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Un enfoque histórico-filosófico
INTRODUCCIÓN
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La definición del Diccionario de la Real Academia, si bien es breve, contiene
un elemento fundamental en lo que se refiere a la comprensión del concepto, se
trata de la referencia a los hermanos o los que se tratan como tales. Tal como vimos, la
fraternidad debe ser el sentimiento con el que los hombres se traten entre sí por el
sólo hecho de ser hombres. En conclusión, humanidad es sinónimo de hermandad,
por lo tanto no tiene cabida ningún tipo de distinción ni de trato diferencial.
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deben anteponerse a la amistad las utilidades aparentes, como son los honores, riquezas,
deleites y otras cosas semejantes.”
“ El encartes estoico es, pues, más “profundo” psicológicamente que el socrático, tiene más “libertad
interior”, su concepto presupone… la formación de preferencias de tercer orden, las únicas que
pueden hacer de él un buen ciudadano …, pero también un hombre sereno y feliz fuera de ella; en la
selva, o bajo monarquías o tiranías….Pues el sabio estoico no tiene ahora enfrente al resto de los
ciudadanos libres de la polis, sino a la cosmópolis toda, a la humanidad entera. Y así como el pórtico
finge que la naturaleza está regida por una inteligencia divina sin mácula, así también finge que esa
humanidad constituye una comunidad, una koiné, ligada no, evidentemente, por tradición o lazo
comunicativo alguno, no articulada por la división del trabajo, o por instituciones políticas tangibles
y a todos accesibles, sino cuajada por mutua oikeiosis, …(…)
En ese orden natural los hombres son buenos, tienen naturales sentimientos de amor y lealtad, de
compañerismo; son gregarios, como corresponde al rebaño de Zenón”.
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Evidentemente la virtud ética consiste en la aceptación y racionalización de éste
origen y destino común. La felicidad no consiste en un logro individual que lleve
al sacrificio de los intereses de los demás hombres en pos de la conquista de mis
intereses particulares.
Plutarco señaló que dicha comunidad había sido de algún modo anticipada
por Alejandro Magno, y luego llevada a cabo por los romanos. Sin embargo
debemos precisar que existe una diferencia importante entre lo realizado por los
Romanos y el ideal de los estoicos, En ningún momento los estoicos concibieron el
reino universal como una fuerza política, sino que lo concibieron como el reino de
la armonía espiritual del conocer y del querer. Por eso frente a la diversidad de
Estados, los estoicos mantienen la idea del cosmopolitismo, es decir de la comunidad
moral de todos los hombres, borrando diferencias de rango, nacionalidades, etc. El
concepto de fraternidad se asienta en los ideales de justicia y de filantropía, que
constituyen los más altos imperativos de la comunidad racional. Es importante
destacar que será precisamente el legado estoico del cosmopolitismo basado en la
fraternidad universal uno de los argumentos más fuertes utilizado por el Imperio
Romano. Si ya no hay fronteras entonces el mundo es uno sólo y por lo tanto se
legitima el dominio. Los intereses políticos del Imperio marcarán un retroceso con
respecto al legado filosófico estoico, que se verá recuperado, con la aparición del
Cristianismo.
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Si bien los Estoicos hablan de una hermandad universal, del cosmopolitismo,
falta el elemento que aporte unión a los hermanos. La existencia de un padre
fortalece la hermandad, y esto se alcanzó con el Cristianismo. Con el Cristianismo
quedará definitivamente perfilado el concepto de fraternidad, concebido como amor
al prójimo. Podríamos preguntarnos, “¿quién es el prójimo?”; el prójimo es el otro,
y el otro es cualquiera. Como señala Attaliv
“(…) la fraternidad aparece en la Biblia y en los otros textos fundadores del monoteísmo como el
conjunto de las condiciones que permiten a todos los hombres, y por tanto también a los hermanos,
olvidar rivalidades intrínsecas para ayudarse, amarse y tolerarse en sus diferencias y sus
aspiraciones, alegrarse del éxito ajeno y sentirse dichosos de la dicha ajena.”( p.89).
Jesús propone a los hombres la idea de que somos todos hijos de un padre
común, y, por ende, cada uno de nosotros es depositario de valores que poseen
también los demás por el origen común. Esta renovación que supuso el mensaje de
Jesús, trajo aparejada una profunda transformación en lo que respecta a la relación
del hombre con Dios. Será a partir de ese momento que la relación basada en el
temor, predominante en el pensamiento hebreo, dará paso a la relación basada en el
amor.vi
“Mas estableceré un pacto contigo…”, “Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él diciendo; Yo,
he aquí que yo establezco mi pacto con vosotros y con vuestra simiente después de vosotros.”
(Gén: 9; 8, 9) “Acordóse siempre de su alianza; de la palabra que mandó para mil generaciones”
(Salmos: 105, 8)
El mensaje de Jesús no está sujeto a pacto alguno, más que el que pueda
provenir del compromiso afectivo del hombre con Dios. Desaparece por otra parte
el elitismo proveniente de la condición de consanguinidad de los hebreos. Esta
ampliación de los marcos morales supuso la extensión del concepto de fraternidad,
que, de algún modo retoma el espíritu con que se había manifestado en el
Estoicismo romano. En Mateo 12; 47 al 50 y Lucas; 8; 20, encontramos interesantes
manifestaciones de esta idea.
“Y le dijo: He aquí tu madre y tus hermanos están fuera, que te quieren hablar. Y respondiendo él al que
le decía esto le dijo: ¿Quién es mi madre y quienes mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia los
discípulos, dijo: Ge aquí a mi madre y a mis hermanos. Porque todo aquel que hiciere la voluntad de mi Padre,
ese es mi hermano y hermana y madre”.
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La paternidad que introduce el Cristianismo es fuente de amor hacia sus
creaturas y fundamento del sentimiento de hermandad universal.
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis los unos a los otros como yo os he amado, que
también os améis los unos a los otros. En eso conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis
amor los unos con los otros “ (Juan, 13; 34, 35) “Bien has dicho: amarás al prójimo como a ti mismo,
más que todos los holocaustos y sacrificios”. (Marcos; 12; 33)
Carta de Pablo a los Gálatas: “La promesa no depende de la ley”, “Hermanos, hablo desde el punto
de vista humano; aunque sea de un hombre, un testamento debidamente otorgado nadie puede
anularlo ni se le puede añadir una cláusula. (…) Quiero Decir esto; una herencia ya debidamente
otorgada por Dios no iba a anularla una Ley que apareció cuatrocientos treinta años más tarde,
dejando sin efecto la promesa; y en caso de que la herencia viniera en virtud de la Ley, ya no
dependería de la promesa, (….) . Entonces, ¿para qué la Ley? (…) Entonces, ¿contradice la Ley a las
promesas de Dios? (…) Así la Ley fue nuestra niñera, hasta que llegara el Mesías y fuéramos,
rehabilitados por la fe, ya no estamos sometidos a la niñera, pues por la adhesión al Mesías Jesús son
todos hijos de Dios; porque todos, al bautizarse vinculándose al Mesías, se revistieron del Mesías. Ya
no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón y hembra, pues ustedes hacen todos uno, mediante
el Mesías Jesús…”vii
“Para que seamos libres nos liberó el Mesías; así que manténganse firmes y no se dejen atar
de nuevo al yugo de la esclavitud. Miren lo que les digo yo, Pablo: si se dejan circuncidar, el Mesías
no les servirá ya de nada. Y a todo el que se circuncida le declaro de nuevo que está obligado a
observar la Ley entera. Los que buscan la rehabilitación por la Ley, han roto con el Mesías, han caído
en desgracia. Por nuestra parte, la anhelada rehabilitación la esperamos de la fe por la acción del
Espíritu, pues como cristianos da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo que vale es una fe que
se traduce en amor…”viii
“A ustedes, hermanos, los han llamado a la libertad; solamente que esa libertad no dé pie a los bajos
instintos. Al contrario, que el amor los tenga al servicio de los demás, porque la Ley entera queda
cumplida con un sólo mandamiento, el de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”ix
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“Miren qué magnífico regalo nos ha hecho el Padre: que nos llamemos hijos de Dios; y además lo
somos. (…)Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los
hermanos. No amar es quedarse en la muerte, odiar al propio hermano es ser un asesino, y saben que
ningún asesino conserva dentro la vida eterna. Hemos comprendido lo que es el amor porque aquél se
desprendió de su vida por nosotros: ahora también nosotros debemos desprendernos de la vida por
nuestros hermanos. (…) El que diga “Yo amo a Dios” mientras odia a su hermano, es un embustero,
porque quien no ama a su hermano, a quien está viendo, a Dios, a quien no ve, no puede amarlo. Y
éste es precisamente el mandamiento que recibimos de él; quien ama a Dios, ame también a su
hermano”xi
“El amor nos remonta allá, y vuestro buen Espíritu encumbra nuestra bajeza, sacándola de las
puertas de la muerte. La paz se halla en la buena voluntad. Todo cuerpo con su gravedad tiende a su
lugar. Y el peso no va necesariamente hacia abajo, sino hacia su centro. El fuego sube arriba, la
piedra baja al suelo…Mi peso es mi amor, él me lleva a dondequiera que soy llevado. Con tu don nos
inflamamos y somos llevados hacia arriba; nos enardecemos y subimos…”xii
“El motivo de amar a Dios no es amarle por mí mismo, sino por sí mismo,…Llamo caridad al
esfuerzo del amor para gozar de Dios por sí mismo y de sí mismo, y del prójimo por Dios.”xiii
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poder político, trató por todos los medios de reservar como un derecho exclusivo,
la formación de hermandades. Es así que en el concilio de Aviñón del 13 de junio
de 1326 prohibe las hermandades laicas (“es decir, las reuniones de los que se dan
el nombre de “hermanos”). Sin embargo el esfuerzo por eliminar todo tipo de
hermandad que no estuviera bajo la égida del poder de la Iglesia, no perduró
demasiado. Una prueba clara de ello es que de todos modos prosperaron las
hermandades laicas, entre ellas las del orden masónico. Pero de hecho, la mención
explícita al concepto de fraternidad, recién la encontramos en Kant, bajo el nombre
de “hospitalidad universal”. Durante el período de la Ilustración, sin embargo, no
encontramos referencias al concepto de fraternidad, y cuando se lo menciona, se lo
vincula a ciertos grupos cerrados como ser el de la masonería o las fraternidades
religiosas.
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comunidad política. Hablamos de miembro activo, pues los mismos constituyentes
establecen la distinción entre los ciudadanos activos y pasivos. A medida que
avance el proceso revolucionario se verá que el término ciudadano pasará a
designar a todos los franceses.
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de la Revolución francesa, mantener la fraternidad entre los ciudadanos y vincularlos a la
constitución, a la patria y a las leyes “
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De este modo vemos que entre la fraternidad concebida por el Estoicismo, la
“fraternitas”, difundida por el Cristianismo, y la fraternidad revolucionaria hay
diferencias importantes. Con los revolucionarios se rescata el concepto de
fraternidad pero se le da un tinte político que no poseía previamente. Es evidente
que “virtud privada y virtud pública” que con los Estoicos se habían escindido,
vuelven a unirse.
Conclusión
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Bibliografía
- Ángel Custodio Vega, Las Confesiones, Séptima Edición, B.A.C, Madrid, 1974
-Attali, Jacques Fraternidades- Una nueva utopía, Ed. Paidós, Barcelona, 2000
-Biblia, Ed. Cristiandad, Huesca, Madrid, 1986
- Camps, Victoria Historia de la Ética, T, 1 Ed. Crítica Barcelona, 1992
- Canals Vidal, Textos de los grandes filósofos – Edad Media, Ed. Herder Barcelona, 1976
- Cicerón Los Oficios, Tratados Morales, Ed. Jackson Bs. As. 1949
- Doménech, Antoni De la Ética a la Política, Ed. Crítica Barcelona, l989
- Doménech, Antoni “…y fraternidad “, Isegoría, 1993
- Juliá, Victoria, Boeri, Corso Las exposiciones antiguas de ética estoica, Ed. Eudeba, Bs. As. ,
1998
- Laercio, Diogenes, Vidas opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres. El Ateneo, Buenos
Aires, Argentina 1947.
- Real Academia Española, Diccionario, Editorial Espasa, España, 2000.
- Victorino Capanaga, San Agustín, B.A.C, Primeros Escritos, quinta edición, Madrid, 1970
- Windelband, Wilheim Historia Helenístico-Romana, T. II, Ed. Robredo, México, 1941
Notas al pie
i
Doménech [1993]
ii
Marco Aurelio Pensamientos, Citado en Windelband [1941]
iii
Doménech Antoni, De la razón erótica a la razón inerte
iv
Es de destacar que algunas traducciones optan por el término “amor” en lugar de “caridad” en este pasaje.
De todas formas es claro que en ese caso se trata del amor agápico y no del amor erótico.
v
Attali [2000]
vi
“El principio de la sabiduría es el temor a Jehová”(Salmo 111; 10) “Si dejaren sus hijos mi Ley y no
anduvieren en mis juicios; Si profanaren mis estatutos y no guardaren mis mandamientos; Entonces visitaré
con vara su rebelión y con azotes sus iniquidades” ( Salmos: 89; 30 al 32)
vi
Carta de Pablo a los Gálatas II, 3 Sal 143,2 b Gn 15,6
vi
Ibd, IV, Gn 21,10. 13, 19.
vii
Carta de Pablo a los Gálatas II, 3 Sal 143, 2 b Gn 15,6.
viii
Carta de Pablo a los Gálatas; III, a Is 54,1.
ix
Ibd., IV, Gn 21,10. 13, 19
x
Primera Carta de San Juan; I, 2.
xi
Op. Cit. III, 3; IV.
xii
Confesiones, XIII, IX, 10.
xiii
Sobre la doctrina cristiana, III, 16.
xiv
“… el lugar de nacimiento…el sentimiento que asociamos a familia, a sociedad…, un estado libre cuyas
leyes garantizan nuestras libertades y nuestra felicidad. No existe patria bajo el yugo del despotismo…los
griegos, los romanos declaraban que es bello, que es dulce morir para conservarla…” Encyclopedie ou
Dictionnaire Raisonné des Sciences, des Arts et des Métiers (1751-1765).
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