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♥ Kokoro's Room ♥

Amor en subasta

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Bella compro a su ex novio Edward en una subasta de solteros. Estaba decidida a impresionarlo y a buscar
respuestas a su partida hacia 8 años. Pero juega con fuego y donde hubo fuego cenizas quedan. -
Bella/Edward.

Amor en subasta................................................................................................................................................. 1
Capitulo I – La subasta .......................................................................................................................... 3
Capitulo II – Las sietes citas .................................................................................................................. 8
Capitulo III – Pasión y celos. ............................................................................................................... 13
Capitulo IV – Momento de hablar ....................................................................................................... 20
Capitulo V – Mala publicidad .............................................................................................................. 27
Capitulo VI – Sentir para dejar de sentir ............................................................................................. 34
Capitulo VII – El niño de pelo broncíneo y ojos verdes ...................................................................... 41
Capitulo VIII – Enfrentando lo inevitable ........................................................................................... 50
Capitulo IX – Vacaciones de sexo. ...................................................................................................... 58
Capitulo X – Verdades que incomodan. .............................................................................................. 67
Capitulo XI – Felicidad poco convencional......................................................................................... 82

Disclaimer: Basado en la novela de Emilie Rose: Superando secretos. Todos los personajes y nombres le
pertenecen a Stephanie Meyer

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Capitulo I – La subasta

BELLA POV

-Bella, no lo hagas. Por favor! De todos los solteros!! ¿Por qué el? ¿Por qué?-
Yo me encontraba con el estomago encogido de la ansiedad y la excitación. Le di un trago a mi copa y
apreté la mano de mi mejor amiga.
-Alice, entiéndeme por favor. Tengo que hacerlo-
- Es un error- insistió mi amiga – ¿recuerdas lo destrozada que quedaste cuando se fue?-
Como si pudiera olvidar eso! Solo de recordarlo se me volvían a llenar los ojos de lágrimas.
-Eso ya paso. Ya lo he superado. De verdad que ha quedado en el pasado-
No se si me creía o no… pero yo no mentía. Aun me dolía un poco recordarlo… pero ya lo había superado.
Después de todo… a quien no le dolería salir por años con alguien y que un día mágicamente se vaya sin
explicación alguna. Eso le dejaría cicatrices a cualquiera ¿no?
Baje la cabeza y mire el vestido de seda que mis amigas habían elegido para esta ocasión. El escote en “v”
llegaba casi hasta el ombligo. La falda de este era larga pero con una perfecta abertura que dejaba al
descubierto el largo de mis piernas… un vestido muy provocador.
-¿En que pensaban tú y Rose cuando me hicieron poner este vestido? Esta bien que me guste llevar ropa
sexy, pero ¿no podrían haberme buscado algo un poco mas sutil?-
Alice rodó los ojos y se sonrió pícaramente.
-Oh! Bella! ¿Quien era la que estaba fregando en verse bella y hacer que el se retorciera de placer al
mírate… eh?-
-Pues si… pero-
-Pero nada. Ya que de todas maneras lo vas a hacer, lo tienes que hacer bien. Si planeas tener a Edward
Cullen de rodillas, Rosalie y yo pensamos que debías vestirte como una mujer fatal-
-Ustedes lo mal entendieron. Una mujer fatal seduce al hombre en cuestión. Yo no tengo intensiones de
volver a la cama de Edward. ¿Cuántas veces tengo que decírselos? No busco venganza. Solo quiero
demostrarle que no le guardo rencor.
- Si, claro y yo soy la madre Teresa de Calcuta-
- Bueno… no negare que disfrutaría verlo sufrir un poquito. Pero solo un poco. No pienso entregarle mi
corazón de nuevo-
- Ahh Bella!! No dejo de pensar que esto es una mala idea!-
-Mira Alice, no olvido que Edward me boto, me humillo y se burlo de mi. Soporte la vergüenza de que todos
me vieran con lastima así que es ilógico que volviera a caer en su cama… además, Esme me dijo que
Edward solo estaría aquí hasta que su padre se recuperara. Entonces el regresara a New York. Se que esto es
temporal. Es en serio, no pensaba caer en sus redes otra vez y lo más probable es que ni siquiera le guste-
-por Dios Bella! Tendría que estar loco como para no gustarle! Te ves hermosa!-
-Eso lo dices tú porque eres mi amiga-
- Hay Bella!! Estas ciega! y no solo eso, si no que solo escucho pretextos por lo que vas a hacer… te estas
justificando-
-Déjalo. Además esto no es solo por mí. Empresas Cullen lo necesita… imagínate! Podemos quedarnos sin
empleo yo y otros mil empleados si cerraran sus puertas. Carlisle Cullen ha sido como un segundo padre
para mí. Esta muy mal… ese infarto de hace tres días tuvo consecuencias muy graves. Edward y el necesitan
arreglar sus problemas antes de que sea demasiado tarde- Termine mi pequeño discurso con
autosuficiencia… solo quería que mi amiga dejara de cuestionarme y de regañarme por lo que estaba
planteada a hacer.
- ¿No has pensado que si padre e hijo hacen las paces… Edward regresaría y seria tu jefe?- puntualizo Alice
Fruncí el ceño y maldije por lo bajo. Era una muy buena observación… ¿acaso podría trabajar como siempre

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si sabia que el ex amor de mi vida también andaba por ahí?


-Necesito seguir adelante y jamás lo haré si no dejo atrás el pasado. Además necesito saber que tengo de
malo para que todos los hombres con los que he salido en los últimos 8 años me dejen justo cuando pienso
que estamos acercándonos a algo serio-
Alice me medio zangoloteó con una mirada furiosa.
-No mas no te cacheteo porque te adoro y no quiero dejarte tu cara marcada esta noche. Pero entiéndelo! Tu-
no-tienes-nada-malo- remarco cada palabra mientras me jaloneaba tenuemente.
-Los ojos del amor te ciegan amiga- conteste rodeando los ojos y llevándome la copa medio vacía de
champán que había sobrevivido a las zarandeadas de mi amiga.
Alice desvió su atención en mi persona para enfocarse en algo o en “alguien” detrás de mí.
-Pues de verdad espero que lo hayas superado, porque Edward tiene un muy buen aspecto. Muy,
MUUUUUY bueno…-
Casi me atragante con el champán y seguí la mirada de Alice hasta el otro extremo del salón… me quede
muda.
Edward… como decirlo… tenía buen aspecto. De hecho estaba increíblemente sexy. Maldito! Lo ultimo que
necesitaba era encontrarlo tan sumamente apetecible y atractivo.
Tenía los hombros más grandes y el esmoquin se ajustaba perfectamente en sus músculos… músculos que
no tenía tan marcados a los veintitrés años. Sin querer solté una sonrisa nostálgica. Edward se miraba tan
sofisticado, pero aun no había aprendido a dominar su rebelde pelo cobrizo, que en su tiempo me hacia arder
en llamas. El mismo pelo que despeinaba en caricias justo después de hacer el a…
Frene en seco mis pensamientos. ¿De que me servia recordar momentos que ya se habían ido? Momentos
que a él no le habían importado… momentos que me habían dejado marcada. No… ¿para que quería eso?
-Si para superar el pasado necesitare gastar todos mis ahorros en el soltero numero trece. Entonces así será-
-Si tú lo dices Bella…- susurró mi amiga – Además no creo que a nuestros padres le haga gracia que
gastemos nuestros ahorros y herencias en comprarnos hombres, aunque sea por una causa benéfica. Rosalie
soltó muchísimo dinero por su fortachón rebelde. –
Rosalie había sido la primera de nosotras que compró a su soltero. Solo esperaba que mi amiga fuera capaz
de manejarlo ya que tenía fama de ser un rebelde ciclista dueño de un lujoso bar.
-Espero que le salga todo bien-
- Yo también. Espero que ninguna de nosotras se arrepienta de lo que hagamos esta noche… y las que
vienen.-
La subasta se reanudo con el típico martillazo del presentador. El soltero numero doce bajo del escenario
dándole paso al siguiente… el que yo esperaba. El soltero numero trece. Edward Cullen.
Yo les había dicho a mis amigas que seria fácil confrontar al hombre que me había destrozado el corazón y
el autoestima hacia ya ocho años. Pero en ese momento me temblaban las piernas. Yo había amado a
Edward, había pensado en casarme con él… tener hijos… dirigir la compañía de yates Cullen a su lado. ¿ y
si esto no salía bien?
Me enderece en el asiento. No. Esto saldrá bien. Tiene que!. Ya tenia treinta años, era lo suficientemente
madura para lidiar con un amor del pasado. Además ya había pensado en todos los detalles. Estaba lista.
Si lo compraba… significaría obligarle a tener siete citas. Sietes oportunidades para impresionarlo, tentarlo
pero manteniendo la distancia, respuestas… que era lo que mas buscaba para poder sacármelo de la cabeza.
Todas las mujeres empezaron a gritar como locas cuando Edward se paro en el escenario. ¿Quién en su sano
juicio no quisiera siete citas con ese sexy arquitecto naval y prestigioso diseñador de yates?
-¿sobrevivirás a siete seductoras citas con Edward Cullen?- me pregunto Alice dándome un codazo.
-Por supuesto- Musite dizque yo muy segura, pero las manos me temblaban.
Suspire audiblemente. Apreté los dedos de los pies y decidí no tener miedo mientras levantaba mi paleta,
haciendo la primera puja por mi antiguo amante. La primera puja por Edward Cullen.

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EDWARD POV

Mire a mi madre desde el escenario. ¿Por qué me hacia pasar por esto? Ni siquiera había tenido la sutileza
de advertirme sobre la subasta benéfica, simplemente me había inscrito en el programa con mi foto, mis
datos y sobre todo sin mi permiso.
Odiaba estar aquí, en mi ciudad natal… en ese escenario, subastado como uno de los tantos yates que alguna
vez había hecho y vendido.
Las mujeres gritaban cosas como: vuelta, mucha ropa, papacito y otras cosas varias. Por su puesto puse mi
peor cara. No iba a desvestirme solo por complacer a una horda de mujeres urgidas. Si los demás solteros lo
hacían… la verdad no era mi problema. Si querían actuar como tontos estaba bien, pero yo no era así.
Suficiente tendría con salir con alguna boba dama de la sociedad como para todavía tener que cumplir
peticiones estupidas.
Las luces del foco me daban directamente a los ojos y me encandilaban. Trate de distinguir a las solteras
histéricas ordenándoles mentalmente que no se atrevieran a comprarme. El foco dejo de apuntarme y
agradecí un poco por ello. Di un rápido vistazo a las damas histéricas, pero entre esa multitud alcance a
distinguir a unos familiares ojos chocolates que me miraban infaliblemente… era Bella. Me quede sin aire
en los pulmones. Maldita sea!. ¿Qué hacia ella aquí? Había pensado que la miraría hasta el lunes en la
oficina. Los focos volvieron a centrarse en mí y me volvieron a encandilar. Solo alcanzaba a escuchar que la
puja subía considerablemente, mucho más que con los dos solteros anteriores.
-Vendido!- grito el presentador – Venga a recoger su premio, numero ciento cuarenta y tres-
Bueno por lo menos una parte de mi sufrimiento había terminado. La primera parte de la tortura ya estaba
completada. Aliviado baje del escenario y vi a Bella entregando un cheque a la chica que cobrara las
subastas. Me fui para atrás.
Bella me había comprado!!!
Mire su cabello ligeramente ondulado y sus ojos color chocolate un segundo antes de ver su vestido y que
este me dejara impactado. Sus pálidos pechos estaban a punto de saltar por el borde del escote y una larga
abertura en la falda dejaba al descubierto una de sus largas y blancas piernas. Estaba ardiendo. Bella se había
puesto mucho más sexy de lo que jamás había imaginado… mucho, mucho más.
Ella empezó a caminar hacia mí, con una sonrisa tan segura que no recordaba habérsela visto antes.
-Hola Edward ¿Te parece que busquemos un lugar tranquilo para planear nuestras citas?-
- Aguarden!- gritó una mujer rubia de buen cuerpo pero sonrisa insípida. A su lado un chico rubio de ojos
azules sonreía hacia Bella como estupido mientras sujetaba una cámara. No supe porque, pero el tipo ya me
caía mal. – Abrácense y sonrían por favor.
Apreté los dientes, fingí una sonrisa y con uno de mis brazos rodee a Bella. La palma de mi mano toco parte
de su piel desnuda. Maldita sea! La espalda también estaba descubierta. Su calor me llego de golpe. Me
estaba quemando con solo tocarla.
La escuche soltar un pequeño grito sofocado y casi se le salieron los pechos por el escote. No pude evitar
echar un vistazo a su cremosa piel y la cámara se disparó.
Había sido cachado en in fraganti. Me capturaron admirando como imbecil sus pechos. Demonios! Antes de
que tuviera oportunidad de pedirle al fotógrafo que tomara una mejor foto ella se apartó, se dio media vuelta
y comenzó a alejarse con un movimiento de caderas capaz de volver loco a cualquiera… y muy en especial a
mi.
Definitivamente no era la misma mujer que había dejado en el pasado. La antigua Bella jamás se hubiera
puesto un vestido con todas las garantías de hacer que un hombre olvidara hasta su propio nombre. Era
aturdidoramente sensual, provocativa… sexy. No encontraba otra manera de definir lo más que bien que
lucia en ese vestido.
Seguí a Bella tratando de no fijarme tanto en sus caderas. Aunque fue misión imposible.
Yo la había abandonado. Yo pensaba que ella me querría muerto, arrastrándome, quizás como un ermitaño,
como zombie, o tal vez como un vampiro! La verdad me imaginaba de todas las formas locas y ocurrentes…
menos como su soltero para citas. ¿Por qué me había rescatado de esas mujeres locas?

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Una vez que estuvimos alejados de el barullo de las subastas y de la alocada gente, fue que ella se animo a
voltearse y verme de frente. No la entendía. ¿Qué demonios quería de mí?
-¿A que estas jugando Bella?- Mi voz sonó mas ronca de lo que en realidad hubiera querido. Ella volvió a
voltearse y camino casi al final de uno de los muelles, se quedo ahí parada unos minutos antes de girarse de
nuevo en mi dirección.
-No tengo tiempo para juegos Edward. No soy tu- respondió casi con frialdad.
-¿Entonces de que se trata? ¿Una visita al baúl de los recuerdos?-
-¿Acaso no puede una vieja amiga rescatar a otro de una masa de hambrientas mujeres sin recibir un
interrogatorio?- preguntó casi con sarcasmo.
-¿Viejos amigos? ¿Eso somos Bella?-
-Eso espero- sus palabras sonaron a la mentira más grande del mundo.
-¿Así que esto es una especia de sacrificio de tu parte?- pregunte ahora yo con tono sarcástico. Ella frunció
el ceño. No había rastro de la chica que alguna vez había sido.
-¿Qué algún problema con eso?-
-Vamos Bella, eres una pésima mentirosa. Sabes que para mí, eres como un libro abierto. Dime. ¿Por qué
estamos aquí?-
Podría jurar que maldijo por lo bajo y se aclaro la garganta.
-Tenemos que trabajar juntos. Y pensé que esto nos facilitaría las cosas. Además decidí ayudarte porque
sentí que nos convenía a ambos- suavizó el rostro y medio sonrió. – Me pareció un gesto amable-
No me había tragado ni una pizca de lo que me dijo. Creo que noto en mi rostro que no le creía nada y
medio suspiro derrotada.
-Necesito saber que puedo contar contigo para que no te vayas hasta que Carlisle se recupere del todo-
-Tengo mi propia empresa que dirigir. Me quedare solo hasta que encuentre un director interino-
-¿Me estas hablando en serio? ¿Quieres terminar de matar a tu padre? Yates Cullen no pueden estar en
manos de un desconocido. Tu padre…-
-Mi padre no tiene nada que decir- interrumpí molesto.
-Edward entiéndelo, tu padre lograra recuperarse un ochenta o noventa porciento según los médicos, pero su
vitalidad no será la misma. Solo accedió a no venir a trabajar porque supo que tú estarías haciéndote cargo-
Una traicionera brisa de verano despeino a Bella y casi le dejo los pechos al descubierto. No pude evitar de
nuevo mirar hacia su escote. Note que se le habían endurecido los pezones. MALDITA SEA! Sentía el
deseo despertar en mi interior.
-No he pedido que me pongas al día- Musite molesto mientras rogaba que ella no se diera cuenta que la
había estado observando de manera nada inocente.
-Deberías haberme preguntado por el. Es tu padre!. Dentro de algunos meses se recuperara… a menos que
pongas en peligro su salud. Dale tiempo para que se alivie-
Metí las manos a mi bolsillo y le di la espalda. Escuchaba su respiración un poco agitada. Sabía que ella
tenía tantas preguntas que hacerme. Escuche unos pasos en mi dirección y de repente se detuvo. Aun así
quedo lo suficientemente cerca para poder llevarme su esencia de Fressias a los pulmones. Los recuerdos
empezaron a golpearme con toda su magnitud. La noche de nuestra graduación, la pequeña cabina de mi
velero, ella y yo haciendo el amor por primera vez, descubriendo nuestros cuerpos mutuamente… NO!
Me obligue a dejar de pensar en cosas que ya habían muerto junto con nuestro amor. Era un hecho que Bella
era jodidamente sexy y provocadora, pero yo le había hecho mucho daño… y ella jamás me perdonaría por
ello.
-Yates Cullen tiene un montón de pedidos pendientes. Tendrás que involucrarte a fondo. Tu padre te contara
todo lo que necesites saber para…-
- No necesito su ayuda- interrumpí volteando a mirarla.
Y me maldije por ello. Se mordió el labio frustrada y eso la hacia verse mas endemoniadamente sensual de
lo que de por si ya era.
- Puede que no la necesites, pero Carlisle necesita que se la pidas. Esta deprimido y conmocionado por su
encuentro tan cercano con la muerte. Desea verte, desea tenerte en casa-

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Puse mi peor cara y ella se sorprendió al verla.


-Ancle mi barco en el puerto de Yates Cullen. Voy a dormir ahí-
-Los de seguridad me notificaron-
- es bueno saber que tienes el control-
Ella rodó los ojos y se cruzo de brazos haciendo resaltar más sus pechos. ¿Acaso lo hacia adrede?
-Al menos iras a ver a tu padre ¿no?-
-No- respondí tajantemente.
-Edward, Carlisle necesita hoy más que nunca a su familia-
- Es un poco tarde para que ahora si piense en su familia- solté con un tono acido.
- ¿Qué quieres decir?- pregunto ella, pero yo no pude responder nada. No podía contarle de lo que había sido
testigo ocho años atras. – Edward nunca es demasiado tarde para decir lo siento-
-¿Es eso lo que quieres? ¿Una disculpa?- pregunte enojado.
Vi su rostro contraerse y dejo caer sus brazos de golpe.
-No hablaba de mí. Me refería a tu padre. Abre los ojos. Podías haberlo perdido. Arreglen las cosas antes de
que te arrepientas por no haberlo hecho-
- No sabes de lo que hablas-
-pues explícamelo-
-No podrías soportarlo-
-¿Cómo lo sabes? Ponme a prueba-
-Es cosa del pasado Bella. Olvídalo- Mire como volvía a morderse los labios frustrada.
-Solo en caso de que te interese, quiero que sepas que no pretendo retomar nuestra relación. Pero tenemos
que trabajar juntos y necesito que me apoyes delante del equipo.
- Te apoyare. Todos hablan maravillas de lo que has hecho en la compañía. Mi madre no hace más que
adularte-
-No es para tanto. Hago lo que puedo-
- Y ¿Por qué no pueden seguir sin mí?-
-Porque los empleados esperan que un Cullen este al frente y necesitamos a alguien capaz de coordinar a
todos los equipos involucrados en la producción. En pocas palabras… Tu!- Termino señalándome con el
dedo. – Y sobre las citas… no espero, ni mucho menos quiero que tengamos un romance, como prometen
los anuncios de la subasta-
-La subasta a la cual me obligaron a entrar. Con la cual no tengo nada que ver. De la cual fui utilizado como
marioneta-
- Bueno… ahora sabes lo que se siente-
El ambiente se puso tenso en ese instante. Me estaba echando en cara que la abandonara hacia tantos años.
Me dio la impresión de que se había arrepentido de sus palabras y de repente empezó a caminar un poco. La
seguí.
-Edward. Quiero que seamos civilizados. Trabajaremos juntos y es importante para la compañía que no
demos de que hablar. Debemos de cuidar la reputación de yates Cullen. No quiero rumores que nos
perjudiquen y nos puedan hacer perder clientes-
Ella luchaba contra el fantasma del pasado. Su mirada estaba perdida por el horizonte.
-Lo siento si te lastime. Si pudiéramos volver al pasado…- me quede callado cuando ella se paro en seco y
se giro violentamente a verme. Apreté la mandíbula.
-¿Te habrías ido de todos modos?- pregunto ella.
Mire al mar. Deje pasar unos diez segundos antes de tomar aliento.
-Si-
Note que se inmuto delante de mí y sonrió de forma maliciosa.
-Es todo lo que quería saber. Te veré el lunes… Edward- Musito casi en un hilo de voz y tomo camino
rumbo al salón de nuevo.
Me quede un rato mas ahí en el muelle admirando el mar. Tome el puente de mi nariz y maldije a los cuatro
vientos. Esto seria mucho más difícil de lo que suponía… mucho más difícil.

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Capitulo II – Las sietes citas

EDWARD POV

Regresar a Yates Cullen era como su hubiera vuelto a casa. Realmente yo ya no tenía un hogar a donde
volver… pero si hubiera un lugar… sin duda… este hubiera sido el más cercano.
No podía dejar de mirar todo lo que alguna vez había sido mío… todos los hermosos edificios que se
encontraban aun lado del río. Cada edificio era una fase de producción de los Yates. Habían varios muelles
en la orilla del río y en estos habían yates casi terminados. En el muelle del área de ventas se encontraban
dos yates. El mío y otro mas que estaba terminado y quizás esperando para que su adinerado dueño viniera
por el.
Me sentí sumamente triste, No podía dejar de recorrer con la mirada aquel lugar en donde Bella y yo
habíamos planeado trabajar toda nuestra vida. Pero había renunciado a todos esos privilegios cuando decidí
huir de la verdad.
Abrí la puerta de la recepción, rogando porque algo me distrajera y me hiciera olvidar los tristes recuerdos
que me torturaban. Todo era diferente. La recepción fría de antes no se comparaba en nada a la nueva,
moderna e iluminada nueva recepción. De verdad que se miraba muy lujoso y con mucha clase.
La joven recepcionista me miro y me dedicó una amplia sonrisa.
-Buenos días señor. ¿En que puedo ayudarle?-
- Soy Edward Cullen-
- Un momento por favor, avisaré a la señorita Swan que ha llegado usted. Puede tomar asiento mientras
espera- indico la joven que según su gafete se llamaba Jessica.
- No es necesario. Iré a buscarla por mi cuenta-
Jessica se levanto a toda prisa y me impidió el paso.
-Lo siento señor Cullen. No puedo dejarlo pasar hasta que la señorita Swan me lo autorice-
- ¿Qué? ¿Autorizarme? ¿Es esto una broma?-
- Me temo que no señor. Necesitara un pase de seguridad- Apretó un botón en los auriculares que traía
puestos – El señor Cullen esta aquí- musitó al aparato.
Dios! Como habían cambiado las cosas por aquí! ocho años atrás no había más seguridad que ponerle seguro
a las puertas por la noche. Ahora casi te pedían tu número de seguro social y firmar por tu alma si algo le
pasaba a las instalaciones. En la mañana había querido entrar por la puerta trasera que da a los muelles y
estaba cerrada. Hace dos noches me di un pleitazo con los guardas por andar por el muelle en mi moto, hasta
le habían hablado a mi madre para que esta les confirmara que tenia permiso de andar por ahí. Ya parecía
más una cárcel que los yates Cullen que yo recordaba.
-Ya viene la señorita Swan. En un momento estará aquí señor Cullen- informo Jessica, sonriendo de nuevo.
Detrás de la pared de cristal venia Bella con un traje de chaqueta color azul, tan profesional como sexy había
sido el vestido de la noche de la subasta. La sofisticada mujer que tenia adelante no se parecía en nada a la
joven insegura que había dejado atrás.
-Gracias Jessica. Yo me hago cargo- dijo Bella a la recepcionista. –Buenos días Edward. Por favor,
acompáñame-
Bella comenzó a caminar hacia los despachos sin darme oportunidad siquiera de poder responder. Se
desplazaba moviendo sus caderas de un lado a otro, como si me estuviera provocando… y si ese era su
propósito… lo estaba logrando. Mis ojos se posaron sobre su cuerpo y la seguí por el pasillo. Su andar era
muy sensual, al igual que el perfume que impregnaba el lugar. Ya no era el dulce olor a Fressias que la

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caracterizaba. Era una fragancia especiada y tentadora.


Maldita sea! Esa mujer aun sin hacer nada me provocaba. No tenía ninguna intención de revivir el pasado.
No podía quedarme en San Diego y enfrentarme a la mentira de la que he huido desde hacia mucho
tiempo… simplemente no podía.
¿Mi padre habrá mantenido su palabra? No podía preguntárselo en persona, además dudo que me contestara
sinceramente si lo hacia. ¿Podría volver a confiar en mi padre? ¿Podría confiar en mi mismo siendo hijo de
quien soy?
Mis músculos se tensaron al acercarme al despacho de mi padre. Luche por controlar los sentimientos que
me acechaban y me detuve en pleno pasillo.
La última vez que había hecho ese recorrido, había sido para pedirle a mi padre que me acompañara a
comprar el anillo de compromiso para Bella. Ese día fue cuando abrí la puerta del despacho sin tocar… y mi
mundo se vino abajo.
Quise mantener mi mente en el presente, pero no pude. Todos los muebles de aquel despacho habían sido
cambiados… todos… hasta el sofá en donde había encontrado a mi padre teniendo sexo con Rene… la
mamá de Bella. Sacudí mi cabeza, tenía que olvidar esa imagen tan asquerosa.
-¿A que viene tanta seguridad?- pregunte para distraerme.
-Estamos protegiendo nuestros productos. Los yates más baratos cuestan un millón de dólares. Y la mayoría
de los yates exceden esa cifra. No nos podemos arriesgar a sufrir robos o vandalismo- respondió mientras
me tendía una hoja. – Necesito que los leas y los firmes-
-¿Qué es esto?- pregunte después de leer los primeros párrafos.
- Una cláusula de no competencia. Nada de lo que veas o aprendas aquí podrá ser usado para competir
contra yates Cullen-
-¿Es una broma cierto?-
- No. Eres un arquitecto naval con tu propia empresa, pero aquí tienes un empleo temporal. Necesitamos
protegernos para que nuestras ideas no sean robadas-
Me reí a carcajada abierta. Esto era más que una ofensa.
-¿Esperas que dirija este sitio, pero me haces firmar unos papeles en donde me dices que no confías en mi?-
pregunte tratando de controlar mi enfado.
- Es cuestión de negocios Edward. Los sentimientos no tienen nada que ver-
-¿Qué? ¿Es idea de mi padre?-
- No. Es idea mía- repuso ella con una mirada desafiante.
Me quede helado. Esas palabras bajaron mi coraje. Realmente no podía quejarme. Me había ganado a pulso
su desconfianza. Ojee las páginas y firme sin más. ¿Qué caso tenia enfrentarme con ella? Yo hubiera hecho
lo mismo.
-Te he dejado todo para que te pongas al corriente. Ocupas familiarizarte con los clientes, ya que tienen
acceso a las instalaciones en cualquier momento, les gusta comprobar en que estado va su yate-
Empezó a señalarme donde se suponía que debía de estar mi secretaria. Bella parecía toda una azafata
indicándome donde estaba cada cosa, señalando por aquí, señalando por allá, pero siempre evitando mi
contacto visual. Y a pesar de verse tan segura, me percate que sus manos temblaban sujetando los papeles.
Ella estaba incomoda en mi presencia. En otros tiempos… eso habría sido tan diferente.
-Cuando Ángela, tu secretaria llegue, te dará tu tarjeta de seguridad. Tendrás que mostrarla para poder pasar
a las áreas restringidas y en la entrada. Tenemos dos próximas entregas. Ángela te pondrá al día. Mi
despacho sigue siendo el mismo, por si me necesitas-
- Bella. No voy a trabajar aquí. Mi despacho esta afuera- dije señalando hacia la ventana, hacia el mar. “El
Crepúsculo”, uno de mis propios diseños, flotaba sobre el muelle.
-¿Esperas que corra hacia el muelle cada vez que necesite hablar contigo?- pregunto ella levantando las
cejas.
-También puedes llamarme al móvil- repuse divertido y escribí mi numero en el reverso de mi tarjeta de
visita. Se la di y nuestros dedos se rozaron. Ese contacto se sintió como una descarga eléctrica.
-Veré que los de mantenimiento extiendan una línea a tu barco-

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-Dijiste que el nombre de mi secretaria era Ángela. ¿Tu madre ya no trabaja aquí?-
-No. Mi madre dejo el puesto hace un año-
Bueno… menos mal. Un fantasma menos al cual enfrentarme.

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BELLA POV

Había logrado conseguir 6 horas exitosas de trabajo, solo me quedaban tres más para poder terminar mi
jornada de trabajo.
Me dirigí hacia el muelle al “despacho” de Edward. Entonces contemple en todo su esplendor al
“Crepúsculo”, las líneas del velero que el había creado eran asombrosas. Un yate muy bonito debía
reconocer.
Solía guardar mis mejores trajes para las celebraciones que la compañía hacia cada vez que entregaba un
nuevo yate. Ese día no había celebración alguna, pero tuve un ataque de vanidad sabiendo que era el primer
día de trabajo de Edward. Así que me arregle mas de lo que usualmente hacia. ¿No tenia eso nada de malo…
o si?
Vi a Edward a través de la puerta principal que daba a la cabina mayor. Tenía la laptop sobre una mesa y
estaba revisando un montón de folletos. Folletos míos. Sentí una combinación de orgullo y ansiedad. Yates
Cullen había recorrido un largo camino desde que Edward se hubiera ido y yo estaba más que orgullosa de
haber ayudado en su evolución. Había actualizado la página web, el área de recepción, los despachos y los
folletos que Edward tenia en las manos.
Llame a la puerta y Edward levanto la vista. Sus hermosos ojos verdes se encontraron con los míos y sin
querer me quede sin aliento. Edward Cullen tenía los ojos verdes más hermosos que existían… mucho, muy
hermosos. Maldición! Necesitaba controlarme.
Edward se levanto y se acerco. No pude pasar por desapercibido lo bien que le sentaba aquella camiseta
ajustada de manga corta, marcando su pecho musculoso y anchos hombros. Y la forma en que los pantalones
resaltaban sus fuertes y largas piernas.
Esto no era justo! No podía ser posible que el tipo me siguiera pareciendo atractivo. No después de todo el
tiempo que había perdido sufriendo por el.
-¿puedo pasar? Tenemos que hablar sobre la imagen que tenemos que darle a la periodista- dije llamando su
atención enseguida. – Se que estamos en horario de trabajo y no deberíamos de hablar de cosas personales-
-¿Qué periodista?- pregunto con voz inquieta.
-¿Qué no sabes que el periódico local va a hacer una crónica diaria de cada pareja salida de la subasta?-
Edward se paso una mano por el cabello despeinado. Cerré la puerta detrás de mí.
-No. Mi madre me metió en esto. Busque el traje del sábado minutos antes del evento y llegue justo cuando
era mi turno de subir al escenario, demasiado tarde como para leer la letra pequeña del contrato. No sabia
nada de periodistas, ni siquiera se en que consiste el paquete de la venta.-
-¿Tienes Internet?- pregunte señalando a su laptop.
- si-
-¿puedo?- pregunte y el asintió. Me acerque y teclee una dirección de Internet y ya que apareció lo que
buscaba se lo leí en voz alta:
-La afortunada que compre al soltero numero trece tiene derecho a siete seductores atardeceres, incluido un
paseo en un carruaje a caballos por la zona histórica de la ciudad, montar a caballo en una playa local, cena
y baile en el crucero “la bella Italia”, un paseo en velero, una hoguera privada en la playa y las otras dos van
por cuenta de la pareja-

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Casi podría jurar que escuche a Edward maldecir en voz baja.


-¿Estarías dispuesta a renunciar a las citas? Te devolveré el dinero que pagaste en la subasta-
-Explícale eso a la periodista. No quedaría muy bien ¿verdad?-
-¿No hay modo de escapar de eso?- preguntó con la mandíbula apretada.
- Vaya… no recordaba que salir conmigo te resultara tan desagradable-
- No. No lo era- respondió fulminándome con una mirada.
Yo me perdí en sus ojos verdes y quede capturada por la intensidad con la que me miraba. No! No! No! No
debía dejarme sucumbir por una simple mirada.
-Pero eso es pasado. Ahora somos dos adultos que podemos aprovechar esto como publicidad positiva si nos
comportamos de forma civilizada-
-¿Así que de eso se trata todo esto? ¿Un reclamo publicitario?- preguntó con tono molesto.
-Si, además es una oportunidad de que ambos dejemos atrás el pasado- señale alrededor – Esto se ve… muy
acogedor-
-Es mi hogar-
-Supongo que si, por el momento lo es-
-No. No es por el momento. Vivo en “el Crepúsculo”-
-¿Permanentemente?- pregunte sin dar crédito a sus palabras.
-Si-
Sin querer volví a mirar a mí alrededor y mi corazón traicionero buscaba señales de alguna ocupante
femenina.
-¿Necesitas otro pase de visita para alguien mas que viva contigo?- era una forma discreta de saber si
compartía el lecho con alguien o no.
-Vivo solo-
Suspire aliviada. ¿Pero que rayos? A mi que me importaba! No tenía porque sentirme mejor.
-¿Alguna vez has comprado una casa que no fuera este barco?-
En una ocasión los dos habíamos hablado de comprar una casa en la playa con un terreno de arena en donde
los perros y nuestros hijos pudieran correr. Yo… había comprado una casa así, pero carecía de perros y
sobre todo… carecía de SUS hijos.
-Solo tuve un pequeño departamento junto al mar. Pero rápidamente diseñe y construí mi primer yate y me
mude a vivir en el. Desde ese entonces he vivido en el agua-
-eso hace que sea mas fácil moverse- dije de forma impulsiva y cizañoza.
-¿quieres decir que es mas fácil irse?- pregunto con el gesto duro.
-No he dicho eso- replique intentando evitar una discusión.
-¿Quieres pelea Bella Swan?-
-¿Cómo dices?-
Edward me recorrió con la mirada. Como resultado algo se incendio en mi...
-Tienes apretados los puños e incluso los dedos de los pies. ¿Estas preparándote para una pelea, Bella?
-No! claro que no- respondí. Rayos! No me había dado cuenta de las reacciones involuntarias de mi cuerpo.
Me obligue a relajarme.
¿En que momento perdí el control de la situación? Necesitaba darme prisa e irme.
-Necesitamos tener una estrategia para las entrevistas. Es importante que Lauren Mallory no note ninguna
tensión entre nosotros. Es conocida por ser muy deseosa de sacar a relucir trapos sucios siempre que pueda-
-¿Tu tienes trapos sucios?-pregunto el
¿Que podía decirle? ¿Relaciones fracasadas y una relación inestable con uno de los clientes de Yates
Cullen?
-¿Yo? No. Mi vida es un libro abierto. ¿y tu?-
-No personalmente- respondió tras titubear.
¿Que rayos era eso de: no personalmente? Me estaba cuestionando si acaso algo más, aparte de mí, lo
impulso a irse de aquí. Pero no. Me tenía que aplicar a los hechos. Y estos decían que el no me amaba y
decidió huir de mi. Podía haber engañado a Esme con el pretexto de que no se llevaba bien con su padre,

11
♥ Kokoro's Room ♥

pero eso a mi no me convencía. Ellos eran muy unidos, aunque discutieran a menudo. Esa había sido una
excusa muy pobre.
-Bella éramos amantes- se me retorció el estomago al escuchar esa palabra de sus labios. -Si Mallory es tan
ambiciosa como dices, no tendrá que investigar mucho para averiguarlo-
-No. Pero eso ya lo sabe todo el mundo-
-¿Es una periodista muy agresiva?- inquirió el.
-No lo se. ¿Por qué?- quise saber. ¿Tanto miedo tenia Edward en que sacaran a la luz sus trapitos?
El solo sacudió la cabeza.
Me aparte de su laptop y mire hacía las otras estancias. Allí estaba la habitación de Edward. Me temblaron
las rodillas. Me impactaba estar a diez pasos de su dormitorio. ¿Por qué? No tenía intenciones de volver a su
cama!! Me dolía el pecho. Debía de ser nostalgia… si eso debía ser. Solo me quedaba ignorarla. ¿Qué más
iba hacer?
Debía salir de ahí… y cuanto antes mejor.
-Hablaremos mas tarde sobre la periodista. Tengo que hacer unas llamadas. Te veré en una hora en
producción-

--

-Siento haberte hecho esperar. Me llamaron por teléfono. ¿Puedes cambiar tus planes para esta noche?- dijo
Edward mientras entraba a producción.
Voltee a verlo. Traía gafas y su cabello igual de despeinado que siempre. Se miraba… bien, varonil.
Demonios! ¿a mi que! como se mirara?
-¿Por qué?- pregunte volviendo a la conversación.
-Por que la periodista quiere que le de una entrevista para hablar de nuestra primera cita… y para eso
necesitamos una primera cita-
-Ah- repuse. – Supongo que puedo quedar contigo esta noche-
Mi tono de voz no sonó muy convincente. La idea de una velada con Edward… no. No me causaba
emoción. Gritaba a mi misma para convencerme.
-El crucero/restaurante tiene plazas para esta noche. Hice las reservaciones. ¿Dónde vives?-
Ja! Ni de loca le diría en donde vivía.
-Tengo una casa en la playa de Mission Bay-
Mierda! No debí decir eso! Maldita boca traidora.
-Te recogeré a las siete. El crucero sale a las 7 y media. Dame las indicaciones para llegar a tu casa-
-No!- ese no salio mas efusivo de lo que debería. –Prefiero que nos veamos en el muelle. Así tendremos más
tiempo para estar listos-
Antes de que pudiera renegar o inclusive hablar, la puerta de producción se abrió dejando pasar a Eleazar
Denali. Lo salude de beso y se puso rígido al notar la presencia de Edward.
-supongo que recuerdas a Eleazar. ¿Verdad Edward? Ahora es el director de producción-
-Me alegro de verte Eleazar- dijo el extendiéndole la mano.
Eleazar titubeo antes de estrechársela. Y de una manera demasiado enérgica diría yo.
Claro que Edward debía recordarlo. Eleazar había sido su mentor. Aunque estaba claro que él estaba de mi
lado.
-¿Cómo te va Eleazar?- pregunte.
-Bien. Excepto por los armarios- informó. – La madera preciosa que encargo el cliente no ha llegado
todavía-
-Llamare a…- me quede callada. Ese ahora era el trabajo de Edward. –Edward puede llamar al distribuidor y
averiguar que es lo que ha atrasado el pedido-
-podemos arreglárnosla con otra madera- sugirió Eleazar

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♥ Kokoro's Room ♥

-No- interrumpió Edward –Mi abuelo siempre dijo que al cliente hay que darle lo que pide-
-Si, pero el retraso de la madera nos esta retrasando lo demás-
-Veré que puedo hacer hoy mismo. Si no responden, cancelare el pedido y lo pediré a otros proveedores-
-A tu padre no le gustara eso. Llevamos veinte años con esos proveedores-
-Mi padre no esta a cargo en este momento. Soy yo quien decide. Si una compañía no responde se busca a
otra y ya. Es simple… los clientes harán lo mismo con nosotros si no sacamos las cosas a tiempo-
WOW! Edward si que se imponía. En ese pequeño debate con Eleazar, ordenando y viéndose conocedor de
lo que hacia, bueno… hacia que luciese más atractivo de lo que ya era. Mil veces maldito Edward Cullen!
Seguimos con el recorrido por las instalaciones y cada vez que mirábamos caras conocidas, pasaba lo mismo
que con Eleazar. Lo miraban recelosos, indiferentes. Nadie se dirigía a el. Todos se dirigían a mí. Era lógico
que todos estuvieran de mi parte… todos los que alguna vez lo habían conocido sabían que me había
dejado… con el corazón roto. Pero eso ya había pasado y estábamos trabajando. Nuestra historia debía
quedar atrás. Debía ser fuerte y seguir adelante… aunque mi débil corazón palpitara con alguna sonrisa
suya…
Edward Cullen era mi perdición. Empecé a reconsiderar la idea de salir con el esa noche. Estaba vulnerable
y temía ser débil ante sus accidentales encantos. Porque estaba segura que a el no le gustaba. Y por lo tanto
no se dedicaría a seducirme. Yo me dejaba seducir sola. Por su sola presencia. Por su solo olor. Por una sola
mirada. Por solo existir…
Definitivamente la cita de esta noche… no era una buena idea.
No… no lo era. Pero aun así… ahí estaría.

*********************************************************

Capitulo III – Pasión y celos.

EDWARD POV

Teníamos que salir juntos, así que pensé en elegir la opción menos romántica del paquete y un paseo en un
crucero con cuatrocientas personas parecía una buena idea. Seguí a Bella y a la azafata a través de el
iluminado salón central, pasando junto a mesas llenas de familias y niños corriendo y brincoteando por todos
lados. En ese escenario era imposible que pudiéramos intimidar.

Pero en lugar de llevarnos a una de las mesas familiares del comedor, la azafata se detuvo delante de un
ascensor. Nos hizo subir a el. Subimos al tercer piso. Se me hizo un nudo en el estomago. Había cantado
victoria antes de tiempo.

El crepúsculo tintaba de color durazno la cubierta superior. No había más que una docena de mesas para dos,
alrededor de una pista de baile. Al final de la sala un trío de músicos tocando arriba de un pequeño
escenario. El sonido del saxofón nos envolvió. Demonios! La combinación de esa música junto con el sexy
vestido negro de Bella ponían en peligro mi autocontrol.

La incomodidad crecía. Seguí a regañadientes a las damas hasta llegar a una mesa que estaba en una esquina
alejada. Era demasiado íntimo. Justo lo que no estaba buscando. La elegante mesa era tan pequeña como
para tocarle la mano a Bella si yo quería. El problema es que no quería hacerlo!

-¿No era lo que esperabas?- pregunto Bella una vez tomamos asiento.

Demonios! Aun después de ocho años, esa chica todavía podía leer mi mente.

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♥ Kokoro's Room ♥

-No sabia que esperar- repuse y le di un trago a un vaso de agua que la camarera nos había dejando justo
cuando tomamos la mesa. –Este crucero no existía cuando yo vivía aquí-

-No. Solo lleva unos años. Pero ha tenido un éxito impresionante-

-Ha habido muchos cambios en la ciudad desde que me fui-

Parecía imposible que Bella fuese más hermosa de lo que había sido el día de la subasta, pero lo estaba.
Llevaba un vestido de seda negro por encima de las rodillas, que insinuaba todas sus curvas y resaltaba que
no llevaba sostén.

Bebí rápidamente otro trago de agua. ¡Maldita sea! ¡Por que me tenia que haber dado cuenta de ese detalle!

Pero, ¿Qué diablos? Soy un hombre y hay cosas que a los hombres no nos pasan por desapercibidas. Los
pechos en libertad era sin dudas una de esas cosas.

El barco se puso en marcha y me concentre en mirar a la costa, era una visión mucho más segura que la de la
mujer que tenia delante.

La camarera regreso, nos sirvió champaña y desapareció.

-San Diego nunca será tan cosmopolita como New York, pero cada vez crece más y más.-

Ignore mi champaña. Si quería sobrevivir la noche debía mantener mi mente clara.

-¿Por qué asististe a la subasta Bella?- pregunte con un tono que sin querer me salió forzado.

-¿Además de porque tu madre y Rosalie eran las organizadoras y porque Alice, Rosalie y yo fuimos
obligadas a asistir?-

No se porque pero me dio la impresión de que mi madre había sido la responsable de ese lío. A decir verdad,
no me sorprendía. Mi madre siempre había adorado a Bella. Pero si pretendía hacerla de cupido, iba a
llevarse una buena decepción.

-Si. Además de eso-

-Alice, Rosalie y yo tenemos dinero ahorrado. Tenemos un buen sueldo y afortunadamente nos va bien.
Queríamos ayudar a la caridad. La subasta nos parecía una buena idea-

-¿Tus amigas también compraron hombres?-

-Si. Pero cambiemos el tema. Háblame de tu empresa- pidió ella después de que la camarera sirviera las
ensaladas.

- Yates Vulturi me contrató durante mis estudios. Aro Volturi buscaba quien lo remplazara cuando se
retirase. Me enseño todo lo práctico de la carrera, fue más que un mentor para mí. El año pasado se retiro,
así que me quede a cargo de yates Vulturi-

Bella rozo mi tobillo por debajo de la mesa. Una chispa de deseo se prendió en mí ser.

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♥ Kokoro's Room ♥

-Lo siento- se disculpo ella. -¿y a Yates Vulturi le va bien?-

-Muy bien. Aro tenia la mente mas abierta que mi padre. Jamás hubiera podido ganar los premios que gané
por mis diseños locos e innovadores trabajando para yates Cullen- repuse con un tono amargo.

-Tu padre no es tan cerrado como antes- indicó Bella

-Me gustan los cambios que he visto. ¿Quién ha sido capaz de hacer que dejara de anclarse en el pasado?-

- Supongo que yo. Le dije: o nos modernizamos o nos quedamos atrás.-

Sonreí mucho. Ella no se había dado cuenta pero se miraba mas relajada. Hasta se le escapo una sonrisa. Se
miraba preciosa. Era increíble. Había logrado convencer a mi padre de innovar. Yo jamás pude hacer eso.
Mi perspectiva de Bella creció aun más.

La banda comenzó a tocar una canción un tanto mas movida y algunas parejas se dirigieron a la pista de
baile. No pude ignorar como inconscientemente Bella seguía el ritmo de la música con sus hombros. Ella
miro varias veces hacia la pista mientras terminaba su ensalada.

Cielos! Bella había pagado mucho por mí en la subasta. La verdad es que yo no tenía derecho a
decepcionarla. O a hacerle pasar una mala noche. Tenia que ofrecerle algo por su dinero. Bailar con ella no
seria fácil, pero podía arreglármelas. Además que si bien recordaba, Bella odiaba bailar, así que solo seria un
baile o dos. Me arme de valor y me pare.

-¿Bailamos?-

Bella levanto la cabeza con los ojos muy abiertos. Se humedeció los labios. Rayos! El deseo empezó a
recorrerme y me arrepentí de mi invitación, pero era demasiado tarde como para retractarme. Mire sus ojos
chocolates y distinguí que se debatía en aceptar mi invitación o no. Por un momento pensé que me diría que
no, pero tomo mi mano y se puso de Pie. Eso se sintió como la más profunda descarga eléctrica.

La guié hacia la pequeña pista, le puse una mano en la cintura y entrelace mi otra mano con la de ella. Bella
pego su cuerpo al mió. ¡Encajaban demasiado bien!

-Sabes que no se bailar- bufó apenada

-Haz lo que siempre… déjate guiar por mi-

Me arrepentí al instante de mis palabras. Ella se sonrojo asintiendo y empezó a moverse a mi ritmo.

-Háblame de la entrega que vamos a hacer mañana- pregunte intentando pensar en otra cosa que no fuera en
su perfecta silueta mezclada con la mía.

- Todo esta listo para las once. Se servirá un aperitivo a las doce. La fiesta dura hasta que el cliente quiera.
Tienes que llevar traje-

-Lo se- conteste moviéndome al compás de la música. No he tenido la oportunidad de revisar la agenda aun.
¿Quién es el cliente?-

-Jacob Black- contesto ella con una sonrisa.

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♥ Kokoro's Room ♥

-¿El piloto de carreras?-

-Si. Este es su tercer yate Cullen-

La noticia de que el popular conductor de Nascar: Jacob Black, estaría en Yates Cullen al día siguiente
consiguió distraerme del roce de las piernas de Bella. Pero el gusto no me duro demasiado. En segundos ya
estaba pensando en que solo unos milímetros y unas delgadas capas de tela me separaban de su cuerpo.
¡Maldita sea! ¡Eso me pasa por llevar tanto tiempo en abstinencia!

Había roto con Tanya hacia cinco meses, después de que en navidad le regalara un collar de zafiros en lugar
de un anillo de compromiso. No había salido con nadie desde ese entonces. Mi trabajo me mantenía
ocupado.

-Es bueno que los clientes repitan- comente por cortesía

-Si, y Jacob es muy divertido- contesto Bella con una enorme sonrisa. – Le gusta estar al tanto de cada fase
de producción y como tardamos por lo regular un año en hacer cada yate, lo vemos muy seguido por aquí. A
los empleados les cae muy bien-

Mmmm ya me imagino que tan al tanto le gustaba estar de la situación… en especial de Bella. Me hervía la
sangre verla sonreír así cuando mencionaba su nombre. ¿Tendrían algo que ver?

Me desconcentre, di un mal paso y choque contra Bella. La sostuve para que no cayera, tocando las suaves
curvas de sus caderas. Sostenerla entre mis brazos era una delicia.

Bella soltó un grito sofocado y me miro a los ojos. Los dos nos quedamos paralizados en medio de la pista.
Éramos como una bomba de tiempo… y esa cercanía de nuestros cuerpos… era el activante.

Me acerque a sus labios sin conciencia. Respire su exquisito aroma a Fressias y selle sus labios con los míos.
Mi lengua atravesó su boca y acaricio cada rincón… era todo tan familiar. Aun podía recordar su sabor en
mi boca. ¿Cómo lo había hecho después de tantos años? Quien sabe. Pero lo hacia. Sabia igual a como
siempre recordé.

La sentí derretirse en mis brazos, su lengua acariciaba la mía. El beso se lleno de pasión. Su boca era sedosa,
dulce, calida y tenía un ligero sabor a champaña. Deje escapar un gemido desde lo mas profundo de mi ser.

Me acaricio la espalda y sus uñas empezaron a rasgarme sobre la ropa. Si ya estaba encendido eso termino
de hacerme arder en llamas. Tome sus caderas y la acerque más. Un estruendo me sorprendió. Aplausos.

Voltee. Las demás parejas aplaudían el final de la canción. Una que otra pareja nos miraba con ojos curiosos
y con sonrisas indulgentes.

Maldición. Maldición. Maldición. Volver a casa había sido un error. No podía borrar del todo el pasado,
pero estaba seguro de no querer revivirlo. Si se me rompía el corazón de nuevo… no creia poder a volver
soportarlo.

Ella dio un paso atrás. Quiso ocultarme su pulso acelerado y se tapo sus mejillas sonrojadas. No tuvo éxito,
era mas que obvio que notaria todo en ella. La conocía demasiado bien.

-Nuestra cena espera- musito apretando los puños.

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♥ Kokoro's Room ♥

Camino temblorosa hacia la mesa y la seguí. Nos sentamos y note como disimuladamente miraba el reloj. Se
coloco la servilleta, se enfoco en prestarle atención a las costillas asadas y metió un bocado grande en su
boca.

-¿Debería disculparme?-

Bella se atraganto. Levanto la cabeza de golpe. No sabía que es lo que ella sentía. Creí que lo mas correcto
seria tal vez disculparme… el problema es que en realidad no lo sentía. Y eso es lo que mas me mortificaba.

-¿Disculparte por un beso? Cielos, no, Edward. Hemos compartido cientos como este en el pasado. Pero eso
ya paso y ahora trabajamos juntos. Procura que no vuelva a suceder ¿de acuerdo?- dijo ella con una sonrisa
despreocupada.

--

En la mañana salí a correr. Necesitaba descargar todo lo que me había provocado salir con Bella la noche
anterior. Yo me había esforzado en no recordar los amaneceres que habíamos compartido. Tenia que hacer
lo mismo con el beso de anoche. Beso que ella fácilmente resto importancia. Beso que a mi me había dejado
sin aliento.

Me quemaban los pulmones y mi cuerpo estaba empapado de sudor. Me había excedido en el ejercicio. Pero
realmente lo necesitaba. De pronto el sonido de un helicóptero interrumpió el silencio de la mañana. Vi al
ruidoso aparato dirigirse hacia el helipuerto que estaba aun lado del área de ventas. Otra novedad de la
compañía. ¿Quién podría ser? Al cliente lo esperábamos hasta dentro de cuatro horas más.

Me acerque al aparcamiento mientras cuatro pasajeros bajaban del helicóptero. Bella saludo a los tres
primeros de mano. Les sonreía de la manera que solía sonreírme a mí. Tranquilo Edward

-Bells!- grito el ultimo de los visitantes.

Bella sonrió aun mas y casi corrió a acercarse a el. El hombre dejo su maletín en el suelo, abrazo a Bella y la
levanto por los aires. Entonces… le planto en beso en los labios.

Casi me tropezó. Mis estomago empezó a retorcerse. ¿Sentía celos? ¡Rayos! De que me servia negarlo. Si.
Me estaban matando los celos. ¡Maldita sea! Yo no era nadie para celarla… había perdido ese derecho hacia
mucho tiempo.

Levante la vista y fue cuando reconocí a Jacob Black y su equipo. Con los enormes brazos morenos del tipo
ese alrededor de la cintura de Bella, fue cuando ella notó mi presencia y se borro su sonrisa.

Me acerque.

-Edward, quiero presentarte a Jacob Black, Seth Clearwater, Embry Call y Quil Aetara. Caballeros, este es
Edward Cullen. Hoy sustituirá a su padre-

- ¡Hola! ¿Cómo esta tu padre? – saludo Black dándome la mano.

Tenía los músculos contraídos. No me gustaba nada como Jacob Black rodeaba la cintura de Bella, como si
fuera un lobo protegiendo su caza de otros depredadores. Y para acabarla de fregar, no sabía la respuesta a la
pregunta que me había hecho.

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♥ Kokoro's Room ♥

-Carlisle se esta recuperando bien. Siente no estar aquí, pero llamara mas tarde si Esme se lo permite-
intervino Bella oportunamente. – Su esposa esta tratando de apartarlo un poco del trabajo. Solo le deja hacer
una llamada al día.

Se me revolvió el estomago. Mi padre me había llamado todos los días y había negado cada una de sus
llamadas.

-Tengo muchas ganas de ver a Carlisle. No es lo mismo sin el- dijo Black.

-Llegas temprano- señale con un tono poco diplomático.

-Es que me moría de ganas de ver a mi chica. Tienes suerte de que no viniera a buscarla en la noche- replico
Black apretando la mano de Bella.

¿Su chica? ¿De quien hablaba Black? ¿De su barco o de Bella? Podía ser cualquiera de los dos, los amantes
del mar solían llamar a sus barcos en femenino.

-¿De quien es la preciosura que esta anclada en el muelle trece? Dijo Black señalando.

-Mía- conteste secamente.

-Es una belleza. ¿Quieres enseñármela?-

-Deja que me de una ducha primero-

-No hace falta que te pongas guapo para mi Cullen- respondió Black.

Bella solo nos miraba sin decir palabra alguna.

-Yo me ocupare de nuestros “clientes”- hice mucho énfasis en la palabras clientes.

-Ya lo ves, mi amada Bella- dijo Black mirando a Bella a los ojos. El joven Cullen se ocupara de nosotros.
Tú puedes hacer tus cosas. Pero tampoco te arregles mucho. Mis ojos no resistirían si estuvieses más
impresionante que ahora-

Apreté la mandíbula. Estaba enfadado. Y lo peor es que a Bella parecía hacerle gracia los comentarios del
don Juan ese. Inclusive estaba sonrojada. ¿Cómo podía interesarse en un hombre así?

-Me encantaría hacer un tour Cullen- dijo Black. –Empezando con tu barco y luego con el mío-

Me trague mis sentimientos. Jacob Black era un cliente.

-Tienes aspecto de saber apreciar un buen yate. Vamos a bordo-

-Una hermosura- comento Black mientras me seguía.

No se porque me había dado la impresión de que hablaba de Bella y no tenia ninguna intención de hablar de
ese tema.

-Es mi mejor diseño- comente

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♥ Kokoro's Room ♥

Guié a los visitantes indeseados al interior de mi barco y luego les mostré el exterior. Cuando estábamos en
la proa, Black señalo hacia una estructura que había implementado.

-¿Esto que es?-

-Es mi moto- comente levantando la estructura para mostrar la Harley que guardaba allí. – Empleo una polea
hidráulica para llevarla a tierra-

-Que buena idea! ¿Pueden preparan mi barco para poder tener una igual?-

-Claro-

-¿Cuanto tardaran?-

-Tengo que hablar con producción y saber las medidas de tu moto-

-Tengo un par de semanas. Había planeado tomarme un tiempo libre para estar con Bells. Quiero que estés
en el equipo de diseño de mi próximo barco. Tu diseño, unido a la calidad de los yates Cullen, harán que sea
una maravilla de yate.

No pensaba quedarme tanto tiempo, pero no consideré importante revelarle ese detalle.

-Siéntete como en casa mientras me doy una ducha. Sírvete lo que quieras del bar- Llamare a Eleazar y veré
si nos podemos ajustar al tiempo que dispones-

-Es muy especial- contesto Black poniéndose frente a mi.

-Estoy muy contento con el Crepúsculo-

-Me refiero a Bella-

Permanecí en silencio.

-Pero algún imbecil la lastimo hace años, así que no es muy lanzada-

-Ese imbecil fui yo- dijo con el corazón encogido y la sangre hirviendo.

-Lo se- repuso Black, sonriendo con suficiencia. – La lastimaste así que ni intentes retomarlo en donde te
quedaste, Cullen. Llevo persiguiendo a Bella desde hace tres años y no tengo pensado perderla. Ella será
mía-

Me enfurecí. ¿Pero yo que podía hacer? No era nada para ella. No era nadie en su vida. Si me hubiera
quedado habría tenido que mentir por mi padre y hacerme de la vista gorda o revelar la verdad y romperle el
corazón a las dos mujeres que mas amaba: mi madre y Bella.

No, yo no podía tener a Bella. Pero ese Romeo de pacotilla tampoco. Jacob Black no parecía un hombre
muy estable. Y Bella merecía a un hombre que la amara para siempre.

-si no lo has conseguido ya, no tienes lo que hace falta. Es hora que vayas a correr a otra pista- musite con
una sonrisa cínica.

19
♥ Kokoro's Room ♥

El solo me fulmino con la mirada, y salio del el Crepúsculo a toda prisa.

Si quería guerra… guerra tendría.

****************************************************

Capitulo IV – Momento de hablar

BELLA POV

Me sentía atrapada entre el hombre que una vez había amado y el hombre que creía poder llegar a
amar. Me estaba esforzando por mantener la calma.

Cerré los ojos y recordé la velada de la noche anterior. Todo mi plan se había venido abajo.

¿Qué había hecho mal? Culpe a mi cuerpo por ignorar el plan que con tanto cuidado había trazado. Se
suponía que tenia que hacer que Edward me deseara y no al revés. Me negaba rotundamente a
enamorarme de Edward otra vez. Si el quería revivir de forma temporal la relación que habíamos
compartido hacia tantos años… estaba muy equivocado. Yo quería encontrar el amor verdadero. Pero
no con Edward. Nunca volvería a confiar en sus promesas. Sacudí mi cabeza y decidí centrarme en el
momento que vivía.

Tenía a Edward sumamente pegado a mí. ¿Cómo se suponía que me concentraría en el discurso de la
entrega del barco? Bueno realmente eso era lo de menos. Lo que mas me inquietaba era ¿como podía
no comparar a los dos hombres que estaban lado a lado, cercas de mi? Los dos eran altos y
musculosos. Bueno... Jacob era más musculoso que Edward, pero este sin duda no se quedaba atrás.
Fuera de eso, los dos no tenían nada más en común.

Jacob era sumamente divertido. Le apasionaba la mecánica y los coches. Me contó que una vez había
armado un motor por si solo a los 15 años. Con el todo parecía ser sencillo. Brillaba con luz propia…
como si fuera un sol.

Por otra parte… Edward era todo seriedad. Mas madurez… mas momentos intelectuales. Antes siempre
sonreía al mirarme pero ahora no había rastro de esas sonrisas fáciles y seductoras. ¿A dónde se
habían ido? Sin duda con Edward sentía mas… ¿chispa? ¿Qué rayos pasaba por mi cabeza? No cabía
duda que era como una droga para mí.

Maldita sea! La atracción que sentía por el no era parte del plan.

Edward y Jacob hablaban con cortesía sobre el yate aunque había una tensión subyacente entre ellos.
¿Por qué? Ni idea. Pero no podía dejar de pasar mi mirada de uno al otro.

Jacob se percato que lo miraba y rodeo mi cintura. Choco su copa con la mía y se pego más que lo que
estaba Edward.

-Con Cullen aquí a cargo de la compañía puedes tomarte unas vacaciones ¿no?- comentó Jacob en voz
demasiado alta. –Voy a dejar mi barco para que puedan agregarle unas cosillas extras. Tu y yo
podemos salir en otro de mis yates, a donde tu quieras Bella!! Será divertido! Solos tú y yo-

20
♥ Kokoro's Room ♥

Me sentí totalmente apenada. No me atreví siquiera a ver a Edward. Sin duda el había escuchado esa
invitación… al igual que medio edificio!

Un mar de emociones me envolvía. Jacob era tan atractivo y cuando me besaba sentía… algo. No eran
como explosiones internas, pero eran agradables y estimulantes. Hacia unos meses había aceptado
navegar con el en su yate durante un par de semanas después de la entrega del barco. Pero todo se
vino abajo con el infarto de Carlisle.

-Bella es necesaria aquí. No se puede ir a ningún lado- escuche la voz de Edward con un tono muy
autoritario.

Me quede rígida. La verdad es que no tenía muchas intenciones de irme de vacaciones. De hecho en
cuanto supe lo del infarto, lo primero que hice fue llamar a Jacob y cancelarle. Pero que Edward
ordenara que me quedara… eso me hizo sentir indignada.

-¿Nos permites un momento Jacob?- dije viendo a Jake con una sonrisa mientras agarraba a Edward
del brazo y lo jalaba. Sentía todos sus músculos y el calor que emanaba, pero trate de no ponerle
atención. Lo lleve hasta la otra punta de la recepción.

-Mis vacaciones estaban planeadas desde hacia meses. Si quisiera tomármelas, podría-

-¿Dónde esta tu lealtad a mi padre?-

-¿y donde esta la tuya?- replique enojada. El era el menos indicado para hablarme de lealtad.

-Estoy aquí, ¿no es así?- señaló Edward furioso también.

En ese momento recordé lo mucho que el deseaba irse. Se me ilumino el cerebro.

-Pospondré mis vacaciones si dejas de buscar un director suplente. Quédate hasta que Carlisle este
recuperado y yo haré lo mismo- le rete.

-No solías ser tan manipuladora- repuso el apretando la mandíbula.

¿Quién diablos se creía hablándome así? Pero la verdad es que había cambiado. Había crecido.

-No me hacia falta. Tenía todo lo que quería- respondí tratando sonar serena.

-Es un trato. Me quedare. Pero no olvides que tenemos que hacer la entrevista con la periodista y que
tenemos pendientes seis citas más-

-No lo olvidare-

¿Cómo se supone que olvidaría eso? Trate de mantener la calma y me dirigí de vuelta al lado de Jacob.
Jake me recibió un tanto serio pero en seguida me regalo una calida sonrisa.

-Jake… Me necesitan aquí hasta que Carlisle vuelva. Si te parece bien, dejaremos el viaje para otro
momento-

-¿Me dejaras quedarme en tu casa, ya que tú ibas a quedarte en mi yate?-

Edward se acerco a nosotros con expresión desaprobatoria. ¿Por qué? No había ninguna regla en la
empresa que prohibiera que los empleados confraternizaran con los clientes. Fruncí mi ceño intrigada.
Decidí concentrarme en Jacob.

21
♥ Kokoro's Room ♥

-¿E impedirte disfrutar de tu primera noche en tu yate nuevo?- replique sonriéndole – No me atrevería
a hacer una cosa así. Además, el barco tiene su despensa llena, puedes quedarte con tus hombres allí
a dormir y comer-

-Al menos deja que te invite a cenar- repuso Jake.

-Puedes salir con ella esta noche- intervino Edward – Pero mañana saldrá por la noche... saldrá
conmigo-

Empecé a sudar frió. No sabía porque me afectaba tanto escucharlo decir esas palabras.

-Creo que Bella olvidó mencionar que me compró, junto con un paquete de siete citas, en una subasta
de solteros. Mañana por la noche tenemos otra cita- término Edward serio y con aire de
autosuficiencia.

Me sentía un hueso por el cual dos perros se disputaban. Lo cual no tenia sentido por que Edward no
quería nada conmigo y sus prisas por irse de la ciudad eran más que obvias. ¿Cuál era su problema?

*****************************************

EDWARD POV

Estaba malhumorado por la falta de sueño. Vi salir a Bella al terraza de la oficina, con una taza de café
en la mano. Había descubierto que su ritual mañanero consistía en llegar una hora antes de que las
puertas de la ofician se abrieran y sentarse en la terraza a disfrutar del amanecer.

Sentí un gran alivio al ver que no paso la noche en el yate de Black. ¿Por qué me importaba tanto con
quien dormía Bella o no?

Agarre un botella de agua y empecé a hacer ejercicio. Al correr mis músculos cansados protestaron.
Había pasado toda la noche dando vueltas en la cama, esperando oír el regreso de Black a su yate y
temiendo que Bella decidiera pasar la noche con ese tipo.

Bufe frustrado. Las imágenes de las noches que Bella y yo compartíamos juntos empezaron a desfilar
por mi mente. ¿se acordara ella de las calidas noches de verano cuando habíamos hecho el amor
envueltos en sudor? Me obligue a dejar esos recuerdos.

-¿Qué tal la vista?- pregunte gritando hacia la terraza donde estaba Bella.

Ella giro de golpe hacia mí. Llevaba un traje de chaqueta color azul pálido, que resaltaba sus curvas y
el color de su cremosa piel. La falda le llegaba por encima de las rodillas y, combinada con unos altos
tacones, daba un toque peligrosamente sexy al conjunto.

-¿perdón?- dijo ella.

Bella siempre había usado zapatos bajos. Era raro acostumbrarme a verla entaconada. Me forcé a
levantar la mirada recorriendo las piernas de ella, sus caderas, su pequeña cintura, sus pechos, sus
labios… hasta llegar a sus ojos.

-Sigues enamorada de los amaneceres. Apuesto a que te compraste tu casa por las vistas-

-Lo has adivinado. Y son preciosas, aunque no tanto como estas-

22
♥ Kokoro's Room ♥

Bella miro hacia el mar y, luego, posó los ojos en mi pecho desnudo. Me sonreí instintivamente.

-¿Te acostaste tarde anoche?- pregunte. Sabia que Black no había regresado a su yate hasta las dos.

-Eso no es asunto tuyo, Edward-

-Es por si te quedas dormida encima de mi. Tengo prevista otra cita para esta noche. Iremos a montar
a caballo en la playa antes de reunirnos con Lauren Mallory. Te recogeré a las seis-

-No hace falta. Podemos salir desde aquí-

- ¿Qué pasa? ¿no quieres que vaya a tu casa?-

-No es eso- respondió sin titubear. –Mi casa no nos queda de camino. Y en mi despacho guardo un
conjunto de ropa para salir-

Abrí la boca para insistir, pero una sirena desde el muelle me interrumpió. No necesite girarme para
saber que Black se había levantado.

-No quiero entretenerte Edward. Sigue corriendo.- dijo Bella mirando con una sonrisa a Jacob.

Me hirvió la sangre. Me sentí rechazado y humillado.

Vaya forma de comenzar el día!

--

Había sobrevivido una cita más. Fuimos a dejar los caballos al establo después de nuestro paseo al
atardecer. El ruido de los caballos había hecho difícil la conversación y, como cada uno habíamos
tenido uno propio, no había sido necesario que nuestros cuerpos se tocaran.

Cuando llegue por Bella arriba de la moto, podría jurar que me recorría de cuerpo completo sin saber
que era yo, hasta que me quite al casco. Quizás físicamente no le era tan indiferente después de todo.
Eso no tenia nada de malo, después de todo ella tampoco me pasaba por desapercibida físicamente.

Vimos a Lauren Mallory esperándonos al comienzo del camino, junto a una mesa de picnic.

-Buenas tardes chicos- saludo la periodista- pensé que podríamos hacer la entrevista aquí mismo.
Sentí a Bella nerviosa. Se sentó en la mesa y yo me apresure a sentarme delante de ella. Nuestras
piernas se rozaron y sin querer el corazón se me aceleró.

-¿Es difícil trabajar con el hombre con el que habías pensado casarte?- pregunto Mallory

¿Así o mas directa? Esta tipa estaba en todo.

-E… eso ocurrió hace mucho tiempo- balbuceo Bella –Ahora Edward y yo estamos mas centrados en la
rehabilitación de Carlisle y en mantener el ritmo de producción de yates Cullen-

-¿crees que pueda reavivarse la antigua llama?-

-NO!- respondimos al unísono.

Sentí a Bella buscar mis ojos, pero yo huí de ellos clavándolos en los de la periodista. Esa maldita
mujer nos estaba haciendo pasar un momento difícil.

23
♥ Kokoro's Room ♥

-Te equivocas con tus preguntas. La cosa no va por ahí- intervine.

-Juraría que he visto algunas señales de humo- dijo Mallory y escribió algo en su cuaderno.

-Comenzaste a salir en la preparatoria. Su clase los voto como “la pareja inseparable”. Luedo salieron
por cinco años más, a pesar de que asistieron a universidades diferentes, lo que apoya la opinión de
sus ex compañeros. ¿Qué paso?-

-La gente cambia y las circunstancias también- repuse mirando a Bella. Estaba seguro que Bella
también esperaba que le respondiera esa pregunta. No sabía si algún día lo haría, pero eso si, no seria
delante de una periodista que se lo dijera a todo el mundo.

-¿Cómo te sientes en regresar al puesto de trabajo que fue creado para ti?- pregunto la periodista.

-Mi vida y mi empresa están en New York ahora. Esto es solo temporal- afirme tenso.

-¿te gusta mas tu nueva compañía que ser parte de la empresa familiar que tu padre fundo?-

Bella estaba mas que atenta a todas las respuestas que daba. Sentí que quizás serian las mismas que
ella me estaría haciendo en su mente.

-No es ni mejor ni peor. Solo vi la oportunidad y la aproveche.-

-Solo quiero entender que te hizo renunciar a un futuro garantizado- insistió Mallory –Eres el único
heredero de los Cullen. ¿Qué pasara con la compañia y sus empleados cuando tu padre ya no este? ¿la
cerraras, la venderás o te harás cargo de ella?-

Delate mi incomodidad apretando la mandíbula y cerrando el puño sobre la mesa. De repente sentí el
pie de Bella acariciarme la bota. Era su manera de darme a entender que me apoyaba. Que estaba
conmigo. Era una señal que compartíamos en las cenas familiares, un modo de permanecer conectados
en secreto.

Trate de fingir no notar su contacto.

-Esa decisión no tendrá que tomarla hasta dentro de muchos años- intervino Bella, mirando a Lauren.
–Carlisle solo ha tenido un pequeño infarto. Esta bajo tratamiento y va a ponerse bien. Es obvio que su
padre quiera que Edward regrese a casa, pero también entiende que el tiene que hacer su propia vida-

Voltee incrédulo a ver a Bella a los ojos. ¿Seria cierto todo lo que había dicho? Como si hubiera leído
mi mente Bella me miro y asintió con la cabeza. Era increíble que aun estuviéramos conectados.

--

-Tu padre por la línea dos- informo Ángela el viernes por la mañana, tras llamarme a mi yate.

Sentí un nudo en el estomago. Durante los dos días anteriores, la pregunta de la periodista acerca del
futuro de la compañía había estado resonando en mi cabeza. ¿Pero que podía hacer? Ni siquiera era
capaz de entrar a las oficinas.

Desde el miércoles por la noche, había intentado encontrarme con Bella lo menos posible. Sin dudas
había subestimado la dificultad de estar junto a ella y reprimirme de tocarla. La atracción física que
sentía por Bella no había cambiado. Para colmo, al verla mas madura y más segura, me parecía más
atractiva.

-¿señor Cullen?-

24
♥ Kokoro's Room ♥

-Responderé la llamada-

-Tienes que dejar de malgastar conmigo la única llamada diaria que te dejan hacer. No tengo nada que
decirte.- conteste en cuanto escuche su aliento por el auricular.

-Edward, hijo. Tenemos que hablar-

Llevaba ocho años sin escuchar la voz de mi padre. Me parecía diferente. Con un tono más medido y
más lento.

-Dijiste lo que tenias que decir cuando me pediste que mintiera por ti.-

-Me arrepiento de eso. Me equivoqué-

-¿No me digas?- replique con sarcasmo. – Los dos juraban tener matrimonios perfectos. Enamorados
desde la preparatoria. Como Bella y yo. Y era una mentira-

-Nunca antes le había sido infiel a tu madre y nunca volví a serlo después. Te lo juro, hijo.-

-¿Y esperas que te crea?-

-Le dije a tu madre que le había sido infiel. Ella me perdono, Edward ¿tu no puedes perdonarme?-

-¿Le dijiste que la habías engañado con su mejor amiga?

-No- contesto Carlisle tras un silencio. –Arriesgue nuestro matrimonio al hacerle la confesión. No
quería poner en juego también su amistad con Renee. Había circunstancias atenuantes…

-Entonces sigues viviendo una mentira-

-He aceptado la responsabilidad de mis acciones. Ahora tu tienes que hacerte responsable de las tuyas.
No deberías haber hecho sufrir a Bella a causa de mi error. No tenías ningún derecho a herir a esa
chica. Edward. Mi infidelidad no tenía nada que ver con ella-

Sentí una punzada de dolor. No, la infidelidad de mi padre no tenia nada que ver con Bella y si
conmigo. ¿Seria hereditaria la incapacidad de ser fiel?-

-No tienes derecho a decirme que esta bien o mal-

-Edward, hay algo que debes saber-

-No quiero escuchar más confesiones ni excusas-

-Por favor, hijo, no te pediría que me escucharas si no fuera importante. Dame un minuto-

-Te estoy dando a ti y a yates Cullen dos meses de mi vida. No seas egoísta y no me llames mas- dije
para después colgar.

*****************************************

BELLA POV

-¿Qué estas haciendo a bordo?-

25
♥ Kokoro's Room ♥

Me sobresalte al escucharlo tan cercas de mi. Me gire para poder observarlo. Me había estado evitando
por días.

-No te escuche llegar por el ruido de los motores y con el movimiento de los mecánicos-

-pregunte que si que hacías aquí-

Me parecía grosera su manera de dirigirse a mí. Supuse que no andaba de humor.

-Estoy ayudando- conteste - ¿y tu?-

-Estoy supervisando. No es necesario que estés aquí.-

-Tu padre me pidio que lo hiciera-

-Yo me encargo- repuso el cruzándose de brazos.

-¿Llamas tu a Carlisle para contarle como fue la prueba? Querrá conocer todos los detalles-

-Denali lo llamara-

-Si tu padre solo quisiera el informe de Denali, entonces podría mandárselo yo por fax. Lo que el
quiere es estar aquí. Nunca en su vida se ha perdido una prueba de un yate. Y, como no puede estar
aquí, quiere que yo personalmente se lo cuente. Así que puedes irte a tu despacho y hacer lo que
quiera que hagas ahí escondido todo el día-

-No me escondo. Lo que pasa es que no quiero ver los ojos de corderito a medio morir con que miras a
Jacob Black. Es asqueroso-

-¡Corderito a medio morir! Yo no hago eso. Salgo a comer y a cenar con el. Eso es todo. No lo miro de
ninguna manera- señale indignada.

El no era nadie para decirme como debía o no mirar a Jacob.

-Si te vas ahora, llegaras a tiempo de comer con el-

-¡Estas insoportable! Olvídalo Edward. No bajare de este barco. Hice una promesa y yo mantengo mis
promesas.-

Edward apretó los labios y los puños.

Maldición, no debí decir eso.

Esa no era una conversación que quisiera tener allí, cuando cualquiera podía interrumpirnos.

-Disculpa, tengo cosas que hacer-dije empezando a caminar pero Edward no se aparto.

Mas bien me bloqueo el paso. Su mirada ardía y tuve miedo.

Miedo a lo que me diría.

Miedo a lo que pensaba.

Miedo a no saber que esperar y como reaccionar.

26
♥ Kokoro's Room ♥

-Bella, tuve que irme-

Mis ojos se nublaron de lágrimas. Trate de ser fuerte. No quería que se diera cuneta que aun era
vulnerable ante el tema.

-¿si? ¿Y no tenías tiempo de despedirte en persona? ¿Tuviste que dejarme un mensaje en mi


contestadota a una hora en la que sabias que no estaría en casa? Bella lo siento pero no podré
casarme contigo. Tengo que irme y no volvere. Olvídate de mí. Yo saldré definitivamente de tu vida.
Será como si nunca hubiera existido.- Dije remedando las mismas palabras que el me había dedicado.
Me las sabia de memoria. Me había torturado escuchándolas noche y día.

-Fue lo mejor que pude hacer en ese momento- afirmo el tras tragar saliva.

-Si quieres que comprenda por que fuiste un idiota tan desconsiderado, tendrás que esforzarte un poco
más. Edward-

-Lo siento-

-No quiero una disculpa. Quiero una explicación-

-Solo te ofrezco una disculpa.

-Pues no es bastante. No es suficiente! - replique y me dispuse a salir de su vista, pero Edward me


detuvo y cerro la puerta del camarote de donde estábamos.

Diablos.

Estuviera lista o no, parecía que había llegado el momento de hablar.

*****************************************************

Capitulo V – Mala publicidad

EDWARD POV

-No quiero una disculpa. Quiero una explicación- Renegó ella al borde de las lagrimas.

-Solo te ofrezco una disculpa-

-Pues no es bastante-

Empezó a caminar hacia la puerta, rápidamente la intercepte y la cerré. Ya no aguantaba mas… quizás no podía
decirle la verdad completa, pero tenia que decirle que nunca la había olvidado… por más que me había esforzado.

-¿Acaso crees que me gusto lastimarte o dejarte?- pregunte acariciándole el brazo.

-¿Entonces porque lo hiciste?- replicó intentando apartarme. – Me alegro que te haya sido tan fácil seguir con tu
vida y olvidarte de nosotros. Ahora, déjame salir de este camarote-

- Escucha-

27
♥ Kokoro's Room ♥

-Déjame salir, Edward, La tripulación…-

-¿oyes eso?-

-¿oír que?- preguntó confusa. - Lo único que oigo es el mar y el martilleo de mi propio pulso en los oídos- confesó
avergonzada.

-Las olas rompiendo en el casco del barco. Cada vez que oigo ese sonido, me acuerdo de cuando estábamos en el
barco Sea Scout. Calientes. Sudorosos. Desnudos- termine con voz ronca.

-No te atrevas a hablarme de eso- dijo tapándose los oídos.

Tal vez no era justo lo que le hacia, pero realmente esas memorias se disparaban por mi mente sin poder
detenerlas.

-No he olvidado nada Bella- asegure y me acerque hasta poner mis manos en su rostro.

La sentí derretir. Sus manos se posaron sobre las mías y me acaricio suavemente. Sus caricias involuntarias me
volvían loco. Eso no era parte del plan. No. Simplemente no lo era.

Me acerque poco a poco a ella. Cerro los ojos y abrió su boca invitándome a pasar ¿Acaso estaba alucinando que
me correspondería si la besaba? No fue hasta que sentí mis labios en los suyos, que me percate de la realidad: me
correspondía. Empezamos a besarnos hambrienta y profundamente.

Sin poder evitarlo le rodee la cintura con las manos y me apreté a ella. Sus pechos se apretaron en el mío. Dardos
de deseo me atravesaron, trazando el camino hasta la parte baja de mí estomago. Estaba sintiendo una
maravillosa sensación de excitación.

- Había olvidado como era sentir tu aliento en mi mejilla… el roce de tu barbilla recién afeitada- murmuró ella
entre besos.

Esas palabras me desquiciaron. Baje las manos hasta su trasero. La acaricie y la acerque aun más a mí,
apretándola contra mi rígida erección.

Al menos así se daría cuenta de que no era inmune a la atracción que había entre nosotros. Se puso de puntitas
para rodearme el cuello con los brazos. Le recorrí las caderas, la cintura, los pechos. La tela de su vestido no
ofrecía ninguna protección. Con mi dedo pulgar, jugué con su pezón haciéndola gemir.

Baje mis labios y recorrí su cuello. La bese, la lamí, la chupe. Se fue hacia atrás, hasta que topamos con la litera
del camarote.

De repente oímos pisadas y salimos de la burbuja de deseo. Bella me alejo y me limpie la boca una milésima de
segundo antes de que la puerta se abriera.

Eleazar se detuvo en seco, observando como jadeábamos los dos en ese camarote que estaba demasiado calido.

-He traído una copia de la lista de cosas que tenemos que probar. Edward, te necesitamos en cubierta- dijo
Eleazar con expresión sombría.

Bella volteo con timidez a su más firme aliado en yates Cullen, además de mi padre. La decepción que vi en los
ojos de Eleazar al mirar a Bella me hizo sentir culpable.

Bella me lanzo una mirada indescifrable, le arranque a Eleazar la lista de la mano y salí como alma que llevaba el
diablo.

¿En que diablos estaba pensando?

28
♥ Kokoro's Room ♥

Ninguna de las amantes que había tenido en los últimos ocho años me había excitado y satisfecho tanto como
Bella lo hacia. Pero no podía empezar una relación que no seria capaz de terminar. Entonces ¿Por qué torturarme?

¿Porque quedarme sentado en mi yate cada noche y escuchar como Bella reía con el piloto de carreras, en el
barco de al lado?

Era un enfermo y masoquista.

Bella me había llamado idiota por no haberme despedido de ella en persona y no podía hacerla cambiar de
opinión. No podía explicarle porque había huido esa mañana de Yates Cullen, por que me había subido a mi coche
conduciendo hasta quedare sin gasolina. Porque dure horas sentado en el arcén de la autopista pensando en la
repercusiones de mi descubrimiento.

Me había quedado allí hasta que un coche de policía se había detenido detrás de mí y había llamado a una grúa.

Había necesitado hablar con alguien en ese momento pero ¿a quien podía haber llamado? En quien más confiaba
era en Bella, pero no podía habérselo contado a ella. Le había dejado el mensaje en el contestador porque no me
había creído capaz de mirarla a los ojos y no revelarle la dolorosa verdad sobre nuestros padres.

Y también estaban mis propias dudas. ¿Seria capaz de comprometerme con una mujer para siempre? ¿O seria tan
débil como mi padre? Había decidido no saberlo nunca.

-Hecho- dije en ya en cubierta, después de comprobar que todo en la lista estaba correcto.

Mi pulso se acelero al encontrarme con Bella. Ella aparto la mirada.

¿Y si le contaba por que me había ido? Me había formulado esa pregunta un millón de veces. ¿Podría ella
perdonarme por estropear la imagen de su madre y de su mentor?

-Vamos a llevarla a tierra- dijo Denali al capitán –Bella tiene planes para esta noche y no queremos que llegue
tarde-

-¿Con Black?- pregunte tenso.

-No. Con mi madre. Todos los viernes salimos a cenar las mujeres. Además, no es asunto tuyo- intervino Bella con
aire superior.

En ese momento recordé esa tradición de las chicas que había arrancado desde la universidad, cuando Bella se
había mudado a un departamento con Alice y Rosalie.

-¿Cuánto tiempo tardaremos en terminar los arreglos del barco de Black?- pregunte a Eleazar.

-Una semana más- repuso el director de producción con desaprobación.

-Pues acelérenlo. Tenemos otra entrega para el próximo viernes. Necesitamos que ese yate zarpe cuanto antes- y
que Black se alejara de Bella lo mas pronto posible, si no estallaría de celos un día de estos.

-Podemos llevarlo a otro muelle. O tu puedes mover el tuyo- repuso Denali con beligerancia.

-Haz tu trabajo Eleazar. Pide voluntarios para que hagan turnos extras si es necesario.- ordene molesto.

Mientras tanto yo mantendría a Bella ocupada y programaría todas las citas posibles del paquete de la subasta
mientras Black estuviera aquí. No le dejaría estar a solas con ella ni un momento más.

*****************************************

BELLA POV

29
♥ Kokoro's Room ♥

Tanto el hijo prodigo, Edward Anthony Cullen, como Isabella Marie Swan, su antiguo gran amor, juran que están
extinguidas las cenizas de su pasado, pero esta periodista cree que el romance esta servido. ¿Llevara la señorita
Swan las cerillas? ¿Y sobrevivirá el calor el señor Cullen cuando este dúo dinámico se prenda de nuevo?

-Oh cielos- rugí dejando caer el periódico del sábado en la mesa de la cocina.

El primer artículo de Lauren Mallory en el periódico me resultaba más embarazoso que lo que había imaginado.
Sentí nauseas. ¿Cómo iba a ser capaz de mantener alta la cabeza en el trabajo?

Mire de nuevo el periódico que mostraba a mi y a Edward besándonos a bordo del crucero-restaurante ¿Quién
había tomado la foto? Ni idea. Yo no había visto a ningún fotógrafo en el barco.

Rabiosa, me dirigí a la ducha y me vestí. Era todo culpa de Edward. Conduje hasta yates Cullen y no pare el coche
hasta llegar frente al yate de Edward. Llame a la puerta de cristal de la cabina con el puño. Edward tardo un rato
en responder. Por su aspecto cuando emergió del camarote, se acababa de despertar.

Lo recorrí de arriba abajo. ¿Cómo podía estar tan sexy recién levantado?

Con la barba incipiente, el pecho desnudo, descalzo y con una erección mañanera que sus calzoncillos no podían
ocultar… y yo mucho menos dejar de notar!!!

Maldita sea!!! Era el hombre mas antojadle y sexy del universo!!!

-¿Qué pasa?- pregunto él.

-Léelo- dije lanzándole el periódico a la cara. Concentrándome en no voltear abajo. –Peor aun, mira la foto. No
quiero que todo el mundo me tenga lastima otra vez cuando te vayas. Ya pase por eso una vez-

Edward miro el periódico y echo una mirada al artículo.

-Tienes que dejar de besarme- dije enojada.

-Pues tú deja de devolverme los besos-

-Tu…- balbuceé furiosa, apunto de estallar. -¿Cómo te atreves a echarme la culpa a mí?-

-¿No eres tu quien se pone incitantes vestidos y provocadores tacones todos los días para ir a trabajar?-

-Pues los demás empleados no me están besando. Además, me visto para gustarme a mi misma- repuse
sonrojada.

-Si, ya. O quieres llamar mi atención o la de Black. ¿Cuál de los dos Bella?-

-Idiota- murmure furica.

Edward resopló y note en su rostro como estaba intentando controlarse.

-¿Sabes que hora es Bella?-

-Yo…- Había olvidado mirar el reloj. Apenas estaba amaneciendo. –No-

-Son las cinco y veinte de la madrugada. Demasiado temprano para tener una pelea en la cabina del barco.
Pásate, haré café-

Me quede parada preguntándome si era inteligente seguirlo.

30
♥ Kokoro's Room ♥

Por una parte Edward no estaba vestido. Por otra parte, el tenia un aspecto delicioso. En tercer lugar, odiaba
sentirme tan atraída hacia el. Por ultimo, los empleados de yates Cullen leerían el artículo y pensarían que era una
tonta por salir con el de nuevo. Perdería el respeto que tanto me había costado ganarme.

-Cierra la puerta. Están entrando los mosquitos- dijo el.

A pesar de que sabia que no era una buena idea, entre y cerré la puerta. Una cosa era hablar de trabajo con el
cuando los dos estabamos vestidos y otra cosa era hacerlo cuando el aun tenia marcas de la almohada en el
hombro y en la mejilla.

-Este no es el tipo de publicidad que nos conviene, Edward-

-No. ¿Pero que podemos hacer? Es ella quien escribe la historia-

-Podemos dejar de darle de que hablar-

-Eres tu la que insistió que saliéramos- me recordó encendiendo la cafetera.

-Tenemos que seguir con las citas. Le estaríamos dando mas de que hablar si no lo hiciéramos- dije.

Sirvió el café en las tazas y empezó a prepáralos.

-Hablando de citas, había pensado llamarte hoy. Había planeado un paseo en globo para mañana por la mañana,
si estas disponible. – señalo él y se apoyo semidesnudo en la mesa.

En el pasado habíamos tenido incontables charlas mientras nos acariciábamos desnudos. Entonces… ¿Por qué
carajos me seguía hipnotizando verlo solo en calzoncillos? No era justo.

Tras recorrer su perfecto torso con la mirada, levante la vista y me di cuenta de que Edward me había sorprendido
observándolo. Me sonroje de golpe.

-Estoy disponible. Para el paseo en globo. ¿Por qué no te pones algo de ropa?-

Edward me miro a los ojos durante diez segundos, me paso mi taza de café, me regalo su famosa sonrisa torcida
y se dirigió a su camarote. Intente apartar la mirada, pero la visión de la cama deshecha me cautivo. Recordé el
beso de la noche anterior y la temperatura de mi cuerpo subió peligrosamente. Le di un sorbo al café y mi corazón
se enterneció. Sabia exactamente como a mí me gustaba. La exacta mezcla de café, agua, cremora y azúcar que
solía usar. El lo recordaba. Una sonrisa se dibujo en mi rostro.

¿Cómo podía ser tan estupida? Me sonreía de detalles insignificantes, mi corazón brincaba con sonrisas suyas y
mis hormonas se volvían locas de verlo prácticamente desnudo.

No sabía ya como reprimirme. Pero tenia que seguir con mi plan. Aun no me había sacado a Edward de la cabeza
y aun no había averiguado porque me había dejado.

Debía aguantar.

Debía ser fuerte.

--

-No puedo creer que me hayas convencido para hacer esto- dije al salir del coche. –De todas las citas estipuladas
en la subasta, esta es la que mas temía-

-¿Tienes miedo a las alturas?- pregunto Edward con su hermosa sonrisa torcida.

Mire hacia el campo donde el globo nos esperaba. Había cuatro personas sentadas alrededor. Pronto, Edward y yo
estaríamos volando en esa cosa.

31
♥ Kokoro's Room ♥

-Quizás un poco. Y lo estipulado en la subasta era ir al atardecer, no al amanecer-

-Pero tú prefieres los amaneceres-

Me sentí conmovida de nuevo porque el recordara mis preferencias, pero no tenia ninguna intención de dejarme
caer en el romanticismo.

-No tiene volante ni paracaídas- observe mientras nos acercábamos.

-Los globos de aire caliente llevan funcionando desde el siglo XVIII. Y nuestro piloto es un veterano con veinte
años de experiencia-

-Esa es la única razón por la que accedí- repuse, preguntándome aun si seria una locura.

-Buenos días- saludo un hombre. –Soy Tyler, su piloto, y estos son Mike y Eric, nuestro equipo de tierra. Nos
recogerán cuando aterricemos y los llevaran a su coche. Si están listos para ver el mundo como los pájaros, suban
a bordo-

Edward entro primero en la cesta del globo y se giro para tenderme la mano. Subí por las escaleras de cuerda que
habían preparado. Lo primero en lo que me di cuenta fue en que había muy poco espacio.

-¿Listos para despegar?- pregunto Tyler.

Asentí tensa. Mi corazón latió con una mezcla de excitación y miedo. La cesta comenzó a moverse. Trague saliva y
cerré los ojos. El estruendo del calentador de propano me obligó a abrirlos de nuevo. Despacio, el globo comenzó
a elevarse.

Empecé a sentir deseos de apretarme a Edward, pero no me atreví a moverme para no desequilibrar el globo.
Además, Edward me había acusado ya de intentar seducirlo. Así que me agarre con fuerza en el borde de la cesta
y me concentre en respirar con normalidad.

-Volaremos a una altura entre quinientos y mil quinientos pies- informó Tyler.

Alto. Demasiado alto, tan alto que hubiera preferido no saberlo. Gracias por la información poco útil en estos
momentos!!

Edward me cubrió una mano con la suya y agradecí su apoyo silencioso. Pasaron unos minutos interminables.

-Mira- me dijo Edward al oído.

Me obligué a mirar hacia abajo y me sorprendió no sentirme mareada. El sol brillaba como un gran durazno en el
horizonte. Mi miedo fue desvaneciéndose.

-¿Ves tu casa?- preguntó Edward

El aliento de él hizo que se me pusiera la piel de gallina. Edward me rodeo los hombros con un brazo y señaló
hacia abajo.

Tragué saliva e intente frenar el cosquilleo que sentía entre los muslos. Mire en la dirección que Edward indicaba,
hasta que encontré mi casa.

-Si-

Entonces, Tyler apago el quemador y se hizo el silencio.

-Es hermoso- respondí relajándome. -¿Tu ya habías montado en globo?- le pregunte a Edward.

32
♥ Kokoro's Room ♥

-Aro, mi antiguo jefe, ama las carreras de globos. A veces, he formado parte de su tripulación. No hay nada como
el silencio y la sensación de flotar en una corriente de viento-

-Nunca te hubiera imaginado montando en globo y dejando que el viento te llevara a su antojo-

-Las personas cambian, Bella. Y aquí arriba tienes mas control sobre la dirección del vuelo de lo que crees. Las
corrientes de aire viajan en diferentes direcciones alturas. Así puedes elegir tu camino-

Asentí. Edward había cambiado y yo también. Había dejado de ser una persona confiada, torpe e inocente para
volverme más sofisticada y reservada. Había dejado de creer en cuentos de hada. Por eso había trazado el plan de
la subasta de solteros. Para tomar el control sobre mi vida y ponerla en la dirección correcta. Y pensaba
conseguirlo costara lo que costara. Aun si eso significaba seguir cercas de Edward.

*****************************************

EDWARD POV

-¿Puedes entrar un momento?- me pidió cuando la deje en su casa.

-Claro-

La seguí hacia la puerta principal.

-Entra y siéntate. ¿Quieres algo de beber?- ofreció ella tras guiarme al salón, con una gran ventana con vistas a
las dunas.

-No. Estoy bien-

-Discúlpame un momento- dijo y subió las escaleras.

Me quede esperando junto a la ventana, sintiendo un nudo en la estomago. Los suelos de la casa estaban
cubiertos con azulejos color arena y los tonos de color azul océano dominaban las tapicerías. Las mesas eran de
cristal. La decoración también tenia toques de color naranja y durazno, como reminiscencias del amanecer. Era la
casa de los sueños de Bella, la casa que los dos habíamos planeado compartir.

Ella regreso minutos después, se acerco y me tendió la mano.

-Creo que es hora de que te devuelva esto. Siento no habértelo mandado antes, pero no tenía tu dirección de
correo en New York-

Con curiosidad, extendí la mano. Ella abrió la suya, dejando caer en mi palma un objeto pequeño y liviano. Era un
pequeño diamante.

Me quede sin aliento. Mi anillo de promesa. El que le había dado prometiéndole que algún día nos casaríamos. El
que le había regalado la noche que habíamos hecho el amor por primera vez, la misma noche de nuestra fiesta de
graduación de la preparatoria. Habíamos prometido pasar juntos el resto de nuestras vidas.

El anillo simbolizaba una promesa rota y todo lo que había perdido.

No fui capaz de encontrar las palabras para describir lo que sentía. Y de todos modos, el nudo que sentía en la
garganta no me hubiera permitido hablar. Cerré la mano alrededor del anillo y tragué saliva.

-Tenemos que olvidar el pasado, Edward- dijo ella con los ojos llenos de tristeza.

-Si. Pero puedes quedarte esto-

-No lo quiero. No quiero más recuerdos-

33
♥ Kokoro's Room ♥

Yo tampoco quería recordar. Pero no podía olvidar.

Jamás lo había hecho. Aunque había sacado a Bella de mi vida… jamás la había sacado de mi corazón.

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Capitulo VI – Sentir para dejar de sentir

EDWARD POV

-Yo no me meto en una carrera a menos de que tenga buenas posibilidades de ganar- gritó Black mientras yo
pasaba por delante de su yate por la mañana.

Me detuve.

-Me gusta observar a los otros pilotos en la carrera y tengo que admitir, Cullen, que me estas haciendo
esforzarme más de lo que había esperado-

Apreté los dientes. Black era un cliente y, aunque estaba loco de ganas de mandarlo al diablo y decirle que
se fuera a chingar a su… Dios tenia que controlarme!! Tenia que hacer lo correcto.

-No se trata de una competición-

-Por favor Cullen, eso no te lo crees ni tú-

Habían pasado tres días desde el paseo en globo. Tres días en los que Bella había estado comiendo en el
barco de Black y saliendo con él cada noche. Tres días en los que el anillo de promesa me había estado
quemando en mi bolsillo.

Tenía que admitir un hecho indiscutible… estaba celoso. Quería a Bella solo para mí. Quizás incluso
siguiera amándola…

-Piensa lo que quieras Black. El cobertizo para que guardes tu moto se te instalara esta tarde. Y podrás irte-
Termine para seguir andando hacia mi barco. Mi refugio.

- Mi instinto me dice que yo conseguiré antes que tu, Cullen-

Me pare al instante. Mis músculos se tensaron. Sentí unas enormes ganas de de lanzarme al barco de Black y
tumbarle los dientes de su “hermosa” sonrisa de un puñetazo. Maldita sea!, tenia que calmarme. Así que
reuní todas mis fuerzas y no le di el gusto de que me viera molesto, simplemente seguí mi camino. Por lo
menos podía saborearme una pequeña victoria: Bella no había dormido aún con Black y yo seguiría
esforzándome porque eso nunca sucediera.

*****************************************

34
♥ Kokoro's Room ♥

BELLA POV

Todo era culpa de Edward! Los besos de Jacob no me sabían igual que antes. De hecho no me sabían a nada.
¿Como podía pensar en tener un futuro con Jacob cuando no podía dejar de recordar todo el tiempo que
había compartido con Edward? Recordaba cada caricia y cada mirada, y lo bien que lo habíamos pasado
juntos. Pero no podía permitirme el lujo de engañarme de nuevo.

Gire la cabeza y mire a Edward, que estaba sentado a mi lado en el coche.

-Ahora pareces mucho mas dispuesto a cumplir con las citas que hace unos pocos días- observe. De hecho el
me había estado llamando casi todas las tardes, buscando un pretexto para realizar la siguiente cita. Yo no
había tenido valor de mirarle a la cara después de devolverle el anillo de promesa, así que lo había eludido
hasta el día de hoy que no tenía ningún pretexto. Ya había salido con Jacob tres días seguidos, un cuarto día
se vería demasiado obvio.

-¿No lo pasas bien?- preguntó Edward, tras detener el coche en un estacionamiento y apagar el motor.

-Si- Admití. Por desgracia, lo pasaba demasiado bien para mi conveniencia. Tenia que sacarme a Edward
Cullen de la cabeza. –Pero no hace falta que agotemos todas las citas en una semana-

-Prefieres que me quede en mi barco jugando solitario cada noche mientras tu sales con Black?-

-No. Podrías visitar a tus padres. Tu padre pregunta por ti todos los días. Llevas aquí trece días, Edward, y
no los has llamado-

Edward se puso serio. Abrió la puerta del coche y salio primero para ayudarme a salir. La calidez de su
contacto me estremeció. Intente soltarme pero él no me dejo. Caminamos de la mano por la acera.

Eso no estaba bien.

Nada bien.

Un carruaje de caballos blancos decorado con flores blancas, como los de los cuentos de hadas (los cuales
había dejado de creer hacia mucho tiempo) nos esperaba al final de la manzana. El conductor nos saludo con
su sombrero de copa.

-Buenas noches, señorita Swan, señor Cullen, suban-

Subí y me detuve en seco. Había una rosa color durazno en mi asiento. Aquel tono, del color del amanecer,
siempre me había gustado. ¿Habría comprado Edward la rosa? ¿O era pura coincidencia, parte del paquete
estipulado? ¿Y la hielera con champán que había en el banco opuesto? ¿Seria cosa de Edward? Preferí no
imaginar a Edward teniendo detalles conmigo. Todo eso debería de ser parte del paquete ¿verdad?

Tome la flor y me acomode en el asiento de cuero, mirando hacia los caballos. Edward se sentó a mi lado,
demasiado cerca. Paso un brazo alrededor de mis hombros, tocando la piel que mi vestido de tirantes dejaba
al descubierto. Había sido un error ponerme ese vestido. Su calor me perturbaba a sobremanera.

El conductor descorcho la botella de champán y sirvió dos copas. Nos las tendió y tomó las riendas. El
carruaje se puso en marcha.

35
♥ Kokoro's Room ♥

-Por el pasado y por el futuro- brindó Edward, levantando las copas.

El carruaje, la flor y la bebida, combinados con el traqueteo de los caballos, hicieron que mi corazón se
sintiera como en una montaña rusa. No podía permitirme otra vez caer bajo el embrujo de Edward.

¿Qué mejor manera de romper el encanto que intentar averiguar por que me había dejado? Necesite de otra
copa de champán y quince minutos para encontrar el valor necesario.

-¿Qué hice para que me dejaras?- pregunte al fin, cuando nuestro paseo estaba cerca de terminar.

-Nada- respondió él mirándome profundamente.

-Vamos, Edward, los dos sabemos que no es cierto-

-Bella, no fue por ti-

-Entonces, ¿Por qué?- inquirí con desconfianza.

-Déjalo-

-No puedo- respondí. No pensaba hablarle de todos los hombres que me habían dejado desde que el se había
ido. No necesitaba su compasión. – Si tuviste algún problema o una de las peleas que solías tener con tu
padre, podrías habérmelo contado-

-¿El nunca te dijo nada?- pregunto él, desviando la mirada.

-Ni una palabra. Por eso se que fui yo la causa de que te fueras-

-Maldición, no es cierto-

-Entonces cuéntame cual fue la causa. Ese día, ni siquiera sabia que habías regresado de Phoenix y, cuando
me entere de que habías estado en la oficina, ya te habías ido. Edward, ¿Cómo pudiste pasar por mi
despacho sin ni siquiera detenerte a decirme hola o adiós?-

-No puedo explicártelo- contesto él, sin mirarme.

Yo no había contado con que, una vez que me había armado de valor suficiente para hacerle las preguntas,
Edward se negaría a responder.

-¿Acaso te levantaste por la mañana y sin más decidiste que querías empezar de nuevo lejos de aquí?-

Cuando Edward me miro, me sobresalte al ver tanta tristeza en sus ojos. Escondían mucha agonía y secretos.
La causa de su marcha debía de ser demasiado horrible para compartirla conmigo.

-Bella, no fue por ti. Aunque no creas nada más de lo que te diga. Cree esto-

Quería creerle. De verdad que quería hacerlo. Pero el silencio de Carlisle acerca del asunto me parecía la
prueba de que Edward me estaba mintiendo.

-Solías confiar en mí, Edward-

36
♥ Kokoro's Room ♥

-Solía confiar en mi mismo- replicó sin mirarme.

Las palabras de Edward me dejaron anonadada. Pensé que igual él había conocido a una persona y había
decidido desaparecer, dejándome anclada al pasado. Pero a decir verdad… ya no sabia que pensar.

EDWARD POV

Me sentí acongojado al ver tanto dolor en los ojos de Bella. Hice varios intentos de iniciar una conversación,
sin éxito.

Cuando llegamos a la casa de Bella después del paseo, ella se quito el chal blanco y dejo los hombros al
descubierto, con un vestido de tirantes negro y blanco. No llevaba sostén ni tenia ninguna marca de
bronceado en su piel nívea. El escote de su vestido hacia resaltar sus pechos. Se me hizo agua la boca solo
de verla.

Bella cerró las persianas. Me miro directamente a los ojos mientras se mordía el labio.

-¿Ella era mejor que yo en la cama?-

-¿Qué?- pregunté sorprendido.

-Dijiste que solías confiar en mí. Eso significa que debiste conocer a alguien en Phoenix. Alguien que te
tentó y te resulto mas excitante que yo. Alguien capaz de ofrecerte mas cosas que yo-

-¿De donde has sacado esa idea loca? No hubo otra mujer, Bella-

-Claro que si. Si no, no te abrías ido de esa manera. Se lo mucho que Yates Cullen significaba para ti. Pero
no quisiste pasarme a otra mujer por delante de las narices. Por eso te fuiste. No era necesario que lo
hicieras, Edward. Yo lo hubiera soportado si me hubieras contado la verdad-

¿Cómo podía pensar Bella que yo seria capaz de amar a otra mujer más que a ella?

Me acerque a ella y la agarre de los brazos. Su piel era muy suave. Sabía que no debía hacerlo, pero no
podía controlarme, le acaricie desde los hombros a las muñecas.

-Te equivocas. Mucho. Lo nuestro era muy bueno. Pero no fue suficiente para hacerme olvidar…- Comencé
pero me detuve. Mi relación con Bella no había sido suficiente para hacerme olvidar la infidelidad de mi
padre y el miedo de que yo también acabara haciendo lo mismo. No se lo podía explicar. – No fue suficiente
para hacer que me quedara-

-Es obvio- dijo ella, encogiéndose.

Bella intento apartarse, pero la sujete con más fuerza, para que no lo lograra. No podía encontrar las palabras
adecuadas para convencerla de que el problema no había sido ella. La única manera, la única herramienta
que tenía era: la pasión que aun vibraba entre nosotros. Así que mande todo al diablo e hice lo que había
querido hacer desde hacia horas. Lo que había querido hacer desde que ella me había comprado en la
subasta hacia dos semanas.

37
♥ Kokoro's Room ♥

La bese.

Bella no respondió al primer beso. Pero, con el segundo, se suavizo y, con el cuarto, me abrazo por la
cintura y me dio la bienvenida con su lengua. Levante la cabeza un momento, para tomar aliento.

Bella estaba excitada. Su respiración se había acelerado y sentía su pulso latiéndole como loco en el cuello.

Le quite los pasadores que traía en el pelo y su cabello achocolatado le cayo en cascadas sobre los hombros
y espalda, rozando mis manos como si fueran de seda.

No creía que fuera posible que mi corazón siguiera soportando la velocidad con la que latía. ¿Cómo podía
sentir tanta pasión por ella, incluso más que cuando habíamos sido novios? Pero así era. El deseo me
atravesaba, al punto de hacerme olvidar las buenas costumbres. Sentía unas inmensas ganas de tirarla al
sillón y lanzarme sobre ella como si fuera un barco pirata al abordaje. Deseaba tocarla, saborearla y entrar en
ella hasta que los dos estuviéramos demasiado débiles como para movernos.

Le acaricie los labios con el pulgar y luego le recorrí la espalda con las manos una y otra vez. Bella tembló.
El deseo se reflejaba en sus pupilas. Respire el aroma de su aliento. Era intoxicante. Tuve que besarla de
nuevo, una y otra vez.

El sentido común me decía que debía de ir más despacio y considerar las consecuencias de mis acciones,
pero no podía. Después de años de negarme a la persona que realmente amaba, la pasión estaba estallando
como una olla a presión. Acaricie sus pechos por encima del vestido, saboreando los gemidos de placer que
ella emitía.

Entonces, descubrí donde estaba la cremallera del vestido, y la baje. Metí las manos por debajo de la tela
para encontrarme con su piel, suave como la seda. La agarre de los glúteos y la apreté contra mí.

Los pechos de Bella se aplastaron en mi torso. Ella me levanto la camisa y me acaricio la espalda,
haciéndome estremecer a cada segundo por su contacto.

Aquello no tenía nada que ver con Black, ni con ninguna competición. Quería hacer el amor con la mujer
que nunca había olvidado. Si mis sentimientos por Bella no habían menguado después de ocho años sin
vernos, entonces nunca lo harían. Quizás yo no había heredado la debilidad de mi padre. Sin duda, ella
merecía lo mejor y sin duda también, yo podía esforzarme en dárselo, por lo menos a mi lado tendría más
estabilidad que con Black.

Cuando Bella me mordisqueo la mejilla, temblé. Si hacia el amor con ella esa noche, no volvería a
abandonarla. ¿Cómo podía persuadirla para que me diera una segunda oportunidad? Y, si lo conseguía
¿estaría ella dispuesta a pagar el precio? No podríamos vivir aquí y dirigir Yates Cullen juntos, como
habíamos planeado hacia ocho años. Tendría que convencerla de que se fuera conmigo a New York, sin
contarle porque no nos podíamos quedar en California. Eso podría ser la parte más difícil.

*****************************************

BELLA POV

Volver a visitar el pasado siempre era un error. Quise hacerme a la idea de que si esa noche me iba con
Edward a la cama, me daría cuenta de que lo había idealizado y había exagerado su magia. De pronto

38
♥ Kokoro's Room ♥

recordé la advertencia de Alice. ¿Acaso estaba inventando excusas para justificar lo injustificable? ¿Era un
error acostarme con el? No. Edward era como una resaca de la que yo parecía no poder recuperarme. Y los
hombres de Yates Cullen aseguraban que la única cura para una resaca era el alcohol.

Entrelace mis dedos con los de él y lo guié escaleras arriba. No estaba segura de que quisiera hacerlo. Pero
ya lo había intentado todo en los últimos ocho años y no había conseguido quitármelo de la cabeza, así que
solo me restaba jugarme esta última carta.

-Debemos hacer esto si queremos dejar atrás el pasado- dije con las piernas temblorosas.

-¿Debemos?-

-Debemos- afirmé y comencé a desabotonarle la camisa.

Le acaricié el pecho desnudo y baje la mano hasta los pantalones, tocando su erección. Edward dejo escapar
un silbido, me agarro la mano y me la subió, haciéndome recorrer su abdomen, hasta su pecho. Sentí que se
me salía el corazón a toda velocidad. Empezó a besarme los nudillos, la muñeca, el brazo.

Mareada de tanto deseo, tome aliento y guié a Edward hasta el santuario de mi dormitorio. La luz de la luna
se colaba por las ventanas, iluminando mi habitación. Nunca antes había compartido esa habitación con
ningún otro hombre.

Ni siquiera con Jacob.

Jacob. Mi futuro. Jacob, el hombre que había sido increíblemente comprensivo cuando yo me había negado
a ir más allá en nuestra relación. Aunque parecía que se le estaba empezando a acabar la paciencia desde que
había aparecido Edward.

Edward me acaricio los costados y alrededor de los pechos. Automáticamente deje de pensar en Jacob. Se
me endurecieron los pezones. Necesitaba con toda el alma que Edward me tocara.

-Por favor-

-¿Por favor, que?- pregunto el con voz baja -¿Esto?- dijo, acariciándome los pezones con los pulgares -¿O
esto?- añadió, tomándolos entre sus dedos.

-Las dos cosas- respondí y me mordí los labios.

Edward me acaricio los pechos y me beso en el cuello, haciendo que me temblaran las piernas. Cuando el
aparto las manos, abrí la boca para protestar, pero Edward me detuvo besándome en los labios. Fue un beso
profundo y apasionado, que desenterró memorias y sentimientos muy antiguos.

No, no, no. Se suponía que tener sexo con Edward no tenia que ser tan bueno. Tenia que sentir esto, para
poder dejar de sentir lo que sentía. No debería de disfrutarlo tanto. Pero era delicioso. El deseo me poseyó
como un remolino en el vientre expandiéndose en todas direcciones.

La espalda y la cintura caliente de Edward no me resultaban familiares. Tenía músculos que yo no


recordaba. Lo mismo pasaba con su pecho. Era diferente. Pero su sabor… eso no había cambiado.

Edward me acariciaba con seguridad y determinación. Entonces, me soltó y dio un paso atrás, dejando unos

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♥ Kokoro's Room ♥

centímetros entre nosotros. Me obligué a abrir los ojos y me di cuenta de que el me había quitado el vestido.
La tela cayó al suelo, acariciándome las piernas, junto a su camisa.

Cuando volvió a acercarse, nuestros cuerpos se fundieron. Pecho con pecho.

Me tuve que esforzar muchísimo por recordar mi plan. Buscarle fallos a Edward.

Nada.

No encontré ninguno. Tenia que seguir buscándolo.

Le desabroche el cinturón del pantalón y le baje la cremallera. También le baje los calzoncillos y contuve el
aliento. Su tamaño y su grosor no había sido una memoria idealizada por el tiempo y la distancia. Ninguno
de los pocos amantes que había tenido después de él lo superaba. Maldición.

Lo rodeé con las manos, acariciando la carne caliente hacia arriba y hacia abajo.

-el preservativo- rugió él, y me detuvo la mano.

Fue entonces que caí en cuanta de lo que estaba a punto de hacer. Titubeé. Dormir con Edward podía ser lo
correcto o podía ser muy, muy equivocado ¿Me atrevería a correr el riesgo? Tenia que hacerlo. El resto de
mi vida estaba en juego. No podía seguir viviendo en el limbo.

-En el cajón de arriba. En la mesita de la derecha- dije con voz pastosa.

Edward se quitó los zapatos y el resto de la ropa y yo me quite los tacones. Al hacerlo, perdí estatura y me
sentí más pequeña y vulnerable. Apenas le llegaba a la barbilla con la cabeza. Se me seco la boca y mí pulso
se acelero mas.

Edward me agarro por los glúteos, inclino la cabeza y me devoro la boca mientras me guiaba hacia atrás,
hacia la cama. El aparto la colcha y, haciendo una pausa, me miro.

La luz de la luna iluminaba la habitación, pero el rostro de Edward estaba en la penumbra ¿Le gustaría a él
lo que estaba viendo? Deseaba que se arrepintiera por haberme dejado. Saque el pecho y los ojos de Edward
se clavaron en mis senos. El era el tipo de hombre que le encantaban los pechos. Había pasado horas
adorando los míos en antaño, besándolos y acariciándolos.

-Hermosa- dijo él, y me acaricio un pezón.

Luego, Edward bajo con su dedo hasta el ombligo y de ahí hasta el elástico de mi ropa interior. Se me puso
la piel de gallina de la excitación. El jugueteo con mis rizos hasta llegar hasta la parte más húmeda. Una
insoportable excitación se despertó dentro de mí. Me apreté contra el, pidiendo mas. Pero parecía que solo
estaba dándome un aperitivo de lo que estaba por llegar.

Edward se arrodillo, froto su rostro en mi entrepierna e inhalo con fuerza. Cerré los ojos al recordar como el
solía hacer lo mismo hacia años. Con suavidad, me bajo la ropa interior, despacio.

Si aquello era un error, era demasiado tarde para dar marcha atrás. Cada célula de mi cuerpo estaba
pidiéndole a gritos a Edward por más. Le rodee el cuello con los brazos y levante los pies, uno por uno, para
liberarme de la ropa interior. Edward levanto la vista, pero no le pude ver los ojos, no pude comprobar si

40
♥ Kokoro's Room ♥

había en ellos tanto deseo como el que yo sentía.

Con impaciencia, alargué la mano hacia la mesilla y encendí la lamparita de noche. Pero, antes de que
pudiera ver su expresión, Edward bajo la cabeza y la enterró en mi entrepierna. Me tomo de las caderas y me
hizo sentarme en la cama.

Me senté, pues mis piernas estaban a punto de doblárseme de todos modos. Edward me acariciaba con la
punta del dedo. Gemí, pidiendo más. El aliento de el se acerco a mi parte mas intima.

No era bueno que se sintiera tan bien!

Me aferre a las sabanas y eche la cabeza para atrás. Levante un poco las caderas, rogándole e mi amante en
silencio que saciara mi deseo. Y así lo hizo.

Edward subió las manos hasta mis pechos. Oh, era demasiado bueno. Su lengua era sumamente calida y
rasposa y Dios como la movía! Estaba demasiado cercas del clímax. Arqueé la espalda y contuve el aliento.
Entonces, él levanto la cabeza. Frustrada y decepcionada, me hundí en el colchón con un gruñido.

Edward abrió el cajón de la mesilla y encontró el preservativo. Se lo puso y se coloco sobre mí, haciendo
que abriera las piernas. Fácilmente encontró la entrada y se introdujo en mí en profundidad. Lo rodee con los
brazos y las piernas, apretándolo contra mi cuerpo, saboreando todas las sensaciones que me recorrían.

No había olvidado lo bien que se sentía cuando me penetraba, lo profundo de su contacto y lo bien que
nuestros cuerpos encajaban. Edward entró y salio una y otra vez, más hondo en cada arremetida, más
deprisa. El tiempo no había cambiado lo rápido que él conseguía hacerme llegar a la cima. El orgasmo llego
con fuerza de cinco huracanes, tres ciclones y dos tsunamis. Le arañe la espalda y ahogue mi grito de placer
ocultando la boca en sus hombros.

Pero Edward no había terminado. Me beso los pechos y los lamió, despertando en mi otra oleada de deseo.
Siguió enterrándose dentro de mí y siguió besándome como si nunca pudiera saciarse. Entonces, Edward se
puso tenso y grito mi nombre… estaba llegando al clímax, eso solo provoco que yo volviera tener otro
orgasmo desagarrador.

El se incorporó un poco sobre los codos, encima de mi. Nuestros cuerpos continuaron fundidos, nuestros
alientos entremezclados.

Mientras luchaba por calmar mi respiración, un pensamiento repentino me conmociono.

Edward no me había decepcionado.

Ni un poco.

Maldición!!!

*********************************************

Capitulo VII – El niño de pelo broncíneo y ojos verdes

EDWARD POV

41
♥ Kokoro's Room ♥

Un timbre me despertó. Abrí los ojos. Me encontraba en la habitación de Bella. Los recuerdos de
la noche anterior me asaltaron y por primera vez en ocho años, tenía claro cual era mi lugar en el
mundo. La cama de Bella.

Volví la cabeza y encontré a mi lado el rostro ruborizado de Bella. Ella se puso tensa y maldijo,
haciendo que mi sonrisa desapareciera. Me miro con pánico y se tapó con las sabanas.

-Oh No, Dios mío, Dios mío, Dios mío- repitió ella, tras saltar de la cama, camino del baño.

-¿Todo bien?- pregunte incomodo.

-Estas aquí. Me quede dormida. No, no esta todo bien- repuso Bella atándose la bata. El timbre
de la puerta sonó de nuevo. – Nada bien-

Bella salio del dormitorio y bajo las escaleras. Alcance a escuchar que abría la puerta principal y
hablaba con alguien.

Me senté en la cama, pase la mano por el cabello y me levante. Busque mi ropa y me vestí. Si
tenía suerte, podría llegar a mi yate sin que nadie me viera, afeitarme y cambiarme de ropa. No
quería que Bella se convirtiera en objeto de los cotilleos en la empresa, aun que tarde o temprano
los empleados de Yates Cullen se darían cuenta de que estábamos juntos. Por la reacción de
Bella al despertar me dio la impresión de que iba a necesitar un poco de tiempo para hacerse a la
idea.

Me dirigí al baño y me enjuague la boca. No podía dejar de pensar en la noche anterior. Había
descubierto que me había enamorado de Bella de nuevo. O quizás simplemente nunca había
dejado de hacerlo. En cualquier caso, estaba decidido a no dejarla escapar. Lo único que tenia
que hacer era convencerla de que se fuera conmigo a New York.

Baje y seguí las voces a la cocina. Un niño con cabello broncíneo estaba sentado en la mesa,
dándome la espalda. ¿Quién era ese niño y que hacia en casa de Bella a esas horas?

Bella se volvió y me miro. Se quedo petrificada con un jugo de naranja en la mano. Con expresión
de pánico, su mirada se poso en el niño y luego en mí de nuevo. El niño se giro.

Abrí la boca para saludar, pero me quede sin palabras. Tenía delante la imagen de mi mismo
cuando era niño. El mismo color de pelo, los mismos ojos verdes, la misma nariz recta y tenía la
boca igual que Bella, con sus labios carnosos.

-Edward, debiste esperar arriba- dijo Bella.

-¿Cómo te llamas?- pregunte al niño sin separar la vista de el.

-Soy Robby Swan. ¿Quién eres tu?-

-Edward Cullen- repuse con el estomago encogido. ¡Ese niño bien podría ser mi hijo!

-¿El hijo de tío Carlisle?- pregunto el niño con el rostro iluminado.

-Si- Respondí. ¿Tío? -¿Cuántos años tienes Robby?-

42
♥ Kokoro's Room ♥

-Siete-

Mi corazón se acelero aun más. Había salido de San Diego hacia casi ocho años, sin mirar atrás,
para encontrarme con las consecuencias de mi huida. Tenía un hijo.

¿Por qué no me lo había dicho Bella? ¿Cómo podía haber mantenido en secreto algo así?

Estaba furioso. Mas furioso de lo que había estado en toda mi vida. Y estaba asuntado. Maldición.
Tenía un hijo y no sabia nada de niños.

-Bella me va a llevar hoy al trabajo. Igual puedo trabajar un poco contigo ¿no?- dijo el niño.

¿Bella? ¿El niño llamaba a su madre con su nombre de pila?

Levante la vista y me encontré con Bella sonriendo, con ternura y amor. Como una madre. Sentí
otra oleada de rabia. Bella me había negado la oportunidad de amar a mi hijo.

-Es Julio. ¿Por qué no tienes vacaciones de verano?-

-Rob va a un programa que dura todo el año- respondió Bella en lugar de Robby. –Hoy le toca
irse al trabajo con sus padres pero, como mi madre esta jubilada y mi padre ha salido de la ciudad
en un viaje de negocios, me ofrecí a llevarlo yo-

-¿Qué tienen que ver en esto tus padres?-

-Robby es mi hermano- respondió ella, llena de confusión.

¿Hermano? No podía ser. El niño era la combinación perfecta de Bella y yo.

-Bella, ¿Podemos hablar arriba?- Conseguí decir después de unos minutos.

-Claro, tengo que arreglarme, de todos modos- repuso ella con expresión cauta. – Termina tus
cereales Robby. Enseguida vuelvo y nos vamos.

Volví a mirar al niño, intentando captar todos sus detalles, desde el remolino que tenia en el pelo
hasta los dientes que le faltaban, pasando por la raspadura de la rodilla y sus zapatos de deporte
con doble nudo. Yo sentí pero un nudo triple en la garganta. Me había perdido gran parte de la
infancia de mi hijo.

Bella me precedió hasta su dormitorio. Cerré la puerta con llave detrás de mí.

-¿Qué diablos quieres decir con eso de que es tu hermano? Ese niño es mío-

-No- repuso ella perpleja.

-Mientes-

-¿Tengo aspecto de tener un hijo? Anoche estuviste lo bastante cerca de mi como para haber
descubierto alguna estría o alguna cicatriz- dijo ella, indignada.

43
♥ Kokoro's Room ♥

-Es mío- repetí. –¿Por qué si no pusiste esa cara de pánico cuando lo vi?-

-Porque mi pequeño hermano no sabe guardar un secreto. Le contara a todo el mundo que tú
estabas aquí esta mañana, antes de que yo estuviera vestida. No me apetece que se sepa en
toda la empresa-

-Se parece a mí. ¿Cómo puedes negar que es hijo mío?-

-Edward, Robby no puede ser tuyo- repuso ella tras un momento de confusión- Para empezar, si
lo hubiera parido, yo lo sabría. Para seguir, nació en febrero. La última vez que nosotros
dormimos juntos fue en el día de año nuevo anterior a que te graduaras-

¿Estaba ella mintiendo? No se podía falsificar una fecha de nacimiento. Entonces me di cuenta.
Me senté en la cama, con la cabeza entre las manos.

Había sorprendido a mi padre con la madre de Bella en mayo. Hice la cuenta y le sume nueve
meses. Maldición. Robby no era mi hijo. Era mi medio hermano, una consecuencia de la
infidelidad de mi padre con la madre de Bella. Tenia que serlo.

-No puedo creer que pienses que seria capaz de esconder a tu hijo de ti- dijo Bella, y me golpeo
en la espalda con una almohada. Estaba enojada.

Me di cuenta de que ella no mentía. No era padre. Era medio hermano del medio hermano de
Bella. ¿Cómo podía ser algo tan retorcido? ¿Lo sabia mi padre? ¿Y mi madre? ¿Y el padre de
Bella?

-Por favor, vete, Edward. Tengo que vestirme. Voy a llegar tarde y hoy tenemos una entrega.
Tengo mucho trabajo-

Una vez más, mi padre y la madre de Bella habían puesto mi mundo patas arriba. Robby era el
recordatorio viviente de la infidelidad de mi padre. Y no podía contárselo a Bella. Además, esta
vez, no pretendía volver a huir de ella.

Tenía que averiguar quien sabía la verdad respecto a los padres de Robby. Eso significaba que
tendría que hablar con la madre de Bella y, aunque preferiría nadar en un río lleno de cocodrilos o
aventarme de un acantilado, tendría que hablar con mi padre.

Me detuve en el marco de la puerta, a centímetros de Bella. Percibí su aroma y su aliento. A


pesar del conmociónante descubrimiento que había hecho esta mañana, no había dejado de
desearla ni un momento.

-Hablaremos esta noche- dije. Me incline para besarla, pero ella se aparto. Fue como un baldazo
de agua fría.

-No nos veremos esta noche, Edward. Lo de anoche fue un error. Échale la culpa a la nostalgia o
a las hormonas o a lo que quieras. No volveré a dormir contigo. Tengo planes para el futuro y no
te incluyen-

Sus palabras me habían sacudido. Pero no iba a rendirme. Bella seria mía de nuevo. Iba a hacer
lo que fuera por hacerla cambiar de opinión.

44
♥ Kokoro's Room ♥

--

La primera persona que vi al entrar a Yates Cullen fue a Jacob Black. El piloto de carreras estaba
sentado en la cubierta de su yate, tomando una taza de café.

-Buenos días, Black-

-Cullen- saludó, recorriendo con la mirada mi rostro sin afeitar y mis arrugadas ropas- ¿Has
dormido poco?-

-Te has levantado mas temprano de lo habitual- comente.

-Estoy esperando a Bella. Habíamos quedado para tomar café esta mañana. Pero llega tarde-

-Llegara enseguida- repuse. –Hoy viene con Robby-

-No me sorprende. A ella le encantan los niños. ¿Y tú como sabes eso?-

-Disfruta de tu café- dije con una sonrisa, ignorando la pregunta y seguí caminando a mi barco.

-Maldito. Nadie puede decir que yo sea un mal deportista- gritó Black, y levantó su taza a modo
de saludo. –Esta ronda la ganaste tú, compañero. Pero no te pongas muy gallito. Volveré para
seguir peleando por Bella-

-Vuelve cuando estés listo para hacer otro pedido de Yates Cullen- replique. Mi instinto
competitivo se había despertado. –Pero Bella y yo ya no estaremos aquí-

-¿Y eso?-

-Yo trabajo en New York-

-Si crees que ella va a dejar esto para irse contigo, no eres tan listo como yo pensaba- señaló
Black con una sonrisa. –Bella no dejara San Diego, ni Yates Cullen-

-Te equivocas-

-¿Quieres apostar algo? Porque estoy seguro de que ganaría.

Bufe más que enojado. Me había echo perder los estribos. Ni yo mismo estaba seguro de si Bella
aceptaría irse conmigo. Pero haría todo a mi alcance y más para que eso sucediera.

*****************************************

BELLA POV

45
♥ Kokoro's Room ♥

Sentí una gran presión en el pecho. No iba a poder estar lista a tiempo para la fiesta de la entrega
del yate. Respire hondo. Intente concentrarme en todos los detalles que tenia que organizar. No
era fácil, pues no podía dejar de revivir en mi mente las sensuales imágenes del encuentro con
Edward.

El sexo había sido increíble. Si no hubiera sido así, habría echado a Edward de la cama después
de la primera vez… Pero después de una larga sesión de delicados orgasmos, había olvidado
todos los reparos.

Recé para que los nuevos propietarios no llegaran más temprano de la cuenta. Su yate no estaba
ni siquiera en el muelle todavía.

No había tenido tiempo de tomarme una taza de café y mi cuerpo me pedía cafeína. Me apreté la
cabeza, que me dolía. Entonces, alguien llamó a mi puerta y mi tensión se incrementó.

-Jacob. Buenos días- salude, sintiéndome culpable.

-Buenos días, hermosa- saludó Jacob, y entró, pero no me dio un beso. –Me voy hoy-

-Pero tienes otra semana mas de vacaciones- dije sorprendida.

-Voy a volver a mis cosas- repuso Jacob, encogiéndose de hombros. –Tengo que ayudar a mi
compañero de equipo con los coches. Mis chicos se harán cargo del yate-

-Siento que vayas- dije sintiéndome al mismo tiempo aliviada.

-Volveré. Seguro-

-Vienen a buscarme- dijo Jacob al oír el sonido de un helicóptero. –No le entregues a nadie tu
corazón mientras estoy fuera, Bells- añadió, se dio media vuelta y se fue, sin darme un beso de
despedida.

Me senté frente a mi escritorio. Mi futuro acababa de escapárseme mientras mi pasado esperaba


por mí en el muelle. Había esperado ser capaz de aclararme. Pero, en lugar de eso, los últimos
días me habían hecho estar más deprimida y más confusa que nunca.

No amaba a Edward… no. Nunca volvería a amarlo. Y, al mismo tiempo, dudaba muy seriamente
ser capaz de amar a otra persona.

Entonces, Edward entró en mi despacho con una taza de café en la mano.

-¿Qué quieres ahora?- pregunte malhumorada.

-Ten cuidado- dijo él, y me tendió la taza. –Es café de Nueva Orleáns. Más fuerte que el de aquí-

¿Cómo sabia él que necesitaba mi dosis de cafeína? De inmediato, recordé que habíamos
compartido muchas mañanas en el velero de Edward y que era obvio que él supiera que no podía
empezar sin un café.

-Gracias- dije tras darle un sorbo al café, que me supo a gloria.

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♥ Kokoro's Room ♥

-De nada ¿Te importa si le enseño El Crepúsculo a Robby?-

-Seguro le encantara-

-Puedo ocuparme de él hasta que sea hora de la fiesta, si te sirve de ayuda- se ofreció Edward.

-Seria genial- repuse, pensando que preferiría que Edward no fuera tan amable.

Mire a mí alrededor para asegurarme de que nadie podía oírme y marque el número de mi amiga
en el móvil. Los nuevos propietarios estaban a punto de llegar y tenía los nervios de punta.

-Habla Alice- respondió mi amiga al otro lado de la línea.

-He metido la pata- susurre

-Ay! Bella ¿Qué has hecho?-

-Me acosté con Edward- confesé y me quede un momento en silencio. –Vamos, dilo-

-Soy demasiado buena amiga como para decirte que ya te lo advertí. ¿Por qué lo has hecho?-

-Me pareció lógico en el momento. Esperaba que el sexo fuera decepcionante, como un jarro de
agua fría-

-Y no lo fue-

-No. Fue bueno. Mucho mejor que bueno. Mejor de lo que recordaba. –respondí y se me puso la
piel de gallina. –Maldición-

-¿Aun lo amas?-

-No, cielos no. ¿Estas loca? ¿Cómo iba a amar a un hombre que me lastimó de ese modo?
Tendría que ser idiota para volver a caer en la misma trampa-

-¿Y que paso con Jacob?-

-Se ha ido. Se fue hace una hora. Dijo que volvería, pero tengo la sensación de que no lo hará. Ni
siquiera me dio un beso de despedida. Alice, lo he hecho de nuevo. Me he cargado otra relación
prometedora-

-Se que no quieres escuchar esto, pero te aguantas. Rosalie y yo pensamos que Jacob no es el
hombre para ti. Por favor! Jamás te acostaste con él. Realmente creo que lo mirabas como un
buen amigo, más que como tu pareja. ¿Cómo esperabas tener una relación con alguien que no
ves como a un hombre, si no como a un hermanito?-

-Te equivocas, Alice. Mi relación con Jacob ha durado años-

-Quieres decir que han sido amigos por años-

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♥ Kokoro's Room ♥

El sonido de la sirena de un barco me sobresaltó, tanto que casi deje caer el móvil al suelo. Me
gire hacia los muelles y vi como el equipo maniobraba para colocar el nuevo yate en su lugar, listo
para la entrega. Robby tocaba la sirena en el puente de embarque. El niño sonreía como loco. Lo
saludé con la mano y Edward entro en mi campo de visión, poniéndose junto a Rob.

Entonces se me encogió el estomago. Edward se parecía a Rob. Aquel pensamiento me dejo sin
respiración. ¿Cómo podía ser? No era posible. Era una simple coincidencia.

-Alice, ¿Podemos quedar a comer un día de estos? Quiero que me cuentes como te va con
Jasper. Sigo pensando que hiciste trampa al comprar al hermano de Rose en vez de el soltero
que te habíamos elegido, pero puede que Stanley tenga razón. Puede que Jasper sea el hombre
adecuado para ti. Los opuestos se atraen, después de todo-

-Cállate, Isabella Swan. Aquel articulo era una patraña y te aseguro que voy a estrangular a esa
reportera por haber escrito una cosa así. Jasper es un amigo. Eso es todo. Por muy guapo que
sea-

-Así que admites que es guapo- dije mientras la recepcionista me hacia una seña. – Alice, tengo
que irme. Los nuevos barcos están aquí y Rob también. Hoy será un día muy ocupado-

-Sobre todo, si no has dormido. Bella no te metas en mas líos. Edward no va a quedarse.
Recuérdalo-

¿Cómo iba a olvidarlo? Edward me dejaría igual que la ultima vez.

--

Rene Swan, mi madre, tenía un aspecto mucho muy juvenil y hasta elegante con su pelo suelto y
su traje de chaqueta.

-¿Alice y Rosalie no van a reunirse con nosotras esta noche?- pregunto mi madre al sentarse
delante de mi en el restaurante en donde habíamos quedado.

-No. Están ocupadas con sus solteros. ¿Y Esme?-

-Esta pegada a Carlisle como el sello de un sobre. Yo esperaba que Edward se hubiera quedado
un poco con su padre y le hubiera dado un respiro a Esme, ella no aceptaría a nadie mas para
sustituirla-

-Estoy intentando convencer a Edward, pero él se niega hablar con su padre y no me quiere
contar por que- explique.

El camarero se acerco a la mesa para anotar nuestro pedido y me pareció ver tensión en el rostro
de mi madre.

-¿Esta todo bien?-

-Claro- me dijo mi madre con una sonrisa forzada. –Y, antes de que se me olvide, quería
agradecerte que llevaras a Rob contigo hoy. Lo paso muy bien. Lo he dejado en casa contándole

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♥ Kokoro's Room ♥

a tu padre lo bien que lo paso allí y con Edward. Creo que ha encontrado un nuevo héroe. Por
cierto ¿Qué tal con Edward?-

-Se desenvuelve en Cullen como un gran profesional. Carlisle estaría orgulloso de él…-

-¿Pero?-

¿Por donde empezar? ¿Por la equivocación que había cometido al dormir con él o por la extraña
acusación que Edward me había dirigido?

-¿Quién hay en tu familia con el pelo broncíneo?-

-¿Por qué?- pregunto mi madre levantando la vista de forma abrupta.

-Porque Edward pensó que Robby era hijo suyo- replique –Como si yo fuera capaz de haberle
ocultado algo así. Pero él dijo que Robby se le parecía. Y la verdad es si se parecen un poco. Los
ojos, el color de pelo, ¿de donde viene?-

- Hay varios parientes con esas características en la rama de mi familia, pero ahora mismo no los
recuerdo-

-Entonces, Robby se parecerá a alguno de ellos-

-Si- dijo ella. –Robby dice que el coche que vi esta mañana en tu casa era el de Edward-

-Si- repuse quedándome de golpe sin apetito.

-¿Crees que es inteligente salir de nuevo con él?-

-No estoy saliendo con él-

-Bella, su coche estaba cubierto de rocío, como si hubiese pasado la noche ahí-

-Solo quiero superarlo de una vez mamá. Pensé que, si dormía con él, se rompería el encanto de
una vez por todas-

-Oh, cariño, eso nunca funciona- repuso mi madre tocándome la mano.

-¿Tu como lo sabes? Conociste a papá en la preparatoria y has estado con él desde entonces.
¿Por qué no puedo encontrar un amor perfecto como el suyo?-

Mamá bajo la mirada y pude distinguir una honda tristeza.

-El amor nunca es perfecto y yo tuve mi propia vida antes de estar con tu padre-

-Crei que papá habia sido tu unico amante-

-Charlie fue mi primer amor y es el verdadero amor de mi vida. Cada día mando gracias al cielo
por ello-

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♥ Kokoro's Room ♥

¿Primer amor? Mis padres habían sido novios desde la preparatoria. Se habían casado justo al
terminar la universidad, igual como lo habíamos planeado Edward y yo. ¿Cuándo había tenido
tiempo mi madre para tener otro amante, un segundo amor? Si en algún momento había roto de
forma temporal su relación con mi padre, nunca lo habían mencionado.

****************************************************

Capitulo VIII – Enfrentando lo inevitable

EDWARD POV

Me detuve un poco en mi carrera matutina para poder comprar el periódico del sábado. Después de
comprobar el resultado del partido de baseball, me dirigí a la columna de Lauren Mallory para ver lo nuevo
que había escrito sobre nosotros.

Edward Anthony Cullen parece ansioso por monopolizar a Isabella Marie Swan. Según mis fuentes, los
antiguos amantes han agotado cuatro de sus siete citas en solo dos semanas. ¿Será porque Edward teme al
sexy competidor de carreras por los encantos de Isabella? o ¿porque las viejas cenizas no están tan frías
como dicen? Según hemos averiguado, la pareja no solo ha compartido algunos atardeceres, sino también
un par de amaneceres.

Bella iba a querer matarme. Ese artículo iba a gustarle mucho menos que el anterior. Trate de no pensar
mucho en ello y mejor seguí corriendo.

Me había propuesto descubrir mas cosas sobre la paternidad de Robby. Como aun no me sentía preparado
para enfrentarme con mi padre, solo me quedaba Rene Swan. Pretendía arrinconarla lo antes posible y tenia
la excusa perfecta. Robby había dejado en el yate su consola de videojuegos portátil el día anterior.

Llegue a mi yate y decidí darme una ducha antes de ir a ver a Rene. Abrí el agua caliente y deje que el
chorro de agua me inundara. Cerré los ojos y trate de calmarme. Estaba un poco asustado por las respuestas
que encontraría. Trate de pensar en algo mas agradable y mi mente voló hacia el recuerdo de Bella y yo
haciendo el amor en su casa. Sentí mi miembro vibrar ante la memoria de nuestro encuentro. Su fina piel,
sus labios carnosos, sus largas piernas, su…

Abrí al agua fría de golpe y salte. Pero ni así logre que mis pensamientos se enfriaran. Maldije frustrado por
el deseo y cerré el agua. Me vestí sin muchos ánimos y me puse en marcha.
Llame a la puerta de la casa Swan. Rene abrió la puerta. Sus ojos brillaron con una mezcla de sorpresa y
miedo.

-Edward. Me alegro de verte- dijo ella.

No le creí que se alegrara de verme. Pero no le tome importancia.

-¿Puedo pasar?- pregunte ocultando la tensión que sentía. –Tengo el Nintendo DS de Robby-

-Robby y su padre se han ido a pescar. Yo se lo daré cuando regrese. Gracias por traerlo- repuso Rene, y
trato de agarrar el aparato.

-¿su padre?- pregunte con sarcasmo.

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♥ Kokoro's Room ♥

-Entra- dijo ella, con el rostro tenso y pálido.

Me guió hasta la sala.

-¿Quieres algo de beber?-

-¿Lo sabe mi padre?- pregunte a la vez. No estaba de humor para cortesías.

-¿Saber que?- replico ella, fingiendo ignorancia, nerviosa.

-No juegues conmigo, Rene. Robby es hijo de mi padre-

-Estas equivocado- afirmo ella, levantando la barbilla. –Charlie es el padre de Robby, en todos los sentidos.
Su nombre esta en el certificado de nacimiento-

-Eso le hace responsable de Robby ante la ley, pero el niño lleva los genes de los Cullen-
Rene abrió la boca para hablar, pero la corte.

-No pierdas tiempo con mentiras. Quiero saber quien lo sabe y por que mi padre no hizo nada-

-¿Y que quieres que hiciera él? ¿Forzarme a abortar? ¿Divorciarse de tu madre, la mujer a la que amaba con
toda su alma, y destruir dos familias por la posibilidad de que Robby fuera hijo suyo?- espetó Rene.

¿Que derecho tenia ella de enojarse? Era Rene quien me había arruinado la vida a mí y no al revés.

-No somos perfectos, Edward. Ninguno de nosotros. Y eso te incluye a ti- afirmo ella, y se dejo caer en su
silla. –Todos cometemos errores. No culpes a tu padre por esto. Fue culpa mía-

-Para hacer lo que hicieron, hacen falta dos-

-No lo entiendes-

-Entonces, explícamelo. ¿Cómo pudiste traicionar a tu esposo y a tu mejor amiga? ¿Cuánto tiempo duro la
aventura?-

-Solo paso una vez- respondió ella tras unos segundos. – Tu padre y yo nos arrepentimos de inmediato. El
sabía lo mucho que podía costarle nuestro egoísmo y juró que nunca volvería a pasar. Lo que viste ese día
nunca debía haber sucedido-

-Si amabas tanto a tu marido ¿Por qué te arriesgaste a tener una aventura?-

-Porque hace mucho tiempo, estuve enamorada de tu padre- confesó Rene con tristeza. –Luego, él conoció a
mi mejor amiga y, desde aquel momento, no tuvo ojos para nadie más-

Sorprendido, me deje caer en el sofá. Mis padres jamás me habían contado esa historia.

-Te casaste con otro hombre-

-Si, y amo a Charlie, pero no era el mismo amor que sentía por tu padre. Nunca se olvida al primer amor.

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♥ Kokoro's Room ♥

Por eso, tu nunca olvidaras a Bella ni ella a ti. Cuando llegue a los cuarenta, empecé a preguntarme que me
había perdido por no haber sido amante de tu padre cuando había tenido la oportunidad. Fui una estupida por
centrarme en lo que podía haber pasado cuando lo tenía todo. Un marido que me adora. Una hija
maravillosa. Una casa de un millón de dólares. Y…-
comenzó a decir, y se interrumpió un momento- Seduje a tu padre, Edward. Yo tenía cuarenta y siete años.
Nunca pensé que pudiera quedarme embarazada. Cuando el medico me dio la noticia, me alegre mucho.
Tarde un tiempo en caer en la cuenta de que no sabia quien era su padre. Podría haber sido cualquiera de los
dos. Tuve un embarazo difícil desde el comienzo, así que deje el trabajo. Y fue un alivio, la verdad, porque
eso me evitaba tener que ver a Carlisle cada día. Estaba más preocupada por la salud de mi hijo que por su
ADN. Cuando Robby nació, fue como una bendición. No fue hasta su tercer cumpleaños en que me di
cuenta de que sus ojos y su cabello se parecían a los de su padre-

Muy a mi pesar, sentí un poco de compasión por ella.

-¿Lo sabe mi padre? ¿Y tu marido?-

-Nunca me lo han preguntado y yo nunca se los he dicho-

-¿Cómo puede la gente mirar a Robby y no darse cuenta del parecido?-

-Robby se parece mucho a mí también. Y, además, el amor es muy poderoso. Puede hacerte ignorar lo
obvio. De hecho, nadie sabe seguro quien es el padre de Robby-

-¿Sabe tu esposo que le fuiste infiel? ¿y Bella?-

-No. No era posible dar marcha atrás. Y tampoco iba a volver a repetirse. Al contárselo, solo hubiera logrado
entristecerlos. Así que no lo hice. Charlie adora a Robby. Nunca haría nada para separarlos-

A mi también me pasaba lo mismo. No podía contarle a Bella porque me había ido.

-Amo a tu hija-

-¿Si?- pregunto Rene con escepticismo.

-No me iré de San Diego sin ella esta vez-

-Si la amaras lo suficiente, no la abrías dejado atrás la ultima vez-

Atreve saliva ante el ataque inesperado.

-Y si amaras a tu padre, lo perdonarías por no ser perfecto y dejarías de castigar a tu madre por algo que no
fue su culpa- continúo Rene.

No pensaba dejar que esa mujer me diera lecciones. Me levante y me dirigí a la puerta.

-Tú eras lo más importante en la vida de Esme, Edward. Puedes odiarme a mí si quieres, pero ella no merece
lo que le hiciste. Y Bella, tampoco-

La mire, abrí la puerta y salí. La verdad era dolorosa.

52
♥ Kokoro's Room ♥

BELLA POV

Recopile los documentos necesarios y baje hasta el muelle. Tenía una reunión de trabajo con Edward.
Llevaba pantalones y botas de piso. No más faldas cortas ni zapatos de tacón. Ya había cumplido mi misión.
Había conseguido que Edward me deseara. Pero me había salido el tiro por la culata porque yo también lo
deseaba.

Gracias al último articulo de Lauren, estaba de un humor de perros. Subí al yate de Edward y llame a la
puerta de cristal de la cabina con más fuerza de la necesaria.

Con un gesto, Edward me invitó a pasar.

-Siéntate. ¿Has traído la lista de futuros clientes?-

Deposite los papeles frente a él y me senté en la silla mas alejada.

-Los Pattinson nos visitaran mañana para encargarnos un pequeño deportivo de setenta pies de eslora. Los
Stewart vendrán el viernes. No están seguros de que modelo quieren, pero pueden permitirse cualquier cosa-

Edward le hecho un vistazo a los papeles y los aparto.

-He hecho reservas en el asador Devil’s Shoals para mañana por la noche-

-No-
-¿Qué quieres decir?-

-Los empleados me miran con compasión por culpa del artículo de Mallory. No saldré contigo. No quiero
que piensen que soy tan estupida como para volver a enamorarme de ti-

-Nos quedan tres citas-

-Como soy quien hizo la compra, tengo derecho a cancelar el acuerdo. Eso es lo que estoy haciendo-

-¿Y la publicidad?-

-Olvídalo. Prefiero no tener publicidad antes que pasar por esto-

Edward acaricio la pluma que tenia en las manos, igual a como había acariciado mis pezones hacia dos
noches. Me sonroje de golpe y aparte la mirada, sintiendo una súbita oleada de deseo.

-Mi madre me ha invitado a cenar-dijo Edward con calma.

-Eso esta muy bien-

-No quiero ir solo-

-Estoy segura de que alguien podrá acompañarte- dije tensa.

-Solo iré si tú vienes conmigo-

-No seas ridículo. Tus padres quieren verte a ti, no a mí-

53
♥ Kokoro's Room ♥

-Bien. Les diré que no puedo-

Apreté los puños. Eso era chantaje. Pero me había prometido hacer cualquier cosa para reunir a Edward y
Carlisle de nuevo. Ir a cenar seria una buena forma. Con un poco de suerte, podría mantenerme más distante
que la vez anterior.

-Bien. Pero no es una cita. Nos vemos allí-

-No hay trato. Me harás ir y tu no iras. Te recogeré a las seis e iremos juntos. Si no, no voy.-

-Esta bien-

*****************************************

EDWARD POV

Me temblaron las manos al mirar hacia el gran caserón colonial donde me había criado. Si fuera mas listo,
daría marcha atrás y me iría. A pesar de que Bella estaba sentada a mi lado, preciosa con un sexy vestido
amarillo, tuve la intuición de que iba a ser una noche desagradable.

-¿Edward?-

Parpadee. Bella estaba parada a mi lado. Ni siquiera me había dado cuenta de cuando se había bajado del
coche.

La puerta principal de la casa se abrió y mi madre salio al porche a recibirnos.

No había modo de dar marcha atrás. Había llegado hasta allí. Y no quería ser un maldito cobarde… no, ya
no. Aquella noche estaba decidido a enfrentarme a mi padre en el momento que nos quedáramos a solas.

Así que abrí la puerta del coche y me baje. Me reuní con Bella y caminamos hacia la casa.

-Hola, tesoro- saludo mamá a Bella, y la beso en la mejilla. Luego se giro hacia mí y me abrazo con fuerza.
Tenia lagrimas en los ojos. –Bienvenido a casa-

Sentí el aguijón de la culpa mientras recordaba las palabras de mi madre. Ella no merecía lo que le había
hecho.

-Mamá, me alegro de verte-

-Entren. Llevo todo el día cocinando. He hecho tus platos favoritos Edward-

Mamá se dirigió al salón, lo que me sorprendió. Mi familia siempre había preferido reunirse en el estudio, en
vez de la habitación formal que era el salón. Los muebles habían sido movidos a los lados de la habitación y
ya no había mesita de café.

Entonces vi a mi padre… y me quede de piedra. Deje de oír la conversación de Bella y mi madre. El viejo
que había en la silla no se parecía en nada al hombre apuesto al que había estado maldiciendo durante años.

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♥ Kokoro's Room ♥

Mi padre esbozó una pequeña sonrisa ladeada, dejando adivinar que tenía paralizados los músculos del lado
derecho de la cara. Mi madre lo ayudo a levantarse.

-Hola, guapo. He oído que tienes a tus pies a la terapeuta-dijo Bella a mi padre, abrazándolo.

-Eso intento. No sabes por lo que me hace pasar- repuso él con voz débil.

No tenia nada que ver con el vozarrón que recordaba y si con como lo había oído por teléfono. Entonces me
di cuenta en el andador metálico que había detrás de la silla.

Bella se hecho para un lado pero no se aparto. Sujetaba a mi padre por la cintura mientras el viejo me tendía
la mano.

-Me alegro de tenerte en casa, hijo- dijo mi padre y los ojos se le llenaron de lágrimas.

-Papá- salude, con un nudo en la garganta, sorprendido por la debilidad de mi padre y aparte la mirada.

De pronto, comprendí porque estábamos en el salón. Lo más probable era que mi padre no pudiera bajar los
tres escalones que llevaban al estudio.

-¿Por qué no te sientas y te pones cómodo?- invito mi madre, señalando hacia la silla que había al lado de mi
padre.

Las dos mujeres intentaron ayudarlo, pero él se negó. Se sentó solo, con lentitud.

-Querida. Me vendría bien tu ayuda en la cocina- le dijo mi madre a Bella.

Mire a Bella. Encontré en sus ojos compasión y comprensión.

La puerta de la cocina se cerró detrás de las mujeres. Al fin estábamos solos. Apreté los puños y respire
hondo antes de encarar a mi padre.

Pero no tuve fuerzas. Era incapaz de desahogar mi rabia con el hombre débil que tenia delante. Lo haría mas
tarde. Cuando el estuviera mas fuerte, le contaría como me había destrozado la vida. Por el momento, me
limitaría a hablar de algo menos doloroso.

*****************************************

BELLA POV

Estaba muy preocupada por el silencio de Edward. Voltee a verlo ya en la puerta de mi casa.

-Edward ¿estas bien?-

-No sabia que mi padre estaba tan mal- dijo con gesto triste.

Había esperado que Edward se sintiera conmocionado y culpable por no haber visto a su padre después del
infarto. Pero, en lugar de sentirme satisfecha con el dolor que el sentía, lo compadecía.

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♥ Kokoro's Room ♥

-Su pronóstico es bueno- dije

-Apenas puede andar. No puede usar su mano izquierda-

-Los cambios físicos mejoraran con la terapia. Ya ha hecho grandes avances-

-¿Ha estado peor que ahora?- Pregunto él, pasándose la mano por el cabello.

-Si. Los médicos dicen que la mayor parte de la recuperación tendrá lugar en los primeros meses y que
continuara a un paso más lento a partir del primer año-

-Gracias por acompañarme- dijo él tras un momento.

-De nada ¿vas a volver a tu yate ahora?-

-Tengo que… pensar. Voy a dar una vuelta en el coche- repuso él.

No era seguro que condujera en ese estado. Las calles estaban llenas de turistas que no tenían ni idea de
adonde iban. Hacia falta estar muy concentrado para no atropellarlos.

Sin duda, Edward necesitaba consuelo, pero tenia miedo de que si lo dejaba entrar en mi casa mis hormonas
querrían consolarlo en la cama. A pesar de haber cambiado las sabanas y haber perfumado la habitación, él
habitaba mis sueños nocturnos. No podía dejar de pensar en él, en su contacto, en la calidez de su aliento y
en lo mucho que lo deseaba. Sentí escalofríos.

-¿Quieres dar un paseo por la playa?- propuse.

-Claro- respondió Edward.

Atravesamos mi casa hasta la playa. Me quite las sandalias. Edward se quito los zapatos y se remango los
pantalones. La luna bañaba al mar y el calor del día aun vibraba en la arena. Una brisa balsámica nos
envolvía, revolviendo nuestros cabellos.

Caminamos un rato en silencio, muy juntos, como solíamos hacer en el pasado. Pero sin darnos la mano.

-Cuéntame que paso- dijo él al fin.

-Carlisle tuvo una embolia pulmonar. Eso produjo un coagulo que viajo por el torrente sanguíneo y se alojo
en el cerebro, afectando al flujo sanguíneo y dañando algunas células-

-¿Quién lo encontró?-

-Yo. Íbamos a hacer una prueba a un barco después del almuerzo. Carlisle se estaba retrasando, pero pensé
que estaría hablando por teléfono con algún cliente. Cuando al final fui a buscarlo, lo encontré de rodillas en
medio de su despacho- explique sintiéndome culpable. – Si hubiera llegado antes…-

-No puedes culparte por ello- dijo Edward tomándome del brazo.

-Carlisle nunca llega tarde. Debí haber sospechado algo-

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♥ Kokoro's Room ♥

-¿Por qué el no llamo para pedir ayuda?-

-No pudo. Perdió el habla. Por suerte, las medicinas que le han estado dando han arreglado eso. Tarda un
poco en encontrar las palabras, pero las encuentra y piensa con claridad-

- lo he visto muy… sensible-

-Otro efecto secundario del infarto es que tiene problemas para controlar sus emociones. Eso también
mejorara con el tiempo-

-No podrá volver a trabajar dentro de dos semanas- observo Edward.

-Los médicos dicen que si. Pero con sus capacidades mermadas. Necesita tu ayuda, Edward, todo el tiempo
que puedas dársela-

-Maldición. Tengo mi propia empresa que dirigir. No puedo quedarme aquí-

-¿No podrías mudar tu empresa aquí?- pregunte y me arrepentí al instante, pensando que era mejor para mi
tenerlo lejos.

-Voy a volver a New York. No puedo… quedarme aquí-

Tenía las manos sudorosas y el corazón acelerado. Amaba a Esme y Carlisle Cullen casi como mis propios
padres. Los Cullen estarían felices de tener a Edward de vuelta en San Diego y en yates Cullen. Tenia que
hacer todo lo que pudiera para convencerlo.

-¿te quedarías aquí si yo dimitiera?- pregunte al fin tragando saliva.

-Bella, maldición, ya te he dicho que no eres tu la causa de que yo me fuera-

-pero tampoco quieres explicarme cual fue la causa. Así que, Hasta que te sinceres conmigo, Edward, tendré
que ceñirme a los hechos-

Edward apretó la mandíbula y frunció el ceño. Durante unos segundos me vio profundamente a los ojos.

-Quiero hablar con su medico- dijo él.

Parpadee ante el súbito cambio de tema y me desinfle.

-Estoy segura de que puede arreglarse. Dile a tu madre que te pida una cita. Y, ya de paso, podrías ofrecerte
para cuidar a tu padre de vez en cuando. Esme no se ha apartado apenas de su lado y necesita tomarse un
descanso.

-Hablare con ella para que contrate una enfermera-

Suspire frustrada. Edward seguía sin querer quedarse con su padre.

**********************************************************

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♥ Kokoro's Room ♥

Capitulo IX – Vacaciones de sexo.

EDWARD POV

No quería pensar en como mi padre bebía a través de una pajita, porque no podía beber de su vaso sin
mancharse entero. No quería pensar en que tenían que servirle la comida en pequeños pedazos porque no
podía manejar un cuchillo. No quería pensar sobre lo que le pasaría a Yates Cullen cuando yo regresara a
New York. No quería pensar en nada.

Lo que quería y necesitaba era otra noche de sexo para distraerme del dolor que me había provocado volver
a ver a mi padre. Además, quería seguir intentando convencer a Bella de que se mudara conmigo a New
York.

En el camino de cemento que nos llevaba a su casa, Bella se detuvo en una de las regaderas para quitarse la
arena de los pies. Acerque mis pies a los de ella bajo el chorro de agua y le acaricie el tobillo, el talón, la
planta… ella contuvo el aliento.

-¿Qué estás haciendo?-

Le toque las manos, con nuestros cuerpos separados solo por unos milímetros.

-lavándome los pies. Y los tuyos-

-No lo hagas, Edward- rogó ella.

Sonreí al percatarme de que con un simple gesto podía perturbarla.

-¿Hacer qué?-

- No me tientes para llevarme a la cama-

-¿Eso es lo que estoy haciendo?- pregunte con una sonrisa maliciosa.

Bella dio un paso atrás, poniendo distancia entre nosotros y me miro a los ojos.

-Se que estas disgustado. La noche de hoy debe de haber sido difícil para ti, pero no estoy interesada en
tener una aventura temporal-

-¿Quién dijo nada de temporal?- dije tras cerrar el grifo del agua.

-Tú. Has dicho que vas a irte-

-Ven conmigo a New York- pedí mirándola a los ojos.

Bella abrió los ojos como platos. Antes de que pudiera comenzar con su cantaleta de objeciones, le tape la
boca con un beso. Al entrar en contacto con sus suaves labios, el deseo me atravesó. Me apreté más contra
ella, tomándola por la cintura.
Quería que Bella notara mi erección. La deseaba tanto. Ninguna otra mujer había sido capaz de producir en
mí esa respuesta tan inmediata. A ninguna otra deseaba complacer y satisfacer. Ninguna otra me robaba el
aliento y la concentración. Si eso no era amor, ¿Qué era?

58
♥ Kokoro's Room ♥

Nuestras lenguas se entrelazaron con ansiedad. Tome uno de sus pechos y le acaricie el pezón con el pulgar.
Ella gimió y aparto la boca, ofreciéndome el cuello. Disfrute saboreándola. ¿Cómo había podido vivir sin
ella ocho años?

-Para- ordeno Bella, apartándome de pronto.

-¿Parar qué? ¿Esto?- dije y le mordisqueé con suavidad el lóbulo de la oreja. - ¿O esto?- pregunte y le
acaricie el pezón con el pulgar.

-La-las dos cosas- Balbuceó ella, sonrosada por el deseo.

-Déjame hacerte sentir bien Bella-

-¿Para qué? ¿Para que luego puedas volver a lastimarme?-

-No te lastimare, cariño. Confía en mí-

Bella se soltó de mi abrazo y corrió escaleras arriba. Luego se giro para verme subir despacio.

-Ese es el problema, Edward- dijo ella, y abrió la puerta de su casa. Recogió del suelo mis zapatos y me los
aventó.

-Vete-

-Bella…-

-Vete, Edward-

De acuerdo, quizás estaba yendo demasiado rápido para ella. Me quedaban seis semanas para hacerle
cambiar de opinión. Podía permitirme un poco de paciencia.

-Te veré por la mañana-

-No, si puedo evitarlo- refunfuño ella antes de cerrar la puerta de su casa de un portazo.

--

Bella consiguió evitarme durante un día y medio. Aquellas treinta y seis horas a mi me parecieron semanas.
Estaba inquieto, no podía disfrutar de mi trabajo. Y pretendía poner punto y final a las tácticas evasivas de
ella. Entre en su despacho, tomándola por sorpresa.

-Voy a llevar a Robby a pescar esta tarde- dije.

-¿Por qué?-

-No tenemos nada planeado y Robby dijo el otro día que le encantaba pescar- respondí.

-Pero Robby está en la escuela-

59
♥ Kokoro's Room ♥

-Tu madre va a traerlo cuando termine la escuela-

-¿Mi madre está de acuerdo contigo?- pregunto Bella, parpadeando con incredibilidad.

-Si- repuse, pensando que Renée no se había atrevido a negarse. -¿Quieres venir?-

-Pero yo…-

-No tienes nada en tu agenda para esta tarde- interrumpí. –Le he pedido a Jessica que lo compruebe-

Me fije en el traje/pantalón que ella llevaba, todo negro. Si Bella pensaba que vistiéndose de monja me haría
olvidar lo bien que estábamos los dos juntos, cuerpo a cuerpo, se equivocaba.

-Me dijo además que en el despacho guardas un traje de baño y crema protectora para el sol-

-Edward, no es buena idea. Quizás en otra ocasión…-

-Estate en el muelle a las tres o nos iremos sin ti- dije para después darme media vuelta e irme.

*****************************************

BELLA POV

¿Cómo me había dejado convencer? ¡Y a qué horas me daba cuenta de ello! Ya estaba en el muelle. Pero no
podía permitir que Robby se apegara más a Edward. Edward se iría y Robby sufriría. Así que no me
quedaba de otra más que embarcarme con ellos.
Edward hecho el ancla. No había ni un alma a la vista, a excepción de algún barco ocasional frente a la
orilla.

Edward llevaba pantalones cortos rojos, dejando al descubierto sus piernas bronceadas y musculosas. Cada
vez que pasaba frente a mí, se las arreglaba para rozarme, despertándome la libido. Aquel hombre producía
un efecto fatal en mis hormonas.

Robby por otro lado, estaba en la gloria. No había dejado de charlar desde que habíamos salido del muelle.
No había esperado que Edward tuviera la paciencia de un santo y que respondiera a todas las preguntas de
Robby, por muy tontas y repetitivas que fueran, pero así fue. Sin duda, sería un buen padre.

¿Qué estaba pensando? Intente quitarme el pensamiento de la cabeza. Hacía ocho años, había pensado en
Edward como el padre de mis hijos. Pero me había equivocado. Y había sido muy doloroso.

Robby ladeo la cabeza y rio por algo que Edward había dicho. Los mire y contuve la respiración un
momento al comprobar lo mucho que los dos se parecían. Pensé que la culpa la tenía Edward por haber
pensado que Robby era hijo suyo. Desde entonces, no había dejado de encontrar similitudes en los gestos, en
la sonrisa, el brillo de los ojos… no era más que fruto de mi imaginación.

-Te estás poniendo roja- observo Edward, sacándome de mis ensoñaciones.

-Olvide ponerme crema bloqueadora- repuse y saque el tubo del bolso.

Edward me lo quito de la mano.

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♥ Kokoro's Room ♥

-Yo puedo hacerlo- proteste.

-No puedes ponértela en la espalda. Date la vuelta-

No era buena idea. Nada buena. Pero Robby me estaba observando y no podía negarme sin parecer grosera.
Con resistencia, me gire. Edward se sentó detrás de mí. Con sus grandes y suaves manos empezó a
recorrerme los hombros. Me quede sin aliento.

Cuando comenzó masajearme la espalda, maldije en silencio porque mi reacción me traicionaba. Tuve que
cruzarme de brazos para ocultar el endurecimiento de mis pezones. Cuando me recorrió los costados,
pasando muy cerca de mis pechos… sentí humedecerme…

Me sorprendí a mi misma recostándome sobre Edward. Abrí los ojos de golpe y me puse de pie. No tenía
ninguna fuerza de voluntad en lo que se refería a Edward Cullen. No era justo que el único hombre en quien
no podía confiar tuviera tanto poder sobre mí.

Entonces, recordé su propuesta de que lo acompañara a New York. Si de veras quisiera estar conmigo, me
contaría la verdad. Y, hasta que yo no supiera la verdad, no podía a arriesgarme a tropezar dos veces con la
misma piedra. Lo que había causado que Edward se marchara hacia ocho años era como un fantasma que me
acosaba en las sombras.

-Yo puedo ponerme el bloqueador por delante- dije quitándole el tubo.

Edward poso su mirada en mi rostro, bajando hacia mis pechos, mi cintura y más abajo. Mi cuerpo
reacciono como si me hubiera tocado.

-¿Seguro que no quieres que te ayude?- pregunto Edward con voz ronca.

-No-

-Si cambias de idea, dímelo-

-No cambiare de idea- replique. Aunque deseaba hacerlo.

-¡He pescado algo!- grito Robby.

Edward corrió al lado del niño para ayudarle con la caña. Con alivio me tumbe de nuevo. No tenía idea de
cómo iba a poder sobrevivir seis semanas más sin lanzarme a los brazos de Edward Cullen.

--

-Necesito un favor-

Levante la vista del informe que estaba leyendo. Rosalie Hale, una de mis mejores amigas y compañera de
subasta, estaba en la puerta de mi despacho.

-Claro. Dime-

-Emmett se niega a verme- dijo Rosalie tras cerrar la puerta. –Se que suena infantil, pero es muy, muy

61
♥ Kokoro's Room ♥

importante. Necesito que vayas a su bar y compruebes si él está allí. Te esperare fuera. Si lo ves, llámame a
mi móvil y yo entrare antes de que él pueda esconderse de nuevo-

Rosalie, consultora de un banco, había comprado al “chico malo” de la subasta con la esperanza de aprender
a divertirse pero, por la expresión de estrés que mostraba, no parecía estar divirtiéndose mucho.

-Parece fácil. ¿Estás bien? Estas pálida-

-Sí. No. No lo sé- respondió Rosalie. – No puedo hablarte de ello todavía. Pronto lo hare, ¿de acuerdo?-

-si-

Necesitaba, más que nunca, hablar con alguien.

-¿Y Edward y tú?- pregunto Rosalie, como si me hubiera leído la mente.

-Dormí con él- confesé, sin saber por dónde empezar. –Fue… increíble. Pero no puedo arriesgarme a amarlo
de nuevo porque él solo habla de volver a New York. Incluso me pidió que me fuera con él-

-¿Estarías dispuesta a irte con él?- inquirió Rosalie, arqueando las cejas.

-Claro que no. Todo lo que importa, mis amigas, mi familia, mi trabajo, está aquí en San Diego. Ya ni
siquiera en Forks, donde nací. Todas mis bases están aquí. Y no puedo dejar a Carlisle en un momento como
este. Además, Edward no lo dice en serio. Solo quiere llevarme otra vez a la cama-

-Y tú también quieres-

-Bueno… si. Pero él se va a ir- repetí. –Otra vez-

-¿No fuiste tú quien me aconsejo comprar un soltero solo para disfrutar de tener buen sexo?-

-Bueno… fue más idea de Alice-

-Pero contribuiste ¿cierto?-

-Si- admití. –Pero fue porque estas a punto de comprometerte a la fuerza con un tarado como Royce King.
Con él nunca arriesgaras nada, ni sentirás nada, así que es mejor que te arriesgaras un poco ¿y porque no?
Disfrutaras de un buen sexo, antes de que tuvieras que renunciar a ello-

-¿Y no eres tu quien dijo que las mujeres deberíamos ser igual que fuertes que los hombres y aprender a
mantener separados el sexo y el amor?- continuo Rosalie.

- Quizá yo dije eso pero…-

-Nada de peros- espetó Rose. –Practica tus creencias y duerme con Edward mientras tengas la oportunidad.
Solo sexo, del bueno. Pero temporal. Como unas vacaciones de sexo.

-¿Por qué has cambiado tanto?- pregunte sorprendida, frunciendo el ceño. -¿Qué has hecho con mi amiga?
¿Es que el sexo con Emmett es tan bueno?-

62
♥ Kokoro's Room ♥

-Tu amiga está empezando a abrirse un poco y, si, hacer el amor con Emmett es mejor que cualquier fantasía
que yo pudiera haber imaginado. Nunca volveré a ser feliz con menos- afirmo Rose. – Bueno… ¿puedes
escaparte ahora? Tengo que hablar con Emmett.

-Iré por mis llaves-


*****************************************

EDWARD POV

-¿Qué está pasando?- pregunto Bella al verme en el pasillo, con una carretilla llena de cajas.

-Voy a mudar mis cosas al despacho de mi padre- repuse

Odiaba trabajar en el despacho de mi padre, pero pensé que era una mejor manera de ganarme a Bella que
estando en el muelle.

-¿Puedo hablar contigo cuando tengas un momento?- pregunto Bella.

-Ahora puedo- para ella siempre podría.

La seguí a su despacho. Ella cerró la puerta.

-He cambiado de opinión respecto a la cena-

-¿Por qué?- pregunte sorprendido.

-¿Es necesario tener una razón?-

-Bella, tú siempre tienes una razón, es más… una lista completa de razones-

-Sí. Bueno- dijo ella, sonrojada. –Me gusta terminar lo que empiezo. Te compre en la subasta y seguiré con
mi paquete de citas hasta el final-

-Reservare mesa en el restaurante- dije, pensando que tenía que aprovechar la oportunidad.

-Pero quiero pedirte algo. Me gustaría que lo pase entre nosotros no llegue a oídos
de los empleados ni de Lauren Mallory. Mi vida personal es estrictamente personal-

Me sentí culpable. Cuando había dejado a Bella, nuestra relación debió haber sido la comidilla de todos en
Yates Cullen. Pero Bella ya no tendría que soportar los desagradables cotilleos, porque pensaba llevármela a
New York.

-De acuerdo. Sera algo privado ¿Cuándo quieres que salgamos?-

-Cuanto antes, mejor-

-¿Esta noche?- pregunte sorprendido.

-De acuerdo- respondió ella, y me miro a los ojos. –Y prepara tus cosas para pasar la noche fuera-

63
♥ Kokoro's Room ♥

Me quede boquiabierto, mi sangre se calentó. No sabía a que estaba jugando Bella, pero no tenía ninguna
intención de discutir, pues estaba de acuerdo del todo en pasar la noche con ella.
-Sí, señora-
*****************************************

BELLA POV

Unas vacaciones de sexo. Era la cosa más loca que había hecho nunca. Tener puro sexo, nada más. Yo sabía
que una mujer podía irse a la cama con un hombre sin esperar campanas de boda, pero nunca había intentado
tener una aventura sin significado. Hasta ese momento.

Puse la mano en el pecho, tome aliento y abrí la puerta de mi casa. Edward estaba allí, con una pequeña
bolsa de viaje al hombro y dos bolsas de compras en las manos. Estaba muy guapo, con una camisa blanca y
pantalones negros. Y olía de maravilla, a limpio, con un toque cítrico.

-¿Qué es todo eso?- pregunte señalando las bolsas.

-Nuestra cena-

-¿No vamos a ir al restaurante?-

-Pensé que podríamos pasar la noche en casa- replico él con una seductora sonrisa.

-Pues espero que hayas comprado bastante comida porque no tengo nada en la cocina-

-Tengo comida… y más cosas- afirmo él. –Estas muy hermosa y muy sensual, señorita Swan-

-En…entra- invite, sonrojada y excitada por cómo me miraba.

-La cocina esta por aquí. Deja que te ayude a sacar las cosas-

-No-

-¿Cómo?-

-Yo hare todo. Tú ve al sofá y relájate- dijo él y me llevo hasta el salón. –Siéntate. Te traeré un vaso de vino-

Me senté. El sofá estaba de espaldas a la puerta. Oí el sonido de una tela detrás de mí y sentí algo sobre los
ojos ¿Una venda?

-Espera un momento- dije llevándome las manos a la tela que me tapaba los ojos.

-Confía en mi- susurro él.

Nerviosa, baje las manos. Aquella noche debía concentrarme solo en el placer físico. Y, si Edward quería
practicar juegos sexuales, le seguiría el juego. Me anudo el antifaz detrás de la cabeza.

-Es una locura-

64
♥ Kokoro's Room ♥

-Confía en mí- repitió Edward, y me recorrió el lóbulo de la oreja con la lengua.

El problema era que no confiaba en él. No del todo. Sabía que no me lastimaría físicamente, pero no podía
confiarle mi corazón. Sin embargo, en esa noche, el corazón no tenía nada que ver. Lo había puesto a bajo
candado ¿o no?
Nada de amor. Solo sexo. Si me lo repetía lo suficiente, acabaría convenciéndome de ello.

Entonces Edward comenzó a besarme el cuello y perdí la capacidad de pensar. Con la punta de los dedos,
me acaricio los hombros, la clavícula y el borde del escote del vestido. Se me tensaron los pezones, pero
Edward aparto las manos, dejándome con un hambre insatisfecha.

Oí las pisadas de Edward hacia la cocina. Oí como abría y cerraba armarios y como descorchaba una botella.
Oí acercarse las pisadas y se me acelero el pulso. El borde de un vaso toco mis labios. Bebí con cautela. Era
un chardonnay frio, del bueno. Edward me tomo la mano y me coloco el vaso. Luego, regreso a la cocina.

Bebí vino mientras escuchaba los sonidos poco familiares de un hombre en mi cocina. Después, Edward se
reunió conmigo y se sentó a mi lado. Inspire pero, antes de que pudiera identificar los tentadores aromas que
me rodeaban, algo templado y húmedo me rozo el labio. Saque la lengua para probarlo. ¿Sería mantequilla?

-Abre-

Obedecí y Edward me dio un pedacito. Solo tarde dos segundos en identificar mi comida favorita, ravioles.
El siguiente bocado eran camarones en mantequilla, seguidos de una cucharada de pasta Alfredo. Edward
había recordado cuales eran mis platillos favoritos.

Bocado tras bocado, Edward acrecentó en mi otro tipo de apetito, al sentirlo tan cerca, con sus muslos
rozándome y los dedos de él tocándome de vez en cuando el labio.

Cuando Edward se alejo de nuevo, me acomode en el sofá y apreté los muslos. ¿Cómo podía dejarme
seducir por aquel juego de niños? Era ridículo lo fácilmente que él me manipulaba.

Note que Edward volvía a sentarse a mi lado y el pulso volvió a acelerárseme. Algo frio toco mis labios.
Abrí la boca. Un pedazo de helado de vainilla, rico, cremoso y delicioso, se derritió en mi lengua. Pero, tras
un par de cucharadas mas, levante la mano.

-Ya no puedo comer más-

Edward dejo el plato y sus labios se apoderaron de los míos, con un beso caliente en contraste con el postre
frio. Apreté los puños, forzándome a no rodearlo con los brazos. El deseo me nublo la razón. Solo sexo, me
recordé.

-Enseguida vuelvo- dijo Edward, tras apartar su boca.

Lo oí moverse en la cocina. Lo oí sacar algo de una bolsa y subir las escaleras. ¿Qué estaba haciendo? ¿Y
porque no me sentía molesta por tenerlo andando a sus anchas por mí casa?

Confiar en el… Y me di cuenta de que confiaba en él de un modo en que nunca había confiado en ningún
hombre.

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♥ Kokoro's Room ♥

Después de cinco minutos que duraron una eternidad, Edward se acerco, me tomo de las manos y me puso
en pie. Me llevo escaleras arriba y percibí el sonido de agua corriendo. En el baño, inhale una mezcla de
especias y flores. No eran mis perfumes ni mis sales de baño. Edward me soltó y escuche que cerró el grifo.
Me acaricio la espalda, los hombros y los brazos. Se acerco a mí por detrás y me rozo con su erección.
Gemí, llena de deseo.

Edward bajo la cremallera de mi vestido. Temblé al sentir el aire en la espalda. Me quito los tirantes y me
dio la mano mientras sacaba los pies del vestido, dejándolo en el suelo.

Enderece la espalda ¿Qué pensaría él de mi ropa interior minúscula y negra? El gemido que Edward emitió
me sirvió de respuesta.

-Eres ahora todavía más hermosa que hace ocho años-

El recuerdo de otros tiempos hizo que me sintiera un poco incomoda, pero luche para ocultarlo. Debía seguir
con el juego de seducción.

Sentí el roce de la camisa de él mientras se agachaba y el contacto de sus dedos alrededor de mi tobillo. Me
quito un zapato y luego el otro. Me recorrió las piernas con los dedos, levantándose. Volvió a colocarse tras
de mí y me puso las palmas de las manos sobre el vientre, apretándome de nuevo contra su erección. Me
volví hacia él he imagine como Edward nos estaría viendo, reflejados en el gran espejo del baño. ¿Me
acompañaría él en la bañera? La cadencia de la respiración de Edward se acelero y se hizo más profunda.

El deseo me poseyó con una fuerza abrasadora. Nunca había estado tan excitada en toda mi vida. Sentí ganas
de tomarle la mano y llevármela entre las piernas para mostrárselo.

Introdujo los dedos por el borde mi ropa interior. Me contraje y tome aliento. Él desabrocho el sostén y tomo
ambos pechos en las manos. Me recosté en él, saboreando sus caricias y sintiendo como el corazón de mi
amante se aceleraba. Levante la mano para acariciarle la cara y me encontré con una piel dura pero a la vez
suave y recién afeitada.

Edward me acaricio los pezones con los pulgares, haciéndome gemir. Luego, me quito el sostén de los
hombros, me beso la nuca y fue bajando vertebra a vertebra, hasta llegar a mis pantaletas y las bajo por las
piernas. Saque los pies del pedazo de tela y me quede esperando, temblando al pensar en cuál sería el
próximo movimiento de mi amante.

-Entra en el agua- ordeno él, tras llevarme hasta la bañera.

No me soltó hasta que me sumergí en el agua caliente. Comenzaron a funcionar las burbujas del
hidromasaje. Pero yo no quería burbujas. Yo quería a Edward.

-Volveré dentro de diez minutos. Relájate- dijo él, me beso con intensidad y me puso el vaso de vino entre
los dedos. –Déjate el antifaz y no te muevas. No quiero que te hagas daño-

Entonces, se retiro. Me incorpore un poco y levante una esquina del antifaz. El baño estaba iluminado por
una docena de velas, cada una en un plato de plata. Edward debía de haberlas traído. El romántico gesto me
llego al corazón.

No debía enamorarme de él de nuevo. Lo más probable era que toda aquella demostración no fuera más que
algo que Edward había aprendido a hacer con más de una docena de mujeres después de haberme dejado.

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♥ Kokoro's Room ♥

Me recosté en la bañera e intente recordar todo el dolor y la confusión que había sentido cuando él se había
ido, pero ya no podía recordarlo con tanta nitidez como antes.

Me coloque de nuevo el antifaz y deje el vaso de vino aun lado. Si Edward pretendía seducirme, lo estaba
haciendo muy bien, ¿pero por que se molestaba él en hacerlo cuando ya sabía por anticipado que íbamos a
terminar en la cama?

Sentí un soplo de aire en los hombros y las burbujas se apagaron. Edward había vuelto. Se me acelero el
pulso.

¿Qué sucedería ahora?

¿Qué habría él planeado?

Esta nerviosa y ansiosa. Lo deseaba con toda el alma. Jamás había experimentado tanta necesidad por un
hombre que no fuera él. ¿Pero como no hacerlo? Si era el único que me hacía ver estrellas al llegar al
orgasmo, el único que me hacia olvidar hasta mi propio nombre, el único al que de verdad había amado y
entregado mi corazón…
Intente enfocarme. Solo sexo… el mejor sexo.

***************************************

Capitulo X – Verdades que incomodan.

EDWARD POV

Quería tener la situación bajo control, pero estaba perdiendo el dominio como un adolescente. Durante toda
la tarde, había estado planeando bañar a Bella, meterme en el baño con ella, colocarla sobre mi regazo y
detenerme enjabonando cada milímetro de su deliciosa piel. Pero, nada mas desnudarla, me había dado
cuenta de que no iba a poder hacerlo sin tener un orgasmo prematuro, por eso me había retirado. Me había
ido a la cocina y había lavándolos platos, tranquilizando mi libido. Sin embargo, al entrar de nuevo en el
baño, volví a sentirme demasiado excitado.

Solo Bella podía provocar eso. Solo ella…

Aquella noche quería dedicársela a Bella, a demostrarle lo felices que podíamos ser y a recuperar su
confianza. Pero estaba a punto de explotar de deseo. Repare en su antifaz.

67
♥ Kokoro's Room ♥

-Has hecho trampa- observe sonriente.

-Yo…- comenzó a decir ella, mordiéndose el labio.

-No lo niegues. El antifaz tiene una huella de tu dedo mojado- añadí y le acaricie la cara. -Levántate- ordene
con voz ronca.

Bella se levantó. El agua cayó en cascadas por su piel. Gotas colgaban de sus pezones erectos. Apreté los
dientes, mientras el deseo pujaba por tomar el control. El monstruo en mi me ordenaba mil y un formas de
poseerla y hacerla gritar de placer. Estaba a punto de echar una toalla al suelo y tomar a Bella allí mismo,
pero recordé que tenia preparados en la habitación un monton de pétalos de rosa y una loción de menta para
masajear los pies.

-¿A cuántas mujeres más has mimado de esta manera?-

La pregunta me tomo por sorpresa, me detuve. Había tenido otras amantes, pero habían sido relaciones solo
sexuales. Nunca había intentado conocer a otra mujer en profundidad, como quería entrar en Bella, no solo
en su cuerpo, también en su corazón.

-Ninguna. No merecían que hiciera el esfuerzo.-

La tome del brazo y la ayude a salir del baño. La rodee con una toalla. Ella se acerco, mojándome la camisa
con los pechos. La atraje hacia mi para besarla. Me había rendido. No podía controlar lo que tanto deseaba.
Abrí la boca y ella me devoro con su lengua, poniéndose de puntillas, rozando su pelvis con la mía.

Rugí de placer y apenas recordé que se suponía que tenía que secarla. Deje caer la toalla y la acaricie con las
manos. Amaba su contacto, su figura, su sabor. La amaba a ella.

Bella me recorrió la espalda con las uñas y, cuando apretó mi trasero, supe que estaba perdido. La solté y
trate de desabotonarme la camisa con dedos torpes.

68
♥ Kokoro's Room ♥

Bella me ayudo a ciegas, abriéndome la camisa y posando los dedos en mí pecho. Luego, el cinturón y la
cremallera del pantalón. Cuando ella me toco dentro de los pantalones, me temblaron las rodillas y me senté
al borde de la bañera, con la cabeza justo frente a los pechos de ella.

-Qué bonita vista- murmure antes de posar mi boca en uno de sus pechos.

Bella me acaricio el pelo mientras yo lamia, besaba, chupaba.

Le acaricie la cintura, las caderas y llegue hasta sus rizos húmedos. Bella gimió. ¡Dios! Ella estaba tan
caliente y mojada, que el deseo se hizo casi insoportable, pero aun así intente controlarme y la acaricie.

Bella cambio de postura, abriéndose, acercando las caderas hacia mis dedos. Le temblaban las piernas. Supe
que ella estaba cerca de llegar al clímax, por el rubor de sus mejillas y su respiración entrecortada. Entonces,
Bella se estremeció en mi mano, contra mis labios.

La tome en brazos y la lleve a la cama. La deje en el centro del colchón con urgencia.

-¿Qué es esto?- pregunto ella, extendiendo las manos sobre las sabanas.

Agarre el preservativo. El masaje de pies tendría que esperar.

-Pétalos de rosa- respondí, y tome un puñado de pétalos de para esparcirlos sobre mi hermosa amante.

Me puse el preservativo, me coloque sobre de ella y le levante las piernas, colocándolas encima de mis
hombros. Encontré su centro húmedo y la penetre.

Ella grito de placer. El aroma a rosas llenó mis pulmones… era totalmente embriagador porque estaba
mezclado con el olor de la excitación de Bella.

69
♥ Kokoro's Room ♥

Mi cadera empujaba ansiosa. Solo deseaba inundarla de mí. Que cada una de sus partículas me recordara.
Quería que lo gozara tanto como para querer regresar por más. Sus pechos botaban maravillosamente en
cada embestida. Sus ojos vendados le daban un toque más sensual a su rostro. Como pude, una de mis
manos agarró otro bonche de pétalos y mientras la seguía penetrando fui aventando poco a poco los trozos
de rosa sobre su delicioso cuerpo. No paraba de gemir y pronunciar mi nombre. Bella estaba a mi merced.
La movía, la sacudía, la apretaba y la penetraba a voluntad.

-Bella… er… es ex… quisita. Eres… ohhh- no podía ni decirle coherentemente todo lo que ella era para mí,
ni todo lo que significaba.

Entre en ella un poco más, con más fuerza, más de prisa, más profundo. Me enterré en sus caderas y, cuando
Bella grito mientras otro orgasmo la estremecía, me volví loco. Acelere más el ritmo y explote segundos
después de ella.

El orgasmo me dejo sin respiración, me había mandado directito al espacio y tenía la cabeza dando vueltas.
Rugí y gemí, para después aterrizar en los brazos de Bella.

Ella me acaricio el pelo y la cara. Se quito el antifaz y sonrió.

-La próxima vez, tú te pones el antifaz.-

Maldición, la amaba. Había creído imposible amarla más que antes, pero así era. Bella era una mujer más
fuerte, más segura y más generosa de lo que había sido cuando la había dejado. Eso hacía que fuera más
fácil aun amarla. Y más peligroso.

Había sido difícil dejarla la última vez y sabía con absoluta certeza que no sería capaz de volver a dejarla.
Haría cualquier cosa para que Bella permaneciera en mi vida, incluso… una tregua con mi padre.

*****************************************

BELLA POV

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♥ Kokoro's Room ♥

Edward estaba en el baño y mi mirada estaba perdida en el techo.

Lo deseaba más que antes.

No podía seguir negándolo. Era una verdad tan obvia, como el sol que se asomaba por las persianas.

Era más que sexo. Edward me escuchaba, como si lo que dijera fueran palabras muy importantes. Y no solo
a mí, sino a todos los miembros del equipo de Yates Cullen, desde el joven que barría los pisos hasta Denali,
el director de producción. El muchacho tímido del que me había enamorado en el instituto se había
convertido en un hombre bien templado.

Su atractivo residía también en la amabilidad que había mostrado a Robby. Con todo el trabajo que tenía en
Yates Cullen y con su propia empresa, era un detalle que se hubiera tomado la molestia de cuidar a mi
pequeño hermano.

Además, Edward sabia como seducirme. Él sabía muy bien lo que hacía. Al utilizar el antifaz la noche
anterior, me había colocado en la posición de confiar en él. Me había alimentado, me había bañado, me
había hecho el amor, sin ir demasiado lejos y sin hacerme sentir incomoda. Tenía que reconocer que había
sido muy efectivo. ¿Por qué no me sentía manipulada?

Edward me había dicho que confiara en el. Y de verdad quería hacerlo. ¿Pero cómo podía, si no conocía la
razón por la que se había marchado hacia años? ¿Qué habría pasado entre Carlisle y él para que ninguno de
los dos hombres quisiera hablar de ello? ¿Qué podía hacer para que Edward me lo confesara?

Volví la cabeza y mire el reloj. Solo tenía unos minutos más antes de prepararme para ir al trabajo. No tenía
tiempo de atar a Edward a la cama y sacarle las respuestas que buscaba.

-Estas despierta- dijo Edward al abrir la puerta del baño.

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♥ Kokoro's Room ♥

Se había duchado, se había afeitado y se había vestido con pantalones negros y una camisa verde. Sus ojos
resaltaban a morir. El olor de su colonia me envolvió. Tenía un aspecto muy apetitoso y desee tanto
arrastrarlo a la cama de nuevo, pero habíamos quedado con unos clientes esa mañana. Tenía que intentar
controlar los suaves y cálidos sentimientos que bullían en mi interior.

Era mejor no involucrarse demasiado… ¿Cómo si ya no lo hubieras hecho, Bella?

De pronto una revelación me dejo inmóvil.

No involucrarme demasiado…

Eso era lo que había estado haciendo con todas mis relaciones durante los últimos ocho años. No había
querido involucrarme. En cuando había empezado a sentirme lo bastante cómoda para dar un paso más,
había erigido barreras y había inventado excusas para dejar la relación antes de que pudiera salir lastimada.

Sacudí la cabeza para quitarme de encima ese molesto descubrimiento y vi que Edward me estaba
observando.

-Siento no haberme levantado a tiempo para ducharme contigo- dije desviando su atención.

-Habríamos llegado tarde al trabajo- señalo él, con ojos llenos de pasión. –Dejémoslo para esta noche-

-No puedo. He quedado con las chicas-

-¿Crees que podrás convencer a mi madre para que las acompañe si yo me quedo con mi padre?- se ofreció
Edward.

-Si. Seguro- afirme, anonadada por el súbito cambio de opinión de Edward. Si los dos hombres pasaban
tiempo juntos, podrían arreglar sus diferencias.

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♥ Kokoro's Room ♥

-Luego puedo venir a tu casa y pasar aquí el fin de semana- dijo él, señalando hacia la cama. –Contigo-

Se me seco la boca. Mi corazón se acelero como maquina locomotora. Era peligroso, debía de emprender la
retirada. Pero, no podía. No, hasta que tuviera las respuestas que buscaba.

-Suena prometedor- musite.

Edward se acerco, se inclino y me beso, dejándome sin aliento.

-Te veré en el trabajo- dijo él, agarro su bolsa de viaje y se fue.

Apreté las manos y espere a que mi pulso se calmara. ¿Sería capaz de pasar con él todo el fin de semana sin
perder el corazón? Otras mujeres tenían aventuras que no iban a ninguna parte. ¿Por qué yo iba a ser menos?

Aparté las sabanas y me levente. Me prometí que cuando Edward se fuera de San Diego, no habría
corazones rotos, ni promesas incumplidas, ni arrepentimientos. Solo estaría agradecida por los recuerdos.
Eso sería todo. Un bonito recuerdo.

Me dirigí a la ducha. Moviendo la cabeza. No había quien se tragara lo que acababa de decirme.

*****************************************

EDWARD POV

-Gracias por venir, cariño. Te prometo que no llegare tarde- dijo mi madre.

-tomate tu tiempo, mamá- repuse y la bese en la mejilla. –Disfruten su velada-

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♥ Kokoro's Room ♥

-Pero Heidi tiene la noche libre y… - comenzó a decir mi madre, como si estuviera arrepintiéndose de
dejarnos solos.

-Tengo tu número de móvil por si te necesito. Ve. Diviértete.-

Bella había tenido un efecto mágico sobre mi. Tanto asi que había llamado a mi madre y la había
convencido para que saliera un poco.

Al recordar las últimas veinticuatro horas, mi corazón se incendio. En medio de la noche, Bella había
cumplido su promesa de vendarme los ojos y me había vuelto loco. No hacía falta decir que no habíamos
dormido casi nada y estaba decidido a hacer lo mismo en las dos noches siguientes. Metí las manos al
bolsillo y repare en mi repentina erección. Tenía que dejar de pensar en Bella si no quería que mi padre me
viera así.

Espere a que mi madre se hubiese ido antes de ir a reunirme con mi padre al salón. Tenía preguntas en la
cabeza pero, de manera sorprendente, ya no sentía la rabia que había sentido antes.

-¿Póker?- pregunte tras agarrar las cartas de la mesa.

-Nada de juegos- respondió mi padre. –Tenemos que hablar sobre lo que paso hace ocho años-

Mi padre pronuncio despacio cada palabra y recordé lo que Bella me había dicho sobre su dificultad para el
habla después del infarto. Entonces, caí en cuenta… podía haber perdido a mi padre.

Sentí un gran vacío en mi interior. Me senté en una silla junto a él. Odiaba hablar sobre el pasado, pero peor
hubiera sido perder a mi padre sin tener la posibilidad de entender lo que había pasado hacia ocho años.

-Solo dime porque- pedí

74
♥ Kokoro's Room ♥

-No tengo ninguna buena excusa- replico, y trago saliva. Aparto la mirada.

Hubiera sido mejor haber tenido esa conversación hacia ocho años pero, entonces, yo había sido demasiado
impulsivo y había estado demasiado asustado como para escuchar. Había temido conocer las respuestas.
Había temido descubrir que yo también fuera un bastardo egoísta, como él.

-Tu madre y yo teníamos problemas. El negocio iba mal y yo trabajaba demasiadas horas y no pasaba
tiempo con ella. Ella empezó a hacer su vida. Salía tres mañanas a la semana pero nunca quería contármelo.-

Mi corazón empezó a latir a gran velocidad. Durante ocho años, había culpado solo a mi padre. Nunca había
considerado que podía haber otra versión de la historia o que el matrimonio perfecto de mis padres podía
haber hecho aguas antes de la infidelidad de mi padre. En aquellos tiempos, al vivir fuera durante cinco
años, en la universidad, había perdido el contacto con mi vida familiar.

-Pensé que tu madre tenía una aventura. Y que no me quería. No pude culparla. Me había portado como un
idiota. Sentí mi orgullo herido y fui demasiado lejos…- explicó y se interrumpió con lágrimas en los ojos.

Espere, con un nudo en la garganta, a que mi padre recuperara la compostura. Siempre había querido
conocer la verdad pero, en ese momento… me arrepentí.

¿Qué más daba? No cambiaría nada. Saque un pañuelo y se lo pase a mi padre.

El se limpio las lágrimas.

-Esme estaba tomando clases de pintura sobre cristal con la amiga de Bella, la chica Brandon-

-Alice- repuse.

-Sí. Alice. Esme estaba haciendo un regalo. Para mí. Y no había querido contármelo para darme una
sorpresa-

75
♥ Kokoro's Room ♥

No había esperado oír eso. Nunca podría justificar lo que Reneé y mi padre habían hecho pero, al oír el otro
lado de la historia, estaba empezando a comprender que, a veces, las personas pueden hacer malas
elecciones.

-¿El paisaje marino que hay colgado en tu despacho lo hizo mamá?-

-Así es. Lo hizo para darme una sorpresa-

-Es muy bonito. Lo traeré a casa. Puedes colgarlo aquí- dije y, tras un momento de titubeo, pregunte: -¿Y
qué pasa con Robby?

Mi padre respiro hondo, con los ojos llenos de arrepentimiento.

-Es un buen chico-

-Es tu hijo. Tienes que reconocerlo-

-No estaba seguro- repuso él, llorando de nuevo. – Sospechaba que podía serlo. Se parece un poco a nuestra
familia-

-Lo conocí en casa de Bella. Creí que era hijo mío-

-No, hijo. Bella nunca te ocultaría algo así-

-Se parece a mí y tiene la edad para ser mi hijo-

76
♥ Kokoro's Room ♥

-Solo se parece un poco a ti, Edward- señalo mi padre, negando con la cabeza. –Los ojos. Quizá, la nariz. El
resto es de Renee. Viste solo lo que querías ver-

Fruncí el ceño. ¿Tan desesperado había estado por encontrar algo que me atara a Bella?

-¿Qué harás respecto a él?-

-Nada. Si lo reconozco como mi hijo, hare daño a demasiadas personas. Charlie es bueno con él. Quiere al
niño y Robby adora a su papá. No destrozare eso-

-¿Lo sabe mamá?-

-No creo. Espero que no. Sabe que tuve una aventura, pero no cuando. Lo de la aventura la lastimo mucho.
Saber que Robby es mío, cuando ella no podría tener más hijos, le haría demasiado daño. Cuando tú naciste,
tu madre tuvo un problema. Casi muere en el parto. Le quitaron el útero. Pero yo tampoco quería más hijos-

-No lo sabía-

-Tu madre siente mucho complejo y prefiere no hablar de ello- explico, y poso la mano sobre la mia. –Me
equivoque, Edward. Hice mal en engañarla. Hice mal en pedirte que mintieras. Hice mal al causar tu marcha
del lugar al que perteneces- admitió y me apretó la mano. –Pero tu hiciste mal al lastimar a Bella-

-Estoy esforzándome por arreglarlo. Todavía la amo, papá. Quiero que venga a New York conmigo-

El aparto la mano.

-Ella merece ser feliz y tu también. Aquí o en New York-

77
♥ Kokoro's Room ♥

-¿Qué pasara con Yates Cullen cuando yo me vaya?-

Mi padre miro hacia la ventana.

-No puedo volver al trabajo como antes. Los médicos me esconden la verdad pero yo lo se. Y quiero pasar el
tiempo que me queda con tu madre, no atado a una oficina. Si tu no estas interesado en el negocio, lo
venderé. Es una empresa fuerte y estable. No le faltaran compradores. Una multinacional ya me ha llamado.
Saben que estoy enfermo y quieren aprovecharse-

Se me encogió el estomago.

-Una multinacional cerraría la oficina de San Diego-

-Probablemente. Pero los diseños de Yates Cullen seguirían existiendo. Y la marca Cullen seguiría en la
cima-

Me sentí culpable, responsable de hacer que mi padre vendiera su negocio. Dejar a mil empleados sin
trabajo.

Al regresar a San Diego, yo había querido destapar la verdad y había querido que los culpables fueran
castigados. En ese momento, ya no le encontraba sentido. Mi padre y la madre de Bella habían cometido un
error terrible, pero habían hecho todo lo que habían podido para solucionarlo y proteger a los que amaban.
Revelar el secreto solo haría sufrir a los inocentes. Bella, mi madre, el padre de Bella, Robby…

Me levante y camine a la ventana. Si me quedaba en San Diego, no solo tendría que vivir con el secreto que
me había impulsado a irme, sino que nunca podría reconocer a Robby como mi hermano y tendría que
seguir mintiéndole a Bella. Ella ya tenía problemas para confiar en mí. ¿Y quién podía culparla? ¿Podría
recuperar su confianza si no le contaba la verdad? Pero la verdad tenía que permanecer oculta.

-Edward, casi pierdo la mejor cosa de mi vida por equivocarme con mis prioridades-

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♥ Kokoro's Room ♥

-¿Mamá?- pregunte, volviéndome hacia él.

-Mi familia, hijo. Tu madre y tú. No cometas el mismo error. Tienes una segunda oportunidad. Y, si Bella te
hace feliz, ve por ella-

Mi padre colocó el andador frente a la silla y se esforzó en levantarse. Sentí una punzada de dolor al
observarlo. Me acerque para ayudar, pero él se negó. Paso a paso, con mucho trabajo, el viejo consiguió
llegar hasta la ventana.

-No espero que me justifiques. Pero espero que un día puedas perdonarme-

-Te perdono, padre. Claro que si- repuse y me acerque a abrazarlo, con lágrimas en los ojos.

*****************************************

BELLA POV

Medianoche. Se me estaba acabando el tiempo. Me había propuesto poner punto y final a “la relación” con
Edward después del fin de semana, antes de que fuera demasiado tarde. Antes de enamorarme de él de
nuevo. Antes de que él volviera a dejarme.

Bajo la luz de la luna creciente, apoye la cabeza sobre el pecho de él y le escuche el corazón.

Edward había llegado hacia una hora. Nada mas verme, me había besado con frenesí y habíamos hecho el
amor en la alfombra de la entrada. Había notado un toque de extraña desesperación en la forma en que él me
había hecho el amor. Quería comprenderlo. Quería consolarlo, calmarlo. Y eso era peligroso, pues iba más
allá del puro sexo y entraba en el territorio del cariño.

Tenía que dejar de involúcrame.

79
♥ Kokoro's Room ♥

-¿Qué ha pasado esta noche con tu padre, Edward?- pregunte sin pensar. Me arrepentí en ese mismo
instante, porque solo conducían a sumergirme más en “nuestra relación”

-Nada. Todo fue bien-

-¿Nada?- pregunte con incredulidad.

-Hablamos. Después de cenar, jugamos a las cartas-

Incluso bajo la débil luz de la luna, supe que me estaba mintiendo. Edward se negaba a mirarme. Una
punzada de dolor me recorrió y me puse tensa. Sentirme engañada me hacía mucho daño. Entonces, me di
cuenta. Había ido demasiado lejos. Me había enamorado de Edward Cullen de nuevo.

¿Qué clase de tonta se enamoraba dos veces de un hombre que no podía ser sincero con ella?

Cerré los ojos y baje la cabeza, sintiéndome humillada. Edward tomo mi cara entre sus manos e hizo que lo
mirara con sus penetrantes ojos verdes.

-Cásate conmigo, Bella-

Anonadada, abrí la boca, pero no pude articular palabra alguna.

-Te amo. Nunca he dejado de amarte. Quiero pasar el resto de mi vida contigo-

Leí la sinceridad y amor en sus ojos. Se me encogió el corazón y sentí una oleada de alegría. Pero me
contuve. Había escuchado esas palabras de los labios de él antes, pero no habían sido verdaderas. Me había
dejado.

80
♥ Kokoro's Room ♥

-¿Cómo puedes decir eso cuando no eres capaz de ser honesto conmigo?-

-Hay secretos que no deben de ser revelados- replico él, apartándose un poco.

-No es el caso, Edward. Me dejaste. No sé por qué. Y si no me dices porque, nunca podre estar segura de
que no vas a dejarme de nuevo-

-No te dejare. Lo juro-

-No necesito un juramento. Necesito la verdad.-

Edward aparto la mirada. Cuando volvió a mirarme, sus ojos estaban llenos de determinación. Supe que él
no iba a contármelo.

-Necesito que confíes en mí respecto a esto- pidió él.

-¿Y si no puedo?-

-Me ganare tu confianza. No importa cuánto tiempo haga falta. Dame la oportunidad de demostrarte que no
volveré a hacerte daño.-

Me hizo dudar. Mi lado racional gritaba que no confiara en él. Pero, mi lado emocional me recordaba que lo
amaba y que deseaba estar con él.

¿Que era lo que tenia que hacer?

**********************************************************

81
♥ Kokoro's Room ♥

Capitulo XI – Felicidad poco convencional

BELLA POV

--

Yo sabía que no podía confiar en él sin conocer la verdad. Pero también sabía que mi miedo a involucrarme
en pasadas relaciones era lo que me había impedido alcanzar la felicidad. ¿Acaso no me había propuesto
romper el círculo vicioso?

Edward había bajado a la cocina para hacer café. Habíamos hecho el amor muy despacio hasta la salida del
sol. Lo amaba. Amaba todo de él. Excepto el maldito secreto.

¿Pero que podía perder?

Ya había perdido el corazón, de todos modos.

¿Sería capaz de amarlo con todo el corazón sabiendo que él escondía algo? Aun no conocía la respuesta.
Además, todavía no habíamos hablado de donde viviríamos si, y solo si, decidíamos vivir juntos. Yo no
pensaba abandonar a Carlisle en un momento como ese.

La puerta se abrió. Edward entro y dejo una bandeja con el desayuno sobre la mesa. Solo llevaba puestos sus
pantalones.

-El periódico ha llegado- dijo él. –No va a gustarte-

Me encogí y alcance el periódico. Edward me detuvo y me tomo entre sus brazos. Se acerco lentamente a
mis labios hasta por fin darme lo que tanto necesitaba.

Sin dudas, encajábamos a la perfección. ¿Pero me atrevería a apostar por el futuro, sabiendo que podría
caerme del caballo a medio camino?

-Me amas, admítelo- dijo él, mirándome con ternura.

Titubee. Si le confesaba mis sentimientos no había marcha atrás.

-Bella, nadie sería capaz de hacer el amor conmigo como tu lo hiciste anoche, sin quererme-

-Sí. Te amo- reconocí, bajando la mirada.

-No lo lamentaras- dijo él, sonriendo. –Nos casaremos tan pronto como…

-Edward aun tenemos muchas cosas que hablar- le interrumpí, tapándole los labios con los dedos. – No
quiero ni pensar en una boda hasta que Carlisle se recupere-

Edward suspiro y me soltó. Camino hasta el balcón, tenso.

-No va a volver- dijo él, sin girarse.

-¿Qué?- pregunte alarmada.

82
♥ Kokoro's Room ♥

-Anoche me dijo que quería retirarse y pasar el resto de sus días junto a mi madre-

-Pe-pero… ¿Qué pasara con Yates Cullen?-

-Planea venderlo. Dice que una corporación se ha mostrado interesada- afirmo él, y se giro. – Si la empresa
de vende, ya no habrá nada que te retenga aquí y podrás venir a New York-

-¿Y mi casa, mi familia, mis amigos?-

Edward se acerco de nuevo a mí y me abrazo.

-No tenemos que tomar una decisión hoy mismo. Desayunemos. Leamos el periódico y, luego nos
bañaremos-

Me había olvidado del periódico. Lo agarre de nuevo y fui directa a la sección de Lauren.

Se rumorea que las citas han sido canceladas, pero hemos averiguado que Isabella Marie Swan y Edward
Anthony Cullen no pueden permanecer separados ni de día ni de noche. ¿Acabaran juntos los antiguos
amantes? Pronto lo sabremos.

-Esta mujer debe de tener espías- comente frustrada. –Deben de estar vigilando mi casa-

-Bueno… en el baño no hay ventanas… deja que cumpla mi fantasía. Llevo queriendo bañarme contigo
desde que vi tu bañera por primera vez-

La mirada picara de Edward hizo que entrara de nuevo en calor y me rindiera al deseo una vez más.

*****************************************

EDWARD POV

--

Utilizaría el sexo para distraer a Bella. Pero tenía una difícil decisión que tomar. ¿Me quedaría en Yates
Cullen o me iría? Bella me amaba. Eso era lo único que importaba. Le bese y le desate el cinturón de la bata.
Cuando se la quite, incline la cabeza para besarle los pechos.

Bella se aferro a mí y me desabrocho la cremallera de los pantalones, para introducir la mano bajo mis
calzoncillos y sujetar mi poderosa erección.

Me temblaron las rodillas, mi sangre se incendio. Entonces me arrodillé y encontré la parte más intima de
ella con la boca. Bella enredo sus dedos en mi cabello.

-Me encanta cuando me haces eso. Me están fallando las piernas- dijo ella en un susurro.

La tome en brazos y me dirigí al baño. La senté en el borde de la bañera, abrí el grifo y me arrodille a sus
pies. Le di placer con las manos, los labios y la lengua, hasta que ella tuvo un orgasmo.

83
♥ Kokoro's Room ♥

-Un momento- dije, al darme cuenta de que no tenía preservativo.

Recorrí al dormitorio a buscar uno y, al regresar, encontré a Bella en el agua, con una sonrisa de
satisfacción. Me coloque el preservativo y entre en la bañera. Senté a Bella en mi regazo y la penetre. Era el
paraíso.

Bella me rodeo con sus piernas. La separe y la acerque para salir y entrar en más profundidad. Una y otra
vez, hasta llegar al punto de perder la razón.

Tuve un orgasmo impresionante. Me quede sin respiración, mientras Bella se estremecía en mis brazos,
llegando al clímax de nuevo. Nos quedamos abrazados, con fuerza.

Amaba a esa mujer. No solo porque el sexo con ella era increíble, sino porque ella lo daba todo. Su tiempo.
Su talento. Su amor. Su corazón. Odiaba no poder decirle la verdad para que confiara en mi al cien por
ciento. Pero encontraría un modo de conseguirlo.

-Lauren tiene razón en su artículo, ¿sabes?-

Como respuesta, Bella me salpico.

-¡Eh! ¿Eso por qué?-

-Puede que Lauren tenga razón, pero no quiero que todo el mundo cotillee sobre mí- dijo ella.

Se levanto para salir de la bañera y yo, encantado con la vista, la seguí con la mirada. Ella agarro el bote de
champú y regreso al agua.

-Yo lo quiero todo, Edward. Te quiero a ti y quiero a Yates Cullen. Juntos, como un día planeamos-

-Suena tentador tesoro, pero…

Entonces Bella me salpico de nuevo. Luego, comenzó a lavarme el pelo y, al llegar a la nuca, se detuvo.

-Tienes una marca de nacimiento. Una media luna colorada- observo ella con voz tensa.

-Si-

-Robby tiene la misma marca, de la misma forma y el mismo color, en el mismo sitio-

Diablos.

Me quede sin palabras.

*****************************************

BELLA POV

--

84
♥ Kokoro's Room ♥

Me esforcé en entender lo que veía. ¿Por qué iban a tener Edward y Robby la misma marca de nacimiento?
¿Coincidencia? No.

-Bella…

Lo mire a los ojos y me quede muda. Ese era el secreto. El horrible secreto que yo no podría soportar.

-¿Tu y mi madre? No es posible- balbuceé. –Dime que no es cierto-

-Diablos, claro que no. Yo nunca…

-¿Entonces?- pregunte, recordando todas las similitudes entre Edward y Rob.

Pensé en todas las posibilidades… ¿Carlisle?

No soportaba imaginar que mi madre y mi mentor hubieran estado juntos… No, cielos, no.

Salí de la bañera, temblando. Me envolví en una toalla.

-Bella, escucha- dijo Edward. Intento abrazarme, pero se lo impedí.

-Mi madre y Carlisle-

-Si-

-Tú lo sabías-

-Si…-

-¿Cómo? ¿Desde cuándo?-

-Desde hace ocho años- repuso él, y tome otra toalla.

-¿Y no me lo dijiste?- pregunte mientras los hechos encajaban en mi cabeza como un rompecabezas. –Por
eso te fuiste sin despedirte-

-Si- afirmo él, apretando la mandíbula.

-¿Qué paso ese día? Fuiste a Yates Cullen y ¿luego?-

-Me los encontré- contesto él, incomodo.

-¿En la oficina?- repetí en voz baja y me senté en la cama. -¿Cómo pude no darme cuenta?-

Me sentía furiosa y traicionada. Aquellos a quienes había amado y en quienes había confiado, me habían
mentido.

Mi madre, Carlisle y Edward.

-Ocurrió solo esa vez-

85
♥ Kokoro's Room ♥

-¿Cómo lo sabes?- inquirí, nerviosa.

-He hablado con ambos-

-¿Y les crees? Han traicionado a demasiada gente. A mí. A mi padre. A tu madre-

-Les creo, pero no los justifico- señalo Edward, y me tomo de las manos, a pesar de que yo me resistía. –Por
eso me fui. Me los encontré y mi mundo se vino abajo. Pensé que, tal vez, yo sería como mi padre, indigno
de confianza, incapaz de ser fiel-

-Por eso te fuiste- dije, comprendiendo al fin la verdad.

-Si me hubiera quedado, habría tenido que mentir, fingir que no había pasado nada. Y no habría podido.

-Debiste haber confiado en mí, Edward. Debiste habérmelo dicho-

-No. Tú estabas muy unida a tu madre y no quise destruir tu confianza en ella-

-Debiste habérmelo dicho- repetí. –Hubiera sido mejor que pensar que no me amabas. Ahora es demasiado
tarde-

-No es demasiado tarde. Empezaremos desde cero. Ahora mismo-

-¿E ignorar el terrible secreto? Vete, por favor, necesito tiempo-

-Piensa en Robby, Bella- dijo Edward, posando sus cálidas manos en mis hombros. – Si el secreto sale a la
luz, su mundo se hará pedazos. ¿Lo seguiría amando tu padre si supiera que no es hijo suyo? Sé que estas
enfadada y te sientes traicionada. A mí me paso lo mismo. Pero también esta Robby. Tu hermano y el mío-

-Para. No quiero oír nada más. Vete, por favor- pedí tapándome los oídos.

-No hemos terminado- dijo él, besándome los puños apretados-

-No sé cómo vamos a poder seguir con esto-

-Encontraremos el modo- dijo Edward.

Me soltó y se cambio.

-Te quiero, Bella. Nunca he dejado de amarte y nunca lo hare- afirmo, antes de regalarme una dulce mirada
y marcharse.

Lo único que sabía seguro era que entendía a Edward por haber huido, pues yo tenía unas inmensas ganas de
hacer lo mismo.

Me acosté en la cama y expulse toda mi frustración llorando junto a la almohada.

*****************************************

86
♥ Kokoro's Room ♥

EDWARD POV

--

No había podido dormir nada desde que me había separado de Bella. Por eso, claramente oí que alguien se
subía a mi barco a las cinco de la mañana.

Tenía que ser Bella. Por un momento me sentí aliviado. Solo ella iría a verme a esas horas. Salte de la cama
y subí las escaleras para abrir la puerta, a toda prisa.

Efectivamente, era ella. Nos miramos un momento antes de que la dejara pasar en silencio, con una maleta.
Tenía ojeras y un aspecto terrible. Entendía por lo que ella estaba pasando, pues yo mismo había vivido lo
mismo.

-Me pediste que me fuera contigo a New York. Vámonos, pues. Ahora mismo, hoy. Venderé mi casa y…

-Espera- dije, y pose las manos en sus hombros. Al fin, había llegado a una conclusión. – No podemos irnos-

-¿Qué quieres decir?- pregunto ella, mirándome como si estuviera loco.

-Si nos vamos, mataremos el sueño de mi abuelo-

-¿Y qué más da? No es tu sueño-

-Solía serlo. Podría serlo de nuevo-

-Nuestros padres mintieron, Edward. ¿Cómo vamos a poder confiar en ellos de nuevo?-

-He estado ocho años huyendo y he aprendido la lección. No quiero huir más. Esto es mi vida- dije
señalando a mí alrededor. –Mi futuro. Nuestro futuro. Mucha gente cuenta con nosotros.

-¿Cómo perdonar? ¿Cómo olvidar lo que nos han hecho?-

-Cometieron un error. Un error terrible. Pero han hecho todo lo posible para arreglarlo-

-Los estas justificando- acuso ella.

-Nunca. Pero he hablado con ambos y ahora entiendo lo que paso-

-Pues yo no-

-Tu madre había estado enamorada de mi padre-

-¿Qué?- pregunto ella, atónita.

-Nunca nos lo habían contado ¿verdad? Pues Reneé estuvo saliendo con tu padre antes de que llegara mi
madre. Aun así, mi padre fue su primer amor ¿Y sabes que me dijo? Que nunca se olvida al primer amor. Y
tiene razón Bella. Nunca podría olvidarte-

-Eso no justifica lo que hicieron- observo ella, sin contener las lagrimas. Su cuerpo temblaba.

87
♥ Kokoro's Room ♥

La lleve al sofá y la abrace. Le explique con detalles lo que mi padre y su madre me habían contado. Le
hable de las circunstancias en que había ocurrido.

-Cometieron un error, Bella. Pero no lo han repetido y ambos lo lamentan. Mintieron, si, pero lo hicieron
para proteger a los que aman. A tu padre, a mi madre, a ti, a Robby.

-Por eso no me lo dijiste. Para protegerme…

-Sí. Pero no me fui solo por su culpa. También me fui porque dudaba de mi propia capacidad para ser fiel-

-¿Y sigues dudando?-

-No. No temo seguir los pasos de mi padre. Te quiero desde hace catorce años, Bella. Y eso nunca cambiara-

-¿Y no te preocupa que yo pueda serte infiel igual que hizo mi madre?-

-No, mi vida- dije y la bese en la sien. –Puedes gritarme o salpicarme, pero nunca me harías daño-

-Siempre pensé que te habías ido porque no me amabas lo suficiente- dijo ella acariciándome. –pero te fuiste
porque me amabas demasiado-

Cerré los ojos, agradecido en silencio porque ella al fin lo había comprendido.

-Te amo- dijo ella, con lágrimas en los ojos. -¿Y ahora qué?-

-Tenemos que guardar el secreto. Para proteger a Robby, a tu padre y a mi madre- señale. – Y si quieres
hablar con ellos y escuchar su versión de la historia, puedo acompañarte-

-No- repuso ella, mordiéndose el labio. –Todavía, no. Necesito tiempo. Prefiero que ellos no sepan por ahora
que conozco su secreto-

-Trato hecho- dije y le acaricie la espalda. –Con una condición-

-¿Cuál?-

-Cásate conmigo. Deja que pase el resto de mis días amándote y ganándome tu confianza. Déjame hacerte
feliz por las noches, calentando tu cama…-

Si, Edward- afirmo ella, sonriendo. –Mi corazón es tuyo. Pero ahora yo tengo una condición-

-Dímela-

-No más secretos entre nosotros. Nunca más.

-Trato hecho- dije sonriente. Había aprendido como las mentiras podían destruir lo mejor de la vida.

-Entonces, si, me casare contigo-

-No lo lamentaras, tesoro. Mantendré mi promesa toda la vida-

88
♥ Kokoro's Room ♥

--

Tres meses después. Las cosas habían cambiado mucho. Mi padre se había sorprendido por mi cambio de
actitud con respecto a la empresa, pero estaba feliz y orgulloso. Había tomado mi lugar correspondiente en
Yates Cullen y Bella era mi mano derecha. Aun mantenemos el secreto a salvo. Eso sí, a quien más le había
costado trabajo había sido a Bella, en especial con su madre. Pero a mí me daba la impresión de que Reneé
ya sabía que Bella conocía la verdad. ¿Qué casualidad que de repente dejo de frecuentarla y dejo de asistir a
los viernes de chicas?

Las amigas de Bella estaban muy felices. Alice y el hermano de Rosalie: Jasper se habían enamorado y ya
estaban comprometidos. Lo mismo que con la misma Rosalie con el chico del bar: Emmett. Al parecer todos
habíamos encontrado el amor en esa bendita subasta.

-¿Qué piensas?- pregunto Bella desde el marco de la puerta del despacho de “nuestra casa” aun lado del mar.

-En nada en particular. Solo que parece ser que todos hallamos el amor en aquella subasta benéfica que
organizo mi madre- respondí dejando a un lado mi trabajo en el ordenador.

Bella se sonrió y abrió su bata de baño dejándola caer en el piso. Su piel desnuda salió a flote.

-Oops… lo siento. No quería interrumpir tu trabajo. Sigue en lo tuyo- susurro dándose la vuelta lentamente.
Prácticamente en cámara lenta.

El gruñido de mi pecho hizo que Bella soltara una carcajada y emprendiera una carrera escaleras arriba. Yo
por supuesto que corrí a alcanzarla.

Llegue hasta el baño y vi como se metía a la bañera repleta de burbujas, velas por el baño y música
romántica sonando al fondo.

-¿Y según tu no querías interrumpir mi trabajo eh?-

-O.K. tal vez si lo quería-

Sonreí antes de empezar a desvestirme y sumergirme en la calidez del agua y de su cuerpo.

En cuanto me acomode, Bella ya estaba en horcajadas sobre mí. No necesite esforzarme en lo más mínimo
para penetrarla y sentir el cielo.

El agua caía al suelo por nuestros constantes movimientos. Mis manos en su cadera la guiaban cada vez un
paso más cerca de la gloria. Mi lengua chupando sus pechos y sus manos arañando mi espalda, eran el toque
de locura que nos complementaron el viaje al éxtasis.

Quizás muchas cosas habían quedado abiertas. Muchas cosas torcidas estaban a nuestro alrededor. Pero nos
amábamos y solo nos necesitábamos el uno al otro para ser felices el resto de nuestras vidas.

-Te amo Bella-

-Y yo a ti Edward- susurró, para después besarme y ahogar el grito de éxtasis, mientras temblaba arriba de
mi cuerpo.

89
♥ Kokoro's Room ♥

Minutos después de que yo tuviera que morderle el hombro en el frenesí de mi propio orgasmo y que
hubiese recuperado el aliento. Acaricie su rostro y la bese con todo mi corazón. No era un beso cualquiera.

Era de ese tipo de besos que te cortan la respiración y que te hacen sentir en nubes.

De esos besos que te dicen más cosas que cualquier palabrería que pudiese inventarse alguien.

De esos besos que te daban a entender que esa persona era tuya y que tú eres de esa persona.

De ese tipo de besos que fundirían nuestros corazones para siempre.

--

fin

90

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