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MANUAL jf ENRicvE DE DERECHO | °**"- >» Séptima edicion actualizada COLECCION MANUALES JURIDICOS Ninguna parte de esta publicacién, incluido el disefio de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningtin medio, ya sea eléctrico, quimico, mecanico, éptico, de grabacién o de fotocopia, sin permiso previo del editor. © ENRIQUE ROSSEL SAAVEDRA © EDITORIAL JURIDICA DE CHILE Ay. Ricardo Lyon 946, Santiago Inscripcién N® 81.582 Se terming de reimprimir esta séptima edicién de 1.500 ejemplares en el mes de julio de 1994 IMPRESORES: Merimex y Cia. Ltda. IMPRESO EN CHILE/PRINTED IN CHILE ISBN 956-10-0972-1 PRIMERA PARTE DEL MATRIMONIO Y DE SUS EFECTOS PATRIMONIALES INTRODUCCION I Generalidades sobre la familia 1. Concepto.— Juridicamente considerada, la familia es un con- junto de individuos unidos por vinculo de matrimonio o de parentes- co. Tanto el parentesco de afinidad como el de consanguinidad dan origen a la familia y sirven de fundamento a las relaciones juridicas que luego se consideraran. El Cédigo Civil no define este fenédmeno, pero da los elementos suficientes para caracterizarlo en los articulos 42, 815, 988, 989, 990, 991, 992 y 993. Desde luego, el articulo 42 nos dice que dentro del término “parientes” se comprenden el cényuge, los consanguineos legitimos y los afines legitimos, sean en linea recta o colateral. Todos los nombrados constituyen, pues, la familia legitima. Nos agrega, ademds, que no sélo existe familia legitima sino que también natural y que son “parientes” de un hijo natural el padre © madre que lo haya reconocido y sus hermanos naturales. Con raz6n se dice, pues, que el hijo natural no tiene abuelos. Parecido concepto de familia se desprende del articulo 815, aun cuando para-los efectos del derecho de uso restrinja el vinculo fami- liar a la mujer y a los hijos, 2 Manual de Derecho de Familia Los articulcs 988 a 993, al reglar la sucesién abintestato, sefia- lan como miembros de una familia para estos efectos al cényuge y a los parientes consanguineos en la linea recta y en la colateral hasta el sexto grado. Puede considerarse, entonces, que forman “familia” todos los individuos unidos por el matrimonio 0 por el parentesco, pero no todos ellos tienen entre si iguales derechos y obligaciones. 2. La familia no es persona juridica.— La familia, sin embar- go, no es persona juridica ni tiene existencia propia como organis- mo; los efectos legales derivados de la relacién familiar recaen sobre los individuos que la forman y no sobre ella como individualidad independiente. Entre nosotros no existe el “consejo de familia”, que est4 establecido por la ley civil en otros paises y que supone el reconocimiento de una entidad distinta a los individuos que se reco- nocen como miembros de una familia, Entre nosotros, la familia es un organismo ético mds que juridico. II Del parentesco 3. Definicién y clasificacién.— El parentesco es la relacién de familia que existe entre dos personas. Esta relacién se establece atendiendo al vinculo de sangre (parentesco de consanguinidad) 0 a la existencia de relaciones sexuales (parentesco de afinidad). Son parientes consanguineos los que tienen la misma sangre, y esto ocu- Ire entre seres que descienden unos de otros o entre los que tienen un tronco comin. El parentesco consanguineo puede ser legitimo o ilegitimo. Es legitimo cuando todas las generaciones de que resulta han sido auto- tizadas por la ley (art. 28). Segiin esto, son parientes consanguineos legitimos dos primos hermanos, hijos legitimos ambos de dos her- manos, que a su vez son hijos legitimos del padre comin. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 3 El parentesco de consanguinidad es ilegitimo cuando alguna de las generaciones de que resulta no es autorizada por la ley, como, por ejemplo, si alguno de los primos referidos en el caso anterior no fuera hijo legitimo de su padre (art. 29). EI parentesco de afinidad nace, como se ha dicho, de las rela- ciones sexuales matrimoniales o extramatrimoniales y es el que exis- te entre una de dos personas que se han conocido sexualmente y los consanguineos legitimos 0 ilegitimos de la otra. Puede ser también este parentesco legitimo 0 ilegitimo; hay afi- nidad legitima entre el marido o la mujer y los consanguineos legiti- mos del otro cényuge (art. 31); hay afinidad ilegitima entre uno de dos cényuges y los parientes consanguineos ilegitimos del otro o entre una de dos personas que se han conocido sexualmente y los Parientes consanguineos legitimos o ilegitimos de la otra (art. 32). Este parentesco de afinidad no desaparece con la muerte de uno de los que le dieron origen por medio de la relacién sexual, y asi lo da a entender claramente el articulo 31 al disponer que son parientes afines el que estuvo casado y los consanguineos de su cényuge. Al emplear este articulo la forma verbal “ha estado casada” se refiere, pues, al matrimonio extinguido que, no obstante, sigue produciendo afinidad. No existe parentesco de afinidad entre los consanguineos de una de dos personas que se han conocido sexualmente y los consangui- neos del otro. Es menester recalcar que este parentesco sélo existe entre uno de los que cohabitaron y los consanguineos del otro; asi, por ejemplo, los padres del marido no son parientes por afinidad con los padres de la mujer. 4. Los cényuges no son parientes por afinidad.- Aun cuando la cuestién es dudosa, parece mds probable que ¢l Cédigo no haya considerado a los cényuges como parientes afines entre si. En efecto, no quedan comprendidos en la definicién que el ar- ticulo 31 da sobre la afinidad legitima ni tampoco es posible compu- lar el grado de parentesco en que estarian si se aceptara en hipdtesis que fueran parientes. Ello es demostrativo de que no fueron conside- rados tales al crearse el sistema de parientes afines. 4 Manual de Derecho de Familia Es verdad que en otras disposiciones legales los cényuges son comprendidos entre los parientes, como, por ejemplo, en el ar- ticulo 42, pero para resolver la dificultad con acierto es menester atender a las reglas legales normativas del fenémeno y no a aquellas que resultan incidentales. Pierde el argumento todo poder de convic- cién si se atiende a que existen disposiciones en que, claramente, se hace el distingo entre parientes y cényuges (arts. 15, N® 2, y 353, inc, 3%). 5. Manera de computar el parentesco.— El parentesco por consanguinidad se computa por la linea y por el grado. Atendiendo a la linea puede ser de linea recta o bien de linea oblicua, transversal o colateral. Son parientes en linea recta los que descienden unos de otros, como, por ejemplo, el padre, el hijo y el nieto. Son parientes en linea colateral o transversal los que, sin descender unos de otros, tienen un ascendiente comin (art. 27). El grado equivale al niimero de generaciones que separan a dos parientes; asi, el padre es pariente de primer grado con el hijo y de segundo grado con el nieto. En el parentesco colateral, para computar los grados, es menes- ter encontrar al ascendiente comin y subir hasta él para bajar des- pués hasta el otro pariente; asi, por ejemplo, dos primos son parien- tes en cuarto grado y un sobrino con su tio lo es en tercer grado. Es menester hacer notar que en el Derecho Canénico el parentesco co- lateral se computa en distinta forma, pues los grados sélo se cuentan en una sola rama y se elige la mas larga. También en el parentesco por afinidad se aplican las reglas pre- cedentes y, segtin lo dispone el articulo 31 del Cédigo Civil, los parientes afines tienen la misma linea y grado que tendrian si, hipotéticamente, fueran consanguineos; asi, por ejemplo, el yer- no tiene con sus suegros el mismo grado que con sus propios pa- dres. 6. Importancia del parentesco.— El parentesco es, sin duda, la vinculacién mds importante que establece el Derecho Privado. Sus efectos son tan amplios que abarcan toda la vida del individuo; con Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 5 raz6n se ha dicho que el parentesco “imprime cardcter”, 0 sea, da a un ser un conjunto de atributos de tal modo profundos y duraderos que permiten por si solos ubicarlo permanentemente en la colectivi- dad a que pertenece. En orden de importancia, lo es mas el parentes- co por consanguinidad que el de afinidad. La consanguinidad produ- ce efectos importantes, aun cuando sea ilegitima, lo que no ocurre con la afinidad ilegitima que, realmente, carece de trascendencia en las relaciones de Derecho Privado. I Derechos de familia 7. Concepto.- Se denominan derechos de familia las vincula- ciones juridicas establecidas por la ley respecto de los individuos que han contraido matrimonio 0 que se han conocido carnalmente, o que est4n unidos por parentesco. El objeto de estas vinculaciones es a veces moral y a veces patrimonial. En otras, se observa la simulta- neidad de éstas, pero sea que el derecho de familia cree una obliga- cidén puramente ética o econdémica, en ambos casos presenta caracte- res que lo diferencian sensiblemente del derecho puramente patrimo- nial. Pueden anotarse los siguientes: a) es, por regla general, de orden ptiblico, o sea, queda al margen de la autonomia de la voluntad. En otros términos, es el mismo legislador el que da la facultad, impone la obligacién y determina su alcance y consecuencia, El hombre no puede introducirle modificaciones por medio de contratos; b) el de- recho de familia es ordinariamente intuito personae, de manera que no puede cederse ni renunciarse; c) no puede ser ejecutado por me- dio de la fuerza publica o por los otros procedimientos de apremio establecidos para ejecutar los derechos patrimoniales. El acreedor de un derecho de familia s6lo puede compeler a su deudor por medios indirectos (ejemplo, el desheredamiento como castigo para el hijo 6 Manual de Derecho de Familia menor que se casa sin el consentimiento de sus ascendientes). Por excepcién, pueden ejercitarse coacciones directas, tratandose de de- rivaciones patrimoniales del ejercicio del derecho de familia; d) en materia de derechos de familia, los efectos de la cosa juzgada son mas amplios que tratandose de derechos patrimoniales; asi es como el articulo 315 atribuye efectos universales al fallo que declara ver- dadera o falsa la legitimidad de un hijo o una maternidad que se impugna; e) los derechos de familia no admiten, por regla general, adquisicién derivativa, como Ia tradicién o Ia sucesién por causa de muerte: se radican originariamente en el titular y desaparecen con él; f) tampoco se ganan o pierden por prescripci6n. De ahi la impres- criptibilidad de las acciones sobre reclamacion de estado civil. Esta- blece la ley, sin embargo, casos en que el ejercicio del derecho de familia estd limitado por el tiempo; pero, por regla general, tales casos son de caducidad y no de prescripcién. Los derechos de fami- lia caducan, no prescriben; g) los derechos de familia son irrenun- ciables, pues importando el ejercicio de atribuciones que constituyen al mismo tiempo deberes, el titular no puede por su sola voluntad no ejercitarias o delegarlas en terceros, y h) el derecho de familia es, al mismo tiempo, un deber. Salvo excepciones, el derecho y la obliga- cidn van, en este caso, indisolublemente unidos en un solo titular. En el derecho patrimonial puede concebirse sin esfuerzo un derecho sin obligacién correlativa; en el derecho familiar la vinculacién es “de- recho-deber”. 8. El derecho de familia es Derecho Privado.— No obstante jas caracteristicas anotadas, el derecho de familia es una vincu- lacién que pertenece al Derecho Privado, porque ella se traba en- tre individuos particulares. En el Derecho Piiblico, el Estado es par- te de la relacién juridica; en el Derecho Privado, la interven- cién del Estado es exterior, 0 sea, se refiere a las condiciones en que las relaciones familiares nacen, se ejercen y se extinguen. El Estado no es sujeto de la relacién familiar, pero es su guarda y tutor. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales if Capitulo I DE LOS ESPONSALES 9. Definicién y caracteres.— El articulo 98 del Cédigo Civil los define como “la promesa de matrimonio mutuamente aceptada”. Tal es también su sentido etimoldgico, pues la expresién “esponsales” deriva directamente del vocablo latino spondere, que significa pro- meter. Aunque el articulo 101 los denomina “contrato de esponsales”, es el hecho que se diferencian fundamentalmente de los contra- tos propiamente tales y ef propio articulo 98, después de definirlos, agrega que constituyen un “hecho privado” y que “no producen obli- gacién alguna ante la ley civil”. Los esponsales son, pues, una vinculaciédn que estd lejos de constituir un contrato, fuente de derechos y obligaciones; pero tam- poco puede calificarse como una simple actuacién intrascendente que no tiene otra sancién que la conciencia individual, pues genera algunos efectos juridicos secundarios de cierta importancia que se analizaran a continuacién. Los esponsales estan en la mitad del ca- mino entre los simples deberes morales y las vinculaciones juridicas propiamente dichas. 10. Carencia de obligatoriedad de los esponsales.— El! primer problema que plantea esta convencién es el de determinar si ella es exigible, 0 sea, si puede obligarse al promitente a casarse en cumpli- miento de su compromiso. La tendencia legislativa es a negarle este efecto y entregar el cumplimiento de la promesa al honor y conciencia del individuo. Nuestro Cédigo Civil declara expresamente que los esponsales constituyen un hecho privado: de ahi que no puedan invocarse ni directa ni indirectamente para provocar la celebracién del matrimo- nio. El mismo articulo 98, yendo quizas demasiado lejos, declara que ni siquiera se podra demandar indemnizacién de perjuicios, y el articulo 99 agrega que si se ha pactado multa para el caso de no cumplirse lo prometido, esta multa tampoco podra hacerse efectiva. 8 Manual de Derecho de Familia Esta impunidad en que se coloca al que viola la promesa de matrimonio no existe en otras legislaciones. El Cédigo aleman hace al esposo que quebranta su promesa, responsable de todo perjuicio, y la jurisprudencia francesa, a pesar de carecer de texto expreso, equi- para esta situacidn a la que crea un delito y hace responsable al infractor aun de la indemnizaci6n del dafio moral. 11. Efectos secundarios que producen los esponsales.—- No obstante que los esponsales no son obligatorios y ni siquiera son fuente de perjuicios, la ley les atribuye los efectos secundarios que se pasan a describir: a) El articulo 99 se pone en el supuesto que los esposos hayan estipulado una multa para el caso de incumplimiento de la promesa matrimonial y precepttia que esta estipulacidén no da accién para cobrar la multa, “pero si se hubiere pagado la multa, no podra pedir- se su devolucién”. Como se ve, el legislador priva a.esta estipulacién de los efectos propios de toda clausula penal, pero asigna al que recibe la multa voluntariamente pagada, el derecho de retenerla. La situacién queda, pues, comprendida en la definicién que el articulo 1470 da de obli- gaciones naturales y debe calificarse como tal la obligacién que nace del articulo 99. Se ha sostenido que esta obligacién no es natural, ni menos civil, porque el articulo 98 dispone que los esponsales no producen obligacién “alguna” ante la ley civil, o sea, ni obligaciones civiles ni naturales. Este argumento carece’ de valor porque el articulo 98 se esté refiriendo al “‘pacto de matrimonio futuro”, y el articulo 99 esté legislando una convencién independiente, como es la clausula penal, que, si bien es accesoria, no por eso deja de producir efectos propios y distintos a los que puede generar la convencién principal. b) Segtin el articulo 101 del Cédigo Civil, la existencia de una promesa de matrimonio es causal agravante del delito de seduc- cidn, y c) Finalmente, el articulo 100 dispone textualmente: “Lo dicho No se opone a que se demande la restitucién de las cosas donadas y Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 9 entregadas bajo la condicién de un matrimonio que no se ha efec- tuado”. Este efecto no es propio de los esponsales, sino ajeno a ellos, pues se producir4 siempre, aunque los esponsales no existan. Las donaciones por causa de matrimonio pueden dejarse sin efecto cuan- do el matrimonio no se celebra, porque en ellas se entiende implici- ta la condicién de celebrarse el matrimonio (art. 1789, inc. 2°, del Cédigo Civil). Capitulo II GENERALIDADES SOBRE EL MATRIMONIO 12, Definicién.— El articulo 102 del Cédigo Civil, definiendo el matrimonio, dice textualmente como sigue: “El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente”. Etimoldgicamente, la palabra matrimonio significa “oficio de madre”, concepto que justifican las Leyes de Partidas diciendo que, por ser la madre quien soporta las cargas y los trabajos que significan el parto y la crianza de los hijos, ha de llamarse matrimonio y no patrimonio. 13. Caracteres.- De la definicién del articulo 102 se infieren las caracteristicas del matrimonio, que son las siguientes: a) Es un contrato. El establecimiento de este precepto puso fin a la larga pugna de conceptos sobre el sentido y alcance del matrimo- nio. Los que sostuvieron que ¢l matrimonio era un sacramento re- Ppugnaron toda intromisién del Estado en su reglamentacién; los que aducian que era un simple contrato, por el contrario, pretendian que todo lo relativo a él quedara entregado a la legislacién civil. Vemos que en el Cédigo Civil es un término transaccional entre ambas tendencias. No obstante que el articulo 102 lo califica de “contrato”, 10 Manual de Derecho de Familia debemos recalcar que debe tomarse esta expresién en un sentido amplio, 0 sea, como equivalente a acto nacido de la voluntad de dos personas y reglamentado por la ley civil. Veremos a continuacién que, de ser contrato, es uno tan especial que sdélo tiene de tal su origen. Es por eso que algunos tratadistas modernos le niegan tal cardcter y prefieren denominarlo genéricamente “institucién”. b) Contrato solemne. El matrimonio no se perfecciona por el solo consentimiento de los contrayentes, sino que requiere la conclusién de varias formalidades externas que se analizaran a continuacion. c) Diferencia de sexo entre las partes, Esta es una de las carac- teristicas que lo diferencian de todo otro contrato. d) Cada parte sélo puede ser una persona. Con este requisito se deroga el articulo 1438 del Cédigo Civil, que dice expresamente que “cada parte puede ser una o muchas personas”. e) Los efectos del contrato son actuales, permanentes y perpe- tuos. Esta es la fundamental diferencia entre el matrimonio y los demds contratos y es la que ha Hevado a algunos autores a negarle el carcter de tal y denominarlo “institucién”, Que los efectos sean actuales quiere decir que no pueden someterse a condicién suspen- siva, sino que se generan en el momento mismo de su celebracién. Que sean permanentes y perpetuos, quiere decir que duran obligato- riamente toda la vida de los cényuges. El articulo 102 del Cédigo Civil recalca esta idea diciendo que la unién es “indisoluble y por toda la vida”. Queda excluido del matrimonio el modo de extinguir obligaciones indicado en el inciso 1° del articulo 1567 del Cédigo Civil, o sea, el mutuo acuerdo. f) El objeto del matrimonio es también caracteristico. Del ar- ticulo 102 del Cédigo Civil se infiere que consiste en “procrear, vivir juntos y auxiliarse mutuamente”. Como se ve, el objeto de este vinculo es principalmente de orden moral y secundariamente patri- monial. Debemos observar que la procreaci6n no es su unica finali- dad, de manera que no podria pedirse la nulidad del contrato por falta de objeto por el solo hecho de que no se quisiera procrear. Por la misma raz6n es permitido el matrimonio entre individuos seniles que no son capaces de engendrar o concebir. La falta de objeto esta, sin embargo, sancionada en diversas formas, que Hegan desde la Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales u nulidad del matrimonio hasta la simple separacién de cuerpos sin tuptura del vinculo, lo que en Chile se llama impropiamente “divor- cio”; éste puede ser perpetuo o temporal. 14, Historia del matrimonio en Chile.— En nuestro pais la his- toria de la legislacién sobre matrimonio se divide en dos épocas separadas por la dictacién de la Ley sobre Matrimonio Civil de 10 de enero de 1884, Durante el primer periodo todo lo relativo a la celebracién del matrimonio, a sus condiciones de validez, a los im- pedimentos y prohibiciones para celebrarlo y a las causales de diso- luci6n, estaba entregado a la jurisdiccién de la Iglesia Catélica; el legislador civil se encargaba de reglamentar sus efectos y conse- cuencias. No obstante Io dicho, la ley civil siempre se reservé el derecho de establecer algunos impedimentos que resultaban obligatorios para la autoridad eclesidstica. Desde el 10 de enero de 1884 se inicia el segundo periodo de la historia legislativa, que se caracteriza por el establecimiento del ma- trimonio civil regiamentado por la ley del Estado en todos sus aspec- tos y consecuencias. La evolucion legislativa, hasta Ilegar a este estado, es la si- guiente: Hasta 1820 regian en Chile las Leyes de Partidas, que prescri- bian que el matrimonio se celebraria ante el cura de la respectiva parroquia y establecian los impedimentos y prohibiciones para cele- brarlo (Partidas I y TV). El 9 de septiembre de 1820 se dict6 un senado consulto que exigia 24 afios de edad para el hombre y 22 para la mujer, como minimo para contraer matrimonio. Si se tenia menos edad era nece- sario obtener el permiso de los ascendientes; en lo demas, regia el matrimonio catdlico. El 24 de agosto de 1844 se dicta una ley esta- bleciendo una forma de matrimonio para los no catélicos. Segiin esta ley, los que profesen religién distinta a la catélica pueden casarse concurriendo ante el cura parroco y dos testigos. Basta expresar ante él y los testigos el deseo de contraer matrimonio para que, sin nece- sidad de otra ceremonia, queden legalmente casados. 12 Manual de Derecho de Familia La ley prescribia que el cura p4rroco deberia inscribir el matri- monio en sus registros, asi como los hijos nacidos de tales matrimo- nios. Aun cuando ésta era una manera de establecer una especie de matrimonio laico, encontré en su aplicacién serias dificultades, pues la Iglesia era reacia a celebrarlo; aparte de ello, no solucionaba el problema de los matrimonios entre un no catdlico y un catdlico. La situacién se mantuvo hasta la dictacién del Cédigo Civil. El Cédigo establece dos formas de matrimonio: una para los catélicos y otra para los que no lo son. La celebracién del matrimonio catélico, sus formalidades y re- quisitos internos, son de resorte exclusivo de la Iglesia Catélica. La ley civil se limité a establecer en el articulo 104 (derogado) un impedimento de afinidad, y en los articulos 128 y 126 impedimentos de “segundas nupcias”. No obstante el exagerado respeto del legisla- dor por el matrimonio cat6lico, la Iglesia protest6 de esta incipiente reglamentacién. El articulo 118 (derogado) establecia el matrimonio para los no catélicos, que es sensiblemente la misma expresién contenida en la ley de 1844, pero se omitia la obligacién de los curas parrocos de anotar estos matrimonios en sus registros. Desde este punto de vista, el Cédigo Civil es una regresidn con respecto a la ley de 1844. La situacién expuesta se mantuvo hasta la dictacién de la Ley de Matrimonio Civil, de 10 de enero de 1884, que lleva las firmas de don Domingo Santa Maria y de don José Ignacio Vergara. La dictacién de esta ley es el resultado de un conflicto entre el Gobiemo liberal y las autoridades eclesidsticas, que alcanz6 su pun- to ctispide en los afios 1884 y 1885. Sus momentos culminantes son el rechazo que, a insinuacién del clero metropolitano, se hizo de la propuesta del Gobierno recaida en la persona de don José M. Taforé para el Arzobispado de Santiago. Se objet6 a monsefior Taforé por- que, segiin se dijo, era hijo natural. Por esta misma época (2 de agosto de 1883) el Gobierno se vio obligado a propiciar la dictacién de la Ley de Cementerios Laicos, porque la autoridad eclesidstica se negaba a dar pase de sepultacién a los no catdlicos. Segtin esta ley, que lleva la firma de Santa Maria Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 13 y Balmaceda, en los cementerios sujetos a la administracién del Estado o de las Municipalidades no podr4 impedirse, por ningun motivo, la inhumacién de caddveres de personas que hayan adquiri- do sepulturas de familia, o de pobres de solemnidad. La autoridad eclesidstica respondié a esta ley dictando un decre- to execratorio de los cementerios. Ante esta actitud, el Gobierno reaccioné enérgicamente, creando un Registro de Defunciones y obligando a los parrocos a Ilevarlo y proponiendo el proyecto de matrimonio civil, que fue ley de la Re- publica el 10 de enero de 1884. 15. Caracteristicas de la Ley de Matrimonio Civil.— Esta ley seculariza el matrimonio, estableciendo que todo lo relativo a él, a su nulidad y al divorcio, queda entregado a la judicatura civil (arts. 12, 2° y 3° de la ley); derogé, en consecuencia, los articulos 103, 104, 117, 118, 119 y 123 del Codigo Civil. Adolece de algunos defectos que es conveniente anotar: a) Desde luego, inspirada en un criterio liberal, establece en el articulo 10 la libertad para que los creyentes contraigan también matrimonio conforme a los ritos de su respectiva religién. Esta dis- posicién conciliatoria no habria tenido peligro si se hubiera contado con la cooperacién de los ministros del culto catélico. Por el contra- tio, muchos de éstos indujeron a sus feligreses a considerar como valido el matrimonio religioso. Fue asi como muchas personas se abstuvieron de cumplir con la ley civil y quedaron viviendo en concubinato. Este fenémeno, que se observa hasta hoy dia, sélo se evita estableciendo la precedencia del matrimonio civil a cualquier ceremonia religiosa; b) El matrimonio civil carece de suficiente publicidad, con lo cual se favorece la bigamia. No bastan como publicidad suficiente la manifestacién y la informacién, ni han podido suplir ellas las proclamas del Derecho Canénico, que son mas eficaces desde este aspecto, y ¢) Tampoco establece esta ley el divorcio con disolucién del vinculo. Chile es uno de los pocos paises que no lo tienen estableci- do en su legislacién. 14 Manual de Derecho de Familia El tiltimo cuerpo legal sobre la materia es la Ley de Registro Civil N*® 4.808, de 10 de febrero de 1930. Siendo esta ley propia- mente de Registro Civil, o sea, orgénica del régimen de inscripcio- nes del estado civil, es légico que no haya legislado sino accidental- mente sobre el aspecto sustantivo del matrimonio. Pudo, sin embar- go, aprovecharse la oportunidad para establecer la precedencia del matrimonio civil; no se hizo, a pesar de que los diputados Arturo Lois y Rudecindo Ortega la propusieron en la Camara respectiva. La indicacién se aprobé por 27 votos contra 25, pero el Senado, a insi- nuaci6n del Gobierno, rechazé6 la enmienda. Establece esta ley, en su articulo 43, la obligacién que tiene el que ha contrafdo matrimonio religioso de casarse civilmente dentro de los ocho dias siguientes a la celebracién del primero; si asi no lo hiciere, serd condenado a multa, y si dentro de diez dias de aplicada la multa se mantuviere en actitud de rebeldia, ser4 castigado con risidn. , Como puede observarse, este articulo da al matrimonio religioso el cardcter de un desposorio sui géneris, que obliga al que lo contra- jo acasarse civilmente, bajo las penas de multa y prisién. Fue un término de transaccién entre la idea de establecer la precedencia del matrimonio civil y la de no decir nada sobre el particular. La disposicién legal comentada no es conveniente por muchas razones, entre las que merecen anotarse las siguientes: Nada se obtiene con castigar con multa o prisién al individuo que engajia a una mujer, contrayendo con ella un matrimonio invali- do, porque estas sanciones no remedian el mal causado ni impiden la ilegitimidad de los hijos. Adem4s, este articulo reconoce y sanciona en cierta forma un matrimonio que no tiene valor ante Ia ley civil, lo que puede inducir a peligrosos confusionismos, Autoriza, en forma indirecta, la desobediencia a una ley funda- mental en materia de organizacién de la familia, ya que resulta ab- surdo establecer una institucién como el matrimonio civil para cons- tuir sobre ella todo el sistema juridico de la filiacién, de la sociedad conyugal y de las sucesiones y debilitar la obligatoriedad del mismo penando civilmente con multa al infractor. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 15 Capitulo III CONDICIONES DE EXISTENCIA Y VALIDEZ DEL MATRIMONIO 16. Clasificaci6n de los elementos de existencia y validez.— La distincién entre las disposiciones de existencia y de validez del matrimonio, lo que leva a distinguir la inexistencia de la nulidad absoluta, fue formulada, a propésito de este contrato, por Zachariae, y se encuentra incorporada a la jurisprudencia francesa, a pesar de que el Cédigo de Napoleén no da pie para formularla dentro de sus textos. Entre nosotros se acepta el mismo concepto a fin de obviar ciertos inconvenientes y absurdos que resultarian de aplicar en es- tricto sentido las disposiciones de la ley de 1884 en materia de nulidad de matrimonio. En efecto, sabemos que las causales de nuli- dad de matrimonio son taxativas, de manera que no hay mds que las enumeradas en los articulos 29 y siguientes de esta ley; pues bien, entre esas causales no est4 sancionado el matrimonio celebrado entre personas del mismo sexo o sin haber prestado consentimiento. ,Se- r4n validos tales matrimonios? Se ha aceptado, en consecuencia, que hay matrimonios que no pueden generar efectos, aunque no hayan sido declarados nulos, y que las causales que producen la inexistencia de tales matrimonios son: a) la igualdad de sexos; b) Ja falta de consentimiento, y c) la ausencia del oficial del Registro Civil. Seccién primera ESTUDIO PARTICULAR DE LAS CONDICIONES DE EXISTENCIA 17. Diferencia de sexo.— De la definicién se infiere que el ma- trimonio debe celebrarse entre un hombre y una mujer. En el caso, a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 17 por marido y mujer y solemnidades que, aunque insuficientes para la ley chilena, son respetables en derecho y hasta pueden dar valor de legitimo matrimonio al acto ante las leyes y autoridades de Francia”. Seccién segunda CONDICIONES DE VALIDEZ DEL MATRIMONIO 20. Enumeracién de las condiciones de validez.— Para que un matrimonio sea vdlido no sélo deben concurrir las circunstancias enumeradas en el p4rrafo precedente, sino, ademas, las que se pasan a indicar: 1) Consentimiento libre y esponténeo; 2) Ausencia de impedimentos, y 3) Formalidades legales. Si faltan los requisitos que se han indicado, el matrimonio exis- te, pero viciado. De ahi que se Ilamen requisitos para la validez del vinculo matrimonial. Se estudiardn en detalle. I Del consentimiento en el matrimonio y de los vicios que pueden afectarlo 21. Principio general.- Dice el articulo 32 de la Ley de Matri- monio Civil que es también nulo el matrimonio para cuya celebra- cién no ha habido, por parte de alguno de los contrayentes, libre y espontdneo consentimiento. Por su parte, el articulo 33 de la misma ley establece los casos en que el consentimiento no es libre ni espon- téneo, lo que ocurre cuando ha habido error, fuerza o rapto, en los términos que ese articulo establece. Como el rapto es una especie de 18 Manual de Derecho de Familia fuerza, podemos decir que los vicios del consentimiento son sélo el error y la fuerza. Estdén descartados el dolo, en razén de los juicios inmorales y escandalosos que engendraria, y la lesién, por no ser el matrimonio un contrato de indole patrimonial. 22. El error como vicio del consentimiento.— El concepto de error en materia de matrimonio es distinto al que existe en materia patrimonial; segiin el articulo 33, s6lo es vicio del consentimiento el error en la identidad de la persona del otro contrayente. Cuando existe esta clase de error? Se puede errar no sdélo al apreciar la persona desde un punto de vista fisico, sino también desde un punto de vista social 0 civil. Existe error en la persona fisica cuando se discrepa sobre la identidad del otro contrayente, el que podria presentarse en los ma- trimonios celebrados por poder. Existe error en la persona civil o social cuando se discrepa sobre aquel conjunto de cualidades o atributos que seflalan a un individuo su posicién dentro de la sociedad. En la jurisprudencia francesa se acepta el error en la persona civil 0 social como causal de nulidad del matrimonio. Las Cortes de Orleans y de Parfs han declarado que, para viciar el consentimiento, el error en la persona civil no debe consistir en simples decepciones de uno de los contrayentes, sino en un cambio tal de personalidad que, por consecuencia de este error, uno de ellos se haya casado con otra persona civil distinta de aquella con quien queria casarse. La Corte de Casacién acepté esta doctrina y desestimé una demanda fundada en el hecho de haber sido condenado uno de los cényuges a trabajos forzados, por homicidio, circunstancia que ignoraba el otro por no constituir un error en su persona civil. La dificultad comienza, en mi concepto, cuando se trata de de- terminar cudles de aquel conjunto de cualidades de una persona constituyen su persona civil. Asi, por ejemplo, mientras algunos aceptan que la nacionalidad es un error en la persona civil, otros repugnan tal conclusién. La condena a penas infamantes o el hecho de tener un estado civil distinto del que se supone, han sido también apreciados en distintas formas. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 19 Como puede observarse, el aceptar que el error en la persona civil es vicio del consentimiento, nos lleva por un plano inclinado a aceptar que el error sobre determinadas calidades 0 atributos mora- les seria causal suficiente de nulidad, lo que es a todas luces peligro- so e inconveniente. En mi concepto, la ley de 1884 excluye como vicio del consen- timiento el error sobre la persona social y s6lo acepta el error sobre la persona fisica. Para concluir asf es menester recordar que el articulo 33 de la ley citada innové en la redaccién del articulo 180 del Cédigo fran- cés, que sdlo dice “error en la persona”. Este articulo se refiere al error en la identidad de la persona del otro contrayente. La expresién “identidad de la persona” se refiere manifiestamente al ser fisico y no al conjunto de calidades que constituyen este concepto, puramen- te intelectual y simbélico, que llamamos persona civil, Nuestra jurisprudencia registra un caso en que se solicité la nulidad de un matrimonio, fundada en un error sobre la persona civil, que se hacfa consistir en que uno de los contrayentes no era hijo de la persona cuyo nombre ostentaba. La Corte declaré que esta discrepancia recafa sobre una cualidad accidental y que no existia, por ende, un vicio del consentimiento (R. de D. y J., tomo XXII, secc. 1*, pag. 538). Hay algunas legislaciones que han preferido resolver concreta- mente la cuestién, declarando que el error sobre ciertas cualidades de la persona, que por su excepcional importancia imprimen cardc- ter, es causal de nulidad del matrimonio. Seria deseable que, al estu- diarse una reforma de nuestra ley, se considerara especialmente este punto. 23. De la fuerza como vicio del consentimiento.— Es también vicio del consentimiento, por disponerlo asf el N° 2 del articulo 33 de la ley. Como este articulo hace referencia a los articulos 1456 y 1457 del Cédigo Civil, la fuerza debe ser actual, grave e injusta. Constituye vicio, sea que provenga de uno de los contrayentes o de un tercero. Por aplicarse las disposiciones aludidas, es menester con- cluir que el temor reverencial no constituye fuerza. 20 Manual de Derecho de Familia 24. Del rapto como vicio del consentimiento.— El articulo 33, N® 3, lo sefiala también como vicio del consentimiento si al tiempo de celebrarse el matrimonio, la raptada no ha recuperado su libertad. EI rapto consiste en el hecho de arrebatar violentamente a una mujer de la casa donde vive, con el objeto de casarse con ella. De acuerdo con el articulo 33, cualquiera que sea la edad o la condicién de la raptada serd nulo el matrimonio que se celebre mientras esté en poder del raptor. En este caso, la fuerza ha venido a suplantar e1 consentimiento. Se ha planteado la cuestién de saber si en esta denominacién queda comprendido el rapto de seduccién, o sea, aquel que se realiza mediante argucias 0 promesas. En mi concepto, este rapto de seduc- cién es causal de nulidad cuando se trata de menores de edad; y me fundo para opinar asi en el texto del articulo 280 del Cédigo Civil que, en el inciso 2° del N® 5°, dice que “el hecho de seducir a una menor, haciéndola dejar la casa de la persona a cuyo cuidado esté, es rapto aunque no se emplee la fuerza”. Como el articulo 33 habla de rapto sin distinguir, queda involucrado este rapto de seduccién, pero s6lo traténdose de menores. Nuestros tribunales, en una oportunidad, aceptaron el rapto de seduccién como vicio del consentimiento (Ga- ceta de 1922, tomo II, pag. 826, sent. N® 196). 0 De los impedimentos para contraer matrimonio 25. Concepto y clasificacién.— Impedimento es la falta de cual- quiera de las condiciones o requisitos establecidos por el legislador para contraer matrimonio. El Derecho Canénico reconocia dos cla- ses de impedimentos: los “dirimentes”, que destrufan el matrimonio celebrado en contravencion a ellos, y los “impedientes”, que s6lo lo retardaban mientras el requisito era cumplido o dispensado por la autoridad eclesiastica. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 21 Bajo la vigencia del primitivo texto del Cédigo Civil regian los impedimentos canénicos, pero, no obstante ello, se legislaba espe- cialmente sobre algunos. Asi es como el articulo 104 prohibia el matrimonio por afinidad en toda la linea recta, aun cuando la autori- dad eclesidstica dispensara el impedimento, y los articulos 126 y 128 prohibian a la autoridad eclesidstica proceder a casar a un viudo 0 viuda antes de acreditar que, en el caso del viudo, se habia nombra- do curador especial a los hijos de precedente matrimonio o, tatdn- dose de la viuda, que habia transcurrido el plazo Mamado de viude- dad, que era de 270 dias. La Ley de Matrimonio Civil establecid, en el parrafo 2° de su texto, denominado “De los impedimentos y prohibiciones”, una nue- va clasificacién de ellos: establece en los articulos 4°, 5%, 6° y 7° varios impedimentos que, al ser violados, acarrean la nulidad del matrimonio. Corresponden a los antiguos impedimentos dirimentes del Derecho Canénico y se Ilaman simplemente “impedimentos”. Prohibe, ademds, celebrar el matrimonio contraviniendo las prescripciones de los articulos 126 y 129 del Cédigo Civil. La in- fraccién de estos Ultimos no acarrea la nulidad del acto, sino otras sanciones. Corresponden a los antiguos impedimentos impedientes y se llaman “prohibiciones”. El Derecho Civil no admite la “‘dispensa”, conocida en el Dere- cho Canénico. Debe también advertirse que el impedimento debe existir en el momento de celebrarse el matrimonio. Se estudiarén separadamente. Il Estudio particular de los impedimentos dirimentes o simples impedimentos 26. Concepto y clasificacién.— Son de derecho estricto, de ma- nera que no existen otros que los establecidos en ley expresa. Los cuerpos legales que los determinan son la Ley de Matrimonio Civil y 22 Manual de Derecho de Familia la Ley N° 7.613, sobre Adopcién, que en su articulo 27 crea un impedimento para el matrimonio entre el adoptante y el adoptado y entre el adoptado y el viudo o viuda del adoptante. La Ley N® 18.703, que introdujo un nuevo sistema de adopcién en nuestra. legislacién, la adopcién simple, creé un impedimento andlogo al anterior en su articulo 18. Los impedimentos se clasifican en absolutos 0 relativos, segin que imposibiliten el matrimonio del afectado por el impedimento con cualquiera persona 0 s6lo con determinados individuos. Perte- necen a la primera clase los indicados por el articulo 4° de la Ley de Matrimonio Civil, y a la segunda, los enumerados en los articulos 5°, 6° y 7° de la misma ley, en el articulo 27 de la Ley de Adopcién yen el articulo 18 de la Ley N° 18.703, sobre Adopcién de Me- nores. Como se ve, la diferencia est4 en la extensién del impedimento, Pero no en sus efectos, pues unos y otros producen la nulidad del matrimonio cuando éste se celebra contraviniéndolos. De lo dicho se deduce que el impedimento, para que sea tal, debe existir en el momento de celebrarse el matrimonio. 27, Enumeracién de los impedimentos.- Son impedimentos absolutos: la existencia de un vinculo matrimonial no disuelto; la impubertad de alguno de los contrayentes; la impotencia perpetua ¢ incurable; la imposibilidad de manifestar claramente la voluntad, sea de palabra o por escrito, y la demencia. Son impedimentos relativos: el vinculo de parentesco indicado en el articulo S° de la Ley de Matrimonio Civil, en el articulo 27 de la Ley de Adopcién y en el articulo 18 de la Ley N* 18.703 de 1988; la relacién criminal a que se refiere el articulo 6° de la Ley de Matrimonio Civil, y el adulterio, en los términos indicados en el articulo 7° de la misma ley. 28. Vinculo matrimonial no disuelto.— Es un impedimento dirimente absoluto establecido en el N° 1° del articulo 4°, que prohi- be contraer matrimonio a los que se encuentran unidos por vinculo matrimonial no disuelto. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 3B Este principio ha sido exagerado por el legislador del Cédigo Civil, quien en el articulo 120 dice textualmente: “El matrimonio disuelto en territorio extranjero en conformidad a las leyes del mismo pais, pero que no hubiera podido disolverse segiin las leyes chilenas, no habilita a ninguno de los dos cényuges para casarse en Chile, mientras viviere el otro cényuge”. En otros términos, este articulo desconoce el valor del divorcio pronunciado en pais extranjero en conformidad a las leyes de ese pais e impide que un extranjero divorciado vdlidamente contraiga matrimonio en Chile mientras viva el otro cényuge. Naturalmente, la prohibicién es para contraer matrimonio en Chile, de manera que si el divorciado se casa fuera de aqui, su segundo matrimonio seré inatacable. Finalmente, cabe tener presente que, segtin el articulo 36 de la Ley de Matrimonio Civil, si se solicita la nulidad del segundo matri- monio por haber existido matrimonio anterior que también esté afec- tado de un vicio de nulidad, se resolver4 primero la validez o nuli- dad del primer matrimonio. Si resulta vdlido, ser4 nulo el segundo, y viceversa. 29, Impubertad.- Es otro impedimento absoluto establecido en el articulo 4°, N° 2°, de !a ley, que prohibe contraer matrimonio alos impuberes, 0 sea, a ks hombres menores de 14 afios y a las mujeres menores de 12. 1» misnia edad establecian las Leyes de Partidas y consideraban que ei matrimonio celebrado antes de esa edad constitufa un contrato de esponsales. Entre nosotros, el matri- monio entre impUberes es simplemente nulo, y no valdré como es- ponsales. La edad establecida por este articulo como minima para contraer matrimonio presenta inconvenientes, ya que en esa época de la vida no hay ni criterio, ni medios econémicos, ni siquiera completa apti- tud fisiol6gica para celebrar un acto que importa tales responsabili- dades. Sdlo tiene como jucitf cacién el deseo de la Iglesia Catélica de evitar relaciones sexuales fuera del matrimonio, politica que la ley de 1884 no crey6 del caso contrariar. 24 Manual de Derecho de Familia 30. Impotencia perpetua e incurable.— Impedimento absoluto establecido en el N® 3° del articulo 4° de la Ley de Matrimonio Civil. El N® 3° del articulo 4° de la Ley de Matrimonio Civil ha susci- tado la cuesti6n de determinar si s6lo es impedimento dirimente la impotencia del hombre para realizar el acto sexual o si, por el con- trario, comprende la esterilidad de la mujer y la impotencia del hom- bre para engendrar, aunque pueda realizar el acto. La Corte Suprema, en sentencia publicada en la Revista de De- recho y Jurisprudencia, tomo XXXI, secc. 1", pag. 171, ha declarado que el N® 3° contiene un concepto amplio que comprende tanto la impotencia para el coito como para la generacién, y tanto la impo- tencia masculina como la femenina o esterilidad. Se funda para concluir asf en el sentido que da a esta palabra el Diccionario de la Lengua Espafiola, que define la impotencia como “incapacidad para engendrar o concebir”. Ahora bien, la concepcién puede no operarse por defecto de los érganos sexuales externos, en cuyo caso tampoco habrd coito (infantilismo o vulva hipospadia), o por malformaciones de los érganos sexuales internos (carencia o atrofia de testiculos, atrofia ovdrica en la mujer, mala conformacién del titero). Cualquiera que sea la causa de la impotencia, segin la Corte, ésta constituye impedimento, porque la ley no hace dis- tingos.! Concordamos con esta doctrina, no sélo por las razones anota- das, sino por una raz6n histérica: el proyecto de Ley de Matrimonio Civil sélo se referia a la impotencia aparente, 0 sea, externa, que corresponde a la impotencia coeundi. Esta expresién fue suprimida en el texto definitivo, lo que est4 indicando que se le quiso dar mayor amplitud. Por otra parte, es mds conveniente dar a los cényuges la oportu- nidad de relajar un matrimonio que no Ilena una de sus principales 1 Este criterio ha sido mantenido en fallos de 1950 y 1951: R. de D. y J., tomos XLVI, sece. 1%, pég. 383, y XLVII, secc. 14, pag. 198, La Corte de Apelaciones de Santiago ha sostenido lo contrario: tomo XLIV, sece. 2¥, pig. 55. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 25 finalidades, como es la de procrear, y que, a la larga, puede ser para ellos fuente de infelicidad o de querellas domésticas. 31. Imposibilidad de manifestar la voluntad de palabra o por escrito.- Este impedimento dirimente absoluto est4 establecido en el N® 4° del articulo 4°, que prescribe que no podrdn contraer matrimonio los que de palabra o por escrito no pudieren expresar claramente su voluntad. Se encuentran en esta situacién los sordo- mudos que no saben escribir, que, como sabemos, son absolutamen- te incapaces para celebrar actos o contratos patrimoniales (art. 1447). 32. Demencia.— Segtin el N° 5° del articulo 4°, es también un impedimento absoluto para contraer matrimonio, no sélo por razones de eugenesia (la demencia es frecuentemente hereditaria), sino tam- bién por razones juridicas: el demente es absolutamente incapaz, no tiene voluntad. Si el matrimonio se celebra mientras el enajenado se encuentra en un intervalo hicido, ser4 valido, porque, en ese momen- to, jurfdicamente no es demente, aunque la psiquiatria se inclina a sostener que el intervalo iticido no existe cientificamente. La cuestién ha sido objeto de la mas ardua discusién, cuando el demente ha sido declarado en interdiccién y se Casa en un inter- valo licido. Se ha dicho que el decreto de interdiccién sdlo tiene efectos en el campo patrimonial, de manera que no opera aqui el articulo 465 del Cédigo Civil, que dispone que los actos y contra- tos del demente posteriores al decreto de interdiccidn son nulos aunque se alegue haberlos ejecutado en intervalo. licido. Se apoya, ademés, esta doctrina en el Derecho Canénico, en el que se acepta- ba, en este caso, la validez del matrimonio; aun se hace valer una carta de don Ricardo Letelier, uno de los redactores de la Ley de Matrimonio Civil, en la que declara que la Comisién de Legislacién de la C4mara de Diputados no pretendié innovar en los principios canénicos. No obstante tales antecedentes, opino que el interdicto por de- mencia no puede contraer matrimonio valido, aunque tenga interva- los licidos, por las siguientes razones: 26 Manual de Derecho de Familia 1) El articulo 465, colocado en el Titulo XXV del Libro I del Cédigo Civil, relativo a la curaduria del demente, se refiere a todos los actos que ejecute éste y no hay razén alguna para pretender aplicarlo sdlo a Jos contratos patrimoniales; 2) La carta del sefior Letelier deja constancia de que en las CAmaras este punto no fue objeto de estudio particular, de modo que no hay antecedentes histéricos que justifiquen la interpreta- cién, y 3) Si la cuestidn fuere dudosa, los principios generales de la legislacién Hevan a la conclusién nuestra, pues resulta absurdo que el demente interdicto esté inhibido de ejecutar vdlidamente actos poco importantes y se le dé y reconozca capacidad para ejecutar uno de los actos més trascendentales y que mas consecuencias juridicas generan. 33. Parentesco.— Es un impedimento relativo, porque sélo exis- te respecto de ciertas personas, que son las enumeradas en el articu- lo 5° de la Ley de Matrimonio Civil. Seguin esta disposicién, se prohibe el matrimonio entre ascendientes y descendientes, 0 sea, en- tre parientes en la linea recta, sea por consanguinidad o por afinidad. Como el articulo no distingue, se comprenden también los parientes ilegitimos. La legislacién mundial ha sido uniforme en este sentido: matrimonios entre personas unidas por tales vinculos, repugnan a la conciencia de los individuos. En la linea colateral, el matrimonio es prohibido hasta el segun- do grado de consanguinidad. No comprende el parentesco de afini- dad, de manera que el matrimonio entre cufiados es licito. La restriccién impuesta por este articulo es, como puede obser- varsc, minima. En otras legislaciones, como la francesa, se prohfbe también el matrimonio entre tios y sobrinos. Finalmente, el articulo 27 de la Ley N° 7.613, sobre Adopcién, declara nulo el matrimonio entre adoptante y adoptado y entre el adoptado y el viudo o viuda del adoptante, por ser parientes entre si. Una regla similar contempla el articulo 18 de la Ley N® 18.703 en materia de adopcién simple. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales Pe] 34. Homicidio.— E] articulo 6° de la Ley de Matrimonio Civil dispone que el cényuge sobreviviente no podr4 contraer matrimonio con el autor o cémplice en el asesinato de su marido o mujer. Este impedimento rige tanto para el hombre como para la mujer y no es necesario que el cényuge sobreviviente haya participado en el asesinato o tenga alguna relacién delictuosa con el asesino: basta el hecho de que el otro cényuge haya perecido asesinado para que una elemental consideraci6n de moral publica impida el matrimonio del cOnyuge sobreviviente con el asesino del primero, Para que el impe- dimento exista es menester que en el juicio criminal se haya dictado sentencia estableciendo la calidad de autor o de cémplice. Estas expre- siones hay que tomarlas en su sentido legal, que es el que establecen los articulos 15 y 16 del Cédigo Penal. No quedan comprendidos dentro de la prohibicién los encubridores, definidos en el articulo 17 del mismo Cédigo. El Cédigo aleman no contempla este impedimento. 35. Adulterio.- Es el iiltimo de los impedimentos dirimentes establecidos en el articulo 7° de la Ley de Matrimonio Civil y con- siste en que la mujer no podrd contraer matrimonio con su co-reo en el delito de adulterio. Este impedimento sdlo afecta a la mujer; de manera que el mari- do podria casarse con su amante sin impedimento alguno.” Comete adulterio la mujer casada que yace con varén que no sea su marido (art. 375 del Cédigo Penal), y el que yace con ella sabien- do que es casada, aunque después se declare nulo el matrimonio (mismo articulo). Dada la redaccién de la ley, para que exista este impedimento es menester que el marido haya iniciado juicio y en él hayan sido condenados la adiiltera y su amante o que, por lo menos, ambos hayan sido declarados reos en este delito. El hombre sélo podré ser encarga- do reo y condenado cuando haya sabido que su amante era casada. 2 En esta materia, como en otras, el legislador de 1989 no modificé la Ley de Matrimonio Civil para que guardara la debida correspondencia y armonia con el espiritu de la reforma (N. del A.). a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 31 s6lo cuando el padre falta. No es, pues, una facultad que ejerciten el padre y la madre conjuntamente. EI padre se entiende faltar en los siguientes casos, enumerados en los articulos 109 y 110: a) Cuando ha fallecido; b) Cuando est4 demente; c) Cuando est4 ausente del territorio de la Repiblica y no se espera su pronto regreso. No es menester que se ignore su paradero, pues aun conociendo la actual residencia del padre, si éste se en- cuentra fuera del pafs y no se espera que vuelva pronto, puede ser suplido por la madre en el ejercicio de esta facultad; d) Cuando se ignora el lugar de su residencia, esté dentro o fuera del pafs; e) También se entiende faltar el padre cuando ha sido privado de la patria potestad por sentencia judicial, lo que ocurre en los casos sefialados por el articulo 267 del Cédigo Civil, y f) Finalmente, conforme al texto del artficulo 110 del Cédigo Civil, se entiende faltar el padre que, por su mala conducta, ha sido inhabilitado para intervenir en la educacién de sus hijos. Si el padre. pierde la patria potestad por haber emancipado vo- luntariamente al hijo o por el solo ministerio de la ley en el caso del articulo 266, no pierde por eso el derecho de autorizar su matrimo- nio, porque la disposicién del articulo 110 del Cédigo Civil com- prende al padre que ha sido privado de la patria potestad por senten- cia judicial y, naturalmente, excluye al que no la ejerce voluntaria- mente o por causa legal. Si el padre se encuentra en alguno de los casos enunciados en los articulos 109 y 110, pasa a la madre la facultad de asentir al matrimonio de su hijo, en las mismas condiciones que el pa- dre. La madre puede faltar, y ello ocurre en todos los casos indica- dos en los articulos 109 y 110. En el caso de faltar la madre, pasa esta facultad a los ascendien- tes de grado mds préximo, quienes excluyen a los de grado mds lejano. Si se produce entre los ascendientes de un mismo grado empate de opiniones (de los cuatro abuelos votan dos a favor del a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 35 ley le corresponde (art. 114); b) si el ascendiente muere sin hacer testamento, el menor pierde la mitad de lo que por ley le correspon- de en su herencia. En este caso, no se necesita declaracién de volun- tad del ascendiente; por el contrario, en su silencio, castiga la ley al descendiente con la privacién de la mitad de la herencia (art. 114, parte final); c) el ascendiente sin cuyo necesario consentimiento se casé el menor, puede revocar las donaciones hechas a éste antes del matrimonio; esta sancidn sélo compete al ascendiente que debié consentir y no a los demas como ocurte en el caso de la deshereda- cién. Naturalmente, las donaciones que pueden revocarse son las irrevocables o donaciones entre vivos, ya que las donaciones por causa de muerte son esencialmente revocables, sin necesidad de que exista ninguna raz6n especial para ello; d) el menor pierde el dere- cho a alimentos congruos. El articulo 115, inciso final, dice que el matrimonio celebrado sin obtener consentimiento, no priva del dere- cho de alimentos; pero debemos entender que sdlo subsiste el dere- cho de exigir alimentos necesarios y se pierde la facultad de exigir congruos. Esta conclusién se infiere del articulo 324, que dispone que el que cometa injuria grave contra el alimentante pierde el dere- cho de exigir alimentos congruos, en relacién con lo que disponen los articulos 1208 y 1210 del Cédigo Civil. El articulo 1208 dice que el descendiente puede ser desheredado cuando se casa sin el permiso de un ascendiente, y el articulo 1210 agrega que este desheredamiento no lo priva de alimentos nece- sarios, “excepto en los casos de injuria atroz”. De las expresiones transcritas se deduce que la falta de asenso se reputard injuria grave, y aplicando entonces la letra el articulo 324 Negamos a concluir que el descendiente sdlo podria pedir alimentos necesarios al ascendiente sin cuyo consentimiento contrajo matrimonio, y e) el menor puede tener también las sanciones penales indicadas en los articulos 384 y 385 del Cédigo Penal, que Ilegan a la reclusién menor en su grado minimo hasta el grado m4ximo de ella. Las sanciones penales alcan- zan también al oficial civil que autoriza el matrimonio (art. 388 del mismo Cédigo). Si el menor contrac matrimonio sin el consentimiento del curador © del oficial del Registro Civil, no se hace acreedor a san- a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 39 bienes del hijo que el padre administra como tal, 0 como curador o tutor o como adoptante; esta exigencia tiene por objeto evilar la confusién del patrimonio de estos hijos con los bienes de los que nazcan después. De ahi que cuando un hijo no tiene bienes, de todas maneras debe nombrarse un curador para que deje constancia del hecho. Asf lo dice expresamente el articulo 125.6 Se ha entendido que no es necesario terminar el inventario so- lemne antes de contraer segundas nupcias; el articulo 127 se limita aexigir que el inventario se haga “en tiempo oportuno”, y es opor- tuno todo el tiempo que transcurra antes que pueda producirse la confusién de patrimonios, de manera que, para celebrar el matrimo- nio, el oficial civil sélo deber4 exigir constancia de que se nom- bré curador 0 constancia de que el viudo o viuda no tiene hijos de precedente matrimonio. Asi lo dice el articulo 126. Las sanciones al quebrantamiento de esta prohibicién estan establecidas en el ar- ticulo 127,’ y son las siguientes: a) el padre o la madre pierden el derecho de suceder abintestato a su hijo, y b) pierden igualmente la legitima que les corresponde en la herencia de su hijo. Si el hijo testa después de producida la causal, el padre queda liberado de la sanci6n a virtud de lo dispuesto en el articulo 973 del Cédigo Ci- vil, que prescribe que las causales de indignidad mencionadas en los articulos precedentes no podrdn alegarse contra disposiciones testamentarias posteriores a los hechos que la producen. No cabe duda de que el viudo o viuda que no respeta el impedimento atenta contra la integridad del patrimonio de sus hijos o pupilos e incurre en la causal de indignidad del N® 2° del articulo 968. Siendo asi, resulta aplicable en la especie el citado articulo 973 que libera de la sancién al indigno “aun cuando se ofreciere probar que el difun- to no tuvo conocimiento de esos hechos al tiempo de testar ni después”. 6 Modificado, por el articulo 1°, N® 3, de la Ley N® 18.802, de 1989. 7 Modificado, por el articulo 1°, N® 5, de la Ley N® 18.802, de 1989. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 43 que se interrogar4 al testigo sobre el domicilio de los esposos (art. 39, N® 7°). Estos testigos pueden ser los mismos que actuaron en la manifestacién y aun los mismos que, segiin se verd, solemnizan el acto de la celebracién del matrimonio. La informacién ha venido a suplir las proclamas establecidas por el Derecho Canénico, que tenian por objeto dar publicidad al acto matrimonial para que cualquiera que tuviera noticias de la exis- tencia de impedimentos los diera a conocer. El sistema canénico era, desde este punto de vista, superior. La Ley de Matrimonio Civil no ha indicado sanci6n para el caso de no hacerse manifestacién o de no rendirse informacién, de mane- ta que si se diera el caso de que el oficial del Registro Civil ce- lebrara un matrimonio sin cumplir con estas formalidades prelimina- res, éste seria perfectamente valido. 53. De la celebracién del matrimonio.— De acuerdo con el ar- ticulo 13 de la Ley de Matrimonio Civil, el matrimonio debe cele- brarse inmediatamente después de cumplidas estas formalidades pre- liminares 0, en todo caso, dentro de los 90 dias subsiguientes. Si se excediere este plazo, deberén cumplirse de nuevo la manifestacién y la informacién. EI matrimonio debe celebrarse ante el oficial del Registro Civil competente y dos testigos habiles, parientes o extrafios, Pueden ser los mismos de la informacién (art. 165 del Reglamento). Deben ser mayores de 18 afios, saber leer y escribir y no tener ninguna de las circunstancias inhabilitantes establecidas en el articulo 14 de la Ley de Matrimonio Civil. E} oficial civil competente para estos efectos es el del domici- lio de cualquiera de los contrayentes, o el de su residencia de tres meses (art. 35 de la Ley N® 4.808). El matrimonio se podré celebrar en el local de la oficina del oficial civil, en la casa de los contrayen- tes o en un lugar elegido especialmente, siempre que esté ubicado en la respectiva circunscripci6n territorial (art. 34 de la Ley N® 4.808). La celebracién misma es un acto sacramental en el que se pro- nuncian ciertas palabras, que estd detallado en los articulos 17 de la Ley de Matrimonio Civil y 36 de la Ley N® 4.808. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 45 57. Matrimonios entre chilenos o entre chilenos y extranje- ros.- Sobre este particular, la ley del lugar rige las formalidades externas del acto, pero la capacidad del chileno para contraerlo se rige por la ley chilena, que dice que no pueden ser infringidos los articulos 4°, 5°, 6° y 7° de la Ley de Matrimonio Civil y que su infraccién producird los mismos efectos que si se hubiera realizado en Chile, o sea, anulard el matrimonio (art, 15 de la Ley de Matrimo- nio Civil). Hay quienes sostienen que también son aplicables a los chilenos en el extranjero los impedimentos impedientes, a virtud del articulo 15 del Cédigo Civil. Estimamos que esta opinién es insostenible frente al texto claro del articulo 15 de la Ley de Matrimonio Civil, que por ser ley especial prima sobre el Cédigo Civil y que dispone que el matrimonio del chileno se rige por la ley del lugar, salvo en lo referente a impedimentos dirimentes. Dentro del terreno de los impedimentos dirimentes cabe pregun- tarse si se podria considerar viciado el matrimonio celebrado por un chileno en el extranjero con una persona divorciada. Si el matrimo- nio se celebra en Chile, no hay cuestién que estaria viciado a virtud de lo dispuesto en el articulo 120 del Codigo Civil; pero si el matri- monio se celebra en el extranjero, seria perfectamente valido, porque el articulo 120 sélo rige para los matrimonios celebrados en Chile. Aqui y s6lo aqui se puede negar valor a un divorcio pronunciado en el extranjero, de acuerdo con las leyes del pais, pero no puede pretenderse hacer regir la ley chilena fuera de Chile y hacerla aplica- ble a un extranjero. Ademés, el articulo 15 de la Ley de Matrimonio Civil ha- ce aplicables los impedimentos dirimentes al chileno o chilena que se casa en el extranjero. De aceptarse la tesis contraria, se aplica- ria aun extranjero que nunca ha estado regido por nuestra ley el impedimento establecido por ella de vinculo matrimonial no di- suelto. Los matrimonios celebrados en el extranjero deben inscribirse en la Primera Circunscripcién del Registro Civil de Santiago (art. 4°, N° 3, Ley N® 4.808). Esta formalidad no afecta a la validez del matrimonio, sino que es un simple medio de prueba. 46 Manual de Derecho de Familia Capitulo IV DE LA DISOLUCION DEL MATRIMONIO 58. Enumeracién de las causales.— La disolucién del matrimo- nio sélo se produce por la concurrencia de alguna de las causales enumeradas en los articulos 37 y 38 de la Ley de Matrimonio Civil. Son ellas la muerte natural de alguno de los cényuges, la muerte presunta de los mismos y la declaracién de nulidad pronunciada por autoridad competente. I De la muerte natural como causal de disolucién del matrimonio 59, Estudio de la causal.— Contemplada en el N° 1° del articulo 37 de la Ley de Matrimonio Civil, est4 en relacién con el articulo 102 del Cédigo Civil y establece que el matrimonio dura lo que la vida de los cényuges. E! solo hecho de la muerte produce la disoluci6n, sin necesidad de declaraci6n o inscripcién de ninguna especie. Il De la muerte presunta como causal de disolucién del matrimonio 60. Estudio de la causal.- De acuerdo con el articulo 38 de la Ley de Matrimonio Civil, se disuelve también el matrimonio como una consecuencia de la declaracién de la muerte presunta. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 47 Esta causal de disolucién fue una novedad introducida en nues- tra legislaci6n por esta ley, porque el Cédigo Civil (art. 123) sdlo sefialaba a la muerte natural como suficiente para operar la disolucién. No basta, sin embargo, la sola declaracién de muerte presunta para que se opere la disoluci6n; es, ademas, necesario que concurran otros requisitos, a saber: a) que hayan transcurrido cinco afios desde las ltimas noticias y 70 desde el nacimiento del desaparecido. En esta parte el precepto guarda estrecha concordancia con el articulo 81 del Cédigo Civil, que sefiala uno de los casos en que procede conceder la posesién definitiva de los bienes del desaparecido, y b) que hayan transcurrido 15 afios desde la fecha de las tiltimas noti- cias, cualquiera que fuese la edad del desaparecido si viviere. Aqui la disposicién difiere de la norma contenida en el articulo 82 del Cédigo Civil, que, después de la modificacién introducida por Ley N° 17.775, de 17 de octubre de 1972, dispone que también se conce- de la posesién definitiva de los bienes una vez transcurridos 10 afios desde la fecha de las ultimas noticias. Seguramente esta discordancia se debe a que al modificarse la norma del Cédigo Civil, el legislador No tuvo presente u olvidé la regla de la Ley de Matrimonio Civil. En el caso del N® 8° del articulo 81 del Cédigo Civil, esto es, cuando perdida una nave o aeronave no apareciere dentro de seis meses, la disolucién del matrimonio del o de los desaparecidos se produce transcurridos que sean dos afios desde la declaracién de muerte presunta.* 61, Cémo opera la disolucién.— De la simple lectura del articu- lo 38 de la Ley de Matrimonio Civil se deduce que la disolucién se opera cuando, declarada la muerte presunta, transcurren los plazos de 2, 5 y 15 afios que la disposicién citada prescribe sin que sea menester que se dicte el decreto de posesién definitiva. En consecuencia, para que opere la causal es menester la decla- racién de muerte presunta y el transcurso del plazo respectivo: la disolucién se opera por el ministerio de la ley en el momento que se cumplen los dos requisitos enunciados. * Asi lo establecié la Ley N® 8.581, de 10 de octubre de 1946. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 51 existe una disposicién expresa que sancione la infraccién con la nulidad del acto, ella no puede aplicarse, y asi, por ejemplo, la falta de manifestacién, de informacién o de inscripcién no produce nuli- dad del matrimonio, porque dentro de la ley de 1884 no existe dispo- sicién similar a la que contiene el articulo 1682, que establece la nulidad como sancién genérica para la falta de cualquier requisito establecido en consideracién al acto en sf mismo. Finalmente, en los juicios de nulidad de matrimonio debe ser siempre ofdo el ministerio publico, que, como sabemos, est4 repre- sentado por los Fiscales de las Cortes de Apelaciones (art. 34, inc. final, de la Ley de Matrimonio Civil), 69. Titulares de la accién de nulidad.— Seguin el articulo 34 de la Ley de Matrimonio Civil, la accién de nulidad corresponde a los presuntos cényuges, a sus ascendientes, al ministerio puiblico y a los que tengan actual interés en ella. a) Los presuntos cényuges. Les franquea la accidn de nulidad el articulo 34 de la ley, que no hace distingos entre el que conocia o debia conocer el vicio y el que no lo conocia. De ahi que pueda concluirse que la accién puede intentarse por los cényuges, hayan o no conocido la causal que la motiva. b) Los ascendientes. Pueden intentarla en el solo interés de la moral y de la ley. Como el articulo 34 no hace distingos, puede ser iniciada por cualquier ascendiente, cualquiera que sea su grado. c) Ministerio piblico. Interviene en el solo interés de la moral y de la ley. d) Los que tengan interés actual en la nulidad. El interés debe ser pecuniario y existir en el momento de ejercitar la accién. De ahi que los herederos de los cényuges no pueden ser titulares de la accién por no tener interés, sino una mera expectativa. Sin embargo, en los matrimonios en articulo de muerte, la ley franquea la accién de los herederos del cényuge que ha fallecido a raiz de celebrarse el matrimonio, precisamente porque su mera expectativa se convierte en un interés actual, Hay dos causales de nulidad: el error y la fuerza, que sdlo pue- den ser ejercitadas por el cényuge que ha sufrido el error o la fuerza. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 55 ninguno de los contrayentes del matrimonio disuelto podré casarse en Chile mientras viviere el otro cényuge. Me parece evidente que en el extranjero se podria casar vélidamente. Si la disolucién de un matrimonio celebrado en pafs extranjero se opera en Chile, deberd sujetarse a la ley chilena. Asi lo dice el articulo 121 del Cédigo Civil. En otros términos, los matrimonios celebrados en pais extranje- ro s6lo pueden disolverse en Chile por muerte de uno de los cényu- ges o por nulidad. Ahora bien, para apreciar la validez de un matri- monio celebrado en pais extranjero habr4 que aplicar la ley del pais en que se celebré (art. 15 de la Ley de Matrimonio Civil), de manera que ser4 valido o nulo, segtin que se hayan respetado 0 no los requi- sitos de la respectiva legislaci6n. Pero, como para declarar la nulidad en Chile debe aplicarse la ley chilena, Ilegamos a la conclusién de que slo ser4n anulables en Chile aquellos matrimonios en que la causal que se invoca produzca la nulidad en ambas legislaciones. Asi se ha declarado.? Iv Del matrimonio putativo 73. Definicién y concepte.— £1 matrimonio putativo esta regla- mentado en el articulo 122 de! Cédigo Civil, que dice: “El matrimo- nio nulo, si ha sido celebrade ante oficial del Registro Civil, produce los mismos efectos civiles que el vdlido respecto del cényuge que, de buena fe, y con justa causa de error, lo contrajo; pero dejaré de producir efectos civiles desde que falte la buena fe por parte de ambos cényuges. 9 Corte Suprema, 29 de mayo de 1963, R. de D. y J., tomo LX, sece. 1%, pag. 97. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 59 del matrimonio importa una falta de diligencia y de acuciosidad in- compatible con el concepto de “error justificable”, que es el que inspi- ra el articulo 122. En consecuencia, si se declara nulo un matrimonio viciado de error de derecho, tal matrimonio no puede ser putativo y no genera efectos validos. 79. Efectos del matrimonio putativo (Generalidades).— Segiin lo declaré la Excma, Corte Suprema (R. de D. y J., tomo XXIX, secc. 1", pag. 73), para que el matrimonio nulo sea considerado putativo es menester que asi se declare judicialmente. El fallo recor- dado agregé que esta declaracién puede solicitarse en cualquier mo- mento. Discrepo de esta doctrina porque ella importa apartarse del texto legal y agregar a la institucién del matrimonio putativo un requisito no exigido por el articulo 122, que seria la sentencia judicial que declare la putatividad del matrimonio nulo. Estimo que, a virtud de la sola sentencia que declara la nulidad de un matrimonio, se producen los efectos del articulo 122 si concu- tren los demas requisitos legales. Si se forma controversia sobre la concurrencia de tales requisitos, indudablemente tendré que provo- carse un fallo que resuelva el punto, como todo conflicto suscitado entre partes; pero esto no significa que se requiera una sentencia previa que declare su putatividad. Los efectos que genera el matrimonio putativo son los mismos que produce el valido, pero con la importante limitacién de que tales efectos son relativos, segiin se explicaré mds adelante. 80. Enumeracién y estudio particular de los efectos que pro- duce el matrimonio putativo.— Los principales son los siguientes: a) en cuanto a la filiacién legitima, los hijos concebidos dentro del matrimonio putativo son legftimos y, como el estado civil es indi- visible, lo serén de ambos padres, aunque sélo uno cumpla con las exigencias del articulo 122. La Ley N® 10.271, en su afan de proteger la legitimidad, ha dispuesto que si la nulidad se declara por incompetencia del oficial del Registro Civil, o por haber faltado los testigos, o por ser éstos a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 63 Civil. Ll4mase, entre nosotros, divorcio, la simple separacién de cuerpos, pues de conformidad con lo que dispone el articulo 19 de la Ley de Matrimonio Civil, el divorcio no disuelve el matrimonio sino que suspende la vida comiin de los cényuges. Esta suspensién puede ser perpetua 0 temporal y se hace la distincién atendida la gravedad de la causal que da motivo al divorcio. Los efectos que en cada caso se producen son distintos. Tl Estudio particular del divorcio perpetuo 86. Concepto.— Como se ha dicho, el divorcio perpetuo termina para siempre con la vida comin de los cényuges, pero en nada afecta al vinculo matrimonial, que continda subsistente. S6lo procede cuan- do se funda en las causales indicadas en los N* 1, 2, 3, 4, 9, 10, 11 y 13 del articulo 21 de la Ley de Matrimonio Civil. Esta enumera- cidn es excluyente de cualquier otro motivo que no esté expresamen- te establecido. 87. Primera causal: adulterio de cualquiera de los cényuges (N® 1, art. 21).- No se hace distingo entre el adulterio de la mujer y el del marido, pues no debe entenderse esta expresién en el sentido que le da la ley penal, sino en su sentido propiamente civil o de derecho privado, 88. Segunda causal: malos tratamientos graves y repetidos, de obra o de palabra (N° 2, art. 21).- Esta causal es denominada por el Cédigo Civil (art. 172) sevicia atroz, o sea, crueldad atroz, y asi se lama también en Derecho Canénico. Tanto los malos trata- mientos de obra como los de palabra justifican el divorcio con tal que retinan las condiciones de gravedad y frecuencia que exige el articulo citado. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 6 Manual de Derecho de Familia dancia con la causal de disenso establecida por el articulo 113, N® 5, a virtud de la cual se necesita un crimen que merezca pena superior a cuatro afios de reclusién o presidio para oponerse a la celebracién del matrimonio. 94. Octava causal: tentativa para corromper a los hijos 0 complicidad en su corrupcién (N® 13, art. 21).- No es necesario que los hijos sean comunes, basta que !o sean del cényuge corruptor 0 del otro cényuge. La ley no hace distingos, ni se refiere a los hijos propios. Tl Efectos del divorcio perpetuo 95. Concepto y clasificacién de los efectos.- Los efectos del divorcio perpetuo afectan a la persona de los cényuges, a la persona de los hijos y al régimen de los bienes. Estos efectos se producen desde que se le reconoce por la autoridad, o sea, desde que queda a firme la sentencia que lo declara. El fallo opera, entonces, sus efec- tos hacia el futuro: asi lo dice expresamente el articulo 170 del Cédigo Civil. Este principio hace excepcidn al efecto de todo fallo que, siendo por naturaleza declarativo, se retrotrae al momento en que se produ- ce el hecho discutido 0, por lo menos, al de la interposicién de la demanda. En este caso el efecto del divorcio nace con la sentencia a firme que lo declara. El principio merece serios reparos y sdélo se justificaba cuando la autoridad eclesidstica era la que juzgaba el divorcio y el juez civil se limitaba a dar un pase o exequatur a la sentencia de los tribunales eclesidsticos. 96. Efectos relativos a la persona de los cényuges.— Seguin el articulo 19 de la Ley de Matrimonio Civil, el divorcio suspende la Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 67 vida comin de los cényuges. En consecuencia, cesa el deber recipro- co de vivir juntos, establecido en el articulo 133 del Cédigo Civil, de acuerdo a la modificacién introducida por la Ley N* 18.802, de 1989.13 Antes de la reforma, este articulo establecia que 1a mujer estaba obligada a seguir al marido adondequiera que trasladare su residen- cia, y el marido tenia el deber de recibirla en su casa. Solamente cesaba la obligacién de la mujer cuando su cumplimiento acarreaba un peligro inminente para su vida. Cesa también el deber de cohabitacién. Se ha discutido la subsistencia del deber de fidelidad y se sostie- ne que cesa, en vista que el articulo 378 del Cddigo Penal dice que “tampoco podré entablarse accién de adulterio en caso de divorcio perpetuo, por los actos ejecutados mientras éste subsista”. En mi concepto, el deber de fidelidad subsiste en el campo del Derecho Civil, y tanto es asi que el articulo 175 del. Cédigo Civil dispone que para regular la pensién alimenticia a que pueden tener derecho el marido o la mujer se tomar4 en cuenta la conducta que éstos observen antes y después del divorcio. E] citado articulo 378 s6lo se refiere al adulterio penal. De acuerdo con la modificacién introducida al articulo 174 por la Ley N° 18.802, el cényuge que no haya dado motivo al divorcio tiene derecho a que el otro le suministre alimentos congruos, cuya cuantia deberd ser fijada por el tribunal en conformidad a las reglas generales sobre la materia. El cényuge que haya dado causa al divorcio por su culpa tendra también derecho a alimentos, pero el juez para determinar su monto tendré en cuenta la conducta del alimentario antes y después del divorcio. El legislador, obedeciendo el propdsito de la reforma intro- ducida al Cédigo Civil por la Ley N® 18.802, dej6 en igualdad de condiciones a ambos cényuges en caso de divorcio. 13 Art. 18, N®7, de la Ley N? 18,802, de 1989. ™ Anticulo 1, N®2%, de la Ley N® 18.802, de 1989. 68 Manual de Derecho de Familia 97. Efectos relativos a los bienes de los cényuges.— Son los si- guientes: a) Disolucién de la sociedad conyugal. El articulo 1764, N® 3°, del Cédigo Civil, dice que la sentencia de divorcio perpetuo disuelve la sociedad conyugal. Como consecuencia de ello se restituyen a la mujer sus bienes que administra el marido y se dispone de los ga- nanciales como en el caso de verdadera muerte. Asi lo dispone el articulo 170 del mismo Cédigo.’* El texto primitivo del Cédigo establecia que la mujer casada bajo el régimen de sociedad conyugal era relativamente incapaz. La Ley N® 18.802, que suprimi6é dicha incapacidad, derogé como con- secuencia el inciso 2° del articulo 173, en conformidad con el cual la mujer divorciada a perpetuidad podia libremente enajenar y gravar sus bienes, comparecer en juicio y ejercer los cargos de tutora 0 curadora, sin la autorizacién del marido o de la justicia en subsidio, ya que recuperaba su plena capacidad.'® Por consiguiente, como la sociedad conyugal se disuelve por la sentencia que decreta el divorcio perpetuo, la mujer recobra la facul- tad de administrar con independencia del marido los bienes que ha sacado del poder de €ste, 0 que después del divorcio ha adquirido (art. 173). Este principio tenfa una importante excepcién en el caso que la mujer hubiera dado causa al divorcio por adulterio. En esta situa- cién, de acuerdo al articulo 171, derogado por la Ley N° 18.802, la mujer perdia todo derecho a gananciales y el marido continuaba administrando y usufructuando sus bienes de acuerdo con las reglas de la sociedad conyugal. Sin duda, el articulo 171 consagraba la principal diferencia en cuanto a los efectos del adulterio del marido y del de la mujer en materia civil. Su supresién iguala la situaci6n de ambos cényuges, poniendo término a una situacién evidentemente injusta para la mu- '5 Modificado por el articulo 1°, N° 19, de la Ley N® 18.802, de 1989. 1 Bl articulo 4° de la Ley N® 18.802 derogé el inciso 2* del articulo 173. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 6 jet, quien en el caso sefialado no recobraba la administracién y el usufructo de sus bienes, ni aun por la administracién descuidada 0 fraudulenta del marido, circunstancia en la que dichos bienes eran puestos bajo la administracién de un curador adjunto. b) Revocacién de donaciones. El cényuge inocente puede, de acuerdo con lo que dispone el articulo 172 del Cédigo Civil, revocar las donaciones hechas al culpable de adulterio, sevicia atroz, atenta- do contra la vida del otro cényuge u otro crimen de igual o mayor gravedad. Este articulo se refiere a las donaciones irrevocables que los cényuges se hubieran hecho antes del matrimonio, pues las donaciones efectuadas durante su vigencia se consideran siempre revocables. En el evento de que el otro cényuge no sea totalmente inocente, el juez puede denegar las acciones revocatorias (art. 177).7 Finalmente, de acuerdo con el articulo 994, el cényuge divor- ciado por su culpa no tendrd parte alguna en la herencia abintestato de su mujer o marido, y de conformidad con el articulo 1173 perderé su derecho a porcién conyugal. Cabe anotar que la simple circunstancia de estar divorciado no produce este efecto, que sdlo se genera contra el que dio lugar al divorcio por su culpa, o sea, por un hecho que le sea imputable. 98. Efectos relacionados con los hijos.— a) Tuicidn de los hijos comunes. El divorcio produce efectos en el derecho que tienen los padres de dirigir y vigilar la crianza y educacién de sus hijos legi- timos, Seguin el articulo 223 del Cédigo Civil, modificado en la forma que se sefiala por la Ley N° 18.802, de 1989, corresponde a la madre divorciada el cuidado de los hijos menores."® Sufren excepcidn estas reglas en el caso de depravacién de la madre, en cuyo evento se entregan los hijos de toda edad y sexo al cuidado del padre. Si la madre dio causa al divorcio por adulterio, "7 El articulo 177 fue modificado por el articulo 1°, N® 22, de la Ley N® 18.802, de 1989. Anticulo 1°, N® 25, de la Ley N° 18.802, de 1989. 70 Manual de Derecho de Familia esta circunstancia deberd ser considerada por el juez como un ante- cedente de importancia para apreciar su habilidad para dirigir la crianza de los hijos comunes. En el caso de inhabilidad fisica 0 moral de ambos padres, de acuerdo con el articulo 225, el juez puede confiar el cuidado de los hijos a otras personas competentes, entre las que serdn preferidos los consanguineos més préximos y, sobre todo, los ascendientes legiti- mos. A falta de consanguineos, el articulo 41 de la Ley N® 16.618, sobre Menores, establece que el juez puede confiar el cuidado a un “teformatorio”, a una institucién de beneficencia con personalidad juridica 0 a cualquier otro establecimiento autorizado para este efec- to por el Presidente de la Repiiblica. El articulo 42 de la misma ley establece siete casos en que se presume que los padres son inhdbiles para cuidar a los hijos. La enumeracién es sélo por via ejemplar. b) Patria potestad. Como puede verse, la sentencia de divor- cio perpetuo no pone fin a la patria potestad, sino que s6lo altera el derecho a dirigir la crianza y educacidén de los hijos que normal- mente toca de consuno a ambos padres. Sin embargo, la madre a quien se haya concedido la tuicidén de los hijos puede solici- tar que se le otorgue también 1a patria potestad de los mismos, conforme a lo prescrito por el nuevo texto del inciso 6° del articu- lo 240.9 ¢) Alteraciones en el estado civil. El divorcio perpetuo y tam- bién el temporal alteran el estado civil de los hijos concebidos ba- jo su vigencia: el articulo 190 ha dispuesto que el hijo concebido durante el divorcio no est4 amparado por la presuncién pater is est, de manera que no tiene derecho a que el marido lo reconozca como suyo, a menos de probarse que realiz6 actos positivos de re- conocimiento 0 que intervino reconciliacién privada entre los cén- yuges. "9 Véase parrafo 346, pigs. 241 y sgtes. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales n IV Estudio particular del divorcio temporal 99. Concepto y enumeracién de las causales que lo produ- cen.— De conformidad con lo que dispone el articulo 20 de la Ley. de Matrimonio Civil, el divorcio temporal es la simple separacién de cuerpos, que tiene una duracién limitada, que no puede exceder de cinco afios. El juez, atendidas las circunstancias, fijara la duracién del divorcio temporal hasta el m4ximum indicado. Las causales que pueden invocarse para solicitar el divorcio temporal son las siguientes: 1) todas las que justifican el divorcio perpetuo; 2) la avaricia del marido; 3) la negativa de la mujer a convivir con él; 4) el abandono del hogar comin; 5) la resistencia‘a cumplir las obligaciones conyugales sin causa justificada; 6) la au- sencia injustificada, y 7) los malos tratos inferidos a los hijos. Se analizardn a continuacién. 100. Primera causal.- Pueden invocarse como causales de di- vorcio temporal todas las que se han indicado como suficientes para solicitar el divorcio perpetuo. Se ha dicho que las indicadas en los N*: 4 y 13 del articulo 21 no pueden justificar una demanda de divorcio temporal, pues son exclusivas del divorcio perpetuo. Se funda esta aseveracién en el hecho de que la ley prohibe la reconci- liacién de los divorciados perpetuamente, cuando el divorcio se ha decretado a virtud de existir cualquiera de las dos causales indica- das. El argumento no es convincente: la ley dice en el articulo 21 que el divorcio, de cualquiera clase que sea, temporal o perpetuo, debe fundarse en las siguientes causales, entre las cuales comprende las enumeradas 4 y 13, y agrega que algunas de ellas s6lo justifican el divorcio temporal; es menester concluir, entonces, que las demas pueden invocarse como causales de divorcio temporal o perpetuo. El hecho de que los cényuges no puedan reconciliarse es independiente y ajeno al problema de saber si las causales cuarta y decimotercera pueden servir de base a una demanda de divorcio temporal. No ha- bria raz6n juridica para fundar una negativa a la demanda de un a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 719 121. Inscripcién de la sentencia de divorcio.— El articulo 4°, N® 4°, de la Ley N® 4.808, sobre Registro Civil, dispone que deben inscribirse en el Registro de Matrimonios las sentencias ejecutoria- das en que se declare el divorcio perpetuo o temporal. El articulo 8° de la misma ley agrega que las referidas sentencias “no podran ha- cerse valer en juicio sin que haya precedido la inscripcién que co- rresponda”. Sobre el alcance de esta disposicién nos remitimos a lo dicho en el Capitulo IV, N® 72. Capitulo VI DE LOS EFECTOS DEL MATRIMONIO 122. Concepto y clasificacién.— El matrimonio es fuente de va- riadas relaciones juridicas que afectan a los cényuges entre sf y respecto de sus parientes. Las més notables se pasan a indicar: a) Crea entre los cényuges un conjunto de derechos y obliga- ciones cuyo objeto no es una prestacién de indole pecuniaria, sino la observancia de normas de conducta necesarias para realizar practicamente las finalidades del matrimonio. Tales son, por ejem- plo, las obligaciones de fidelidad reciproca, de socorro y asisten- cia; de proteccién y de convivencia, que se detallarin mds ade- lante. La circunstancia de que estas obligaciones no tengan por objeto una cosa avaluable en dinero ha creado la idea errénea de que no son propiamente obligaciones legales, sino simples deberes morales. No ¢s asf, pues retinen todos los elementos de la obligacién: su objeto es estrictamente juridico y su quebrantamiento acarrea sanciones esta- blecidas por textos legales expresos. El deber moral se caracteriza porque el acreedor es indetermina- do y su violacién no acarrea sanciones civiles: nada de esto ocurre en los vinculos que se han mencionado, en los que las partes son los cényuges y las consecuencias de su quebrantamiento est4n estableci- das y reglamentadas por el Cédigo Civil; 80 Manual de Derecho de Familia b) Genera entre los cényuges una sociedad universal que com- prende sus patrimonios como tales, o sea, los bienes que tienen y los que adquieren en el futuro; c) Da origen a la filiacién legitima; d) Crea entre los cényuges obligacién de prestarse pensiones alimenticias, y e) Transforma a los cényuges en reciprocos herederos. En este capitulo se analizarén aquellos efectos que tienen por objeto hechos o abstenciones sin contenido pecuniario, vinculacio- Nes que no dicen relacién con la administracién del patrimonio co- mun, sino con el régimen de vida de marido y mujer. Con anterioridad a la reforma introducida al Cédigo Civil por la Ley N® 18.802, de 1989, estas obligaciones y derechos se clasifica- ban atendiendo a si generaban iguales efectos para ambos cényuges © s6lo para uno de ellos. Eran reciprocas las obligaciones de fideli- dad, socorro, asistencia y cohabitacién; correspondian al marido el deber de proteccién y la obligacién de recibir a la mujer en su casa, mientras que la mujer quedaba obligada a obedecer al marido y a seguirlo adondequiera que trasladara su residencia. Actualmente, todos los derechos y obligaciones personales que emanan del matrimonio tienen el cardcter de reciprocos, constituyen- do derechos-deberes. Ellos son: 123. Obligacién de fidelidad.— Segiin el articulo 131 del Cédi- go Civil, los cényuges deben guardarse fe, o sea, no les es permitido tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. La ley sanciona el adulterio con el divorcio perpetuo, sancién que afecta tanto al mari- do como a la mujer. Por otra parte, de conformidad con el articulo 172 del Cédigo Civil, el cényuge inocente puede revocar las donaciones que hubiere hecho al culpable de adulterio. 124. Deber de socorro.— Se traduce en la obligacién de propor- cionar los auxilios econémicos necesarios para vivir. Es un deber reciproco, establecido por el articulo 131 del Cédigo Civil y desarro- Ilado por el articulo 134, que dice a la letra: “El marido debe sumi- Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 81 nistrar a la mujer Jo necesario segiin sus facultades, y la mujer tendré igual obligacidn respecto del marido, si éste careciere de bienes”. En el régimen normal del matrimonio, el marido, como adminis- trador de la sociedad conyugal, debe subvenir a los gastos de mante- nimiento de su mujer y de la familia comin (art. 1740). Para eso la ley le da el usufructo de los bienes propios de ella. En el régimen de separacién de bienes en que no hay sociedad conyugal, cada cual efectiia sus propios gastos de mantenimiento, sin perjuicio de que si alguno no tiene bienes debe ser acudido por el otro. De conformidad con lo prescrito en el articulo 160, los cényu- ges separados de bienes deben acudir al mantenimiento de la familia comin segiin sus facultades y, en caso de discrepancia, el jucz regla el monto de la contribucién, En el régimen de divorcio deben los cényuges también so- correrse (arts. 174 y 175);2! tienen este derecho aun cuando hayan dado causa al divorcio por su culpa. En este ultimo caso, la contribu- cién del cényuge inocente al culpable disminuye; slo se reduce a lo necesario para mantener la familia. Z.Qué ocurre cuando los cényuges se separan de hecho, sin que se disuelva el matrimonio? En mi concepto, el marido conserva la obligacién de seguir manteniendo a su mujer, porque no hay disposicién legal alguna que lo exima de esta obligacién. En la practica, los maridos se han nega- do a acudir pecuniariamente a sus mujeres, alegando que cumplir4n esta obligacién proporciondndole casa y que no estén obligados a alimentarla si la mujer abandona el hogar. La jurisprudencia ha declarado que se deben alimentos al cén- yuge aun cuando exista separacién de hecho, y no es admisible la excepcién del marido, porque la negativa de la mujer a vivir con é1 no constituye injuria atroz, nico caso en que cesa la obligacién de dar alimentos. 21 El articulo 176 del Cédigo Civil fue derogado por el articulo 4° de la Ley N® 18.802, de 1989. 82 Manual de Derecho de Familia El cényuge que no da alimentos puede ser obligado compulsi- vamente a ello, en la forma sefialada por la Ley N° 14.908, de 6 de octubre de 1962, que contiene el texto refundido de la Ley N® 5.750, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, y sus modificaciones. De acuerdo con lo dispuesto por el articulo 15 de esta ley, si el alimentante no cumple su obligacién en la forma ordenada por el fallo o deja de pagar una o mas cuotas, el tribunal respectivo podrd apercibirlo en la forma establecida por el articulo 543 del Cédigo de Procedimiento Civil, y si hubiere sido apercibido dos o mas veces en el lapso de seis meses, el tribunal deber4 impo- nerle, a peticién de parte, un arresto de 30 dias. 125. Deber de ayuda mutua.- El articulo 131 dispone que los cényuges deben ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida. Esta ayuda se refiere al cuidado y atencién personal que los cényuges se deben mientras dure el matrimonio.” 126, Deber de proteccién reciproca.— En conformidad a lo que establecfa el inciso 2° del articulo 131, derogado por la Ley N® 18.802, de 1989,?3 el marido tenfa el deber de prestar proteccién a su mujer, esto es, ampararla fisica y moralmente. Después de la reforma introducida al Cédigo Civil por la ley citada, este deber se hace reciproco entre los cényuges, debiendo ambos prestarse apoyo y proteccién mutuamente. El incumplimiento de esta obligacién no est directamente sancionado, pero tiene un correctivo indirecto con- sistente en la accién de divorcio que puede iniciar el cényuge ino- cente fundado en la causal N* 7 del articulo 21 de la Ley de Matri- monio Civil. 127. Deber de obediencia.— Bajo el texto primitivo del Cédigo, el inciso 2° del articulo 131 establecfa que la mujer ~como contra- partida al deber de proteccién del marido- le debfa obediencia. Al 2-2 Modificado por el articulo 1°, N* 6, de ta Ley N® 18.802, de 1989. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 83 suprimirse del ordenamiento juridico la potestad marital, como con- secuencia, se deroga la norma que consagraba este deber.* 128. Obligacién de convivencia.— Antes de la reforma introdu- cida por la Ley N® 18.802, de 1989, la mujer tenia derecho a que su marido la recibiera en su casa y el marido, a su vez, tenia el derecho de exigirle que viviera con él y le siguiera adondequiera que tras- ladare su residencia. A contar de 1989, en que entré en vigencia la Ley N® 18.802 que innové en esta materia, el deber de convivencia se hizo recipro- co. Es asi como el articulo 133 en su texto actual establece: “Ambos cényuges tienen el derecho y el deber de vivir en el hogar comin, salvo que a alguno de ellos le asistan razones graves para no ha- cerlo” 25 En consecuencia, los problemas relativos a la sancién que aca- trea el incumplimiento de este derecho-deber son los mismos que se presentaban antes de la modificacién en referencia. Entre nosotros, creo que no habria otra solucién que el divorcio. 129. Conclusiones.- El incumplimiento de los derechos-deberes personales que surgen del matrimonio tiene como sancién la posibi- lidad de entablar la correspondiente accién de divorcio. Actualmente estas causales, con excepcién de las contempladas en los N° 5 y 10 del articulo 21 de la Ley de Matrimonio Civil, autorizan a la mujer para solicitar la separacién judicial de bienes (art. 155 del Cédigo Civil).26 % El inciso 2° del articulo 131 fue derogado por el articulo 4? de la Ley NP 18.802, de 1989. 3 Modificado, como aparece en el texto, por el articulo 1°, N® 7, de la Ley N® 18.802, de 1989. 26 Este articulo fue modificado por el articulo 1%, N® 13, de la Ley N® 18.802, de 1989. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 87 133. Régimen de separacién de bienes.— Este régimen se ca- racteriza porque no existe un patrimonio comin: cada cényuge es duefio de los bienes que lleva al matrimonio y de los que durante ¢1 adquiere, ya sea a titulo gratuito u oneroso. Cada cual es administra- dor de lo suyo, de manera que la mujer es plenamente capaz. Sin duda, es el que cuenta con mayores simpatias y est4 estable- cido como régimen normal en Inglaterra, Escocia, Estados Unidos, Italia, Grecia, Turquia, Rumania, Panamd, Nicaragua y El Salvador. Hay paises, como México, en que los cényuges pueden elegir entre la comunidad y la separacién, y otros, como Chile, en que siendo el régimen normal el de comunidad, puede, no obstante, esta- blecerse el de separacién, a virtud de un pacto celebrado entre los cényuges. 134. Régimen de participacién en los gananciales.— Es una curiosa combinacién de los dos anteriores y consiste en que durante el matrimonio los cényuges se miran como separados de bienes, pero a la época de su disolucién las utilidades que cada uno produjo van a formar un fondo comin que se divide entre ellos por mitad. Este régimen permite la plena capacidad de la mujer durante el matrimonio, con lo que se eliminan los inconvenientes de la comuni- dad y da participaci6n a la muier en las utilidades producidas por el marido, con lo que elimina ci inconveniente mds grave de régimen de separacién en que la mu: por estar impedida para producir por sus preocupaciones doméstivas, no puede producir directamente y pierde toda expectativa a participar en las utilidades del marido, que muchas veces ha contribuido de manera mas o menos directa a for- mar. Este régimen, al darle participacién en ellas, corrige tal injusti- cia. Existe en Suecia y Colombia, y como régimen convencional, esto es, susceptible de pactarse, en Francia y Uruguay. El sistema descrito es, desde un punto de vista abstracto, el que mas ventajas presenta, pero es extraordinariamente dificil traducir estas concepciones a disposiciones legales que den los resultados apetecidos. Desde luego, y para la idiosincrasia de nuestro pueblo, presenta el inconveniente grave de que coloca en peor situacién al cényuge a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 95 otorgantes de esta obligacién. Actualmente dicha evaluacién es dis- crecional y, por tanto, su omisién carece de sancién; c) Las estipulaciones pueden versar sobre las donaciones que se llaman por causa de matrimonio y que est4n reglamentadas por los articulos 1786 y siguientes. También pueden otorgarse donaciones irrevocables, pero sélo para que tengan efecto antes del matrimonio, pues las que se hagan durante el matrimonio serdn siempre revocables; d) Pueden hacerse concesiones reciprocas, como renuncia a los gananciales (art. 1719), goce de pensiones periddicas, etc.; e) Pueden los cényuges eximir de la comunidad una parte de sus bienes muebles (art. 1725, N® 4%); f) Pueden hacer ingresar a la sociedad conyugal bienes raices de su dominio. Si bien es cierto que con anterioridad a la dictacién de la Ley N® 18.802, de 1989, el articulo 1725, en su N® 6° establecia expresamente esta facultad respecto de la mujer, su derogacién por esta ley no obsta a que cualquiera de los cényuges aporte inmuebles a la sociedad conyugal para que ésta le restituya su valor en dinero 0 en especie, a eleccién de cualquiera de ellos. El fundamento de la disposicién derogada radicaba en que facilitaba la enajenacién de los bienes raices de la mujer por parte del marido. Al suprimirse la autorizacién judicial para la enajenacién de los bienes propios de la mujer, ¢sa disposicién se hizo innecesaria; g) Pueden destinar en las capitulaciones matrimoniales valores propios para comprar, durante el matrimonio, con dichos valores, bienes raices o muebles que no entraraén a formar parte de la socie- dad conyugal (art. 1727, N® 2°), y h) La Ley N® 18.802, de 1989, al suprimir la necesidad de obtener autorizacion judicial para enajenar los inmuebles propios de la mujer, suprimié el inciso 4° y los N* 1 y 2 del articulo 1754, que establecian que las causales que justificaban la enajenacién o el gravamen de esos Dienes eran: 1) facultad concedida para ello en las capitulaciones ma- trimoniales, y 2) necesidad 0 utilidad manifiesta de la mujer! 31 Asf lo decfa el texto anterior del articulo 1754, hoy reemplazado por el articulo 1°, N° 78, de la Ley N? 18.802. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 99 que la diferencian de estos otros fenémenos y la singularizan ne- tamente. Asi lo ha dicho la Corte Suprema en sentencia publicada en la Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo XXVI, secc. 1', pag. 522, considerando 3°. Este fenédmeno tiene, en realidad, dos aspectos: uno para los terceros y otro para los cényuges. Para los terceros no hay mds que dos patrimonios: el del marido y el de la mujer; no existe el patrimo- nio social. Para los cényuges existen tres patrimonios: el social y el propio de cada uno; pero sobre el patrimonio social la mujer carece de todo derecho mientras dure la sociedad. Ello no obsta para que este patrimonio exista para ciertos efectos, o sea, tenga algunas ma- nifestaciones de importancia. Si se sostuviera que el patrimonio so- cial no existe en forma alguna respecto de la, mujer, no se aplicaria ni la renuncia de gananciales, ya que no puede renunciarse lo que no se tiene, ni la separacidn de bienes, ni la administracién extraordina- ria de la sociedad conyugal, en que el patrimonio social toma reali- dad y los bienes que lo forman se administran de distinta manera que los bienes propios del marido. La Corte Suprema en una interesante sentencia de 7 de junio de 1957 (R. de D. y J., tomo LIV, secc. 1*, pg. 92) analiza en forma muy completa y acertada la naturaleza juridica de la sociedad con- yugal. 150. Diferencias entre la sociedad conyugal y la sociedad comin. Las diferencias principales entre estas dos instituciones son las siguientes: a) Esta sociedad no nace, como Ia corriente, de la voluntad de las partes, sino de la ley y por el solo hecho del matrimonio, salvo Pacto en contrario, como explicitamente lo establece el articulo 1718; b) La sociedad conyugal sélo puede existir entre marido y mujer y se disuelve ipso facto si falta uno de los nombrados. A diferencia de la sociedad corriente, que puede continuar con los herederos, esta sociedad no se perpetiia en los herederos del cOnyuge muerto. De ahf que después del fallecimiento de uno de los cényuges se forme una comunidad entre el cényuge sobreviviente y los herederos del difunto; a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 103 mina “recompensa”. Estos bienes forman un haber aparente y son, principalmente, los bienes muebles que los cényuges tenfan al mo- mento de casarse. Paralelamente, podemos distinguir un pasivo social y un pasivo persona) del marido y de la mujer. Pero tratandose del pasivo, estas expresiones tienen una doble significacién, pues la deuda puede ser personal del marido o de la mujer y, sin embargo, estar obligada a su pago la sociedad, sin perjuicio de las compensaciones correspon- dientes. Es distinta la cuestién segiin se considere el pasivo entre los cényuges y respecto de terceros: el primero es un problema de con- tribucién a la deuda, el segundo es un problema de obligacién a la deuda. La contribucién a la deuda, o sea, la determinacién del patri- monio que, en definitiva, soportar4 el gravamen, es una cuestién de relaciones privadas entre los cényuges; la obligacién a la deuda es una cuestidn entre la sociedad deudora y el tercero acreedor, y con- siste en determinar si el dicho tercero tiene derecho a perseguir el patrimonio social 0 s6lo puede accionar contra el patrimonio perso- nal de los cényuges. Seccién primera DEL HABER DE LA SOCIEDAD CONYUGAL I Del haber real de la sociedad conyugal 154, Concepto.— Forman el haber real aquellos bienes que en- tran al patrimonio de la sociedad conyugal de manera definitiva ¢ irrevocable, 0 sea, sin derecho a recompensa o compensacién a fa- vor del cényuge que los hizo ingresar. Son tales los que se pasan a enumerar: a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 107 del matrimonio si la transaccién con que perfeccioné su dominio se operé durante el matrimonio (art. 1736, N® 1°). b) Los bienes que los cényuges posefan antes del matrimo- nio con titulo vicioso, pero cuyo vicio se sanea o ratifica durante el matrimonio, se encuentran en esta misma situaci6n (art. 1736, N° 28), c) Si vendidos o donados o aportados a una sociedad bienes de una persona soltera, éstos vuelven a su poder una vez casada por nulidad absoluta o relativa del contrato o por resolucién del mis- mo, estos bienes no entran al haber real de la sociedad (art. 1736, N? 39), d) Se encuentran en esta misma situacién los bienes litigiosos a que se refiere el N° 4° del articulo 1736. La sentencia judicial que reconoce el derecho del cényuge es meramente declarativa del domi- nio que el cényuge tenia desde antes del matrimonio. e) De acuerdo con el N® 5° del citado articulo 1736, tampoco entra al haber real el derecho de usufructo que durante el matrimo- nio se consolida con la nuda propiedad que un cényuge tenia de soltero, cualquiera que sea la razén de terminacién del usufructo y aun cuando termine por algiin titulo oneroso, porque en eso consiste precisamente la excepcién contemplada por este numero. f) Tampoco pertenece a este haber, de acuerdo con lo que dispo- ne el N® 6° de este articulo, lo que durante el matrimonio se pague a un cényuge por capitales adeudados desde antes del matrimonio o por intereses devengados en estado de solteria y pagados después de casados. Por el contrario, si la causa o titulo de la adquisicién tiene lugar durante la sociedad y la adquisicién misma se retarda por ignorancia 0 por haberse impedido o entorpecido injustamente, el bien ingresa al haber real de acuerdo con lo que preceptia el articulo 1737. El principio enunciado se aplica a los frutos que, sin esta ignorancia o sin este embarazo, hubieran debido percibirse por la sociedad y que después de ella se hubieren restituido a dicho cényuge o a sus here- deros (art. 1737, inc. 2°). 8) El articulo 1°, N° 69, de la Ley 18.802, de 1989, agregé un nuevo numerando al articulo 1736 del Cédigo Civil, de acuerdo con a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales oe ql Del haber aparente de la sociedad conyugal 165. Concepto.- Es llamado también “relativo” porque esté for- mado por aquellos bienes que entran a formar parte del patrimonio social, pero confieren al cényuge propietario un crédito contra la sociedad conyugal, que se hace efectivo a la época de su disolucién. Se encuentran en esta situacién los siguientes: 166. Aportes de cosas muebles.- Entran a formar parte del ha- ber relativo el dinero que cualquiera de los cényuges aportare al matrimonio o durante é1 adquiriere, obligindose la sociedad a la correspondiente recompensa (art. 1725, N® 3°),% las cosas fungibles y especies muebles que cualquiera de los cényuges aportare al matri- monio o durante él adquiriere, quedando obligada la sociedad a pa- gar la correspondiente recompensa (art. 1725, N°.4°).37 Ingresan de la misma manera a este haber las cosas muebles que cualquiera de los cényuges adquiera durante la vigencia de la sociedad conyugal a titulo gratuito. Esta conclusién, a la que habia llegado la doctrina por la via interpretativa, fue acogida por el legis- lador de 1989 en las disposiciones contenidas en los incisos 2° de los articulos 1726 y 1732.8 La diferencia entre el dinero y las demas cosas muebles, que resultaba légica antes que la Ley N° 18.802 modificara el sistema de recompensas, es actualmente irrelevante. De acuerdo al texto ante- rior, en caso que el aporte fuera en dinero, la recompensa se pagaba peso a peso, mientras que tratandose de otras especies muebies, las recompensas se pagaban de acuerdo al valor que tenian al momento del aporte; hoy toda recompensa se paga en dinero y debidamente Teajustada, como se ver4 mds adelante. 7 Aniculo 1°, N® 62, de la Ley N® 18.802, de 1989. ™ Aniculo 1°, N* 63 y 65, de la Ley N® 18.802, de 1989. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 4 Manual de Derecho de Familia De este modo, se protege a los terceros que de buena fe guian su actuacién por la apariencia. Por lo mismo, si se trata de un bien que figura inscrito en un Registro Publico, no rige esta presuncién de buena fe. Como la presuncién es simplemente legal, ser admisible pruc- ba para acreditar que el bien es propio de la mujer o del marido. Esta prueba puede ser producida ya sea por un tercero que deba perseguir bienes propios de la mujer por ser acreedor de ella, o por los mismos cényuges cuando hay dificultades sobre el dominio de los bienes durante la liquidacién de la sociedad conyugal. La ley admite cual- quier medio probatorio, menos la confesién de los cényuges, ya sea individual o de consuno. Esta confesién no haré prueba como tal respecto de terceros, pero entre los cényuges tendria valor (R. de D. y J., tomo XXIV, secc. 1*, p4g. 30). La disposicién citada estable- ce: “La confesién, no obstante, se mirar4 como una donacién revo- cable, que, confirmada por la muerte del donante, se ejecutaré en su parte de gananciales o en sus bienes propios, en lo que hubiere lugar” (art. 1739, inc. 3°), Esta confesién, como se ve, no confiere al otro cényuge el do- minio del bien, que es objeto de ella, sino que importa un acto de disposicién que se hard irrevocable a la muerte del confesante y que podra dejarse sin efecto mientras viva. Ol Del haber propio de cada cényuge 170. Bienes que lo forman.— Est4 formado por aquellos bienes que 16 entran al haber real ni al aparente de la sociedad. El dominio Aniculo 1739, incisos 4° y 5®, agregados por el anticulo 1°, N° 71, de la Ley NP 18,802, de 1989. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 115 de ellos pertenece al cényuge que los adquirié en las condiciones que se analizardn. Ello no quiere decir que el cényuge los administre, porque, como oportunamente se dird, el haber propio de la mujer es adminis- trado por el marido. La situacién juridica en que se encuentran estos bienes produce las siguientes consecuencias: a) Los aumentos y mejoras que se introduzcan en ellos pertene- cen al cényuge propietario; b) Su pérdida fortuita afecta también a dicho cényuge; c) La administracién de tales bienes corresponde al marido; d) Los acreedores del otro cényuge no pueden proceder a em- bargarlos, y e) Disuelta la sociedad conyugal, se retiran en especie. Forman este haber los bienes que se pasan a enumerar. 171. Los bienes raices que los cényuges tuvieron al momento de celebrar el matrimonio.— Aun cuando esta regla no est4 formu- lada expresamente, se deduce de la simple lectura del articulo 1725, que hace ingresar al haber social en los N* 3° y 4° los bienes mue- bles y no los raices. De acuerdo con lo dispuesto en el articulo 1736, se encuentran en esta situaci6n juridica aquellos bienes raices que se han adquirido materialmente durante la sociedad, pero cuya causa 0 titulo es ante- Tior a ella. 172. Los bienes raices adquiridos durante la vigencia de la sociedad conyugal a titulo gratuito.- De acuerdo con los incisos 1° de los articulos 1726 y 1732, los bienes raices adquiridos a titulo gratuito durante la vigencia de la sociedad conyugal, incrementan el haber propio de cada cényuge.*? ‘3 Modificados por el articulo 1°, N* 63 y 65, de la Ley N® 18.802, de 1989. 116 Manual de Derecho de Familia La parte final de cada uno de los articulos citados es de gran importancia prdctica, porque resuelve el problema de las donaciones conjuntas, que era y es materia discutible en el Derecho francés. La donaci6n hecha a un cényuge, aunque sea hecha por consideracién al otro, incrementa su haber propio, y la misma regla se aplica a otras gratuidades, como las herencias o legados. Si la donacién es hecha a ambos cényuges conjuntamente, in- crementaré el haber de cada cual. La misma regla se aplica a las herencias y legados. 173. Los aumentos experimentados por los bienes propios de los cényuges.— El articulo 1727, N* 3°, dispone que no formaran parte del haber social los aumentos materiales que acrecen a cual-.- quier especie de uno de los cényuges, formando un mismo cuerpo con ella, por aluvidn, edificacién, plantacién o cualquiera otra causa. La disposicién citada comprende cualquiera causa que produz- cael aumento, o sea, quedan comprendidos los aumentos produci- dos por obra de la naturaleza o por Ja industria humana. Pero entre ambos existe una importante diferencia: el aumento que se debe a la industria humana da lugar a una recompensa a favor de la sociedad conyugal, en los términos del articulo 1746; en cambio, el aumento que proviene de causas naturales no da lugar a recompensa alguna. Asi lo dispone el articulo 1771. 174. Los bienes muebles excluidos de la comunidad.— El] ar- ticulo 1725, N® 4°, después de estatuir que los bienes muebles apor- tados al matrimonio entran al haber aparente de la sociedad, agrega que los cényuges pueden eximir de la comunidad cualquiera parte de sus especies muebles, designandolas en las capitulaciones. Esta cléu- sula, que los autores franceses llaman de réalisation, sélo pueden re- ferirse a los bienes propios de los cOnyuges, sean presentes o futu- Tos, corporales o incorporales. Como la ley exige que se “designen” los bienes que se excluyen en las capitulaciones, debe concluirse que la exclusién es a titulo singular. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 119 De conformidad con lo que dispone el inciso final del articulo 1733, si la subrogacién se hace en bienes de la mujer, exige, ademds, la autorizacién de ésta.4 Finalmente, debe existir cierta proporcionalidad entre los va- lores de los bienes que se permutan, determinada por el inciso 6° del mismo articulo.*s b) Subrogacién por compra. Segiin el articulo 1733, se efectia esta subrogacién cuando, vendido un inmueble propio de alguno de los cényuges, se ha comprado con su precio un nuevo inmueble. Para que el fenémeno se presente es necesario: 1) Que se venda un inmueble propio de alguno de los cényuges; 2) Que con su precio se adquiera otro inmueble. No es menester que se empleen los mismos billetes; 3) Debe expresarse el 4nimo de subrogar, tanto en la escritura de venta como en la de compra. Esta exigencia est4 establecida para determinar claramente si el bien adquirido durante la vigencia de la sociedad es social o propio, cuestién que interesa grandemente a la mujer y a los terceros que contraten con ella o con el marido. 4) Si el bicn raiz vendido perienece a la mujer, de acuerdo con lo que dispone el inciso final dei articulo 1733, se requiere autoriza- cién de ésta.*6 5) Exige, finaimente, c! jegislador cierta proporcionalidad entre los valores de los bienes que s2 subrogan, requisito que se analizaré més adelante. 179, Variante de !2 subrogacién por compra: subrogacién por anticipacién.— La subrogacién por compra tiene una variante que se llama subrogacién por anticipacién y que consiste en com- prar primero un bien raiz y después vender ur inmueble propio para “445 Modificados por ¢! articuic }*, N* 66, de la Ley N® 18.802, de 1989. “6 Cabe destacar que con anterioridad a la reforma introducida al texto por la Ley N® 18.802, en este caso se requerfa sutorizaci6n judicial como consecuencia de la incapacidad relativa de la mujer casada. (N. del A.) a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 123 183. Obligaciones que dan accién sobre los bienes sociales y sobre los bienes propios del marido.— Son Ia regla general y aqui se comprenden las que se pasan a enumerar: a) Toda deuda contraida por el marido durante la vigencia de la sociedad conyugal (art. 1740, N° 2°); b) Las obligaciones que el marido haya contraido antes del ma- trimonio (art. 1740, N® 3°); ¢) Toda deuda contraida por la mujer con mandato general o especial del marido (art. 1751), y d) Toda deuda contraida por los cényuges conjuntamente o en que la mujer se obligue solidaria o subsidiariamente con el marido (ant. 1751). 184. Obligaciones que dan accién sobre los bienes sociales, sobre los bienes propios del marido y, ademas, sobre los bienes propios de la mujer.- a) Las contraidas por el marido durante la vigencia de la sociedad conyugal en virtud de un contrato que cede en beneficio personal de la mujer (art. 1750, inc. 2°). Serian. de este tipo las obligaciones contraidas por el marido para pagar deudas de la mujer anteriores al matrimonio; b) Las contrafdas por la mujer antes del matrimonio, Estas deu- das deben ser pagadas por la sociedad a virtud de lo dispuesto en el articulo 1740, N® 3°, pero pueden perseguirse, ademas, sobre los bienes propios de la mujer en conformidad a lo prescrito en el inciso 29 del articulo 1750 del Cédigo Civil. La disposicién citada es una consecuencia del derecho de prenda general que tiene el acreedor sobre todos los bienes de su deudor. Si el patrimonio de la mujer estaba afecto al cumplimiento de la obligacién mientras se encontra- ba soltera, no hay raz6n para que deje de estarlo por un hecho ajeno al vinculo obligatorio, como es el matrimonio. El matrimonio no tiene otro efecto que modificar la administra- “9 El aniculo 1°, N° 76, de la Ley N® 18.802, suprimi6 Ia referencia a las obligaciones contraidas por la mujer con autorizacién expresa © técita del marido, en vind de haberse derogado la incapacidad de la mujer casada. (N. del A.) a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 127 hace aplicables a este caso las referidas limitaciones establecidas por el inciso 1° del mismo N® 2°. La duda que suscitaba el N® 2° del articulo 1740, en cuanto a si las fianzas otorgadas por el marido para garantizar obligaciones de terceros, constituian o no una deuda social, fue resuelta expresamente por la Ley N® 18.802, de 1989, que distingue segtin el marido actie o no autorizado por la mujer. Si falta la autorizacién, de acuerdo con lo prescrito en el inciso 5° del articulo 1749, la deuda es personal del marido, pero si actiia autorizado por su mujer, la deuda es social.52 Cabe tener presente, adem4s, que pagada la obligacién por el marido, quedaria legalmente subrogado en el crédito y este crédito seria social por haber ingresado a la sociedad por titulo oneroso;, d) De las cargas y reparaciones usufructuarias de los bienes sociales 0 de cada cényuge (art. 1740, N° 4°). Se entienden por cargas usufructuarias las expensas ordinarias de conservacién y cultivo; las pensiones, cénones y, en general, las cargas periddicas con que de antemano haya sido gravada la cosa; el pago de los impuestos periddicos fiscales y municipales. Estas reglas no se encuentran en este Titulo, sino en los articulos 795 y 796, que imponen estas cargas al usufructuario, raz6n por la cual se denomi- nan cargas usufructuarias. Es natural que la sociedad conyugal tam- bién las soporte, ya que ella goza de los frutos de los bienes propios de los cényuges, de los que, en cierta forma, es usufructuaria; ¢) Mantenimiento de los cényuges; mantenimiento, educacién y establecimiento de los descendientes comunes y de toda otra carga de familia (art. 1740, N° 5°). La sociedad es obligada a sufragar el mantenimiento de ambos cényuges, comprendiéndose en esta obligacién 1a habitacién, el ves- tuario, medicinas, gastos de enfermedad, etc. Debe sufragar, ademas, los gastos de mantenimiento, educacién y establecimiento de los descendientes comunes. En el caso que haya adoptados, la sociedad conyugal esté obli- gada a sufragar todos los gastos de su crianza, educacién y estableci- 32 Aniculo 1*, N°75, de la Ley N® 18.802, de 1989. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 131 del marido, de la mujer y de la sociedad conyugal estén obligados entre si. Las recompensas emanan del concepto relativo del activo y del pasivo de la sociedad, ya que hay bienes que entran a ella transfor- mandose en un crédito a favor del cényuge aportante y hay deudas personales que la sociedad est4 obligada a pagar con derecho a re- embolsarse. El objeto de las recompensas es evitar el enriquecimiento de un patrimonio a expensas de otro; evitan también las donaciones disi- muladas que pudieran hacerse los cényuges entre si para perjudicar a los terceros, evitan los abusos de] marido, que podria emplear los dineros de la mujer en su propio beneficio y, finalmente, corrigen los excesos de una administracién mal intencionada, ya que sabemos que se debe recompensa a la sociedad por los perjuicios que se le causen con dolo o culpa grave (art. 1748). Durante la vigencia del matrimonio no puede alterarse el régi- men de recompensas, lo que no es obst4culo para que un cényuge renuncie a ellas por acto que surta efectos después de la disolucién de la sociedad conyugal. Existen recompensas de la sociedad a favor de los cényu- ges, de los cényuges a favor de la sociedad, y de los cényuges entre si. Bajo la sola vigencia del Cédigo Civil regia en materia de re- compensas el principio nominalista, lo que, como consecuencia de la inflacién endémica en nuestro pais, habia hecho el sistema inoperan- te en la préctica. Para obviar estos inconvenientes, la Ley N° 18.802 innové en la materia, haciendo reajustables las recompensas. En efecto, el articulo 173454 en su texto actual dispone que las recom- pensas se pagaraén en dinero y reajustadas a fin de que la suma pagada tenga, en lo posible, el mismo valor adquisitivo que la suma invertida al originarse la recompensa. * Anfculo 1734 del Cédigo Civil, inciso 1°, reformado por el articulo 1°, N® 67, de la Ley N° 18.802, de 1989. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 135 la sociedad por los perjuicios que le hubiere causado con dolo o culpa grave. La recompensa ascenderd al monto del perjuicio. En cuanto a la prueba, cabe advertir que, sea que se impute el dolo o culpa grave al que causé el perjuicio, la proposicién debera ser probada por el que la alega, sca el marido o la mujer; este tipo de culpa es extracontractual. Tl Recompensas de cényuge a cényuge 199. Pago de deudas personales.- Hay lugar a recompensa cuando con los bienes de un cényuge se pagan voluntaria o forzada- mente deudas del otro. 200. Deterioros en bienes propios.— Seguin el articulo 1771, las pérdidas o deterioros ocurridos en los bienes propios de un cényuge deberd sufrirlos él, porque las cosas se pierden para su duefio, salvo que se deban a dolo o culpa grave del otro cényuge, en cuyo caso deberd éste resarcirlos. 201. Venta de bienes propios.— La enajenacién de bienes pro- pios de un cényuge da lugar a recompensa a su favor cuando, duran- te la vigencia de la sociedad conyugal, se destina su producido a adquirir bienes para el otro 0 a reparar sus bienes. Capitulo XIII DE LA ADMINISTRACION DE LA SOCIEDAD CONYUGAL 202. Clasificacién.— De acuerdo con lo que dispone el articulo 1749, corresponde al marido, como jefe de la sociedad conyugal, la administraci6n de los bienes sociales y los de su mujer, sujeto, em- a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 139 La autorizacién t4cita resulta de la intervencién de la mujer, expresa, directa y de cualquier modo en la celebracién del acto. Al agregar la ley la frase “de cualquier modo”, establece que la simple comparecencia de la mujer, cualquiera sca la calidad en que intervie- ne, constituye autorizacién t4cita. Cabe destacar que con anteriori- dad a la reforma la comparecencia de la mujer debia dirigirse a otorgar la autorizacién correspondiente. La mujer puede proceder a dar su autorizacién por medio de mandatario. Este mandato debe ser especial y deber4 constar por escrito o por escritura publica, segtin sea la naturaleza del acto que se autoriza. 207. Manera de suplir la autorizacién de la mujer.— La auto- rizaci6n de la mujer puede ser suplida por la justicia en los siguien- tes casos: a) Por negativa injustificada de la mujer, y b) Por impedimento de la mujer, como su menor edad, o su ausencia real o aparente, si de la demora se siguiere perjuicio a la sociedad conyugal. En el caso de negativa injustificada de la mujer, la justicia pro- cederd a dar la autorizacién con conocimiento de causa y con cita- cién de ésta, lo que significa que debe ser notificada y oida en el procedimiento pertinente. La citacién es sdlo necesaria en el caso de negativa y no cuando la justicia autoriza al marido por impedimento de la mujer. Sin em- bargo, la autorizacién de la mujer para que se donen bienes sociales no puede ser suplida por el juez. 208. Sancién a la falta de autorizacién.— La falta de autoriza- cién de la mujer acarrea la nulidad relativa del acto o contrato. Esta accién prescribe en el término de cuatro afios contados desde la diso- lucién de la sociedad conyugal. Si la mujer o sus herederos fueren incapaces, el plazo empezard a correr desde que cesa esta incapacidad. Si el marido constituye una caucién personal para garantizar obliga- ciones de terceros sin obtener 1a autorizaci6n sefialada, la sancién consiste en que solamente resultan obligados sus bienes propios, no pudiendo, en consecuencia, haccrse efectivas en los bienes sociales, a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 143 Durante el matrimonio los terceros pueden alterar este régimen de administracién haciendo donaciones a la mujer o dejandole una herencia o legado con la condicién expresa de que no administre el marido (art. 166 del Cédigo Civil). El marido puede también facul- tar 0 autorizar a su mujer para que administre sus bienes propios, en todo o parte. El marido administra los bienes propios de su mujer, pero no es usufructuario de los mismos. No obstante que los articulos 810 y 2466 del Cédigo Civil nombran al marido como usufructuario de tales bienes, no se ha teglamentado la institucién en parte alguna, de manera que pare- ce légico concluir que el legislador pensé establecerla, pero no lo hizo. Si el marido percibe los frutos de estos bienes propios, lo hace como administrador de la sociedad conyugal, por ser tal y no por ser duefio de ellos. El usufructo supone la existencia de dos derechos reales que giran en 6rbitas diferentes: el de usufructuario y el de nudo propieta- rio. En este caso, si sale el bien del dominio de la mujer, el marido deja de percibir sus frutos; luego, no tiene un derecho real indepen- diente del dominio de su mujer. Este derecho del marido no es tampoco embargable por sus acreedores, como lo seria si fuera un verdadero usufructo. Finalmente, el marido no esta obligado a rendir caucién ni hacer inventario, como deben hacerlo los usufructuarios. 213. Actos de administracién que el marido ejecuta por si solo.— El marido actiia sin necesidad de consenso o autorizacién de su mujer en los siguientes actos 0 contratos: a) Actos de mera administracién. Quedan comprendidos en este tubro los actos de mera conservaci6n de los bienes, como las repara- ciones necesarias, el cobro de las rentas, la contratacién de seguros, la interrupci6n de prescripciones, el pago de los impuestos y contri- buciones; b) Percepcidén de capitales. El artfculo 1579 faculta al marido que administra los bienes de su mujer para recibir los pagos que a a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 147 contraer matrimonio, los bienes raices adquiridos durante el matri- monio a titulo gratuito y los bienes raices que, habiendo sido adqui- ridos a titulo oneroso, hayan venido a subrogar algun bien propio de la mujer destinado a la subrogacién en las capitulaciones matrimo- niales o en una donacidn por causa de matrimonio. El N° 6° del articulo 1725 autorizaba a la mujer para aportar bienes raices apreciados para que la sociedad le restituyera su va- lor en dinero o en especie a eleccién de ésta. La supresién de este numerando no obsta a que, en virtud del principio de la autonomia de la voluntad, se pacten estos aportes en las capitulaciones matri- moniales, porque no constituyen una disposicién contra la ley, el orden puiblico o las buenas costumbres. 217. Requisitos para proceder a la enajenacién de los bie- nes raices de la mujer.— Para proceder a la enajenacién o grava- men de los bienes raices de la mujer se requiere la voluntad de la mujer, manifestada en el sentido de autorizar la enajenacién o el gravamen, Con respecto a la forma del consentimiento, nada expresaba el articulo 1754 antes de la reforma introducida en su texto por la Ley N® 10.271, de manera que la cuesti6n era controvertida, aun cuando se aceptaba generalmente que la mujer debia manifestar su voluntad en forma fidedigna antes de celebrar el contrato. No se aceptaba la manifestacién ticita de dicha voluntad. La Ley N® 18.802 resuelve la cuestién al disponer que la volun- tad de la mujer puede manifestarse en dos formas: o bien expresa- mente, en cuyo caso la manifestacién de voluntad debe constar en escritura publica, o bien tdcitamente, interviniendo la mujer expre- say directamente de cualquier modo en el acto. En el caso de ser expresa, la voluntad puede prestarse personalmente o por mandatario constituido por escritura ptiblica. La sancién que tiene la omisién de la autorizacién de la mu- jer es la nulidad relativa del acto o contrato que favorece a la mujer y que ésta puede hacer valer en el plazo de cuatro afios, contados desde que se disuelva la sociedad conyugal, o desde que cese la incapacidad de la mujer o de sus herederos. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 1S1 a) Cuando el marido ha sido declarado en interdiccién por de- mencia. El articulo 462 dispone que la curaduria del demente se deficre, en primer término, a su cOnyuge no divorciado, y el articulo 463 agrega que la mujer curadora de su marido demente tendré la administracién de la sociedad conyugal; b) Cuando el marido ha sido puesto en interdiccién por sordo- mudez, pues el articulo 470 hace aplicables a este caso los articulos 462 y 463, ya citados; c) Cuando el marido se encuentra largamente ausente. El articulo 1758 dispone expresamente que en caso de larga ausencia del marido sin comunicacién con su familia, la mujer serd nombrada curadora de sus bicnes y administrar4 la sociedad conyugal. El articulo 473, por su parte, se encarga de sefialar los requisitos que son necesarios para que un ausente sca sometido a curatela, y consisten: en la ignorancia de su paradero, la falta de comunicacién con los suyos, el perjuicio grave causado por esta ausencia al mis- mo ausente 0 a terceros y el hecho de que el ausente no haya dejado apoderados o que sdélo los haya constituido para casos o negocios especiales. Por su parte, el articulo 475 confiere esta curatela, en primer término, a la mujer. En caso de que la ausencia no dure lo suficiente como para justificar una curatela, el articulo 145, inciso 2°, prescribe que la mujer puede actuar supliendo la autorizacién de su marido por la judicial. Naturalmente, en este caso no hay administraci6n extraordi- naria, sino ordinaria, y d) Caso del marido menor de edad. El articulo 148 dispone que “el marido menor de edad” necesita de un curador para administrar la sociedad conyugal. La cuestién consiste en determinar si la mujer puede ser curadora del marido menor de edad. Estimo que, después de la dictacién de la Ley N° 5.521, que derog6 el antiguo articulo 499 del Cédigo, que limitaba la curatela de la mujer s6lo a los casos de interdiccién del marido por demencia o sordomudez, la regla gene- ral es que la mujer podré ser siempre curadora de su marido, salvo que haya una disposicién legal que lo prohiba expresamente, como en el caso del marido disipador (art. 450). En consecuencia, la mujer podra 4 a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 155 a) Respecto del marido menor de edad, cuando existen perso- nas Ilamadas a la guarda legitima del menor con preferencia a la mujer; b) Respecto del marido declarado en interdiccién por prodigali- dad, En este caso, segun el articulo 450, la mujer no puede ser su curadora, y c) Cuando la mujer a quien corresponde la guarda se excusa de servirla 0 es incapaz de desempefiarla. En estos tres casos la administracién corresponde al cu- rador del marido, quien la ejercera conformadndose a las reglas dadas por el legislador para la administracién de los guarda- dores. 227. Derecho de la mujer a pedir separacién de bienes.— El legislador confiere a la mujer, en este caso, el derecho a pedir la separacién de bienes (art. 1762). Esta facultad de la mujer puede ejercitarse tanto cuando ella no desea someterse a la autoridad del curador, como cuando no quiere tomar sobre si la administracién de la sociedad conyu- gal. Debe hacerse notar que la mujer no puede pedir la separacién de bienes cuando tiene lugar la administracién extraordinaria por mi- noridad del marido. En efecto, esta facultad constituye una excep- cidén al derecho comin y sélo puede ejercitarse cuando existe texto legal expreso que la autorice. En el caso del marido disipador, el derecho a pedir la separacién de bienes est4 establecido por el ar- ticulo 450; el articulo 463 se lo da en el caso del marido demente; el articulo 470 se lo confiere en el caso del sordomudo, y el articulo 477, en relacién con los articulos 1758 y 1762, se lo da en el caso del marido ausente. Nada dice la ley respecto del marido menor, de manera que puede concluirse que no le asiste este derecho. Para pedir la separacién de bienes la mujer deber4 tener mas de 21 afios. Asi lo dicen los articulos 450, 463 y 470. Si fuere menor, no tendria raz6n de ser la separacién de bienes, ya que la mujer no a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 187 Capitulo XIV DE LA DISOLUCION DE LA SOCIEDAD CONYUGAL I De las causales de disolucién 230. Enumeracién.- La sociedad conyugal se disuelve por causales propias que no afectan al vinculo matrimonial y, ademés, por las que producen la disolucién del matrimonio. De la relacién de los articulos 1764 del Cédigo Civil, y 37 y 38 de la Ley de Matrimonio Civil, se deduce que las causales de disolucién de la sociedad conyugal, ya sea que obren directamente o en forma indi- recta © consecuencial de la disolucién del matrimonio, son las si- guientes: la muerte natural de cualquiera de los cényuges, la muerte presunta de alguno de ellos, la sentencia de divorcio perpetuo, la sentencia que declara la separacién de bienes, el pacto de separacién de bienes y la declaraci6n de nulidad del matrimonio. Se estudiaran en los parrafos siguientes. 231. Muerte natural de cualquiera de los cényuges.— El N° 1° del articulo 1764 dice que la sociedad conyugal se disuel- ve por la disolucién del matrimonio. En realidad, como el matrimo- nio se disuelve por muerte, sea natural o presunta, y por declaracién de nulidad del mismo, y como la muerte presunta y la declaracién de nulidad estén contempladas en los N° 2° y 4° del articulo cita- do, debemos concluir que el N® 1° s6lo se refiere a la muerte na- tural. En otras legislaciones la muerte no pone fin a la sociedad, que sigue hasta su liquidacién entre el cényuge vivo y los herederos del difunto. Entre nosotros, muerto uno de los cényuges, termina la sociedad conyugal y es sustituida por un régimen de comunidad corriente. 158 Manual de Derecho de Familia Producida la disolucién por esta causal, no es menester, para que surta sus efectos, ninguna publicidad. No podria pactarse que la sociedad conyugal perdurara a pesar de la muerte de uno de los cényuges, ni tampoco la hace subsistir el hecho de mantener los bienes sociales en indivisién; su disolucién se produce en el momento de la muerte de cualquiera de los cényuges, en forma definitiva e irrevocable. 232. Declaracién de muerte presunta.— El articulo 1764, N° 2°, dispone que se disuelve la sociedad conyugal por la presun- cién de muerte de uno de los cényuges, segtin lo prevenido en el Titulo “De! principio y fin de la existencia de las personas”. Conforme a tales preceptos legales, la sociedad conyugal se disuelve independientemente de la disolucién del matrimonio y, ade- més, como consecuencia de la disolucién de éste. Ello ocurre en los siguientes casos: a) Pronunciado que sea el decreto de posesién provisoria de los bienes del desaparecido, lo que ocurre cinco afios después de las ultimas noticias que de él se tuvieron, se disuelve la sociedad conyu- gal, aun cuando subsiste el matrimonio (art. 84), y b) A veces no procede la dictacidn del decreto de posesién provisoria, sino el de posesién definitiva del desaparecido que opera la disolucién de su matrimonio en los términos previstos por el ar- ticulo 38 de la Ley de Matrimonio Civil. En todos estos casos se produce como consecuencia la disolucién de la sociedad conyugal como un resultado de la disolucién del matrimonio. Conforme al articulo 38 citado, ello ocurre en tres casos, a sa- ber: si transcurridos cinco afios de las ultimas noticias se probare que el desaparecido tendria 70 si viviere; si transcurren quince afios desde las tiltimas noticias, cualquiera que sea la edad del desapare- cido, y, finalmente, se dicta decreto de posesidn definitiva cuando, declarada perdida una nave o aeronave, se presumen muertos sus tripulantes y pasajeros, conforme a lo prescrito en el articulo 81, N® 8°, del Cédigo Civil. Dos afios después de esta declaracién, se pro- duce la disolucién del matrimonio y, en consecuencia, la disolucién de la sociedad conyugal. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 159 Como puede observarse, en dos de los tres casos anotados, la disolucién del matrimonio coincide con la dictacién del decreto de posesién definitiva, pero no es consecuencia de éste, como se expli- c6 en su oportunidad. Disuelta la sociedad conyugal en la forma y casos que se han relacionado, se procede a su liquidacién, o sea, a la enajenacién y reparto de los bienes sociales. El patrimonio que se liquida no es el que existe al momento de la disolucién, sino el que existia cuan- do se produjo la declaracién de muerte presunta; asf lo dispone el articulo 85 del Cédigo Civil al prescribir que el patrimonio a divi- dir y los que tienen derecho a él se determinan con relacién a ese dia. Si decretada la posesién provisoria, y antes que se decrete la posesién definitiva, el desaparecido reaparece, terminardn los efec- tos de este decreto y deberd reanudarse la sociedad conyugal. Aun cuando el legislador no resuelve expresamente el caso, ello se dedu- ce de la circunstancia de constituir este decreto un estado provisorio © transitorio del patrimonio del desaparecido. S6lo a virtud de la dictacién del decreto de posesién definitiva se producen efectos irrevocables y el desaparecido recupera sus bienes en el estado en que se encuentren (art. 94, N° 4). Ello estA indicando entonces que los efectos del decreto de po- sesi6n provisoria no tienen este cardcter. 233. Sentencia de divorcio perpetuo.— Seguin lo prescriben los articulos 1764, N® 3°, y 170 del Cédigo Civil, la sentencia ejecuto- riada que decreta el divorcio perpetuo disuelve la sociedad conyugal. Esta disolucién se opera sin efecto retroactivo, y asi se deduce muy claramente del articulo 170. Esta causal de disolucién opera el fenémeno de que el régimen de sociedad conyugal es sustituido por otro régimen matrimonial: el de separacién de bienes, lo que no ocurre en los casos de disolu- cién analizados anteriormente, en que, disuelta la sociedad, no hay otro régimen que lo sustituya, sino que nace una comunidad de bie- nes que se rige simplemente por las reglas generales de este cuasi- contralto. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 172 Manual de Derecho de Familia I Formaci6n del acervo liquido 252. Operaciones que comprende.— El acervo liquido es aquel que va a ser objeto de la divisién entre los cényuges. Se forma mediante la realizacién de varias operaciones que consisten en formar primero un acervo bruto o comin y, después, deducir los bienes propios de los cényuges, los precios, saldos y recompensas y el pasivo social. 253. Formaci6n del acervo bruto.— Este acervo se forma acu- mulando imaginariamente los siguientes bienes: a) Todos los bienes muebles o inmuebles que existan en poder de los cényuges al disolverse la sociedad, sean propios, sociales o reservados. Estos bienes se acumulan imaginariamente, porque se toman en consideracién aun cuando con posterioridad a la disolu- cidn de la sociedad conyugal hayan desaparecido o se hayan enaje- nado. Con ello se da aplicacién practica a la disposicién del articulo 1739, que establece una presuncién de dominio a favor de la socie- dad respecto de toda cantidad de dinero y cosas fungibles y de toda especie de crédito o derecho que exista en poder de cualquiera de los cOnyuges al disolverse la sociedad; b) Los frutos de los bienes que los cényuges parcialmente se- parados administran y las cosas adquiridas con dichos frutos. Sdlo se exceptiian los bienes mismos que son objeto de ia separacién par- cial, y c) Todos los créditos que se adeudan a la sociedad y las recom- pensas que los cényuges puedan adeudarle o las indemnizaciones que procedan a su favor (art. 1769). Estas acumulaciones son imagi- Narias, porque no es obligatorio que los cényuges las paguen efecti- vamente. Nada se opone a que lo hagan, pero no es obligatorio hacer el pago y, por el contrario, el articulo citado dice expresamente que la acumulacién es imaginaria, 0 sea, una mera operacién de contabi- lidad. Del matrimonio y de sus efectos patrimoniales 173 La acumulacién procede aunque ambos cényuges adeuden re- compensas a la sociedad. No es correcto compensar entre ellos las recompensas para acumular el saldo. Con ello se priva a la mujer de su preferencia para pagarse, en caso de insuficiencia del patrimonio, ya que por medio de dicha compensacién marido y mujer se pagan al mismo tiempo. 254. Restitucién de los bienes propios.— Para llegar al acervo liquido es menester deducir del acervo bruto los bienes propios de los c6nyuges. EI articulo 1770 dispone que cada cényuge, por sf o por sus herederos, tendr4 derecho a sacar de la masa las especies 0 cuerpos ciertos que le pertenezcan. Esta restitucién se refiere a aquellos bie- nes que no han entrado a formar parte del haber de la sociedad conyugal y que ésta detentaba solamente para el efecto de percibir sus frutos. Esta restitucién no constituye, en consecuencia, adjudi- caci6n (R. de D. y J., tomo VI, secc. 1*, pég. 100). La restitucién de las especies 0 cuerpos ciertos deber4 hacerse tan pronto como fuere posible, después de terminarse el inventario y avaliio. Asi lo dice el citado articulo 1770. Los bienes aludidos se restituyen en el estado en que se encuentren a la época de la disolu- cién, Los aumentos que se deban a causas naturales los aprovecha el cényuge duefio sin adeudar indemnizacién alguna (art. 1771). Por los aumentos debidos a la industria humana, o sea, por las mejoras, deberd recompensar a la sociedad en los términos del ar- ticulo 1746. Los deterioros sufridos por esos bienes perjudican al ducfio, a menos que se deban a dolo o culpa grave del otro cényuge, en cuyo caso deberé el causante del dafio la correspondiente indem- nizaci6n (art. 1771). 255. Liquidacién y deduccién de las recompensas.~ Ocurre frecuentemente que la sociedad debe recompensa a los cényuges y éstos se la deben también a la sociedad. Se forma asi una verdadera cuenta corriente entre cada uno de los cényuges y la sociedad, cuenta que podré arrojar un saldo en favor o en contra. 174 Manual de Derecho de Familia Si los cényuges resultan deudores de la sociedad, este saldo se acumulard imaginariamente al haber social (art. 1769). Si, por el contrario, el c6nyuge resulta siendo acreedor de la sociedad, procede efectuar la correspondiente deduccién del acer- vo bruto. Segiin el articulo 1770, la deduccién se hace dentro de un afio, contado desde que el inventario y el avaliio queden conclui- dos. El juez, por motivos fundados, podré ampliar o restringir este plazo. Esta deduccién no la hace el cényuge como duefio, sino como acreedor que es de la sociedad por este motivo; de ahi que puede ejecutarla sobre los bienes sociales que, disuelta la sociedad, son comunes de la mujer y del marido. El articulo 1773 fija un orden de prelacién para hacer valer estos saldos, disponiendo que tanto la mujer como el marido los hardn efectivos, primero en los dineros y muebles de la sociedad y subsidiariamente sobre los inmuebles de 1a misma. Dentro del orden que se ha indicado, el cényuge tiene derecho a elegir entre los bienes que més le agraden. Esta prelaci6n puede alterarse por acuerdo de los cényuges. En este caso, el cényuge recibe el bien como adjudi- catario, y el titulo a virtud del cual incorpora dicho bien a su domi- nio no es traslaticio, sino declarativo, pues se limita a singularizar el dominio del cényuge sobre un bien perteneciente al patrimonio so- cial del que pasé a ser comunero en el momento de la disolucién de la sociedad conyugal. La ley otorga a la mujer derechos especiales para efectuar estas deducciones. Ellos son los siguientes: 1° Tiene derecho a efectuar estas deducciones antes que el ma- rido (art. 1773); de manera que el marido podrd cobrar su saldo de recompensas una vez que la mujer esté pagada; 2° Si los bienes sociales son insuficientes, la mujer puede hacer efectivo su saldo de recompensas sobre los bienes propios del mari- do, elegidos de comtin acuerdo y, en caso de disconformidad, por el juez (mismo articulo). En caso que el marido pagara con sus bienes propios las recom- pensas adeudadas a la mujer por la sociedad, no habria adjudicacién de dichos bienes, sino dacién en pago de los mismos, y a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing 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that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book De la filiacién y de la proteccién de los incapaces 265 378. Reconocimiento judicial que tiene como antecedente la posesién notoria.- Seguin el N° 3° del articulo 271, son hijos natura- les los que hubieren poseido notoriamente, a lo menos durante diez aflos consecutivos, la calidad de hijo respecto de determinada per- sona. Los requisitos necesarios para que la posesién sea prueba sufi- ciente de la filiacién natural son los siguientes: a) Debe comprender el nombre, el trato y la fama, o sea, el presunto padre debe-haber presentado al hijo como suyo a deudos y amigos (nombre); debe haberlo considerado como tal, proveyendo a su educacién y establecimiento (trato), y debe haber sido reputado como tal hijo por los deudos y amigos del presunto padre y por las personas vecinas del lugar (fama). El simple trato, o sea, la circunstancia de haber proveido a la educacién y establecimiento de un hijo como tal, desvinculado del nombre y de la fama, no es antecedente suficiente para declarar la filiacién natural, y sdlo es bastante para establecer la filiacién sim- plemente ilegitima (N° 2° del art. 280); b) La posesién. debe durar diez afios ininterrumpidos, 0 sea, consecutivos; c) Los hechos constitutivos de la posesidn no pueden ser proba- dos solamente por testigos, sino que deben allegarse otros antece- dentes (documentos, confesién) que la establezcan de un modo irre- fragable, y d) Por este medio pueden establecerse tanto la paternidad como la maternidad naturales. 379. Investigacién de la maternidad natural.— Conforme al N® 4° del articulo 271, son hijos naturales los que hubieren obtenido declaracién de maternidad fundada en la circunstancia precisa de haberse establecido, con testimonios fidedignos, el hecho del parto y la identidad del hijo. Como la maternidad es un hecho cierto y susceptible de prueba directa, no hay peligro en autorizar, como lo hace el N® 4°, la sola prueba de testigos. 266 Manual de Derecho de Familia MI Normas de la accién de reclamacién de estado 380. Concepto.- Accién de reclamacién de estado es la que nace de los N* 2° a 4° del artfculo 271 del Cédigo Civil. A virtud de ella se reclama la calidad de hijo natural, ya sea respecto del padre (N* 2° y 3°) o de la madre (N* 2°, 3° y 4°), o de ambos (N28 y 3°), 381. Requisitos del ejercicio de la accién.— Son los siguientes: a) Se tramita en juicio ordinario (art. 272); b) Debe seguirse contra legitimo contradictor (mismo ar- ticulo). Son legitimos contradictores en la cuestién de paternidad el padre respecto a su hijo y el hijo contra el padre, y en el caso de investigacién de la maternidad, el hijo contra la madre y la madre contra el hijo (N° 2°, 3° y 4°). Si el padre o madre fallecen durante la tramitacién, serdn legitimos contradictores los respectivos here- deros (arts. 317 y 318 del Cédigo Civil, aplicables a virtud de lo dispuesto en el art. 272); c) La accién debe deducirse y notificarse en vida del supuesto padre o madre. La Ley N® 19.089, de 1991, agregé que para el caso del hijo pdstumo o si la madre hubiere fallecido dentro de los 30 dias siguientes al parto sin haber reconocido al hijo como suyo, la de- manda en que se intenta obtener el reconocimiento como hijo na- tural “se notificaré” a uno cualquiera de los parientes consan- guineos mayores de edad, de grado mds préximo de la madre falle- cida, conforme a lo dispuesto en el articulo a2 (art. 272, inc. final).!°° 16 Anfculo tnico, N® 5, de la Ley N¥ 19.089, de 19 de octubre de 1991. De la filiaci6n y de la proteccién de los incapaces 267 Resulta dificil determinar en qué cardcter se demandar4 al pa- riente consanguineo de grado més préximo, los que no siempre tie- nen la calidad de herederos, y no siéndolo, en conformidad al articu- lo 318, no representan al legitimo contradictor.!7 d) La accién no puede deducirse contra los supuestos padres casados, salvo que se pretenda establecer la filiacién respecto de ambos a un tiempo o que éstos se encuentren divorciados perpetua- mente, y e) El articulo 272 contiene una importante regla sobre la prueba de la accién al establecer que si demandado el padre en los casos de los N° 2° y 3° del articulo 271 probare que durante el periodo legal de la concepcidén la madre cohabit6é con otro, esta circunstancia por sf sola no serd suficiente para desechar la demanda. En consecuen- cia, esta excepcién que puede oponer el padre, unida a otros antece- dentes, como, por ejemplo, senectud o informes periciales que acre- diten incompatibilidad de grupos sanguineos entre é1 y el pretendido hijo, puede conducir al rechazo de la acci6n. IV Repudiacién del reconocimiento 382. Principio.— El articulo 273 del Cédigo Civil establecia que el reconocimiento debia ser notificado y aceptado o repudiado de la misma manera que la legitimacién. La Ley N® 10.271 suprimié estos tramites y los sustituy6 por el derecho conferido al hijo de repudiar el reconocimiento en los términos establecidos por los articulos 209, 210 y 213 del Cédigo Civil. 17 Por otra parte, la norma en anilisis también constituye una excepcién al principio de que las acciones de reclamacién de estado s6lo pueden proseguirse si la demanda sc ha notificado en vida del supuesto padre o madre. (N. del A.) 268 Manual de Derecho de Familia Este derecho est4 fundado en el principio de que nadie puede ser obligado a adquirir derechos contra su voluntad. 383. Requisitos de la repudiacién.— Son los siguientes: a) La repudiacién sélo se refiere al reconocimiento conferido en virtud del N® 1° del articulo 271. Esto es asi porque en todos los demas casos el reconocimiento ha tenido su origen en una manifes- tacién de voluntad del hijo, de manera que su interés de adquirir este estado civil ha sido puesto de manifiesto; b) No puede repudiar el hijo que, durante su mayor edad, hubie- re aceptado el reconocimiento en forma expresa o técita (art. 210, aplicable a virtud de lo preceptuado en el art. 273); c) Ei reconocido mayor de edad debe repudiar el reconocimien- to dentro de un afio contado desde que Ilegé a su conocimiento. Si fuere menor, nadie puede repudiar sino él, una vez que Ilegue a la mayor edad y dentro del plazo indicado precedentemente. Si ha muerto el hijo que se reconoce, 0 si el reconocido menor fallece antes de llegar a la mayor edad, sus herederos pueden repudiar den- tro de un afio contado desde el reconocimiento, en el primer caso, 0 de la muerte del reconocido, en el segundo. Si el reconocido mayor fallece antes de expirar el afio que tenia para ejercitar su derecho, los herederos pueden repudiar en el tiempo que falte para cumplir el afio; d) El interdicto por demencia 0 sordomudez repudiar4 por me- dio de sus representantes legales, quienes deberdn obtener autoriza- cién judicial para proceder. Ser4n aplicables a esta tramitacién los articulos 833 y 835 del Cédigo de Procedimiento Civil; 2 El disipador interdicto repudia por sf mismo (art. 209, inc. 4%); f) El repudio es un acto solemne, debe constar por escritura publica y anotarse al margen de la respectiva inscripcién de naci- miento, y 11 Bl inciso 4° del articulo 209 fue modificado por cl articulo 1*, N® 24, de la Ley N® 18.802, de 1989. De la filiacién y de la proteccién de los incapaces 269 g) La repudiacién no afectara los derechos ya adquiridos ni los actos validamente celebrados en el tiempo intermedio. Vv Impugnacién del reconocimiento 384. Casos en que es admisible.- La impugnacién del reco- nocimiento sélo es admisible cuando emana de una declaracién de voluntad del padre o madre ilegitimos. La filiacién natural establecida por sentencia judicial no es impugnable, porque ello significaria atentar conua el valor del fallo judicial que la declara. 385. Causales de impugnacién.— El articulo 275, que regla- menta el derecho a impugnar, hace aplicables las causales de los No* 1° y 2° del articulo 217, de manera que la impugnacidén deberd fundarse en que el reconocido no ha podido tener por padre al que lo reconocié segiin el articulo 76 o que no ha tenido por madre a la reconociente conforme a lo dispuesto en el Titulo “De la maternidad disputada”. 386. Titulares de la acci6n de impugnacién.— Corresponde a todo el que pruebe interés actual en ello y el plazo para hacerla valer es de 300 dias, contados desde que se tuvo el interés y pudo hacerse valer la respectiva causal. 387. Nulidad del reconocimiento.- Como se ha visto, el reco- nocimiento de hijo natural es una confesién de paternidad o materni- dad o constituye un fallo judicial. Las causales de nulidad de que pueda adolecer son las propias de tales actos. Podré invocarse la nulidad procesal en el caso de juicio conforme a las reglas generales 0, en el caso del N® 1° del articulo 271, alguna causal de invalidez que pudiera afectar al instru- a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 300 Manual de Derecho de Familia hereditarios en relacién al adoptante ni nace entre los sujetos de la adopcién simple una obligacién alimenticia que exceda los términos sefialados al referirnos al deber de crianza del adoptante. El andlisis de las disposiciones que regulan la adopcién sim- ple permite concluir que constituye, en cierta forma, la consagracién legal de una situacién preexistente en la sociedad chilena, la de colocar a menores que, por ausencia o imposibilidad de los padres para proveer a sus necesidades, son entregados a terceros, quienes, gratuitamente o por remuneracién, asumen su cuidado. En el primer caso, una normativa que regula la situacién resulta conveniente. En el segundo, se trata de una especie de colocacién familiar. Por dltimo, y pese a su cardcter preeminentemente asistencial, concurren en ella elementos propios de una adopcién, como el ejer- cicio de la patria potestad y de la autoridad paterna por cl adoptan- te, el constituir un impedimento matrimonial y, sin duda, sus efec- tos van més alld de las consecuencias que naturalmente produce la aplicacién de una medida asistencial. De ahi que no pueda privarse- la de su cardcter de institucién propia del Derecho de Familia. Su naturaleza juridica es, pues, compleja, participando de ambos carac- teres. Seccién segunda DE LA ADOPCION PLENA Iv 436. Concepto y caracteristicas.- El articulo 53 de la Ley N® 18.703 derogé la Ley N® 16.346, de 1965, que introdujo en Chile la legitimaci6n adoptiva. Esta derogacién no significé la extincién de esta institucién y la introduccién en el Derecho chileno de una nueva especie de adopcidn legitimante. Por el contrario, el Titulo III De la filiacién y de la protecci6n de los incapaces 301 de la nueva ley regula org4nicamente la misma instituci6n estableci- da por la ley anterior, bajo la denominacién de adopcién plena. La nueva normativa acoge muchas de las criticas que le fueron formuladas a la Ley N* 16.346 y trata de evitar los numerosos pro- blemas que su aplicacién en la practica ocasion6. Esta especie de adopcién produce efectos mucho mis generales y extensos que la adopcién regulada entre nosotros por la Ley N° 7.613 y, evidentemente, que los de la adopcidn simple creada por la nueva ley. Sus efectos nacen de una sentencia judicial, mediante la cual, y como consecuencia de una ficcién legal, se otorga a quien por naturaleza no lo es, la calidad de hijo legitimo de los adoptantes. Como contrapartida a la adquisicién de este nuevo estado civil, el adoptado deja de pertenecer a su familia de origen, con la nica excepcién a nivel legal de que respecto a ella subsisten los impedi- mentos matrimoniales que nacen precisamente de las relaciones de familia. Este desplazamiento de estado civil, con la limitacién sefialada, es lo que caracteriza a esta especie de adopcién en el Derecho com- parado, que la acoge bajo distintas denominaciones; como la de legitimacién adoptiva, adopcién plena o arrogacién, nombre que le da el Derecho boliviano. Cabe recalcar que este efecto especifico de la adopcidn plena regulada por la Ley N® 18.703 es el mismo que la Ley N® 16.346 sefialaba como finalidad primordial de la legitimacién adoptiva; asi se desprende de la mera lectura del articulo 1° de esa ley y del articulo 1°, inciso 3°, de la Ley N® 18.703, los que presentan sélo algunas diferencias de forma, que no inciden mayormente en el con- cepto expresado. Esta circunstancia y el andlisis de los demas preceptos conteni- dos en el Titulo III de la nueva ley nos permiten aseverar que la adopcién plena y la legitimacién adoptiva son una misma institu- cién. La nueva ley, bajo una nueva normativa, mantiene los princi- pios generales que informaban la institucién regulada por la ley de- Togada, acoge las dificultades que habia suscitado su aplicacién a fin de adecuar la ley a la realidad social, haciéndola de este modo ope- rar en forma efectiva. 302 Manual de Derecho de Familia Por lo tanto, las principales caracteristicas de la adopcién plena son en todo caso similares a las de la legitimacién adoptiva, y pue- den resumirse, sefialando como tales: 1) La adopcién plena es una institucién de orden piblico, como lo son la mayoria de las instituciones de derecho civil, que tiene como finalidad velar por el buen orden de la familia; 2) Se constituye por sentencia judicial; la adopcidn plena es una institucién de orden procesal, por lo tanto su fuente unica es la sentencia que la concede y que es constitutiva de estado civil; 3) Constituye una ficcién legal y lo es en cuanto crea una filia- ci6n que no corresponde a la realidad biolégica; 4) Es irrevocable; solamente puede ser dejada sin efecto por sentencia judicial que declare su nulidad por fraude en su constitu- ci6n (art. 38); 5) Como consecuencia de los caracteres sefialados anteriormente, la adopcidn plena constituye una nueva fuente de filiacidn legitima, y 6) De acuerdo a la normativa’ legal, la circunstancia de haber sido el menor adoptado de acuerdo a las normas de la Ley N® 7.613 © sujeto de la adopcién simple por los solicitantes, constituye un antecedente favorable para su posterior adopcién plena. 437. Requisitos de la adopcién plena.— Para proceder a conce- der el beneficio de la adopcién plena debe darse cumplimiento a una serie de requisitos, algunos que se refieren a determinadas calidades de los adoptantes y del adoptado, y otros que dicen relacién con el procedimiento para su concesién. 438. Requisitos de fondo relativos a los adoptantes.— La nor- ma general es que slo pueden adoptar plenamente los cényuges no divorciados, que hayan estado casados a lo menos cuatro afios y que, ademas, retnan las otras condiciones que sefiala la ley. Estas se tefieren a dos aspectos principales: matrimonio y edad. 1° Los adoptantes deben ser mayores de 25 afios y menores de 60 afios. Cabe sefialar que la legislacién chilena al establecer edad m4xima constituye una excepcién dentro de la legislaci6n compara- da, y De la filiacién y de la proteccién de los incapaces 303 2° Deben tener, a lo menos, una diferencia de 20 afios con el adoptado (art. 21, inc. 1°). Estos requisitos no seran exigibles si el adoptante es ascendiente por consanguinidad del adoptado (art. 21, inc. 3°). Ademéas, de acuerdo a lo establecido por la Ley N® 18.703, y que constituye una novedad en nuestro Derecho, el juez queda facultado para prescindir de los requisitos sefialados referentes a la edad minima o méxima de los adoptantes y la diferencia de afios entre éstos y los adoptados hasta un maximo de cinco ajfios, en casos justificados (art. 21, inc. 2°). 439. Situaciones especialmente reguladas por la ley.- Mantie- ne el criterio contenido en la legislacién anterior, en cuanto a que, dadas ciertas circunstancias, podrd otorgarse el beneficio de la adop- cién en algunos casos en que e] matrimonio de los adoptantes se haya disuelto, sea por muerte de uno de los cényuges o por la decla- racién de su nulidad, casos que pasaremos a examinar en parrafos aparte. Si el matrimonio se ha disuelto por la muerte de uno de los cényuges, de acuerdo al articulo 22, al viudo 0 viuda podra conce- derse la adopcidén plena de un menor, concurriendo las circunstan- cias que esta disposicién establece en forma precisa, y que distin- guen si la tramitacién se habia iniciado o no durante la vida del cényuge difunto. Si se hubiere iniciado dicha tramitacién, se concederd la adop- cién al viudo o viuda, concurriendo los demas requisitos legales. En el caso que dicha tramitacién no se hubiere iniciado, para obtener la adopcién plena, el viudo o viuda deberé iniciar la tramita- cidén dentro del afio siguiente al fallecimiento del cényuge difunto, acreditando que éste habia manifestado su voluntad de conceder el beneficio de la adopcién plena al menor respecto al cual se presente la peticién correspondiente. Sefiala la ley cémo debe acreditarse dicha voluntad, la que de- berd probarse por medio de un instrumento publico, un testamento o “un conjunto de testimonios fidedignos que la establezcan de un modo irrefragable, no bastando la sola prueba de testigos”. 304 Manual de Derecho de Familia El viudo o viuda debe, ademas, haber tenido bajo su tuicién personal al menor por lo menos un ajio, plazo que el juez podré modificar si existen motivos que lo justifiquen. La adopcién se entenderd concedida por ambos cényuges en los dos casos. Si el matrimonio ha sido disuelto por sentencia que lo declare nulo, proceder4 la adopcién si concurren las condiciones estableci- das en el articulo 23 de la ley. Como Ia ley no distingue, esta disposicién se aplica tanto al caso en que el matrimonio nulo fuera putativo, se haya declarado su nulidad por alguna de las causales sefialadas en el inciso 2° del articulo 122 del Cédigo Civil o por cualquier otra causal. La ley dispone que en el caso del matrimonio nulo proce- der4 conceder la adopcién plena mediando acuerdo de los ex cén- yuges, si se hubiere completado el periodo de tuicién durante la vigencia del matrimonio y concurriendo los demés requisitos le- gales. : El periodo de cuidado personal del menor por los adoptantes debe haber sido a lo menos un afio. Exige la ley que si alguno de los adoptantes hubiere contraf- do nuevo matrimonio, el actual cényuge deberA también expresar su consentimiento. Si se consideran los efectos que la adopcién plena produce, se justifica esta exigencia, aparentemente innece- Saria. De este modo, la Ley N® 18.703 mantiene la posibilidad que la Ley N® 16.346 daba a los cényuges cuyo matrimonio hubiese sido anulado, para adoptar plenamente. Esta situacién ha sido discutida por la doctrina. Algunos autores opinan que si lo que se pretende conseguir por medio de la adopcién es el beneficio del menor, este objeto se veria frustrado por el hecho de la nulidad del matrimonio de los adoptantes, cuyo hogar no constituiria seguramente el medio mas adecuado para la crianza del adoptado, a quien afectarian las circunstancias, siempre nocivas para los hijos, de una separacién de los padres o de la nulidad de su matrimonio. Pero de acuerdo a lo que argumentan otros autores, que parecen estar en mayoria, si el menor ha estado al cuidado de los adoptantes a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book De la filiacién y de la protecci6n de los incapaces 335 b) Es un derecho imprescriptible. Como no est4 en el comercio humano, no puede adquirirse ni perderse por prescripcién, ya que las reglas de la prescripcién sélo son aplicables a las cosas comerciales. Asi, por ejemplo, si un varén de 21 afios que pierde su derecho a pedir alimentos por llegar a la edad indicada se incapacita a pos- teriori, recobra esta facultad cualquiera que haya sido el tiempo que pasé sin cobrarlos. La imprescriptibilidad se refiere al derecho mismo, 0 sea, a la facultad de pedir alimentos, pero no a las pensiones alimenti- cias decretadas y devengadas, las que si no se cobran prescriben en favor del deudor, conforme a las reglas generales (art. 336, parte final); c) El derecho a pedir alimentos es intransferible. No puede, en consecuencia, venderse, ni cederse ni enajenarse en forma alguna (art. 334). Tampoco es transmisible por causa de muerte (mismo articulo). No obstante, las pensiones alimenticias atrasadas estén en el comercio y pueden renunciarse o compensarse y el derecho de de- mandarlas puede transmitirse por causa de muerte, venderse y ce- derse (art. 336); d) Es inembargable, seguin disponen los articulos 1618, N® 9°, del Cédigo Civil, y 445, N® 3°, del de Procedimiento Civil; e) No es compensable, o sea, el que debe alimentos no puede oponer en compensacién al demandante lo que éste le deba a él (art. 335 y art. 1662, inc. 2°); f) La transacci6n sobre alimentos est4 sujeta a ciertas limita- ciones establecidas por el artfculo 2451 del Cédigo Civil, segin elcual debe ser aprobada judicialmente y no podrd serlo si de algiin modo contraviniere lo dispuesto en los articulos 334 y 335; 0 sea, la transaccién es valida siempre que ella no signifique enajenaci6n, venta, renuncia 0 compensacién de los alimentos fu- turos; g) Si bien los alimentos futuros no pueden ser objeto de actos juridicos, las pensiones alimenticias devengadas estén en el comer- cio humano; luego, son transmisibles, transferibles, renunciables, pueden cederse, venderse y compensarse (art. 336); 336 Manual de Derecho de Familia h) El derecho mismo a pedir alimentos no puede ser sometido a compromiso (art. 229 del Cédigo Organico de Tribunales). Luego, debe perseguirse y establecerse ante la justicia ordinaria, e i) Si bien es cierto que cl derecho a exigir alimentos no es transferible ni transmisible, la obligacién de prestarlos se transmite y los deben los herederos en conjunto, mientras permanezcan en indivisién. La obligacién no pasa a cada heredero individualmente considerado, a menos que el testador se la haya impuesto expresa- mente (art. 1168). 469. Clasificaciones.— Los alimentos admiten las siguientes cla- sificaciones: a) Congruos y necesarios. Segin el articulo 323, son alimentos congruos los que habilitan al alimentado para subsistir modestamen- te de un modo correspondiente a su posicidn social; y necesarios, los que le dan lo que basta para sustentar la vida; b) Forzosos o legales y voluntarios. Los forzosos 0 legales son los que reglamenta el Titulo XVIII del Libro I del Cédigo Civil. Son voluntarios los que se otorgan graciosamente por testamen- to o por donacién entre vivos. Estos tltimos quedan entregados a la voluntad del testador o donante en cuanto haya podido disponer libremente de lo suyo (art. 337), y ¢) Provisorios y definitivos. Mientras se ventila la obligacién de prestar alimentos, podrd el juez ordenar que se den provisoriamente, desde que en la secuela del juicio se le ofrezca fundamento plausible (art. 327). Esta peticién de alimentos provisorios se substancia como incidente dentro del juicio principal. Si el que solicité alimentos los obtiene en el juicio, los alimen- tos provisorios que recibid ingresan definitivamente a su patrimonio, porque los alimentos se deben desde la primera demanda; si pierde el juicio, debe restituir los que haya recibido provisoriamente. Este derecho de exigir la restitucién no puede hacerse efectivo contra el que inicié la accién de buena fe y con algiin fundamento plausible (art. 327). Se pone también el legislador en el caso de que estos alimentos provisorios se hayan obtenido con dolo y dispone en el articulo 328 De la filiacién y de la proteccién de los incapaces 339 lugar al divorcio atendiendo a su conducta antes y después de decretado éste y a las circunstancias del mismo.!22 b) A los descendientes y ascendientes legitimos (N° 2° y 3° del art. 321 y art. 324); c) A los hijos naturales y a su posteridad legitima. Asi lo dispone el articulo 321, N° 4°, en relacién con el articulo 324. La obligacién pesa sobre el padre y madre naturales, los que deben alimentos, no sélo al hijo natural, sino a la posteridad legitima del mismo; d) A la madre del hijo que est4 por nacer y que tuviere la calidad de legitimo o natural. Esto de acuerdo con lo dispuesto por el articulo 4° de la Ley N® 14.908. Dicho precepto sélo habla de alimentos, sin sefialar si ellos son congruos o necesarios. Sin embargo, como este derecho est4 en el fondo establecido en interés del hijo, nos parece que es menester atender a la calidad de éste para ver la clase de ali- mentos que le corresponden, De ahi la conclusién a que hemos llegado; ¢) Al donante de donacién cuantiosa (arts. 321, N® 9°, y 324). El donante que cae en indigencia tiene derecho a pedir alimentos al donatario, siempre que la donacién no haya sido rescindida o revoca- da. El hecho que una donacidn sea o no cuantiosa ser una cuestién de apreciacién, que quedar4 entregada al criterio de los falladores; f) Al hijo ilegitimo concebido durante la violacién, estupro 0 rapto de la madre. Estos alimentos son adeudados por el autor de la violacién, estupro o rapto, sea o no él quien engendré al hijo (arts. 280, N® 5°, y 285). Lo mismo reza con la madre del hijo que est4 por nacer, en dicho caso (art. 4°, inc. 2°, de la Ley N® 14.908), y g) Entre los padres y los hijos adoptivos, a virtud de la Ley N° 7.613, articulo 22, existe la obligacién recfproca de prestarse ali- mentos congruos; pero el adoptado menor de edad no est4 sujeto a esta obligacién. 473. Acreedores de alimentos necesarios.— Se deben tales ali- mentos: 122 Veénse articulos 174, 175 y 177 del Cédigo Civil. 344 Manual de Derecho de Familia inc. 1°). Este concepto de injuria grave no est4 perfectamente delimi- tado por la ley y de él se tratard en el pdrrafo siguiente. 477. Casos en que la obligacién se extingue.— a) La obligacién de dar alimentos, sean congruos 0 necesarios, cesa totalmente cuan- do el alimentario se ha hecho reo de injuria atroz (art. 324, inc. final). Como la ley no define expresamente lo que se entiende por injuria grave 0 atroz, debemos concluir que ella consiste en todo hecho o acto del alimentario lesivo para la persona, honor o bienes del alimentante. Tales son todas las causales de indignidad para suceder, enumeradas en los articulos 968, 970, 971 y 972 del Codigo Civil. Esto no quiere decir que no existan en el Cédigo otras injurias que alteren o extingan la obligacién alimenticia. Determinar, pues, si un hecho es injuria o no, y si siéndolo es injuria grave o atroz, es una cuestién de hecho que los jueces de la causa apreciardn soberanamente (R. de D. y J., tomo XIII, secc. 1*, pag. 33). En este fallo se declara que el hijo que contrae matrimonio sin obtener el asenso o licencia de los que han debido prestarselo, no comete injuria ni grave ni atroz. Debe tenerse presente, sin embargo, que es claro que los que cometen algunos de los delitos enumerados en el articulo 968 del Cédigo Civil cometen injuria atroz, porque el articulo 979 del mis- mo Cédigo los priva expresamente del derecho a alimentos. b) Se extingue la obligacién de dar alimentos al varén acreedor de alimentos necesarios que !lega a los 21 afios de edad, salvo que se inhabilite en los términos del articulo 332, inciso 2°. El articulo citado dispone que esta situacién se refiere al varén a quien se deben alimentos necesarios. En mi concepto, debe aplicarse también al que se deben alimen- tos congruos, y. gr., al hijo legitimo que llega a los 21 afios, porque si por tal motivo se pierde el derecho de pedir lo necesario para mantener la vida, que es lo mas, deberd perderse, con mayor raz6n, el derecho a pedir las comodidades inherentes a una determinada posicidn social, que es lo menos. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 346 Manual de Derecho de Familia b) La tutela impone la obligacién de velar por la persona y bienes del pupilo, conformandose con la voluntad de sus padres legitimos o naturales (art. 428). La curatela puede o no referirse a la persona: generalmente se tefiere mds bien a la administracién de los bienes, y c) El tutor siempre deberd obrar representando a su pupilo; el curador puede, en ciertos casos, autorizar al pupilo para que obre por si mismo. Las diferencias entre las tutelas y curatelas no son sustanciales: el curador y el tutor del menor practicamente son la misma institu- cién, de manera que seria util suprimir de los textos legales la tutela y transformarla en una simple curaduria. 479. Caracteres comunes a tutelas y curadurias.- Tanto las tutelas como las curadurias tienen caracteres comunes que es conve- niente destacar: a) Son cargos que se confieren con cardcter de obligatoriedad. El redactor de nuestro Cédigo los denominaba “cargos pibli- cos”, para indicar que las disposiciones que los rigen son de orden puiblico y que su desempeiio es obligatorio; b) Se otorgan a favor de aquellos que no pueden dirigirse a si mismos o administrar competentemente sus negocios. De ahi que no sean susceptibles de ser sometidos a guarda los que estén bajo potes- tad de padre o madre. Por excepcién, procede nombrar guardador al que est4 some- tido a patria potestad de su padre o madre cuando la potestad se suspende por alguna de las causales indicadas en el articulo 251 (art. 348). En este caso, el guardador nombrado tiene el cardcter de ge- neral. También procede nombrar curador al hijo de familia cuando se suspende la patria potestad por alguna de las causales establecidas en el articulo 262 del Cédigo Civil, concurricndo cllas en el padre y también en la madre, Finalmente, de acuerdo con lo que prescribe el articulo 268 del Cédigo Civil, en los casos en que tanto el padre como Ia madre se vean privados de la administracién y del usufructo por disposicién 348 Manual de Derecho de Familia Lo dicho no obsta para que un guardador tenga varios pupilos, pero cada guarda seré independiente y en cada caso deberdén cum- plirse las solemnidades y otorgarse las garantias del correcto desem- pefio que mds adelante se detallardn, y e) Las guardas son generalmente desempefiadas por personas naturales, pero a partir de la Ley N* 4.827, de 17 de febrero de 1930, los bancos comerciales e hipotecarios pueden ser nombrados guar- dadores generales, curadores adjuntos, especiales y de bienes (art. 1° de la ley). Cuando el Banco ejerce la guarda, ella sélo se refiere a la administracién de los bienes, pues el cuidado personal del pupilo, por disponerlo asi el articulo citado, debe ser ejercido por otra per- sona. 480. Clasificacién de las guardas.— Admiten las siguientes cla- sificaciones: 2 a) Atendiendo a la edad y demas condiciones del pupilo, las guardas se clasifican en tutelas y curadurias o curatelas. Estén some- tidos a tutela los impuberes (art. 341); estén sometidos a curatela los menores adultos, los que por prodigalidad o demencia han sido pues- tos en entredicho de administrar sus bienes y los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito (art. 342). Los imptiberes no pueden ser sometidos a curatela aunque sean dementes 0 sordomudos; si adolecen de tales deficiencias, lo serén cuando lleguen a la pubertad; b) Atendiendo a la extensién de las facultades que corresponden al guardador, se clasifican en generales, de bienes, adjuntas y espe- ciales. La tutela es siempre general; la curadurfa puede ser general, de. bienes, adjunta o especial. La guarda general se caracteriza porque confiere al guardador la representacién del pupilo, la administracién de su patrimonio y el cuidado de su persona (art. 340). Las demas formas de curadurfa no se refieren a la persona del pupilo, sino sdlo a su patrimonio 0 a parte de él o a un acto aislado de su actividad juridica. De acuerdo con lo que dispone el articulo 342 del Cédigo Civil, estén sujetos a curaduria general los menores adultos, los De la filiacién y de Ia protecci6n de los incapaces 349 que por prodigalidad han sido puestos en interdiccién de admi- nistrar sus bienes, los dementes que se encuentran en la misma si- tuacién y los sordomudos que no pueden darse a entender por es- crito. De conformidad con lo que prescribe el articulo 343, se da curador de bienes al ausente, a la herencia yacente y a los derechos eventuales del que est4 por nacer. Estas guardas se refieren a la administraci6n del patrimonio del pupilo. Seguin el articulo 344, son curadores adjuntos aquellos que se dan en ciertos casos a las personas que estén bajo potestad del pa- dre o madre, o bajo tutela o curaduria general, para que ejerzan una administracién separada.'26 Este fendmeno se presenta, segtin lo he- mos visto, en los casos indicados en los articulos 252 y 268 del Cédigo Civil. Seguin el articulo 345, son curadores especiales aquellos que se nombran para un negocio determinado; por ejemplo, el que se da al hijo para que litigue como actor contra su padre o para que lo repre- sente en una particién en que tenga con su padre o su madre intere- ses contrapuestos, y c) Atendiendo al origen del nombramiento, las guardas se clasi- fican en testamentarias, legitimas y dativas (art. 353). La testamentaria es la que se constituye por acto testamenta- tio y, naturalmente, surte sus efectos después de la muerte del testador. Puede constituirse también por acto entre vivos cuando se hace una donacién al pupilo en los términos indicados por el articulo 360, La guarda legitima es la que se confiere por ley a los parien- tes o cényuge del pupilo, y la dativa es la que confiere el magis- trado. 1% Reemplazado, como aparece en el texto, por el articulo 1°, N¥ 42, de la Ley N® 18.802, de 1989. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book De la filiacién y de la proteccién de los incapaces 371 neraci6n. Si la excusa es sobreviniente, le priva de una parte propor- cional de ella (art. 530), y d) En el mismo caso se encuentra un curador incapaz, de acuer- do con lo que dispone el articulo 531. VIII De la remocién de los tutores y curadores 523. Concepto y requisitos.- La remoci6n es la separacién del cargo que sufre el guardador por sentencia judicial, dictada en algu- no de los casos contemplados en el articulo 539. El juicio de remocién, por no tener seflalada una tramitacién especial, se gobierna por las reglas del juicio ordinario y mientras se substancia debe ser nombrado un curador interino. En este juicio debe ofrse a los parientes y al ministerio puiblico. Puede iniciar la accién de remocién cualquier consanguineo del pupilo, su cényuge y cualquiera del pueblo (art. 542). Puede también hacerlo el pupilo ptiber y el juez promoverla de ofi- clo. 524. Efectos de la remocién.— El guardador removido no puede seguir ejercitando su cargo y deberé indemnizar cumplidamente a su pupilo. Ser4 también criminalmente responsable por los delitos que haya cometido en el desempeiio de su cargo. El que ejerce varias guardas y es removido de una de ellas por fraude o culpa grave, serd por el mismo hecho removido de las otras, pero el fenémeno no se produce autométicamente, sino por resolu- cién judicial dictada a peticién del respectivo defensor o de cual- quiera persona del pueblo o aun de oficio (art. 541). Mientras se ventila el juicio de remocién puede nombrarse al pupilo un tutor o curador interino, siempre que el tribunal, oyen- doa los parientes, considere conveniente la designacién (art. 543). 372 Manual de Derecho de Familia Capitulo X REGLAS PARTICULARES SOBRE LAS GUARDAS I Particularidades de la tutela 525. Cuidado de la persona del pupilo.— Es obligacién del tu- tor preocuparse de la crianza y educacién del pupilo, pero deberd conformarse a la voluntad de sus padres legitimos o naturales. En caso de discordia, resolverd el juez (art. 428, inc. 1°). No pesa esta obligacién cuando la guarda es ejercida por un Banco, pues en tal caso se nombra otro guardador para este efecto. Cuando la tutela es ejercida por el padre o la madre, sean legiti- mos 0 naturales, no necesitan consultarse con persona alguna (art. 428, inc. 2°). El tutor est4 obligado a hacer cumplir con su deber a aquellas personas que deben intervenir en la crianza y educacién del pupilo (art. 429), e impedird que el pupilo resida en la habitacién o bajo el cuidado personal de ninguno de los que, si muriere, habrian de suce- derle en sus bienes, salvo que se trate de sus ascendientes legftimos o padres naturales (art. 430). 526. Otras facultades del tutor.- a) Debe acudir al pupilo con el dinero necesario para su crianza y educacién, sacandolo de los bienes del pupilo y, en especial, de los frutos. Podrd el juez, a pe- ticién del tutor, fijar una suma maxima para estos efectos, pues el tutor responde de todo gasto inmoderado hecho en la crianza y edu- caci6n, y b) Si el pupilo no tiene bienes, deberd el tutor iniciar las accio- nes judiciales necesarias contra las personas que estén obligadas a darle alimentos. De la filiacién y de la proteccién de los incapaces 373 I Particularidades relativas a la curaduria del menor 527. Modalidades de la designacién.— Seguin lo prescribe el ar- ticulo 435, la curaduria del menor es aquella a que sélo por razén de edad estd sujeto el adulto emancipado. Las reglas que la establecen estén consignadas en el Titulo XXIII del Libro I (arts, 435 a 441), La curaduria del menor es general y est4 sometida a ella el ptiber, mientras llega a la mayor edad. El menor adulto tiene la facultad de proponer al juez la persona de su curador (art. 437), facultad que sdlo podra ejercitar cuando no tenga curador testamentario o legitimo, pues en este caso no hay elecci6n. Tampoco la hay en el caso contemplado en el articulo 436, modificado por la Ley N® 7.612. Esta ley, para evitar una dificultad frecuente en la vida real, dispuso que el tutor del impuber se trans- formara automaticamente en curador, Ilegado que sea el pupilo a la pubertad. Dispuso, ademas, que no son necesarias formalidades previas para ejercer el cargo, y las cuentas de la tutela y de la curaduria se rendirdn conjuntamente. 528. Facultades del curador del menor.— El curador nombrado ejerce su potestad sobre la persona y bienes del pupilo y en lo refe- rente a la crianza y educacién tiene iguales facultades y obligaciones que el tutor (art. 438). Respecto a los bienes del pupilo, el curador tiene la representa- cién del pupilo y la administracién de una parte de ellos, para lo cual podrd autorizarlo en forma general. El curador queda siempre res- ponsable de esta administracién. Las facultades del curador no se extienden al peculio profesio- nal o industrial, que es administrado por el pupilo con las mismas facultades que el hijo de familia. Los actos que el pupilo ejecute sin Ja autorizacién del curador sélo repercutirén en dicho peculio. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 384 Manual de Derecho de Familia Esta curatela es testamentaria en el caso del articulo 360; puede ser, ademas, legitima y dativa. 543. Reglas especiales respecto a los curadores especiales.— Son los que se nombran para un negocio determinado. Esta curatela es siempre dativa. Tiene esta curatela alguna particularidad en cuanto a los requisi- tos para ejercitarla, ya que, de acuerdo con lo que dispone el articulo 495, el curador especial no estd obligado a confeccionar inventario, sino sdlo a otorgar recibo por los dineros, documentos y efectos que reciba por el desempefio de su cargo. Ademas, no es menester redu- cir el discernimiento de esta curatela a escritura publica ni rendir fianza para entrar a su ejercicio. 544. Curadores putativos.- Puede ocurrir que una persona en- tre a desempefiar una guarda sin ser realmente el guardador. Los articulos 426 y 427 contemplan varias situaciones que pueden pre- sentarse. Ellas son las siguientes: a) El que ejerce el cargo no siéndolo verdaderamente, pero cre- yendo serlo, tiene todas las responsabilidades y obligaciones del guardador y, ademés, obliga al pupilo en todos aquellos actos que le hayan reportado positiva ventaja. En este caso, el que ejerce la guar- da cree de buena fe ser el guardador; si ejerce administracién sabien- do que no es guardador, pero en caso de necesidad y para amparar al pupilo, tiene el cardcter de agente oficioso y tendr4 sdlo los derechos y obligaciones de tal (art. 427); b) Sia este guardador aparente se le discierne la guarda, tendra, ademds, derecho a remuneracién si administra rectamente, y podré ser guardador legitimo si no se presenta persona de mejor derecho a ejercerla (art. 426), y c) Finalmente, seguin este mismo articulo, si de mala fe se finge guardador y entra al desempefio del cargo, sera removido de él y privado de toda remuneracién. En este caso sus actos no obligardn al pupilo. avay INDICE DE MATERIAS PRIMERA PARTE DEL MATRIMONIO Y DE SUS EFECTOS PATRIMONIALES INTRODUCCION I Generalidades sobre la familia I Del parentesco Definicién y clasificacién Los cényuges no son parientes por afinidad .. Manera de computar el parentesce Importancia del parentesco ve aaun 10, il. 12. 13. 14. 15. 16. 17. Indice de Materias m Derechos de familia Capitulo I DE LOS ESPONSALES Definicién y caracteres ... Carencia de obligatoriedad de los esponsales .. Efectos secundarios que producen los esponsales, Capitulo I GENERALIDADES SOBRE EL MATRIMONIO Definicién ‘Caracteres Historia del matrimonio en Chile Caracteristicas de la Ley de Matrimonio Civil Capitulo I CONDICIONES DE EXISTENCIA Y VALIDEZ DEL MATRIMONIO Clasificacién de los elementos de existencia y validez....... Seccién primera ESTUDIO PARTICULAR DE LAS CONDICIONES DE EXISTENCIA Diferencia de sexo . au eas a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 404 Indice de Materias Vi Suerte de los bienes reservados a la disolucién de la sociedad conyugal 274, Principio 275. Aceptacién de los gananciales 276, Renuncia de los gananciales 217. . Liquidaci6n del pasivo del Patrimonio reservade en el caso de sep tacién de los gananciales ... Capisulo XVII DE LA SEPARACION DE BIENES 278. Clasificacién.. Seccién primera SEPARACION JUDICIAL DE BIENES I Generalidades 279. Concepto y caracteres de la separacién judicial... 0 Causales que autorizan la separacién judicial de bienes 280. Administracién extraordinaria de la sociedad conyug: 281. Caso del articulo 19 de la Ley N? 14.908. 192 193 193 194 a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Indice de Materias 407 SEGUNDA PARTE DE LA FILIACION Y DE LA PROTECCION DE LOS INCAPACES INTRODUCCION 302. Definicién y concepto. 207 303. Caracteristicas de la filiacién . 207 304, Clasificacién..... 208 Capitulo I DE LA FILIACION LEGITIMA Secci6n primera DE LOS HIJOS LEGITIMOS . Definicién y elementos de la filiacién legitima 305. 210 306. 210 210 307. Primer elemento: matrimonio de los padres.. 308. Segundo elemento: concepcién del hijo dentro del matrimonio. 309. Tercer elemento: matemidad de la cényuge 310. Cuarto elemento: patemidad del cényuge 21 21 2u1 408 311. 312. 313. 314. 315. 316. 317. 318. 319. 320. 321. 322. 323. 324. 325. Indice de Materias 0 Acciones que nacen de la fitiacién legitima Nocién Accién de impugnacién de la pate: Titulares de esta accién de impugnacién y plazo para ejercitarl Impugnacin de Ia paternidad del hijo nacido durante el divorcio tem- poral o perpetuo de sus padres .... Situaci6n del hijo concebido en matrimonio y nacido después de muerto el padre. Situacién del hijo q monio Situacién del hijo concebido y nacido durante el divorcio tempor ° perpetuo de sus padres ..... Acciones para impugnar la matemidad . Plazos para impugnar la matemida Impugnacién del matrimonio Impugnacién de la concepcit Accién de reclamacién de la legitimida Seccién segunda DE LOS HIJOS LEGITIMADOS POR SUBSECUENTE MATRIMONIO I Principios generales La legitimacién supone necesariamente el subsecuente matrimonio de los padres . Clasificacién 221 222 222 Indice de Materias I Legitimacién de pleno derecho 326. Hijos concebidos antes y nacidos en matrimonio... 327. Hijos reconocidos como naturales m Legitimacién voluntaria 328. Concepto... 329. Primer requisito: matrimonio de los padres 330. Segundo requisito: instrumento pablico 331. Tercer requisito .. 332. Repudiacién de la legitimacién Iv Impugnacién de la tegitimacion 333. Clasificacién de las acciones de impugnacién 334, Impugnacién de Ia legitimacién de los hijos concebidos antes y nacidos durante el matrimonio. 335. Impugnacién de la legitimidad de los hijos concebidos y nacidos an- Capitulo If DERECHOS Y OBLIGACIONES ENTRE LOS PADRES Y LOS HUOS LEGITIMOS 336. Conceptos generales y distincién.... 409 223 223 223 224 224 224 225 226 227 228 410 337. 338. 339. 340. 342. 343. 344. 345. 346. 347. 348. Indice de Materias 1 Deberes de los hijos para con sus padres Deber de respeto y obediencia Deber de socorro... Bi Deberes de los padres para con sus hijos legitimos Deber de crianza y educacién Caracteres del juicio de twici6n.. Gastos de la crianza y educacién Correccién y castigo .... Deber de educacién del hi Capitulo DI DE LA PATRIA POTESTAD I Definicién y caracteres Sujetos activos de la patria potestad .. Duracién y efectos de la patria potestad 0 Del usufructo de tos bienes del hijo Principio general . 229 230 238 Indice de Materias 349. 350. 351. 352. 353. 354. 355. 356. 357. 358. 359. 361. 362. 363. 364. 365. Excepciones al derecho de usufructo del padre de familia. Peculio profesional... Otros casos de excepcién al derecho de usufructo del padre de fami lia Bienes comprendidos en el usufructo del padre de familia Caracteres del usufructo del padre sobre los bienes del hij m De la administracién de los bienes del hijo Bienes en que se ejerce la administracién Facultades de administracién .... Responsabilidad que impone al padre la administracién de los bienes del hijo Término de la administracién Iv De ta representacién del hijo Efectos de la autorizacién Situacién de los actos que el hijo ejecuta por si mismo Representacién para actos judiciales Representacién para actos extrajudiciale: v Suspensién de la patria potestad Causales ... Efectos de la suspensign 411 239 240 242 242 243 244 246 27 251 252 412 367. 368. 370. 37l. 372. 373. 374. 375. 376. Indice de Materias VI Término de la patria potestad o emancipacién Definicién y clasificacién . ipacion voluntari Efectos de la emancipacién Capitulo IV DE LA FILIACION NATURAL 1 Conceptos generales Definicién y ubicacién Clasificaci6n..... Cardcter del reconocimiento de Causales de investigacién de filiacién natural Clasificacién...... A. Causales voluntarias Reconocimiento instrumental Reconocimiento a virtud de confesién judi 258 258 261 262 263 Indice de Materias 413 B. Causales de reconocimiento forzado 377. Reconocimiento judicial que tiene como antecedente un instrumen- 1O cssessse ete 263 378, Reconocimiento judicial que tiene como antecedente la posesién no- et 265 379. _Investigacién de la maternidad natural ml Normas de la accidn de reclamacién de estado 380.__Concepto 266 381. Requisitos del ejercicio de ta acci 286 Iv Repudiacién del reconocimiento 382. Principio 267 383. _Requisitos de la repudiacion 268 v Impugnacién del reconocimiento 384. Casos en que es admisible. 269 385. Causales de impugnacién 269 386. Titulares de la accién de impugnacién 269 388. Irrevocabilidad del reconocimiento 270 414 389. 390. 391. 392. 393. 394. 395. 396. 397. 398. 399. BEBES Indice de Materias VI Efectos de Ia filiacién natural Deber de educacién... Administracién de los bienes del hijo natural Consentimiento para el matrimonio. Derechos sucesorios Alimentos ... Capitulo V DE LOS HOS ILEGITIMOS NO RECONOCIDOS SOLEMNEMENTE Concepto..... I Causales de investigacién de la filiacién ileg ttima Investigacién fundada en el N® 1° del articulo 280 Investigacién fundada en el N¥ 2° del articulo 280. Investigacién fundada en el N® 3° del articulo 280. Investigacién de la patemidad ilegitima por confesién del padre Investigacién fundada en el N¥ 5? del articulo 280 Be Normas de la accién de investigacidn de la filiacidn ilegitima Timlares de la accién 274 Indice de Materias 415 406. Limitaciones al ejercicio de la accién ... 2718 407. Caracteres del juicio de cobro de alimentos 278 m Efectos de la filiacién ilegitima 408. Creacién de una obligacién alimenticia. Tuicién y cuidado...... 219 Capitulo VI DE LA FILIACION ADOPTIVA I 409. Consideraciones generales .. 280 Seccién primera LA ADOPCION SIMPLE I 410. Concepto 281 I De la adopcién simple regulada por la Ley N° 7.613, de 1943 0 adopcién ordinaria 411. Definicién .. 282 416 412, 433. 430. 431. 432. 433. 434, 435. 436, 432, Indice de Materias Caracteres .. Requisitos de la adopcin. Clasificacién Requisitos externos o formales .... Requisitos internos 0 de fondo relacionados con e} adoptante Requisitos internos relacionados con el Requisitos internos relacionados con el acto Impugnacién y nulidad de la adopcién. Clasificaci Causales de impugnacién Causales de nulidad .. Efectos de la adopcién .. Efectos entre adoptante y adoptado Efectos de la adopcién en el matrimonio del adoptado Guarda Efectos de la adopcién respecto de terceros « Expiracién de la adopcién ... It De la adopcién simple regulada por la Ley N* 18.703, de 1988 Concepto, caracteristicas y naturaleza juridica. Efectos de la adopcién simple. Otras consecuencias de la adopcién simple Extinci6n de la adopcién simple .. Seccién segunda DE LA ADOPCION PLENA Concepto y caracteristicas ...... Requisitos de ta adopcién plen: 295 296 297 297 299 299 Indice de Materias 417 438, Requisitos de fondo relativos a los adoptantes 302 439, Situaciones especialmente reguladas por la ley 303 440. Requisitos de fondo relativos a la persona del adoptado 305 441. De los efectos de la adopcién plena 308 442. Extincién de la adopcién plena 308 443. El principio de la reserva en la Pl 309 444. Requisitos de forma de 1a adopcién plens.. 310 445. Trimites posteriores a la dictacién de la sentencia .. 313 446. Requisitos de admisibilidad comunes 2 la adopcién simple ya a Ia adopcién plena .. 314 Seccién tercera DE LA SALIDA DE MENORES PARA SU ADOPCION EN EL EXTRANJERO Vv 447, Generalidades.... 316 448. Menores respecto a los cuales procede la autorizacion 317 449. Tramitacién de la solicitud 317 450. Trémites posteriores a la sentencia que autoriza 318 Seccién cuarta VI 451. De las sanciones establecidas por la Ley N® 18.703, de 1988 ..... 319 Capitulo VIE DE LAS PRUEBAS DEL ESTADO CIVIL 452, _Enumeracién de los medios de prueba del estado civil. 320 418 453. 454, 455. 456. 457. 458. 459. 461. 463. Indice de Materias Del Registro Civil y de su organizacién Organizaci6n administrativa del Registro Civil I De los libros del Registro Civil Generalidades ... Del Registro de Nacimientos Del Registro de Matrimonios Del Registro de Defunciones De la modificacién de las partidas Del valor probatorio de las partidas y de su impugnacién . mm Pruebas supletorias del estado civil Procedencia de los medios supletorios ... . Prueba del estado civil por medio de otros documentos auténticos .. Prueba por medio de testigos presenciales Prueba por medio de la posesién notoria Iv Valor de las sentencias que se pronuncian en materia de estado civil Principio Estudio particular de los requisitos 321 322 323 324 327 328 328 329 330 331 331 331 332 333 Indice de Materias Capitulo VIII 419 DE LOS ALIMENTOS QUE SE DEBEN POR LEY A CIERTAS PERSONAS 467. 468. 470. 47. 472. 474. 475. 476, 477. Conceptos fundamentales Requisitos para impetrar alimentos ...... bg Titulares del derecho de alimentos Distinci6n previ Acreedores de alimentos congruos ti Modalidades del ejercicia de la accién de alimentos Peculiaridades de la accién de alimentos .. Del procedimiento.. Iv De la disminucién y de la extincidn de la obligacidn alimenticia Casos en que la obligacién disminuye Casos en que la obligacién se extingue 334 334 337 338 338 341 341 343 344 420 Indice de Materias Capitulo IX DE LAS GUARDAS EN GENERAL I Generalidades sobre las guardas 478. Concepto.... 345 479. _Caracteres comunes a tutelas y curadurfa 346 480. Clasificacién de las guardas ... 348 It De la designacién de los guardadores 481. Distincién previs 350 A. De la guarda testamentaria 482. Quiénes tienen derecho a designar guardador por testamento 350 483. Designacién hecha por et padre legitimo 350 484. Designacién hecha por la madre legitima 351 485. Designacién hecha por los padres natural 352 486. Designacién hecha por el donante .... 352 487. Caracteres de la guarda testamentaria .. 352 B. Dela guarda legitima 488. Ambito de estas reglas 353 489. Titulares de Ja guarda legit 353 490. Caracteres de la guarda legitima 354 Indice de Materias C. Dela guarda dativa 491. Casos en que procede .. 492. Caracteres de la guarda dativa ... m Diligencias y formalidades que deben preceder al ejercicio de una guarda 493. Enumeracién .. A. Del discernimiento 494. Definicién y requisitos formales del discemimiento. 495. Sancién a Ja falta de discemimiento . B. Dela fianza 496. Concepto y requisitos 497. Personas dispensadas de rendir fianza C. Del inventario 498. Concepto, requisitos y contenido del inventario 499. Sanci6n a la omisién del inventari Iv De la administracién de los tutores y curadores 500. Principios generale: 421 354 355 355 356 356 357 357 358 359 359 422 501. 502. 503. 504. 305. 507. 508. 510. Sil. 512. 513. 514. 515. Indice de Materias De la representacién del guardador De la administracién de los bienes pupilares . Facultades administrativas en los actos de mera conservacién del pa- trimonio .. Enajenacién de bienes raices Enajenacién de bienes muebles preciosos Inversién de los dineros del pupilo. Panticiones en que tenga interés el pupil Transacciones o compromisos .. Aceptacién de una herencia o legado . Repudiacién de las herencias, legados y donaciones Dinero dejado al pupilo para la adquisicin de un bi Fianza... Arrendamiento de bienes del pupilo Donaciones de bienes del pupilo Actos entre el guardador y el pupilo. Vv 360 De las obligaciones del guardador y de las responsabilidades inherentes al cargo 516. 517. 518. 519. 520. 521. 522. De las obligaciones del guardado Responsabilidad del guardador VI Incapacidades y excusas para ejercer la guarda Reglas generales Causales de incapacidad Causales de excusa. vo Remuneraci6n de los guardadores Monto de la remuneracién Pérdida de la remuneracién 365 367 370 370 Indice de Materias 423 val De la remocién de los tuiores y curadores $23. _Concepto y requisitos 371 524. Efectos de Ia remocién 371 Capitulo X REGLAS PARTICULARES SOBRE LAS GUARDAS I Particularidades de la tutela $25. Cuidado de Ia persona del pupilo. 312 526, Ouras facultades del tutor .... 372 I Particularidades relativas a la curaduria de! menor 527.__Modalidades de la designacién ... 373 528. Facultades del curador del meno’ 373 10 Reglas especiales relativas a la curadur(a del disipador $29. Procedencia de la designacién 314 530. Caracteres de la guarda del disipador 314 531. Efectos de la guarda del disipador 375 424 Indice de Materias Vv Reglas especiales relativas a la curaduria del demente 532, Procedencia de esta guarda . 316 533. Personas que pueden provocar la interdiccién 317 534, Personas que ejercen la guarda del demente 377 535, Efectos de la curatela del demente .... 378 v Reglas especiales relativas a la curaduria del sordomudo 536. Casos en que procede 319 537. Efectos . 379 VI Reglas especiales sobre las curadurias de bienes 538. Conceptos generales .. 380 539. Reglas especiales de la curaduria del ausente 381 540. Reglas especiales respecto a la curadusia de la herencia yacente 382 541, Reglas especiales respecto a las curadurfas de los derechos eventua- les del que esta por nacer 383 542. Reglas especiales relativas a los curadores adjunto: 383 543, _Reglas especiales respecto a los curadores especiales 384 344, Curadores putativos 384 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE

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