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anales de psicología © Copyright 2001: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia

2001, vol. 17, nº 2 (diciembre), 159-170 Murcia (España). ISSN: 0212-9728

Apego en adultos y percepción de los otros


Sagrario Yárnoz*, Itziar Alonso-Arbiol, Mikel Plazaola y Luis María Sainz de Murieta

Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Resumen: En este estudio se analizaron las relaciones Title: Adult attachment and the perception of others.
existentes entre el estilo de apego de los individuos y las Abstract: The relationship between individuals’ attach-
percepciones que tienen de sí mismos y de los otros en una ment style and their perceptions of self andothers was
muestra compuesta por 118 estudiantes universitarias. Las examined in a sample composed of 118 female college stu-
diferencias de valoración se midieron a través de las distan- dents. To measure the identification differences, distances
cias entre los elementos que representan al yo ideal y a los among the elements in the Kelly’s grid technique (self,
otros ideales en la técnica de rejilla de Kelly. En línea con mother, father, friends, partner, ideal self and ideal others)
las predicciones, con la única excepción del estilo temero- were used. As predicted, and with the only exception of
so, en general los sujetos se identificaron más con la madre the fearful attachment style, participants identified better
que con el padre. Asimismo, las participantes de nuestra with mothers’ characteristics than fathers’ ones. Further-
investigación se identificaron más con sus iguales (pareja o more, identification with peer’s characteristics was the mo-
amigos/as) que con sus padres. La identificación con los re salient, only comparable to the identification with mot-
pares evidenció el relevante papel que junto a la madre jue- hers’ characteristics, suggesting the transfer of peers as at-
gan esas personas para las adultas jóvenes como posibles tachment figures in young adulthood. Data obtained for
figuras de apego. Los resultados extraídos para la compara- the comparison of attachment styles with the model of the
ción de los estilos de apego y los modelos del self y de los self and the model of others did not confirm nor discard
otros según la conceptualización de Bartholomew y Horo- Bartholomew and Horowitz’s model. Results and future
witz no mostraron resultados concluyentes. Se discuten los directions are discussed.
resultados así como posibles futuras líneas de investiga- Key words: Adult attachment, parent child relations, peer
ción. relations, identification, relationship style, REP test.
Palabras clave: Apego adulto, relación con los progenito-
res, relación con los pares, identificación, estilo relacional,
test REP.

Introducción repercusiones en la salud y la patología de los


individuos a lo largo del ciclo vital.
En este artículo pretendemos analizar las rela- Existen relativamente pocas investigaciones
ciones entre los diferentes estilos de apego y la centradas en la relación entre percepción de
percepción de uno mismo y de los otros signi- personas y conducta social. La mayoría de los
ficativos. Desde diversas teorías se subraya que estudios realizados en este campo se han cen-
la percepción de los otros es una variable me- trado en consecuencias conductuales inmedia-
diadora entre las conductas de unos y las res- tas resultantes de manipular atributos de la per-
puestas de otros, y que tiene fuerte influencia sona percibida (Kelley, 1950; Stollack et al,
en el comportamiento y el funcionamiento in- 1982). También hay estudios, más interesantes
terpersonal (Livesley et al, 1973; Kelly, 1955). desde un punto de vista clínico, cuyo objetivo
Nos parece fundamental analizar este aspecto es entender cómo la percepción que un indivi-
de la dinámica interpersonal por sus posibles duo tiene de otro está relacionada con su mo-
delo de comportamiento social en general y
con su ajuste psicosocial. Es dentro de esta lí-
nea de investigación donde colocamos nuestro
* Dirección para correspondencia: Sagrario Yárnoz trabajo: la percepción de los padres por parte
Yaben. Departamento de Personalidad, Evaluación y de los hijos y la influencia que esta percepción,
Tratamientos Psicológicos. Facultad de Psicología.
y los esquemas relacionales que ésta genera,
Avda. de Tolosa, 70. 20018 San Sebastián (Guipúzcoa,
España). tienen sobre las relaciones afectivo-sociales
E-mail: ptpyayas@ss.ehu.es posteriores de la persona adulta.

- 159 -
160 S. Yárnoz et al.

Estudios de corte tanto teórico como empí- que ocurre a través de un extenso periodo de
rico sobre la percepción de los padres, o de di- tiempo, y que supone una similitud en las con-
versos aspectos de la conducta parental, o la ductas entre el niño y uno o ambos padres
identificación fueron profusamente realizados (Heilbrun, 1973). Así, se encuentran investiga-
durante los años 50-60, fundamentalmente a ciones que estudian el impacto de la identifica-
cargo de autores de orientación psicoanalítica ción y su importancia a la hora de elegir pareja
(por ejemplo, Kagan, 1956; Furkestein et al, (Brooks y Hillman, 1965), sobre su relación con
1955, en Yárnoz, 1989) donde se puede encon- la autoestima y con otros rasgos de personali-
trar una revisión más amplia del tema) donde dad (Dubow, Huesmann, y Eron, 1987), y so-
intentan poner a prueba la teoría (Jourard, bre la identidad de género (Heilbrun, Wydra, y
1957; Krieger y Worchel, 1960), o estudian la Friedberg, 1989).
identidad sexual (Lynn, 1962). Posteriormente En cualquier caso, los primeros estudios
desaparecieron como tema de interés, para re- que hacen referencia a la identificación con los
aparecer en la década de los 80 desde diversos padres tienen su origen en la teoría psicoanalíti-
enfoques (Drill, 1986; Charlebois et al, 1988; ca de Freud, y más concretamente en la teoría
Michaels et al, 1983; Hazan y Shaver, 1987). Es- sobre la resolución del complejo de Edipo.
tos últimos autores abrieron una línea de inves- Para el psicoanálisis, la identificación es uno
tigación sobre las relaciones afectivas en adul- de los procesos fundamentales en la conforma-
tos que, basándose en las teorías del apego ción de la personalidad y el proceso central
(Bowlby, 1969/82, 1973, 1980) postula que las mediante el cual el sujeto se constituye y se
relaciones con los padres, en particular con la transforma asimilando o apropiándose, en
madre, y las representaciones que el niño cons- momentos clave de su evolución, de aspectos,
truye de ella están en la base de esquemas rela- atributos o rasgos de los seres humanos de su
cionales afectivo-cognitivos sobre sí mismo, los entorno (Roudinesco y Plon, 1997).
otros y el mundo, que determinan la calidad y En el desarrollo madurativo la identifica-
el tipo de sus relaciones afectivo-sociales. ción juega un papel fundamental como única
La similitud entre los constructos persona- salida posible a la encrucijada edípica. Así,
les de Kelly, los constructos sociocognitivos de permite que el infante resuelva en mayor o me-
Malatesta y Wilson (1988) y los modelos inter- nor grado la ambivalencia de los afectos referi-
nos de las teorías de Bowlby es grande: todos dos a sus progenitores y consolide su persona-
ellos constituyen representaciones implícitas de lidad mediante la identificación con el progeni-
las interacciones sociales, formadas a partir de tor del mismo sexo.
experiencias emocionales repetidas, categoriza- El psicoanálisis distingue dos tiempos evo-
das y organizadas (tanto inductiva como deduc- lutivos en la identificación. La identificación
tivamente) con innegable influencia de los va- primaria es la que permite la constitución del
lores y normas de la cultura concreta donde se Yo mediante incorporación de los rasgos de las
ha desarrollado la persona. Todas ellas deter- personas del entorno, por tanto, a través del
minan de manera activa la percepción, la codi- otro. Así se va construyendo la imagen que ca-
ficación, el recuerdo y el pensamiento. Sirven da cual tiene de sí. La identificación secundaria,
además para guiar y predecir el comportamien- subsiguiente a la frontera edípica, y que se rea-
to (tanto propio como de los otros) y para liza sobre las figuras de los padres, padres
orientar la toma de decisiones. sexuados y sexualmente diferenciados, permite
configurar la identidad sexual diferenciada co-
Identificación con los progenitores mo masculino o femenino en concordancia o
no a su corporeidad, y consecuentemente el
En una perspectiva general, desde el prisma mayor o menor reconocimiento del otro sexo.
del aprendizaje social la identificación con los La relación entre diferenciación e identifi-
padres es un proceso de aprendizaje imitativo, cación, conduce también a la elección de obje-

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Apego en adultos y percepción de los otros 161

to. Así las elecciones de los objetos de la vida modelos internos tienen tendencia a la estabili-
posterior (amistades, partener sexual, pareja, dad, aunque pueden ser modificados en deter-
etc.) no están exentas de la identificación de al- minadas circunstancias (para más información,
gunos de sus rasgos con características de las ver Yárnoz y Páez, 1993, 1994).
figuras progenitoras. A lo largo de la infancia, existe una organi-
zación piramidal de las figuras de apego, en la
Apego en adultos y esquemas de rela- cúspide de las cuales está normalmente la ma-
ción dre, si bien los niños se apegan también al pa-
dre (Yárnoz, 1993), a los hermanos, o a otras
Las teorías del apego parten de la propen- figuras, tales como abuelos o cuidadores. A
sión de los seres humanos a formar fuertes la- medida que el niño va creciendo, van tomando
zos afectivos con personas determinadas. Para importancia figuras externas al grupo familiar,
Bowlby, el apego es una conducta instintiva, ac- tales como amigos, pareja, hasta que en la edad
tivada y modulada en la interacción con otros madura se cierra el círculo, y son los propios
significativos a lo largo del tiempo (Bowlby, hijos los que pasan a ser figuras de apego para
1969/1982, 1973, 1980). Por apego se entiende el sujeto (para una revisión de la importancia
el lazo afectivo que se forma entre el niño y su de las distintas figuras de apego a lo largo del
figura materna (Ainsworth, 1978). Este vínculo ciclo vital, ver López 1993).
se infiere de una tendencia estable a lo largo del La conducta de apego se forma a lo largo
tiempo de buscar proximidad y contacto con del primer año de vida del individuo. Durante
esa figura específica. la adolescencia y la vida de adulto, ocurren di-
Bowlby define el apego como un sistema de versos cambios en ella, incluidas las personas a
control, es decir, un mecanismo que adapta la las que va dirigida, pero debemos decir que el
conducta a la consecución de fines determina- apego es una conducta que se mantiene activa a
dos por las necesidades del momento. Así, el lo largo de todo el ciclo vital (Ainsworth, 1989,
deseo del niño de proximidad o contacto con la Bowlby, 1988).
figura de apego no es constante, sino que de- Basándose en ello, a mediados de los años
pende de factores tanto endógenos como exó- 80 diversos investigadores comenzaron a apli-
genos (p. ej., miedo del niño, o situaciones po- car las clasificaciones del tipo de apego utiliza-
tencialmente peligrosas). Si el niño se siente das en la infancia —seguro, ambivalente y evi-
amenazado, buscará la seguridad que le brinda tativo— al mundo de los adultos: Main y sus
la proximidad de su figura de apego; si no, se colaboradores desarrollaron la Entrevista de
dedicará a explorar el ambiente. Apego para Adultos (AAI, George, Kaplan y
A través de contactos sucesivos con el Main, 1985/1996), una entrevista semiestructu-
mundo exterior y de la consecuente capacidad rada que permite evaluar el estado mental de
de respuesta o disponibilidad de las figuras de los adultos con respecto al apego, y que permi-
apego, el niño construye modelos internos (co- te predecir con una exactitud del 80% (van IJ-
nocidos como internal working models o modelos zendoorn, 1995) el tipo de apego de los hijos
internos activos) del mundo y de las personas medido con el procedimiento habitual en la in-
significativas dentro de él, incluido él mismo, fancia, la Situación Extraña (Ainsworth, 1978).
cada vez más complejos (Bowlby, 1969/1982, Hazan y Shaver (1987, 1990) aplicaron las teo-
Bretherton, 1985, Main, Kaplan, y Cassidy, rías y métodos del apego al estudio del amor
1985, Bretherton y Munholland, 1999). Los romántico en adultos y a la evaluación de la
modelos internos, una vez organizados, tienen seguridad sentida hacia la pareja como figura
tendencia a operar de forma automática, es de- de apego.
cir, fuera de la conciencia. Además, toda nueva En una reciente aportación, Bartholomew
información recibida es asimilada a estos (1990) y Bartholomew y Horowitz (1991) iden-
modelos preexistentes. Por estas dos razones, tificaron dos componentes dentro de los mode-
los modelos internos tienen tendencia a la

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los internos activos antes descritos: la imagen tivo de los participantes en nuestra investiga-
de los otros, relacionada con la evaluación de la ción (transición de la adolescencia a la vida de
figura de apego como alguien disponible y en adulto), esta identificación con los iguales se
quien se puede confiar, y la imagen del self, o realizará a un nivel similar al de la madre, aun-
evaluación de uno mismo como alguien que va- que posteriormente, y siguiendo la teoría, sea
le o no la pena y suscita, o no, el interés de los superada por los iguales, y especialmente por la
demás. Desde este enfoque, el seguido por no- pareja, en su centralidad como figura de apego.
sotros en el presente trabajo, se distinguen cua- La autovaloración y la valoración de las
tro tipos de apego: seguro, que aúna una idea personas del entorno, es una característica dis-
positiva de sí mismo y una idea positiva de los tintiva de los cuatro tipos de apego (Bartholo-
demás; evitativo-rechazante, con una idea positiva mew, 1990; Bartholomew y Horowitz, 1991)
de sí mismo y una idea negativa de los demás; Respecto a los padres Levy, Blatt, y Shaver
preocupado, con una idea de sí negativa y positiva (1998) examinaron la relación entre los estilos
de los demás; y evitativo-temeroso, con una idea de apego mencionados y las representaciones
tanto del self como de los otros negativa (Figu- de los padres, encontrando que los sujetos se-
ra 1)1. guros tenían unas representaciones de sus pa-
De esta disposición de los sujetos a lo largo dres caracterizadas por la diferenciación, elabo-
de dos dimensiones de intimidad y autonomía ración, benevolencia y no punitividad. Las de
pueden deducirse diferentes estilos relacionales los rechazantes estaban caracterizadas por un
que determinan la forma en que las personas menor grado de diferenciación y mayor puniti-
percibirán a, e interaccionarán con, personas vidad y malevolencia, de forma relativamente
significativas de su entorno. similar a la de los temerosos, mientras que los
Una revisión de la literatura existente sobre el preocupados caracterizaban a sus padres como
tema apunta en el sentido de que las personas punitivos y benevolentes a la vez.
tienden a imitar los patrones tanto cognitivos y Nosotros hipotetizamos, siguiendo a Bart-
emocionales como comportamentales de las fi- holomew y Horowitz, que los sujetos con ape-
guras de apego, lo cual es interpretado como go seguro se valorarán tanto a sí mismos como
una identificación con la figura de apego. Te- a las personas cercanas (madre, padre, herma-
niendo en cuenta que durante la infancia y par- no, hermana, pareja, amigo, amiga) de una
te de la adolescencia la primera figura de apego forma positiva, los sujetos con apego rechazan-
suele ser generalmente la materna (Ainsworth, te se valorarán a sí mismos de forma positiva y
1978), nuestra primera hipótesis es que los su- a las personas cercanas de forma negativa, los
jetos se identificarán más con las características sujetos con apego preocupado se valorarán a sí
de la figura materna que con las de la paterna. mismos de forma negativa y a las personas cer-
A partir de la segunda parte de la adoles- canas de forma positiva; y los sujetos con ape-
cencia, las figuras de apego cambian significati- go temeroso se valorarán tanto a sí mismos
vamente, adquiriendo los iguales una importan- como a las personas cercanas de forma negati-
cia cada vez mayor, hasta suplantar a las figuras va. Estas diferencias de valoración se verán re-
parentales (López, 1993). En este sentido, flejadas en las distancias entre los elementos
creemos que los participantes en nuestra inves- que representan al yo ideal y a los otros ideales
tigación se identificarán más con sus iguales en la técnica de rejilla (Kelly, 1955).
(pareja o amigos/as) que con sus padres. Asi-
mismo, y teniendo en cuenta la centralidad de
la madre como figura de apego durante la in-
fancia y el momento actual de desarrollo evolu-

1 En adelante nos referiremos a ambos tipos de estilo evi-


tativo, sólo con las nomenclaturas: rechazante y temeroso.

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Modelo del otro

Preocupado Seguro

Modelo del self


- +

Evitativo-temeroso Evitativo-rechazante

Figura 1: Estilos de apego. Adaptado de Bartholomew (1990).

Método Instrumentos

Muestra Además de recoger datos sociodemográfi-


cos, tales como edad y género, las variables
La muestra está compuesta por 118 participan- apego e identificación fueron evaluadas a través
tes2, alumnas de la Facultad de Psicología y de los siguientes instrumentos.
Psicopedagogía de la Universidad del País Vas-
co/Euskal Herriko Unibertsitatea. Las edades Estilo de apego. Se empleó una adaptación caste-
oscilaban entre 20 y 27 años (M = 21,87; SD = llana (ver Alonso-Arbiol, 2000) del Cuestiona-
2,03). rio de Relación (Bartholomew y Horowitz,
La distribución de los estilos de apego de 1991) para la categorización del estilo de apego
los individuos que componían la muestra era la de los participantes. Este test ofrece la posibili-
siguiente: dad de obtener tanto medidas continuas como
51 seguras (43.2%) un resultado categórico. Los participantes indi-
18 rechazantes (15.3%) caron hasta que punto se identificaban con ca-
29 preocupadas (24.6%) da uno de los 4 prototipos de apego adulto (se-
20 temerosas (16.9%) guro, rechazante, preocupado, y miedoso) iden-
Esta distribución es similar a la encontrada tificados en la teoría subyacente (Bartholomew,
en otros estudios con una población semejante 1990; Bartholomew y Horowitz, 1991) y ejem-
de estudiantes universitarios (Romero Escobar, plificados en sendos párrafos de 2 o 3 frases
1999; Alonso-Arbiol, 2000). según una escala Likert-7, donde el 1 significa-
ba “nada característico de mí” y el 7 se corres-
pondía con “muy característico de mí”. Ade-
más, cada individuo debía señalar cuál de los 4
párrafos mejor se adecuaba a su forma de rela-
2
cionarse en las relaciones de pareja. Como cri-
Aunque la muestra inicial constaba de 141 mujeres, se re-
terio de asignación único de un estilo de apego
dujo el número de la misma al excluirse varios indivi-
duos por mostrar incoherencias o falta de robustez en el a cada individuo, se utilizó una doble concor-
cuestionario de apego. dancia en ambos procedimientos de medición

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para asegurar la validez de la medida de la va- Para elicitar, por ejemplo, el primer cons-
riable apego por medio de la autoadscripción tructo, se toman en cuenta los elementos yo real,
de los participantes. Así, se excluyó a aquellos padre y madre; se le pide al participante que es-
participantes cuya autoadscripción categórica criba una característica que él (yo real) compar-
no coincidiera con una puntuación de al menos ta con su padre y que a la vez diferencie a am-
5 puntos en la escala continua del párrafo ele- bos de la madre. Si la respuesta es que él y su
gido. Este cuestionario de apego adulto posee padre son "realistas" y su madre es "soñadora",
propiedades psicométricas adecuadas de test- habremos obtenido un constructo "realista-
retest y de validez de constructo tanto en la soñadora" con los dos polos bien definidos. El
versión original como en la adaptación castella- mismo procedimiento se sigue para obtener los
na (para una revisión, ver Alonso-Arbiol, 2000). restantes constructos, variando la combinación
de la tríada de elementos. El objetivo se cen-
Identificación. El Test de Repertorio de Cons-
traba en contribuir a que el individuo propor-
tructos de Roles (Kelly, 1955) o técnica de la
cionara algunos de los constructos personales
rejilla es un instrumento de evaluación de las
utilizados en su relación con los demás. Las
dimensiones y organización del significado per-
puntuaciones de identificación se obtuvieron
sonal. No obstante, su forma se asemeja más a
examinando las distancias absolutas existentes
una entrevista estructurada que a un test con-
entre las puntuaciones de los elementos a cali-
vencional. Su objetivo es explicitar los cons-
ficar (en este caso, familiares y personas de re-
tructos con los que cada persona organiza su
ferencia) en cada uno de los constructos. A
propio mundo, los cuales, a su vez, serán los
menor distancia, mayor identificación, y vice-
que condicionen su percepción de la realidad,
versa.
la elaboración de su significado y su forma de
conducta (para más información ver Sainz de
Procedimiento
Murieta, 1997). De las diversas modalidades
que puede presentar esta técnica, para este es-
Las participantes en el estudio completaron
tudio hemos seleccionado la rejilla de evalua-
una batería compuesta por los instrumentos de
ción, que trata de evaluar una serie de elemen-
evaluación anteriormente descritos como parte
tos en términos de los constructos elicitados.
de una práctica de la asignatura de Evaluación
Se utilizó una rejilla con trece elementos
Psicológica. Si bien su participación era volun-
dados, además de doce constructos que el indi-
taria, a cambio de ella se les otorgó un cierto
viduo debía elicitar. Estos constructos son ca-
número de créditos.
racterizaciones psicológicas cada persona hace
de los elementos mencionados. Los trece ele-
mentos utilizados incluían tanto a familiares Resultados
cercanos, tales como la madre, el padre, un
hermano/a del mismo sexo y un hermano/a de Con la única excepción del estilo temeroso,
distinto sexo, novio/a; como a no familiares, donde la identificación con las dos figuras era
tales como una amigo y una amiga. Aunque en muy similar, en general los sujetos se identifica-
aras a conseguir una amplia gama de construc- ron más con las características atribuidas a la
tos utilizamos trece elementos, a la hora de figura materna que con las de la paterna. La di-
analizar las identificaciones o distancias entre ferencia de medias fue significativa en el caso
elementos, en este estudio solamente tomamos del estilo rechazante (t = 5,020; p < 0,001) y en
en consideración el yo real, el yo ideal, la ma- el del preocupado (t = 3,501; p < 0,001). En el
dre, el padre, la pareja y amigos, dejando el re- caso del estilo seguro (t = 1,820; ns) y en el del
sto de los elementos para una elaboración pos- estilo temeroso (t = 0,043; ns) las diferencias no
terior. fueron estadísticamente significativas. Estos da-
tos van en el sentido de nuestras hipótesis (ver
Figura 2).

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1,9

1,8

1,7

YO - MADRE 1,6

YO - PADRE 1,5

1,4

1,3

1,2

1,1

1
Seguro Rechazante Preocupado Temeroso

Figura 2: Distancias percibidas con respecto a los progenitores según el tipo de apego.

1,9

1,8
YO-MADRE 1,7
YO-PADRE
1,6
YO-PAREJA
YO-AMIGA 1,5
YO-AMIGO 1,4

1,3

1,2

1,1

1
Seguro Rechazante Preocupado Temeroso

Figura 3: Distancias percibidas con respecto a progenitores y pares según el tipo de apego

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Para comprobar si los diferentes estilos mayor debido a que la madre está situada más
de apego tenían relación con las distancias yo– cerca del sí mismo (ver Figura 3).
madre y yo–padre se realizó un análisis de varian- Respecto al modelo de sí mismo y de los
za (ANOVA). En los dos casos se observó la demás, examinamos por el procedimiento
relación: en el caso de la distancia yo–madre (F ANOVA las diferencias de medias entre las di-
= 4,405; p < 0,010) y en el caso de la distancia versas categorías. En el caso de los temerosos
yo–padre (F = 3,364; p < 0,050). Después de lle- se aprecia una tendencia a una mejor valora-
var a cabo la prueba post-hoc Scheffé, se vio ción de los demás que de sí mismo, en el senti-
que en el caso de la distancia yo–madre las dife- do preconizado por la tipología de Bartholo-
rencias significativas se encontraban entre la ca- mew (1990) y Bartholomew y Horowitz (1991)
tegoría preocupado y todas las demás. En esta y de nuestras propias hipótesis. Los resultados
categoría, la distancia yo–madre era la más corta de los preocupados, en cambio, no reflejan lo
de todas. En el caso de la distancia yo–padre las esperado por las hipótesis, puesto que aparece
diferencias significativas se encontraron entre la en ella una mejor valoración de sí mismo que
categoría rechazante, la que mayor distancia de los demás. Este esquema relacional también
presentaba, y todas las demás. aparece en los seguros, aunque en este caso, es
Por lo que respecta a las identificaciones congruente con la teoría y sí figuraba entre
con los iguales, no hay diferencias estadística- nuestras hipótesis (ver Figura 4). No obstante,
mente significativas entre los cuatro estilos de la escasa diferencia entre las puntuaciones me-
apego. La distancia con los iguales, especial- dias no nos permite hacer afirmaciones que
mente con la pareja, está al nivel de la madre, conlleven su validación, aunque tampoco su re-
tal y como predecíamos en nuestras hipótesis. futación.
En el caso de los preocupados esa distancia es

1,9

1,8

1,7

YO - IDEAL 1,6

IDEAL-OTROS 1,5

1,4

1,3

1,2

1,1

1
Seguro Rechazante Preocupado Temeroso

Figura 4: Distancias percibidas con respecto al ideal de sí mismo y los otros según el tipo de apego.

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Apego en adultos y percepción de los otros 167

Discusión bas figuras (Lamb, 1982; Levy, Blatt y Shaver,


1998), así como la relevancia que ambos pro-
El propósito de nuestro estudio era comparar genitores tienen para el bienestar de los indivi-
la identificación con los padres y la valoración duos desde la primera infancia hasta la adoles-
de sí mismo y los demás en función de los di- cencia.
versos estilos de apego. Asimismo, queríamos En los sujetos con un tipo de apego pre-
contrastar la mayor importancia que como fi- ocupado, la distancia entre los rasgos definito-
gura de apego adquieren los pares, especial- rios de las figuras parentales es mayor que en
mente la pareja, a partir de la adolescencia. los seguros, y todavía mucho mayor en el caso
En este sentido, debemos decir que nues- de los rechazantes. Sin embargo hay una identi-
tras hipótesis fueron parcialmente confirmadas, ficación completa en el caso de los temerosos.
ya que en aquellos casos en que nuestros resul- Una característica de los rechazantes es que la
tados no fueron estadísticamente significativos, identificación con la madre es semejante a la de
mostraron un patrón coherente con la teoría. los sujetos de apego seguro, aunque la figura
En el Gráfico 1 se comparan las descripciones paterna aparece muy distante. Las mujeres con
que lo sujetos de la muestra hacen de sí mis- un tipo de apego preocupado en cambio, pre-
mos y de ambos progenitores. Ateniéndonos a sentan una distancia con la figura paterna se-
las distancias globales entre los constructos yo– mejante a la del apego seguro y los padres son
madre y yo–padre así como a las distancias parti- percibidos bien diferenciados, más que en el
culares, es decir, la distancia entre yo–madre y caso de los sujetos con apego seguro. Lo que
yo–padre en cada uno de los tipos de apego, po- destaca en este patrón es la alta identificación
demos concluir lo siguiente: de estas mujeres con los rasgos de la madre.
En primer lugar, podemos observar que Como es sabido, la distancia o percepción
hay una mayor identificación entre los sujetos y de la diferencia con respecto a los otros está
sus madres que entre los sujetos y sus padres. regida por estrategias de regulación afectiva.
Es decir, la caracterización psicológica que Las personas con estilo de apego rechazante
hace una persona de sí misma es más similar a tienden a inflar su percepción positiva y a per-
la que hace de su madre que a la que hace de su cibir a los demás como diferentes de ellas mis-
padre. Por una parte podríamos pensar que, te- mas. Sus intentos regulatorios para suprimir sus
niendo en cuenta que se trata de una muestra deficiencias personales contribuyen a ello. Sus
femenina, el resultado no es sorprendente. Sin esfuerzos por maximizar la distancia con res-
embargo, creemos que por encima del efecto pecto a los otros pueden tener como resultado
de identificación con el progenitor del mismo una infravaloración de la similitud entre el self
sexo, está la identificación con las característi- y los otros. En nuestra investigación, llama la
cas de la principal figura de apego en la infan- atención que las participantes remarcan la dis-
cia. Haría falta más investigación para discernir tancia con el padre, no con la madre. Sería ne-
los efectos de identificación de género versus cesaria una posterior investigación para arrojar
identificación con la principal figura de apego. más luz sobre esta diferencia. Las característi-
Por otra parte esta mayor identificación con cas especiales de la relación con la madre (prin-
la madre se puede entender como una conse- cipal figura de apego, tradicional dispensadora
cuencia de la presencia significativa tanto de la de cuidados, y del mismo género que las parti-
figura paterna como de la materna, hecho que cipantes) deben también ser tenidas en cuenta.
facilita una percepción de la diferencia de am- Por el contrario, los preocupados, en su de-
bas figuras. Varias investigaciones han subraya- seo de provocar el amor y la compasión de los
do la importancia de la figura del padre como otros, tienden a percibir a los demás como más
figura de apego alternativa y su importancia en similares a sí mismos que lo que en realidad
el proceso de individuación, y la relación entre son, con el objeto de sentirse más unido y co-
los estilos de apego y la representación de am- nectado a ellos. Las mujeres ambivalentes de

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nuestra investigación son las que presentan un Trinke y Bartholomew (1997), que resaltan la
mayor grado de identificación con sus madres. importancia de los pares como figuras de apego
Este dato es coherente tanto con los postula- a partir de la adolescencia. Las mujeres que tie-
dos teóricos sobre el apego y la identificación nen un tipo de apego seguro encuentran un
mencionados en la introducción, como con los reflejo de sí mismas y de cómo se perciben a sí
procesos de individuación y separación postu- mismas, en amigas próximas. La identificación
lados por Mahler (1984). Los sujetos con un ti- con figuras de género masculino es menor, lo
po de apego preocupado tienen una escasa di- que apuntaría a un self bien diferenciado en
ferenciación con la figura materna, lo cual pue- cuanto a su identidad de género.
de tener que ver con las características de la No obstante, esta distancia se aproxima en
forma de relacionarse de los preocupados, que los sujetos con modo de apego rechazante y se
no son capaces de diferenciación por ansiedad invierte tanto en el apego de tipo preocupado
sobre la disponibilidad de las figuras de apego. como en los temerosos. De todo ello podemos
Por el contrario, tienden a minimizar las dis- pensar que la identificación con personas del
tancias, resaltando lo que le acerca a los demás, mismo género está relacionada con la seguridad
por encima de lo que les separa. en las relaciones y la valoración del sí mismo.
Los seguros, en cambio, como queda refle- En este sentido, las mujeres con un tipo de
jado en nuestros resultados, tienen una visión apego preocupado o temeroso (es decir, con
más realista, tanto de sí mismos como de los una idea negativa de sí mismas) tienden a iden-
demás, lo cual les permite regular los afectos tificarse con figuras masculinas. Esto puede en-
sin una gran distorsión en sus representaciones tenderse bien como un rechazo a los rasgos
mentales (Mikulincer y Horesh, 1999). femeninos de su identidad o bien como insufi-
A la vista de nuestros datos, podemos afirmar ciencia en la construcción de su identidad de
que la diferenciación de las figuras de apego género. Esta idea se ve reforzada por Bart-
(padre-madre) es necesaria pero no suficiente holomew (1990), según la cual preocupados y
para establecer vínculos seguros. Prueba de ello temerosos comparten una dependencia hacia
es que los rechazantes de nuestra muestra pre- los demás.
sentan una percepción de la figura del padre Llama la atención en nuestros datos que los
muy diferenciada y distante de sí mismas y de patrones relacionales de los seguros y los teme-
la madre. rosos estén bastante cercanos. Este dato nos
En el tipo de apego temeroso no hay dife- acerca a investigaciones recientes que destacan
renciación de la figura del padre y la de la ma- que los temerosos, a pesar de la imagen negati-
dre. Esto podría explicarse por el hecho de que va del self y negativa de los demás que ellos
tienen una percepción negativa de ambos poseen, tienen en común con los seguros unos
(Bartholomew, 1990). También nos lleva a la mecanismos de regulación afectiva más flexi-
cuestión edípica que comentábamos en la in- bles e integrados, menos defensivos y rígidos
troducción, según la cual si la figura paterna y que los de los rechazantes y preocupados (Le-
materna están percibidas de un modo indife- vy, Blatt y Shaver, 1998). Según estos estudios,
renciado, el sujeto no encuentra una buena ubi- los temerosos, aún teniendo una percepción
cación con relación a sí mismo y a los demás. negativa de sus padres, son capaces de diferen-
Estos patrones relacionales asociados a los ti- ciarse de ellos (cosa que no pueden hacer los
pos de apego resultan más evidentes cuando preocupados), de no idealizarlos tanto como
examinamos la identificación con los pares, ellos, y de no marcar una distancia defensiva
donde llama la atención el contraste rechazante con ellos, como hacen los rechazantes. Esto es
y temeroso en relación con el modelo de apego congruente con Parson (1994; en Levy, Blatt y
seguro. Estos últimos presentan una intensa Shaver, 1998), para quien la similitud entre los
identificación con figuras próximas de apego, temerosos y los “earned secure” (seguros ad-
coherente con los resultados de López (1993) y quiridos) es grande: ambos relatan infancias di-

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Apego en adultos y percepción de los otros 169

fíciles, pero son capaces de tener una represen- individuo. En concreto, esto se podría estudiar
tación coherente de sus padres y de ser una ba- a través del análisis de la lista de adjetivos o
se segura para sus hijos. descriptores de caracterización psicológica que
En definitiva, a través de este estudio se los adultos jóvenes hacen de sus progenitores.
han perfilado las relaciones existentes entre el Asimismo, el efecto de identificación con la
estilo de apego de los individuos y las percep- madre observado en nuestro estudio pudiera
ciones que tienen de sí mismos y de los otros. deberse tanto a un fenómeno de identificación
Así, hemos tratado la cuestión de la diferencial con el progenitor del mismo sexo como su me-
identificación con las características de los pro- nor distancia afectiva con respecto a la princi-
genitores según el estilo de apego y la impor- pal figura de apego. Sería necesario extender
tancia que adquieren los pares en la adultez esta investigación con una muestra masculina
temprana como figuras de apego, utilizando pa- para discernir esta cuestión. En nuestra opi-
ra ello una metodología novedosa y eficaz. nión, estas cuestiones son merecedoras de
Plantea nuestra investigación, no obstante, atención y posiblemente se discernirán en
nuevos interrogantes en torno a la imagen que próximos estudios con diseños longitudinales
se obtiene de la figura de apego progenitora y a que abarquen toda la adolescencia, además del
cómo la aceptación de sus características pudie- inicio de la etapa adulta de los individuos.
ra modular el desarrollo del autoconcepto del

Nota.- Los resultados presentados en este artículo se enmarcan dentro del proyecto de investigación 006231-HAO85/98
financiado por la Universidad del País Vasco.

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