Professional Documents
Culture Documents
RESUMEN: El presente texto es el resultado de una labor de reflexión que realizan los
autores, en donde intentan contextualizar la emergencia del fenómeno de los jóvenes
infractores de ley en Chile, partiendo por el rol del estado, las políticas de infancia, la
marginalidad, la construcción de la identidad, la sociedad de consumo y la economía
alternativa, para abordar finalmente el tema del la privación de libertad en el contexto
de la ley de responsabilidad penal adolescente, vigente desde el 8 de Junio del año 2007.
Autores:
Asistente Social
Magíster © en Filosofía.
Asistente Social
1
Director del Programa de Tratamiento Ambulatorio para Jóvenes Infractores de Ley (PAI).
(Corporación PRODEL, V Región).
Email: prodelquinta@yahoo.es
Pagina : www.construccioncultural.cl
Teléfono: 52 -32 – 2595303.
Dirección: Colon 3126, Valparaíso. Chile.
Privación de Libertad Adolescente en Chile, una reflexión desde la praxis.
Introducción
En Chile, la constitución del 1980 legitimó una nueva institucionalidad, que consagró el
tránsito desde un Estado de bienestar a uno de tipo subsidiario, que trasladó el
protagonismo desde el Estado al mercado, desarrollando una política pública mínima
que se expresó en una caída del gasto social, el cual se focalizó en las familias en
2
Actualmente, cuenta con una población penal de alrededor de 140 adolescentes.
condición de pobreza, imponiendo además, la privatización los servicios sociales y la
descentralización de la gestión en educación y salud3.
Tal tendencia se comenzó a revertir con los gobiernos democráticos, los que
procuraron ampliar el sistema de protección social, diversificando la oferta pública y
estableciendo la existencia de grupos vulnerables (entre estos la infancia y/o
juventud), transitando desde un enfoque asistencial al de inversión social.
3
Moulian, Tomás (1998) “Páramo del ciudadano”, en Chile Actual: Anatomía de un mito, LOM-ARCIS,
Santiago, Chile.
4
Larrain H. Soledad (2005), Presentación: “Políticas hacia las familias, protección e inclusión social”,
Comisión Económica Para América Latina y el Caribe - CEPAL, Santiago, Chile. 28-29 junio.
5
Para la Real Academia de la Lengua Española (RAE) segregar es “separar y marginar a una persona o a
un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales”
distintos estratos sociales, se replica de forma ostensible en las ciudades más
importantes6.
6
Prieto D. Miguel “La segregación espacial de sectores sociales de bajos ingresos en las ciudades medias
chilenas bajo el sistema económico neoliberal. La vivienda social depredadora del medio ambiente
urbano años 1975-1998, ponencia presentada al 6° encuentro científico sobre el medio ambiente, CIPMA,
Instituto de Estudios Urbanos P. Universidad Católica de Chile, 6 al 8 de enero de 1998.
7
Yañez, Carlos (1997) “Identidad, Aproximaciones al Concepto”, Revista Colombiana de Sociología -
Nueva Serie - Vol. HI No. 2. Bogota. Colombia.
8
Tajfel, H. (1981) “Grupos Humanos y Categorías Sociales”. Traducción de Editorial Herder (1984).
Barcelona: España.
9
Turner, J.C. et al. (1987),”Redescubrir el Grupo Social”. Traducción de Editorial Morata (1990).
Madrid. España.
En otras palabras, muchos adolescentes legitiman la marginación y construyen su
identidad a partir de la situación de ser mantenidos fuera, de modo que su condición
deja de ser un dato estadístico o un índice, adquiriendo un sentido mucho más
trascendente al convertirse en un espacio cultural.
Esto resulta paradójico, si consideramos que en las estadísticas del Banco Mundial el
año 2005, Chile esta posicionado en el lugar numero 16 en un ranking de desigualdad
en la distribución de los ingresos, en una lista de 127 naciones, los que verifica las
cotidianas dificultades que existen para acceder a recursos sociales y económicos.
10
Anzaldo, Carlos y Prado, Minerva (2005) “Índices de marginación, 2005”, Primera edición:
noviembre de 2006. CONAPO, Mexico D.F.
El Consejo Nacional de Población Mexicano (CONAPO) señala que la marginación es un fenómeno
estructural que se origina en la modalidad, estilo o patrón histórico de desarrollo; ésta se expresa, por un
lado, en la dificultad para propagar el progreso técnico en el conjunto de la estructura productiva y en las
regiones del país, y por el otro, en la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y del disfrute
de sus beneficios.
11
Ser vivo: puede interpretarse como ser rápido de mente, avisado; por el contrario ser gil sería ser tonto,
o lento.
educación de dudosa calidad (PSU), conducente a tener trabajos precarios y mal
remunerados.
Esto último, coincide con la clásica teoría de la anomia (Merton. 1938) 13, bajo la cual
estos jóvenes manifestarían comportamiento innovador, ya que coincidirían con los
fines del modelo, pero que rechazan las formas establecidas y legitimadas
socialmente.
Puede inferirse entonces porqué no parece extraño pasar a través de esta Ley, de un
Estado que encarcelaba para proteger (en el contexto de un sistema tutelar) a otro que
encarcela para rehabilitar, responsabilizar y educar (en un sistema que se declara
garantista). Ahora, las cárceles para adolescentes tendrían un uso más amplio y
eficiente; y además, el actual concepto de “justicia especializada” para menores de
edad mantendría el mismo “remedio” que se aplicó a una “enfermedad” muy distinta.
12
Cooper Mayr, Doris (2002), “Criminología y delincuencia femenina” Teoría de la economía informal
alternativa e ilegal” Lom ediciones, santiago-chile.
13
Merton, R. (1938). Tesis doctoral, Ciencia, Tecnología y Sociedad en la Inglaterra del siglo XVII
Artículo “"Social Structure and Anomie", American Sociological Review-3, páginas 672 a 682. Harvard
University, Cambridge, Massachusetts, USA.
Y es que la nueva Ley vendrá a redefinir la relación entre el Estado y un sujeto que no
es aún adulto (y que por ello no podrá defenderse de la mejor forma posible frente a la
acción de un Estado represor14), estableciendo exigencias de responsabilidad sobre
actos que ahora le son imputables. Cabe mencionar que, al instalar unas debidas
garantías de proceso, que serían las mínimas para un adulto cualquiera, queda en la
extraña condición de, por una parte ser capaz de exigir al adolescente su
responsabilidad, pero no de ser capaz de cumplir con las garantías que a sí mismo se
impone, o que a través de la normativa de la Convención debiese implementar. Asunto
al que volveremos más tarde.
A través de los supuestos socioeducativos y los demás dispositivos que la Ley genera,
se instalará entre la sociedad y: un sujeto “salvaje” que debe ser “domado” y/o
“domesticado”; un “psicópata”, que debe ser “sanado” o simplemente encerrado por
constituirse un “peligro” para ella; o por un “enfermo-adicto” que debe rehabilitarse. Al
establecerse así la norma, el efecto viene a ser el desplazamiento de la atención
ahora, sobre unos ciertos sujetos a-normales, sobre los cuales instalar tanto unos
discursos como unas prácticas dirigidas a controlar, homogeneizar y/o psiquiatrizar. En
ello vemos tanto la acción que el Estado aplica para controlar este segmento etario,
pero además un silencio incierto desde los colegios profesionales o desde la
Academia que concede sin rechistar un sistema que encarcela para re-insertar, re-
habilitar, educar o re-educar, incluso para someter a un proceso de terapia de
adicciones, por ejemplo.
De hecho esta cárcel para adolescentes, no se llama cárcel, sino que Centro de
Privación de Libertad, desplazando el significado del significante, con lo cual “atenúa”
su efecto, convirtiéndose en algo diferente. En lo concreto, serán las mismas
Instituciones que encarcelaban para proteger, sólo que ahora con cambios en la
organización que permanece en extremo similar y con un marco legal diferente,
además de un usuario que a su también se ha diversificado.
Al interior de esta cárcel, el control de los menores estará a cargo de celadores civiles
que, sin entrenamiento formal, deben ejecutar funciones como la “contención física”
que, en las cárceles de adultos realiza Gendarmería. Con ello, las pretensiones de que
estos llamados “educadores” “eduquen”, se ve imposibilitada por el primado del
imperativo de mantener encerrados a los sujetos, contra su voluntad. El resultado es
un sistema carcelario ambiguo, que sigue contando con las necesidades obvias de la
14
Debe recordarse que en Chile se ha optado por adelantar en Asuntos de Responsabilidad Penal del
Adolescente, antes que contar con un “Sistema de Protección Integral a la Infancia”.
cárcel, pero con la obligación legal de educar15. En él predomina, sin embargo, una
óptica más bien psico-social16, que redunda en que, aquellos aspectos criminológicos
que pudiesen estar presentes, se vuelvan invisibles y que genera además, como
efecto adverso, un sistema de beneficios con muchas características discrecionales
que fundamentan su acción en consideraciones de tipo psicológico, simpatías u otras,
que al caso, vienen a ser igualmente arbitrarias.
Aún cuando sabemos por experiencia que la cárcel es una pena que quebranta,
deforma y mutila al individuo, allí donde es más difícil de sanarle, en el espíritu17;
aparece en el sistema chileno que implementa la nueva ley de Responsabilidad Penal
Adolescente, no como una excepción forzosa en circunstancias extremas (como el
último recurso), sino más bien, como una medida recurrente18.
15
Ver objetivo socioeducativo de la ley, consonante con el modelo de justicia adolescente de Costa Rica.
16
Existe una proporción de un psicólogo y/o asistente social “disponible” para cada diez jóvenes. Este
punto nuevamente vuelve ambigua la pena y las relaciones doble-vinculantes.
17
Permítasenos en la acepción amplia del francés Esprit, o del Geist alemán.
18
Véanse las discusiones y cifras relativas a las Internaciones Preventivas. Actualmente en Limache
correspondería a aproximadamente la mitad de la población.
19
Por motivos de espacio nos remitiremos sólo a los más relevantes.
20
Hemos trabajado antes este asunto en la investigación: “En Canadá, adolescentes y privación de
libertad”, disponible en www.construccioncultural.cl.
notables sobre una identidad adolescente asociada a la figura idealizada del
ladrón.
Por otra parte, los vínculos sociales no sólo se rompen en muchos niveles,
sino que además, en la mayoría de las ocasiones se vuelven perversos. Los
roles sociales se restringen de forma abrupta, limitándose en diversidad y
flexibilidad. Y, el poder tendrá un papel preponderante en los efectos del
encierro; dando paso de un contexto antes de la Ley de una cierta lucha por el
“metro cuadrado” a otro escenario nuevo, con una multiplicación del encierro23,
en que la disputa se traslada al “centímetro cuadrado”.
Finalmente
21
Abstinencia, descontrol de impulsos, trastornos conductuales, etc.
22
Por ejemplo cuadros adaptativos, depresión e incluso psicosis en no pocas oportunidades.
23
Una suerte de “muñeca rusa” en la que se multiplican los espacios de “encierro dentro de otro
encierro”.
24
Ver Informe Ejecutivo: “Principales nudos problemáticos de los Centros Privativos de Libertad para
Adolescentes y Secciones Penales Juveniles”, UNICEF,
http://www.cejamericas.org/cejacommunity/?id=369&item2=4512
en evaluar o al menos someter a escrutinio, esta “solución” del Estado. A su vez, en la
esfera política y el ámbito social general, el sensato sentido común pareciese estar
secuestrado por la acción sistemática de una propaganda mediática generalizada, que
pone énfasis en los peligros que representan para el país estos sujetos adolescentes;
y que por otra parte, minimiza los daños y peligros de la desigualdad social y el
capitalismo a la chilena, idealizando los beneficios de un sistema de económico que
mercantiliza las relaciones interpersonales y debilita la cohesión social, imponiendo
(no sólo) a los jóvenes el lujo y la ostentación en el consumo como forma de validación
social; así como al consumidor como ideal de validez existencial o como sucedáneo de
ciudadano.
En relación a la cárcel, nos parece imposible que en su interior se logre poner por
sobre el interés de la Institución, el “interés superior del niño”; porque ello se da según
circunstancias y características de cada joven en particular. Este “en cada caso”
resulta inabordable para la polis-cárcel, que debe velar por el asunto del control25, que
pondrá por sobre el bien de cada individuo el “bien común” institucional. Esta suerte de
razón de estado, guardando las proporciones, caerá rápidamente sobre aquellos
jóvenes que no logran adaptarse a la cárcel sumisa e incondicionalmente (lo esperable
en un rehabilitado o rehabilitable). Siendo entonces la obediencia y la adecuación a la
arbitrariedad, en un contexto tan violento y estresante, indicador de una incierta salud.
Aún cuando reconocemos que la R.P.A viene a significar un gran avance para la
legislación chilena, al establecer un sistema que al implementarse (con todos sus
claroscuros), se vuelve perfectible, es innegable que urgentes reformas deben
introducirse en ella. El fenómeno debe ser abordarse seriamente y evitar toda suerte
de facilismos o de utilización político-electoral. Ello debiese implicar mecanismos
ágiles de control y supervisión, independientes y muy especializados que posean las
atribuciones suficientes para, de ser necesario, interponer acciones legales contra el
Estado, cuando este no esté en condiciones de privar de libertad respetando todos los
demás derechos consagrados en el cuerpo de la Ley, la Convención y los distintos
instrumentos internacionales relativos a la privación de libertad.
Evitamos aquí sin embargo, subestimar o infantilizar a los adolescentes que han sido
encarcelados, principalmente porque son, en las más de las ocasiones, individuos
notables que se abalanzan sobre la existencia dispuestos a sacar de ella el mayor
partido posible; que no se conforman con una existencia marginal, sin trascendencia o
25
Véase la obra de Michel Foucault: “VIGILAR Y CASTIGAR Nacimiento de la Prisión”, ed. Siglo
XXI, Bs. As.
notoriedad; jóvenes fuertes y decididos que aspiran –hipotetizamos- a una muy
particular forma de heroísmo26. Quedará, sin embargo, abierta la pregunta sobre lo que
debe prevalecer: si la retribución del daño ocasionado que la sociedad reclamaría a
través del castigo penal, los derechos del Estado; o si el “Interés Superior del Niño”,
que será siempre en cada caso, y sobre un sujeto en desarrollo. Sobre estos puntos
debiese dirimirse la situación del encarcelamiento en su excepcionalidad, y sólo luego
de agotar todas las opciones posibles que tiendan a educar, sanar, integrar y proteger
a quienes, probablemente, a través de estas conductas, estén pidiendo ayuda o
simplemente reflejando aquellos aspectos que como sociedad les hemos impuesto o
quitado.
Propuestas27:
2.- Que exista una Supervisión permanente desde Organismos la sociedad civil
(Independientes del Estado), e incluso Internacional, en cuanto a las características y
condiciones del encarcelamiento.
3.- Que exista Personal especializado, tanto desde el nivel del trato Directo, como en
los demás niveles decisionales.
4.- Que exista una oferta amplia y adecuada a los intereses y motivaciones
adolescentes (que observamos con gustos o preferencias por la adrenalina, la
actividad física, las artes, la música, etc.).
6.- Separar las funciones de control, de todas las demás: educativas, médicas,
terapéuticas, culturales, etc.
26
Podrían pensarse como versiones postmodernas de Aquiles “el de los pies ligeros”, que habría elegido
una vida corta pero llena de gloria a otra longeva pero sin resonancia. Nótese el paralelo cuando en la
Odisea Ulises se encuentra con él en el inframundo.
27
Este apartado fue generado el día antes de la presentación de la ponencia a partir de consideraciones de
experiencia práctica.
9.- Establecer mejoras en el sistema de defensoría penal en el área adolescente:
elevar el número de defensores disponibles; provisión de cargos públicos por
oposición y de planta; especialización y evaluación permanente; exclusividad; y
atribuciones de ingreso expedito a los centros.