Professional Documents
Culture Documents
Lemas
Prólogo
Página 2 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- I -
Preliminares
Las fuerzas para el éxito
Página 3 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 4 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 5 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 6 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 7 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- II -
Papel de la voluntad
Página 8 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 9 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 10 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 11 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 12 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 13 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 14 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- III -
Papel de la inteligencia
Página 15 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 16 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 17 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 18 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- IV -
Papel de la sensibilidad
Página 19 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 20 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 21 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 22 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 23 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 24 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 25 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 26 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- V -
Al éxito por la vocación
Página 27 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 28 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 29 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 30 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 31 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 32 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 33 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 34 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- VI -
Al éxito por la ambición
Página 35 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 36 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 37 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
que aspiran, pensando que si suben las primeras gradas será muy
difícil
detenerlos. A esos ambiciosos sin conciencia debiera la sociedad
arrinconarlos, cual alimañas traidoras que esperan un descuido para
apoderarse de la presa.
En cambio los ambiciosos nobles deben salir a la luz del día
y, si no
salen, debemos buscarlos y colmarlos de honores y dignidades para
estimular más su ambición, que no es la ambición del egoísmo, sino
a lo
sumo la aspiración justificada y legítima de la futura celebridad.
Ambiciosos nobles hay que ni aún a esto aspiran, ni en ello
piensan.
Conozca la sociedad de hombres honrados estas ambiciones y déjeles
el paso
libre y expedito para que asciendan pronto a los puestos de sus
ambiciones, que la patria y la humanidad entera lo ganarán y lo
agradecerán.
Entre los ambiciosos los hay de varios grados; ambiciosos que
lo son
sin siquiera saberlo y lo son por civismo, por patriotismo o por
amor a la
humanidad como Washington o Franklin, pero hay otros que lo son por
soberbia, por orgullo o por vanidad. Estos tres grados de ambición
son los
peligrosos.
A Washington le ofrecen ser rey y rechaza indignado la oferta.
Los
que se la hacen no han comprendido que si él abandonó la
agricultura cual
otro Cincinato, no fue por ambición personal, de la que le ponían a
salvo
sus virtudes públicas y privadas, sino por la ambición noble de
contribuir
a la libertad de su patria. Por igual despreciaba a los que se
habían
aprovechado de las desgracias de la patria para hacer inmensas
fortunas o
para encaramarse a los altos puestos. Si Bonaparte, contemporáneo
de
Washington, hubiera sido ambicioso al estilo de éste ¡cuántas
lágrimas
habría ahorrado al mundo!
Pero Bonaparte, cada vez más ególatra, ensimismado en su
soberbia y
en su ambición ilimitada y personal, no veía en sus compatriotas
más que
carne de cañón puesta val servicio de sus caprichos, y en el mundo
entero
un juguete para pasar el rato.
La ambición de los vanidosos es más ridícula que la de los
orgullosos
y soberbios; la de éstos es, en cambio, más peligrosa. De los
ambiciosos
fatuos y vanos nos burlamos y hasta los aduladores obtienen
provecho de su
fatuidad; a los ambiciosos soberbios se les teme, y ellos son los
que se
sirven de nosotros.
Al ambicioso vano, si se incomoda, le aplacamos mentándole el
objeto
Página 38 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 39 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- VII -
Al éxito por el trabajo
Página 40 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 41 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 42 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 43 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 44 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 45 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 46 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- VIII -
El éxito por la constancia
Página 47 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 48 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 49 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 50 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 51 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 52 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- IX -
Al éxito por la hipocresía y adulación
Página 53 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 54 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 55 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 56 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 57 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 58 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
el éxito por vanidad o por otra causa, valiéndose para ello de toda
clase
de medios, buenos o malos, y después han puesto su valimiento al
servicio
de la humanidad.
Puesto que la educación de los espíritus no termina nunca,
insista la
sociedad en su obra con chicos y grandes y, quién sabe, si los que
llegan
como hipócritas obren después como nobles y sinceros. El poderoso
industrial inglés Storrsry dice: «Comprendo cada día mejor que el
verdadero éxito no consiste en la acumulación de riquezas, sino en
el
justo empleo de las aptitudes que posee el hombre y hasta de las
ocasiones
que se le presenten para contribuir a los fines más nobles que se
refieren
al bienestar de la humanidad».
Seguramente que cuando Storrsry comenzó sus, negocios como
cuando los
comenzaron Carnegie o Rockefeller, no pensaban mucho en el
bienestar de la
humanidad, otras serían sus miras, y, sin embargo, después ya vemos
cómo
se expresa el uno y bien sabemos cómo proceden los otros donando
millones
y millones para sostener establecimientos de beneficencia y
cultura.
¿Por qué si éstos proceden así y subieron por ambición, por
constancia, por laboriosidad o por otra causa, no esperar un
proceder
idéntico de los que suban por hipocresía? Ennoblezcamos los
pensamientos
de los hipócritas si el evitar que haya hipócritas es imposible.
Así
cuando lleguen al éxito cabrá esperar de ellos algo beneficioso
para la
sociedad,
- X -
Al éxito por patriotismo
Página 59 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 60 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 61 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 62 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 63 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 64 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 65 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 66 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- XI -
Al éxito por la atención
Página 67 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 68 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 69 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 70 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 71 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 72 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 73 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 74 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- XII -
Al éxito por la diligencia
(CERVANTES)
Haz primero lo más urgente. Si no tienes un gran
talento,
reemplázalo, por la diligencia. La tortuga alcanzó a la
fiebre,
(TANGYE)
Página 75 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 76 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 77 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 78 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- XIII -
Al éxito por la habilidad
Página 79 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 80 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 81 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 82 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 83 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 84 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- XIV -
Al éxito por la gloria
Página 85 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 86 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 87 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 88 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
considera que para la fama que ansía no hay otro camino que el de
la
guerra y como soldado se alista. ¡Dichosa equivocación la que tuvo,
pues
por experiencia propia pudo hallar material para su incomparable
libro Don
Quijote de la Mancha! Por éste sí que Cervantes alcanzó la gloria
que las
armas le negaron, mejor dicho, una gloria infinitamente superior a
la que
por las armas hubiera podido alcanzar. Aquel genio portentoso
aspiraba a
la inmortalidad y bien consiguió, su propósito triunfando
maravillosamente
en las letras después de hacerle la sociedad, no él, que fracasase
en las
armas.
Para llegar a la inmortalidad hay muchos caminos y por lo
general son
los más seguros los menos trillados. Hay que ser originales para
atraer la
atención sobre sí, pero originales realizando labor provechosa. Los
hombres que fueron originales inventando medios de destrucción no
se han
hecho populares, como los que se distinguieron por originalidades
pacíficas y útiles. Si Bertoldo Schwartz y Alfredo Nobel, han
pasado a la
posteridad, no ha sido por las propiedades destructoras de la
pólvora y de
la dinamita sino por la originalidad de los descubrimientos y por
la
utilidad que de ellos sacan los hombres, asunto éste que sería la
única
preocupación de los inventores, cuando sobre sus inventos
trabajaron.
Edisson y Marconi soñarían o no soñarían con ser célebres, mas
para
serlo no necesitaron ceñirse la espada como se la ciñó Cervantes
cuando
carecía de experiencia y Don Quijote cuando estaba loco.
«Los edificios, decía Quevedo, tienen su fundamento en las
primeras
piedras; el de la fama, en las postrimerías; si éstas no son
gloriosas cae
luego y lo cubre el olvido». Pues para buscar postrimerías
gloriosas es
preciso: primero llevar buena intención en lo que se emprende, y
segundo
no dar un paso sin pensar en el bien de la posteridad, ya que no
quepa
mirar por el bien de los que nos antecedieron. Respecto al presente
recordemos esta frase de Cervantes: «Mis intenciones siempre las
enderezo
a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno».
Con el bien por norma cualquier camino conduce a la fama. Tal
vez
esta fama llegue con posterioridad a la existencia del individuo
que la
merece, pero éste ya la adivina y tiene la tranquilidad de morir
sabiendo
casi, que su nombre será honrado y aún bendecido.
Página 89 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 90 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- XV -
Al éxito por la necesidad
Página 91 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 92 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 93 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 94 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 95 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
- XVI -
Al éxito por amor
Página 96 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 97 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 98 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
Página 99 de 128
Los caminos para el éxito Aureliano Abenza y Rodríguez
*
**
En otro romance morisco hallamos estos otros versos no menos
briosos
que los anteriores:
-¡Miente el traidor homiçida
- XVII -
Al éxito por optimismo
- XVIII -
Obstáculos en el camino del éxito
- XIX -
Síntesis
Los que llegan y los que no llegan. La felicidad
Libros Tauro
http://www.LibrosTauro.com.ar