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LIBRO
F
fotos: afp
ue en un soleado día de pri- aprobación a mi mensaje. Y sentí que ¡Ay, Jalisco, no te rajes! Me divertí tanto
mavera del 20 de mayo de me alzaba con un renovado optimis- que la volví a cantar en Laredo. A me-
2008 cuando desperté de mo por mi país, y por las inesperadas diados de mayo, Obama había ganado
mi estado de somnolencia notas de un viejo clarín que me llama- la crucial primaria de Carolina del Nor-
por los medicamentos en ban una vez más a la campaña. Otros te y tomó la delantera en cantidad de
una cama de hospital de años, otras tribunas, otras aventuras delegados. Algunos comentaristas ya
Boston y miré el rostro de respecto del pasado. “Es hora de una declaraban el fin de la contienda. Sin
un médico, quien me ex- nueva generación de liderazgo”, decla- duda tuve la intención de mantener la
plicó de manera sombría que estaba a ré a la multitud de espectadores que campaña a favor de él a finales de la
punto de morir, y que sería mejor que permanecían frente a nosotros, como primavera y el verano, pero no hubo
empezara a ordenar mis asuntos y pre- también lo hacía otra voz resonando tiempo de escabullirse en Nantucket
parar a mis amigos y a mi familia para en los pasillos de mi memoria. Sound.
el final. Me sentí feliz y exuberante por el ago- El 16 de mayo participé en una cere-
Mientras estaba en la cama del hos- monia en uno de mis sitios históricos
pital, mis amigos y vecinos de Cape favoritos, el New Bedford Whaling Na-
Cod se encontraban preparando sus tional Historical Park, donde me uní al
☛ Título barcos de verano. Tenía la intención de congresista por Massachusetts Barney
True compass estar entre ellos, como de costumbre. Frank y a otros, para cortar la cinta de
Los Red Sox de Boston eran una buena inauguración del centro de aprendizaje
☛ Autor apuesta para defender su campeona- marítimo Corson. Barney y yo había-
Edward Kennedy to mundial. Se encontraba en curso la mos obtenido créditos para reparar y
campaña para las elecciones primarias hacer otras mejoras al edificio, después
☛ Editorial
para la presidencia. Mis colegas del Se- de haber sido dañado en un incendio
Hachette Book Group
nado pujaban hacia adelante nuestra en 1997. Me sentí especialmente bien
☛ Género agenda legislativa. Y yo tenía trabajo ese día, y entonces deshice mi discurso respeto. Frente a su ataúd, Obama
Autobiografía que hacer. preparado para hablar desde mi cora- destacó el compromiso del senador.
No. Por mucho que respeto a la pro- zón sobre el amor que sentía por New
☛ Primera edición fesión médica, mi muerte no encajaba Bedford, por su mar, y por cómo ese
Septiembre de 2009 en mis planes. parque se conecta con nuestra historia. último que recuerdo hasta que me des-
☛ Páginas Me negaba a pensar que me enfren- Vicki me dijo, después de eso, que Bar- perté en el hospital.
532
taba a una amenaza grave e impactante
para mi vida. Los primeros síntomas de
Emocionado bara Souliotis, nuestra querida amiga y
jefa de Personal de toda la vida de mi ofi-
Más tarde me enteré de que había si-
do hallado casi de inmediato por Judy
lo que podía ser un tumor cerebral ma-
ligno los había tenido tres días antes.
por Barack cina de Boston, quien estaba sentada a
su lado, se volvió hacia ella y le susurró:
Campbell, nuestra empleada doméstica.
Judy llamó a Vicki, quien todavía esta-
Habían caído sobre mí cuando me diri-
gía hacia la cocina de mi casa de Hyan-
Obama, apoyé “¡El vive realmente en el día de hoy!”. El
cambio se percibía en el aire. Y maña-
ba en el solárium esperando mi regreso.
Cuando Vicki me vio, corrió a mi lado, y
Datos sobre el autor
u Nació en Boston,
nis Port, un lugar que ha sido el centro
de mi vida y de mi felicidad durante la
su candidatura na, Vicki y yo disfrutaríamos de nuestra
primera navegación del año. Pero a la
le encargó a Judy que llame al 911, y lue-
go a mi médico en Boston, el Dr. Larry
Estados Unidos, el 22 de mayoría de mis setenta y seis años. No presidencial mañana siguiente, todo cambió. Ronan. Mientras esperaba que llegue el
febrero de 1932, y era tenía otra intención que sacar a pasear Acababa de atravesar el living y esta- equipo de rescate, Vicki se sentó en la
hermano del ex presidente a Sunny y Splash, mis muy queridos ba a dos pasos del piano de cola de mi silla a mi lado y me sostuvo la cabeza.
John F. Kennedy y de perros. Mi esposa, Vicki, y yo estába- tamiento inevitable de la campaña de madre, Rose, que solía tocarlo para la Yo no estaba consciente de lo que hacía,
Robert Kennedy, ambos mos conversando y tomando nuestro las primarias demócratas, tal como me familia hace medio siglo. (…) De pronto, pero me abrazó con ternura, me besó y
asesinados. café de la mañana en el solárium. había sentido en Wyoming y Virginia me sentí desorientado. Me acerqué a la me dio palmaditas en la mejilla mientras
La vida parecía especialmente bue- Occidental en 1960 por Jack, y en In- puerta que conduce al porche, y me dije: me susurraba: “Vas a estar bien”.
u Tras un período en el na. Los dieciséis años de matrimonio diana y California en 1968 por Bobby. “Bueno, voy a salir y tomar algo de aire Tomó tan sólo cuatro minutos que lle-
con Vicki habían sido buenos. Su agu- “¡Nadie dijo que no podíamos tener un fresco”. No llegué a ir afuera. Todo me gara la primera persona. Era un oficial
Ejército, se graduó en la
da comprensión y su amor por mí la poco de diversión!”, le grité al público parecía confuso; caminé hasta pasar la de policía de Hyannis, quien le dijo Vicki
Universidad de Harvard
habían convertido en una compañe- latino en San Antonio, antes de cantar puerta principal y luego ingresé en el que “era un médico del Ejército”. “¡Oh,
y dirigió la campaña
ra indispensable. Hemos compartido a todo pulmón mi versión española de comedor y me senté en una silla. Es lo gracias a Dios! ¡Adelante!” Los paramé-
presidencial de JFK. incontables horas de alegría a bordo dicos llegaron cerca de medio minuto
de mi antigua goleta de madera Mya, más tarde. Nadie sabía qué diagnóstico
u En 1962 fue elegido incluyendo noches de vela a lo largo darme. Sospecharon de un derrame ce-
senador por Massachusetts, de la costa, guiados sólo por las estre- rebral. Me prepararon para llevarme al
cargo desde el que impulsó llas. Vicki me había dado tal sensación hospital. (…) Vicki, sentada en el coche
leyes de inmigración y de estabilidad y tranquilidad, que casi mientras me preparaban e incluso antes,
salud, y que tenía al morir, había empezado a pensar en la vida en llamó por teléfono a tantos miembros
en agosto. esos términos, estable y tranquila. Pero de nuestras familias como pudo. Me lo
nunca aburrida. Ciertamente no podría explicó más tarde: “Sabía que esto iba
u Barack Obama lo calificó serlo con esta divertida, apasionada, a estar en las noticias, y no quería que
como uno de los mejores leal y tan enamorada mujer. ninguna persona cercana se enterase de
legisladores de la historia. Vicki y yo habíamos disfrutado de un esa manera”. (…)
invierno y principios de primavera es- El lunes siguiente la biopsia confir-
pecialmente estimulante. El 27 de ene- mó que tenía un tumor cerebral, un
ro, emocionado e inspirado por Barack glucoma maligno en mi lóbulo parietal
Obama y la esperanza que encarnaba, izquierdo. A Vicki y a mí, en privado, se
subí al podio en la American University nos dijo que el pronóstico era sombrío:
en Washington para apoyar su candi- tan sólo unos pocos meses como máxi-
datura presidencial. Las mejores es- mo. Yo respeto la gravedad de la muer-
peranzas de la historia y el presente se te, he tenido muchas ocasiones para
convergían en torno a mí. Mi sobrina, meditar sobre sus intrusiones. Pero no
Caroline Kennedy, estaba a mi espalda, estaba dispuesto a aceptar el pronósti-
junto a mi propio hijo Patrick y el mis- co del médico por dos razones.
mísimo candidato. La multitud rugió su presencias. Obama, Bush, Clinton, Carter, respeto por el amigo o el adversario. La primera fue mi propia obstinada
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PERFIL - Domingo 20 de septiembre de 2009 PERFIL - Domingo 20 de septiembre de 2009
LIBRO
F
fotos: afp
ue en un soleado día de pri- aprobación a mi mensaje. Y sentí que ¡Ay, Jalisco, no te rajes! Me divertí tanto
mavera del 20 de mayo de me alzaba con un renovado optimis- que la volví a cantar en Laredo. A me-
2008 cuando desperté de mo por mi país, y por las inesperadas diados de mayo, Obama había ganado
mi estado de somnolencia notas de un viejo clarín que me llama- la crucial primaria de Carolina del Nor-
por los medicamentos en ban una vez más a la campaña. Otros te y tomó la delantera en cantidad de
una cama de hospital de años, otras tribunas, otras aventuras delegados. Algunos comentaristas ya
Boston y miré el rostro de respecto del pasado. “Es hora de una declaraban el fin de la contienda. Sin
un médico, quien me ex- nueva generación de liderazgo”, decla- duda tuve la intención de mantener la
plicó de manera sombría que estaba a ré a la multitud de espectadores que campaña a favor de él a finales de la
punto de morir, y que sería mejor que permanecían frente a nosotros, como primavera y el verano, pero no hubo
empezara a ordenar mis asuntos y pre- también lo hacía otra voz resonando tiempo de escabullirse en Nantucket
parar a mis amigos y a mi familia para en los pasillos de mi memoria. Sound.
el final. Me sentí feliz y exuberante por el ago- El 16 de mayo participé en una cere-
Mientras estaba en la cama del hos- monia en uno de mis sitios históricos
pital, mis amigos y vecinos de Cape favoritos, el New Bedford Whaling Na-
Cod se encontraban preparando sus tional Historical Park, donde me uní al
☛ Título barcos de verano. Tenía la intención de congresista por Massachusetts Barney
True compass estar entre ellos, como de costumbre. Frank y a otros, para cortar la cinta de
Los Red Sox de Boston eran una buena inauguración del centro de aprendizaje
☛ Autor apuesta para defender su campeona- marítimo Corson. Barney y yo había-
Edward Kennedy to mundial. Se encontraba en curso la mos obtenido créditos para reparar y
campaña para las elecciones primarias hacer otras mejoras al edificio, después
☛ Editorial
para la presidencia. Mis colegas del Se- de haber sido dañado en un incendio
Hachette Book Group
nado pujaban hacia adelante nuestra en 1997. Me sentí especialmente bien
☛ Género agenda legislativa. Y yo tenía trabajo ese día, y entonces deshice mi discurso respeto. Frente a su ataúd, Obama
Autobiografía que hacer. preparado para hablar desde mi cora- destacó el compromiso del senador.
No. Por mucho que respeto a la pro- zón sobre el amor que sentía por New
☛ Primera edición fesión médica, mi muerte no encajaba Bedford, por su mar, y por cómo ese
Septiembre de 2009 en mis planes. parque se conecta con nuestra historia. último que recuerdo hasta que me des-
☛ Páginas Me negaba a pensar que me enfren- Vicki me dijo, después de eso, que Bar- perté en el hospital.
532
taba a una amenaza grave e impactante
para mi vida. Los primeros síntomas de
Emocionado bara Souliotis, nuestra querida amiga y
jefa de Personal de toda la vida de mi ofi-
Más tarde me enteré de que había si-
do hallado casi de inmediato por Judy
lo que podía ser un tumor cerebral ma-
ligno los había tenido tres días antes.
por Barack cina de Boston, quien estaba sentada a
su lado, se volvió hacia ella y le susurró:
Campbell, nuestra empleada doméstica.
Judy llamó a Vicki, quien todavía esta-
Habían caído sobre mí cuando me diri-
gía hacia la cocina de mi casa de Hyan-
Obama, apoyé “¡El vive realmente en el día de hoy!”. El
cambio se percibía en el aire. Y maña-
ba en el solárium esperando mi regreso.
Cuando Vicki me vio, corrió a mi lado, y
Datos sobre el autor
u Nació en Boston,
nis Port, un lugar que ha sido el centro
de mi vida y de mi felicidad durante la
su candidatura na, Vicki y yo disfrutaríamos de nuestra
primera navegación del año. Pero a la
le encargó a Judy que llame al 911, y lue-
go a mi médico en Boston, el Dr. Larry
Estados Unidos, el 22 de mayoría de mis setenta y seis años. No presidencial mañana siguiente, todo cambió. Ronan. Mientras esperaba que llegue el
febrero de 1932, y era tenía otra intención que sacar a pasear Acababa de atravesar el living y esta- equipo de rescate, Vicki se sentó en la
hermano del ex presidente a Sunny y Splash, mis muy queridos ba a dos pasos del piano de cola de mi silla a mi lado y me sostuvo la cabeza.
John F. Kennedy y de perros. Mi esposa, Vicki, y yo estába- tamiento inevitable de la campaña de madre, Rose, que solía tocarlo para la Yo no estaba consciente de lo que hacía,
Robert Kennedy, ambos mos conversando y tomando nuestro las primarias demócratas, tal como me familia hace medio siglo. (…) De pronto, pero me abrazó con ternura, me besó y
asesinados. café de la mañana en el solárium. había sentido en Wyoming y Virginia me sentí desorientado. Me acerqué a la me dio palmaditas en la mejilla mientras
La vida parecía especialmente bue- Occidental en 1960 por Jack, y en In- puerta que conduce al porche, y me dije: me susurraba: “Vas a estar bien”.
u Tras un período en el na. Los dieciséis años de matrimonio diana y California en 1968 por Bobby. “Bueno, voy a salir y tomar algo de aire Tomó tan sólo cuatro minutos que lle-
con Vicki habían sido buenos. Su agu- “¡Nadie dijo que no podíamos tener un fresco”. No llegué a ir afuera. Todo me gara la primera persona. Era un oficial
Ejército, se graduó en la
da comprensión y su amor por mí la poco de diversión!”, le grité al público parecía confuso; caminé hasta pasar la de policía de Hyannis, quien le dijo Vicki
Universidad de Harvard
habían convertido en una compañe- latino en San Antonio, antes de cantar puerta principal y luego ingresé en el que “era un médico del Ejército”. “¡Oh,
y dirigió la campaña
ra indispensable. Hemos compartido a todo pulmón mi versión española de comedor y me senté en una silla. Es lo gracias a Dios! ¡Adelante!” Los paramé-
presidencial de JFK. incontables horas de alegría a bordo dicos llegaron cerca de medio minuto
de mi antigua goleta de madera Mya, más tarde. Nadie sabía qué diagnóstico
u En 1962 fue elegido incluyendo noches de vela a lo largo darme. Sospecharon de un derrame ce-
senador por Massachusetts, de la costa, guiados sólo por las estre- rebral. Me prepararon para llevarme al
cargo desde el que impulsó llas. Vicki me había dado tal sensación hospital. (…) Vicki, sentada en el coche
leyes de inmigración y de estabilidad y tranquilidad, que casi mientras me preparaban e incluso antes,
salud, y que tenía al morir, había empezado a pensar en la vida en llamó por teléfono a tantos miembros
en agosto. esos términos, estable y tranquila. Pero de nuestras familias como pudo. Me lo
nunca aburrida. Ciertamente no podría explicó más tarde: “Sabía que esto iba
u Barack Obama lo calificó serlo con esta divertida, apasionada, a estar en las noticias, y no quería que
como uno de los mejores leal y tan enamorada mujer. ninguna persona cercana se enterase de
legisladores de la historia. Vicki y yo habíamos disfrutado de un esa manera”. (…)
invierno y principios de primavera es- El lunes siguiente la biopsia confir-
pecialmente estimulante. El 27 de ene- mó que tenía un tumor cerebral, un
ro, emocionado e inspirado por Barack glucoma maligno en mi lóbulo parietal
Obama y la esperanza que encarnaba, izquierdo. A Vicki y a mí, en privado, se
subí al podio en la American University nos dijo que el pronóstico era sombrío:
en Washington para apoyar su candi- tan sólo unos pocos meses como máxi-
datura presidencial. Las mejores es- mo. Yo respeto la gravedad de la muer-
peranzas de la historia y el presente se te, he tenido muchas ocasiones para
convergían en torno a mí. Mi sobrina, meditar sobre sus intrusiones. Pero no
Caroline Kennedy, estaba a mi espalda, estaba dispuesto a aceptar el pronósti-
junto a mi propio hijo Patrick y el mis- co del médico por dos razones.
mísimo candidato. La multitud rugió su presencias. Obama, Bush, Clinton, Carter, respeto por el amigo o el adversario. La primera fue mi propia obstinada
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PERFIL - Domingo 20 de septiembre de 2009
fotos: afp
Ted, la
objetivo secreto que ella y yo habíamos
acordado: si todo salía bien, viajaríamos
a la Convención Nacional Demócrata en