You are on page 1of 28

Financiado por:

Herramientas y Manuales

Marco de trabajo ambiental y comunal para el diseño de proyectos


de forestación, reforestación y revegetación bajo el MDL:
desarrollo metodológico y estudios de caso

Manual de apoyo para


la herramienta de
evaluación de
impactos
ambientales
www.joanneum.at/encofor
Manual de apoyo para la herramienta de
evaluación de impactos ambientales

Juan F. Garcia-Quijano, Antonio Trabucco y Bart Muys


Division Forest, Nature and Landscape, K.U.Leuven, Bélgica
Copyright: © Marco de trabajo ambiental y comunal para el diseño de proyectos de forestación,
reforestación y revegetación bajo el MDL: desarrollo metodológico y estudios de caso. Encofor. 2007.

Cita bibliográfica:

Garcia-Quijano, J.F., Trabucco, A. y B. Muys. 2007. Manual de apoyo para la herramienta de


evaluación de impactos ambientales. Proyecto Encofor. Quito, Ecuador. 26 p.

Título original del documento en inglés: "Manual supporting the Encofor Environmental Impact
Assessment tool"

Revisor técnico: Luis Fernando Jara


Igino M. Emmer

Traductor: Peter Newton E.

Revisores técnicos de traducción: Luis Fernando Jara


María Belén Herrera
Franco Gutiérrez

Edición: María Belén Herrera

Diseño y diagramación: Kaloyan Amores . PuntoPlanoDG


Impresión: SOBOC GRAFIC
Tiraje: 500 ejemplares

Financiamiento: EuropeAid, Co-operation Office


Página web: www.joanneum.at/encofor

Fotografías: PROFAFOR S.A.


INDICE

Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7

1. Módulo de Evaluación Rápida/Preselección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8

2. Módulo de Pre-evaluación/Alcance . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8

3. Módulo de Declaración de Impactos Ambientales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9

4. Módulo Encofor Plus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9


4.1 Indicadores del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
4.1.1 (S1) Compactación del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
4.1.2 (S2) Estructura y perturbación del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
4.1.3 (S3) Erosión del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12
4.1.4 (S4) Capacidad de intercambio de cationes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12
4.1.5 (S5) Saturación de bases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13
4.2 Indicadores hídricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .14
4.2.1 (W1) Evapotranspiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .14
4.2.2 (W2) Escorrentía superficial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .14
4.2.3 (W3) Cambio artificial en el balance hídrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15
4.3 Indicadores de la vegetación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
4.3.1 (V1) Biomasa total aérea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
4.3.2 (V2) Indice de Area Foliar (LAI) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
4.3.3 (V3) Distribución y explotación del espacio vertical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
4.3.4 (V4) Producción Primaria Neta libre (fNPP) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17
4.4 Indicadores de la biodiversidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18
4.4.1 (B1) Indice de Biodiversidad de Simpson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18
4.4.2 (B2) Indice de Homogeneidad de Simpson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18
4.4.3 (B3) Encalar, fertilización, empobrecimiento y biocidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
4.4.4 (B4) Cobertura con especies exóticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
4.5 Agregación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
4.5.1 Puntaje del indicador por unidad de tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
4.5.2 Cambios en el uso del suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .21

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 5


6 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales
Manual de apoyo para la herramienta de
evaluación de impactos ambientales

Resumen
Este manual ofrece orientaciones prácticas para la recolección y procesamiento de datos y el reporte de
la evaluación de los impactos negativos potenciales de una actividad de proyecto MDL de tipo A/R.
Contiene los antecedentes necesarios para la Herramienta de Evaluación de Impacto Ambiental de
Encofor, la cual es una aplicación de fácil manejo en MS Excel, en la forma de listas de control.

Las modalidades y procedimientos para los proyectos MDL de tipo A/R de la Junta Ejecutiva del MDL
establece que cuando son identificados los impactos negativos potenciales, debe realizarse una
evaluación de impacto ambiental y socioeconómico de acuerdo con las normas y procedimientos
señalados por la Autoridad Nacional Designada (AND) del país anfitrión de la actividad de proyecto
MDL de tipo A/R. En consecuencia, la herramienta y el manual sólo pueden dar orientaciones
detalladas sobre los primeros pasos de una evaluación de impacto ambiental, es decir, la evaluación
rápida y la determinación del alcance durante la etapa de prefactibilidad. En el caso de una evaluación
de impacto ambiental durante la etapa de factibilidad, la herramienta y el manual ofrecen una guía en
forma de una lista de control que sirve para preparar la Declaración de Impactos Ambientales. Para una
evaluación más avanzada de los beneficios e impactos ambientales, se dispone del Módulo Encofor
Plus, cuya metodología cuenta con 17 indicadores cuantitativos distribuidos entre cuatro temas: suelo,
agua, vegetación y biodiversidad.

El Módulo de Preselección ayuda en la identificación de áreas (suelo, agua, vegetación, biodiversidad,


etc.) que podrían sufrir efectos negativos potenciales debido a la ejecución del proyecto. Una vez
identificadas estas áreas problemáticas, el Módulo de Alcance evalúa cualitativamente la extensión de
los impactos en las diferentes áreas identificadas como problemáticas durante la fase de preselección.
Estos primeros dos módulos se basan en las listas de control adaptadas a los proyectos MDL de tipo
A/R, que se encuentran en las líneas base de Europa para los impactos ambientales, en Holvoet y Muys
(2004) y en Madlener et al., (2006).

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 7


1. Módulo de Evaluación Rápida/Preselección
En primer lugar se presenta una serie de preguntas sobre los proyectos MDL de tipo A/R en forma de
una lista de control para identificar en qué categorías (topografía, recursos renovables, etc.) el proyecto
podría mostrar efectos negativos potencialmente inaceptables, los cuales resultarían en su
descalificación. La identificación de los efectos negativos es obligatoria bajo las modalidades
aprobadas por la Junta Ejecutiva del MDL, a diferencia de la identificación de los efectos positivos
potenciales. No obstante, éstos últimos pueden resultar importantes para la evaluación, aprobación e
incluso financiación del proyecto propuesto.

La lista de control de evaluación rápida ha sido adaptada de la de preselección general para todo tipo
de proyectos y actividades en los diferentes sectores recomendados por la Comisión Europea, así como
también, de la lista referencial de principios, criterios e indicadores para el manejo sostenible de
bosques, de Holvoet & Muys (2004). Las preguntas más aplicables a los A/R proyectos fueron
seleccionadas.

Estas preguntas son estructuradas como criterios que corresponden a los principios ambientales. Se
encuentran en el primer módulo de la Herramienta Ambiental de Encofor denominada Evaluación
Rápida. En este momento, cada una de las preguntas puede ser respondida en base a la Nota de Idea
de Proyecto, en combinación con mapas y documentos disponibles a nivel local (conocimientos de
expertos locales, datos de institutos de investigación y ONGs, e información que surge a raíz de la
participación de los actores). Se debe prestar especial atención a la opinión de las ONGs locales y los
representantes de los diferentes grupos sociales. A la hora de responder a estas preguntas, se debe
consultar a los actores y documentar sus opiniones, lo cual forma parte de la Declaración de Impactos
Ambientales definitiva y del capítulo sobre los comentarios de los actores en el Documento de Diseño
del Proyecto.

En este punto, las respuestas a las preguntas son cualitativas (de tipo "sí / no"), seguidas por una breve
descripción del impacto y/o problema probable o esperado. Cuando se responde afirmativamente a
algún criterio, implica que se ha detectado un impacto ambiental inaceptable, lo cual resulta en serias
dudas sobre la factibilidad de un proyecto sostenible en línea con las normas de la CMNUCC. Luego
de revisar nuevamente el problema y la información en la cual se ha basado, si permanece el problema
y un rediseño del proyecto no lo resolvería, se debe descalificar el proyecto.

2. Módulo de Pre-evaluación/Alcance
Después de identificar impactos negativos inaceptables en una o más de las categorías ambientales
antes enumeradas, el siguiente paso es el de determinar si existe algún impacto negativo potencial
significativo. Hacia este fin, el Módulo de Alcance ofrece una lista de control semi-cuantitativo y más
detallado, con la que se verifica si los supuestos impactos negativos son significativos y si requerirían
de mayor atención y la elaboración de una estrategia de mitigación en el estudio de factibilidad.
Nuevamente, la lista de control es estructurado en forma de principios y criterios. El módulo se
encuentra en la Herramienta Ambiental de Encofor como Evaluación de Prefactibilidad.

Ahora las respuestas a las preguntas son de naturaleza semi-cuantitativa (puntajes de 0 para "ningún
impacto" hasta 3 para "impactos significativos") y siguen basándose en la Nota de Idea del
Proyecto, conjuntamente con las fuentes de información local descritas en el Módulo de
Preselección. Sin embargo, esta vez se requiere de un análisis sobre cuáles factores o actividades
del proyecto han de incidir en determinados procesos o aspectos del medio ambiente. Este análisis
incluye una sencilla estimación del alcance de los impactos esperados, en términos del área afectada
y de la intensidad del efecto.

8 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


3. Módulo de Declaración de Impactos Ambientales
Una vez detectados los efectos ambientales negativos más probables y significativos, e identificada su
extensión mediante los Módulos de Preselección y Alcance en el estudio de prefactibilidad, es
importante asignar puntajes a los impactos, determinando si son aceptables o no y qué medidas de
mitigación podrían tomarse.

Según las modalidades y los procedimientos para las actividades de un proyecto MDL de forestación /
reforestación, para el primer período de compromiso en el Protocolo de Kyoto (Decisión 5 / CMP.1,
Apéndice B; Documento de Diseño de Proyecto para las actividades de proyectos MDL de forestación
/ reforestación), el análisis de la evaluación de impacto ambiental debe incluir los efectos negativos en
cuatro ejes temáticos: suelo, hidrología (agua), biodiversidad y vegetación, entre otros como el riesgo
de incendios, plagas, y enfermedades. Las evaluaciones de impacto en estos temas deben ser realizadas
según las normas, los métodos y procedimientos aprobados por la Autoridad Nacional Designada
(AND) del país anfitrión. Sin embargo, en muchos países la AND aún no ha sido creada o no cuenta
con normas, métodos y/o procedimientos aprobados. En ese caso, los temas (principios y criterios)
planteados en la evaluación de prefactibilidad de la Herramienta para el Análisis de Impactos
Ambientales de Encofor, podrán servir de fuente de inspiración, aunque ahora se requerirá de un
enfoque más cuantitativo, basado en fuentes científicas, conocimientos de expertos y los aportes de los
actores locales.

Una vez completada la evaluación de impacto, la herramienta brinda una guía para verificar si esta
evaluación es completa (Módulo de Evaluación de Factibilidad) y para mejorar la calidad de la
Declaración de Impactos Ambientales (DIA) (Módulo de DIA de Factibilidad). La Declaración de
Impactos Ambientales es un documento en el cual se va reportando cada paso del análisis y sus
resultados. No existe formato alguno que sea universalmente aceptado y recomendado. Esta guía se
basa en la versión de la Declaración de Impactos Ambientales de la Comisión Europea, puesto que no
se puede reflejar todos los requerimientos y las prácticas especificados en las evaluaciones de impacto
ambiental de los distintos países. Los resultados de esta declaración siempre deben leerse en conjunto
con las directrices y leyes nacionales o locales respecto a las evaluaciones de impacto ambiental. La
Declaración de Impactos Ambientales será agregada al Documento de Diseño del Proyecto.

4. Módulo Encofor Plus


El módulo Encofor Plus permite la realización de una evaluación de impacto del uso del suelo
totalmente cuantitativa para el área del proyecto. Puede detectar los efectos positivos y negativos del
nuevo uso del suelo en comparación con su uso anterior. El método del impacto del uso del suelo
incluye los ejes temáticos de suelo, agua, vegetación y biodiversidad. Sin embargo, está abierto a la
inclusión de nuevos temas o categorías o de nuevos indicadores, según las necesidades del proyecto o
la actividad bajo análisis. El método cuenta con fundamentos científicos sólidos, los cuales son
explicados en mayor detalle a continuación. Este módulo puede ser aplicado fácilmente utilizando el
Módulo Encofor Plus en la Herramienta de Evaluación de Impactos Ambientales de Encofor. Una
vez que el usuario haya ingresado los datos necesarios, el módulo calcula automáticamente los puntajes
de impacto y muestra un resultado gráfico del impacto ambiental del nuevo bosque comparado con el
uso anterior del suelo.

El método multiplica el área relativa de la actividad (es decir, el área de la actividad evaluada para el
área total del sitio del proyecto) por la diferencia normalizada entre el valor observado del indicador y
el valor del indicador según el sistema de referencia. Para expresar el producto como porcentaje, se
multiplica por 100 (véase la Ecuación 1 a continuación). El valor mínimo será alcanzado cuando el
valor observado corresponde al del sistema de referencia elegido.

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 9


10 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales
4.1 Indicadores del suelo

4.1.1 (S1) Compactación del suelo

Este indicador da una idea de los cambios en la calidad del sitio. Las plantas deben ser
hidráulicamente compatibles con sus suelos (Sperry et al., 1998). Se desarrolla esta compatibilidad
con el tiempo mediante la adaptación, por lo que toda perturbación en las características hidráulicas
del suelo afectará dicha compatibilidad. Este indicador se refiere a los efectos sobre la densidad
aparente del suelo en el área bajo manejo y/o explotación. La compactación del suelo, cuando es
moderada y su textura no es excesivamente arenosa, aumentará el tiempo de permanencia del agua en
la capa superior del suelo, sin comprometer la relación ideal agua/aire, que es necesaria para el buen
desarrollo de la planta. No obstante, rara vez se da este caso específico. Si la compactación es tal que
se reduce el volumen del aire en el suelo por debajo de los valores mínimos aceptables para el
desarrollo de la planta y cae drásticamente la tasa de infiltración, entonces los impactos negativos
serán observados en términos de desarrollo de raíces y producción de biomasa (Munkholm et al.,
2005) y un aumento en la escorrentía superficial (Green et al., 2003, Johnson–Maynard, et al., 2002).
Por lo tanto, este indicador resalta cambios en la capacidad del ecosistema para amortiguar los flujos
hídricos y de sedimentos. Se tiene un máximo impacto cuando el 100 % del área se encuentra
completamente sellada y el número de unidades funcionales es el mínimo posible.

Ai I ref I i
S1 * *100 (2)
i At I ref

donde Ai : el área de la agrupación (cluster) i bajo explotación o utilización (ha); At : el área total del
proyecto (ha); I ref : la velocidad de infiltración del suelo bajo condiciones naturales (mm día–1); I i : la
velocidad de infiltración de la agrupación i bajo un determinado tratamiento o explotación (mm día–1).
Referencia: 100 % del suelo no afectado en I ref (S1 = 0).

El indicador es calculado dividiendo el área total en secciones con diferentes grados de compactación
del suelo (por ejemplo, caminos, trochas para transportar la madera, y plantaciones). Para cada sección
se pesa el área relativa con una baja permeabilidad comparada con el sistema de referencia. El puntaje
final se obtiene sumando los valores de todas las secciones. La compactación debido al uso de
maquinarias pesadas reduce la tasa de infiltración del suelo o la conductividad hidráulica saturada
(mm / día–1).

4.1.2 (S2) Estructura y perturbación del suelo

Este indicador nos da una idea de los cambios en la calidad del sitio. El indicador S2 toma como
referencia el perfil natural del suelo desarrollado durante siglos o milenios. El ecosistema altera o
influye en el desarrollo de la estructura y textura del suelo, entre otros procesos: mediante la
intercepción y redistribución de las aguas lluvias, reduciendo la erosión del suelo mediante el
desarrollo de nuevos sistemas radiculares en cada etapa del desarrollo del ecosistema. La modificación
en las características del suelo por acción de la biota tiene como propósito obtener el agua y los
nutrientes necesarios para convertir la energía solar captada por el follaje en la producción de biomasa
y semillas. El ciclo de nutrientes se mantendrá por el depósito de materia vegetal (principalmente
follaje) en la superficie del suelo (Johnson–Maynard et al., 2002; Mohr et al., 2005; O’Brien et al.,
2004; Phillips et al., 2004; Rutiglioni et al., 2004).

La suma de estos procesos interrelacionados y organizados maximiza la disipación de energía e


insumos materiales. Este indicador es calculado mediante la Ecuación 3.

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 11


Ai d di
S2 * * 100 (3)
i At d soil

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación o utilización (ha); At : el área total del proyecto
(ha); d di : la profundidad de perturbación del suelo en la agrupación i (m); d soil : la profundidad total
del suelo útil para la actividad especifica en la agrupación i (m). Se considera que el máximo debe ser
un metro de profundidad, ya que la mayoría de prácticas forestales y agrícolas tiene lugar en esa capa.
Referencia: 100 % en estado natural (S2 = 0).

La estructura del suelo puede ser perturbado por el trabajo (arado, labranza, etc.), por lo que se incluye
la profundidad (m) del impacto. Una diferencia de cero en la calidad significa que no ha sido
perturbado ni utilizado el suelo. Se alcanza el mayor impacto cuando toda el área es manipulada
continuamente (cada año) hasta una profundidad de un metro o más.

4.1.3 (S3) Erosión del suelo

La profundidad de la capa del suelo capaz de sostener la vegetación es desarrollada a lo largo de siglos
y/o milenios por factores abióticos (tipo de roca madre, viento, precipitación, temperatura, etc.) y
factores bióticos (por ejemplo, árboles, animales e insectos) (Johnson–Maynard et al., 2005, Rutiglioni
et al., 2004). Esta capa del suelo es crítica para sostener la vida, y su pérdida compromete gravemente
la provisión de agua y nutrientes para la vegetación. El suelo es un componente importante en todo el
ecosistema, especialmente para amortiguar tales flujos materiales como el agua, a través de la
infiltración y retención, el ciclo de nutrientes que pierden carbono (C), fósforo (P) y nitrógeno (N), y
otros elementos importantes (Al–Sheikh et al., 2005, Bakker et al., 2005, Cohen et al., 2005,
Haileselassie et al., 2005). Este indicador es calculado mediante la Ecuación 4.

Ai soil er i
S3 * d RS *100 (4)
i At bulk i

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación o utilización (ha); At : el área total del proyecto
(ha), soil er i : el cálculo de la perdida del suelo en la agrupación i con la pérdida universal de suelo
por erosión (tonelada ha–1 año–1 o para su aplicación kg m–2 año–1). Cualquier variante de USLE
puede ser utilizada según las circunstancias. bulk i : la densidad absoluta del suelo de la agrupación i
(kg m–3); d RS : la profundidad de las raíces en el suelo del sitio del proyecto (m). Referencia: ninguna
erosión del suelo ( USLE = 0).

En su forma general, la formula solamente toma en cuenta la erosión por acción del agua. Se calcula
utilizando la bien conocida Ecuación Universal de Pérdida del Suelo ( USLE por sus siglas en inglés;
USDA–ARS, 1961). En casos pertinentes, la erosión por acción del viento (Schwab et al., 1993) y la
erosión por acción de la labranza, deben ser agregadas a la ecuación. Entonces una pérdida de masa en
el suelo (kg / m–2 / año–1) es transformada en pérdida de la profundidad del suelo (m) utilizando la
densidad aparente (kg / m–3). Finalmente, la pérdida de profundidad del suelo durante un período de
100 años es comparada con la profundidad efectiva del suelo, hasta un metro. Una pérdida total de
suelo dentro de un período de menos de 100 años resulta en un máximo puntaje de impacto.

4.1.4 (S4) Capacidad de intercambio de cationes

Este indicador da una idea de los cambios en la calidad del sitio. La Capacidad de Intercambio de
Cationes (CEC por sus siglas en inglés) es la cantidad de cationes (bases) intercambiables que pueden
ser absorbidos por el suelo, a un pH de 7.0, o sostenida en la superficie de arcilla o materia orgánica.

12 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


La CEC tiene un impacto directo sobre la capacidad del suelo para soportar la vegetación y por tanto
sobre la habilidad del ecosistema para almacenar energía mediante la producción de biomasa (Bronick
et al., 2005, Eshetu et al., 2004, Rutigliano et al., 2004). Es directamente afectada positiva o
negativamente por prácticas de manejo como la tala intermitente (Favre et al., 2002), la adición de
materia orgánica (Johnson, 2002), etc. La CEC constituye un buen indicador de la degradación del
suelo (Noble et al., 2000) y al mismo tiempo es una indicación de otras posibles amenazas como la
contaminación de las aguas freáticas. La Ecuación 5 indica cómo se calcula este indicador.

Ai CEC ref CEC act i


S4 * *100 (5)
i At CEC ref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación o utilización (ha); At : el área total del proyecto
(ha); CEC act i : la Capacidad de Intercambio de Cationes del uso actual del suelo en la agrupación i
(meq 100 gr.–1); CEC ref : la Capacidad de Intercambio de Cationes del uso referencial del suelo (meq
/100 gr.–1). Para suelos ácidos se puede utilizar la CEC efectiva ( CEC e ). Referencia: S4 = CEC ref .

La capacidad actual del intercambio de cationes es comparada con la Capacidad de Intercambio de


Cationes en el sistema de referencia. Los valores de la CEC oscilan entre 0,0 y 400,0 meq / 100 gr.–1.
Mientras menor sea la CEC, mayor será la reducción de almacenamiento y la disipación de exergía. El
impacto más evidente es en la producción de biomasa.

1.5 (S5) Saturación de bases


Este indicador da una idea de los cambios en la calidad del sitio. La saturación de bases es la cantidad
de bases intercambiables (potasio [K+1], calcio [Ca+2], magnesio [Mg+2], sodio [Na+1], aluminio [AL+3]
& hidrógeno [H+1]) que contiene el suelo en comparación con la CEC. La pérdida de saturación de
bases se considera un impacto, pues disminuye la capacidad productiva del ecosistema y por ende su
capacidad de almacenar energía en forma de biomasa e información genética (Hagen–Thorn et al.,
2004). Las prácticas de manejo inciden directamente en este indicador. Véase la descripción de la
Capacidad de Intercambio de Cationes en lo que antecede (Asano y Uchida, 2005, 2004, Lyan y Gross,
2005). Este indicador se calcula en base a la Ecuación 6.

Ai BS ref Bact i
S5 * *100 (6)
i At BS ref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación o utilización (ha); At : el área total del proyecto

(ha);
BSact i : el porcentaje de la saturación de bases con el uso actual del suelo en la agrupación i

(%); BS ref : el porcentaje de saturación de bases según el uso referencial del suelo (%).
Referencia: S5 = BS ref .

El porcentaje de saturación de bases real se compara con el del sistema de referencia. Mientras mayor
sea la saturación de bases, menor será la capacidad del ecosistema para amortiguar y disipar energía.
Una mayor saturación de bases, significa menos lugares en el suelo donde puede darse el intercambio
de minerales entre el suelo y el sistema radicular.

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 13


4.2 Indicadores hídricos

Como se ha dicho ya, el ecosistema intenta amortiguar y disipar todos los flujos energéticos y
materiales que ingresan (Jørgensen et al., 1995). El agua en forma de precipitación es el flujo material
más importante que entra al ecosistema. Varios estudios demuestran cómo se distribuye este flujo
entre los distintos procesos, los cuales son característicos de cada tipo de ecosistema (por ejemplo,
Fisher et al., 2005, Obrist et al., 2003). Recientemente, Heuvelmas et al., (2004) propuso indicadores
hídricos sólidos para una nueva categoría en la evaluación de impactos para el uso del suelo,
denominada el ‘balance regional del agua’, como parte de la metodología de Evaluación de Ciclo de
Vida (LCA por sus siglas en inglés). Estos indicadores se fundamentan en probabilidades excesivas de
las variaciones temporales en los caudales. Sin embargo, aunque tales indicadores serían criterios
poderosos para evaluar los impactos en los ecosistemas, su estimación exige montar datos (es decir,
series de tiempo) que por lo general no están disponibles en los países en desarrollo o las áreas
tropicales. Tomando en cuenta la disponibilidad de datos, se ha propuesto los siguientes tres
indicadores para la evaluación de los impactos en el funcionamiento del ecosistema.

4.2.1 (W1) Evapotranspiración

Este indicador da una idea de la disipación de energía. Este proceso abarca los efectos de la radiación
neta y transferencia de masa en un ecosistema. Ambas variables surten un efecto directo sobre la
energía del ecosistema. Penman (1948) ha desarrollado una ecuación física que demuestra con
precisión esa interacción. Monteith (1965) modificó la ecuación de Penman en términos de la
transferencia atmosférica, incluyendo la conductividad del dosel, por lo que esta ecuación se conoce
ahora como la “Ecuación Penman–Monteith”. El grado de pérdida por evapotranspiración indica una
disminución en la salud y productividad del ecosistema y una pérdida de control sobre los flujos
energéticos, hídricos y materiales (Goyal 2004, Obrist et al., 2003, Scott et al., 2004)

Ai E ref E act 1
W1 * *100 (7)
i At E ref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación o utilización (ha); At : el área total del proyecto
(ha); E act i : la evapotranspiración con el uso actual del suelo en la agrupación i (mm año–1); E ref : la
evapotranspiración con el uso referencial del suelo (mm año–1). Referencia: W1 = E ref .

La evapotranspiración real se compara con la del sistema de referencia. Una reducción en la


evapotranspiración se entiende como una disminución en la salud del ecosistema y su producción
global de biomasa, por lo que constituye un impacto negativo. Sin embargo, en casos muy específicos,
el uso del suelo y manejo de la tierra puede resultar en un incremento, generalmente la introducción de
especies de rápido crecimiento. En estos casos, el puntaje del indicador tendrá un valor negativo, lo
cual implica un impacto positivo. No obstante, esto puede dar lugar a efectos secundarios no deseados.
El método reflejará estos efectos negativos en otros indicadores bajo los temas de suelo, vegetación o
biodiversidad.

4.2.2 (W2) Escorrentía superficial

Este indicador da una idea del índice de disipación. Aquella porción de la precipitación efectiva que
no es ocupada en la evapotranspiración ni es absorbida por el suelo, es el componente rápido del
rendimiento hídrico total de una cuenca hidrográfica. La probabilidad de superar la capacidad de
amortiguamiento del ecosistema para minimizar el poder erosivo de la escorrentía superficial aumenta
con la reducción de la evapotranspiración, la intensidad y frecuencia de la precipitación y, desde luego,
la magnitud de la escorrentía en sí (Biemelt et al., 2005, van de Giesen et al., 2005, Zhang y Jørgensen,

14 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


2005). La escorrentía produce la erosión del suelo, la pérdida de nutrientes y la disminución de la
profundidad de arraigo del suelo. Esto a su vez incide en las demás funciones y procesos del
ecosistema, afectando el nivel de almacenamiento de energía en el sistema.

Q
W2 * 100 (8)
Pe E avg act

donde Q : el total de la escorrentía superficial (m3 año–1); Pe : la precipitación efectiva (m3 año–1 / el
total de precipitación menos la intercepción); E avg act : el promedio del índice actual de
evapotranspiración sobre las diferentes agrupaciones del proyecto (m 3 año–1). Usualmente Pe y
E avg act se expresan en unidades de mm año–1, pero a fin de hacerlos congruentes con las unidades Q ,
deben ser promediadas entre todos los sitios dentro del área del proyecto. Referencia: ninguna
escorrentía superficial, W2 = 0.

Este indicador no es promediado por el área de la agrupación, sino por toda el área del proyecto, pues
generalmente la escorrentía es calculada o modelada para áreas mayores a las comprometidas en los
proyectos. Se alcanza el máximo impacto cuando toda la precipitación efectiva es evacuada en forma
de escorrentía superficial.

4.2.3 (W3) Cambio artificial en el balance hídrico

Este indicador da una idea de los cambios en la calidad del sitio. Se refiere a la adición o extracción de
agua, es decir el riego y drenaje. Este cambio en el balance hídrico tiene profundas consecuencias
sobre la calidad del sitio y puede resultar en una grave simplificación de las redes tróficas. Un
aumento en los aportes hídricos mediante el riego o una reducción de los aportes hídricos mediante el
drenaje, afectará a las especies animales y vegetales que evolucionaron para sobrevivir bajo las
condiciones hídricas naturales en el sistema de referencia (Rhoades et al., 1997, Sharma y Rao, 1998,
Wen y Recknagel, 2002). Bajo condiciones normales, estas actividades son realizadas para aumentar
la productividad biológica del área para el consumo humano, es decir, la agricultura.

Airr i Adrain i
W3 * 100 (9)
i At

donde Airr : el área bajo riego (ha); Adrain : el área bajo drenaje (ha) y At: el área total del proyecto (ha).
Referencia: Airr Adrain = 0.

Ya que es extremadamente difícil cuantificar la cantidad de agua extraída del área o agregada a ella,
solamente se toma en cuenta el área afectada. Se alcanza el mayor impacto cuando el balance hídrico
de toda el área ha sido manipulado.

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 15


4.3 Indicadores de la vegetación

4.3.1 (V1) Biomasa total aérea

La biomasa es la forma más obvia de almacenamiento de energía. Toda disminución en la biomasa por la
cosecha en cualquiera de sus formas o por cambios en la calidad del sitio, se asume que ocasiona una baja en el
control del ecosistema sobre los flujos energéticos, hídricos y de nutrientes (Houghton y Hackler, 1999, Kettunen
et al., 2005, Mortimore et al., 1999, Scheller y Mladenoff, 2005, Son et al., 2004).

Ai TABref TABact i
V1 * * 100 (10)
i At TABref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación (ha); At : el área total del sitio del proyecto
(ha); TABact i : la biomasa total aérea actual en la agrupación i (tonelada ha–1); TABref : la biomasa
total aérea en el sistema de referencia (tonelada ha–1). Referencia: V1 = TABref

El indicador es calculado en base al promedio de biomasa durante un período de rotación.

4.3.2 (V2) Indice de Area Foliar (LAI)

Es el área total del follaje por unidad de superficie de la tierra (sin dimensiones), que guarda relación
directa con la producción primaria neta del ecosistema (Hymus et al., 2002, Luo et al., 2005). Se trata
de un indicador confiable de la capacidad para absorber la radiación solar, la principal fuente de
energía (Dungan et al., 2004, Rascher et al., 2004), del potencial para reducir la energía cinética
proveniente de la caída de gotas de lluvia (Anzhi et al., 2005, Gomez et al., 2001, Pañuelos et al.,
2003 y van Dijk y Bruijnzeel, 2001) y, por tanto, la erosión del suelo, entre otras interacciones y
relaciones bien conocidas.

Ai LAI ref LAI act i


V2 * *100 (11)
i At LAI ref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación (ha); At : el área total del sitio del proyecto
(ha); LAI act i : el Índice de área foliar actual para la agrupación i ; LAI ref : el Índice de área foliar
para el sistema de referencia. Referencia: V2 = LAI ref .

El indicador se calcula en base al promedio del LAI durante un período de rotación. Los períodos sin
follaje (por ejemplo, la estación invernal) deben ser tomados en cuenta. La ausencia de área de follaje
resultará en el máximo impacto de 100.

4.3.3 (V3) Distribución y explotación del espacio vertical

Da una idea de la estructura vertical del interfaz vegetativo que amortigua la radiación solar, la lluvia,
el viento y otros flujos. Para una misma altura en la capa dominante de la estructura vertical, un menor
número de capas disminuiría la óptima o máxima capacidad de amortiguamiento del ecosistema
(Onaindia et al., 2004, Stephens y Gill, 2005, Wehrli et al., 2005, Will et al., 2005)

16 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


Ai H act i St act i
V3 * 1 *100 (12)
i At H ref St ref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación (ha); At : el área total del sitio del proyecto
(ha); H act i : la altura del dosel en el estrato dominante con el uso actual del suelo en la agrupación i
(m); St act i : el número de estratos con el uso actual del suelo en la agrupación i ; H ref : la altura del
dosel en los estratos dominantes del sistema de referencia (m); St ref : el número de estratos en el
sistema de referencia. Referencia: V3 = H ref St ref .

Por motivos prácticos se propone el uso de la altura dominante, es decir, la altura promedio de la capa
de vegetación dominante durante un período completo de rotación, tomando en cuenta los períodos de
suelo desnudo.

4.3.4 (V4) Producción Primaria Neta libre (fNPP)

La Producción Primaria Neta (NPP por sus siglas en inglés – la fotosíntesis gruesa menos la
respiración autotrófica) es controlada por factores físicos, ambientales y bióticos (Garcia–Quijano y
Barros, 2005, Loescher et al., 2003). La Producción Primaria Neta libre (fNPP por sus siglas en
inglés) es aquella porción de la NPP que no se cosecha sino que permanece dentro del ecosistema
para desempeñar funciones de apoyo vital. En el sistema de climax natural, no hay cosecha y toda la
NPP se mantiene a disposición del ecosistema para sostener la red trófica. Sin embargo, el uso del
suelo, los cambios en el uso del suelo y el cambio climático, pueden alterar la disponibilidad de la
fNPP, disminuyendo así la capacidad del ecosistema para amortiguar los flujos energéticos y
materiales (Grant y Nalder, 2000, Howard et al., 2004, Houghton 2003, Williams et al., 2005).

Ai NPPref NPPact i Ht i
V4 * * 100 (13)
i At NPPref

donde Ai : el área de la agrupación i bajo explotación (ha); At : el área total del sitio del proyecto
(ha); NPPact i : la producción primaria neta con el uso actual del suelo en la agrupación i (toneladas
ha–1); Ht i : la biomasa cosechada en la agrupación i (toneladas ha –1); NPPref : la producción primaria
neta del sistema de referencia (tonelada ha–1). Referencia: V4 = NPPref .

Se compara lo que permanece en el uso real del suelo con la NPP del sistema de referencia.

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 17


4.4 Indicadores de la biodiversidad

4.4.1 (B1) Indice de Biodiversidad de Simpson

La eficiencia energética aumenta mediante el desarrollo de un elevado nivel de diversidad y la división


del trabajo entre especies. Sin embargo, la adaptación al estrés fisiológico reduce la diversidad de
especies. Los extremos e impactos que exigen la adaptación fisiológica cobran prioridad por sobre el
apoyo a la diversidad de las especies. Prevalece el sobre–crecimiento cuando son subutilizados los
recursos (Odum & Odum, 2003). La totalidad de información obtenida mediante la observación del
sistema como un todo es producto de los datos asociados con la diversidad de especies en función de
la probabilidad de encontrar una especie determinada entre un conjunto de n especies posibles en el
ecosistema, incluyendo la frecuencia de cada especie en el mismo, y el número de individuos
(Bastianoni & Marchettini, 1997).

Ai Dref Dact i
B1 * *100 (14)
i At Dref

donde Ai : el área de la agrupación i (ha); At : el área total del sitio del proyecto (ha); Dact i : el
Índice de Biodiversidad de Simpson para el uso actual del suelo (véase la Ecuación 14.1) en la
agrupación i ; Dref : el Índice de Biodiversidad de Simpson para el sistema de referencia (véase la
Ecuación 14.1). Referencia: Dref

nj nj 1
D (14.1)
j N N 1

donde D : el Indice de Biodiversidad de Simpson; ni : el número de individuos en la especie jth ; N :


el número total de individuos.

Diferentes índices de biodiversidad como por ejemplo la riqueza de especies como número de especies
registradas en el área de muestra (Magurran, 1988), el índice de biodiversidad de Shannon (Shannon,
1949) y el índice de biodiversidad de Simpson (Simpson, 1949), fueron evaluados en lotes con
diferentes niveles de perturbación, para determinar cuál reflejaba de manera más confiable el efecto
que surte dicha perturbación en la biodiversidad. Onaindia et al., (2004) establecieron como mejor
índice el de Simpson, por lo que se ha adoptado aquí para estimar el cambio en la calidad de la
biodiversidad con el presente método. El índice de Simpson puede ser utilizado en dirección
horizontal o vertical y por vegetaciones de tipo funcional. En el presente método, D se aplica para
cada capa en la estratificación vertical del uso actual del suelo y el sistema de referencia.

4.4.2 (B2) Indice de Homogeneidad de Simpson

La biodiversidad no es sólo cuestión del número de especies en un ecosistema. Las especies


desempeñan roles importantes en los procesos de autorregulación y amortiguamiento energético y
material del ecosistema. Esto a su vez depende del nivel de representación de las distintas especies, es
decir, del número de individuos por especie. Por tanto, para complementar los datos que arroja el
indicador B1 (Sección 4.4.1), donde es posible observar gran número de especies, pero algunas con
muy pocos individuos como para desempeñar plenamente su rol, se adoptó el indicador B2 en base a
la homogeneidad de las especies en el ecosistema (Onaindia et al., 2004).

18 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


Ai E ref E act i
B2 * * 100 (15)
i At E ref

donde Ai : el área de la agrupación i (ha); At : el área total del sitio del proyecto (ha); E act i : el
Índice de Homogeneidad de Simpson del tipo actual de uso del suelo en la agrupación i (véase la
Ecuación 15.1); E ref : el Índice de Homogeneidad de Simpson en el sistema de referencia (véase la
Ecuación 15.1). Referencia: E ref

D
E (15.1)
Dmax

donde D : el Índice de Biodiversidad de Simpson (véase el punto 4.4.1 de la Ecuación 14.1) y


Dmax : el máximo valor posible en el índice para determinado número de especies y tamaño de muestra
(Pett, 1974, véase la Ecuación 15.2).

S 1 N
Dmax * (15.2)
S N 1

donde S : el número de especies y N : el número total de individuos.

4.3 (B3) Encalar, fertilización, empobrecimiento y biocidas

Este indicador da una idea de los cambios en la calidad del sitio. Se refiere a la acción y/o las
sustancias benéficas / dañinas aplicadas al área a fin de aumentar la vitalidad y productividad del
cultivo o suprimir las plagas, enfermedades y plantas competitivas. Conlleva el riesgo de la
simplificación de las redes tróficas (Odum & Odum, 2003), pérdida de la fNPP (Demchik y Shape,
2001, Frank y Stuanes, 2003, Huber et al., 2004) y de la biodiversidad (Van Dobben et al., 1999).

Alfib
B3 * 100 (16)
i At

donde Alfib : el área de la agrupación sujeta a la aplicación de cal, fertilizantes, empobrecimiento y/o
biocidas (ha); At : el área total del proyecto (ha). Referencia: Alfib 0

Ya que no se dispone de suficientes datos por tipo de actividad, cantidad de sustancias y sus efectos,
solamente se toma en cuenta el área afectada. Se alcanza el mayor impacto donde toda el área es
manipulada continuamente (cada año). Reciben un menor impacto los sistemas de rotación multianual,
donde la manipulación solamente se produce en un número de años.

4.4 (B4) Cobertura con especies exóticas

Este indicador señala el grado de dominancia de las especies exóticas en la vegetación (especies
cultivadas y otras). Se considera que las especies nativas aportan más a la capacidad de
amortiguamiento y almacenamiento del ecosistema debido a las características desarrolladas a lo largo
del tiempo para optimizar el nivel de exergía en el ecosistema (Lotka 1922). Las especies exóticas no
están adaptadas, por lo que se alcanza el máximo impacto cuando todas las especies son exóticas
(Koruss y Caraco, 2005, Norton y Miller, 2000, Strauss 2001, Webster et al., 2005, Wissman y
Beschta, 1998).

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 19


Aes sp
B4 *100 (17)
i Aall sp

donde Aex sp : el área con cobertura de especies exóticas (ha); Aall sp : el área total del proyecto, que
contiene especies exóticas y nativas (ha). Referencia: Aex sp = 0 o 100 % especies nativas.

4.5 Agregación

4.5.1 Puntaje del indicador por unidad de tierra

Como ya se ha explicado, la tierra debe ser previamente clasificada en unidades homogéneas basadas
en la calidad del sitio y el uso del suelo. El evaluador es responsable del nivel de detalle utilizado para
este fin. Para cada unidad de tierra, se identifica el sistema de referencia vinculado con el tipo de sitio
prevaleciente. Luego, el puntaje del indicador es calculado para cada uso de suelo considerado dentro
de ese tipo de sitio. El siguiente paso es agregar los puntajes del indicador en los cuatro ejes temáticos:
suelo (S); agua (W); vegetación (V); y biodiversidad (B). Se considera poco deseable una mayor
agregación en un solo puntaje global, pues esto no permitiría la identificación de problemas bajo temas
específicos, e introduciría un paso extra de ponderación arbitraria.

La agregación se realiza mediante un promedio sencillo:

Cambios en la calidad de los indicadores para el suelo:

n
Q Sn
i 1
QS where n 5 (18)
n

Cambios en la calidad de los indicadores para el agua:

m
QWm
j 1
QW where m 3 (19)
m

Cambios en la calidad de los indicadores para la vegetación:

x
Q Vx
k 1
QV where x 4 (20)
x

Cambios en la calidad de los indicadores para la biodiversidad:

y
Q By
l 1
QB where y 4 (21)
y

De aquí en adelante, futuros cálculos dependerán del tipo específico de evaluación que se requiera, la
ocupación de la tierra y los cambios en el uso del suelo (Sección 4.5.2). Un ejemplo típico de ocupación
de la tierra es la agricultura tradicional.

20 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


La evaluación de impacto en este caso específico sería en relación con la vegetación natural potencial
para las características del sitio ocupado. Esto indicaría la diferencia en calidad entre el uso actual y el
escenario de referencia. En la mayoría de los casos, se anticipa que esta diferencia sea negativa. Sin
embargo, si se cambia el sistema de la agricultura a la agrosilvicultura y se evalúa el impacto de
cambiar el uso del suelo, la diferencia se vería entre los usos del suelo y la referencia sería el primero
de éstos (es decir, la agricultura). En este caso, la diferencia podría ser positiva o negativa.

4.5.2 Cambios en el uso del suelo

Los cambios en el uso del suelo (por ejemplo, de tierras degradadas a bosques) pueden provocar
modificaciones en la calidad de la tierra (por ejemplo, la pérdida de biodiversidad, un aumento en la
fertilidad del suelo, etc.). Determinados cambios podrán producir un impacto positivo (es decir, un
valor Q negativo). Esto significa un aumento en el control exergético del ecosistema, como cuando
el chaparral, una planta para clímax, en casos de incendio, es transformado en un bosque nativo,
disminuyendo la erosión del suelo, aumentando la biomasa, etc.
Por definición, siempre se compara las diferencias de calidad entre la última rotación del uso anterior
del suelo y la primera rotación de su nuevo uso (Fig. 1). Sc mide la diferencia en calidad entre los dos
tipos de uso del suelo. Una degradación en la calidad de la tierra resultará en valores positivos en los
puntajes del indicador. Si un cambio en el uso del suelo conlleva una mejora en la calidad Q2 de la
tierra, S2 tendrá un valor negativo. Si el estado inicial es la vegetación climax natural, la diferencia en
la calidad Q1 será igual a cero. Si el uso anterior del suelo produjo una unidad funcional diferente,
entonces el puntaje del impacto se calcula así:

SC Q2 Q1 (24)

Figura 1: Diferencias de calidad entre dos tipos de uso del suelo.

C Q referencia
a
l Q1
i Q2
d
a Q uso del suelo
d
n = rotaciones

Tiempo

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 21


Referencias
Al–Sheikh, A., Delgado, J.A., Barberik, K., Sparks, R., Dillon, M., Qian, Y., Cardon, G. 2005. “Effects of
potato–grain rotations on soil erosion, carbon dynamics and properties of rangeland sandy soil”. Soil and
Tillage Research, 28: 227 – 238.

Anzhi, W., Jinzhang, L., Jianmei, L., Tiefou, P., Changjie, J. 2005. “A semi–theoretical model of canopy rainfall
interception for Pinus koraiensis nakai”. Ecological Modelling, 184: 355 – 361.

Asano, Y., Uchida, T. 2005. “Quantifying the role of forest soil and bedrock in the acid neutralization of surface
water in steep hillslopes”. Environmental Pollution, 133: 467 – 480.

Bakker, M.M., Govers, G., Kosmas, C., Vanacker, V., van Oost, K., Rounsevell, M. 2005. “Soil erosion as a
driver of land use change”. Agriculture, Ecosystems and Environment, 105: 467 – 481.

Bastianoni, S., Marchettini, N. 1997. “Emergy/exergy ratio as a measure of the level of organization”.
Ecological Modelling, 99: 33 – 40.

Becker, H.A., Vanclay, F. 2003. “The international handbook of social impact assessment”. Edward Elgar,
Cheltenham, UK. Northampton, MA, USA. 74–91.

Biemelt, D., Schapp, A., Kleeberg, A., Grünewald, U. 2005. “Overland flow, erosion and related phosphorus
and iron fluxes at plot scale: a case study from non–vegetated lignite mining dump in Lusatia”. Geoderma,
129: 4 – 18.

Bronick, C.J., Lal, R. 2005. “Soil structure and management: a review”. Geoderma, 124: 3 – 22.
Cohen, M.J., Sheperd, K.D., Walsh, M.G. 2005. “Empirical reformulation of the universal soil loss equation for
erosion risk assessment in a tropical watershed”. Geoderma, 124: 235 – 252.
Criterium DecisionPlus 2004. “The complete decision formulation, analysis, and presentation for windows
version 3.04”. Versión tutorial para estudiantes.

Demchik, M.C., Shape, W.E. 2001. “Forest floor plant response to lime and fertilizer before and after partial
cutting of a northern red oak stand on an extremely acidic soil in Pennsylvania”. Forest Ecology and
Management, 144: 239 – 244.
Dungan, R.J., Whitehead, D., McGlone, M., Allen, R.B., Duncan, R.P. 2004. “Simulated carbon uptake for a
canopy of two broadleaved tree species with contrasting leaf habitats”. Functional Ecology, 18: 34 – 42.
Eshetu, Z., Giester, R., Hogberg, P. 2004. “Historical land use pattern affects the chemistry of forest soils in the
Ethiopian highlands”. Geoderma, 118: 149 – 165.
Favre, F., Tessier, D., Abdelmoula, M., Genin, J.M., Gates, W.P., Boivin, P. 2002. “Iron reduction and changes
in cation exchange capacity in intermittently waterlogged soils”. European Journal of Soil Science, 53: 175 –
183.
Fisher, J.B., De Baise, T.A., Qi, Y., Xu, M., Goldstein, A.H. 2005. “Evapotranspiration models compared on a
Sierra Nevada forest ecosystem”. Environmental Modelling and Software, 20: 783 – 796.
Frank, J., Stuanes, A.O. 2003. “Short–term effects of liming and vitality fertilization on forest soil and nutrient
leaching in a Scots pine ecosystem in Norway”. Forest Ecology and Management, 176: 371 – 386.
Garcia–Quijano, J.F., Barros, A.P. 2005. “Incorporating canopy physiology into a hydrological model:
photosynthesis, dynamic respiration, and stomatal sensitivity”. Ecological Modelling, 185: 29–49.
Gomez, J.A., Giraldez, J.V., Ferreres, E. 2001. “Rainfall interception by olive trees in relation to leaf area”.
Agricultural Water management, 49: 65 – 76.
Goyal, R.K. 2004. “Sensitivity of evapotranspiration to global warming: a case study of arid zone of Rajasthau
(India)”. Agricultural Water Management, 69: 1 – 11.
Gourlet–Fleury, S., Houller, F. 2000. “Modelling diameter increment in a lowland evergreen rain forest in
French Guiana”. Forest Ecology and Management, 131: 269 – 289.

22 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


Gourlet–Fleury, S., Cornu, G., Jesel, S., Dessard, H., Jourget, J.–G., Blanc, L., Picard, N. 2005. “Using models
to predict recovery and assess tree species vulnerability in logged tropical forests: A case study from French
Guiana”. Forest Ecology and Management, 209: 69 – 85.
Grant, R.F., Nalder, I.A. 2000. “Climate change effects on net carbon of a boreal aspen–hazelnut forest:
estimates from the ecosystem model ecosys”. Global Change Biology, 8: 183 – 200.
Green, T.R., Ahuja, L.R., Benjamin, J.G. 2003. “Advances and challenges in predicting agricultural
management effects on soil hydraulic properties”. Geoderma, 116: 3 – 27.
Hagen–Thorn, A., Callesen, I., Anmolaitis, K., Nihlgard, B. 2004. “The impact of six European tree species on
the chemistry of mineral topsoil in forest plantations on former agricultural land”. Forest Ecology and
Management, 195: 373 – 384.
Haileslassie, A., Priess, J., Veldkamp, E., Teketay, D., Lesschen, J.P. 2005. “Assessment of soil nutrient
depletation and its spatial variability on smallholder’s mixed farming system in Ethiopia using partial versus
full nutrient balances”. Agriculture, Ecosystems and Environment, 108: 1 – 16.

Heijungs, R., Guinee, J., Huppes, G. 1997. “Impact categories for natural resources and land use”. Leiden,
Centre of Environmental Science (CML). CML Report 138.
Heuvelmans, G., Muys, B., Feyen, J. 2005. “Extending the Life Cycle Methodology to Cover impacts of Land
Use Systems on the Water Balance”. International Journal of Life Cycle Assessment, 10: 113 – 119.
Houghton, R.A., Hackler, J.L. 1999. “Emission of carbon from forestry and land–use change in tropical Asia”.
Global Change Biology, 5: 481–492.
Houghton, R.A. 2003. “Revised estimates of the annual net flux of carbon to the atmosphere from changes in
land uses and land management 1850–2000”. Tellus B, 55: 378 – 390.
Howard, E.A., Gower, S.T., Foley, J.A., Kucharik, C.J. 2004. “Effects of logging on carbon dynamics of a jack
pine forest in Saskatchewan, Canada”. Global Change Biology, 8: 1267–1284.
Hubert, C., Kreutzer, K., Röhle, H., Rothe, A. 2004. “Response of artificial acid irrigation, liming, and N–
fertilisation on elemental concentration in needles, litter fluxes, volume increment, and crown transparency of
a N saturated Norway spruce stand”. Forest Ecology and Management, 200: 3 – 21.
Huth, A., Ditzer, T. 2001. “Long–term impacts of logging in a tropical rain forest – a simulation study”. Forest
Ecology and Management, 142: 33 – 51.
Hymus, G.J., Pontailler, J.–Y., Li, J., Stiling, P., Hinkle, C.R., Drake, B.G. 2002. “Seasonal variabilità in the
effect of elevated CO2 on ecosystem leaf area index in a scrub–oak ecosystem”. Global Change Biology, 8:
931 – 940.
Johnson, C.E. 2002. “Cation exchange properties of acid forest soils of the northeastern U.S”. European
Journal of Soil Science, 53: 271 – 282.
Johnson–Maynard, J.L., Graham, R.C., Wu, L., Shouse, P.J. 2002. “Modifications of soil structural and
hydraulic properties after 50 years of imposed chaparral and pine vegetation”. Geoderma, 110: 227 – 240.

Jørgensen, S.E., Nielsen, S.N. and Mejer, H. 1995. “Emergy, environ, exergy and ecological modeling”.
Ecological Modelling, 77: 99 – 109.
Kammaesheidt, L., Kohler, P., Huth, A. 2001. “Sustainable timber harvesting in Venezuela: a modelling
approach”. Journal of Applied Ecology, 38: 756 – 770.

Kettunen, R., Saarnio, S., Martikainen, P., Silvola, J. 2005. “Elevated CO2 concentration and nitrogen
fertilisation of N2O and CH4 fluxes and biomass production of Phleum pratense on farmed peat soil”. Soil
Biology and Biochemistry, 37: 739 – 750.

Kohler, P., Ditzer, T., Ong, R.C., Huth, A. 2001. “Comparison of measured and modelled growth on permanent
plots in Sabah’s rain forests”. Forest Ecology and Management, 144: 101 – 111.

Koruss, G., Caraco, T. 2005. “Spatial dynamics of invasion: the geometry of introduces species”. Journal of
Theoretical Biology, 233: 137 – 150.

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 23


Loeschar, H.W., Oberbauer, S.F., Ghalz, H.L., Clark, D.B. 2003. “Environmental control on net ecosystem–
level carbon exchange and productivity in a Central American tropical wet forest”. Global Change Biology, 9:
396–412.

Lotka, A.J. 1922. “Contribution to the energetics of evolution”. Proc. Natl. Acad. Sci., 8: 147 – 150.

Luo, T., Pau, Y., Aujang, H., Shi, P., Luo, J., Yu, Z., Lu, Q. 2004. “Leaf area index and net primary
productivity along subtropical to alpine gradients in the Tibetean Plateau”. Global Ecology and
Biogeography, 13: 345–358.

Lyan, J., Gross, N.M. 2005. “Patterns of plant diversity and plant–environment relationship across three
riparian corridors”. Forest Ecology and Management, 204: 267 – 278.

Madlener, R., Robledo, C., Muys, B., Blanco Freja, J.T. 2006. “A Sustainability framework for enhancing the
long–term success of LULUCF projects”. Climatic Change, 75(1–2): 241–271.

Magurran, A.E. 1988. “Ecological diversity and its measurement”. Princeton University Press. New Jersey,
USA, 179 pp.

Mills, H.H. 2005. “Relative–age dating of transported regolith and application to study of landform evolution in
the Appalachians”. Geomorphology, 67: 63 – 69.

Mohr, D., Simon, M., Topp, W. 2005. “Stand composition affects soil quality in oak stands on reclaimed and
natural sites”. Geoderma, 129: 45 – 63.

Monteith, J.L. 1965. “Evaporation and environment”. En: Proceedings of the 19th Symposium of the Society for
Experimental Biology. New York, NY. Cambridge University Press, pp. 205 – 233.

Mortimore, M., Haris, F.M.A., Turner, B. 1999. “Implications of land use change for the production of plant
biomass in densely populated Sahelo–Sudanian shrub–grassland in north–east Nigeria”. Global Ecology and
Biogeography, 8: 243 – 256.

Munkholm, L.J., Schjonning, P., Jørgensen, M.H., Thornp–Kristensen, K. 2005. “Mitigation of subsoil
recompaction by light traffic and on–land ploughing: II. Root and yield response”. Soil and Tillage Research,
80: 159 – 170.

Noble, A.D., Gillman, G.P., Ruaysoongnern, S. 2000. “A cation exchange index for assessing degradation of acid
soil by further acidification under permanent agriculture in the tropics”. European Journal of Soil Science, 51: 233
– 243.

Norton, D.A., Miller, C.J. 2000. “Some issues and options for the conservation of native biodiversity in rural New
Zealand”. Ecological Management and Restoration, 1: 26 – 34.

O’Brien, R., Keller, C.K., Strobridge, D.M. 2004. “Plant–cover effects on hydrology and pedogenesis in a sandy
vadoze zone”. Geoderma, 118: 63 – 76.

Obrist, D., Verbrug, P.S.J., Young, M.H., Coleman, J.S., Schorrau, D.E., Anone, J.A. III. 2003. “Quantifying the
effects of phenology on ecosystem evapotranspiration in planted grassland mesocosms using EcoCELL technology”.
Agricultural and Forest Meteorology, 122: 65 – 84.
Odum, H.T., Odum, B. 2003. “Concepts and methods of ecological engineering”. Ecological Engineering, 20:
339 – 361.
Onaindia, M., Dominguez, I., Albizu, I., Garbisu, C., Amezaga, I. 2004. “Vegetation diversity and vertical structure
as indicators of forest disturbance”. Forest Ecology and Management, 195: 341 – 354.

Peñuelas, J., Filella, I., Zhang, X., Llorens, L., Ogaya, R., Lloret, F., Comas, P., Estiarte, M., Terrada, J. 2003.
“Complex spatiotemporal phenological shifts as a response to rainfall changes”. New Phytologist, 161: 837 – 846.

PCF 2003. “Prototype Carbon Fund, Biocarbon Fund, Community Development Carbon Fund Template of
Project Idea Note (PIN) for Land Use, Land Use Change and Forestry (LULUCF) Project.
http://www.prototypecarbonfund.org/docs/PINTemplate LULUCF5.doc .

24 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales


Penman, H.L. 1948. “Natural evaporation from open water, bare soil, and grass”. Royal Society of London
Proceedings, Series A, 193: 120 – 145.

Pett, R.K. 1974. “The measurement of species diversity”. Annu. Rev. Ecol. Syst, 5: 285 – 307.

Phillips, P.D., Brash, T.E., Yasman, I., Subagyo, P., van Gardingen, P.R. 2003. “An individual based spatially
explicit tree growth model for forests in East Kalimantan (Indonesia, Borneo).” Ecological Modelling, 159: 1
– 26.

Phillips, P.D., Azecedo, C.P., de Degen, B., Thompson, I.S., Silva, J.N.M., van Gardingen, P.R. 2004. “An
individual–based spatially explicit simulation model for strategic forest management planning in the eastern
Amazon”. Ecological Modelling, 173: 335 – 354.

Phillips, J.D., Marion, D.A. 2004. “Pedological memory in forest soil development”. Forest Ecology and
Management, 188: 363 – 380.

Rascher, U., Bobich, E.G., Lin, G.H., Walter, A., Morris, T., Naumann, M., Nichal, C.J., Pierce, D., Bil, K.,
Kudeyarov, K., Berey, J.A. 2004. “Functional diversity of photosynthesis during drought in a model tropical
rainforest – the contributions of leaf area, photosynthetic electron transport and stomatal conductance to
reduction in net ecosystem carbon exchange”. Plant, Cell and Environment, 27: 1239 – 1256.
Rhoades, J.D., Lesch, S.M., LeMert, R.D., Alves, W.J. 1997. “Assessing irrigation/drainage/salinity
management using spatial referenced salinity measurements”. Agricultural and Water Management, 35: 147 –
165.
Robledo, C., Blaser, J. 2001. “Social Issues in Land Use, Land Use Change, and Forestry (LULUCF). An
introduction based on some experiences in developing countries”.
http://www.bib.fsagx.ac.be/coste21/ftp/2001–04–26/robledo–ful.pdf.

Robledo, C., Tobón, P., Restrepo, A. 2004. “Guías para la construcción de un componente elegible dentro del
Mecanismo de Desarrollo Limpio de Protocolo de Kioto dentro del marco de un proyecto integral de Manejo
Sostenible de los Bosques”. Proyecto OIMT PD 54/99 (F) Rev. 2.

Rutigliano, F.A., D’Ascoli, R., Vinzo Da Santo, A. 2004, “Soil microbial metabolism and nutrient status in a
Mediterranean areas are affected plant cover”. Soil Biology and Biochemistry, 36: 1719 – 1729.

Scheller, R.M., Mladenoff, D.J. 2005. “A spatial interactive simulation of climate change, harvesting, wind and
tree species migration and projected changes to forest composition and biomass in northern Wisconsin, USA”.
Global Change Biology, 11: 307 – 321.

Schwab, G.O., Fangmeier, D.D., Elliot, W.J. 1993. “Soil and water management systems”. John Wiley & Sons,
New York. 371 pp.
Shannon, C.E. 1949. “The mathematical theory of communication”. En: Shannon, CE, Weaver, W (Eds.), The
mathematical Theory of Communication. University of Illinois Press, Urbana, pp. 29 – 115.
Sharma, D.P., Rao, K.V.G.K. 1998. “Strategy for long–term use of saline drainage water for irrigation in semi–
arid regions”. Soil and Tillage Research, 48: 287 – 295.
Simpson, E.H. 1949. “Measurement of diversity”. Nature, 163, 688.
Son, Y., Park, J.H., Yi, M.Y., Jin, H.O., Kim, D.Y., Kim, R.H., Hwang, J.O. 2004. “Biomass, production and
nutrient distribution of a natural oak forest in Central Korea”. Ecological Research, 19: 21 – 28.
Sperry, J.S., Adler, F.R., Campbell, G.S., Comstock, J.C. 1998. “Limitation of plant water use by rhizosphere
and xylem conductances: results from a model”. Plant, Cell and Environment, 21: 347 – 359.
Stephens, S.L., Gill, S.J. 2005. “Forest structure and mortality in an old–growth Jeffrey pine–mixed conifer
forest in north–western Mexico”. Forest Ecology and Management, 205: 15 – 28.
Strauss, S.Y. 2001. “Benefits and risks of abiotic exchange between Eucalyptus plantations and native
Australian forests”. Austral Ecology, 25: 447 – 157.

U.S. Department of Agricultural Research Service. 1961. “A universal equation for predicting rainfall–erosion
losses”. USDA–ARS Special Report, pp. 22–26

Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales 25


Van de Giesen, N., Stomph, T.J., de Ridder, N. 2005. “Surface runoff scale effect in West African watershed:
modelling and management options”. Agricultural Water Management, 72: 109 – 130.

Van Dobben, H.F., ter Braak, C.J.F., Dirke, G.M. 1999. “Undergrowth as a bio–monitor for deposition of
nitrogen and acidity in pine forest”. Forest Ecology and Management, 114: 83 – 95.

Van Dijk, A.I.J.M., Bruijnzeel, L.A. 2001. “Modelling rainfall interception by vegetation of variable density
using an adapted analytical model. Part 1: Model description”. Journal of Hydrology, 247: 230 – 238.

Webster, C.R., Nelson, K., Wangen, S.R. 2005. “Stand dynamics of an insular population of an invasive tree,
Acer planatoides”. Forest Ecology and Management, 208: 85 – 99.

Wehrli, A., Zingg, A., Bugmann, H., Huth, A. 2005. “Using a forest patch model to predict the dynamics of
stand structure in Swiss mountains forests”. Forest Ecology and Management, 205: 149 – 167.

Wen, L., Recknagel, F. 2002. “In situ removal of dissolved phosphorus in irrigation drainage water by planted
floats: preliminary results from growth chamber experiments”. Agriculture, Ecosystem and Environment, 90: 9
– 15.

Will, R.E., Narahari, N.V., Shiver, B.D., Teskey, R.O. 2005. “Effects of planting density on canopy dynamics
and stem growth for intensively managed loblolly pine stand”. Forest Ecology and Management, 205: 29 – 41.

Williams, J.W., Seabloom, E.W., Stayback, D., Stons, D.M., Vies, J.H. 2005. “Anthropogenic impacts upon
plant species richness and net primary productivity in California”. Ecological Letters, 8: 127 – 137.

Wissman, R.C., Beschta, R.L. 1998. “Restoration and management of riparian ecosystem: a catchment
perspective”. Freshwater Biology, 40: 571 – 585.

Zhang, J., Jørgensen, S.E. 2005. “Modelling of point and non–point nutrient loadings from a watershed”.
Environmental Modelling and Software, 20: 561 – 574.

26 Manual de apoyo para la herramienta de evaluación de impactos ambientales

You might also like