fenómenos aparecer con formas completamente diferentes
práctica, demuestra solamente que el sistema de en función del diferente espíritu con el que marchaban a la
ecuaciones sraffiano constituye sencillamente el aventura.
caso estático de la teoría de los precios de pro- La importancia de los que hemos llamado precios di-
rectos se manifiesta directamente en la teoría de la renta.
ducción de Marx, y nada mas Haciendo abstracción de las diferencias en la fertilidad na-
El sistema discreto definido aquí no es sin tural de los distintos tipos de tierra y de las diversas cantida-
embargo suficiente y puede llevar a notables ma- des de capital invertido en ellas, los precios de los produc-
lentendidos si no se captan sus limites intrínse- tos sujetos a renta de la tierra tenderán hacia los precios
cos. Falta en él la descripción del mecanismo directos de las ecuaciones (6), pues la propiedad del suelo
impide que funcione la libre circulación de los capitales mo-
que conduce continuamente a la formación de netarios entre los distintos sectores, que es el mecanismo
una tasa uniforme de beneficio —que es aquí un práctico que conduce a la nivelación de las diferentes tasas
simple supuesto— partiendo de tasas sectoriales de beneficio, o sea, a la redist¡ibución del piusvalor social
diferentes. No se puede estudiar por tanto los entre las diferentes ramas de la producción capitalista. La
efectos del progreso técnico y de los incremen- circunstancia de que los productos agrícolas y minerales se
vendan a los precios directos de las ecuaciones (6) genera la
tos de productividad obtenidos con cambios en renta absoluta, que es igual a la diferencia entre el precio di-
los medios de produción y en la composición recto de la mercancía que genera renta y el precio de pro-
del capital en el interior de las distintas ramas de ducción al que se vendería en caso de no existir barreras a la
la producción social. La extensión de este mode- circulación de los capitales entre los sectores productivos.
Despreciar y desconocer las magnitudes de valor como fac-
lo a un sistema con capital fijo y no sólo circu- tores determinantes de los precios ha conducido a los eco-
lante, así como al mecanismo de formación de la nomistas neorricardianos y sraffianos a la negación de la
tasa uniforme de beneficio y a las variaciones de renta absoluta debido a su incapacidad de formular una teo-
la productividad del trabajo en los diferentes ría al respecto. Ha llevado también a muchos economistas
de la tradición tercermundista (Amin, Dos Santos) a con-
sectores a través de la introducción de nuevos y fundir la renta absoluta con la renta de monopolio.
más avanzados medios de producción, con los 6 Podría surgir la duda en el lector de que el numerador

consiguientes cambios en la composición técni- de la ecuación (7) no constituye una suma de términos ho-
ca y orgánica del capital, será objeto de un traba- mogéneos, pero se trataría de una impresión inexacta. En
todo el sistema (4)-(7) las magnitudes con subíndice lo bien
jo posterior. son magnitudes (funciones) desconocidas, o bien magnitu-
des (funciones) conocidas. En sistemas de este género las
magnitudes (funciones) desconocidas asumen necesaria-
NOTAS mente la calidad (tiempo, trabajo, peso, masa, etc.) de las
magnitudes (funciones) conocidas, que en nuestro caso son
Véase Sraffa (1960). Hacemos aquí abstracción de las las cantidades de tiempo de trabajo, I~ y 1>,, gastado en los
críticas lógicas hechas por los economistas marxistas a la dos sectores productivos.
teoría de Sraffa, críticas que en cualquier caso han demolido Se puede obtener del autor, previa petición, el trata-
el mito de su coherencia interna. Entre ellas, véanse Savran miento matemático completo del sistema dinámico discreto
(t979) y (1980) y Stamatis (1990). presentado aquí, y de sus relaciones con el sistema estático
2 Exactamente como dice Sraffa en el capitulo 1 de su li- de tipo sraffiano.
bro (cfr. Sraffa, 1960). La diferencia sustancial entre nuestro sistema discreto
244 Paolo Giussaní

BIBLIOGRAFÍA
y el sistema estático-algebraico sraffiano aparece con extre-
ma claridad en el caso de producción sin empleo de trabajo
1. CARCHEDI, 0. (1991): Marxandrhe¡maginaryEconomy,
(totalmente automatizada) que corresponde a un valor nulo
1b = 0, el sistema sraffiano unpublished, University of Amsterdam, Amsterdam.
de las magnitudes 1,, y l~-dePara l~,
ofrece para los precios producción soluciones positivas 2. DuMÉNII., 0. (1983): «Beyond the Transformation
como para cualquier otro valor de 1,, y tb’ mientras que el sis- Riddle: a Labor Theory of Value», Science and Society,
tema de ecuaciones en diferencia (4)-(7) no posee solucion. vol. 47, Nueva York.
En ausencia de trabajo humano gastado en la produccion 3. FOLEY, D. (1982): «The Value of Money, the Value of
los dos sistemas (con coeficientes técnicos constantes) dejan Labour Power and the Marxian Transformation Pro-
de converger hacia una misma solución de equilibrio. Esta blem, Review of Radical Political Economía, vol. 14,
circunstancia corresponde al principio básico de la teoría Nueva York.
marziana según el cual el cálculo de los valores está indiso- 4. FREEMAN, A. (1984): eThe Logic of Transformation
lublemente ligado a la existencia de la economía mercantil, Problem, in Mandel E.-Freeman A. (eds.) Ricardo,
que es incompatible con una producción enteramente auto- Marx, Sraffa, Verso, Londres.
matizada. El sistema discreto desarrollado aquí no debe 5. G¡jc¡<, M. y ERREÁR, H. (1987): «The Transformation
confundirse con un simple cálculo iterativo de los precios de Problem: an Obiruary’>, A ustralian Economic Papers,
producción a partir de los valores. Que, sobre la base de los vol. 21, Sidney.
mismos coeficientes técnicos, partiendo de las magnitudes 6. KELLEY, A. 0. y PErensoN, A. 0. (1991): Difference
de valor de las mercancías (o de otro vector de magnitudes Equations, Academic Press, Londres.
positivas) y reiterando el cálculo se obtengan finalmente los 7. KLIMAN, A. y McGLose, T. (1988): «The Non Trans-
precios de producción sraffianos es una circunstancia bien forniation Problem and the Transforn¡ation Non Pro-
conocida actualmente (véase Shaikh, 1977). El cálculo ite- blem», Capital and Class, n. 38, Londres.
rativo a partir de los valores es sin embargo sólo un procedi- 8. MARX, K. (1977a): Capital 1, Lawrence & Wishart,
miento de cálculo numérico en el que los valores interme- Londres.
dios de los precios (los que se tienen antes del valor final de 9. MARX, K. (1 977b): Capital II, Lawrence & Wishart,
equilibrio) no cuentan nada, siendo magnitudes puramente Londres.
ficticias; en nuestro sistema (suponiendo también coeficien- 10. MARX, K. (1977c): Capital fil, Lawrence & Wishart,
tes técnicos y cantidades de trabajo fijas) cada valor inter- Londres.
medio (no de equilibrio) cuenta como precio efectivo, ya II - M~xnx, K. (1989): «Marginal Notes on Adolph Wagners,
que las ecuaciones están construidas sobre la base de la dr- Lehrbuch der Politischen Oekonomia in Marx-Engels Co-
culación del capitaly de la suceslon necesaria de los tres cir- llected Work.% vol. 24, Lawrence & Wishart, Londres.
cuitos del capital (productivo, mercantil, dinerario) (véase 12. SAvRÁN, 5. (1979): «On the Theoretical Consistency of
Marx, 1977c, pp. 26-123), presupuesto que, como se ha vis- Sraffa’s Economics», Capital and Class, n. 7, Londres.
to, no existe en la teoría sraffiana y tampoco en las diversas 13. SAVRAN, 5. (1980) «Confusions Concerning Sraffa
formulaciones estáticas marxistas de los precios de produc- (and Marx): Reply to Critics, Capital aud Class, n. 12,
ción- En este trabajo se utiliza el término circuito del capital Londres.
(productivo, mercantil o dinerario), diferente del término 14. SWXIKH, A. (1977).- «Marxs Theory of Value and the
ciclo usado por Marx en el primer capítulo del II volumen “Transformation Problem’, in Schwartz J. (ed.) Tite
de El Capital, para indicar las varias metamorfosis del capi- subtle anatomy of capitalism, Goodyear, California.
tal, por lo que debe evitarse la confusión con el ciclo econo- 15. SaktKu, A. (1981): «The Poverty of Algebra», inSteed-
mico, es decir, con las oscilaciones cíclicas de la produccion man 1. (ed.) Tite Value Contraversy, Verso, Londres.
capitalista. 16. SRAFFA, 1’. (1960): Production of Commodi¡ies bymeans
Será quizás por esto por lo que, según cuentan y conta- of Commodities, Cambridge University Press, Londres.
ban algunos (por ej., Joan Robinson), Piero Sraffa había 17. STÁMÁTIs, 0(1990): «L’impossibilitá del ritorno delle
afirmado: «La teoría del valor trabajo es absolutamente co- tecaiche nella teoria sraffiana>, Plusvalore, a. 8, Milán.
rrecta.» 18. STEEOMAN, 1. (1977): Marx afterSraffa, Verso, Londres.

POLLT5C~fr.

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